viernes, 31 de marzo de 2017

En Colombia no habrá «paz» por mucho que los firmantes del acuerdo así lo aseguren; Equipo de Bitácora (M-L), 2016



«Todas las citas anteriores sobre los «derechos» y «libertades» en el orden democrático-burgués, son necesarias ya que con  este sistema político un marxista-leninista debe de ser claro y su carácter y limitaciones deben ser clarificadas siempre, pero más todavía cuando demagogos como Timochenko hablan de que el «proceso de paz» en Colombia y la incorporación de las FARC-EP a la democracia burguesa acabará mágicamente con la «cultura de la violencia» en el país latinoamericano, y que dará una convivencia pacífica entre todos los colombianos:

«Nosotros queremos lograr generar ese espacio en que nos reconozcamos como colombianos. Que logremos esos espacios de convivencia, que la reconciliación vaya más allá de la convivencia, que se estrechen lazos y que rescatemos y logremos acabar con esa cultura de la violencia. ¿Cómo vamos a ayudar a plantear propuestas? Eso tiene un componente cultural fundamental. Si los medios siguen incentivando esa cultura del crimen, esa cultura mafiosa que se fomenta en esos programas, pues cómo no los vamos a cuestionar. Y estamos en la libertad de hacerlo». (Semana; Entrevista a Timochenko, 30 de enero de 2016)

El señor Timochenko debería analizar de donde nace la violencia en la sociedad capitalista, diga la verdad:

jueves, 30 de marzo de 2017

Una carta de Mao Zedong a su mujer; Reflexiones sobre China; Enver Hoxha, 1973

Esta carta de Mao Zedong a Chiang Ching de 1966 que recoge de los medios chinos y comenta Enver Hoxha en 1973 es muy interesante ya que:

1) Demuestra una vez más que Mao Zedong nadaba entre las diferentes facciones del partido y hacía de intermediario entre ellas:

«Los radicales desean una alianza con la Unión Soviética, una alianza como la existente actualmente entre Estados Unidos y Gran Bretaña, mientras que los liberales califican la política internacional soviética de «demente». (...) Chou dijo que Mao Zedong se mantiene al margen de las disputas de partido, que utiliza a Chou, Liu Shao-chi y otros liberales y radicales para fines específicos a su antojo. Que Mao es un genio en escuchar argumentos de diferentes lados, y luego traducir las ideas en las políticas de trabajo prácticos». (Edmund Clubb; El Cónsul General en Pekín (Clubb) a la Secretaría de Estado, emitido el 1 de junio de 1949, recibido el 2 de junio de 1949)

Esto asimismo lo registró Enver Hoxha por la teoría y la práctica de los revisionistas chinos en varios de sus escritos:

«Al parecer, la táctica de las dos líneas, o de muchas líneas, en el Partido Comunista de China es una práctica corriente y se ha elevado a principio. Sin duda, estas diferentes líneas también tienen sus líderes y sus seguidores, que se refugian bajo la bandera de Mao Tsetung. Mao Zedong «aprueba a medias» a una de ellas y le da un «tiempo para que demuestre su exactitud». Si el tiempo no la confirma, él se vuelve a la otra línea, dándole también «un tiempo para que demuestre su exactitud». Y así sucesivamente. En cada cambio de postura Mao pronuncia una «frase», una «cita», y el mundo chino gira en torno a ellas, las personas reflexionan y toman un camino: unos toman el del poder, los demás, durante cierto tiempo, el de la «escuela de reeducación». (...) Los demás son rehabilitados y posteriormente entran en el partido y el Estado para volver a ceder más tarde sus cargos a los demás». (Enver Hoxha; La táctica de muchas líneas en China – una práctica elevada a principio; Reflexiones sobre China, 21 de agosto de 1973)

2) Él mismo [Mao] intenta parecer modesto y rechazar el culto a la personalidad, pero a falta de mejores se autocalifica de «héroe». El culto a Mao Zedong y la promoción del Pensamiento Mao Zedong como guía del partido ya aparece en los años 40 y quedaron tipificados en el VIIº Congreso del PCCh de 1945, lo que valió las críticas de los marxista-leninistas soviéticos y el retiro del término hasta después de la muerte de Stalin. Hay que decir que Mao Zedong tampoco hizo nada para detener el culto a la personalidad ni después de esta carta a su mujer en 1966:

«El Presidente Mao Zedong es el genio más grande. Sus instrucciones son clarividentes y grandes previsiones científicas. Al principio con frecuencia no entendemos plenamente muchas de estas instrucciones o incluso estamos muy lejos de entenderlas». (Pekín Informa; Vol.11, Nº11, 15 de marzo de 1968)

Ni tampoco después de la liquidación de Lin Piao, al que acusaba falsamente de ser el culpable de promoverlo, basándose como vemos adhesión a las ideas Mao Zedong en el mero voluntarismo y los actos de fe.

3) Él mismo [Mao] califica a la Revolución Cultural de un «golpe de Estado» algo que era fácil de deducir pues dicho movimiento no contó con el partido ni con el proletariado sino con el espontaneismo de los estudiantes:

«Los revisionistas chinos, como pragmáticos que son, colocan a la cabeza de la «revolución», según el caso, unas veces al campesinado, otras al ejército, en ocasiones a los estudiantes, etc». (Enver Hoxha; El imperialismo y la revolución, 1978) 

Y finalmente con la intervención decisiva de una parte del ejército con Lin Piao a la cabeza:

«Ahora aparece más claro que en este camino es el ejército chino quien juega el papel decisivo. El está con Mao y Mao está con él. Resulta que el ejército es quien «representa» y «aplica» de la manera más «correcta» la línea de Mao, el pensamiento de Mao. Por eso el ejército es el «principal dirigente ideológico y político en los momentos actuales». El partido y el pueblo pasan a segundo plano, «¡el partido debe aprender del ejército y ser guiado por él!». (...) En todos estos actos, así como en todos los artículos y especialmente en los del ejército, resalta el hecho de que no sólo no se dice nada del partido y de su papel en el ejército, sino que, además del culto a Mao, se va desarrollando el culto a Lin Piao. En la prensa se leen cosas como que «el ejército es guiado y avanza bajo la dirección personal de Lin Piao». (Enver Hoxha; Muy asombroso; Reflexiones sobre China, Tomo I, 6 de octubre de 1966)

Estas propias palabras de Mao sobre la Revolución Cultural como un golpe de Estado tiran abajo toda la historiografía del propio maoísmo que había mitificado este movimiento como un movimiento de masas cuando fue un golpe palaciego.

4) Él mismo [Mao] reconoce que su eclecticismo es tal, que sus palabras pueden ser usadas en el presente y el futuro por las diferentes facciones de izquierda y derecha en el partido algo que igualmente era evidente:

«Se debe tener en cuenta que en el Partido Comunista de China en el cual no existía el centralismo democrático real, el modo en que combatían las llamadas dos líneas siempre eran las luchas entre las personas clave en el partido y el gobierno chinos por el poder en China. La línea perdedora siempre estaba llena de todo tipo de acusaciones muy poco creíbles e incluso absurdas. En realidad estas luchas nunca tuvieron –incluso en la época de la «Revolución Cultural»– un carácter de principios. (...) Existen diferencias significativas entre las políticas de Mao Zedong y sus actuales partidarios. No hay duda de que había, si se quiere, en China una constante lucha entre dos líneas, pero desde luego no era una pelea entre una línea proletaria y una línea burguesa, sino la lucha entre dos líneas burguesas, capitalistas. (…) Sobre todo a la pequeña burguesía parece agradarle la negación del papel dirigente de la clase obrera y su partido; esto es algo que en China no sólo se produjo durante la llamada «Revolución Cultural», sino que es un componente vital del Pensamiento Mao Zedong». (Ernst Aust; Informe en el IVº Congreso del Partido Comunista Alemán/Marxista-Leninista; Recopilación de citas de Ernst Aust sobre la cuestión alemana y sobre el revisionismo alemán, diciembre de 1978)

Esta carta tuvo tal impacto que fue recogida por los principales medios burgueses de aquel entonces como Le Monde, Time, y otros.

El documento:

 Chiang Ching, Chou En-lai, Lin Piao y Mao Zedong

«El 8 de marzo, Chou En-lai, en un discurso «autocrítico» que pronunció ante los especialistas extranjeros que trabajan en China, dijo: «queremos leerles algunos documentos del partido relacionados con el desenmascaramiento de Lin Piao».

