viernes, 30 de noviembre de 2018

¿Cuales eran las causas y móviles que yacían detrás de la revolución iraní de 1979?; Partido del Trabajo de Irán, 1985

Manifestantes anti-sha corren en la plaza Esfand después de que el ejército abrió fuego en Teherán - 27 de diciembre de 1978

«La revolución de 1979 fue el acontecimiento histórico más importante de nuestro país que acabó con el dominio de 2.500 años de Monarquía y la hegemonía del imperialismo sobre Irán. Esta grandiosa revolución se llevó a cabo como resultado de las implacables luchas y valor sin precedentes de millones de personas con la clase obrera a la cabeza, y a lo largo de un año de heroica lucha que se ganó la admiración y apoyo de los pueblos del mundo entero.

¿Cuales eran las causas y móviles que yacían detrás de la revolución iraní de 1979?

Sin lugar a dudas, no puede aceptarse el Islam como la causa de la revolución como lo reclama Jomeini (1).

Aunque el movimiento tuvo apariencias religiosas, el pueblo no hizo la revolución por el Islam. Las contradicciones objetivas de la sociedad fueron las causas principales de la revolución. Nuestra sociedad estaba sufriendo de dos contradicciones fundamentales y eran estas las principales causas de la opresión en Irán. Estas eran:

a) Residuos de feudalismo y atraso.

b) El imperialismo y el capitalismo dependiente.

Aunque Irán había comenzado el camino capitalista hacía ya tiempo, sin embargo nunca consiguió librarse de todas las viejas y corrompidas relaciones sociales.

La revolución democrática de 1906 (2) y los movimientos posteriores fueron todos ellos intentos para acabar con estas relaciones pero ninguno de ellos consiguió su objetivo. La reforma agraria del Sha, que tuvo lugar siguiendo las órdenes del Gobierno norteamericano –el Gobierno de Kennedy– en 1962 con el fin de reducir las contradicciones sociales, no acabó con el problema agrario en Irán y la tierra permaneció como una de las demandas más importantes de los campesinos. La política agrícola del Sha y la política de hacerse más y más dependiente del imperialismo, empobreció aún más a los campesinos, obligándoles a emigrar las ciudades. En un corto período de tiempo, la proporción de población rural en comparación con la población urbana descendió a un 55 por 100 en 1977 en comparación con un 85 por 100 en 1963. Una serie de aldeas se arruinaron completamente y sus habitantes marcharon a las ciudades en busca de empleo. De otro lado y como resultado del saqueo imperialista, la pobreza de las masas trabajadoras, especialmente la clase obrera, aumentó aún más. 

Nuestros recursos naturales, especialmente el petróleo, la minería y la pesca fueron ferozmente saqueados y las ganancias del país entregadas a los EE.UU. en concepto de pago por la entrega de armamento o saqueado por la llamada «familia de los mil» –familiares y asociados a la familia real–. 

Señalaremos como datos recogidos de cifras oficiales:

1. Los contratos militares entre Irán y EE.UU. realizados directamente con el Ministerio de Defensa estadounidense en el transcurso de once años (1968-79) ascendieron a 23 billones de dólares –debe tomarse en cuenta que se establecieron otros contratos militares con Gran Bretaña, Francia, la URSS, Italia, creando así la «colonización colectiva» de Irán–.

2. Según cifras facilitadas por funcionarios del Banco Central de Irán, en el transcurso de la revolución de febrero, 144 destacados capitalistas transfirieron 2,4 billones de dólares –una quinta parte de los ingresos totales de Irán en petróleo– a bancos en EE.UU., Suiza, Francia, Israel, etc., –una vez más hay que resaltar que la cifra mencionada fue transferida únicamente a través del Banco Central de Irán. Billones de dólares fueron transferidos a través de bancos y filiales iraníes en Inglaterra, Japón, Holanda, etc., o fueron sacados directamente del país–.

Estas dos cifras muestran sólo algunos aspectos del grado de saqueo contra nuestro pueblo como resultado del cual su grado de probreza crecía a diario. La inversión extranjera, utilizando energía y materias primas baratas en Irán con el total apoyo del régimen del Sha, explotó salvajemente a la clase obrera iraní, que fue privada de los más primitivos derechos bajo la dictadura del Sha y careció de cualquier forma de organización. El régimen del Sha no sólo sirvió a los intereses de los imperialistas en Irán, sino también jugó el papel de gendarme del imperialismo en la región del Golfo, haciendo todo lo posible para salvaguardar sus intereses en esta vía marítima vital. Enviando tropas a «Zofar» para enfrentarse a los revolucionarios, puso al descubierto su traicionero papel. El régimen del Sha fue un régimen golpista (3) que no tenía otra opción más que obedecer a los imperialistas. Era una superestructura podrida que defendía los intereses imperialistas y las relaciones retrógradas en Irán, y por tanto los obreros, los campesinos y todo el pueblo estaban en una profunda oposición al régimen del Sha. El Sha de Irán era el símbolo de las relaciones retrógradas y caducas, del imperialismo y del capitalismo dependiente.

Basada en tales contradicciones y junto con la política de «Derechos Humanos» de Cárter que se dictó al Sha para reducir estas contradicciones, esta política produce resultados contrarios y en un corto período la revolución en Irán alcanzó su climax y se extendió por todo el suelo iraní. El propio Cárter confesó haberse equivocado y calificó de erróneos los informes del Departamento de Estado norteamericano y la CIA sobre Irán. Para encontrar una salida a la crisis iraní, se dieron una serie de pasos. Hubo cambios gubernamentales el año anterior a la revolución, pero ninguno de ellos produjo resultados positivos mientras el poderoso movimiento de masas marchaba adelante sin compromiso alguno. Finalmente el imperialismo encontró la solución sacando al Sha de Irán (4), aunque fuera temporalmente, siguiendo el consejo de un nuevo grupo de expertos en temas iraníes, delegación formada bajo la supervisión del delegado del Secretario de Estado norteamericano, Dave Newsman, e incluía a expertos investigadores y teóricos como Richard Catem, profesor del Instituto de Estudiso Internacionales Viptsburgh, James Bill, profesor del Instituto Texas; Marvin Zuntis, profesor de la Universidad de Chicago, todos ellos autores de detallados estudios y publicaciones sobre Irán. Pero con la marcha del Sha, la frágil organización del Ejército y sus defensores se derrumbaron y poco tiempo después estalló la revolución de febrero con el heroico asalto del pueblo a los cuarteles, comisarias de policía y central de la SAVAK [policía política] los días 10, 11 y 12 de febrero de 1979. El clero y la burguesía ocuparon el poder». (Partido del Trabajo de Irán; Cómo fue traicionada la revolución; Publicado en Teoría y práctica,  Nº 7, 1985)

Anotaciones de la edición:

(1) Jomeini, en contraste con los comunistas que fundamentan la causa de cualquier revolución en base a las condiciones materiales, ha declarado: «El pueblo hizo la revolución no por causas económicas, sino por el Islam. La economía es para los burros!».

(2) Esta revolución es conocida como la revolución constitucional, cuyos objetivos y tareas no fueron acometidos porque la burguesía traicionó la revolución y pactó con los terratenientes feudales y los imperialistas. Pero pese a esto, la revolución constitucional puso fin a algunas viejas y retrógradas relaciones, y por vez primera en la Historia de Irán se implantaron instituciones democráticas y un parlamento y se consiguieron algunas conquistas que no pudieron ser destruidas.

(3) Tras la entrada de las tropas aliadas en Irán durante la II Guerra Mundial, el Reza Sha, padre de Mohamed Reza Pahlevi, que colaboró con los nazis durante la guerra, fue deportado por los imperialistas británicos y reemplazados por el Sha (Mohamed Reza Pahlevi), que juró ante el Parlamento que se mantendría fiel a la Constitución y no seguiría el camino de su padre. Pero una vez que su poder se fortaleció se enfrentó al movimiento popular. Cuando su primer golpe de Estado contra el gobierno nacionalista de Mosadeq fracasó, huyó a Italia, pero tres días después otro golpe de Estado, impuesto por los EE.UU. y Gran Bretaña y con la ayuda de provocadores mercenarios, derrocó al gobierno Mosadeq. Reza implantó así un régimen dictatorial en Irán con la ayuda y apoyo de sus amos.

(4) Esta alternativa se discutió en la Conferencia de Guadalupe y al final contó con el acuerdo de todos los imperialistas. Con el fin de ponerlo en práctica enviaron secretamente a Irán al General Hoyzer, comandante de las fuerzas de la OTAN en Europa. También el Sha confundió este episodio en sus memorias de exilio.

Anotaciones de Bitácora (M-L):

El Partido del Trabajo de Irán (PTI), mantuvo una valerosa lucha en unas condiciones altamente complicadas en cuanto a  represión. Lamentablemente al igual que otros partidos marxista-leninistas, empezó a desviarse de los principios más básicos a finales de la década de los 80. Esto puede verse por ejemplo en sus especulaciones teóricas, poniendo en cuestión el modelo económico de la URSS de Lenin y Stalin, en concreto rechazando la necesidad de la industrialización, volviendo con ello a teorías más cercanas del populismo ruso o del maoísmo sobre el papel de la industria y su relación con la agricultura. Véase el artículo de Hamid Taghvaee: «Tesis introductorias sobre la cuestión de la Unión Soviética» publicado en Bolshevik Message, No. 8, mayo de 1987. 

Actualmente los restos del partido iraní, como ocurrió con muchos otros que se convirtieron progresivamente en socialdemócratas, ha acabado formando parte de la internacional de renegados de la CIPOML:

«El PC de C-ML es miembro de la Conferencia Internacional de Partidos y Organizaciones Marxista-Leninistas (CIPOML), lo que ya dice mucho de esta organización colombiana, pues comulga con una internacional de partidos en su mayoría eclécticos y revisionistas. Es esta una plataforma en la que cualquiera que se diga marxista-leninista y firme un par de declaraciones y que mande mensajes de solidaridad, puede decirse miembro de la misma, no existiendo unidad ideológica ni corroboración del cumplimiento de las demandas ideológicas. La CIPOML es un centro donde reina el formalismo y el liberalismo, hartamente conocido por dedicarse a conferencias, declaraciones juntas de sus miembros donde enuncian cuatro cosas sin ahondar demasiado en la cuestión –por miedo a equivocarse teóricamente o perder influencia– y sin la necesidad de aplicar estos principios y tareas que dicen enunciarse –muestra de ello es que cada partido tiene un concepto diferente sobre los mismos temas–, dando la apariencia de que hacen algo significativo, aunque por sus propios documentos se ve claramente que no hacen nada relevante. Igualmente algo que salta a la vista es la poca preparación teórica de los dirigentes de los respectivos partidos donde eluden realizar análisis –o si lo hacen pasan de puntillas– en torno a cuestiones políticas pasadas o presentes, incluyendo cuestiones de la propia historia del movimiento comunista internacional y de sus partidos, dejándonos en la incógnita de su posición sobre algunas cuestiones o de como explican algunos fenómenos importantes, dedicándose más bien a meras declaraciones cortas donde intentan no pillarse los dedos ni disgustar a nadie como decimos, sumado alguna ocasional cita de algún clásico del marxismo-leninismo. Entre las filas de esta especie de internacional encontramos partidos vergonzantes con los que el PC de C-ML comparte sitio en esta internacional como el Partido Comunista Marxista Leninista de Venezuela que pese a recitar formalmente varios de los principios marxista-leninistas sufre en cambio una ausencia de trabajo con las masas y alimenta ilusiones sobre el viejo revisionismo soviético y alemán; el Partido Comunista de Ecuador Marxista-Leninista que aplica desde hace décadas unas tácticas de frente popular basadas en un cheque en blanco hacia cualquier líder y organización con tal de ganar algo de simpatías e influencia, donde apoya las candidaturas de los candidatos más derechistas y reaccionarios de los viejos partidos tradicionales con tal de contraponerse al socialismo del siglo XXI en el poder, y cuando se aburre, vuelve a apoyar a Correa, y así va cambiando de táctica cíclicamente; o como el abiertamente revisionista Partido Comunista de España (marxista-leninista) que sufre de un legalismo y republicanismo burgués, además de un apoyo a revisionismos como el cubano, chino, y nicaragüense entre tantos otros, traicionando su propio legado de combate contra estas corrientes». (Equipo de Bitácora (M-L)Una reflexión necesaria sobre las FARC-EP, los acuerdos de paz y la historia de las guerrillas en Colombia, 2016)

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