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Dejamos en vuestras manos un documento esencial para la comprensión de las tareas llevadas a cabo por los marxista-leninistas soviéticos en la etapa socialista; en el mismo se explica el fin de la redacción de una nueva constitución para la Unión Soviética, y se verá cómo fue abordado el proyecto desde una visión marxista-leninista, considerando los avances alcanzados por la sociedad soviética desde la etapa inmediata al triunfo de la revolución de octubre de 1917, pasando por la nueva política económica en 1921 y la posterior consecución del Primer Plan Quinquenal en 1928, así como el inicio del triunfo de la colectivización en los años 30, etc. Estas etapas, como era de esperar, supusieron un cambio en la fisonomía de la sociedad soviética.
Se abordaran también los cambios que operaron en las relaciones de clases, y al interior de cada clase y capa social en particular, se verá el cambio cualitativo ocurrido en un sociedad socialista tras la derrota y desaparición «objetiva» de la burguesía que induce a la «desaparición del proletariado» como tal, y a la «aparición de un nueva clase social obrera»: la clase obrera de la sociedad socialista que tiene en sus manos los medios de producción al tiempo que dirige los campos de lucha políticos, económicos e ideológicos en la nueva sociedad en alianza con el resto de capas trabajadoras; es el caso del campesinado trabajador: que ya no era propietario individual de la tierra o que ya no estaba desposeído de una propia parcela individual, debido a que se había erradicado tantos a los terratenientes como a los kulaks –burguesía rural– como clase. Este campesinado trabajador se acercaba a la clase obrera mediante el trabajo a gran escala junto a otros campesinos, papel fundamental tendría en este cambio operado en el campo el desarrollo de las granjas estales. También capas como las de la intelectualidad al no existir ya las clases explotadoras, y existir cada vez más libertad e igualdad de oportunidades en la cultura y el estudio, sus elementos no se nutrían ya de las explotadoras como en la sociedad capitalista, sino de las clases trabajadoras.
Es preciso comprender que cuando en este informe se habla de que ya no hay antagonismo de clases, no significa que se ha detenido la lucha de clases, que ésta haya desaparecido o haya terminado; sino que en la realidad objetiva, ya no existen los burgueses ni los kulaks ni ninguna otra clase explotadora como clase social, pues estos han sido despojados de los medios de producción durante varias etapas desde 1917: entiéndanse que mediante la posesión de dichos medios de producción mediante los cuales explotaban a la clase obrera y al campesinado creaban el mismo ser de su de clase social, y que sin esta propiedad confiscada por el Estado socialista pierden la razón de ser como clase social. El campesinado es vanguardizado por el proletariado, y se va proletizando con: 1) el paso de la explotación individual de su parcela; 2) a la explotación conjunta de la tierra en la colectividad y; 3) finalmente con el paso de estas a granjas estatales donde se iguala al obrero de la ciudad como clase social. En consecuencia, tanto el obrero de la ciudad, como el campesino, que está en cualquiera de estos tres puntos, tienen intereses comunes, ya que desde el partido comunista como tal se busca la igualación de las clases trabajadoras para la posterior abolición de clases en el comunismo.
Este periodo de la sociedad socialista de que habla Stalin significa que la lucha de clases no desaparece sino que se profundiza en el interior del Estado socialista contra los rescoldos y reminiscencias burguesas en cualquiera de los campos –político, económico, ideológico–; en ese sentido, una vez conquistado el poder político –estableciendo la dictadura del proletariado– y el económico –acabando con la propiedad privada–, será en el campo ideológico, y en particular en la rama de la cultura, en dónde más trabajo quedará por hacer en cuanto al desarrollo de la lucha de clases pues ahí aún anidarán la conciencia y costumbres retrógradas de la anterior sociedad –es la llamada superestructura–, siendo un campo más atrasado que el campo económico y político, y la razón de que este campo requerirá de la necesidad de más tiempo para su transformación, eso no significa descuidar la lucha de clases en el campo político –defender la dictadura del proletariado– y económico –defender el orden económico socialista–, y de hecho el campo político siempre tendrá un papel de primer orden:
«Para la victoria del proletariado es necesario suprimir la resistencia de los explotadores, no sólo en el campo de la política y la economía, sino también en el campo de la ideología. En el campo de la ideología la resistencia es aún más persistente, larga, profunda, y continua después de haber suprimido la resistencia armada de las clases explotadoras. Por lo tanto, la lucha contra la resistencia ideológica de la vieja sociedad contra los restos del capitalismo en la mente de los trabajadores es una de las tareas más importantes de la lucha de clases proletaria. Sin el cumplimiento de la tarea la clase obrera no puede reforzar su supremacía política. Y bajo la dictadura del proletariado este conduce la lucha de clases política, económica e ideológica. En esta lucha el campo de la política sigue siendo la principal forma de lucha de clases». (Partido Comunista de la Unión Soviética; El materialismo histórico, 1950)
Esto sería comprendido y asimilado por otros marxista-leninistas:
«Defendiendo estoicamente el punto de vista de que en el socialismo la lucha de clases se desarrollo de una manera integral, entrelazada con sus tres principales frentes –el político, económico e ideológico–, el partido se opone a la tesis de que, con la liquidación de las clases explotadoras, la lucha de clases se desarrollo solo o principalmente en el frente ideológico. La experiencia nos muestra, que en esta etapa, también, la lucha de clases sobre el frente político se mantiene siempre en el centro de la lucha de clases. Esta lucha toma decisiva importancia porque ella es una lucha por el poder estatal, una lucha sobre la cuestión de si la dictadura del proletariado debe ser mantenida y fortalecida, o si ella degenera y es liquidada. Independientemente del hecho de que en las diferentes etapas particulares formas de la lucha de clases se agudizan, la lucha de clases debe ser librada de manera simultánea en los tres frentes: político, económico e ideológico. La decaída en alguno de estos tres frentes encarna una desviación de la teoría marxista-leninista, porque trae consigo el debilitamiento de toda la lucha de clases». (Jorgji Sota; Sobre la dictadura del proletariado y la lucha de clases en Albania, 1983)
En la lucha de clases interior no hay que olvidar que las viejas clases explotadoras estarán estimuladas de diversas formas por el cerco imperialista exterior, entre las clases explotadoras nacionales hay entonces un cariz y voluntad contrarrevolucionario de cara a la revolución de su país por doble razón: por sus propios intereses de clase nacionales, y por la estimulación de clase explotadora que azuza desde el exterior a estos elementos explotadores derrocados para que corten de raíz las transformaciones revolucionarias o en caso de ya haberse realizado, de degenerarlas:
«Hay que demoler y arrojar lejos de nosotros la podrida teoría de que, a cada paso que damos adelante, la lucha de clases entre nosotros irá extinguiéndose paralelamente, que a medida que aumenten nuestros éxitos, el enemigo de clase se hará más manso. No se trata solo de una teoría podrida, sino también es una teoría peligrosa, porque adormece a nuestros hombres, les hace caer en trampas y permite al enemigo de clase recobrarse para combatir al poder soviético. Por el contrario, cuanto más avancemos, cuanto más éxitos conquistemos, tanto mayor será el furor de los restos de las clases explotadoras aplastadas, tanto más de deprisa recurrirán a las más agudas formas de lucha, tanto más intentarán perjudicar al Estado» soviético, tanto más se agarraran a los más desesperados procedimientos de lucha, como el último recursos de aquellos que van a la ruina». (Iósif Vissariónovich Dzhugashvili, Stalin; Sobre los defectos del trabajo del partido y sobre las medidas para liquidar a los elementos trotskistas y demás elementos de doble cara; Informe y discurso de clausura en el Pleno del Comité Central del Partido Comunista (bolchevique) de la Unión Soviética, 3 y 5 de marzo de 1937)
Estas lecciones calaron profundamente en la próxima generación de marxista-leninistas:
«El hecho de que, en algún momento, descubrimos y aplastamos a los elementos o grupos aislados hostiles, no nos debe poner a dormir o hacernos creer que los enemigos han sido eliminados por eso. Mientras la lucha de clase se prosigue, mientras la presión burguesa hostil se hace sentir del interior y del exterior, el peligro de la aparición de nuevos enemigos y de su acción contra el socialismo subsiste. El partido y el pueblo tiene que estar siempre en guardia, vigilante y revolucionario, deben llevar una lucha de clases resuelta e intransigente y bloquearles así a los enemigos todo acceso por dónde estos pudieran perjudicarnos». (Enver Hoxha; Informe en el VIIº Congreso del Partido del Trabajo de Albania; Obras escogidas, Tomo V, 1 de noviembre de 1976)
En el plano exterior en las relaciones interestatales continua la lucha de clases frente al cerco imperialista, que sigue manteniendo la presión ya sea a base de acciones saboteadoras, propaganda ideológica e incluso contiendas bélicas. Este peligro nunca desaparece:
«El cerco capitalista, significa en concreto que existe un país, la Unión Soviética, la cual ha instaurado el orden socialista, y que por otra parte, hay una gran número de países, países burgueses, que continúan llevando un género de vida capitalista y están cercando a la Unión Soviética, aguardando la menor oportunidad para atacarla, para abatirla o, en todo caso, para socavar su potencia y debilitarla. (...) Nos preguntamos, ¿por qué los Estados burgueses deberán observar hacia el Estado soviético socialista una actitud más delicada y de mejor vecindad que hacia los Estados burgueses de mismo tipo que ellos? ¿Por qué enviarán a la retaguardia de la Unión Soviética, menos espías, saboteadores, agentes de diversión y asesinos de los que han enviado a las retaguardias de los Estados burgueses congéneres? ¿De dónde han salido tales suposiciones? ¿No sería más justo admitir, desde el punto de vista marxista, que los Estados burgueses deben enviar a la retaguardia de la Unión Soviética hasta dos y tres veces más saboteadores, espías, agentes de diversión y asesinos de los que envían a la retaguardia de cualquier Estado burgués? ¿No está claro que mientras exista el cerco capitalista, existirían en nuestro país los saboteadores, los espías, los agentes de diversión y los asesinos enviados a nuestra retaguardia por los agentes de los Estados extranjeros?». (Iósif Vissariónovich Dzhugashvili, Stalin; Sobre los defectos del trabajo del partido y sobre las medidas para liquidar a los elementos trotskistas y demás elementos de doble cara; Informe y discurso de clausura en el Pleno del Comité Central del Partido Comunista (bolchevique) de la Unión Soviética, 3 y 5 de marzo de 1937)
Enver Hoxha diría en relación al cerco capitalista, y conociendo las lecciones de Lenin y Stalin sobre éste:
«El cerco imperialista-revisionista no es en modo alguno pasivo o simplemente geográfico, es un cerco amenazador y activo, que nos combate en todos los dominios y en todas las direcciones. No obstante, todavía hay gente que tiene un diseño superficial y simplista de este cerco, que subestima unas veces el peligro de agresión militar, otras las dificultades que se derivan del bloqueo económico, y otras el peligro de diversión ideológica extranjera. Actitudes de este género son muy nocivas». (Enver Hoxha; Informe en el VIIº Congreso del Partido del Trabajo de Albania; Obras escogidas, Tomo V, 1 de noviembre de 1976)
Y así exponía Iósif Stalin, algunos de los efectos de la interrelación de ambos flancos interior y exterior de la lucha de clases:
«No hay que perder de vista que los restos de las clases derrotadas en la Unión Soviética no están solos. Cuentan con el apoyo directo de nuestros enemigos, más allá de las fronteras de la Unión Soviética. Sería un error creer que la esfera de lucha de clases se limita a las fronteras de la Unión Soviética. Si un flanco de la lucha de clases actúa en el marco de la Unión Soviética, su otro flanco se extiende hasta el interior de las fronteras de los Estados burgueses que nos rodean. Los restos de las clases derrotadas no pueden ignorarlo. Y, justamente porque lo saben, continuarán también en el futuro sus ataques desesperados». (Iósif Vissariónovich Dzhugashvili, Stalin; Sobre los defectos del trabajo del partido y sobre las medidas para liquidar a los elementos trotskistas y demás elementos de doble cara; Informe y discurso de clausura en el Pleno del Comité Central del Partido Comunista (bolchevique) de la Unión Soviética, 3 y 5 de marzo de 1937)
Los marxista-leninistas albaneses, también entenderían perfectamente esta interrelación:
«El frente interior y exterior de la lucha contra los enemigos de clase están muy unidos entre sí. Están unidos por la ideología anticomunista y por la necesidad de sostenerse mutuamente en la lucha contra el partido y el orden socialista. Es importante entender no sólo que esta situación seguirá existiendo mientras exista el cerco imperialista-revisionista y los restos del capitalismo dentro del país, sino que esta colaboración puede reforzarse y volverse muy peligrosa si nos mostramos desatentos, si mostramos falta de vigilancia y no combatimos esta acción con determinación». (Enver Hoxha; Informe en el VIIº Congreso del Partido del Trabajo de Albania; Obras escogidas, Tomo V, 1 de noviembre de 1976)
Un pequeño resumen y explicación de la importancia de los cambios en la constitución, puede verse en la entrevista a Stalin concedida a Roy Howard poco antes de institucionalizarse la nueva constitución, donde responde a las preguntas de un periodista burgués sobre la idiosincrasia del sistema soviético:
«Howard: En la Unión Soviética se está elaborando una nueva constitución, la que prevé un nuevo sistema electoral. ¿Hasta qué punto este nuevo sistema puede cambiar la situación en la Unión Soviética, si en las elecciones sólo va a seguir tomando parte, igual que antes, un único partido?