El «primer» documento, que estaba traducido en siete lenguas, fue leído a los especialistas extranjeros, entre los cuales se encontraban los nuestros que trabajan en Radio Pekín. Este documento es una carta dirigida por Mao a Chiang Ching que lleva fecha del 8 de julio de 1966.

Mao escribe a su mujer: 

«Después de partir de Hangchou, viví durante diez días en una gruta y ahora me encuentro en Changsha –¡país de nubes blancas y cigüeñas amarillas!–. Tu carta, después de diez días sin información, es muy interesante y llena de elementos nuevos. (...) El órgano dirigente del Comité Central me manda rápidamente los últimos materiales para que los apruebe y así lo hago. Mi amigo [se refiere a Lin Piao] ha presentado un informe sobre el «golpe de Estado» y ha hecho de este problema un análisis que nadie había hecho hasta hoy. Algunas de sus ideas me hacen pensar profundamente y me inquietan. No hubiera podido creer que mis libros tuviesen un poder tan maravilloso, por eso sin querer me he acordado de unos cuantos dichos: «Lo que se estira mucho, se desmenuza fácilmente», «Cuanto más alto, más dura será la caída», «Cuanto más crece la gloria de una persona, más difícil le resulta ser digna de ella». Las circunstancias me obligan a satisfacer las demandas de algunos. (...) Es la primera vez que doy mi acuerdo a los otros en contra de mis deseos, es la primera vez que actuo en contra de mi voluntad. Ahora, a la vez de los rasgos del tigre tengo los del mono, pero sobre todo tengo los del tigre. Esto es esencial e importante. Te recomiendo que no te dejes embriagar por estas glorias, que seas ponderada y escuches los consejos de los camaradas y de Chen» [se trata de Chen Po-ta, pero cuando los extranjeros preguntaron a los camaradas chinos quiénes eran esos camaradas a los que debía escuchar Chiang Ching, respondieron: ¡no lo sabemos!]. Ahora soy como el mono convertido en rey, porque en la montaña no existe el tigre. En nuestra época, en unos momentos en que faltan los héroes, yo, un hombre pequeño, fui subido tan alto. Yo soy un héroe, porque no existían otros. Todo esto no debes decírselo a nadie, porque coincide con lo que dicen, con negros designios, los de derecha y les serviría de ayuda, mientras que para los de izquierda sería como una ducha de agua fría. Ahora lo fundamental es la lucha por derribar en parte a los derechistas. Mis afirmaciones no serían del gusto de los de izquierda y de las masas. Después de haber limpiado a los de derecha, deberemos realizar otra depuración, e incluso varias. En el mundo se producen sacudidas una vez cada siete u ocho años, y en el curso de las mismas el mal sale a la superficie. Es posible que después de mi muerte, estas afirmaciones mías sean hechas públicas y que los de derecha las utilicen para sus fines, pero los de izquierda utilizarán otras afirmaciones mías, se organizarán y aplastarán a los de derecha, etc. Los de derecha naufragarán al igual que Chiang Kai-shek». (Carta de Mao Zedong a Chiang Ching, 8 de julio de 1966)

Esta carta de Mao es extraña por muchas razones, teniendo en cuenta el año en que fue escrita y los acontecimientos que se han sucedido en China desde entonces.

En primer lugar Mao escribe a su mujer y demuestra abiertamente que sólo tiene confianza en ella, porque afirma que «todo esto no debes decírselo a nadie». Chiang Ching es su único apoyo. Esto es lo que resulta. Del Partido no se habla en absoluto, como si no existiese. Para Mao hay dos corrientes: la derechista y la izquierdista, las cuales pugnan por hacerse con el poder, mientras Mao está completamente aislado del Partido, de las masas, de los camaradas. ¿Esta carta está dirigida contra su «amigo» Lin Piao, que hace la Revolución Cultural? Parece ser que sí, porque en las alusiones al culto que se le ha erigido atribuye esto a Lin Piao. Ahora bien, cuando los de derecha son vencidos, Mao hace designar a Lin Piao vicepresidente del partido de forma estatutaria, en unos momentos en que éste, Lin Piao, estaba en su lista de las futuras depuraciones de izquierdistas. ¿¡Doble juego!? No se apoya en el partido, en las masas. Incluso él mismo dice en su carta que «las masas no me comprenderán». Pero según él ¿quién le comprenderá? Ello no aparece por ninguna parte. Sólo aparece una cosa, y es que en China, en el futuro, los de derecha se levantarán para caer sobre los de izquierda, después éstos se organizarán y aplastarán a los de derecha, y así sucesivamente una vez cada siete años.

¡Viva el caos y la anarquía! Quien sea más fuerte, que tome el poder. ¡Una vez será el mono quien se convierta en rey, otra vez lo será el tigre! ¡Bonita teoría! ¿Qué confianza pueden tener en tales teorías los cuadros sanos? ¿¡Allí ambas partes sólo luchan por el poder, y tanto los antimarxistas como los marxista-leninistas deben someterse a las convicciones de una u otra ala!?

¿Cuál debe ser el objetivo de que se haya dado a conocer esta carta negativa? No existe otro objetivo más que mostrar como supuestamente positivo el hecho de que Mao descubriera desde el principio que Lin Piao era un izquierdista y que no tenía confianza en él, pero que lo utilizó como mal menor, y después lo liquidó.

De esta manera les dice a los demás: «Mañana podréis correr la misma suerte, nada es seguro. La cuestión de las dos líneas en el seno del partido es una teoría mía y el tigre que, por encima de estas dos líneas, hace el sol y la lluvia, ¡soy yo!» Ahora bien, cuando se trata de cuestiones chinas, puesto que no conocemos los datos, cualquier deducción debe ser sacada haciendo trabajar la imaginación, por eso debemos pensar también en otras versiones.

Hemos dicho más arriba que esta carta está escrita en julio de 1966, cuando ya había comenzado la Revolución Cultural, cuando el complot del grupo de derecha de Liu había sido descubierto y denunciado, por lo tanto debemos ver su contenido a través del prisma de los acontecimientos de esa época. Mao estaba comprometido en esta lucha y no tiene por qué «interpretarse» como un rasgo de ironía por su parte la alusión que hace al informe de Lin Piao sobre el «golpe de Estado». Era claro, pues, que la Revolución Cultural, dirigida por Mao, pugnaba por liquidar el golpe de Estado de Liu Shao-chi, y que Lin Piao estaba por esta lucha, estaba, por lo tanto, a favor de Mao.

En esta carta Mao le dice a Chiang Ching: «Escucha los consejos de los camaradas [...]». El primer nombre no es citado, pero no cabe ninguna duda de que se trata de Lin Piao, que ha sido substituido por los puntos suspensivos. ¿Por qué se ha quitado? Se sobreentiende la contestación si se tienen en cuenta los acontecimientos posteriores y las acusaciones lanzadas contra Lin Piao. El otro nombre es Chen. ¿De quién se trata? Cuando se preguntó a los camaradas chinos por él, dijeron que no lo sabían. Esto no es verdad, ellos lo saben, pero no quieren decirlo. Nuestra idea es que se refiere a Chen Po-ta. Puede preguntarse: ¿por qué han dejado el nombre de Chen –sin Po-ta– y han suprimido el de Lin Piao? ¿Por qué no han dejado o quitado los dos? Precisamente en esto reside la «chinada» de las cosas: Chen Po-ta ha sido denunciado por su nombre, mientras que Lin Piao todavía no. ¿O quizás la cuestión de Lin Piao todavía no ha sido esclarecida? ¿O quizás, aunque fue desenmascarado en China, las circunstancias siguen siendo oscuras? «¡¿Cómo traicionó Lin Piao?! ¡¿Cómo se fue a Mongolia?! ¡¿Cómo quería asesinar a Mao?! ¿Cómo era prosoviético y antiestadounidense?», etc., etc.

En otras palabras, estudiando la carta con los ojos puestos en la época en que fue escrita, como amigos de Mao aparecen [...] –un nombre substituido por puntos suspensivos– y  Chen». Chou En-lai no aparece por ningún lado, por lo tanto no formaba parte de los «hombres de confianza de Mao». Entonces, ¿dónde situar esta figura tan importante después de Mao y Liu Shao-chi? Si seguimos esta interpretación de la carta, surgen las preguntas: ¡¿Por qué sale ahora a la luz esta carta?! ¡¿A quién sirve?! ¿Sirve a la situación existente, o se creará una situación nueva, un nuevo «trastorno», como el que Mao predica en la carta y prepara el terreno?

