jueves, 27 de febrero de 2020

«Comunistas» subiéndose al carro de moda: el feminismo; Equipo de Bitácora (M-L), 2020


«Parafraseando a Fourier, Marx dijo:

«El grado de emancipación femenina determina naturalmente la emancipación general». (Karl Marx y Friedrich Engels; La sagrada familia, 1844)

Las posiciones políticas del Partido Comunista de España (marxista-leninista) de 1964-1985 sobre la mujer estuvieron inspiradas claramente en las nociones marxistas sobre el tema:

miércoles, 26 de febrero de 2020

El Partido del Trabajo de Albania sobre el tratamiento y la correcta solución de las contradicciones en la sociedad socialista; Ismail Lleshi, 1984

Ya vimos en otras ediciones los análisis de los marxista-leninistas albaneses sobre el correcto o erróneo trato de las contradicciones en la sociedad socialista. Véase la obra de Foto Çami: «Contradicciones, clases y lucha de clases en el socialismo» de 1980, o la obra de Jorgji Sota: «Sobre la dictadura del proletariado y la lucha de clases en Albania» de 1983. Esta obra es otra pieza más al mural de grandes análisis realizado por los eruditos albaneses.

El autor Vasillaq Kureta fue un reputado filósofo marxista-leninista que destapó durante décadas las taras de los esquemas filosóficos de las principales corrientes del revisionismo moderno. Puede verse sus famosas críticas al revisionismo soviético en su obra: «Distorsiones de los revisionistas soviéticos en el campo de la filosofía» de 1981, o la obra de Vasillaq Kureta: «Las concepciones antimarxistas de los revisionistas soviéticos sobre el problema de las contradicciones en el socialismo» de 1989.

El valor de este tipo de obras filosóficas es incalculable y no ha sido apreciado en su justa medida por los marxista-leninistas de nuestros días, y esto es normal, porque la mayoría de los autodenominados «marxista-leninistas», incluyendo en el saco a los que dicen ser críticos con el jruschovismo-brezhnevismo, en realidad se han estado formando exclusivamente en manuales de filosofía del revisionismo soviético, y lo que es realmente el problema: sin criticismo alguno.

Las críticas en el campo filosófico que se vierten en el documento sobre el revisionismo soviético vuelve a demostrar que en el Partido del Trabajo de Albania siguió albergando grandes teóricos tras la muerte de Enver Hoxha en 1985. Pero también demuestra que teniendo este precioso legado teórico-práctico los cuadros albaneses del partido descuidaron las advertencias de Enver Hoxha y el PTA de años anteriores sobre el peligro de restauración capitalista, bien porque algunos viendo estos análisis creyeron estar ya inmunizados ante el peligro del revisionismo, o bien porque otros lo aceptaban formalmente de buen grado pero jamás llegaron a comprenderlos y aplicarlos. Algo imperdonable. 

Prueba que pese al lento y gradual proceso de falta de vigilancia y de pérdida del espíritu revolucionario en el PTA existían aún verdaderos análisis marxista-leninistas en lo internacional, ello pese a los errores en materia de política exterior que el gobierno de Ramiz Alia cuando comenzó a conciliar abiertamente en lo ideológico con los regímenes imperialistas y revisionistas, lo cual hace más meritorio estos análisis. Estos fenómenos negativos lejos de ser denunciados por el resto de partidos marxista-leninistas como una señal de alerta, como el posible el germen de un posible proceso de degeneración interno, fueron ignorados o aplaudidos por mero seguidismo, ya que también la mayoría de partidos marxista-leninistas habían generado a mediados de los 80. Aún así es importante apuntar que que a diferencia del rápido cambio de rumbo práctico y de discurso de los jruschovistas en la URSS, en el caso de Albania el revisionista emboscado Ramiz Alia no salió tan abiertamente de su cueva, en cuestiones como: la valoración negativa del legado de Stalin y Hoxha, la petición de créditos, la descolectivización, la adhesión al FMI, la distensión con las superpotencias, el pluralismo de partidos, teorizar sobre una economía descentralizada, la composición social del partido de intelectuales, la rentabilidad como principio rector de las empresas, cuestiones que solamente fueron enunciadas abiertamente en 1990. Durante los años anteriores o bien había cumplido con los axiomas básicos del marxismo-leninismo o los había enunciado en la teoría para pisotearlos en la práctica. Esto explica la dificultad de detectar para los marxista-leninistas albaneses y del mundo este proceso regresivo, aunque no justifica que no supiesen reaccionar desde los primeros síntomas teniendo como decíamos tantos análisis y reflexiones sobre los procesos de restauración capitalista en otros países.

