Longo y Secchia ante un retrato de Toglitatti, todos actores principales del revisionismo italiano |
«Mientras el líder italiano pronunciaba su discurso, y llegando a esta parte exacta:
«En el plano político estamos tratando de deshacernos del gobierno de Gasperi. Hay varias formas en que esto se puede lograr: 1) Ampliar el gobierno a través de la inclusión de los seguidores de Saragat y los republicamos. Esto solo reforzaría a Gasperi. 2) Mediante una formación de un gobierno liderado por los socialistas, pero sin participación comunista. Lo que se prevería aquí es lo hecho en Francia. Tal solución al problema es difícilmente posible. 3) Proponemos la siguiente solución al problema. Lo que se necesita es formar un gobierno de los partidos de izquierda». (Luigi Longo; Informe en la Iº Conferencia de la Kominform, 24 de septiembre de 1947)
Andréi Zhdánov, el otro representante soviético junto a Gueorgui Malenkov de la delegación soviética, no pudo resistirse a guardar silencio durante el informe de Longo e interrumpió pidiendo explicaciones al respecto de lo que estaba contando el italiano sobre sus tácticas para formar un nuevo gobierno:
«¿Y la Democracia Cristiana? Ellos fueron los que os empujaron fuera del gobierno. Son enemigos. Llevaron a cabo un golpe de Estado». (Andréi Zhdánov; Intervención durante el informe de Luigi Longo, 24 de septiembre de 1947)
A lo que Longo respondió:
«Los demócrata cristianos de izquierda también». (Luigi Longo; Informe en la Iº Conferencia de la Kominform, 24 de septiembre de 1947)
Ante tal respuesta, Zhdánov contestó duramente mostrando su enojo:
«Quieres ser más parlamentarista que los propios parlamentaristas Ellos fueron los primeros en violar las leyes del parlamento expulsándolos fuera del gobierno, a vosotros, el partido más fuerte. Nosotros no entendemos estas maniobras. Déjame plantearte una pregunta. Con los ataques de la reacción el Comité Central del partido comunista se retira. La reacción gana la expulsión de los comunistas del gobierno, asegurándose un éxito. Esto no es que sea un paso atrás. Es que es un golpe de Estado. ¿Y qué es lo que el partido tiene la intención de hacer? ¿Pasará el partido de la defensa al ataque? ¿Tiene el partido algún plan de ataque? ¿Hasta qué punto quiere el partido retirarse y en qué momento va a pasar a la ofensiva? ¿O tal vez bajo la bandera de evitar «aventuras», se dejará que se prohíba el propio partido comunista? ¿Por cuánto tiempo tiene el partido la intención de seguir en retirada? Todas estas preguntas no pueden dejar de preocupar a la clase obrera mundial». (Andréi Zhdánov; Intervención durante el informe de Luigi Longo, 24 de septiembre de 1947)
Zhdánov efectivamente mostraba la preocupación de toda la clase obrera mundial por el rumbo y destino de un viejo partido de la Komintern, y uno de los partidos más grandes de Europa y ahora además cofundador de la Kominform. En varias ocasiones más, los líderes marxista-leninistas de la época intentaron aconsejar a los dirigentes italianos que se desligaran del legalismo y parlamentarismo burgués:
«El camarada Togliatti tiene mucha fe, demasiada fe, en la legalidad constitucional». (Michael Arthuer Leeden; El comunismo de Europa del Oeste y la política exterior americana, 1987)
Esto es remarcado por todas las fuentes que recogen el intercambio de opiniones entre Togliatti y Stalin durante aquellos años donde se muestra la preocupación y la crítica a las posiciones vacilantes de los dirigentes italianos:
«Por otro lado, Stalin insistió en la importancia de la acción extralegal como medio adecuado para preparar al partido para futuras batallas». (Silvio Pons; Stalin, Togliatti, y los orígenes de la Guerra Fría en Europa, 2001)
Volviendo a la conferencia, Longo intentó explicarse calmando las preocupaciones del soviético Zhdánov:
«Estamos organizando un amplio movimiento de masas. Incluso nos planteamos la posibilidad de que los obreros ocupen sus empresas durante la huelga general de los obreros del acero. Aunque nosotros entendemos esto como una forma de ejercer presión sobre el gobierno. Hacemos llamados a los campesinos a que tomen la tierra». (Luigi Longo; Informe en la Iº Conferencia de la Kominform, 24 de septiembre de 1947)
Pero Andréi Zhdánov no entendía el carácter meramente económico y no político de estas acciones, y el acento que le daba Longo clamando por no cometer «aventuras»:
«Tú dices, «sin aventuras». ¿Pero es que acaso las huelgas generales y las demostraciones también son aventuras según tú? ¿Tiene el partido plan de ataque, o intentará estar a la defensiva, esperando a que la reacción prohíba el partido y lo fuerce a la clandestinidad? Ellos os han expulsado del gobierno. Vosotros no opusisteis resistencia. La reacción ganó un gran éxito. ¿Tenéis plan de contraataque?». (Andréi Zhdánov; Intervención durante el informe de Luigi Longo, 24 de septiembre de 1947)
Longo contestó, y expuso su plan:
«Tenemos un plan para ir a la ofensiva. Este plan prevé que De Gasperi no tenga ningún apoyo entre las masas, no permitiéndole encontrar apoyo entre la gente de Saragat. Si De Gasperi logra ganar su apoyo y el de los republicanos, esto afectaría al Partido Socialista también. Nuestra tarea es unir a todas las fuerzas de izquierda y sobre la base de esta unidad quitarle el gobierno. Ya estamos teniendo cierto éxito en este camino. Al principio los seguidores de Sagarat estaban dispuestos a apoyar a De Gasperi. Ahora se están alejando de él. Nuestro plan consiste en apoyarnos en el movimiento de los trabajadores y sus reivindicaciones económicas y confrontar al gobierno con la intención de que satisfaga las reivindicaciones de los trabajadores o renuncie. Dos resoluciones se han introducido en nuestro Parlamento para una moción de censura contra De Gasperi: la primera de Pietro Nenni en nombre del Partido Socialista y la segunda por Palmiro Togliatti en nombre del Partido Comunista Italiano. Ambas resoluciones serán debatidas en breve en el Parlamento. Si tenemos éxito en hacer que el gobierno renuncie, la cuestión de formar un nuevo gobierno surgirá. Si De Gasperi no renuncia, apelaremos a las masas». (Luigi Longo; Informe en la Iº Conferencia de la Kominform, 24 de septiembre de 1947)
Luigi Longo, al ofrecer su visión sobre la expulsión del gobierno, dijo haciendo autocrítica:
«El Comité Central de nuestro partido ha examinado la cuestión de la expulsión de los comunistas del gobierno y ha decidido que el partido mostró debilidad cuando entró en la oposición. Nuestra oposición era principalmente verbal y se expresaba en la organización de reuniones. Sólo recientemente el partido ha pasado a la acción». (Luigi Longo; Informe en la Iº Conferencia de la Kominform, 24 de septiembre de 1947)
Como se ve, Longo pese a querer explicarse mejor seguía proponiendo el mismo esquema de toma del poder meramente legalista y parlamentaria: la primera opción consistía en hacerse con el poder mediante una moción de censura obligando a la renuncia del gobierno demócrata-cristiano tras el debate parlamentario, y la segunda, apoyarse en las reivindicaciones económicas de los trabajadores no resueltas para presionar al gobierno y lograr el mismo propósito, no sobrepasando en ninguno de los dos casos la legalidad burguesa, causando un normal enfado en los delegados de otros países por tal visión revisionista que tiraba hacia el reformismo socialdemócrata. Este plan de contraofensiva del partido italiano expuesto por Longo se demostraría como un fiasco en los años siguientes, traduciéndose sus resultados en apuntalar el poder en manos de los partidos burgueses italianos, y en especial en la Democracia Cristiana que lo retuvo por más de 40 años, y así mismo se verificaría que los métodos economistas y legalistas que conseguían tal nefasto resultado serían el punto de partida hacia la institución en el Partido Comunista Italiano (PCI) de una política revisionista de reformas del sistema capitalista, siendo años después una de las muletas imprescindibles del sistema capitalista italiano:
«La vida también demostró, que los partidos pseudocomunistas de Europa Occidental, Latinoamérica y Asia, que abrazaron el revisionismo, no tienen nada de comunistas. No se guían más por la teoría científica del marxismo-leninismo, sino sobre las teorías antimarxistas, de contenido y formas bastardas, aunque algunos de ellos, para camuflarse, se esfuerzan por acogerse más o menos en la fraseología marxista. Todo su programa, si se puede llamar a esto un programa, se reduce a algunas reivindicaciones puramente reformistas, que, lejos de amenazar el orden burgués, pretenden salvarlo de las profundas conmociones que lo amenazan y hacer este programa más aplicable en las nuevas situaciones que se crean». (Enver Hoxha; Informe en el VIIº Congreso del Partido del Trabajo de Albania, 1 de noviembre de 1976) (Equipo de Bitácora (M-L); La crítica al revisionismo en la Iº Conferencia de la Kominform de 1947, 13 de agosto de 2015)