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«Tito, Kardelj, Đilas y sobre todo en este campo Ranković, eran prácticamente como un estrecho grupo de poder dominante que dictaban y dictan actualmente la política del partido desde arriba. Ellos practicaban el llamado «método militar» de dirección del partido defendido por Trotski. No fue por casualidad que la concepción «derechista» de Trotski de un partido compuesto por todos y de diverso pelaje, diera lugar a que se combinara después con la concepción «de izquierda» de Trotski de «órdenes de arriba». Como de costumbre las prácticas «de derechas» y «de izquierda» dieron lugar a los mismos resultados de destruir el carácter revolucionario del partido comunista. En el Partido Comunista de Yugoslavia las elecciones del partido a todos los niveles cesaron. Los liderazgos fueron organizados mediante la pura cooptación. Se desanimo la discusión interna. La crítica y la autocrítica fueron suprimidas. Y Ranković abusó de su cargo de Ministro del Interior y jefe de la Policía de Seguridad –la conocida UDBA– para tomar medidas disciplinarias contra los miembros del partido que se atrevieran a discutir o criticar los dictados de la camarilla gobernante». (James Klugmann; La resolución de la Kominfom; Capítulo del libro De Trotski a Tito, 1951)
«Tito, Kardelj, Đilas y sobre todo en este campo Ranković, eran prácticamente como un estrecho grupo de poder dominante que dictaban y dictan actualmente la política del partido desde arriba. Ellos practicaban el llamado «método militar» de dirección del partido defendido por Trotski. No fue por casualidad que la concepción «derechista» de Trotski de un partido compuesto por todos y de diverso pelaje, diera lugar a que se combinara después con la concepción «de izquierda» de Trotski de «órdenes de arriba». Como de costumbre las prácticas «de derechas» y «de izquierda» dieron lugar a los mismos resultados de destruir el carácter revolucionario del partido comunista. En el Partido Comunista de Yugoslavia las elecciones del partido a todos los niveles cesaron. Los liderazgos fueron organizados mediante la pura cooptación. Se desanimo la discusión interna. La crítica y la autocrítica fueron suprimidas. Y Ranković abusó de su cargo de Ministro del Interior y jefe de la Policía de Seguridad –la conocida UDBA– para tomar medidas disciplinarias contra los miembros del partido que se atrevieran a discutir o criticar los dictados de la camarilla gobernante». (James Klugmann; La resolución de la Kominfom; Capítulo del libro De Trotski a Tito, 1951)
«Introducción de Bitácora (M-L)»
Hemos creído necesario traducir y poner a vuestras disposición el presente primer capítulo del libro: «De Trotski a Tito», de James Klugmann, escrito en 1951, ya que es uno de los documentos que mejor explican la esencia del revisionismo yugoslavo.
En especial, en este capítulo se retomará los puntos cardinales que hicieron surgir la inevitable divergencia del revisionismo yugoslavo con el marxismo-leninismo, y sus representantes; desde el intercambio de cartas entre el Comité Central del Partido Comunista de Yugoslavia y el Comité Central del Partido Comunista (bolchevique) de la Unión Soviética, entre marzo y mayo de 1948, hasta la resolución de la Kominform; «Sobre la situación en el Partido Comunista de Yugoslavia», de junio de 1948.
Debemos dejar claros algunos puntos de esta obra al lector:
1) Hay que recordar que la expulsión del Partido Comunista de Yugoslavia como el autor explica no es debido a las desviaciones en sí del Partido Comunista de Yugoslavia, sino a la negativa del partido a asistir a la IIº Conferencia de la Kominform de 1948 para que los otros partidos comunistas hermanos ejercieran su derecho de crítica al PCY, derecho que recordemos el propio Partido Comunista de Yugoslavia si había ejercido en la Iº Conferencia de la Kominform de 1947 cuando precisamente los delegados yugoslavos Milovan Đilas y Edvard Kardelj aprovecharon tal foro para criticar a los delegados italianos y franceses por las actuaciones de sus respectivos partidos, ejerciendo pues, el derecho a la libre crítica y autocrítica bolchevique entre los partidos de esta organización como sus normas establecían, derecho que los revisionistas yugoslavos no permitieron que fuera ejercido por terceros para que la crítica tocara de lleno a su partido.
