lunes, 4 de mayo de 2015

Profundicemos la lucha ideológica contra las manifestaciones extrañas al socialismo y contra las actitudes liberales ante ellas; Enver Hoxha, 1973

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«Nuestra crítica, así como nuestra literatura y arte deben guiarse siempre por los principios del método del realismo socialista, que son el fruto de la experiencia mundial del arte revolucionario del proletariado, han sido elaborados por la estética marxista-leninista y confirmados por la práctica literaria y artística de nuestro país. Estos principios son inconmovibles y la fidelidad a ellos es indispensable, porque de lo contrario corremos el peligro de ser presa de las influencias extrañas y de alejarnos de las tradiciones revolucionarias. La innovación no implica la violación de los principios, sino por el contrario su justa aplicación». (Enver Hoxha; Profundicemos la lucha ideológica contra las manifestaciones extrañas al socialismo y contra las actitudes liberales ante ellas, 1973)


El siguiente texto es una clara muestra del despliegue de la lucha de clases en el frente ideológico, en este caso, el contexto histórico de la elaboración de este informe proviene de un periodo en el cual la República Popular de Albania y su dirigente, el Partido del Trabajo de Albania, ejecutan medidas para poner freno a las desviaciones localizadas en el ámbito ideológico de la sociedad, desviaciones de carácter liberal. Entre los factores objetivos que alentaban esto citamos el obvio cerco capitalista-revisionista sobre Albania, y entre los factores específico que podrían haber incitado concretamente estos hechos ponían como ejemplo la apertura de ciertos Estados revisionistas-capitalistas a ciertos imperialismos dominantes:

«Los enemigos utilizaban a este fin todo lo que tenían a su alcance; aprovechaban especialmente la apertura de la China «socialista» hacia los Estados Unidos. Intentaban aprovechar también, en interés de sus fines, la lucha que llevaba a cabo el Partido del Trabajo de Albania contra el burocratismo y el conservadurismo para ampliar la democracia socialista, esforzándose por tergiversar esta lucha, y también cierta euforia que se percibía en bastantes trabajadores y cuadros debido a los grandes logros alcanzados en el desarrollo económico, social, cultural, etc». (Partido del Trabajo de Albania; Historia del Partido del Trabajo de Albania, segunda edición, 1982)

Estas desviaciones ideológicas por supuesto eran proyectadas por los Estados antagónicos capitalistas al interior como método para corroer el sistema albanés socialista. Tampoco eran, digámoslo así, métodos nuevos de subversión, pero pese a ello su alcance no solo afectó al ámbito ideológico de la cultura –aunque veamos que en este informe y en todo el pleno se denuncia la actividad de Fadil Paçrami que había influido de modo nefasto en el campo cultural–, ya que en los próximos meses se detectarían desviaciones de similar carácter liberal en la economía, el ejército, etc. Nunca hay que olvidar que en estos factores de presión ideológica objetiva exterior se sumaba a su vez a los factores interiores, hablamos de la herencia ideológica del pasado en Albania como la sociedad patriarcal, la gran influencia religiosa, la diferencias entre campo y ciudad, que pese a registrar para 1973 grandes avances en su eliminación, no habían sido eliminados en su totalidad como es normal, de igual modo existía el peligro de que  surgieran otros peligros como el burocratismo, intelectualismo, autosatisfacción por los éxitos en la construcción socialista:

«El descubrimiento por el partido y el camarada Enver Hoxha de las fuentes y causas de la lucha de clases en el socialismo, del entrelazamiento de los factores objetivos y subjetivos, tiene especial importancia. La existencia de los restos de las clases explotadoras, la hostilidad del cerco imperialista-revisionista, los remanentes del pasado en la conciencia del pueblo y la emergencia de nuevos elementos antisocialistas presentan algunas de las premisas objetivas de la lucha de clases en el socialismo que también determinan sus principales direcciones. (...) Las posiciones liberales hacia las influencias extrañas burguesas y pequeño burguesas hasta que crecen a peor y se tornan en tendencias ideológicas regresivas, la creación de cada vez mayores diferencias en los ingresos y la cada vez mayor profundización socio-económica entre clases y tipos de trabajo, representan algunos de los factores [subjetivos - Anotación de Bitácora (M-L)] políticos, económicos e ideológicos que estaban presentes y activos en la vida de la Unión Soviética y otros antiguos países socialistas y que dieron lugar a la aparición de un proceso regresivo, de la creación de unos estratos privilegiados y finalmente de una nueva clase burguesa en esos países». (Jorgji Sota; Sobre la dictadura del proletariado y la lucha de clases en Albania; Informe presentado en la Conferencia científica sobre el pensamiento teórico del Partido del Trabajo de Albania y el Camarada Enver Hoxha, 1983)

Todo ello hacía que los factores internos y externos, objetivos y subjetivos se complementaran, y es lo que hace que la lucha en el campo ideológico sea la más compleja, y la última a resolver por el partido comunista en la sociedad dada su dificultad:

«La contradicción antagónica fundamental es siempre la contradicción entre el socialismo y el capitalismo, entre el camino socialista y el camino capitalista, esto no se ha movido. Esta contradicción, como toda la experiencia de los programas de lucha revolucionaria ha mostrado con claridad, se resuelve poco a poco, de acuerdo con las etapas de la revolución, primero en el plano político con la toma del poder político por la clase obrera, con su partido a la cabeza, en el nivel económico con la construcción de la base económica del socialismo en la ciudad y el campo, y en el plano ideológico con el triunfo completo de la ideología del proletariado sobre la ideología burguesa, de la moral comunista sobre la moral burguesa». (Nexhmije Hoxha; Algunas cuestiones fundamentales de la política revolucionaria el Partido del Trabajo de Albania sobre el desarrollo de la lucha de clases, 27 de junio de 1977)

Por lo que se demuestra que la victoria en el campo político y económico no pueden ser garantizados sin el triunfo en el campo ideológico:

«En particular, el partido ha señalado la amenaza de la presión ideológica como un medio directo para la contrarrevolución pacífica. La esencia de esta agresión, como la define el camarada Enver Hoxha, es la incitación del liberalismo a lo largo de la línea del partido, que sería la máxima expresión de oportunismo político e ideológico que, a través de la renuncia de la lucha de clases y su reemplazamiento por la coexistencia pacífica y la ideología hostil, tiene como objetivo principal lograr la degeneración del partido, el Estado y de todo el orden socialista. Esta conclusión del Partido del Trabajo de Albania y del Camarada Enver Hoxha está entre las más importantes tesis del pensamiento teórico de nuestro partido y su valiosa contribución enriquece la teoría marxista-leninista de la lucha de clases. (...) En el pensamiento teórico del Partido del Trabajo de Albania y del camarada Enver Hoxha el argumento sobre el posicionamiento marxista-leninista de la lucha sobre el frente ideológico ocupa un lugar principal. La gran conclusión que extraen de la experiencia histórica es que las victorias de la revolución en los campos de la política y la economía no pueden ser consideradas garantizadas sin el triunfo también de la revolución en el campo ideológico. El librar con éxito esta lucha tiene una importancia decisiva, ya que, en última instancia, tiene que ver con la cuestión de si el socialismo y el comunismo se construirán y la restauración del capitalismo es evitada, o si las puertas se abren de golpe a la propagación de la ideología burguesa y revisionista y el retorno al capitalismo será permitido». (Jorgji Sota; Sobre la dictadura del proletariado y la lucha de clases en Albania; Informe presentado en la Conferencia científica sobre el pensamiento teórico del Partido del Trabajo de Albania y el Camarada Enver Hoxha, 1983)

Es por ello que el partido comunista como tal, para poder defenderse del enemigo no puede dejar de aplicar la lucha de clases en ningún campo, y como tal, ya que se autoproclama revolucionario, que hace la revolución contra lo caduco de la sociedad, no puede sino atacar y llevar su posición revolucionaria a todos los campos sin evadir ninguno de estos, sin permitir a la burguesía que resista en ninguno de ellos, o que lo retome por falta de vigilancia:

«La lucha de clases se libra en todos los frentes, no solo porque los enemigos externos aplican su lucha en todas las direcciones, sino porque, en primer lugar, estamos desarrollando la revolución en todos los campos y direcciones. Lo que hace que el ejecutar la lucha de clases en esas tres direcciones fundamentales –ideológica, política y económica– sean puntos muy importantes. Si la lucha se debilita en una dirección, toda la lucha de clases se debilitará y se condenara a un mayor castigo inmediato en el futuro». (Nexhmije Hoxha; Algunas cuestiones fundamentales de la política revolucionaria el Partido del Trabajo de Albania sobre el desarrollo de la lucha de clases, 27 de junio de 1977)

Este documento sobre la cuestión cultura en la sociedad socialista tiene especial importancia, porque como ya hemos afirmado en otras ocasiones y documentos: «hacer una excepción en cualquier campo sobre la lucha de clases que enfrenta al proletariado contra la burguesía es el gesto más notable de oportunismo». El tema del realismo socialista en la sociedad socialista se tocara de lleno como tema en el documento, lo que ayudará a aclarar dudas al lector.

Para ampliar más nuestro conocimiento, no está de más recordar el siguiente axioma:

«El enemigo de clase tiene como objetivo debilitar y eliminar no solo la dictadura del proletaria y la independencia nacional, sino también el orden económico socialista y la ideología del proletariado; en consecuencia a esto actúa en tres campos y en los tres campos existe el peligro de la degeneración burguesa-revisionista; esta lucha de clases se libra en tres campos claros por tanto, entre nosotros y los enemigos –político–, entre el camino socialista y el camino capitalista –económico–, entre la ideología proletaria y la ideología burguesa-revisionista –ideológico–». (Nexhmije Hoxha; Algunas cuestiones fundamentales de la política revolucionaria el Partido del Trabajo de Albania sobre el desarrollo de la lucha de clases, 27 de junio de 1977)


***

Como curiosidad inherente al documento, en este Pleno del Comité Central de 1973 donde se critican las actitudes liberales, la crítica tocó de lleno a Ramiz Alia, que para quién no lo sepa, a la muerte de Enver Hoxha en 1985 fue elegido como Secretario General del Partido del Trabajo de Albania y llevó a cabo las reformas revisionistas que encaminarían a Albania hacia la restauración del capitalismo. En las sucesivas sesiones de este pleno a diferencia de otros desviacionistas de derechista como Fadil Paçrami y Todi Lubonja, él practicó una rápida colaboración y autocrítica con sus errores cometidos, lo que le salvó de las sospechas de que sus desviaciones no fueran algo puntual, perdurable y consciente; como en efecto eran. Por ello mientras otros cuadros del partido que habían cometido grandes errores al mantener una actitud provocativa o con falta de autocrítica al enfrentar su actividad perniciosa no consiguieron más que terminar de convencer al partido de que sus fallas no eran accidentales y serían investigados más a fondo y expulsados, mientras que Ramiz Alia pudo pasar el mal trago y retomar poco a poco la confianza del partido.

Como el lector habrá podido comprobar en otros documentos editados por nosotros como por ejemplo los que analizan la experiencia de la revolución polaca, se habrá percatado que tal táctica de Ramiz Alia es diferente a la de otros desviacionistas como Władysław Gomułka que si bien también practicaron esta técnica de la falsa autocrítica –en el caso de Gomułka durante 1944-1948– para intentar escabullirse de la expulsión del partido cuando sus planes de imponer su ideología «extraña» fallaban, ellos si embargo, a diferencia de la táctica de Ramiz Alia, intentaron implantar sucesivas veces sus ideas en el partido en momentos que el partido mantenía su coherencia marxista-leninista y con sus máximas figuras todavía en comandancia –con figuras como Bolesław Bierut en el caso polaco–, con lo que sus sucesivas faltas y falsas autocríticas ya no eran creíbles y acabarían condenándose ellos solos por su reiteraciones de revisionismo al ostracismo político. Ramiz Alia sin embargo, no fue impaciente, y tras este «primer sobresalto», esperó a la muerte de Enver Hoxha, para ir introduciendo de forma paulatina sus ideas revisionistas. En ambas experiencias, se demuestra la debilidad de los dos partidos que faltos de la figura clave de su liderazgo no supieron ya hacer frente la regresión contrarrevolucionaria, pese a que en este caso los albaneses y polacos habían desarrollado reconocidos cuadros marxista-leninistas, lo que indica que un partido y sus cuadros deben dominar la teoría marxista-leninista desde su cúpula hasta sus bases y no agarrarse en torno a una o varias figuras, sino crear una camada de cuadros que vayan relevando a los anteriores. Como vemos la pérdida de la coherencia revolucionaria de un partido comunista y la experiencia de la construcción del socialismo y el comunismo, tiene muchos caminos, es menester estudiar cada revolución y las causas de la contrarrevolución, así como las tácticas que ha utilizado el enemigo de clase para minar y desviar estas experiencias, por otro lado gloriosas e imperecederas pese a su triste fin.

Notas

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