De todos modos, recomendamos al lector que lea nuestro extenso análisis sobre la degeneración del socialismo albanés en el capítulo: «El PCE (m-l) y la cuestión albanesa» de 2019.

Estos análisis de los albaneses, beben de los análisis que ya esgrimieron los filósofos soviéticos en época de Stalin:

«La sociedad socialista no conoce contradicciones antagónicas, ya que en su seno no existen clases explotadas y clases explotadoras. Contradicciones antagónicas sólo existen entre la URSS, país que construye el socialismo , y el cerco capitalista; así como entre el Estado socialista y los restos de las destruidas clases enemigas que el cerco capitalista alimenta y sostiene dentro de la URSS». (Mark Moisevich Rosental; El método dialéctico marxista, 1946)

Esto se explica mucho más extensamente en el olvidado manual de «Materialismo histórico» de 1950.

Es evidente la coincidencia entre los marxista-leninistas soviéticos y los albaneses en que ambos reconocían que las contradicciones antagónicas no son propias ni producto del socialismo, sino herencia del régimen anterior –en lo interno y la influencia del cerco capitalista –en lo externo– hacia la sociedad socialista. Ciertamente los albaneses después de la restauración del capitalismo en la URSS insistían mucho además en la posibilidad de la conversión de las contradicciones no antagónicas en antagónicas –como no podía ser de otra manera. Pero esto jamás fue descartado en los marxista-leninistas soviéticos en sus trabajos teóricos como demuestran diversos textos sino que en la praxis, captaban perfectamente cuando las contradicciones se tornaban en antagónicas; de ese modo, cuando el desviacionista se convertía en un infractor que ponía en peligro al sistema no había miramientos –véase la reintroducción de la pena de muerte en el Caso de Leningrado de 1949. Esto refuta la tendenciosa manipulación de los maoístas que critican a los marxista-leninsitas soviéticos insinuando que eran tan necios como para creer que no había posibilidad de restauración del socialismo. Pero Stalin era plenamente consciente de esto, y sus obras tanto oficiales como no oficiales así lo corroboran otra cosa es que la mayoría desconozca tales textos. Véase nuestra obra: «Mentiras y calumnias de la historiografía burguesa-revisionista de Mao Zedong y el revisionismo chino sobre Stalin» de 2014.

[Como apunte final... decir que el responsable de la traducción del presente texto fue «Tiempos Rojos», un medio que en su momento contó con grandes materiales sobre la historia del marxismo-leninismo. Este y otros como «Crítica marxista-leninista» llevaron a cabo varias traducciones de gran valor sobre los comunistas albaneses que sin duda recomendamos. Pero no podemos pasar por alto que desde el principio contaban con materiales y comentarios entre algunos de sus redactores, como Thiago R, que evidenciaban ser afines a la teoría oportunista de «superar la nefasta polémica entre Mao y Hoxha», tratando de «recuperar el carácter revolucionario de Mao». Esto demostraba, como ya manifestamos en varias ocasiones, que estos autores pese a tener una gran biblioteca en sus manos no comprendían nada de las obras de los albaneses que tenían entre manos. Ninguno de estos medios se caracterizaron por tener análisis propios ni tampoco muy extensos, pero al menos cumplían un papel positivo en cuanto a recuperación de documentación. Poco después ambos sucumbieron, según confesaron algunos de sus miembros, por trifulcas y escisiones entre maoístas y antimaoístas. Lo que demuestra una vez más que el eclecticismo y las medias tintas contra el revisionismo solo conducen al cinismo y al fracaso.]

