viernes, 28 de febrero de 2014

Dos mundos, dos caminos; Bolesław Bierut; 1949

Este breve artículo es aprovechable para constatar una vez más el eje de la teoría marxista sobre la tendencia en pugna de la humanidad; el capitalismo o el comunismo. Comentamos eso, ya que diferentes teorías burguesas han dividido los países del mundo según criterios, raciales, geográficos, o por el nivel de desarrollo, pero que no hablan del sistema de producción, ni tampoco por la clase dominante que rige en esos países; hablamos de teorías de división del mundo como: la «teoría de «los países no alineados», la «teoría de los tres mundos», la «teoría del desequilibrio entre Norte-Sur» –salidas del revisionismo maoísta, el revisionismo titoista, intelectuales burgueses, etc. Veamos una crítica a una de estas teorías para que se comprenda mejor de que hablamos:

«En el esquema de los «tres mundos», la contradicción fundamental entre el proletariado y la burguesía no existe. Además, lo que salta a la vista en esta división del mundo, es la visión no clasista de lo que llaman «tercer mundo», el ignorar las clases y la lucha de clases, el tratar de manera global a los países que dicha teoría incluye en el mencionado mundo, a los regímenes que allí dominan y las diferentes fuerzas políticas que actúan en su interior. Ella ignora las contradicciones entre los pueblos oprimidos y las fuerzas reaccionarias y pro imperialistas de sus propios países». (Artículo publicado en «Zeri i Popullit»: Teoría y práctica de la revolución, 1977)

He ahí la importancia artículo del polaco Bolesław Bierut, que vuelve a dejar claro, que las tendencias en el mundo y sus integrantes sólo puede ser dos: «los que defienden el poder del pueblo, que quieren la felicidad y el éxito para el pueblo, los que son patriotas genuinos y quieren la prosperidad y la soberanía de su país, estos son los campeones de la paz, la democracia y el socialismo. Los que quieren las explotación y opresión de los trabajadores, el regreso de los terratenientes y capitalistas, quienes son los adoradores del dólar, y que a pesar de su fraseología nacionalista son los más puros cosmopolitas que están traicionando la independencia de sus países». Este análisis hecho tras la Segunda Guerra Mundial, se realiza, ajustando en su pluma los diferentes cambios sufridos en el panorama internacional, pero sin alterar la teoría marxista de división de los países ni de la contradicción general en el mundo; burguesía vs proletariado, este análisis pues, está en plena consonancia con lo anticipado por Lenin y Stalin sobre la deriva mundial:

«La lucha entre ambos campos constituye el eje de toda la vida de nuestra época. Caracteriza toda la política actual interior y exterior de los representantes del viejo y del nuevo mundo». (Stalin, Dos campos, 1919)

Esta división además: mundo capitalista y mundo socialista, quedará patente hasta resolución de esta contradicción, hasta el triunfo pleno del socialismo y el comunismo sobre el capitalismo.

Este artículo también destaca, por explicar la reconfiguración del mundo capitalista bajo el liderazgo de los Estados Unidos, y por el nivel excesivo de dependencia de sus aliados del mundo capitalista, pero eso –el emergimiento de un imperialismo sobre otros como superpotencia– ni las características especial de este caso, no indican como explicaron Lenin y Stalin en su día, que las contradicciones de los Estados Unidos con sus aliados se hayan relajado, ni que su ventaja sobre estos sea eterna, lo que no destacaría la caída y ascenso de otros u otros imperialismo dentro del mundo capitalista.

El documento:


Retrato del marxista-leninista polaco Bolesław Bierut (1892-1956)

Bolesław Bierut, Dos mundos, dos caminos, 1949

¿Cuáles son las razones ideológicas, políticas y económicas de las intrigas de los belicistas? ¿Cuál es la causa de los mortales y crecientes nerviosismos en la política de los Estados imperialistas?

No hay duda de que de todas las razones para este nerviosismo excepcional entre los políticos y diplomáticos imperialistas, es primeramente el crecimiento constante de las fuerzas del socialismo y la democracia popular, la creciente conciencia revolucionaria por parte de las personas que trabajan en la mayoría de los países, y la marcha hacia adelante del movimiento de liberación de los pueblos coloniales.

Tanto durante como después de la última guerra, los políticos capitalistas estaban bastante seguros de que la lucha había debilitado seriamente a la Unión Soviética, cuyo suelo aún está manchado con la sangre de sus hijos que murieron en la batalla contra el agresor, el país que no escatimó sacrificios para ayudar a la pueblos oprimidos. Pero resultó que los pueblos de la Unión Soviética que llevaron la carga inconmensurable de la guerra, desplegaron tanto en el frente y como detrás de las líneas, un heroísmo del que sólo las gentes de un país socialista son capaces. De hecho, lejos de debilitarse, las fuerzas productivas del pueblo soviético que en los planes quinquenales de preguerra se habían desarrollado a una velocidad que habían sorprendido al mundo entero se hicieron más fuerte durante la guerra debido a los esfuerzos y la capacidad creativa de la masas que estaban dispuestas a hacer cualquier sacrificio por la patria socialista.

El sistema socialista que había demostrado su superioridad en la construcción pacífica hizo visualizar una mayor superioridad tanto en tiempo de guerra como después. Como resultado, las fuerzas productivas de la Unión Soviética se están expandiendo a un ritmo mucho mayor que antes de la guerra, por lo tanto esto da al traste con las esperanzas y expectativas de los políticos imperialistas.

Los reaccionarios de los países capitalistas tenían la esperanza de que los partidos revolucionarios de la clase obrera –el Partido Comunista Francés, el Partido Comunista Italiano y otros– serían desangrados en la lucha contra los invasores fascistas, que todo el movimiento de la clase obrera en los países capitalistas se debilitaría, lo que permitiría a renegados y oportunistas hacerse con el control del la dirección de las organizaciones obreras. Pero resultó que la experiencia y la conciencia de clase revolucionaria del pueblo trabajador alcanzaron los niveles más altos debido al hecho de que durante los años sombríos de la ocupación las personas trabajadoras, encabezados por los partidos comunistas, con el apoyo de los socialistas de izquierda, habían soportado el peso principal de la lucha de liberación nacional.

En los países liberados por el ejército rojo soviético en donde ninguna intervención extranjera directa podría acudir en ayuda de los capitalistas y los terratenientes, el pueblo tomó el poder en sus propias manos y, en el marco de la democracia popular, tomaron el camino de la construcción socialista en tierras con una población total de 80 millones. En Francia, Italia y en varios otros países capitalistas el movimiento revolucionario de la clase obrera ha crecido enormemente.

jueves, 27 de febrero de 2014

Las falsificaciones maoístas en el ámbito del conocimiento; Vasillaq Kureta, 1984


«La teoría del conocimiento es otro dominio de la filosofía que a propósito Mao Zedong y los actuales revisionistas chinos han especulado intentando falsificar la filosofía marxista-leninista.

Según los revisionistas chinos, Mao Zedong, como en otras cuestiones, habría aportado su «importante contribución» a la cuestión de la teoría del conocimiento, y habría permitido un «profundo desarrollo» de ésta. Sus teorías y sus tesis serían «desarrolladas» en obras como: «Sobre la práctica» de 1937, y «¿De dónde provienen las ideas correctas»? de 1963.

El análisis de las concepciones teóricas maoístas sobre el problema de la teoría del conocimiento y, sobre todo, la nociva acción de su puesta en práctica, muestra claramente que estos conceptos están al servicio de los intereses de clase de la pequeña burguesía y de la burguesía china. Sirvieron pues, a los objetivos pragmáticos del grupo dominante en el poder.

Los conceptos maoístas de la teoría del conocimiento están alejados de la teoría materialista dialéctica del conocimiento. Existe un contraste radical de principio entre ellas. Mao Zedong trató la teoría del conocimiento a partir de posiciones subjetivistas, metafísicas y mecanicistas, eclécticas y pragmáticas.

a) Mao Zedong falsificó la noción marxista-leninista de proceso del conocimiento

En las obras: «Sobre la práctica» de 1937, y «¿De dónde provienen las ideas correctas»? de 1963. Mao Zedong se detiene sobre los problemas del proceso del conocimiento, pero los trata a partir de posiciones metafísicas.

