miércoles, 27 de mayo de 2015

José Díaz hablando como los obreros anarquistas se orientaban poco a poco hacia el campo revolucionario


«Han sido la unidad de acción y el frente popular los que han contribuido a que los obreros anarquistas se inclinen y se incorporen a la lucha contra el fascismo y la reacción. Los obreros anarquistas, en su inmensa mayoría, han votado. Y no sólo han votado, sino que en muchas provincias han participado activamente en la propaganda y en los trabajos prácticos de la campaña electoral. Tenemos casos, como los de las provincias de Cádiz y de Zaragoza, donde los obreros anarquistas han sido los que han dado el triunfo al frente popular. En estas provincias, donde la influencia anarquista en el movimiento obrero es aún considerable, la reacción había vencido siempre y se las consideraba como sus baluartes. Gracias a las campañas abstencionistas de los anarquistas, la reacción había logrado siempre triunfar en esas provincias. La provincia de Cádiz, por ejemplo, siempre había dado el triunfo a los monárquicos y a Primo de Rivera. Y lo mismo Zaragoza. Esta vez, y gracias a la participación de los obreros anarquistas en las elecciones, la reacción ha sufrido una derrota. Y al hablar de los obreros anarquistas hay que reconocer que no se trata únicamente de una cuestión sentimental, de la cuestión de votar simplemente, sino de todo un proceso de revolucionarización que desde hace algún tiempo se viene operando entre ellos. La constitución de las alianzas obreras y campesinas, su eficacia como órganos de lucha por el poder en Asturias, la fusión de la CGTU con la UGT, la formación del frente popular y, en general, todo el trabajo de esclarecimiento y de organización llevado a cabo por el Partido Comunista de España han obligado a los obreros anarquistas a reflexionar sobre la necesidad de la unidad y sobre la ineficacia y utopía de los métodos anarquistas. He aquí una carta publicada en nuestro periódico: «Mundo Obrero», del 6 de marzo último, firmada por un obrero anarquista, que nos demuestra cuál es el ambiente y el espíritu que reinan actualmente entre vastos sectores de los obreros anarquistas. Este obrero anarquista escribe:

«Compañeros comunistas: ante el panorama político-social, que presenta el mundo, y en particular España, las experiencias del pasado y, más concretamente, la insurrección de octubre del 34, yo, ante las razones expuestas, siento la necesidad de rectificar mi pasado y descender de los olímpicos sueños utópicos del anarquismo a la realidad. No pretendo negar la importancia del ideal anarquista ni de los hombres que nos han precedido dentro del anarquismo; pero creo en la necesidad de un período transitorio –dictadura del proletariado–, hasta que los pueblos se encuentren en condiciones de vivir la anarquía. Las experiencias realizadas en otros países ponen de relieve que para contrarrestar la reacción fascista, que no es ni más ni menos que los últimos despojos del capitalismo, pero que dispone de un formidable aparato represivo, es necesaria la unión de todos los trabajadores ante la amenaza de una posible dictadura negra. Ante este peligro, opongámonos uniendo todas nuestras fuerzas para que en España no se repitan los casos vergonzosos de Italia y Alemania. Los momentos actuales no son para soñar, sino para estar muy alerta; los problemas no son solamente nacionales, sino mundiales. No debemos perder de vista la actitud de Italia en África, ni una posible agresión del Japón y Alemania contra la Unión Soviética, el único país donde la clase trabajadora llegó a conquistar sus destinos. ¡Viva la Unión de todos los trabajadores!». («Mundo Obrero»; Carta dirigida al Partido Comunista de España; Firma de la carta: S. de la Rok., Madrid, 4 de marzo de 1936)

Hemos trascrito íntegra la carta del camarada anarquista, porque sabemos que de su opinión participan hoy muchos millares de obreros anarquistas, que, gracias a las experiencias pasadas, se encaminan cada vez más resueltos por la senda revolucionaria que señala el partido comunista en nuestro país. Este hecho, claro está, plantea ante el Partido Comunista de España la necesidad de intensificar su trabajo entre los obreros anarquistas, a fin de facilitar cuanto antes, su incorporación orgánica a las filas de los combatientes por la revolución». (José Díaz; El alcance del triunfo popular del 16 de febrero; Recopilación Documental: Artículos publicados en la «Correspondencia Internacional», números del 20 y 27 de marzo y 3, 10 y 17 de abril de 1936)

Anotaciones de Bitácora (M-L):


«Ramón Sender [anarquista]: Mi respeto y mi entusiasmo por la labor creado de vuestro partido y la URSS no los he ocultado nunca. He intentado convencer siempre a mis compañeros anarquistas de que la concepción marxista es la única que puede darles conciencia revolucionaria. (...) Creo que el espíritu libertario, llevado a la lucha de clases como orientador, es un veneno intelectual y sentimental burgués que embriaga a los obreros con la ilusión de lo absoluto e inaccesible para hacerles olvidar sus objetivos inmediatos de lucha, sin los cuales será imposible seguir avanzado». (Mundo Obrero; 7 de febrero de 1933)

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