El documento:


«Algunas de las cuestiones más fundamentales concernientes al problema de las contradicciones en la sociedad socialista han cobrado una particular importancia en el proceso de lucha entre el marxismo-leninismo y el revisionismo, debido a que diversas variantes del revisionismo moderno especulan en torno al problema de las contradicciones en el socialismo.

El Partido del Trabajo de Albania (PTA) se ha atenido consecuentemente en toda su actividad revolucionaria a la tesis científica marxista-leninista de que las contradicciones existen en todo lugar y en cada aspecto de la vida social, en la esfera productiva material y espiritual, de que la ley dialéctica del desarrollo por medio de la lucha de contrarios, en tanto que ley universal, actúa también en la sociedad, de que, también aquí, sin lucha por la superación de las contradicciones, su desarrollo seria imposible.

martes, 25 de febrero de 2020

Afirmar que la autodeterminación es superflua bajo el socialismo, es tan absurdo y confuso como decir que la democracia es superflua bajo el socialismo



«No se puede ser demócrata y socialista sin exigir de inmediato la plena libertad de divorcio, pues la ausencia de tal libertad es una opresión adicional del sexo oprimido, aunque no es difícil comprender que el reconocimiento de la libertad de dejar al marido ¡no es una invitación a que lo hagan todas las esposas! (...) Cuanto más aplia sea la libertad de divorcio, tanto más claro será para la mujer que la fuente de su «esclavitud doméstica» es el capitalismo y no la falta de derechos. Cuanto más amplia sea la igualdad de derechos de las naciones –que no es completa sin la libertad de separación–, tanto más claro será para los obreros de las naciones oprimidas que la causa de su opresión es el capitalismo y no la falta de derechos, etc. (...) Debe repetirse una y otra vez: es molesto machacar el abecé del marxismo, pero, ¿qué podemos hacer si P. Kíevski no lo conoce? (...) En el fondo sólo queda en pie un argumento: ¡la revolución socialista lo resolverá todo! O el argumento que suelen esgrimir quienes comparten sus puntos de vista: la autodeterminación es imposible bajo el imperialismo y está demás en el socialismo. Desde el punto de vista teórico este criterio es absurdo; desde el punto de vista práctico y político es chovinista. No valora la significación de la democracia. Pues el socialismo es imposible sin democracia, porque: (1) el proletariado no puede llevar a cabo la revolución socialista si no se prepara para ella luchando por la democracia; (2) el socialismo triunfante no puede consolidar su victoria y llevar a la humanidad a la extinción del Estado, sin la realización de una democracia completa. Decir que la autodeterminación es superflua bajo el socialismo, es tan absurdo y tan irremediablemente confuso como decir que la democracia es superflua bajo el socialismo». (Vladimir Ilich Uliánov, Lenin; Una caricatura del marxismo y el «economicismo imperialista», 1916)

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sábado, 22 de febrero de 2020

Bertolt Brecht hablando de la forma y el contenido


«Yo mismo nunca fui expresionista, pero jueces artísticos como este me irritan. En este debate impera mucha confusión sobre el formalismo. Algunos dicen: simplemente cambia la forma, pero no el contenido. Otros tienen la impresión de que lo que haces es lo mismo que renunciar al contenido en favor de la forma; en particular de la forma convencional. Y muchos aún no han percibido una cosa: ante las exigencias siempre nuevas del mundo social en transformación, el mantener las antiguas formas convencionales también es formalismo. ¿Podemos los subversivos realmente ir contra la experimentación? ¿Qué, «no deberíamos haber tomado las armas»? Sería mejor explicar las desventajas de un putsch mediante la explicación de las ventajas de la revolución. Pero no las ventajas de la evolución. Convertir al realismo a una cuestión formal, vincularlo a una, solo a una forma –y a una forma antigua, además significa esterilizarlo. La escritura realista no es un problema formal. Tenemos que eliminar todos los aspectos formales que nos impiden entender profundamente la causalidad social; todos los aspectos formales que nos ayuden a entender en profundidad la causalidad social deben ser bienvenidos. Si queremos hablar con el pueblo, tenemos que ser comprendidos por el pueblo. Pero esto tampoco es una simple cuestión de forma. El pueblo no entiende solo las formas del pasado. Marx, Engels y Lenin recurrieron a formas muy nuevas de revelar la causalidad social al pueblo. En comparación con Bismarck, Lenin habló no solo de diferentes cosas, sino también de diferentes maneras. Lo que quería no era hablar de la manera antigua, ni de una forma nueva. Habló apropiadamente. Los errores y las equivocaciones de los futuristas son evidentes. Colocaron un pepino gigante sobre un cubo gigante, lo pintaron todo de rojo y lo llamaron Retrato de Lenin. Lo que querían era: que Lenin no debiera parecerse a nada que se haya visto antes. Se suponía que el cuadro no debía recordar a nada malo de los viejos tiempos. Por desgracia tampoco recordaba a Lenin. Esto es terrible. Pero no por eso le da la razón a los artistas cuyos cuadros sí recuerdan a Lenin, aunque su forma de pintar en nada recuerda la forma de luchar de Lenin. Esto también es evidente. Debemos luchar contra el formalismo como realistas y como socialistas». (Bertolt Brecht; Sobre el debate sobre el expresionismo, 1938)