Como fenómeno social, el conocimiento es un proceso complejo que comprende numerosos eslabones y grados, y se desarrolla constantemente haciéndose más profundo. El conocimiento se granjea a través de las relaciones orgánicas establecidas entre sus elementos sensibles y racionales. Así, los sentidos y la razón trabajan juntos en el curso de este proceso exprimiendo mucho más la diferencia entre las sensaciones y las percepciones humanas y las animales. Cuando el hombre recibe estímulos por la percepción, su razón no pasa inactiva en el proceso. Por otra parte, cuando razona, el hombre piensa a partir de los datos abastecidos por sus órganos sensitivos. Sobre esta base y gracias a la práctica, el conocimiento se profundiza gradualmente, y del conocimiento empírico viene el conocimiento teórico, enriqueciendo las teorías existentes y creando las nuevas teorías.

Dividir el único proceso del conocimiento en empirismo y racionalismo, es decir en el hecho de considerar unilateralmente como absolutos los datos de los sentidos o los del pensamiento abstraído en el curso de este proceso, constituye una característica clásica de la filosofía premarxista. Los fundadores de la filosofía marxista-leninista trataron de manera materialista-dialéctica el proceso único del conocimiento, criticando los conceptos idealistas y metafísicos. Lenin caracterizó así este progreso dialéctico:

«De la intuición viva al pensamiento abstracto, y de éste a la práctica: tal es el camino dialéctico del conocimiento de la verdad, del conocimiento de la realidad objetiva». (Vladimir Ilich Uliánov, Lenin; Cuadernos filosóficos, 1915)

En oposición total con la dialéctica marxista, Mao Zedong escinde de manera metafísica el proceso dialéctico del conocimiento en dos etapas a las cuales atribuye una existencia independiente, en sí. Esta división es de hecho una vuelta al diseño filosófico premarxista, aunque los revisionistas chinos hubieran proclamado que se trataba de un «descubrimiento» de Mao Zedong.

Según éste, el primer grado del conocimiento es el de la «percepción sensible», «sensaciones y representaciones». Según Mao Zedong, la sensación, la percepción existen, pero sin la razón. En cuanto al concepto leninista de: «intuición viva», no lo identifica con las sensaciones, las percepciones, las representaciones, pero ello representa la propia unidad dialéctica y orgánica del elemento sensible y del elemento racional.

miércoles, 26 de febrero de 2014

En Ucrania la UE y EEUU han conseguido un gobierno que está a la orden de su política; Diario Octubre, 2014

Sólo expresar que precisamente esa inestabilidad, esa ingobernabilidad, esa crisis económica cuasi perpetua, etc; no solo crea condiciones objetivas para procesos revolucionarios al «socialismo», sino que en ausencia de un verdadero «partido de clase proletaria», de un verdadero «partido comunista» guiado por el «marxismo-leninismo» esas condiciones juegan a favor de la instauración del fascismo. Ucrania asiste a ese proceso sin que al momento hayan reacciones apropiadas para rechazar un mal de tan elevada envergadura. De ahí que nos atrevemos a asegurar que el revisionismo reinante en el Partido Comunista de Ucrania –PCU– ha hecho del mismo un indigno heredero de las «luchas bolcheviques», aunque no le sorprende a nadie, pues su burocratismo y revisionismo viene de lejos.

El documento:


Manifestantes ucranianos del partido Svoboda, con la foto del principal colaboracionista de los nazis, el fascista ucraniano; Stepán Andríyovich Bandera

Héctor Vicente: El primer tema que queríamos consultarle es la situación que se está viviendo en Ucrania, con la orden de arresto que se dictó contra el destituido presidente Víktor Fédorovich Yanukóvich. Hay declaraciones del primer ministro ruso Dmitry Medvedev, cuestionando la legitimidad de las nuevas autoridades ucranianas. ¿Qué nos puede decir en torno a todo esto?

James Petras: Es claro que la Unión Europea y los Estados Unidos han conseguido un gobierno que está a la orden de su política. Y está empezando ahora una purga, de toda la oficialidad del régimen democrático para poner en su lugar a representantes de los diferentes sectores de la oposición.

A partir de la toma de poder de los golpistas, empieza la segunda guerra entre los colaboradores para ver quién consigue qué puesto y qué puede conseguir del gobierno y a partir de las negociaciones con la Unión Europea.

Lo que hay que entender es que Ucrania, a partir de esta violencia, es un país en bancarrota, no tiene ningún acceso a los fondos que Rusia desplegó ni tampoco recibe financiamiento del mundo occidental. En esa situación, los europeos y el Fondo Monetario Internacional (FMI) encabezando las negociaciones, exigen lo que ellos llaman ‘reformas’. Esto significa que el FMI va a dictar la política económica, y les va a ordenar que ellos deben terminar con las subvenciones a la calefacción, al gas, etc.; que deben eliminar muchos de los gastos sociales; deben imponer un plan de austeridad; y van a imponer una serie de medidas de privatizaciones con el consecuente aumento del desempleo.

Esto a la vez, va a crear otros conflictos entre los golpistas, porque un sector golpista está dispuesto a aceptar los mandatos del FMI y otro sector va a decir ‘para qué luchamos si estamos peor que durante la época de Yanukóvich’. Incluso tiene como candidata a la presidencia a Yulia ‘la ladrona’ Timoshenko que estuvo encarcelada por robar más de 400 millones y ahora la presentan como honesta.

La ultraderecha ucraniana quiere prohibir el aborto y la propaganda homosexual

Traemos este artículo a propósito de paralelismo repugnantes, dos preguntas: ¿cómo se entiende que el gobierno de Nicaragua haya abolido la ley que regulaba el «aborto terapéutico», y de hecho «prohibiéndolo», casi con el mismo discurso que hoy emplean grupos «fascistas» en Ucrania? ¿Cómo se entiende que un gobierno que se pretende revolucionario y en vías del socialismo haga un desarrollo programático práctico-teórico de reafirmación religiosa cristiana –incluso plasmándolo en la reciente reforma constitucional– similar al de los fundamentalistas fascistas ucranianos?

El documento:


El movimiento nacionalista ucraniano Sector de Derechas, que ha estado al frente de las violentas protestas en ese país, quiere prohibir los abortos, la propaganda de minorías sexuales y en general todo lo que contradiga la Biblia.

El secretario de prensa del movimiento, Artiom Skoropatski, señaló en una entrevista a una cadena radial letona que uno de sus objetivos es vetar al Partido de las Regiones, así como "sanear la Unión Europea". Además, asevera que necesitan una Ucrania fuerte para que pueda aconsejar al Viejo Continente qué rumbo seguir.

"A menudo nos preguntan si estamos listos para integrarnos con Europa. Por supuesto, Europa es más cercana para nosotros. Pero miramos a Europa sin lentes color de rosa. Vemos que hay una gran cantidad de cosas negativas, como la lealtad hacia la comunidad LGBT y el liberalismo total. No estamos dispuestos a obedecer esto. Somos cristianos y no podemos abandonar las creencias que hemos tenido".

"Nuestros planes no cambian. Desde el primer día de 'Euromaidan' estuvimos a favor de la revolución de liberación nacional ucraniana y el establecimiento del Estado ucraniano conciliar. El hecho de que ahora se haya ido Yanukóvich es solo la primera etapa de la lucha".

Como un ejemplo positivo de un Estado europeo el ultraderechista mencionó a Polonia, donde el aborto está prohibido. Al mismo tiempo, tachó de "inaceptable" la ley francesa, porque en este país están permitidos los matrimonios entre personas del mismo sexo.

Miembros del Sector de Derechas han sido protagonistas en los últimos días por sus posiciones radicalistas.

Armados con fusiles kaláshnikov, miembros de la oposición pertenecientes a este grupo han amenazado con luchar contra los judíos y los rusos "hasta la muerte".

RT Actualidad

El pragmatismo, carta del presentación del revisionismo maoísta en su política interior y exterior

Mao Zedong y Henry Kissinguer, 24 de noviembre de 1973

«Lenin subrayaba que no había la verdad abstracta y que la verdad siempre es concreta. Mao Zedong especula también sobre ello. La deformación maoísta de esta tesis del materialismo dialéctico vuelve a salir claramente de la interpretación metafísica de lo concreto, del absolutismo del individuo en relación general. Proclama que el individuo es fundamental, lo transforma en general a todo, donde arrastra a otros individuos, colocando así a la gente en general bajo la dependencia completa de lo concreto, del individuo. Mao Zedong considera lo general como algo abstracto, sin contenido. Por lo tanto de este concepto viene a afirmar que: «toda cosa extranjera debe ser rechazada», que la experiencia de otros, generalizada y sintetizada en los libros y en las teorías determinadas «no es válida». De ese modo, Mao Zedong utiliza sus propios principios filosóficos erróneos para justificar el curso revisionista seguido tanto en su política interior como en su política exterior para disimular su alejamiento total del marxismo-leninismo.