Se han producido muchos acontecimientos, todos se hacían en nombre de Mao y en cada viraje Mao se las arreglaba para salir del apuro. Liu actuaba bajo la «bandera de Mao», Mao se levantó contra él; la Revolución Cultural se hizo bajo la «bandera de Mao», Mao se levantó contra Lin Piao; Chou En-la lucha bajo la «bandera de Mao», Mao aprueba a Chou, pero veremos en qué queda esto. De momento calla más que habla, se saca de cuando en cuando una carta y un Deng Xiaoping de la manga». (Enver Hoxha; Una carta de Mao Zedong a su mujer; Reflexiones sobre China, Tomo II, 18 de mayo de 1973)

miércoles, 29 de marzo de 2017

La filosofía materialista-dialéctica sobre el conocimiento


«Desde el punto de vista del materialismo moderno, es decir, del marxismo, son históricamente condicionales los límites de la aproximación de nuestros conocimientos a la verdad objetiva, absoluta, pero es incondicional la existencia de esta verdad, es una cosa incondicional que nos aproximamos a ella. Son históricamente condicionales los contornos del cuadro, pero es una cosa incondicional que este cuadro representa un modelo objetivamente existente. (...) La dialéctica –como ya explicaba Hegel– comprende el elemento del relativismo, de la negación, del escepticismo, pero no se reduce al relativismo. La dialéctica materialista de Marx y Engels comprende ciertamente el relativismo, pero no se reduce a él, es decir, reconoce la relatividad de todos nuestros conocimientos, no en el sentido de la negación de la verdad objetiva, sino en el sentido de la condicionalidad histórica de los límites de la aproximación de nuestros conocimientos a esta verdad». (Vladimir Ilich Uliánov, Lenin; Materialismo y empiriocriticismo, 1908)

martes, 28 de marzo de 2017

¿Qué piensan los marxista-leninistas sobre la polémica y de la unidad?


«¿Qué piensa nuestro Partido de la polémica y de la unidad? Sobre estas cuestiones nuestro Partido, igualmente, ha definido su posición en sus documentos oficiales y públicos.

En ningún caso puede haber unidad, de pensamiento y de acción con los traidores revisionistas. Aquí precisamente tiene su origen la polémica, que jamás podrá cesar.

No puede esperarse alcanzar la unidad basándose en la demagogia, en suposiciones, en esperanzas, en sentimentalismos. La unidad de los marxista-leninistas es algo enteramente diferente de la unidad preconizada por los revisionistas y está basada en sólidos principios. Si estos principios no se aplican enteramente, no podrá haber unidad.

Para los revisionistas modernos la unidad consiste en cesar la polémica, en no reconocer su traición, en proseguir en este camino de traición, consiste en la unidad sobre las cosas «que nos unen» cuando en realidad nada, absolutamente nada nos une, sino que todo nos separa, etc., etc.

Para nosotros tal unidad es absolutamente inaceptable. Aceptarla significaría deslizarse hacia las posiciones revisionistas, admitir toda su línea traidora. Nuestro Partido nunca caerá en esta trampa. Un acuerdo con los revisionistas modernos puede preverse sólo cuando ellos hayan condenado abiertamente, públicamente toda su traición, y no solamente de palabra, sino demostrando también con hechos, concretamente, en la vida, que ellos han dado un viraje completo que cree en esta posibilidad, ha perdido el juicio. Si los revisionistas lo hacen cosa que no harán jamás, habrán firmado ellos mismos su sentencia a muerte. Otros hombres surgirán y nosotros discutiremos con ellos, estos serán revolucionarios, marxista-leninistas, pero los revisionistas no les servirán a éstos sus cabezas en bandeja de plata; las cabezas de los revisionistas deben ser cortadas con la lucha, con la revolución.

Los revisionistas han cometido una traición total, y querían que todo el movimiento comunista internacional se adhiriera a su línea. Esto no sucedió ni podía suceder. Los revisionistas modernos fueron desenmascarados y están sufriendo sucesivos fracasos. Siguen clamando por la unidad y de mil maneras buscan corromper a los otros para llegar por lo menos a un compromiso, a una falsa unidad, a una supuesta unidad. Debemos combatir con todas nuestras fuerzas esta maniobra y estas tentativas, y, a través de nuestra lucha contra el revisionismo moderno». (Enver Hoxha; El revisionismo moderno: peligro y enemigo principal del movimiento comunista y obrero internacional; Extractos de la conversación sostenida con una delegación del PC de Nueva Zelanda, 6 de octubre de 1965)

Las vacilaciones sin principios hacia la «izquierda» y la derecha, es un rasgo común del trotskismo


«Las vacilaciones sin principios a la «izquierda» y la derecha, la unidad a veces con los oportunistas de extrema derecha extrema y en otras ocasiones con los elementos extremistas y aventureros de «izquierda», es también un rasgo característico de los conceptos y actitudes de los trotskistas. Así, por ejemplo, por un lado, que persiguen la política así llamada del «entrismo», es decir, la fusión de los grupos trotskistas con otros partidos, entre ellos los partidos socialdemócratas derecha, mientras que por otro lado se tiende furiosamente a atacar la política antifascista de los frentes populares, describiéndolo como una «política oportunista de colaboración de clases». Por un lado los trotskistas ponen por los cielos el uso de la violencia al azar, apoyan e incitan a los anarquistas y los movimientos de «izquierda» que carecen de perspectiva y de un programa revolucionario claro, trayendo una gran confusión y desilusión en el movimiento revolucionario, como las revueltas caóticas de los grupos armados o la guerra de guerrillas no basadas en un amplio movimiento de masas organizado. Así, abogan por el aventurismo político y el golpismo, mientras que también por otro lado recomiendan para el movimiento obrero unas «estrategias» y «tácticas» en la lucha por el socialismo, que son idénticas a la línea reformista de los revisionistas de derecha. Véase la obra de Pierre Frank: «La Cuarta Internacional» de 1969 o la obra de Kostas Mavrakis: «Sobre el trotskismo» de 1971. Estas vacilaciones, la mezcla ecléctica de conceptos más derechistas con los de la extrema izquierda, no son solo una expresión de la naturaleza esencialmente pequeño burguesa del movimiento trotskista, sino también una manera de desintegrar y desorientar al movimiento obrero.

Todo esto demuestra que la característica fundamental de la política de hoy en día del trotskismo es, al igual que en el pasado, la revolución en las palabras y el debilitamiento y el sabotaje del movimiento revolucionario en la práctica». (Agim Popa; El movimiento revolucionario actual y el trotskismo, 1972)

Anotaciones de Bitácora (M-L):

No solo el revisionismo trotskista tiene la característica de aunar en su seno desviaciones de izquierda y derecha. 
Otras corrientes revisionistas como el revisionismo chino o maoísmo, también se han caracterizado por reunir en un mismo seno tanto desviaciones derechistas e izquierdistas, y como su propio creador afirmó tanto los de la facciones de izquierda como las facciones de derecha pueden utilizar sus palabras para justificarse. En una corriente revisionista siempre habrá una tendencia que es más pronunciada que la otra, y generalmente suele ser el derechismo que suele primar sobre el izquierdismo por el desarrollo histórico que se ha dado en el movimiento obrero, pero esto no siempre tiene porqué ser así, además debido a las particularidades de cada país, a la historia de la organización o a los nuevos cambios dialécticos del momento pueden estar más pronunciadas unas tendencias u otras. 

Si repasamos la obra de Lenin «Qué hacer» de 1902, observaremos que en el capítulo: «¿Qué hay de común entre el economismo y el terrorismo?» hace una curiosa pero acertada comparativa entre ambas corrientes: desviacionistas de derecha los primeros y desviacionistas de izquierda los segundos, pero que albergan como hilo común el espontaneismo, el pragmatismo y la alergia al estudio de la teoría cometiendo errores del mismo calado. Por tanto muchas veces los desviacionistas de derecha convergen con los de izquierda en el resultado de sus errores o en la motivación de ellos.

domingo, 26 de marzo de 2017

Bandera Roja y el programa político socialdemócrata de 1994; Equipo de Bitácora (M-L), 2017



«En el programa de Bandera roja de 1994, ya se recogía una terminología y medidas cargadas de un indisimulado socialdemocratismo:

a) En el término de alianzas se dice:

«Hemos venido sosteniendo, como planteamiento central de nuestra campaña, que en Venezuela hace falta un nuevo poder. (...) El nuevo poder se fundamenta en una alianza de clases y sectores sociales opuestos a la política entreguista, a la ineficacia y a las prácticas corruptas que han caracterizado al viejo poder; en una alianza que integra a trabajadores del campo y la ciudad, a pequeños y medianos propietarios y comerciantes, a sectores burgueses no monopólicos, y a sectores patrióticos y democráticos de la Iglesia y el Ejército». (Bandera Roja; Un nuevo poder para salvar al país: Programa de gobierno, 1994)

Esto demuestra que en Bandera Roja el concepto de alianza con la burguesía nacional, el ejército burgués y la iglesia viene ya de estos años. Del mismo modo se ve como se usan fenómenos como la corrupción o el «entreguismo» sin explicar que es consecuencia del carácter innato de la burguesía, de su sistema político y su espectro cultural para continuar con su dominación político-económica; es decir que estos fenómenos no pueden solucionarse sin derrocar a la burguesía y eliminar la propiedad privada de los medios de producción. Entonces al mismo tiempo que Bandera Roja se queja de ello teje alianzas con parte de la burguesía nacional y promueve un capitalismo nacional con la ayuda eclesiástica y las castas militares «progresistas».

b) En cuanto a los cuerpos represivos del Estado:

«Intervención y reorganización de todos los cuerpos policiales y de seguridad, y disolución y castigo de las mafias que operan en el seno de dichos cuerpos. (...) Es difícil concebir un proyecto de cambio democrático sin contar con unas Fuerzas Arma­das comprometidas con dicho proyecto. Quere­mos unas FFAA democráticas, con un alto espíritu patriótico y unificadas en torno al pro­yecto de salvación del país. Es necesario redefinir su rol». (Bandera Roja; Un nuevo poder para salvar al país; Programa de gobierno, 1994)

Se plantea aquí pues, como en su día intentó Salvador Allende y otros socialdemócratas, reformistas y revisionistas, intentar purgar del ejército burgués a los elementos «sospechosos». Pero olvidan que bajo las leyes político-económicas de la democracia burguesa, con la fuerza e injerencia de los capitalistas, y bajo el marco del «apoliticismo y apartidismo» en el ejército, es imposible que el ejército y otros cuerpos del Estado cumplan un rol progresista y defensa de los interés nacionales, y del pueblo trabajador:

«Por supuesto, en un Estado democrático-burgués, donde el gobierno reconoce la existencia de los tipos de propiedad económica que sustentan la explotación, y reconoce a las clases explotadoras como parte del sistema, y por tanto a sus partidos; no puede existir partidismo en el ejército. Pero en un Estado socialista, regido por un único partido del proletariado, el ejército nunca sería apolítico, ya que los marxista-leninistas reconocen que el ejército, la cultura, la educación, la economía, y todo lo demás, están dentro de los planes de los restos de las clases explotadoras para restablecer su control sobre las diferentes instituciones de Estado, en tanto, el proletariado tampoco puede dejar de primar sobre ellos debido a la lucha de clases en desarrollo; y no sólo eso, sino que el hecho de dejar un sólo de estos campos sin llevar allí las transformaciones revolucionarias significa poner en peligro el resto de campos a causa de que este será una base desde donde los contrarrevolucionarios intentarán extenderse hacia los otros campos. (...) Toda ilusión sobre la neutralidad de estas instituciones conduce a la ilusión reformista que por desgracia sufrían los revisionistas nicaragüenses de los 80 y actualmente sufren los revisionistas nicaragüenses «socialistas del siglo XXI». El ejército en un Estado socialista debe ser partidista, debe ser partidario del partido de la clase obrera, es decir, del partido comunista, y debe de estar pertrechado con su misma ideología, el marxismo-leninismo». (Equipo de Bitácora (M-L); ¿Qué fue de la «Revolución Popular Sandinista»?; Un análisis de la historia del FSLN y sus procesos, 19 de julio de 2015)

c) También, siguiendo la moda de las organizaciones oportunistas latinoamericanas de la «izquierda» domesticada, tenían como pilar del programa la llamada a la convocatoria de una Asamblea Constituyente como panacea para la resolución de los males de la nación y la «democracia», en un sentido «supraclasista» como gusta a la burguesía:

«Convocatoria urgente de una Asamblea Nacional Constituyente, de carácter soberano y plenipotenciario, donde el pueblo, en forma libre y soberana, redacte un nuevo texto constitucional: donde, entre otras cosas, se le dé rango constitucional a nuevos derechos adquiridos por el pueblo, como el de ser consultado para la adopción de políticas fundamentales por parte del Estado, o el derecho a recibir apoyo del Estado para la promoción y el desarrollo de empresas de tipo cooperativo o de iniciativa familiar (microempresas)». (Bandera Roja; Un nuevo poder para salvar al país; Programa de gobierno, 1994)

Esta es una de las reivindicaciones más estúpidas y dañinas que últimamente han tenido que ver los pueblos en Latinoamérica. Veamos el ejemplo del caso  colombiano:

«En 1990 la mayoría del brazo armado del PC de C-ML: el EPL, empezaron a hablar de nuevo sobre buscar «una solución política global al conflicto armado», de «interés y voluntad de buscar vías diferentes a la confrontación militar, cuyo propósito en último término sirviera de base a una gran movilización por la democracia contra la dictadura de Estado y por el reconocimiento al pueblo como constituyente primario, expresado a través de una Asamblea Nacional Constituyente» como venía indicándose desde los 80 con toda la buena fe. Es decir se decía que dejando las armas, reintegrándose en el movimiento político legal y convocando una Asamblea Constituyente, los problemas en Colombia podrían ser resueltos «democráticamente» y «pacíficamente» siempre confiando a ciegas que el gobierno garantizase mantener su promesa. Con ese objetivo el 90% de los miembros del EPL crearon el movimiento Esperanza, Paz y Libertad, mientras que por otro lado el PC de C-ML se quedó sin su brazo armado, que en realidad debido a sus conocidas acciones de autodefensa en el campo, era el único motivo de cierto prestigio entre la población. Una parte ínfima del ELP se quedó en activo como guerrilla, ocupando algunas zonas en el Norte de Santander. En 1991 en Colombia se convocó una Asamblea Nacional Constituyente que vio nacer una nueva constitución. Pero más allá de las promesas en dicho país siguieron existiendo uno de los mayores niveles de latifundio de la región, un nivel de asesinatos políticos superior al de muchas abiertas dictaduras fascistas, y otros problemas que todos conocemos. La línea de una convocatoria para la Asamblea Nacional Constituyente promovida por muchos grupos de izquierda no sirvió para solucionar nada de peso, porque una nueva Constitución no sirve cuando la burguesía está en el poder, a lo sumo que sirve es para desgajar migajas, migajas que pueden ser suprimidas cuando la burguesía vea que es el momento preciso para lanzar los cuerpos y fuerzas represivas del Estado. (...) Se ve que no aprendieron nada de la misma estrategia de la «búsqueda de una convocatoria de la Asamblea Nacional Constituyente» de los 80 que acabó con la represión y asesinato de su propio Secretario General!». (Equipo de Bitácora (M-L); Una reflexión necesaria sobre las FARC-EP, los acuerdos de paz y la historia de las guerrillas en Colombia, 2016)

jueves, 23 de marzo de 2017

Las luchas de fracciones en Podemos y su pose ante las masas; Equipo de Bitácora (M-L), 2017

Íñigo Errejón y Pablo Iglesias

[Post publicado originalmente en 2017]

«En 24 horas se puede modificar la táctica de agitación en algún problema especial, se puede modificar la táctica de realización de algún detalle de organización del partido, pero cambiar, no digamos en 24 horas, sino incluso en 24 meses, el punto de vista que se tenga sobre problema de si hace falta en general, siempre y absolutamente, la organización de combate y la agitación política entre las masas, es cosa que sólo pueden hacer personas sin principios. Es ridículo hablar de situación distinta, de una alternación de periodos: el trabajar para que se cree una organización de combate y se lleve a cabo una agitación política es obligatorio en cualesquiera circunstancias «grises y pacíficas», en cualquier período de «decaimiento del espíritu revolucionario». (Vladimir Ilich Uliánov, Lenin; ¿Por dónde empezar?, 1901)

En este documento se analizará en mayor o menor profundidad varias cuestiones relacionadas con Podemos: su historia, desarrollo, luchas internas, sus teorías, etc. Teniendo como principal interés demostrar que dicha organización no tiene ideología concreta y estable, sino condicionada y temporal, que la honestidad de sus líderes brilla por su ausencia. Expresar que no nos gusta afirmar sin más, así que hemos indagado en el historial de esta formación para demostrar al lector que efectivamente hay un cambio de discurso cada pocos meses en la línea política de este partido y que, por tanto, no hay garantía de que cumpla absolutamente nada.

En estos años y en más en los últimos meses, parece que el fenómeno de Podemos se ha desinflado, nosotros ya advertimos a los incautos:

«¿Alguien cree que en la actual democracia burguesa, donde los medios de producción y por tanto también la mayoría de la prensa son de dominio burgués, un partido con planteamiento revolucionario, verdaderamente revolucionario, que supusiese una amenaza seria para el sistema, no sería directamente censurado y difamado en vez de impulsar su voz y ser criticado en los medios de (in)comunicación como lo es Podemos? ¿No estaría la oligarquía jugando con fuego si accediese a los revolucionarios a explicar su visión a las masas? Y es ahí que encontramos otro dato interesante. ¿Como es normal que un partido relativamente pequeño y nuevo como «Podemos» que se jacta de no necesitar a los poderosos tiene el poder económico de llegar a literalmente empapelar ciudades enteras? ¿Cómo se financia dicha organización o quién la financia? ¿Cuál es el motivo por el que «Podemos» y su líder han sido visibilizado enormemente por esos medios que de hecho no están interesados en una reforma del sistema y mucho menos en una revolución? ¿Cómo es que Intereconomía –entre otros órganos de la ultraderecha– le prestó sus tribunas al susodicho en variadas ocasiones? ¿Alguien cree que si Pablo Iglesias fuera en realidad un factor proletario en la lucha de clases, este tendría esos espacios a su disposición parcial o total? Obviamente son preguntas retoricas señores
». (Equipo de Bitácora (M-L); Crítica al artículo: «Podemos» irrumpe con fuerza en el panorama político español, 2014)

La cuestión ahora sería indagar por qué Podemos no ha podido ser la pieza de recambio predilecta para sustituir el motor político del régimen, sino una pieza totalmente auxiliar en un engranaje donde poco impacto tienen sus opiniones. Por ello, como decíamos más atrás habrá que mirar qué tenía que ofrecer Podemos.


El resultado del IIº Congreso de Podemos, victoria pablista pero con síntomas de desafección en la militancia

En el IIº Congreso de Podemos celebrado en Vistalegre en febrero de 2017, Pablo Iglesias consiguió en la segunda asamblea del partido un total de 37 de los 62 consejeros en disputa un –59%–, mientras que Errejón logró 23 –37%– y los anticapitalistas, solo dos.

Después de la victoria del sector pablista en el congreso, llegamos a la conclusión que la organización lejos de profundizar su derechización –muy veloz desde su fundación– parece que ha dado un freno, sus líderes actuales han decidido ir al armario a ver si pueden recobrar los disfraces del 2014 para intentar no perder más credibilidad y recuperar a los elementos desengañados.

Por supuesto, para el sector errejonista ha supuesto y supondrá una pérdida de poder en los órganos del partido, y en los órganos electos de poder, que ya se ha evidenciado en el relevo de Errejón por Irene Montero o la propia dimisión de Carolina Bescansa, seguramente uno de los elementos más importante del errejonismo:

«El exportavoz parlamentario de Unidos Podemos Íñigo Errejón será reubicado en la tercera fila del hemiciclo, después de los cambios de responsabilidades producidos en el grupo tras el congreso de Vistalegre II. Su asiento será ocupado por la nueva portavoz, Irene Montero, que ya ocupaba la segunda fila, por detrás de los sillones azules del Gobierno, pero ahora se situará al lado de Pablo Iglesias. La nueva portavoz adjunta, Ione Belarra, ocupará el lugar que antes tenía Montero. La diputada Carolina Bescansa, que ha sido sustituida como secretaria general del grupo por Txema Guijarro, pasará a la cuarta fila, una por detrás de donde se sentaba desde el inicio de la legislatura. Un cambio similar al de Pablo Bustinduy, afín a Íñigo Errejón, que pasa también de sentarse en la tercera fila a hacerlo en la cuarta. Los cambios también afectan a la diputada Tania Sánchez, que se ubicará en el gallinero, la última fila del hemiciclo. A la penúltima fila ha sido relegada además la diputada valenciana Àngela Ballester, del sector errejonista, que había desempeñado funciones como portavoz adjunta, al ser ocupado su actual asiento por Bescansa». (El Confidencial; Errejón quedará relegado a la tercera fila del Congreso y Tania Sánchez, al gallinero 21 de febrero de 2017)


También se avecinan cambios en las zonas regionales como Andalucía, donde los anticapitalistas han apoyado esta directriz de reordenar el partido según nociones de «vencedores y vencidos»:

«Aparta a Carmen Lizárraga de la presidencia y a Esperanza Gómez de la coordinación en el Parlamento andaluz. Ambas conservarán sus portavocías. (...) Lizárraga se presentó de forma inesperada a las últimas primarias andaluzas para disputar a Teresa Rodríguez la secretaría general [Andalucía]». (El Confidencial; Rodríguez lleva la purga al Parlamento andaluz y releva a los errejonistas, 2 de marzo de 2017)


Pero puede que en sucesivos meses la profundidad de esta división y la derrota de los errejonistas acarree más consecuencias todavía para ellos. Una nueva crisis en Podemos puede dar alas al proyecto de Errejón en otro momento y ajustar cuentas con los pablistas e incluso elevar a Errejón a la Secretaria General, pero para ello deben aguantar el embiste que ahora se les avecina. 

La mejor baza para los oposicionistas sería el hacerse eco de las duras quejas vertidas por los militantes en los círculos del partido, diversas redes sociales, encuestas y entrevistas en medios de comunicación. En una entrevista en donde se reunían varios de sus militantes y simpatizantes, estos dejaron registro de dicho sentir. Sobre las razones de las luchas internas dudan si ya son por motivos ideológicos o de poder:

«Vera Realmente hay un enfrentamiento, una confrontación, ¿pero es de ideología o de poder? porque si es de poder es lo peor que puede pasar». (Salvados; Pablo Iglesias frente a sus votantes, 2017)

En torno a las luchas fraccionales y sus consecuencias para la organización, se decía:

«Enrique Pérez: ¿Ha terminado el problema? Porque yo creo que el problema aún no ha terminado. Considero que el partido está herido, tras una batalla cruel. Hay heridas, hay dolor, hay resentimiento, hay compañeros que se han ido o que amenazan con irse». (Salvados; Pablo Iglesias frente a sus votantes, 2017)

Respecto a la ilusión que el partido despertaba en 2014 con la que despierta ahora:

«Jorge Torres: Erais un hilo de esperanza muy grande que se ha convertido en una linternilla». (Salvados; Pablo Iglesias frente a sus votantes, 2017)

Sobre las viejas propuestas políticas de Podemos y los cambios de programa:

«Vera: He pensado en no volver a votarlos porque la educación y la sanidad no se recuperan de la ilusión». (Salvados; Pablo Iglesias frente a sus votantes, 2017)

De nuevo las comparativas de Podemos con el camino seguido por el PSOE:

«Noelia: El principal error del PSOE fue desconectar de la gente, espero que Podemos no lo haga». (Salvados; Pablo Iglesias frente a sus votantes, 2017)

Como hemos venido adelantado, el futuro de Podemos ha quedado seriamente dañado por culpa de sus propias idas y venidas en el discurso y el programa:

«El patetismo que alcanza esta organización en su viaje por embaucar a la gente para que le vote ya no deja indiferente a nadie. 
Y no somos pocos los que nos alegramos por observar cómo se confirman los análisis anticipados al respecto sobre la tendencia de Podemos en pro del reformismo burgués, cómo se constata el hastío de una población que empieza a no ser indiferente ante la demagogia desplegada por Pablo Iglesias y su séquito de embaucadores; otros en cambio empiezan a mostrar un serio enfado por haber creído en esa mentira cosechada por los medios de (in)comunicación de masas, repudiando a tal organización tanto o más como el que en su día lo hizo desde el principio; otros, en relación a los últimos acontecimientos y escándalos empiezan a ver a la organización con serias dudas, y ya no creen en sus bonitas palabras ni en sus figuras, aunque aún permanencen afines, al menos formalmente; a otros les faltan kilómetros en la geografía española para huir del espantoso ridículo de afirmar –como autodenominados «marxistas»– que se debía apoyar a Podemos  porque «serían  un verdadero cambio en el sistema», estos ahora mismo simplemente guardan silencio al saberse la colosal estupidez de su llamamiento». (Equipo de Bitácora (M-L); El desgaste paulatino de la credibilidad de Podemos, 2015)

Dentro de la cúpula ahora los unos y los otros acusan al de al lado de traidor. ¿Pero se puede hablar de una ideología clara en Podemos? Es evidente que no. De hecho, tal característica es una resultante de la forma en que se conformó la organización en 2014. Y es que Podemos nace de la convergencia de varios factores, esencialmente los voluntaristas-anarquistas del «movimiento 15M» y los trotskistas de la «izquierda altermundista», pero el impulso definitivo lo recibe de «intelectuales burgueses progresistas» de la Universidad Complutense, siempre, como ya se comprobó, con la complicidad del partido trotskizante de la Izquierda Anticapitalista (IA). A partir de ahí diversos grupúsculos se han ido agregando a Podemos sumándose al proyecto revisionista. Utilizamos la palabra revisionista en un sentido claro: hacia todo aquel que se reivindique como pensador o influenciado por el marxismo sin serlo, sin ejercerlo.


En cuanto al líder principal de Podemos, Pablo Iglesias, este se ha sentido siempre identificado con el «socialismo del siglo XXI» tanto de Chávez en Venezuela y Evo Morales en Bolivia, y en general con los viejos partidos herederos del eurocomunismo que forman parte en Europa del Partido de la Izquierda Europea (PIE); pero en sus planteamientos políticos no es difícil identificar desde posturas que lo aproximan a neoliberal Fukuyama, al pseudorevolucionario y antimarxistaleninista Negri, hasta ver en lo económico que sus recetas se mueven entre Keynes y Hayek. No obstante, por influencia de los revisionistas del «socialismo del siglo XXI» el líder de Podemos en ocasiones, sobre todo en un inicio, se reivindicaba marxista o de herencia marxista sin dejar de identificarse con todo tipo de fauna antimarxista, tiempo después declaraba a su organización fuera del debate ideológico izquierda-derecha buscando la «centralidad y neutralidad en el tablero político-ideológico»; para que luego en la actualidad, y desde hace corto tiempo, Pablo Iglesias se autodenomine socialdemócrata. Como se ve no hay un hilo conductor fijo en la cuestión ideológica, varía según las circunstancias. Lo que es claro es que las propuestas políticas de Podemos se pueden comparar tanto con las del infame PSOE de los 80, como con las de su amigo Alexis Tsipras y el desastroso «socialismo del siglo XXI» griego.

miércoles, 22 de marzo de 2017

La CIA desvela que Santiago Carrillo defendió la permanencia de las bases de EEUU en España en 1975; El Diario, 2017

Cada cierto tiempo la CIA y varios organismos del imperialismo estadounidense revela sus documentos secretos pasadas unas décadas. Documentos en que varias ocasiones no dejan en buen lugar a las figuras revisionistas. Ya vimos con anterioridad en el documento desclasificado por el National Security Archive, como en las entrevistas con Henry Kissinger, el revisionista Mao Zedong pedía el ingreso de España en la Comunidad Económica Europea actual Unión Europea dejando en evidencia que él era el creador de la teoría de los «tres mundos» y que él mismo la ponía en práctica mejor que nadie:

«Presidente Ford: «Estamos muy preocupados por la situación en España también, señor presidente. Al rey lo apoyamos. Esperamos que sea capaz de manejar los elementos que pudieran socavar su régimen. Y vamos a trabajar con él para tratar de tener el control necesario de la situación durante este período de transición». Presidente Mao: «Sería bueno que el Mercado Común Europeo los aceptara. ¿Por qué no acepta la Comunidad Económica Europea a España y Portugal?». Presidente Ford: «Señor presidente, nosotros hemos exhortado a la alianza de la OTAN para que fuera más amigable incluso durante la dictadura de Franco. Y esperamos que con el nuevo rey España sea más aceptable para la alianza de la OTAN. Además creemos que la CEE debe ser sensible a los movimientos del gobierno español hacia la unidad con la Europa occidental en su conjunto. Vamos a trabajar en ambos sentidos tanto como nos sea posible». (Conversación entre Mao Zedong y Henry Kissinger; 2 de diciembre de 1975)

Este documento volvió a confirmar que el maoísmo era un agente del imperialismo estadounidense como mostraban sus declaraciones y documentos oficiales y no oficiales de los años 40–: un peligro para la libertad de China y todos los pueblos.

Esta vez los documentos de la CIA dejan en evidencia a Santiago Carrillo, se demuestra que toda la parafernalia que hizo Carrillo sobre el cambio de parecer del PSOE de Felipe González sobre la cuestión de la OTAN era una mera pose antiimperialista para ganar simpatías, pues él mismo defendía la permanencia de las bases estadounidenses en España. Este documento no descubre nada realmente nuevo, porque ya en los periódicos de aquella época se recogieron declaraciones similares de Carrillo donde bajo una excusa u otra se hablaba siempre de «respetar» el estatus de las bases estadounidenses:

«Aunque nosotros nos oponemos a las bases extranjeras, el gobierno provisional debería respetar las bases americanas en España, a condición de que Estados Unidos no se mezclara en los asuntos internos españoles. Y ésto último en espera de una negociación internacional que afronte los problemas de las bases extranjeras tanto en el bloque americano como en el soviético. Por lo que concierne a la construcción europea, habría que iniciar rápidamente las gestiones para que España ingrese en la CEE». (Santiago Carrillo; Entrevista, 13 de agosto de 1976)

Con razón como vimos también anteriormente, Carrillo desde sus inicios siempre se basó en los escritos y las prácticas de Mao Zedong para conformar su eurocomunismo, es decir su política traicionera:

«¡¡¡¿Existe alguien tan ciego o hipócrita como para no ver que sólo pajarracos sin principios y claramente oportunistas como Mao Zedong y Carrillo eran capaces de pedir en conversaciones con los estadounidenses la mediación para que España formara parte de la Comunidad Económica Europea (CEE) y siguieran las bases estadounidenses en España e incluso fuera parte de la OTAN?!!! Los pueblos hace tiempo que pasaron examen a estas dos figuras y tienen cientos de pruebas para tipificar que son unos confabuladores, agentes del imperialismo y traidores no solo de la causa del pueblo español, sino a la causa antiimperialista mundial». (Equipo de Bitácora (M-L); Una breve glosa sobre la influencia del revisionismo chino en la conformación del revisionismo eurocomunista, 2015)

Es curioso que la CIA que registrase el hecho de que Carrillo se encontraba más a la derecha aún que el revisionista portugués Álvaro Cunhal y que también destacase del continuo cambio de posturas del dirigente español en sus posiciones internacionales, lo que le hacía inestable en cuanto a ojos de los estadounidenses. 

Actualmente en España Podemos recoge el legado del traicionero Partido Comunista de España (PCE). En materia internacional: de apoyar en 2014 el abandono de España de la OTAN a apoyar su permanencia:

«Preguntado por su posición respecto a la OTAN, Iglesias ha respondido que Podemos apuesta por un sistema integral de defensa europeo, al tiempo que ha reconocido que España tiene que cumplir con sus compromisos internacionales y legales. «Sabemos que tenemos que cumplir nuestras obligaciones legales y pensamos que la OTAN tuvo un importante papel en la modernización de las Fuerzas Armadas», ha admitido tras insistir en que hay compromisos internacionales «ineludibles», aunque la OTAN «forma más parte del pasado que del futuro». En este sentido, ha indicado que no le «entusiasma» que haya soldados de EEUU en territorio nacional, pero que es «responsable y pragmático» y «las cosas hay que hacerlas bien». De este modo, ha recalcado que «el futuro se tiene que construir a partir de un sistema de defensa integral europeo», tarea en la que puede tener un papel importante en el partido un exmilitar del prestigio y la experiencia de Julio Rodríguez». (EFE; Podemos ficha al ex Jemad Julio Rodríguez para sus listas al 20D, 4 de noviembre de 2015)

¡¡¡Pablo Iglesias está tratando emular a sus ídolos como Carrillo o Tsipras con una evolución sobre el tema de las bases estadounidenses y la participación de España en la OTAN desde un aparente rechazo; pasando por una presunta neutralidad; hasta la política pro-activa de apoyo!!! En la actualidad permitir a Podemos no posicionarse en una ambigüedad o en un apoyo directo de las bases estadounidenses y la OTAN, sería el mismo error que los que permitieron que el PCE de Carrillo jugará con los intereses del país mientras se vestía de figura antiimperialista.

Durante el documento dejaremos el link que da acceso al informe de la CIA sobre Carrillo y sus declaraciones.

El documento:


«Los americanos pueden estar en España mientras los rusos mantengan tropas en Checoslovaquia». El secretario general del PCE en 1975, Santiago Carrillo, defendió así la presencia de las bases que por entonces tenía EEUU en suelo español, según un informe del espionaje de EEUU desclasificado esta misma semana por la CIA. El documento recoge además las críticas del líder del PCE a su homólogo portugués, Álvaro Cunhal, por su papel en la Revolución de los Claveles y las consecuencias que pudiera tener en España.