viernes, 14 de febrero de 2020

Engels advirtiéndonos contra la vulgarización del materialismo histórico


«También en la Volks-Tribüne ha habido una discusión acerca de si la distribución de los productos en la sociedad futura se hará de acuerdo con la cantidad de trabajo o de otra manera. La cuestión ha sido enfocada desde un punto de vista muy «materialista», en oposición a ciertas frases idealistas sobre la justicia. Pero, por extraño que esto parezca, a nadie se le ocurrió pensar en que el modo de distribución depende esencialmente de la cantidad de productos a distribuir, y que esta cantidad varía, naturalmente, con el progreso de la producción y de la organización social y que, por tanto, tiene que cambiar también el modo de distribución. Sin embargo, para todos los que han participado en la discusión, la «sociedad socialista» no es algo que cambia y progresa continuamente, sino algo estable, algo fijo de una vez para siempre, por lo que también debe tener un modo de distribución fijo de una vez para siempre. Razonablemente, lo único que se puede hacer es: 1) tratar de descubrir el modo de distribución que se haya de aplicar al principio, y 2) tratar de establecer la tendencia general que habrá de seguir el desarrollo ulterior. Pero acerca de esto no encuentro ni una sola palabra en toda la discusión.

En general, la palabra «materialista» sirve, en Alemania, a muchos escritores jóvenes como una simple frase para clasificar sin necesidad de más estudio todo lo habido y por haber; se pega esta etiqueta y se cree poder dar el asunto por concluido. Pero nuestra concepción de la historia es, sobre todo, una guía para el estudio y no una palanca para levantar construcciones a la manera del hegelianismo. Hay que estudiar de nuevo toda la historia, investigar en detalle las condiciones de vida de las diversas formaciones sociales, antes de ponerse a derivar de ellas las ideas políticas, del Derecho privado, estéticas, filosóficas, religiosas, etc., que a ellas corresponden. Hasta hoy, en este terreno se ha hecho poco, pues ha sido muy reducido el número de personas que se han puesto seriamente a ello. Aquí necesitamos masas que nos ayuden; el campo es infinitamente grande, y quien desee trabajar seriamente, puede conseguir mucho y distinguirse. Pero, en vez de hacerlo así, hay demasiados alemanes jóvenes a quienes las frases sobre el materialismo histórico –todo puede ser convertido en frase sólo les sirven para erigir a toda prisa un sistema con sus conocimientos históricos, relativamente escasos pues la historia económica está todavía en mantillas, y pavonearse luego, muy ufanos de su hazaña. Y entonces es cuando puede aparecer un Barth cualquiera, para dedicarse a lo que, por lo menos en su medio, ha sido reducido a la categoría de una frase huera». (Friedrich Engels; Carta a Konrad Schmidt, 5 de agosto de 1880)

domingo, 9 de febrero de 2020

La antigua lucha sin cuartel contra el revisionismo internacional no tiene nada que ver con el actual PCE (m-l); Equipo de Bitácora (M-L), 2020