Mao Zedong deforma también la tesis de la filosofía marxista-leninista sobre la práctica como el criterio objetivo de la verdad. En su obra: «Sobre la práctica» de 1937, recuerda que la práctica es el criterio de la verdad, pero solamente hay que subrayar que Mao Zedong aprecia esta cuestión a partir de posiciones pragmáticas. Para él, la realidad concreta es siempre tal como el hombre la produce, para él, la realidad está sometida a la voluntad, a la fuerza humana. Por otra parte, como criterio destinado a probar si el saber es la verdad o no, si coincide con la realidad objetiva o no, Mao Zedong utiliza para este fin: el provecho, la utilidad, el éxito. Este punto de vista maoísta es idéntico al del pragmático estadounidense William James que decía que: «la verdad es lo que es útil». Así, según Mao Zedong, para distinguir la verdad de la no verdad, hace falta:

«Aplicar la teoría a la práctica y ver si conduce a los objetivos planteados». (22) (Mao Zedong; Sobre la práctica, 1937)

Por tanto, es claro que Mao Zedong niega totalmente la objetividad de la verdad.

La práctica, como criterio objetivo de la verdad, demuestra si los conocimientos adquiridos coinciden o no con los propósitos y la realidad objetiva. Como decía Marx: «es en la práctica donde el hombre tiene que demostrar la verdad, es decir, la realidad y el poderío, la terrenalidad de su pensamiento». Pero según Mao Zedong, que el conocimiento sea verdadero o no, esto no es determinado por el hecho de que coincida con la realidad objetiva o no, sino por el hecho de que conduzca: «a los éxitos deseados». La comprobación de los conocimientos por Mao Zedong consiste en el hecho de saber si:

«Estas ideas, teorías, planes o proyectos a la práctica del mismo proceso objetivo alcanzan los objetivos planteados». (23) (Mao Zedong; Sobre la práctica, 1937)

Afirma que si logramos el éxito que esperábamos –independientemente del hecho de que los conocimientos fueran verdaderos o no–, las ideas, teorías, planes o proyectos etc. entonces eran ciertos, verdad. Pero, una ideas, teorías, planes o proyectos determinados pueden ser deseables y útiles para un hombre determinado o un extracto social determinado y no ser verdad ni tiene un carácter objetivo. De igual modo que una teoría verdadera puede no dar a lugar en un punto a resultado útil para un hombre o una clase determinada, y aun así esto no probaría que los conocimientos, teorías, y demás seguidos no hubieran coincidido con la realidad objetiva. Esto puede ser probado por la práctica. Por todo esto la lógica pragmática de Mao Zedong es una forma de justificación para sus «teorizaciones», así como también por otro lado, de sus prácticas contrarrevolucionarias frente a las clases explotadoras. Esto se encuentran en su política oportunista y pragmática seguida por él y que hoy en día es seguida aún por la dirección revisionista china». (Vasillaq Kureta; Las falsificaciones maoístas en el ámbito del conocimiento, 1984) (Vincent Gouysse; Comprender las divergencias sino-albanesas, 2004)

martes, 25 de febrero de 2014

¿Ningún compromiso?; Lenin, 1920

«En los problemas prácticos de la política de cada momento particular o específico de la historia es importante saber distinguir aquellos en que se manifiestan los compromisos de la especie más inadmisible, los compromisos de traición que encarnan un oportunismo funesto para la clase revolucionaria y consagrar todos los esfuerzos a explicar su sentido y a combatirlos. Durante la guerra imperialista de 1914 a 1918 entre dos grupos de países igualmente bandidescos y rapaces, el oportunismo principal y fundamental fue el que adoptó la forma de socialchovinismo, es decir, el apoyo de «la defensa de la patria», lo cual equivalía de hecho, en aquella guerra, a defender los intereses de rapiña de la burguesía «propia». Después de la guerra fue la defensa de la expoliadora «Sociedad de Naciones» [45], la defensa de las alianzas directas o indirectas con la burguesía del propio país contra el proletariado revolucionario y el movimiento «soviético» y la defensa de la democracia y del parlamentarismo burgueses frente al «Poder de los Soviets». Tales fueron las manifestaciones principales de estos compromisos inadmisibles y alevosos, que, en suma, han terminado en un oportunismo funesto para el proletariado revolucionario y para su causa». (Vladimir Ilich Uliánov, Lenin; La enfermedad infantil del «izquierdismo» en el comunismo, 1920)


En la cita del folleto de Fráncfort hemos visto la energía con que los «izquierdistas» plantean esta consigna. Es triste ver cómo hombres que, indudablemente, se consideran marxistas y quieren serlo han olvidado las verdades fundamentales del marxismo. Engels –que, como Marx, pertenece a esa rarísima categoría de escritores cada una de cuyas frases de sus obras importantes tiene una asombrosa profundidad de contenido– escribía en 1874 lo siguiente contra el Manifiesto de los treinta y tres blanquistas [43] miembros de la Comuna:

«... Somos comunistas» –decían en su manifiesto los comuneros blanquistas– «porque queremos llegar a nuestra meta sin detenernos en paradas intermedias, sin aceptar compromisos, que no hacen más que alejar el día de la victoria y prolongar la esclavitud».

«Los comunistas alemanes son comunistas porque, a través de todas las paradas intermedias y los compromisos creados por la marcha del desarrollo histórico, y no por ellos, ven con claridad y persiguen sin cesar la meta final: la supresión de las clases y la creación de una sociedad en la que no habrá lugar para la propiedad privada de la tierra y de todos los medios de producción. Los treinta y tres blanquistas se figuran que son comunistas porque, desde el momento en que su deseo es saltarse las paradas intermedias y los compromisos, la cosa está hecha, y que si «comienza» uno de estos días –de lo cual están firmemente seguros– y el poder cae en sus manos, pasado mañana «será instaurado el comunismo». Por consiguiente, si no se puede hacer eso en el acto, no son comunistas.

«¡Que ingenuidad pueril presentar la propia impaciencia como argumento teórico!» (Friedrich Engels. El programa de los emigrados blanquistas de la Comuna, del periódico socialdemócrata alemán Der Volksstaat [44], 1874, núm.73, incluido en la recopilación Artículos de 1871-1875, traducción rusa, Petrogrado, 1919, págs.52-53).

Engels expresa en ese mismo artículo su profundo respeto por Vaillant y habla del «mérito incontestable» de éste –que fue, como Guesde, uno de los jefes más destacados del socialismo internacional antes de su traición al socialismo en agosto de 1914–. Pero Engels no deja de analizar con todo detalle el error manifiesto. Está claro que a los revolucionarios muy jóvenes e inexpertos, lo mismo que a los revolucionarios pequeñoburgueses, incluso de edad muy respetable y con gran experiencia, les parece extraordinariamente «peligroso», incomprensible y erróneo «autorizar los compromisos». Y muchos sofistas –como politicastros «superexpertos» o excesivamente «experimentados»– razonan del mismo modo que los jefes del oportunismo inglés mencionados por el camarada Lansbury: «Si los bolcheviques se permiten tal o cual compromiso, ¿por qué no hemos de permitirnos nosotros cualquier compromiso?» Pero los proletarios educados por repetidas huelgas –para no considerar más que esta manifestación de la lucha de clases– asimilan de ordinario magníficamente la profundísima verdad –filosófica, histórica, política y psicológica– enunciada por Engels. Todo proletario conoce huelgas, conoce «compromisos» con los odiados opresores y explotadores, después de los cuales los obreros han tenido que reintegrarse al trabajo sin haber logrado nada o accediendo a una satisfacción parcial de sus reivindicaciones. El ambiente de lucha de masas y de brusco enconamiento de los antagonismos de clase en que vive permiten a cada proletario observar la diferencia existente entre compromisos de dos tipos. De una parte, un compromiso impuesto por condiciones objetivas –pobreza de la caja de los huelguistas, que carecen de apoyo, padecen hambre y están extenuados hasta lo indecible–, compromiso que en nada disminuye la abnegación revolucionaria de los obreros que lo han contraído ni su disposición a continuar la lucha. De otra parte, un compromiso de traidores que achacan a causas objetivas su vil egoísmo –¡también los esquiroles conciertan «compromisos»!–, su cobardía, su deseo de ganarse la buena disposición de los capitalistas, su falta de firmeza ante las amenazas y, a veces, ante las exhortaciones, las limosnas o los halagos de los capitalistas –estos compromisos de traidores abundan especialmente en la historia del movimiento obrero inglés por parte de los jefes de las tradeuniones, aunque, en una forma o en otra, casi todos los obreros de los demás países han podido observar fenómenos análogos–.