Stalin: Aprobaremos nuestra nueva constitución, seguramente, a fines de este año. La comisión encargada de elaborarla trabaja y debe terminar pronto su labor. Como ya se ha declarado, según la nueva constitución las elecciones serán generales, iguales, directas y secretas. A usted le desconcierta el que en estas elecciones sólo vaya a tomar parte un único partido. No ve qué lucha electoral puede haber en estas condiciones. Es evidente que en las elecciones no presentará candidaturas solamente el Partido Comunista (bolchevique) de la Unión Soviética, sino que las presentarán también toda clase de organizaciones sociales sin partido. Y de éstas hay centenares en nuestro país. En nuestro país no existen partidos contrapuestos los unos a los otros, exactamente lo mismo que no existen la clase de capitalistas y la clase de los obreros explotados por los capitalistas, contrapuestas la una a la otra. Nuestra sociedad está formada exclusivamente por trabajadores libres de la ciudad y del campo: obreros, campesinos, intelectuales. Cada una de estas capas sociales puede tener sus intereses especiales y expresarlos a través de las numerosas organizaciones sociales existentes. Pero desde el momento en que no hay clases, desde el momento en que los limites entre las clases se van borrando, desde el momento en que sólo existan algunas, aunque no radicales, diferencias entre las diversas capas de la sociedad socialista, no puede haber ambiente para la creación de partidos que luchen entre sí. Donde no hay diferentes clases, no puede haber diferentes partidos, pues el partido es parte de una clase. En el nacional«socialismo» existe también un solo partido. Pero éste sistema fascista de un solo partido no conduce a nada. La cosa está en que en Alemania subsiste el capitalismo, subsisten las clases y la lucha de clases, que, pese a todo, saldrá a la superficie, incluso en el terreno de la lucha entre partidos, que representan a clases contrapuestas, lo mismo que ha salido a la superficie, por ejemplo, en España. En Italia también existe un solo partido, fascista; pero tampoco allí, y por la misma causa, esto conduce a nada. ¿Por qué nuestras elecciones serán generales? Porque todos los ciudadanos, con excepción de los privados judicialmente del derecho de sufragio, tendrán derecho a elegir y a ser elegidos. ¿Por qué nuestras elecciones serán iguales? Porque ni las diferencias de carácter patrimonial –que todavía existen parcialmente– ni el hecho de pertenecer a una raza o a una nación irán en privilegio o en quebranto de nadie. Las mujeres disfrutarán del derecho electoral activo y pasivo en el mismo plano que los hombres. Nuestras elecciones serán auténticamente iguales. ¿Por qué secretas? Porque queremos dar a los soviéticos plena libertad para que voten por aquellos a quienes quieran elegir, a quien confíen la defensa de sus intereses. ¿Por qué directas? Porque las elecciones directas celebradas en cada localidad para todas las instituciones representativas, hasta llegar a los órganos supremos, garantizan mejor los intereses de los trabajadores de nuestro inmenso país. A usted le parece que no habrá lucha electoral. Pero la habrá, y yo preveo una lucha electoral muy reñida. En nuestro país hay no pocas instituciones que trabajan mal. Suele ocurrir que tal o cual órgano local de poder no sabe satisfacer tales o cuales necesidades tan complejas y cada día mayores de los trabajadores de la ciudad y del campo. ¿Has construido o no has construido una buena escuela? ¿Has mejorado las condiciones de la vivienda? ¿No eres un burócrata? ¿Has ayudado a hacer nuestro trabajo más eficaz, a hacer nuestra vida más culta? Tales serán los criterios con que millones de electores abordarán a los candidatos, dejando a un lado y borrando de las listas a los que no sirvan, destacando los mejores y presentando sus candidaturas. Sí, la lucha electoral será reñida; girará en torno a una multitud de problemas candentes, principalmente en torno a problemas prácticos que tienen una importancia primordial para el pueblo. Nuestro nuevo sistema electoral hará andar derechas a nuestras instituciones y organizaciones y las obligará a mejorar su trabajo. Las elecciones generales, iguales, directas y secretas en la Unión Soviética, pondrán en manos de la población un látigo contra los órganos de poder que trabajen mal. Nuestra nueva constitución soviética será, a mi juicio, la constitución más democrática de cuantas existen en el mundo». (Iósif Vissariónovich Dzhugashvili, Stalin; Entrevista al camarada Stalin por Roy Howard, 1936)
Este documento ha de considerarse como un «clásico» de la doctrina marxista-leninista, el mismo ha permitido a muchas generaciones de marxista-leninistas entender las características de la sociedad socialista, la democracia proletaria, la lucha de clases en el socialismo, la naturaleza de una constitución socialista, etc. Razón por la que toda una pila de revisionistas han denigrado u olvidado esta obra. También esta obra refuta las mentiras más groseras del jruschovismo, maoísmo, titoismo, trotskismo, anarquismo etc. sobre que Stalin habló en 1936 del «fin de la lucha de clases», del «fin de todas las clases en la sociedad soviética», de «la apertura hacia una democracia burguesa», y todo tipo de mitos propagados por la historiografía burguesa-revisionista.
El documento:
Sobre el proyecto de Constitución de la Unión Soviética; Informe ante el VIIIº Congreso Extraordinario de los soviets de la Unión Soviética
Formación y tareas de la comisión de la Constitución
Camaradas:
La comisión de la Constitución, cuyo proyecto se somete al examen del presente Congreso, fue formada, como es sabido, por una disposición especial del VIIº Congreso de los Soviets de la Unión Soviética aprobada el 6 de febrero de 1935. La disposición dice:
«1. Se introducirán modificaciones en la Constitución de la Unión Soviética en el sentido de:
a. democratizar todavía más el sistema electoral, sustituyendo las elecciones no del todo iguales por elecciones iguales, las elecciones indirectas por las directas, el sufragio público por el secreto.
b. precisar la base social y económica de la Constitución, poniendo ésta en consonancia con la actual correlación de las fuerzas de clase en la Unión Soviética –creación de la nueva industria socialista, aplastamiento de los kulaks, triunfo del régimen koljósiano, consolidación de la propiedad socialista como base de la sociedad soviética, etc–.
2. Proponer al Comité Ejecutivo Central de la Unión Soviética que elija una comisión, encargada de elaborar el texto corregido de la Constitución basándose en los principios señalados en el párrafo primero, y que presente dicho texto a la aprobación de la Sesión del Comité Ejecutivo Central de la Unión Soviética.
3. Realizar las próximas elecciones ordinarias a los órganos del poder soviético en la Unión Soviética sobre la base del nuevo sistema electoral». (Resolución tomada en el VIIº Congreso de los soviets de la Unión Soviética, 6 de febrero de 1935)
Eso fue el 6 de febrero de 1935. Un día después de tomado este acuerdo, es decir, el 7 de febrero de 1935, se reunió la primera Sesión del Comité Ejecutivo Central de la Unión Soviética, y, en cumplimiento del acuerdo del VIIº Congreso de los Soviets de la Unión Soviética, formó una comisión de la Constitución, integrada por 31 miembros, a la que encargó la redacción del proyecto de la nueva Constitución de la Unión Soviética.
Tales son la base legal y las directivas dadas por el órgano supremo de la Unión Soviética que debían regir los trabajos de la comisión de la Constitución.
La comisión de la Constitución debía, pues, introducir cambios en la Constitución vigente, adoptada en 1924, teniendo en cuenta los progresos hacia el socialismo que se han producido desde 1924 hasta nuestros días en la vida de la Unión Soviética.
Los cambios en la vida de la Unión Soviética desde 1924 hasta 1936
¿Cuáles son los cambios que se han producido en la vida de la Unión Soviética durante el período de 1924 a 1936 y que la comisión de la Constitución debía reflejar en su proyecto?
¿Cuál es la esencia de estos cambios?
¿Qué teníamos en 1924?
Nos encontrábamos entonces en el primer período de la NEP, en el que el poder soviético permitió cierta reanimación del capitalismo, al mismo tiempo que hacía todo lo posible por desarrollar el socialismo, confiando en organizar las cosas de modo que el sistema socialista prevaleciese sobre el capitalista en el curso de la emulación entre ambos sistemas económicos. La tarea consistía en consolidar en el curso de esta emulación las posiciones del socialismo, lograr la supresión de los elementos capitalistas y coronar la victoria del sistema socialista como sistema básico de la economía nacional.