«Engels dejó patente su preocupación por la tendencia entre los supuestos militantes del socialismo científico de sobredimensionar cualquier movimiento político a la categoría de revolución, en especial los revolucionarios latinos:

«Nosotros, los socialistas de Europa Occidental, no deberíamos picar tan fácilmente el anzuelo como los felás egipcios o... todos los latinos. ¡Cosa rara! Los revolucionarios latinos se quejan de haber hecho siempre las revoluciones en provecho de otros... por la simple razón de que se dejan deslumbrar siempre por la palabra «revolución». (Friedrich Engels; Carta a Eduard Bernstein, 22 de febrero de 1882)

Se sabe de sobra que esto era consecuencia de un oportunismo y/o de una falta de formación ideológica seria.

Hoy parece que esta tendencia no se ha superado, y bajo la hegemonía del revisionismo, es una plaga a nivel mundial.

Los revolucionarios albaneses dirían en su momento dirían:

«La polémica contra los renegados sobre los principios del marxismo-leninismo de uno u otro país no es una injerencia en los asuntos internos, ni supone provocar la escisión en la unidad, sino que supone el camino abierto de la lucha de clases para la exposición del revisionismo, para la defensa del marxismo-leninismo y el fortalecimiento del internacionalismo proletario. Esto ayuda a los comunistas y revolucionarios a distinguir la verdad de la falsedad, ya que se actúa de manera abierta y se llama a las cosas por su nombre. La polémica abierta no deja a los revisionistas un solo momento en paz e impide la realización de su trabajo traicionero. (...) Los partidos marxistas-leninistas llevan en la teoría y la práctica de una lucha aguda e implacable para el fortalecimiento del internacionalismo proletario, contra cualquier distorsión revisionista. Sólo de esta manera, basada en el marxismo-leninismo, la causa de la clase obrera, la revolución y el socialismo puede ser llevada a la victoria». (Leonora Simo; El internacionalismo proletario se fortalecerá en la lucha contra las concepciones y prácticas revisionistas, 1978)

Haremos una breve comparativa entre el internacionalismo proletario del PCE (m-l) de 1964-1985 con el PCE (m-l) refundado en 2006.

a) El PCE (m-l) de 1964-1985 y su concepto de internacionalismo proletario 

En el antiguo Partido Comunista de España (marxista-leninista) intentó ser siempre consecuente con la salvaguardia de los principios del marxismo-leninismo y ejerció la crítica a todo tipo de revisionismo internacional, fuese cual fuese el pelaje. 

Es de resaltar su crítica durante décadas al revisionismo soviético:

«Planteaba también Jruschov, en su vergonzoso informe, la posibilidad de la transición pacífica al socialismo por vía parlamentaria, pronunciándose contra toda forma de lucha revolucionaria, aduciendo falsos argumentos acerca de los cambios intervenidos desde la Revolución de Octubre, que justificarían el abandono de uno de los principios esenciales –y prácticamente inalterables– del marxismo-leninismo; a saber, de la necesidad de la violencia para derrocar el poder capitalista y acabar con el imperialismo agresivo. Fue también en el XX Congreso del PCUS donde se definió la llamada «coexistencia pacífica», traicionando el espíritu leninista de la misma, y convirtiéndola en «línea general» de la política exterior de los países socialistas y del movimiento comunista mundial, lo que significaba, en esencia, la cooperación de clases en escala internacional, el capitulacionismo ante el imperialismo y la traición al internacionalismo proletario. Bajo cubierta de la llamada «lucha contra el culto de la personalidad», Jruschov proponía, en esencia, adjudicarse carta blanca para justificar por adelantado los ataques contra los verdaderos marxista-leninistas, con objeto de que payasos y charlatanes como él, pudieran actuar y adquirir autoridad como dirigentes y ejercer su influencia en los partidos hermanos. (...) Jruschov, que pretendió enterrar el prestigio de Stalin y los principios revolucionarios del socialismo científico, abrió en el XX Congreso el foso en el que él mismo ha sido ya enterrado políticamente y en el que igualmente serán enterrados sus sucesores y todos los revisionistas contemporáneos que les apoyan, entre los que se encuentra en primerísima fila Santiago Carrillo». (Elena Ódena; Febrero de 1956: Celebración del XX Congreso del PCUS, 1966)

miércoles, 5 de febrero de 2020

La falta de investigaciones históricas sobre el movimiento obrero nacional e internacional en el PCE (m-l); Equipo de Bitácora (M-L), 2020


