«Este breve documento analizará la esencia del Plan Marshall, y las consecuencias en el movimiento obrero.
Se trata de una radiografía de los objetivos últimos del plan de incidencia económica y sojuzgamiento desarrollada por el imperialismo estadounidense en la Europa de la posguerra. Hay que tener en cuenta que este documento resulta en un genuino ejemplo respecto a las implicaciones imperialistas de la exportación de capitales y su incidencia en los países deudores, pero no sólo eso, sino que explica la influencia y presión ejercida sobre los partidos comunistas de Europa; ya que surgen nuevas corrientes revisionistas acordes con el Plan Marshall estadounidense, y muchos partidos deberán rechazar o admitir estas tesis claudicadoras que saldrán de la mano de Earl Browder. Así mismo se explica la directa relación entre este revisionismo y otros posteriores.
¿Cómo se puso en marcha el famoso Plan Marshall? ¿A qué intereses correspondía?
Se trata de una radiografía de los objetivos últimos del plan de incidencia económica y sojuzgamiento desarrollada por el imperialismo estadounidense en la Europa de la posguerra. Hay que tener en cuenta que este documento resulta en un genuino ejemplo respecto a las implicaciones imperialistas de la exportación de capitales y su incidencia en los países deudores, pero no sólo eso, sino que explica la influencia y presión ejercida sobre los partidos comunistas de Europa; ya que surgen nuevas corrientes revisionistas acordes con el Plan Marshall estadounidense, y muchos partidos deberán rechazar o admitir estas tesis claudicadoras que saldrán de la mano de Earl Browder. Así mismo se explica la directa relación entre este revisionismo y otros posteriores.
¿Cómo se puso en marcha el famoso Plan Marshall? ¿A qué intereses correspondía?
Después de la Segunda Guerra Mundial, el imperialismo estadounidense se encontró en posiciones dominantes desde el punto de vista económico, y en cierta medida militar, con respecto a Europa y Asia, arruinadas por la guerra. La economía estadounidense militarizada era bastante poderosa. Los Estados Unidos pretendían establecer su propia hegemonía político-económico-militar en todo el mundo con el objetivo primordial de cercar y debilitar a la Unión Soviética, la cual había salido victoriosa de la Segunda Guerra Mundial y sin duda alguna iba a restablecerse con rapidez también desde el punto de vista económico, pudiendo contribuir de paso a la consolidación y progreso de los nuevos Estados de democracia popular que se habían creado en Europa y Asia. Con este fin fueron elaboradas las tácticas imperialistas de la lucha político-ideológica, de la lucha económica y las tácticas militares. Estas últimas eran una continuación de los planes estadounidenses fraguados en el curso mismo de la Segunda Guerra Mundial, de esos planes que habían hecho de los Estados Unidos una gran potencia en la producción de armas modernas, la potencia que había descubierto y producido la bomba atómica, lanzada por primera vez sobre Hiroshima y Nagasaki.
Los Estados Unidos asumieron el liderazgo del mundo capitalista y el papel de su «salvador». Así, las pretensiones del imperialismo estadounidense de dominar el mundo pasaron a colocarse en primer plano. «La victoria en la Segunda Guerra Mundial, declaraba Harry Truman, que sucedió a Franklin Roosevelt en la presidencia de los Estados Unidos, colocó al pueblo estadounidense ante la necesidad permanente y urgente de convertirse en guía mundial». En esencia se trataba de un llamamiento de guerra contra la revolución y el socialismo, para conquistar nuevas posiciones dominantes en lo económico y militar a nivel mundial, también por supuesto para reanimar a sus socios y salvar el sistema colonial con el cual hacer contrapeso a los países socialistas. En la realización de esta estrategia, recurrieron a la UNRRA, elaboraron el «Plan Marshall», crearon la OTAN y erigieron los otros bloques agresivos del imperialismo estadounidense.
Segunda, la cuestión fundamental para el capital estribaba en desplegar una actividad de zapa frontal contra la ideología marxista-leninista destinada a apartar de su influencia a los sectores más revolucionarios de los trabajadores, y hacer degenerar el socialismo.