2) Durante el documento veremos relatada la actuación de los líderes yugoslavos, quienes pese a no aceptar ni rectificar ninguno de los males indicados por otros partidos y figuras de la época, una vez expulsados de la Kominform lejos de corregir ampliarían más si cabe sus desviaciones. Aquí veremos como mucho de sus nuevos conceptos antimarxistas de después de 1948 se completarían y evolucionarían a partir de sus pasadas pero recientes desviaciones denunciadas por la Kominform antes de esa fecha –por ejemplo su concepto socialdemócrata de «partido de masas» con un reclutamiento indiscriminado, y de tomar el frente como la principal organización política que dirige el país, deriva a su expulsión de la Kominform en una nueva teoría sobre la necesidad de la extinción del partido por considerarlo superfluo–.
3) Téngase en cuenta que el documento es de 1951, y algunos de los conocidos titoistas –véase Rudolf Slánsky–, jruschovistas-titoistas –véase Gheorghiu-Dej– o eurocomunistas –véase Palmiro Togliatti– aquí usados como ejemplos de honesta adhesión ideológica y honradez y para la comparativa con los líderes yugoslavos, lo habían sido hasta entonces, o hasta entonces no habían sido observados ni descubiertos como desviacionistas. Decimos esto para poner en situación al lector y que por decirlo así «no se asuste».
4) Sin entender la incompatibilidad del revisionismo yugoslavo con el marxismo-leninismo, la incompatibilidad de Tito con Stalin, la incompatibilidad de ideología burguesa con la ideología proletaria: es imposible denunciar luego a las ramas revisionistas previas como el browderismo o coetáneas como el maoísmo, tampoco le será al lector fácilmente entendible el apoyo del titoismo al nacimiento de otras ramas posteriores como el jruschovismo o el eurocomunismo, ni el carácter de estos, sin entender mediante un minucioso estudio, la esencia del propio revisionismo yugoslavo. He ahí porque este documento tenga una importancia especial, y he ahí porque el titoismo se ha situado en una etapa intermedia entre los viejos y nuevos revisionistas, y siempre ha servido de vehículo a las dirigencias oportunistas para degenerar la política de los partidos comunistas. No es sorprendente tampoco que el bagaje ideológico del revisionismo yugoslavo sea usado –a veces conscientemente y otras sin saberlo– por los seguidores del «socialismo del siglo XXI».
5) Este documento es pues, una dedicatoria para los pueblos yugoslavos que ejercieron una gran valentía durante su lucha de liberación nacional durante la Segunda Guerra Mundial; de igual modo la historia ha otorgado a cada yugoslavo marxista-leninista y a todo patriota progresista la misma o si cabe más valentía por oponerse al revisionismo titoista; tanto en su política interior pro kulak y pro burguesa; como a su política exterior de sumisión encaminada a convertir a Yugoslavia en una mera semicolonia de los imperialismos occidentales. A todos ellos que como Arso Jovanović, les tocó sufrir la calumnia, el arresto y el asesinato bajo la etiqueta –para los titoistas despectiva– de «kominformistas», les honra la estoica defensa que ejercieron del marxismo-leninismo y su aplicación practico-teórica. Por ello deben ser conocidos y promovidos este tipo de documentos.