«Expliquemos una vez más la importancia cardinal de toda esta cuestión de la necesidad de las investigaciones históricas del movimiento obrero:

«Hoy nos encontramos con que la mayoría de partidos y autodenominados partidos –que en realidad no pasan de ser muchas veces grupúsculos de clubs de amigos y/o nostálgicos de algunas siglas– no se interesan por analizar las causas del flujo descendente del movimiento marxista-leninista internacional.

1) A unos no les interesa el estudio las figuras y movimientos nacionales e internacionales marxista-leninistas, es más, generalmente se cubren falsamente bajo sus ideas y mitos, reivindicando su legado de manera formal pero sin ser fieles a sus lecciones, otras veces aceptando sus mismos errores por no analizarlos y en algunas ocasiones directamente adoptando como referentes a falsos marxistas y a experiencias revisionistas. No hablemos ya de cuestiones del movimiento marxista-leninista de un pasado lejano porque los ignoran absolutamente, a veces su indiferentismo es tal, que también alcanza hasta el punto de mirar hacia otro lado en torno a fenómenos recientes de mayor o menor calado.

2) Existen otros que incluso si centran aunque sea un breve tiempo de su actividad en analizar ciertos fenómenos sobre el revisionismo contemporáneo y las causas de su triunfo, pero ha de hacerse un apunte: al no tener interés en cómo se ha llegado a varios de los desastres que han posibilitado la hegemonía del revisionismo en el movimiento obrero, los análisis y las conclusiones sobre los grupos antimarxistas del presente tampoco son del todo correctos porque no saben detectar el origen de estas desviaciones.

3) Luego hay quienes realmente si tocan temas del pasado y presente movimiento marxista-leninista, pero muchos de estos se contentan con realizar breves análisis de denuncia de que este u otro partido es revisionista, o esta u otra figura es oportunista, pero sin explicar a sus militantes y simpatizantes el porqué de tal afirmación, cayendo en análisis reduccionistas, doctrinarios y esquemáticos, que poco menos que pretenden obligar a la militancia a seguir estas afirmaciones sin tener conciencia real de porqué se dice tal cosa, esa incapacidad creativa es lo que muchas veces lleva a copiar las opiniones de otros o directamente a caer en las mismas desviaciones de las que se quejan de algunas corrientes revisionistas que fustigan tales como el seguidismo a ciegas, el afirmar sin corroborar la veracidad de lo que se pone sobre la mesa confiando en que ya antes lo ha pronunciado alguien. Metodologías que nacen de la no comprensión real de lo que dicen denunciar y de los métodos de concienciación que propone el marxismo». (Equipo de Bitácora (M-L); Antología sobre Reconstrucción Comunista y su podredumbre oportunista, 25 de septiembre de 2017)

Aunque parece que algunos no han entendido esto todavía.

Por desgracia, lo que ha abundado en el movimiento comunista, han sido los análisis históricos simplistas e infantiles. Precisamente, los dirigentes bolcheviques replicando a unos historiadores dirían:

«La sinopsis abunda en banalidades y clichés como el «terrorismo policial de Nicolás II», la «insurrección de Razine», la «insurrección de Pugatchev», la «la ofensiva contrarrevolucionaria de los terratenientes en la década de 1870», «los primeros pasos del zarismo y de la burguesía en la lucha contra la revolución de 1905-1907», etc. Los autores de la sinopsis copian ciegamente las banalidades y las definiciones anticientíficas de los historiadores burgueses, olvidando que tienen que enseñar a nuestra juventud las concepciones marxistas científicamente fundamentadas». (Notas sobre la sinopsis del Manual de historia de la URSS; I.V. Stalin, A.A. Zhdanov, S.M. Kirov, 8 de agosto de 1934)