Caricaturas y simplificaciones maoístas; Vincent Gouysse, 2004

En otro de los capítulos «añadidos» de 2005, Vincent Gouysse tantea algunos casos que calificó con el nombre de: «caricaturas y simplificaciones maoístas». El propósito era demostrar no sólo la invalidez de esta rama del revisionismo, sino ver el absurdo que plantean sus diferentes seguidores en temas cotidianos, donde cualquier recién instruido en marxismo-leninismo, puede defender mejor su papel que tales pseudorevolucionarios idealistas, que no pueden superar el hecho del revisionismo de su figura Mao Zedong; cayendo en sentimentalismos que los arrastran al ridículo. Para ello se toma como referencia de nuevo el Partido Comunista Marxista-Leninista-Maoísta de Francia, que es el típico partido que ha rescatado la verborrea revolucionaria a falta de análisis serios, algo característico de la época de la «revolución cultural» maoísta. De aquí, el autor se lo pase en grande ridiculizando sus  posturas, que incluyen:

–Rechazan la validez de los planteamientos marxista-leninistas para la actual sociedad, ya que sus actuales seguidores rechazan que el «Pensamiento Mao Zedong» sea la superación de éste. Por ello se califican de «obsoletos» e «incompletos» los planteamientos del Partido Comunista de la Unión Soviética, y de «dogmáticos» los del Partido del Trabajo de Albania por no comprender este «avance» del «Pensamiento Mao Zedong» frente al propio marxismo-leninismo. En definitiva se critica ambas tendencias –soviética y albanesa; que en realidad forman parte del marxismo-leninismo– y a sus actuales seguidores. Se les estigmatiza ora de izquierdistas, ora de derechistas, por no aceptar una mentira a ciegas, por no subir al pedestal como teoría viva de la humanidad progresista, a una rama del árbol revisionista, a una variante más de la ideología burguesa como es el revisionismo maoísta.

–Rechazar el intento de estos partidos –marxista-leninistas– de querer desenmascarar teóricamente a los diferentes revisionismos –incluidos al maoísmo– y a sus líderes, y de querer rescatar a los verdaderos comunistas honestos para sus partidos, calificando de técnica oportunista dicha acción; –habría que recordarles algún que otro texto sobre el frente único y los obreros reformistas a estos agitadores del libro rojo de Mao–. 

–Rechazar el voto al «no» en el referéndum constitucional europeo, calificándolo de táctica oportunista a los partidos que se reunieron e hicieron campaña para tal fin, consiguiendo que la burguesía francesa por la vía legal y abierta, imponga a las masas trabajadoras gracias entre otros, a la táctica de este partido revisionista.

–Rechazar los análisis de Enver Hoxha y el Partido del Trabajo sobre el revisionismo de Mao Zedong y el Partido Comunista de China, basándose en que, el Tomo V de obras de Mao Zedong –que consta de sus obras de 1949 a 1957– fue publicado en 1977. A un año de su muerte. Creyendo que las citas que usa Enver Hoxha de este tomo son manipuladas por Deng Xiaoping y demás –como si no existieran registros previos de esas obras y otras ya publicadas por periodistas, y analistas burgueses que demostraran su autoria y simetría de contenido, o como si Deng Xiaoping acaso no se manejara en temas como: «la teoría de los tres mundos» o la «integración de la burguesía en el socialismo» bajo el «Pensamiento Mao Zedong»–. Ignorando de paso, la pila existente de materiales de Enver Hoxha y otras figuras sobre Mao Zedong durante los 60 y 70, y por supuesto después.

El documento:


«En el panorama político francés, los maoístas del Partido Comunista Marxista-Leninista-Maoísta (PCMLM) ocupan un sitio muy particular. Bajo sus aires «marxistas-leninistas-maoístas» aparentes llevan una lucha ensañada para desacreditar en conjunto al movimiento marxista-leninista que se reconstituye.

En su artículo: «Sobre Enver Hoxha y la unión de los marxistas-leninistas» (1), escrito en reacción a la reunión común del 5 de mayo de 2005 organizada por cinco organizaciones francesas que se reclaman como marxista-leninistas y al cual contribuyeron otras numerosas organizaciones que también apelan al marxismo-leninismo, en este documento nos entregan algunos procedimientos simplificadores acostumbrados a utilizar, para realzar su imagen «ultraradical», esquivando la cuestión de la importancia de la lucha contra el revisionismo moderno en el seno del renaciente movimiento marxista-leninista.

El PCMLM, da por hecho que todas las organizaciones que participan en la reunión:

«Rechazan el maoísmo como la tercera etapa del marxismo-leninismo». (Partido Comunista Marxista-Leninista-Maoísta de Francia; Sobre Enver Hoxha y la unión de los «marxistas-leninistas, 2005)

Haciendo que las diferencias ideológicas entre las organizaciones que apelan al marxismo-leninismo logren ser minimizadas hasta verse negadas, ¡ya que todos simplemente niegan a Mao Zedong! ¡Que unos sigan encenagados en la herencia socialpatriotera del Partido Comunista Francés (PCF), que mantengan ilusiones sobre que Cuba o hasta China son «socialistas», que otras organizaciones quieren volver a tener un partido comunista revolucionario, eso poca importancia tiene para el Partido PCMLM¡ Para ellos el revisionismo y el stalinismo –del PCF en los años 1930»– se les debe meter en el mismo saco, ya que se niegan a ver a Mao Zedong como la tercera espada del marxismo después de Marx y Lenin, ya que según su visión, se obstinan en quedarse encarcelados en el revisionismo más puro, o en la era –sombría– del stalinismo –que quedó a sus ojos obsoleto desde el advenimiento de la era luminosa de la «Revolución Cultural» de China. Recordemos que ellos ven:

«La Revolución Cultural China como la cumbre del comunismo ni la Guerra Popular Prolongada como un método revolucionario de toma de poder». (Partido Comunista Marxista-Leninista-Maoísta de Francia; Sobre Enver Hoxha y la unión de los marxistas-leninistas, 2005)

Poca importancia tiene para el PCMLM de Francia que unos estén dispuestos a estar en un partido que concilia los intereses entre burguesía y el proletariado mientras que otros están dispuestos para formar un partido basado en la lucha de clases. Poca importancia tiene que unos piensan que se llegará al socialismo por el perfeccionamiento de la democracia burguesa mientras que otros reclamen que la revolución socialista pasará por la dictadura del proletariado. Poca importancia tiene para el PCMLM de Francia que unos siempre hayan visto a China como «socialista» mientras que otros reclamen que ella jamás lo fue. Poca importancia tiene que unos sostengan a Cuba, Vietnam y Corea como países «socialistas» mientras que otros los consideran como naciones que tienen un cierto carácter antiimperialista nacional-democrático. Poca importancia tiene que unos se queden helados delante del diluvio de propaganda antistalinista cuando se trata de defender a la Unión Soviética de Stalin mientras que otros marcan las líneas de demarcación frente al oportunismo. Poca importancia tiene para ese partido, que estas dos corrientes opuestas, estén en una lucha a muerte en el seno de la esfera de influencia que apela al marxismo-leninismo.

lunes, 24 de febrero de 2014

Nadie se atrevería a afirmar seriamente que un jefe de destacamento guerrillero es marxista por el mero hecho de que es comandante de guerrilleros


«La banda titiosta que pretende tan ardientemente que su papel internacional ha consistido en: «desarrollar el marxismo», exclama; corrientemente, adjudicándose con desvergüenza los méritos del pueblo yugoslavo: ¡hemos organizado el movimiento guerrillero en Yugoslavia, hemos librado una guerra de liberación nacional y somos, por consiguiente marxistas! Pero nadie se atrevería a afirmar seriamente que un jefe de destacamento guerrillero es marxista por el mero hecho de que es comandante de guerrilleros. La camarilla titoista en su conjunto, no tiene muchas más razones que el aludido jefe de destacamento guerrillero para invocar el título de teóricos del marxismo». (Pavel Yudin, Los enemigos del marxismo –artículo publicado en el nº 12 del órgano de la Kominform; «Por una paz duradera, por una democracia popular»–, 1949)

Mensaje del primer secretario del Partido Comunista de Ucrania a los militantes del partido

Como ya expresamos en su momento, el conflicto que sufre Ucrania se da a instancias de contradicciones no antagónicas al interior de la burguesía ucraniana, así como de las contradicciones interimperialistas, a saber EEUU y UE de un lado; del otro Rusia.

En cuanto al Partido Comunista de Ucrania –demasiado burocratizado, demasiado domesticado por el sistema y los interese de la dirigencia– ha mantenido una actitud expectante, no ha tomado la iniciativa –ni antes ni después– a pesar de las convulsiones periódicas sufridas por el país; digamos que se ha diluido en las «revoluciones naranjas» y no ha sabido conducir el descontento general y convertir ese descontento en «insurrección proletaria».

A tal punto ha mantenido su indiferencia, que ha permitido que la extremaderecha –decididamente fascista– actúe sin ningún inconveniente, al punto que incluso están en posición de privilegio para alcanzar el poder, y de hecho ya está marcando la agenda del Estado que se muestra decididamente antiobrera, anticomunista, etc. Y a pesar de esa circunstancia la actitud dirigente sigue siendo la inercia ante los acontecimiento, incluso lacónica y lánguida.

El documento:


Queridos camaradas comunistas,

Me dirijo a vosotros en uno de los momentos más dramáticos en la historia de nuestro país. Durante los trágicos acontecimientos de los últimos tres meses, se ha derramado sangre, ha muerto gente. La integridad territorial de Ucrania se ha visto amenazada, su existencia misma como Estado soberano, independiente y unido.

Estos acontecimientos tienen un carácter ambiguo. La participación en ellos de gran cantidad de gente refleja el profundo descontento en la sociedad con la política del régimen de Yanukóvich y de su entorno, que han mostrado su incapacidad a la hora de gobernar el país, engañando al pueblo, incumpliendo todas sus promesas preelectorales y abandonando cobardemente su puesto en el momento más difícil.

La desvergüenza con la que se ha enriquecido el clan formado en torno a Yanukovich, que recibió el nombre de “Familia”, ha alejado de ellos a la mayoría de sus partidarios y electores.

Pero las manifestaciones de protesta de las masas no adquirieron el carácter de confrontación de clases. Esa lucha cruenta se ha producido entre los dos grupos de la misma clase de explotadores, la burguesía oligárquica, de los cuales la mejor preparada ha resultado el grupo que ha unido a las fuerzas proocidentales, nacionalistas de ultraderecha. Estas fuerzas han sabido hábilmente utilizar el descontento de la gente y con su ayuda consumar un golpe de Estado.

Correa alarmado por derrota en elecciones municipales

Varias cosas:

1. La «revolución ciudadana» no es ni revolución ni ciudadana. Sencillamente es una reforma del Estado Burgués existente, al tiempo que se mantiene el sistema de explotación. Sin olvidar el desarrollismo que afecta a los pueblo originario en favor de trasnacionales voraces –Chevron es la excepción–.

2. Al negar el «derecho al aborto» por criterios religiosos ha mostrado que antes que los «derechos ciudadanos» están los criterios religiosos fundamentalistas. Correa –y el partido– ha mostrado una voluntad autoritaria al asociar su continuidad en el partido y en el gobierno con la aprobación o no de la norma, incluso se sancionó a las funcionarias que propusieron reformas la ley del aborto.

3. Más importante aún, siempre se puede alcanzar el poder, pero el poder por si no es revolucionario, y en este caso se ha empleado para administrar el capitalismo existente y enriquecer a la camarilla de siempre.

El documento:


El revés del partido Alianza País del presidente Rafael Correa en la disputa electoral en Ecuador por las alcaldías de Quito, Cuenca y Guayaquil ha disparado las alarmas en esa organización política, aun cuando mostró ser la fuerza más votada.

Qué bueno que tengamos estos sacudones, aseveró Correa tras admitir que en Alianza País se cometieron errores durante la campaña electoral para los recién concluidos comicios seccionales.

Según Correa, el peor error en el que pudo caer su partido, además dormirse sobre los laureles, fue el sectarismo, por no buscar alianzas con otras fuerzas políticas.

Mientras más amplia sea la coalición de apoyo al proceso revolucionario mejor, señaló el líder de la organización partidista.

Aunque admitió que la pérdida de la alcaldía de Quito a manos de la derecha es un revés doloroso, que puede traer incluso problemas de gobernabilidad, Correa negó que ese resultado refleje la opinión del electorado sobre la Revolución Ciudadana que impulsa su gobierno.

Postfordismo y clases sociales

En términos general un buen documento de análisis del que partir para comprender la relación de las clases y los procesos productivos en la actualidad –a pesar de la insistencia, de los «ideólogos» postmodernos burgueses y revisionistas, de que el proletariado ha dejado de ser el sujeto revolucionario fruto de la revolución tecnológica–; apuntar varios:

1. Manifestar que el marxismo-leninismo no puede ser evaluado según el desarrollo del «fordismo» y el «postfordismo», pues además que se trataría de un evidente anacronismo, el fordismo –post y pre– no es una categoría filosófica sino un desarrollo –digamos– de los procesos productivos industriales. Y en si no crea al proletariado industrial, sino que únicamente amplía su masa.

2. Efectivamente, el proletariado industrial es la fuerza revolucionaria por antonomasia, según el marxismo-leninismo, por su capacidad de organización, por su capacidad de alcanzar conciencia objetiva de las relaciones sociales, etc. Pero ello nunca ha significado que el mismo requiera de ser mayoría para desarrollar un proceso revolucionario socialista, de hecho, todo el proceso requerirá de la marcha con aliados en cada etapa de transición al socialismo. Vale decir que no es que Marx desprecie el valor del proletario no industrial, sino que por las condiciones históricas, el proletariado no industrial vivía en condiciones de servidumbre lo que le convertía en un «semiproletario»; es decir, el semiproletario es parte de las masas explotadas que han de ser concienciadas de la necesidad del proceso revolucionario socialista sobre todo por su desorganización y aislamiento en el momento.

3. Con el desarrollo neoliberal del capitalismo el proletariado no industrial se ha visto altamente favorecido –nos referimos a sus reproducción– convirtiéndose en un categoría económica, es decir, pudo superar su situación de servidumbre –trabajo no «cuantificado»–.

4. Vale decir que el marxismo-leninismo se fundamenta en la «lucha de clases» y las clases están determinadas por los procesos productivos en general, y en lo específico por la tenencia y concentración de los «medios de producción» y por la usurpación del «plus valor» –riqueza–. Observemos que los medios de producción son estériles sin trabajo, es decir, es el trabajo el que produce la riqueza, y es su apropiación –como parte del proceso productivo– la que determina en última instancia las relaciones sociales. Y la revolución tecnológica no ha variado esa realidad.

5. En cuanto a la economía cognitiva o inmaterial –en marxismo-leninismo se llama trabajo intelectual–, se rige por los mismo elementos, el trabajo asalariado, la especulación financiera, la usurpación del plus valor, la concentración de los medios de producción. etc. Es decir, los mismos elementos observados por Marx en las relaciones de producción.

El documento:


En muchos aspectos hoy estamos más cerca de las cuestiones del siglo XIX que de la historia revolucionaria del XX. Una amplia variedad de fenómenos del siglo XIX está volviendo a aparecer: vastas zonas de pobreza, desigualdades crecientes, una política disuelta en el “servicio de la riqueza”, el nihilismo de partes considerables de la juventud, el servilismo de buena parte de la intelligentsia; el experimentalismo, asediado y circunscrito, de unos cuantos grupos que tratan de expresar la hipótesis comunista… (Alain Badiou) [1]

Vivimos tiempos convulsos, donde amplias masas de la población del epicentro capitalista son sometidas a un terrible proceso de pauperización mientras asistimos atónitos a una acumulación por desposesión de proporciones colosales donde sanidad, educación, pensiones …, (1) son arrebatadas a la posesión colectiva de los trabajadores para el beneficio del capital financiero y una mal entendida “recuperación económica”. Sólo en España, en el periodo 2008-2012 se realizaron unas 416.000 ejecuciones hipotecarias [2], mientras el número de familias con todos sus miembros en paro roza ya los dos millones, según la última Encuesta de Población Activa (EPA) [3]. Una situación que no sólo se circunscribe a nuestro país, y que es fácilmente extrapolable al resto de la periferia de la Unión Europea e incluso a países de su núcleo industrial como Francia y Alemania. En los últimos nueve años, el número de personas pobres en Francia aumentó en 1’2 millones, de los cuales más de 800.000 sólo en el periodo de 2008 a 2011 [4]. Mientras tanto, en Alemania, según una encuesta del pasado año del Banco Central Europeo, la mediana de los ingresos netos por hogar es mucho menor que la de Grecia, con un 25% de la población activa cobrando menos de 9.54 euros la hora [5]. La situación no mejora si nos fijamos en los Estados Unidos, que a pesar de ser una de las fuerzas motrices del capitalismo internacional posee al menos 16’4 millones de niños bajo el umbral de la pobreza [6] (aproximadamente un cuarto de todos los niños del país). Si nos fijamos en las mal llamadas minorías, la cifra aumenta a un 33’8% y 36’7% de niños latinos y afroamericanos, respectivamente [7]. Todo ello, en un país donde el 95% de la riqueza producida desde 2009 ha ido a parar a las manos del 1% más rico de la población y 3’6 millones de trabajadores cobran una cantidad igual o inferior al salario mínimo federal: 7’25 dólares la hora [7].

Esta situación de evidente recrudecimiento de la lucha de clases se ve acompañada de una intensa repolitización de amplias capas de la sociedad y de un creciente descrédito del entramado político e institucional que sustenta estos constantes ataques a las clases populares. En España en particular, el relato edulcorado de “la Transición” — uno de los pilares fundacionales del sistema bipartidista actual y su política hiperconsensual — se desmorona a marchas forzadas arrastrando consigo a la Casa Real, piedra de bóveda del sistema de partidos actual, fielmente escenificado en los pactos de la Moncloa. A este cuadro de cambio, debemos sumar la contestación al actual modelo de Estado bajo las crecientes demandas de auto determinación en Cataluña, un proceso que socava aún mas si cabe la legitimidad del marco institucional actual. Nos encontramos en definitiva, en un proceso de cambio de régimen donde las fuerzas de izquierda intentan organizar y articular la contestación de los actores populares, pare evitar como bien decía Gramsci, que en claroscuro surjan los monstruos.

En la situación actual de cierto “experimentalismo” político (si se me permite la expresión) decimonónico, tras la transfiguración radical del panorama político y económico europeo de posguerra acometida por la contrarrevolución neoliberal de los últimos 30 años y la desaparición del bloque soviético, la cuestión de la validez de la clase trabajadora como sujeto histórico y materialización objetiva de las contradicciones del sistema capitalista toma una relevancia primordial. Sobre todo puesto que cierta premura ante la situación de emergencia actual hace que en ocasiones elevemos algunos fetiches a categorías políticas y, haciendo de la necesidad virtud, convirtamos algún que otro ejercicio de marketing político en la nueva fórmula mágica para el análisis social. Siempre son útiles al respecto las palabras de César Rendueles [8].

Los discursos ideológicos y políticos, en cambio, son harina de otro costal. El materialismo marxista fue, sobre todo, una respuesta al discurso ideológico de moda en la Alemania de aquella época. Hoy el posthegelianismo no le interesa a nadie, pero la tentación de creer que los problemas prácticos se pueden resolver conceptualmente es más fuerte que nunca, y en eso consiste el idealismo que atacaba Marx. Basta pensar en toda esa gente que cree que la crisis económica actual es, sobre todo, un problema de actitud, de mentalidad. Ahí es nada: el corolario de un macroproceso económico, social y político que ha configurado el mundo tal y como lo conocemos en los últimos cuarenta años reducido a un problema de motivación, tal vez solucionable con una buena estrategia de coaching colectivo. Los materialistas, en cambio, somos unos pelmazos aguafiestas. No nos convence la idea de que los problemas se desvanecen reformulándolos en términos más interesantes, emocionantes o novedosos. Así que no somos una compañía muy grata para los de la economía del conocimiento, la psicología positiva, las clases creativas, el empoderamiento o la multitud en devenir.

Selección de textos sobre el revisionismo de Mao Zedong

Este capítulo añadido a la obra principal, suponemos, que tenía como intención para el autor; o sea para Vincent Gouysse, desvelar al lector algunas muestras –ya que lo encontramos escueto en cantidad– de los planteamientos revisionistas de Mao Zedong. Aunque sólo da algunas pinceladas sobre los errados conceptos de Mao Zedong sobre; el partido, el capitalismo de Estado, la hegemonía del proletariado, la lucha de clases en el ámbito cultural, la cuestión yugoslava, la industrialización etc., sirve de nuevo, junto al extenso material de los capítulos anteriores, como ejemplo de lo que supuso para el Partido Comunista de China manejarse por la rama revisionista del: «Pensamiento Mao Zedong».

Destacamos el paréntesis y la comparativa económica que se da entre Albania y China a mediados del documento, y también, lo que el autor llamó: «dos actitudes antimarxistas ambas en apariencia opuestas, pero que parten de la premisa de que la China de Mao Zedong era socialista, lo que hemos demostrado que era falso».

El documento:

Mao Zedong, Liu Shao-chi, Deng Xiaoping y otros, el 10 de octubre de 1949

Selección de textos sobre el revisionismo de Mao Zedong

Obras de referencia:

«Acerca del capitalismo de Estado» (9 de julio de 1953), «La línea general del partido para el periodo de transición» (agosto de 1953), «Contra las ideas burguesas en el partido» (12 de julio de 1953), «Camino obligado para la transformación de la industria y comercio capitalistas» (7 de septiembre de 1953), «Un debate en torno a la cooperativización agrícola y la actual lucha de clases» (11 de octubre de 1953), «Sobre diez grandes relaciones» (25 de abril de 1956), «Fortalecer la unidad del partido, continuar sus tradiciones» (30 de agosto de 1956), «Sobre el tratamiento correcto de las contradicciones en el seno del pueblo» (27 de febrero de 1956), «Discurso ante la conferencia nacional del partido comunista de china sobre el trabajo de propaganda» (12 de marzo de 1956), «Rechazar la ofensiva de los derechistas burgueses» (9 de julio 1957), «Método dialéctico para la unidad interna del partido» (18 de noviembre de 1957)

Esta selección de textos se toma del Volumen V de las Obras Escogidas de Mao Zedong publicado en abril de 1977 por las Ediciones en Lenguas Extranjeras de Pekín. Este volumen contiene los escritos de Mao Zedong del período que cubre de 1949 a 1957, unos escritos que no se publicaron durante la vida del autor –exceptuando algunas breves citas incluidas en su colección de citas publicadas en la obra: «Citas del Presidente Mao Zedong» de 1966, más conocido como: «El libro rojo de Mao Zedong»–. Sus últimos escritos que cubrirían de 1957 hasta 1976 por tanto, nunca fueron publicados oficialmente. En el número de escritos de este volumen hemos puesto lo más esencial –algunos diseños específicos reaparecen de un texto a otro continuamente– ilustrando la exacerbación revisionista de Mao Zedong especialmente después de la muerte de Stalin.

Todas estas concepciones revisionistas han sido ampliamente comentadas por Enver Hoxha, ello puede ser estudiado principalmente en las obras: «El imperialismo y la revolución» de 1978, en el recopilado de textos y reflexiones sobre Mao Zedong y China desde 1962 a 1977 llamado: «Reflexiones sobre China» publicado en 1979, así como en las sus memorias sobre los jruschovistas nombrado: «Los jruschovistas, memorias» de 1980. Nos limitaremos pues, a dar los grandes rasgos que permitirán comprender bien la camada revisionista de los textos de Mao Zedong.

En las obras como: «Acerca del capitalismo de Estado» de 1953 y «Camino obligado para la transformación de la industria y comercio capitalistas» de 1953. Mao Zedong muestra la realidad que oculta bajo consignas «marxistas-leninistas», las cuales usa parar manipular la «lucha de clases», la «socialización de los medios de producción» y el establecimiento de la «dictadura del proletariado» en China.

En cuanto a la «lucha de clases», se nos propone una «cooperación» que se basa en:

«Contar con la libre voluntad de los capitalistas, pues se trata de una cooperación, y la cooperación está reñida con la coerción». (1) (Mao Zedong, Camino obligado para la transformación de la industria y comercio capitalistas, 1953)

domingo, 23 de febrero de 2014

¿Debe participarse en los parlamentos burgueses?; Lenin, 1920

«La actitud de un partido político ante sus errores es uno de los criterios más importantes y más seguros para juzgar la seriedad de ese partido y del cumplimiento efectivo de sus deberes para con su clase y para con las masas trabajadoras. Reconocer abiertamente un error, poner al desnudo sus causas, analizar la situación que lo ha engendrado y discutir atentamente los medios de corregirlo: eso es lo que caracteriza a un partido serio; en eso consiste el cumplimiento de sus deberes; eso es educar e instruir a la clase y, después, a las masas. Al no cumplir ese deber ni estudiar con extraordinaria atención, minuciosidad y prudencia su error manifiesto, los «izquierdistas» de Alemania –y de Holanda– muestran precisamente que no son el partido de la clase, sino un círculo, que no son el partido de las masas, sino un grupo de intelectuales y de un reducido número de obreros que imitan los peores rasgos de los intelectualoides». (Vladimir Ilich Uliánov, Lenin; La enfermedad infantil del «izquierdismo» en el comunismo, 1920)


Los comunistas «de izquierda» alemanes responden a esta pregunta, con el mayor desprecio –y la mayor irreflexión–, negativamente. ¿Sus argumentos? En la cita reproducida más arriba leemos:

«... rechazar del modo más categórico todo retorno a los métodos de lucha parlamentarios –los cuales han caducado ya histórica y políticamente–...»

Está dicho en un tono ridículamente presuntuoso y es una falsedad evidente. ¡«Retorno» al parlamentarismo! ¿Acaso existe ya en Alemania una república soviética? ¡Parece que no! ¿Cómo puede hablarse, entonces, de «retorno»? ¿No es eso una frase vacía?

El parlamentarismo «ha caducado históricamente». Esto es cierto desde el punto de vista de la propaganda. Pero nadie ignora que de ahí a su superación práctica hay una distancia inmensa. Hace ya muchos decenios que podía decirse con entera razón que el capitalismo había «caducado históricamente»; mas esto no suprime en modo alguno la necesidad de sostener una lucha muy prolongada y muy tenaz sobre el terreno del capitalismo. El parlamentarismo «ha caducado históricamente» desde el punto de vista histórico universal, es decir, la época del parlamentarismo burgués ha terminado, la época de la dictadura del proletariado ha empezado. Esto es indiscutible. Pero en la historia universal se cuenta por décadas. Desde su punto de vista, diez o veinte años más o menos no tienen importancia, son una pequeñez imposible de apreciar incluso aproximadamente. De ahí que recurrir a la escala de la historia universal en un problema de política práctica constituya el error teórico más escandaloso.

¿Que el parlamentarismo «ha caducado políticamente»? Eso es ya otra cuestión. Si fuera cierto, la posición de los «izquierdistas» sería firme. Pero eso hay que demostrarlo con un análisis muy serio, y los «izquierdistas» ni siquiera saben abordarlo. También es malísimo, como veremos, el análisis que se hace en las «Tesis acerca del parlamentarismo», publicadas en el nº1 del Boletín de la Oficina Provisional de Ámsterdam de la Komintern –Bulletin of the Provisional Bureau in Amsterdam of the Communist International, February 1920–, las cuales expresan claramente las tendencias izquierdistas de los holandeses o las tendencias holandesas de los izquierdistas.

sábado, 22 de febrero de 2014

Ucrania, entre imperialismos [recopilación documental]; Equipo de Bitácora (M-L), 2014

El desarrollo de los acontecimiento en Ucrania merecen ser atendido y comprendidos a cabalidad; pues lo que está ocurriendo en la república ex soviética responde a algo más que a la acción de un grupo de filofascista en conformidad con el sector político afín a la Unión Europea y Estados Unidos. Observemos:

1. El escenario de los acontecimientos se dan en una zona geográfica de gran importancia geoestratégica en el sentido que permite a la Unión Europea y a Estados Unidos –muy interesados en cercar estratégicamente a Rusia– aumentar su presión militar sobre la Federación Rusa, en medio de una carrera armamentística encubierta en desarrollo, incluso con posibilidades de acercar a un más el ya tristemente célebre escudo antimisiles del imperialismo norteamericano.

2. Es improbable que Rusia acepte perder un plaza estratégica para su defensa, y que pase a engrosar las de un «eventual» enemigo; de ahí es deducible que con prontitud veremos acciones rusas en territorio ucraniano –es posible que se trata de un contingente militar de «pacificación» al uso, dada la voluntad militarista, paramilitar, mostrada por los golpistas de Maidán–. Si es que aún no se están desarrollando. Sin lugar a dudas, asistiremos a una reedición del conflicto de los combustibles fósiles ruso-europeo.

3. Lo antes determina, como era de esperar, que la agudización de las contradicciones no antagónicas entre los imperialismos, en medio de la actual crisis económica global, se están profundizando a tal punto que es probable una guerra interimperialista a corto plazo dado los acontecimientos. La misma lectura para el conflicto fronterizo sino-japonés.

4. En lo fundamental, se trata de la estrategia de llevar la inestabilidad a territorio ruso desde las ex repúblicas soviética —especialmente desde que fracasó el «fundamentalismo islámico checheno» en ese fin–, de hecho ya se intentó desde Georgia.

5. En Ucrania post soviética no está en juego ningún orden social o sistema, sino la supremacía de un imperialismo sobre otro de cara a intereses político-económicos.

6. Existe un evidente divorcio entre la cara institucional de la «oposición» y los paramilitares que ocupan Maidán, al menos eso se deduce del hecho de que los acuerdos de los primeros no hayan sido respetados por los segundos, estos claramente formados por ultraderechistas próximos al nazismo y de fundamentalistas venidos del Cáucaso. Esta autonomía de los paramilitares de Maidán –con apoyo militar, logístico, político, y mediático dispensado por Occidente– hace probable que Ucrania caiga en manos del fascismo o al menos de un gobierno democrático-burgués filofascista.

7. Viendo los acontecimientos, a los revisionistas del Partido Comunista de Ucrania (PCU) de la «vía pacífica» –vacilantes en estos momentos– ya solo les quedarán reorganizarse y hacer uso de las armas si quieren sobrevivir.

El documento:


Ucrania se ha sumido en el abismo de la guerra civil

A juzgar por los acontecimientos en la capital y en muchas otras regiones de Ucrania, el país avanza a la deriva en dirección al agravamiento de la escalada del conflicto.

El Presidente Víktor Yanukóvich mantiene negociaciones con unos abortos políticos que no tienen ni el mandato ni la confianza de las masas, con unos sujetos, a los que las formaciones paramilitares que ocupan Maidán y casi toda la calle Kreschatik, no se subordinan. Las conversaciones se mantienen a pesar de que los acuerdos alcanzados se violan constantemente, o simplemente se ignoran. En realidad se ha estado negociando con criminales de Estado.

La moral de los auténticos defensores de Kiev y de los derechos de los ciudadanos de Ucrania está cayendo. A los destacamentos de la “Berkut” les ordenan detenerse justo cuando están cercanos a alcanzar su principal tarea: liquidar ese absceso de pus en el centro de Kiev. En los últimos dos días de agravamiento de los desórdenes, en las filas de la Berkut, de 50 efectivos solo quedan 19 o 20 capacitados para seguir en servicio. El 20 de febrero un francotirador comenzó a disparar contra los militares de las tropas del Ministerio del interior y la Berkut. A mediodía había heridos más de 20 efectivos policiales.

En uno de los partes del Ministerio del interior se dice que “ha quedado establecido que los golpistas en Maidán, posiblemente desde el edificio del conservatorio, han estado disparando abiertamente contra los militares y unidades de la Berkut”.

Mientras, el Presidente de los EE.UU. Barak Obama, de visita en México se permite instruir a Yanukóvich sobre lo que tiene que hacer en Kiev. Desde la ciudad de Toluca ha podido ver que la culpa de todo la tiene el gobierno de Ucrania, que “debe adoptar las medidas imprescindibles para frenar la violencia en el país”. El gobierno de Kiev en su opinión, debe cooperar estrechamente con la “oposición” para conseguir la resolución pacífica de las contradicciones surgidas. Es imprescindible que el “Spetnaz” abandone las calles de las ciudades de Ucrania, señala Obama. Que las abandonen, para que los elementos profascistas puedan impunemente hacer todo lo que les venga en gana en la ciudad. Y los apetitos de los nazis no son pequeños. Tras la liberación de la “casa de Ucrania” se ha sabido que una gran parte de los fondos del museo de historia de Kiev, que se encontraban en los pisos cuarto y quinto de este edificio, ha sido completamente destruida. Las puertas en los depósitos donde se guardaban 250 mil objetos de exposición, fueron reventadas, los objetos de arte estaban dispersos por el suelo, muchos otros, de un valor incalculable habían desaparecido.

jueves, 20 de febrero de 2014

José Díaz desmontando el mito de los comunistas españoles sobre la quema de iglesias y asesinatos a católicos

José Díaz, pronunciado uno de sus discursos más recordados en Valencia durante el 5 de febrero de 1937

«Hay una campaña fascista de tipo internacional para hacer creer que nosotros, los obreros especialmente, asesinamos a los católicos, quemamos todas las iglesias y cometemos qué sé yo cuántas tropelías más contra los creyentes. Nosotros, el Partido Comunista de España, respetamos las creencias religiosas, aunque no las profesemos. En el gobierno hay un ministro católico y miles de católicos se baten al lado del pueblo en las trincheras. Es necesario ganar para nuestra causa a las masas campesinas que todavía son católicas. Y les haremos comprender su error. Esa será una labor lenta y tenaz de educación. (...) En España quedan en pie miles de iglesias, y nosotros no tenemos, el menor interés en derribarlas ni en destruir lo que hay dentro de ellas. Si una iglesia no se utiliza como fortín de guerra por los más obligados a respetarla; como templó, y si los fieles van a esa iglesia a profesar su culto, a rezar o dar fe de sus creencias, que lo hagan; nosotros les respetaremos también, y no les molestaremos. Lo que ocurre es que hasta hoy, en España, la religión católica era, en su inmensa mayoría, de un cerrillismo tal, que sólo alentaba en ella odio contra el proletariado y contra las fuerzas progresivas, y esos católicos cerriles son los que se han levantado hoy en armas contra la República y contra el pueblo. Todo el que se levante en armas contra el pueblo, visto uniforme avista sotana, llevará su merecido, eso es evidente. Pero es necesario que se sepa, lo decimos como partido comunista, que nosotros respetamos las creencias religiosas cuando se profesa honradamente y no como un arma de lucha contra el pueblo. (...) Los que menos pueden especular con el respeto a la religión, son los elementos del fascismo internacional, pues ellos son, nadie lo ignora, los que han convertido las iglesias en arsenales de armas y en polvorines. Donde haya alguien, que ayude al pueblo, que haga algo en defensa de nuestra España, que haga algo para ayudarnos a ganar la guerra, hay que considerarles como un aliado, sin meterse a averiguar sus creencias religiosas. A los trabajadores que las profesen, nuestro deber es hacerles comprender, a lo largo del tiempo, que están equivocados. Tenemos, en apoyo de esto, un hecho concreto; tenemos el hecho grandioso de la Unión Soviética. En la Unión Soviética hay todavía algunas iglesias abiertas al culto. ¿Pero quién entra en ellas? En los primeros tiempos de la revolución, todavía entraba mucha gente en las iglesias. Pero hoy, cuando pasamos por delante de alguna de las iglesias que quedan aún en la Unión Soviética, vemos que sólo entran en ellas el pope y cuatro pobres viejos apegados a su rutina. ¿Y qué ocurre? Que las iglesias van desapareciendo como consecuencia de la nueva educación, ante la nueva generación, hija del socialismo. En España también respetamos o debemos respetar las creencias religiosas. A los que no respetamos es a los falsos religiosos que convierten el crucifijo en trabuco, que empuñan las armas contra el pueblo y que se parapetan en las iglesias como si fuesen fortalezas de guerra». (José Díaz, ¿Qué hacer para ganar la guerra?; Conferencia pronunciada en el teatro Olimpia, de Valencia, 2 de febrero, 1937)

¿Deben actuar los revolucionarios en los sindicatos reaccionarios?; Lenin, 1920

«No actuar en los sindicatos reaccionarios significa abandonar a las masas obreras insuficientemente desarrolladas o atrasadas a la influencia de los líderes reaccionarios, de los agentes de la burguesía, de los obreros aristócratas u «obreros aburguesados».» (Vladimir Ilich Uliánov, Lenin; La enfermedad infantil del «izquierdismo» en el comunismo, 1920)


Los «izquierdistas» alemanes consideran que pueden responder con una negativa absoluta a esta pregunta. A su juicio, las soflamas y los gritos de cólera contra los sindicatos «reaccionarios» y «contrarrevolucionarios» –K. Horner se distingue por «el aplomo» y la necedad con que hace esto– bastan para «demostrar» la inutilidad e incluso la inadmisibilidad de que los revolucionarios, los comunistas, actúen en los sindicatos contrarrevolucionarios, en los sindicatos amarillos, socialchovinistas y conciliadores dirigidos por los Legien.

Pero por muy convencidos que estén los «izquierdistas» alemanes del carácter revolucionario de semejante táctica, ésta es, en realidad, profundamente errónea y no contiene más que frases hueras.

Para aclararlo partiré de nuestra propia experiencia, conforme al plan general del presente folleto, que tiene por objeto aplicar a Europa Occidental lo que la historia y la táctica actual del bolchevismo contienen de aplicable, importante y obligatorio en todas partes. La correlación entre jefes, partido, clase y masa y, a la vez, la actitud de la dictadura del proletariado y de su partido ante los sindicatos aparece actualmente entre nosotros en la siguiente forma concreta: la dictadura la ejerce el proletariado organizado en los Soviets y dirigido por el Partido Comunista Bolchevique, que, según los datos del último Congreso –abril de 1920–, cuenta con 611.000 miembros. El número de militantes ha oscilado mucho tanto antes como después de la Revolución de Octubre y ha sido considerablemente menor incluso en 1918 y 1919 [29]. Tememos ampliar con exceso el partido porque los arribistas y truhanes, que sólo merecen ser fusilados, tratan infaliblemente de infiltrarse en el partido gobernante. La última vez que abrimos de par en par las puertas del partido –sólo para los obreros y los campesinos– fue en los días –invierno de 1919– en que Yudénich se encontraba a algunas verstas de Petrogrado y Denikin estaba en Oriol –a unas trescientas cincuenta verstas de Moscú–, es decir, cuando la República Soviética se veía ante un peligro terrible, mortal, y los aventureros, los arribistas, los truhanes y, en general, los elementos inestables no podían contar en modo alguno con hacer una carrera ventajosa –sino más bien con la horca y las torturas– si se adherían a los comunistas [30]. El partido, que celebra congresos anuales –en el último, la representación fue de un delegado por cada mil militantes–, lo dirige un Comité Central de 19 miembros, elegido por el congreso; la gestión de los asuntos corrientes la ejercen en Moscú dos organismos aún más restringidos, denominados «Buró de Organización» y «Buró Político», que se eligen en sesiones plenarias del Comité Central y cada uno de los cuales está compuesto de cinco miembros de éste. Nos hallamos, pues, ante una verdadera «oligarquía». En nuestra República, ninguna institución del Estado resuelve problemas políticos o de organización importantes, cualesquiera que sean, sin las directrices del Comité Central del partido.

En su labor, el partido se apoya directamente en los sindicatos, que tienen ahora, según datos del último congreso –abril de 1920–, más de cuatro millones de afiliados y que en el aspecto formal son sin partido. De hecho, todos los organismos dirigentes de la inmensa mayoría de los sindicatos, y en primer término, como es natural, la institución central o buró sindical de toda Rusia –Consejo Central de los Sindicatos de toda Rusia–, se componen de comunistas y aplican todas las directrices del partido. Se obtiene, en conjunto, un mecanismo proletario, no comunista en el aspecto formal, flexible y relativamente amplio, potentísimo, por medio del cual el partido está ligado de manera estrecha a la clase y a las masas y a través del cual se ejerce, bajo la dirección del partido, la dictadura de la clase. Por supuesto, nos hubiera sido imposible gobernar el país y ejercer la dictadura, no ya dos años y medio, sino ni siquiera dos meses y medio, sin la más estrecha ligazón con los sindicatos, sin su fervoroso apoyo, sin su abnegadísima labor tanto en la organización económica como en la militar. Está claro que esta estrechísima ligazón significa, en la práctica, una labor de propaganda y agitación muy compleja y variada, reuniones oportunas y frecuentes no sólo con los dirigentes, sino, en general, con los militantes sindicales influyentes y una lucha sin cuartel contra los mencheviques, que tienen todavía cierto número de partidarios –muy pequeño, en verdad–, a los que inician en todas las malas artes de la contrarrevolución, desde la defensa ideológica de la democracia –burguesa– y la prédica de «la independencia» de los sindicatos –independencia... ¡respecto del poder estatal proletario!– hasta el sabotaje de la disciplina proletaria, etc, etc.

Reconocemos que el contacto con «las masas» por conducto de los sindicatos es insuficiente. En el curso de la revolución se ha creado en nuestro país, en la práctica, un organismo que procuramos por todos los medios mantener, desarrollar y ampliar: las conferencias de obreros y campesinos sin partido. Este organismo nos permite observar el estado de ánimo de las masas, acercarnos a ellas, responder a sus demandas, promover a cargos del Estado a sus mejores elementos, etc. Un decreto reciente sobre la transformación del Comisariado del Pueblo de Control del Estado en «Inspección Obrera y Campesina» confiere a estas conferencias sin partido el derecho de elegir miembros del Control del Estado para las funciones más diversas de revisión, etc.