6) El desarrollo de cómo la Kominform debatió la cuestión del revisionismo yugoslavo por suerte está muy bien documentada; aunque el imperialismo y los revisionistas hayan intentado esconder la cuestión de la lucha contra el revisionismo yugoslavo, de hecho todo está muy detallado lo que no da lugar a que las masas trabajadoras se coman el cuento por tantas veces difundido por los protitoistas y sus revisionismos amigos y afines –como el maoísta, jruschovista, eurocomunistao, trotskista– de que todo se debió a «un abuso más de Stalin», por mucho que los enemigos del marxismo intenten ocultar los hechos los documentos oficiales están ahí. Al igual que las cartas entre la dirección soviética y yugoslava de marzo y mayo de 1948 –de las cuales nosotros mismos hemos publicado algunas–, podemos seguir también por ejemplo cómo los diferentes partidos presentaron su informe en la IIº Conferencia de la Kominform de 1948 analizando con nitidez los errores de los líderes yugoslavos desde los años incluso de la Komintern, y como de esos informes y debates se dio pie a la famosa: «Resolución de la Kominform sobre la situación en el Partido Comunista de Yugoslavia», de 28 de junio de 1948. Todo esto se puede encontrar en la obra de la Fondazione Giangiacomo Feltrinelli: «The Cominform; Minutes of the Three Conferences 1947/1948/1949» de 1994.
Por lo tanto quién desee conocer la historia de lucha contra el revisionismo yugoslavo no tiene excusa, al igual que no tiene excusa quién a estas alturas reivindica a tal revisionismo ni a sus teorías como la de la «autogestión» o los «países no alineados».
En especial, en este capítulo se retomará los puntos cardinales que hicieron surgir la inevitable divergencia del revisionismo yugoslavo con el marxismo-leninismo, y sus representantes; desde el intercambio de cartas entre el Comité Central del Partido Comunista de Yugoslavia y el Comité Central del Partido Comunista (bolchevique) de la Unión Soviética, entre marzo y mayo de 1948, hasta la resolución de la Kominform; «Sobre la situación en el Partido Comunista de Yugoslavia», de junio de 1948.
Debemos dejar claros algunos puntos de esta obra al lector:
1) Hay que recordar que la expulsión del Partido Comunista de Yugoslavia como el autor explica no es debido a las desviaciones en sí del Partido Comunista de Yugoslavia, sino a la negativa del partido a asistir a la IIº Conferencia de la Kominform de 1948 para que los otros partidos comunistas hermanos ejercieran su derecho de crítica al PCY, derecho que recordemos el propio Partido Comunista de Yugoslavia si había ejercido en la Iº Conferencia de la Kominform de 1947 cuando precisamente los delegados yugoslavos Milovan Đilas y Edvard Kardelj aprovecharon tal foro para criticar a los delegados italianos y franceses por las actuaciones de sus respectivos partidos, ejerciendo pues, el derecho a la libre crítica y autocrítica bolchevique entre los partidos de esta organización como sus normas establecían, derecho que los revisionistas yugoslavos no permitieron que fuera ejercido por terceros para que la crítica tocara de lleno a su partido.
2) Durante el documento veremos relatada la actuación de los líderes yugoslavos, quienes pese a no aceptar ni rectificar ninguno de los males indicados por otros partidos y figuras de la época, una vez expulsados de la Kominform lejos de corregir ampliarían más si cabe sus desviaciones. Aquí veremos como mucho de sus nuevos conceptos antimarxistas de después de 1948 se completarían y evolucionarían a partir de sus pasadas pero recientes desviaciones denunciadas por la Kominform antes de esa fecha –por ejemplo su concepto socialdemócrata de «partido de masas» con un reclutamiento indiscriminado, y de tomar el frente como la principal organización política que dirige el país, deriva a su expulsión de la Kominform en una nueva teoría sobre la necesidad de la extinción del partido por considerarlo superfluo–.
3) Téngase en cuenta que el documento es de 1951, y algunos de los conocidos titoistas –véase Rudolf Slánsky–, jruschovistas-titoistas –véase Gheorghiu-Dej– o eurocomunistas –véase Palmiro Togliatti– aquí usados como ejemplos de honesta adhesión ideológica y honradez y para la comparativa con los líderes yugoslavos, lo habían sido hasta entonces, o hasta entonces no habían sido observados ni descubiertos como desviacionistas. Decimos esto para poner en situación al lector y que por decirlo así «no se asuste».
4) Sin entender la incompatibilidad del revisionismo yugoslavo con el marxismo-leninismo, la incompatibilidad de Tito con Stalin, la incompatibilidad de ideología burguesa con la ideología proletaria: es imposible denunciar luego a las ramas revisionistas previas como el browderismo o coetáneas como el maoísmo, tampoco le será al lector fácilmente entendible el apoyo del titoismo al nacimiento de otras ramas posteriores como el jruschovismo o el eurocomunismo, ni el carácter de estos, sin entender mediante un minucioso estudio, la esencia del propio revisionismo yugoslavo. He ahí porque este documento tenga una importancia especial, y he ahí porque el titoismo se ha situado en una etapa intermedia entre los viejos y nuevos revisionistas, y siempre ha servido de vehículo a las dirigencias oportunistas para degenerar la política de los partidos comunistas. No es sorprendente tampoco que el bagaje ideológico del revisionismo yugoslavo sea usado –a veces conscientemente y otras sin saberlo– por los seguidores del «socialismo del siglo XXI».
5) Este documento es pues, una dedicatoria para los pueblos yugoslavos que ejercieron una gran valentía durante su lucha de liberación nacional durante la Segunda Guerra Mundial; de igual modo la historia ha otorgado a cada yugoslavo marxista-leninista y a todo patriota progresista la misma o si cabe más valentía por oponerse al revisionismo titoista; tanto en su política interior pro kulak y pro burguesa; como a su política exterior de sumisión encaminada a convertir a Yugoslavia en una mera semicolonia de los imperialismos occidentales. A todos ellos que como Arso Jovanović, les tocó sufrir la calumnia, el arresto y el asesinato bajo la etiqueta –para los titoistas despectiva– de «kominformistas», les honra la estoica defensa que ejercieron del marxismo-leninismo y su aplicación practico-teórica. Por ello deben ser conocidos y promovidos este tipo de documentos.
6) El desarrollo de cómo la Kominform debatió la cuestión del revisionismo yugoslavo por suerte está muy bien documentada; aunque el imperialismo y los revisionistas hayan intentado esconder la cuestión de la lucha contra el revisionismo yugoslavo, de hecho todo está muy detallado lo que no da lugar a que las masas trabajadoras se coman el cuento por tantas veces difundido por los protitoistas y sus revisionismos amigos y afines –como el maoísta, jruschovista, eurocomunistao, trotskista– de que todo se debió a «un abuso más de Stalin», por mucho que los enemigos del marxismo intenten ocultar los hechos los documentos oficiales están ahí. Al igual que las cartas entre la dirección soviética y yugoslava de marzo y mayo de 1948 –de las cuales nosotros mismos hemos publicado algunas–, podemos seguir también por ejemplo cómo los diferentes partidos presentaron su informe en la IIº Conferencia de la Kominform de 1948 analizando con nitidez los errores de los líderes yugoslavos desde los años incluso de la Komintern, y como de esos informes y debates se dio pie a la famosa: «Resolución de la Kominform sobre la situación en el Partido Comunista de Yugoslavia», de 28 de junio de 1948. Todo esto se puede encontrar en la obra de la Fondazione Giangiacomo Feltrinelli: «The Cominform; Minutes of the Three Conferences 1947/1948/1949» de 1994.
Por lo tanto quién desee conocer la historia de lucha contra el revisionismo yugoslavo no tiene excusa, al igual que no tiene excusa quién a estas alturas reivindica a tal revisionismo ni a sus teorías como la de la «autogestión» o los «países no alineados».
Notas
[2] Todos los documentos editados por el equipo del Blog en el apartado BIBLIOTECA.
un gran trabajo muchas gracias saludos bs as argentina
ResponderEliminarmuy bien hecho camarada, esta informacion esa bastante bien, yo que soy marxista no sabia esto, gracias de todas formas.
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