En el IVº Congreso del PCE (m-l) de 1984 se reclamaba que se fuese hasta el fondo de los inicios del revisionismo. Se explicaba, que de no realizar tal labor correctamente, todavía se veían conatos de revisionismo en los nuevos partidos:

«La tarea de reconstrucción de los partidos marxista-leninistas ha estado obstaculizada por toda una serie de desenfoques ideológicos, políticos e incluso organizativos, cuyo origen debe buscarse en que a pesar de haberse efectuado una ruptura organizativa con los revisionistas por parte de los nuevos partidos, no se ha roto, en diversos casos y hasta el fondo, ideológicamente con el revisionismo». (Partido Comunista de España (marxista-leninista); Documentos del IVº Congreso del PCE (m-l), 1984)

A nivel internacional, los partidos marxista-leninistas recalcaron la necesidad de cumplir las siguientes tareas:

«Ante nuestros partidos se plantea la necesidad de profundizar en el dominio marxismo-leninismo, de avanzar decididamente en la lucha teórica y la investigación científica, racionalizando las experiencias del proletariado en la lucha por la revolución y en la construcción socialista, que permita ahondar en la investigación de las causas objetivas y subjetivas del revisionismo, para elevar un nuevo nivel la lucha contra todas las corrientes del revisionismo y el oportunismo. (…) Existen serias manifestaciones de activismo, derivadas del pragmatismo, que conducen a la subestimación de la investigación científica, del análisis profundo de los problemas internos e internacionales, y del estudio metodológico de la realidad particular y general». (Documento de Quito firmado en la reunión multilateral de partidos marxista-leninistas, 1985)

Analizando los orígenes del revisionismo moderno, se decía:

«En aquellas condiciones todavía no había estallado la guerra, propiamente dicha, aunque ya había habido la guerra de España [1936], la ocupación de Checoslovaquia [1938], fue hábil el pacto germano-soviético cuando, como luego se demostró, los comunistas de la URSS lo utilizaron para prepararse mejor en el inevitable combate contra el nazi-fascismo. No todos los comunistas del mundo lo entendieron y hubo claudicaciones de un oportunismo vergonzoso. Luego, cuando la URSS de Stalin se enfrentó abiertamente a las potencias del Eje, los partidos comunistas se lanzaron a la lucha y se unieron a sectores burgueses y pequeño burgueses mediante pactos y alianzas, aunque olvidaron que dichos pactos y alianzas, justos en aquel momento, eran y no podían ser de otra manera, circunstanciales. Olvidaron que la contradicción principal proletariado-burguesía, aunque oscurecida por la guerra contra el nazi-fascismo y la liberación del territorio nacional, seguía siendo esencial y, tarde o temprano, habría que volver a ocupar el puesto principal. Los comunistas combatieron heroicamente, en los primeros puestos y en los más arriesgados, fueron en la mayoría de casos, los verdaderos organizadores de la lucha y de la resistencia contra el nazi-fascismo. En casos como, por ejemplo, Francia e Italia, las fuerzas armadas comunistas fueron las que liberaron, sino todo, la mayor parte del país y contribuyeron decisivamente a la liberación de otros. Mas, una vez la paz burguesa lograda, los dirigentes de esos partidos comunistas, de forma vergonzosamente oportunista, obligaron a sus militantes a entregar las armas, a «remangarse para levantar la economía de la patria», etc. a cambio de algunas migajas en los gobiernos burgueses; migajas que, lógicamente, les fueron arrebatadas a la primera ocasión. Aquella actitud de los dirigentes comunistas de estos países era ya, quizá inconscientemente, revisionista. Ellos no tuvieron en cuenta que la guerra no había cambiado el carácter de clase de su burguesía ni del imperialismo vencedor. ¿Por qué no continuaron, cuando podían haberlo hecho perfectamente  y eso está clarísimo en los casos de Francia, Italia, Grecia y con otras características en España la lucha de liberación social? Sólo tenemos un ejemplo de actuación correcta, y éste es el de los comunistas albaneses. Es cierto que no sólo Albania se liberó. También lo hubieron Hungría, Checoslovaquia, Bulgaria, Rumanía, etc. pero con una diferencia esencial; el partido albanés, por circunstancias particulares, liberó él solo su país, basándose en su propio pueblo y con la única ayuda ideológica de la URSS de Stalin y el movimiento internacional y además los guerrilleros albaneses liberaron parte del territorio yugoslavo; mientras que en los otros países, los partidos se hicieron con el poder gracias a la intervención activa del Ejército Rojo de la URSS. Esto nos lleva de nuevo a la necesidad de buscar las raíces del revisionismo hasta sus últimas consecuencias y no contentarnos con la formulación simplista de «... a raíz de la muerte de Stalin surgió el revisionismo». (Partido Comunista de España (marxista-leninista); Documentos del IVº Congreso del PCE (m-l), 1984)