La Agencia Central de Inteligencia (CIA, en sus siglas en inglés) ha desclasificado esta semana cientos de miles de informes secretos, más de 12 millones de páginas, entre los que se encuentran un número indeterminado referidos a la historia reciente de España. Uno de los documentos publicados en la web de la agencia de espionaje de EE UU ( aquí en PDF) recoge una conversación que mantuvo en 1975 el entonces secretario general del PCE, Santiago Carrillo, con un responsable [official] de la «revista Time».

El documento está fechado el 15 de julio de 1975, meses antes de la muerte del dictador Franco, aunque la charla está sin datar. En la conversación, Carrillo hace hincapié en que el PCE colaborará «con otros partidos» en la consecución «de un gobierno democrático», según el documento de la CIA. El líder del PCE preveía un «derrocamiento» de Franco «relativamente pacífico».

Carrillo informó además a su interlocutor de que sus  intenciones eran «restaurar las libertades civiles y las instituciones democráticas» y no «instaurar el socialismo», siempre según el documento. «Eso vendrá después», señaló a su interlocutor.

Unas intenciones que, creía el líder del PCE, chocaban con el papel de su partido hermano en Portugal y, especialmente, de su homólogo, Álvaro Cunhal, por su papel en la Revolución de los Claveles.

El secretario general de los comunistas españoles temía que un «gobierno radical» en Portugal podría «dañar» sus opciones de «jugar un papel en la España postfranquista». Un papel que, según el documento de la CIA, podría llevarle a formar parte de un gobierno. Algo que haría «si sus camaradas se lo piden», reza el informe de la inteligencia estadounidense.

Carrillo, que aseguró que el reinado de Juan Carlos duraría «un par de meses» y mostró sus preferencias por los derechos dinásticos de Don Juan, el padre del actual rey emérito.

Por último, el interlocutor de Carrillo le preguntó por su opinión acerca de las bases de EEUU en España. El informe recoge la respuesta textual del secretario general del PCE: «Los americanos pueden estar en España mientras los rusos mantengan tropas en Checoslovaquia».

El informe de la CIA recuerda que Carrillo se opuso a la intervención militar de la Unión Soviética en Checoslovaquia en 1968 pero también indica que «en el pasado», el dirigente comunista se había opuesto en público a la presencia militar norteamericana. «Su cambio de actitud puede ser un esfuerzo de ablandar» la reacción de EEUU ante una posible entrada del PCE en un futuro gobierno, interpreta el informe.
El Diario
19/01/2017

martes, 21 de marzo de 2017

El carácter revisionista y capitalista de las relaciones de producción de Corea del Norte; Equipo de Bitácora (M-L), 2015


«En Corea del Norte, por tanto, el Partido del Trabajo de Corea (PTC) no tocó el poder económico de la burguesía nacional.

¿Pero acaso la estructura económica del país era igual a la de cualquier otro país capitalista? Obviamente no, ningún país capitalista tiene exactamente las mismas características que otro, dependiendo de la historia del país, del nivel de desarrollo de las fuerzas productivas, y de las fuerzas políticas que gobiernen, la fisonomía de la economía tiene una u otras características, pero en el caso de un país como Corea del Norte se le añade el hecho que es un país capitalista en el cual sus políticos intentan hacer creer a su pueblo, y al resto de países, que tienen una economía socialista.

Según el desarrollo de la política económica ejercida por los dirigentes revisionistas en el poder desde 1945, podemos ver como Corea del Norte expone un desarrollo económico muy parecido al de mucho de los países capitalistas-revisionistas ya extintos y al de otros todavía presentes como Cuba, Vietnam o China.

En una etapa inicial se promovió la propiedad privada –como vimos en sus escritos sobre la «democracia progresista»–. Después de la Guerra de Corea 1950-1953 teorizó que había que conformar un sector estatal y cooperativista –siempre bajos las leyes de producción capitalistas– que sería el teórico sector socialista.

En una segunda etapa se fue promoviendo medidas de integración de la burguesía nacional de la ciudad y el campo en el plano de las empresas estatales mediante su paso inicial en empresas cooperativistas.

Veamos algunos ejemplos del trato a la burguesía urbana según los mismos revisionistas coreanos:

«Tenemos la intención de llevar a cabo la revolución para eliminar los elementos capitalistas en el Norte no expropiando a los capitalistas comerciantes y fabricantes, pero transformándolos en líneas socialistas dibujándolos en diversas formas de economía cooperativa». (Kim Il Sung; Sobre la naturaleza de la Revolución en nuestro país en la etapa actual y la dirección básica del Primer Plan Quinquenal, 29 de noviembre de 1954)

Otro:

«Nuestro partido debe formar un frente unido sólido con los empresarios y comerciantes. Varios métodos se pueden aplicar en la reducción de las prácticas de explotación de los empresarios y comerciantes. Pero no vamos a tratar de confiscar sus propiedades». (Kim Il Sung; Sobre el fortalecimiento del frente de trabajo: Discurso de cierre en la VIIº Reunión Plenaria del Comité central del Partido del Trabajo de Corea, 18 de diciembre de 1953)

Y ahora algunos ejemplos del trato y medidas a la burguesía rural:

«En la cooperativización agrícola el principio de voluntariedad se aplicó no solo a los campesinos medios, sino para todos los sectores de la población rural, incluyendo los campesinos ricos». (Kim Il Sung; Informe sobre la labor del Comité Central en el VIº Congreso del Partido del Trabajo de Corea, 9 de noviembre de 1961)

Otro:

«Los campesinos ricos fueron remodelados en trabajadores socialistas a través de la restricción de sus tendencias negativas y una educación con paciencia, en lugar de su expropiación. El principio de voluntariedad se mantuvo estrictamente hasta la fase final. (...) La cooperación agrícola dio fin en agosto de 1958». (Kim Han Gil; Historia moderna de Corea, 1979)

Exactamente eran las mismas teorías revisionistas que los marxista-leninistas soviéticos habían denunciado en 1948 sobre los métodos bujarinistas de Tito en Yugoslavia:

«En el Partido Comunista de Yugoslavia el espíritu de la política de la lucha de clases está ausente. El aumento del número de los elementos capitalistas tanto en el campo como en la ciudad prosigue rápidamente, y la dirección del Partido no toma medidas para limitar a estos elementos. El Partido Comunista de Yugoslavia se adormece con la podrida teoría oportunista de la integración pacífica de los elementos capitalistas en el socialismo, tomada prestado de Bernstein, Vollmar, Bujarin». (Partido Comunista (bolchevique) de la Unión Soviética; Carta del CC del PC(b)US al camarada Tito y otros miembros del CC del Partido Comunista de Yugoslavia; 27 de marzo, 1948)

E igual que la denuncia  que Kao Kang, eminente marxista-leninista, opuso en China durante 1953-1954, comparando estos métodos de «integración pacifica de las clases explotadoras» en el socialismo a las teorías revisionistas de Bujarin en la Unión Soviética:

«En toda esta política, Kao Kang fue el único en discordia. Cuando los otros expresaron su apoyo incondicional al método pacífico, él permaneció en silencio. Mientras que él no dijo nada, su silencio fue percibido en el Partido Comunista de China correctamente como un desacuerdo. Mao Zedong, según una fuente oral autorizada, sintió que Kao Kang era un izquierdista sobre este tema, pero optó por no enfrentarse a él. En vez sin embargo, Mao probó a enviar a Li Weihan, que había trabajado con Kao Kang durante los años 30, para persuadirle de las virtudes de tal política heterodoxa. Kao Kang muy a diferencia de lo que esperaba obtener Mao Zedong de esa conversación, no atendió a los argumentos presentados pese hacer un esfuerzo en escuchar a Li Weihan, e irónicamente intentó revelar la ignorancia teórica del grupo que apoyaba tal política, comentó a Li Weihan; «¿Has oído hablar algo de la oposición derechista en la Unión Soviética? ¿No estás al tanto que Bujarin fue el que abogaba por el tránsito pacífico al socialismo?». (Políticas en la corte de Mao Zedong; Kao Kang y el fraccionalismo de mediados de los 50, 1990)

El revisionismo coreano y su alianza inmutable con la burguesía nacional; Equipo de Bitácora (M-L), 2015


«Y qué hay de la burguesía nacional y el trato dado por el Partido del Trabajo de Corea? Por supuesto aquí tampoco se podía distanciar de las enseñanzas revisionistas del Partido Comunista de China. Mao Zedong declaró que la burguesía nacional era una compañera de viaje no solo en la etapa democrático-burguesa sino en la pretendida etapa de construcción del socialismo:

«Tratamos la contradicción entre la clase obrera y la burguesía nacional como una contradicción en el seno del pueblo. (...) La burguesía y la pequeña burguesía exteriorizarán indefectiblemente su ideología. Se expresarán, obstinadamente y por todos los medios posibles, sobre las cuestiones políticas e ideológicas. No se puede esperar que actúen de otra manera. No debemos, recurrir a la coacción, impedirles que se manifiesten; por el contrario, debemos permitirles que lo hagan y, al mismo tiempo, debatir con ellos y someterlos a una crítica adecuada (...) Abogamos por una libertad bajo dirección y una democracia guiada por el centralismo, pero con esto no queremos decir en ningún sentido que, en el seno del pueblo, deban emplearse métodos coercitivos para resolver los problemas ideológicos y los problemas relativos a la distinción entre lo correcto y lo erróneo. Pretender solucionar estos problemas utilizando órdenes administrativas y métodos coercitivos no sólo sería inútil, sino perjudicial». (Mao Zedong; Sobre el tratamiento correcto de las contradicciones en el seno del pueblo, 27 de febrero, 1957)

El revisionista español Carrillo fue de las figuras que se inspiró en este esquema de explotados y explotadores de la «construcción del socialismo» en China para aplicarlo también a su país:

«Quizás el rasgo más original de la Revolución Socialista China lo constituye el hecho de que como aliado del proletariado, al lado de las masas campesinas y la pequeña burguesía urbana, se encuentre también la burguesía nacional. Esta constituye una de las aportaciones de los camaradas chinos a la experiencia revolucionaria mundial, digna de ser estudiada. (…) Lo que ha ocurrido en China, es decir, que una parte de la burguesía participe en determinadas condiciones en la edificación del socialismo, puede repetirse en otros países». (Santiago Carrillo; Sobre una singularidad de la revolución china: la alianza de los capitalistas nacionales con el proletariado, 1957)

En Corea del Norte el esquema inicial, como vimos fue similar, se dijo que la alianza con la burguesía nacional era temporal, con ello pudo engañar a la gente con que esta alianza era temporal por el carácter de las tareas iniciales, pero tiempo después, a la muerte de Iósif Stalin, e igual que su homólogo Mao Zedong, se declaró oficialmente que la burguesía nacional no era una compañera de viaje ocasional de la anterior etapa, sino que en la etapa de construcción socialista también lo era –esto lo vemos repetido una y otra vez en la propaganda del revisionismo coreano–:

«Bajo el sistema democrático-popular en nuestro país, los empresarios individuales, los comerciantes y otras secciones sociales participan en el gobierno junto a obreros y campesinos, formando parte integrante del frente unificado». (Kim Il Sung; Sobre las tareas inmediatas del poder popular en la construcción socialista, 20 de septiembre de 1957)

Este discurso de proponer un Estado en el que exista la unión de las masas trabajadoras con la burguesía nacional, no representa ninguna doctrina política nueva, es el nuevo reformismo adaptado a su «nueva doctrina». Ellos creen que pueden permitir que en su sociedad convivan todas las clases sociales y llamarla socialista, aunque siga existiendo explotadores y explotados y sus contradicciones, aunque siga existiendo las relaciones de producción capitalistas, y continúe la alianza de estos partidos revisionistas con las clases explotadoras y sus partidos. Resulta obvio que este  esquema de sociedad no es el socialismo que teorizaron Marx y Engels y pusieron en práctica Lenin y Stalin. Como venimos insistiendo, esto supone una evidencia clara de negación de la lucha de clases, entre explotadores y explotados intentando conciliar a los dos bandos antagónicos, y evidencia el tipo de «lucha de clases» que aplicaban y aún aplican los revisionistas en Corea del Norte:

«Entre otras cuestiones, en las posiciones sobre el significado y la aplicación de la teoría de la lucha de clases se distinguen los marxistas-leninistas de los revisionistas. Los marxistas-leninistas consideran la lucha de clases como la principal fuerza motriz en la sociedad de clases y libran a través de métodos radicalmente revolucionarios bajo la base del carácter irreconciliable de esta lucha, una pugna contra los enemigos de clase, su política e ideología. Los revisionistas a diferencia de ellos, siguen la política de conciliación con los enemigos de clase internos y externos, una política de extinción de lucha de clases, no sólo en los casos en los que la niegan abiertamente, sino también en los casos en que aceptan esta lucha con palabras, formalmente». (Nexhmije Hoxha; Algunas cuestiones fundamentales de la política revolucionaria el Partido del Trabajo de Albania sobre el desarrollo de la lucha de clases, 27 de junio de 1977)

He aquí que surge la necesidad de preguntar. ¿Cuál es el socialismo que Kim Il Sung y sus lacayos se suponían iban a construir bajo esas características? ¿Podía brotar el verdadero socialismo de una condicionalidad teórico-práctica tan errática? Evidentemente que no: esto nos queda más claro además cuando vemos además que bajo esta condicionalidad de unidad entre clases antagónicas y paz social entre clases antagónicas, se pide a los militantes que hagan siempre su crítica al partido, con la condición de que esta «crítica» no rompa con esa «unidad» que el partido «comunista» establece entre clases explotadoras y clases explotadas, en tanto que dicha crítica no ponga en tela de juicio su sistema política burgués y su legalidad que se ampara en la constitución burguesa, en este caso «Juche», de dicho país. Kim Il Sung también proclamaría:

«Los empresarios y comerciantes de nuestro país son compañeros de viaje, no sólo para realizar la revolución democrática, sino también en la construcción socialista». (Kim Il Sung; Sobre las tareas inmediatas del poder popular en la construcción socialista, 20 de septiembre de 1957)

¡Craso error! Esto nos indica la poca preparación teórica o el cinismo oportunista de Kim Il Sung, siendo en cualquiera de los casos un vulgar nacionalista-burgués más, de aquellos los muchos que defendían el entendimiento, la actividad y el desarrollo con las clases explotadoras nacionales.

Terminar con las clases explotadoras extranjeras y las clases feudales en Corea del Norte, fue un gran paso para las masas de ese país, pero el error de los revisionistas coreanos fue creer como otros tantos que era posible transitar al socialismo o hablar directamente ya de socialismo en su país, con la asistencia y siempre según ellos en alianza de las clases explotadoras nacionales, de ese modo Corea del Norte se estancó en la etapa democrático-burguesa y jamás pasó a la etapa socialista, derivando en que la burguesía nacional se asimiló como algo normal y transformándose en un país neocolonial dependiente:

«La transformación de revolución anticolonial en verdadera revolución antiimperialista y revolución socialista, por tanto, requiere de varios factores: 1) en primer lugar la existencia de un partido comunista marxista-leninista capaz de movilizar a los trabajadores de la ciudad y el campo contra el poder imperialista comprador sin transferir la dirección de la lucha a la burguesía nacional interesada en el derrocamiento de los capitalistas y terratenientes compradores; 2) después, que el partido llegue a demostrar que las aspiraciones democráticas de las capas populares y de los trabajadores sólo pueden alcanzarse la política de liberación del yugo del imperialismo extranjero está ligada a la liberación del yugo social, ejercido no sólo por el capital extranjero, sino también por el desarrollo del capitalismo, incluso circunscrito dentro del mercado interior. De hecho Marx destacó que la explotación del trabajo asalariado condujo necesariamente a nivel nacional –a causa de la brecha entre la producción y el consumo en el mercado interno– a forzar grandes vínculos comerciales con otros países burgueses, y sobre la base de la teoría del valor-trabajo y la existencia de diferentes grados en la productividad del trabajo social, estas relaciones hasta estrictamente comerciales tornan en una relación de dependencia y sujeción económica de los países burgueses más débiles en provecho de los más poderosos, capaces de echar sobre el mercado cantidades importantes de mercancías a un precio de coste menor. Por lo tanto, si la revolución «antiimperialista» se detiene a mitad de camino y permanece entre las manos de los capitalistas «nacionales», la liberación política y económica conquistada gracias a la revolución anticolonial necesariamente se convertirá en algo meramente formal y dará nacimiento a una nueva dependencia, primero económica, que crea así misma una dependencia política, incluso cuando la independencia política formal es reconocida». (Vincent Gouysse; Imperialismo y antiimperialista, 2007) (Equipo de Bitácora (M-L)El revisionismo coreano: desde sus raíces maoístas hasta la institucionalización del «Pensamiento Juche», 2015)