La necesidad para los comunistas de desenmascarar y diferenciarse de los revisionistas...


«Es absolutamente esencial que la exposición del revisionismo y sus partidos, deba llevarse a cabo con sus formas, métodos y políticas dados, aunque el desenmascaramiento se produzca mediante artículos de periódico y discursos, pero esto debe ir siempre acompañado de acciones que faciliten al proletariado vislumbrar la distinción existente entre su partido marxista-leninista y los partidos revisionistas y socialdemócratas, no sólo porque sus objetivos políticos e ideológicos difieran entre sí, sino especialmente porque el partido del proletariado lucha por poner en práctica sus objetivos y, de este modo, fortalecerá sus filas con elementos capaces que serán admitidos como miembros del partido. (...) Ciertamente, en algunos países se dan ocasiones en que no apreciamos grupos o partidos marxista-leninistas que se distingan a sí mismos por sus acciones políticas ni por denunciar las manifestaciones, oposición y las protestas que realiza la clase obrera a instancias de la socialdemocracia y del revisionismo moderno. Tales acciones despertarían el interés de los trabajadores que percibirían como las acciones de los marxista-leninistas entran en conflicto con los eslóganes coreados por los revisionistas y la socialdemocracia en las huelgas y manifestaciones». (Enver Hoxha; El movimiento marxista-leninista y la crisis mundial del capitalismo, agosto de 1979)

lunes, 3 de febrero de 2020

El perfil del militante medio, el trabajo con las distintas capas de la población y la forma de reclutamiento en el PCE (m-l); Equipo de Bitácora (M-L), 2020


«La composición del partido, la forma de reclutar y el trabajo diario con las masas, son cuestiones muy importantes, que además tienen su incidencia e influyen en otros aspectos como puede ser las alianzas a contraer.

Si ya hemos visto que el PCE (m-l) jamás logró arrebatar al revisionismo carrillista de CCOO ni al socialdemocratismo felipista de UGT el papel predominante, no pudo lograr la hegemonía entre el sindicalismo obrero. Pero no era el único problema al que se enfrentó.

Uno de los mayores problemas a los que tuvo el PCE (m-l) fue el contenido en sí de su militancia.

Cuando el partido comenzó a desarrollarse, más que eco entre la clase obrera, tuvo una influencia reseñable entre la juventud como recogían los servicios secretos franquistas:

«Como ya queda dicho, el PCE (m-l) se ha extendido especialmente en el ámbito estudiantil y algo en el laboral, teniendo su mejor acogida entre la juventud por su radicalismo». (Informe del SECED Sobre el Partido Comunista de España (marxista-leninista), Grupos subversivos, julio de 1974)

Como era normal, esto hacía derivar en fenómenos como los que se relatan:

«Los militantes del PCE (m-l) y de sus organizaciones han dado frecuentes pruebas de falta de formación ideológica, de indisciplina y de desorganización, especialmente entre los elementos jóvenes con espíritu rebelde y deseosos de violencia, componente de muchos comandos ejecutados en contra de la disciplina del partido». (Informe del SECED Sobre el Partido Comunista de España (marxista-leninista), Grupos subversivos, julio de 1974)

Años después se señalaría desde el PCE (m-l) sobre el tema de la juventud en pleno inicio de la década de los 80: