viernes, 30 de noviembre de 2018

¿Cuales eran las causas y móviles que yacían detrás de la revolución iraní de 1979?; Partido del Trabajo de Irán, 1985

Manifestantes anti-sha corren en la plaza Esfand después de que el ejército abrió fuego en Teherán - 27 de diciembre de 1978

«La revolución de 1979 fue el acontecimiento histórico más importante de nuestro país que acabó con el dominio de 2.500 años de Monarquía y la hegemonía del imperialismo sobre Irán. Esta grandiosa revolución se llevó a cabo como resultado de las implacables luchas y valor sin precedentes de millones de personas con la clase obrera a la cabeza, y a lo largo de un año de heroica lucha que se ganó la admiración y apoyo de los pueblos del mundo entero.

¿Cuales eran las causas y móviles que yacían detrás de la revolución iraní de 1979?

Sin lugar a dudas, no puede aceptarse el Islam como la causa de la revolución como lo reclama Jomeini (1).

Aunque el movimiento tuvo apariencias religiosas, el pueblo no hizo la revolución por el Islam. Las contradicciones objetivas de la sociedad fueron las causas principales de la revolución. Nuestra sociedad estaba sufriendo de dos contradicciones fundamentales y eran estas las principales causas de la opresión en Irán. Estas eran:

a) Residuos de feudalismo y atraso.

b) El imperialismo y el capitalismo dependiente.

Aunque Irán había comenzado el camino capitalista hacía ya tiempo, sin embargo nunca consiguió librarse de todas las viejas y corrompidas relaciones sociales.

La revolución democrática de 1906 (2) y los movimientos posteriores fueron todos ellos intentos para acabar con estas relaciones pero ninguno de ellos consiguió su objetivo. La reforma agraria del Sha, que tuvo lugar siguiendo las órdenes del Gobierno norteamericano –el Gobierno de Kennedy– en 1962 con el fin de reducir las contradicciones sociales, no acabó con el problema agrario en Irán y la tierra permaneció como una de las demandas más importantes de los campesinos. La política agrícola del Sha y la política de hacerse más y más dependiente del imperialismo, empobreció aún más a los campesinos, obligándoles a emigrar las ciudades. En un corto período de tiempo, la proporción de población rural en comparación con la población urbana descendió a un 55 por 100 en 1977 en comparación con un 85 por 100 en 1963. Una serie de aldeas se arruinaron completamente y sus habitantes marcharon a las ciudades en busca de empleo. De otro lado y como resultado del saqueo imperialista, la pobreza de las masas trabajadoras, especialmente la clase obrera, aumentó aún más. 

Nuestros recursos naturales, especialmente el petróleo, la minería y la pesca fueron ferozmente saqueados y las ganancias del país entregadas a los EE.UU. en concepto de pago por la entrega de armamento o saqueado por la llamada «familia de los mil» –familiares y asociados a la familia real–. 

Señalaremos como datos recogidos de cifras oficiales:

1. Los contratos militares entre Irán y EE.UU. realizados directamente con el Ministerio de Defensa estadounidense en el transcurso de once años (1968-79) ascendieron a 23 billones de dólares –debe tomarse en cuenta que se establecieron otros contratos militares con Gran Bretaña, Francia, la URSS, Italia, creando así la «colonización colectiva» de Irán–.

2. Según cifras facilitadas por funcionarios del Banco Central de Irán, en el transcurso de la revolución de febrero, 144 destacados capitalistas transfirieron 2,4 billones de dólares –una quinta parte de los ingresos totales de Irán en petróleo– a bancos en EE.UU., Suiza, Francia, Israel, etc., –una vez más hay que resaltar que la cifra mencionada fue transferida únicamente a través del Banco Central de Irán. Billones de dólares fueron transferidos a través de bancos y filiales iraníes en Inglaterra, Japón, Holanda, etc., o fueron sacados directamente del país–.

jueves, 29 de noviembre de 2018

Néstor Kohan como promotor de un histórico antileninista como Georg Lukács; Equipo de Bitácora (M-L), 2018


«Néstor Kohan es un trotskista de notable influencia en Argentina, Venezuela y sobre todo en la trotskizada Cuba. Es famoso por loar constantemente a Bolivar, Trotski, Guevara, Castro y toda figura que resulte agradable a ojos de los actuales socialistas del siglo XXI y demás oportunistas modernos. Pero por supuesto, a Kohan también le gusta ensalzar al filósofo y poeta Lukács, en especial por su lucha por reivindicar una revaluación del hegelianismo en «tiempos del stalinismo»:

«Con todos esos trabajos preparatorios, Lukács redacta en Moscú «El joven Hegel. Problemas de la sociedad capitalista». Lo termina en 1938 y lo presenta como tesis doctoral en diciembre de 1942. Aunque Lukács logra doctorarse –recibe el título en agosto de 1943–, la obra es recibida con silencio, signo de evidente desaprobación oficial. El joven Hegel no se publicó en la Unión Soviética. A él le dolió en el alma. Pero no pudo hacer nada. Su libro recién apareció en 1948 en Viena/Zürich y, seis años después, en 1954, en Alemania oriental. El silencio oficial y la no publicación en la URSS no fueron casuales. A pesar de haberlo terminado en 1938, tuvo que esperar toda una década para que viera la luz pública. No obstante pese a sus «autocríticas», los soviéticos no confiaban en él». (Néstor Kohan; En la selva. Los estudios desconocidos Che Guevara. A propósito de sus «Cuadernos de lectura de Bolivia», 2011)

No nos pararemos excesivamente en explicar absolutamente todos los bandazos históricos a izquierda y derecha de Lukács pues darían para todo un artículo, ni podemos tampoco pararnos demasiado en comentar los eventos que aquí son mencionados. Nos quedaremos simplemente con el hecho de que Kohan nos viene a decir que Lukács fue un intelectual ampliamente criticado por sus obras en la Unión Soviética, por lo cual era marginado, o que incluso sus obras no eran publicadas, lo cual es normal, debido a las teorías que escribía. Ni el Estado del proletariado ni los partidos comunistas del mundo tienen porqué gastar un centavo en promocionar obras que no valen el coste en producirlas ya que les son extraños. Y esto es algo que los intelectuales de partido y apartidistas más individualistas nunca han llegado a entender, que el gobierno revolucionario o el partido comunista que está luchando contra el capital nacional e internacional no está para hacer de mecenas y financiar sus aventuras doctrinales sino contribuyen a la causa del pueblo, a sus luchas cotidianas. Esto toma más significación si cabe, cuando hablamos de los artistas como músicos, poetas, pintores etcétera, que se suelen desviar fácilmente por la temática personal, por contarnos sus sensibilidades y diversos affaires de intelectual, que muchas veces son ajenos a la sociedad general, y a la clase obrera en particular.

De hecho Lukács es el clásico autor revisionista que cuando lanzaba sus obras recibía críticas en forma de avalancha por parte de sus camaradas nacionales e internacionales, ante lo cual, siendo un ser de endeble voluntad como para mantener sus pensamientos con firmeza, caía en pánico y decidía realizar una autocrítica prometiendo no volver a cometer dichos errores de forma cínica. 

martes, 27 de noviembre de 2018

El desenlace del Presidente Gonzalo y de Sendero Luminoso; otro mito maoísta que toca fondo; Equipo de Bitácora (M-L), 2018


«Aprovechando el fallecimiento de Abimael Guzmán, más conocido como el «Presidente Gonzalo», repasaremos ese mito de la izquierda maoísta que fue Sendero Luminoso (SL).

1) La metodología de las bandas terroristas y sus resultados

«El pensamiento gonzalo se ha forjado a lo largo de años de intensa, tenaz e incesante lucha de enarbolar, defender y aplicar el marxismo-leninismo-maoísmo, de retomar el camino de Mariátegui y desarrollarlo, de reconstitución del Partido y, principalmente de iniciar, mantener y desarrollar la guerra popular en el Perú sirviendo a la revolución mundial y que el marxismo-leninismo-maoísmo, principalmente maoísmo, sea en la teoría y en la práctica su único mando y guía». (Partido Comunista Revolucionario (Estado Español); La Forja, Nº5, 1995)

En España, durante décadas, el neomaoísmo, condensado en la «Línea de Reconstitución» (LR), proclamó que en Perú era el mejor ejemplo a seguir para los pueblos de todo el mundo:

«Mención aparte merecen las guerras revolucionarias que están librándose en Nepal, Filipinas, Perú, etc. bajo la dirección de partidos comunistas. El hecho de que, por ejemplo, en la primera de las mencionadas, se haya alcanzado el equilibrio estratégico y que se vea cercana la conquista del poder pone de manifiesto que se han cubierto buena parte de los requisitos para constituir un verdadero partido comunista». (Partido Comunista Revolucionario (Estado Español); La Forja; Nº27, 2003)

«Finalmente, su mejor discípulo, el proletariado peruano, asumiendo esa experiencia tal y como viene dada y encarnado inicialmente en «un puñado de comunistas» nos da, tal vez, el mejor ejemplo contemporáneo de lo que la subjetividad revolucionaria, asentada sobre el creciente conocimiento de las leyes históricas de la lucha de clases, puede desencadenar: aquí es la vanguardia la que por mediación de la Guerra Popular». (Comité por la Reconstitución; Línea Proletaria, Nº0, 2016)

¿Y bien? ¿Qué ha quedado hoy de tanto entusiasmo? Lo cierto es que la base de la guerrilla nepalí claudicó y rápidamente se integró en el régimen reaccionario democrático-burgués de su país, justo como hicieron las guerrillas liberales-tercermundistas tipo FARC-EP o como hicieron las bandas nacionalistas como ETA o IRA. Estos grupos siempre pasan en tiempo récord del aventurerismo y el terrorismo al cretinismo parlamentario y el legalismo burgués. ¡Milagros del oportunismo! Véase la obra: «Unas reflexiones sobre la «revolución» en Nepal y la hipocresía de los maoístas y filomaoístas» de 2015.

A partir del entonces la «LR» se vio obligada a desplegar toda una batería de excusas que no ocultaban una realidad: que no fueron capaces de detectar y criticar a estos movimientos y su revisionismo hasta que desarrollaron un deshonroso pacto con el Estado que le había derrotado, pero jamás antes, dado que su ideología fundamental es el maoísmo, la misma que profesaban estas guerrillas. Y a veces, como ocurrió en el caso peruano, ni siquiera tras el descalabro se llegó a una crítica profunda, por eso todavía hoy la «LR» reivindica al senderismo de Gonzalo como la máxima expresión revolucionaria (Comité por la Reconstitución; Línea Proletaria, Nº5, 2020)

lunes, 26 de noviembre de 2018

Un partido de vanguardia no va a la zaga de las opiniones de los grupos oportunistas ni de los sectores atrasados de las masas


«No podemos colocar en el centro de nuestro trabajo de cara a las masas nuestra relación con esos grupos u organizaciones que representan la línea oportunista a la que hemos de esforzarnos por aislar y denunciar implacable y hábilmente ante las masas. Se trata de aplicar una política de principios en la que no abandonemos en ningún caso ni la iniciativa ni la dirección política a la zaga de cualquiera de ellos, pues ello supone confundir a las masas y arriar nuestra propia bandera para colocarnos de hecho a la zaga de la línea oportunista. En definitiva, la posición de los fraccionalistas antipartido y complotadores consistía en diluir la política del Partido en el conjunto de la política de los grupos oportunistas, practicar la unidad sobre la base de mezclar y confundir posiciones, abandonando nuestra condición de partido dirigente en el actual proceso revolucionario que se desarrolla en el movimiento de masas. Es evidente que subsiste, y es inevitable, en el seno del Partido, enquistados algunos camaradas y organizaciones, actitudes ideológicas próximas al oportunismo de derecha que hemos combatido. Es preciso, por ello, profundizar y desarrollar aún más la lucha ideológica en este terreno y dilucidar y comprender mejor la base objetiva de la política de masas del Partido, y también el papel y la naturaleza objetiva y subjetiva de colaboraciones con la reacción de las corrientes, grupos y fuerzas oportunistas. Otro aspecto de nuestra labor en el frente de masas en los momentos actuales, es el de que hemos de comprender la importancia ideológica de dedicar lo esencial de nuestras energías y preocupaciones a nuestra labor revolucionaria entre el proletariado, en especial en las grandes fábricas y en las grandes concentraciones proletarias, así como también entre el proletariado agrícola. Es preciso comprender adecuadamente, desde el punto de vista ideológico, que en la actual coyuntura el proletariado de la ciudad y del campo constituye el terreno en el que han de chocar y romperse las maniobras de las oligarquía y de los oportunistas; pero ello a condición de que nuestro Partido implante allí su línea, levante su propia bandera y sea capaz de orientar, movilizar y dirigir el impetuoso movimiento obrero que ya está en marcha. De no hacerlo así, las masas proletarias caerán en actitudes espontaneístas que, tarde o temprano, podrán ser recuperadas por las corrientes revisionistas, oportunistas y contrarrevolucionarias. (...) ¿Cuál es la línea para la formación de un Frente? ¿Basarse en la fuerza real o aparente de este o aquel partido y fijar una línea «que no cree» contradicciones, que «permita» la alianza con ese partido? ¿O basarse en los intereses del pueblo y de la revolución, fijar un programa que corresponda a los intereses populares y oponerse implacablemente a quienes de hecho actúan en el campo del pueblo al servicio del enemigo, por grandes y fuertes que sean –o aparenten ser–? Esta es la cuestión. Es bien sencilla, aunque algunos pretenden embrollarla. (...) Es posible que algunos obreros honrados no entiendan esta actitud, opinen que los dirigentes revisionistas no son todos unos canallas, que exageramos, etc. A veces se escuchan opiniones de ese tipo entre sectores atrasados de las masas. Pero la cuestión es: ¿nosotros debemos basar nuestra política en los principios y en el aná­lisis político científico o en las opiniones de los sectores atrasados de las masas? ¿Tenemos que ir a remolque de las masas atrasadas en las cuestiones ideológicas y políticas o somos el Partido de vanguardia de la clase obrera que tiene que marcar el camino en las cuestiones ideológicas y políticas sobre la base del marxismo-leninismo? ¿Tenemos que crear claridad entre las masas o sembrar la confusión? Esta es la cuestión. Es preciso hoy tener la máxima claridad sobre la cuestión del revisionismo y combatir todas sus manifestaciones. Revisionismo no es solamente renegar de los principios del marxismo, renunciar a la dictadura del proletariado y a la revolución violenta, revisionismo es también predicar la unidad con los revisionistas descarados, revisionismo es también no tener una práctica consecuentemente revolucionaria, por muchas frases marxista-leninistas que se pronuncien y por muchas poses revolucionarias que se quieran tomar. (...) Es preciso hoy tener la máxima claridad sobre la cuestión del revisionismo y combatir todas sus manifestaciones. Revisionismo no es solamente renegar de los principios del marxismo, renunciar a la dictadura del proletariado y a la revolución violenta, revisionismo es también predicar la unidad con los revisionistas descarados, revisionismo es también no tener una práctica consecuentemente revolucionaria, por muchas frases marxista-leninistas que se pronuncien y por muchas poses revolucionarias que se quieran tomar». (Partido Comunista de España (marxista-leninista); Documentos del IIº Congreso del PCE (m-l), 1977)

El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre; Friedrich Engels, 1876


«[1] El trabajo es la fuente de toda riqueza, afirman los especialistas en Economía política. Lo es, en efecto, a la par que la naturaleza, proveedora de los materiales que él convierte en riqueza. Pero el trabajo es muchísimo más que eso. Es la condición básica y fundamental de toda la vida humana. Y lo es en tal grado que, hasta cierto punto, debemos decir que el trabajo ha creado al propio hombre.

Hace muchos centenares de miles de años, en una época, aún no establecida definitivamente, de aquel período del desarrollo de la Tierra que los geólogos denominan terciario, probablemente a fines de este período, vivía en algún lugar de la zona tropical ―quizás en un extenso continente hoy desaparecido en las profundidades del Océano Indico― una raza de monos antropomorfos extraordinariamente desarrollada. Darwin nos ha dado una descripción aproximada de estos antepasados nuestros. Estaban totalmente cubiertos de pelo, tenían barba, orejas puntiagudas, vivían en los árboles y formaban manadas [2].

Es de suponer que como consecuencia directa de su género de vida, por el que las manos, al trepar, tenían que desempeñar funciones distintas a las de los pies, estos monos se fueron acostumbrando a prescindir de ellas al caminar por el suelo y empezaron a adoptar más y más una posición erecta. Fue el paso decisivo para el tránsito del mono al hombre.

Todos los monos antropomorfos que existen hoy día pueden permanecer en posición erecta y caminar apoyándose únicamente en sus pies; pero lo hacen sólo en caso de extrema necesidad y, además, con suma torpeza. Caminan habitualmente en actitud semierecta, y su marcha incluye el uso de las manos. La mayoría de estos monos apoyan en el suelo los nudillos y, encogiendo las piernas, hacen avanzar el cuerpo por entre sus largos brazos, como un cojo que camina con muletas. En general, aún hoy podemos observar entre los monos todas las formas de transición entre la marcha a cuatro patas y la marcha en posición erecta. Pero para ninguno de ellos ésta última ha pasado de ser un recurso circunstancial.

domingo, 25 de noviembre de 2018

Marx: «La ignorancia nunca ha ayudado a nadie»

Wilhelm Weitling (1808 - 1871)

«Al otro día, tras las presentaciones de rigor, tomamos asiento junto a una pequeña mesita verde, a cuya cabecera se sentó Marx con un lápiz en la mano y su testa de león inclinada sobre una hoja de papel. Fue Engels quien inició la sesión hablando de la necesidad de que quienes se dedican a la tarea de transformar la sociedad, «tengan las ideas claras acerca de sus respectivas opiniones, y que era preciso crear una doctrina común que sirviera de bandera, en torno a la cual pudieran congregarse todos aquellos que no tuvieran el tiempo o las posibilidades de ocuparse en cuestiones teóricas». Engels no había acabado todavía su discurso, cuando Marx levantó la cabeza y preguntó directamente a Weitling:

«Díganos, Weitling, usted que ha venido armado tanto jaleo en Alemania con su propaganda comunista, y que ha reunido en torno suyo a tantos obreros, que de esta forma perdieron el trabajo y el pan, ¿con qué argumentos defiende usted su actividad revolucionaria y social, y cómo piensa usted basarla en el futuro?». Todavía recuerdo con todo detalle ―dice Annenkov― la forma brusca de esa pregunta, dado que, en aquél reducido grupo de personas, dio lugar a una apasionada discusión que, como explicaré más adelante, no duró mucho tiempo. Weitling parecía querer mantener la discusión en lugares comunes de la retórica liberal. Con semblante serio, preocupado, comenzó a explicar que no era tarea suya el crear nuevas teorías, sino, el aceptar aquellas que ―como había quedado demostrado en Francia—, eran las más adecuadas para que los obreros abrieran sus ojos ante lo desesperado de su situación, ante todas las injusticias que les infligían los gobernantes y la sociedad, y que les enseñaran a no conceder crédito a ninguna promesa, poniendo todas sus esperanzas en ellos mismos, en la construcción de la sociedad comunista democrática.

Habló mucho, pero, con gran extrañeza por mi parte y a diferencia del discurso de Engels, sus palabras eran oscuras y enredadas, incluso en la forma, repitiéndose a menudo y corrigiendo sus propias palabras. Con grandes dificultades llegó a la conclusión, que en su caso vino retrasada o con antelación a las premisas. En aquel momento estaba hablando a unos oyentes muy distintos a los que habitualmente le rodeaban en su taller o leían su diario o sus panfletos sobre la situación económica actual. De esta forma, perdió la libertad de pensamiento y de lenguaje.

A buen seguro habría continuado hablando de no ser porque Marx le interrumpió enfadado y frunciendo las cejas, para iniciar su sarcástica respuesta. Ésta venía a decir, en esencia, que era sencillamente un fraude sublevar al pueblo sin darle algunas bases firmes y elaboradas para su actividad. Marx continuó afirmando que, despertar unas esperanzas fantásticas nunca llevaría a la salvación de los que sufrían, sino que conduciría a su fracaso. Y esto era todavía más válido en Alemania, donde dirigirse a los obreros sin unas doctrinas concretas y unas ideas rigurosamente científicas, equivalía a un juego vacío e inconsistente con la propaganda, que presupone, por una parte, un apóstol entusiasmado, y, por otra, unos asnos que le prestan atención boquiabiertos. Y señalándome con un brusco gesto, continuó: Aquí, entre nosotros, se encuentra un ruso. En su país, Weitling, quizás estuviera indicado su papel. Sólo allí pueden constituirse asociaciones entre apóstoles absurdos y discípulos igualmente absurdos.

Las pálidas mejillas de Weitling se colorearon y sus palabras adquirieron viveza. Con voz trémula por la excitación, comenzó a demostrar que una persona que había logrado reunir en torno suyo a centenares de personas en nombre de la idea de la justicia, la solidaridad y el amor fraterno, no podía ser tildada de persona sin contenido, ociosa; que él ―Weitling―, se consolaba frente a los ataques de hoy, con los centenares de cartas y manifestaciones de adhesión y gratitud que recibía desde todos los rincones de su patria, y que su modesta labor de preparación para la tarea común, tenían mayor  importancia que la crítica y los análisis de gabinete, que se efectuaban lejos de los sufrimientos del mundo y de las vicisitudes del pueblo.

Estas últimas palabras despertaron definitivamente la ira de Marx, quien, en su exasperación, golpeó la mesa con el puño con tal fuerza, que la lámpara comenzó a tambalearse, y dando un salto gritó: «Hasta ahora, la ignorancia jamás ha sido de provecho para nadie».

Nosotros seguimos su ejemplo y también nos levantamos. La entrevista había llegado a su fin. Y mientras Marx iba recorriendo la estancia de un extremo a otro con desacostumbrada ira y excitación, me despedí rápidamente de él y de los demás, y regresé a casa sumamente sorprendido por todo cuanto acababa de ver y oír». (Hans Magnus Enzensberger; Conversaciones con Marx y Engels, 1974)

viernes, 23 de noviembre de 2018

Es pura fantasía la idea de que el hombre haya podido emerger del estado de animalidad solamente por providencia


«Es pura fantasía la idea de que el hombre haya podido emerger del estado de animalidad solamente debido a la providencia, a la ayuda de entes sobrehumanos como los dioses, los espíritus, los genios o los ángeles. Mas, por otra parte, también es verdad que el hombre no ha conseguido llegar a ser todo lo que es por sí mismo, por obra propia: para esto necesitó del apoyo de otros entes. Y estos entes no fueron criaturas sobrenaturales o fantásticas sino reales y naturales, y no superiores sino inferiores al hombre, como por otra parte no desde lo alto sino desde lo bajo, no desde las cumbres sino desde la profundidad de la naturaleza, viene todo aquello que mantiene al hombre en su actuar consciente y voluntario: de aquello llamado comúnmente «lo humano» provienen todas sus excelencias y sus disposiciones. Aquellos entes auxiliares, esos espíritus tutelares del hombre eran, precisamente, los animales. Sólo por medio de los animales pudo el hombre emerger de su estado animal, sólo bajo su protección y con su ayuda pudo germinar la semilla de la civilización en la humanidad. «El mundo se rige por la inteligencia del perro –se dice en Zend-Avesta, y más concretamente en la Vendidad, que es la parte de aquel más antigua y auténtica–; si él no vigilase las calles, los ladrones y los lobos acabarían con todos». En este significado que tenían los animales para la vida del hombre, especialmente en los comienzos de la civilización, tiene su plena justificación el culto del que eran objeto. Para el hombre los animales eran imprescindibles, absolutamente necesarios: de ellos dependían la vida y la existencia del hombre, y este los consideraba su Dios. Si los cristianos no rinden culto a la naturaleza se debe únicamente al hecho de que, según su creencia, la existencia del hombre no depende de la naturaleza sino de la voluntad de un ente independendiente de la misma y, considerado este ente divino, le rezan como a un ser supremo porque lo consideran el autor y el conservador de sus existencias, de sus vidas. De esta forma el culto a Dios depende sólo del culto que el hombre se tiene a sí mismo, siendo únicamente aquel una manifestación de este. Si yo me tengo en poca estima a mí o a mi vida –en los orígenes normalmente el hombre no diferenciaba entre sí y su propia vida–, ¿cómo iba a exaltar y adorar aquello de lo que depende esta vida tan mísera y despreciable? En el valor que yo otorgue inconscientemente a mi vida y a mí mismo estará el valor que, ya conscientemente, conceda a la causa que produjo mi vida. Cuanto más alto sea el valor de la vida tanto más crecerán en valor y en dignidad quienes concedieron los dones de dicha vida: los dioses. ¿Cómo podrían resplandecer los dioses en el oro y en la plata si el hombre no conociera el valor y la utilidad del oro y de la plata? hay una gran diferencia entre la plenitud vital y el amor de la vida de los griegos y la aflicción y desdén que por ella sienten los indios, y así, ¡cuanta diferencia hay entre la mitología griega y las fabulosas narraciones indias, entre el dios del Olimpo, padre de los dioses y de los hombres, y la zarigüeya india o la serpiente de cascabel, la gran madre de los indios!». (Ludwig Feuerbach; La esencia de la religión, 1845)

Anotaciones de Bitácora (M-L):

¿Pero cómo surge el mundo religioso entonces? La veneración religiosa en la prehistoria vino dada –y no podía ser de otra forma– de cosas cotidianas para aquellos seres. Aunque nos parezca inverosímil, se desarrolló un culto a las piedras o a los árboles, también animales o figuras de la astronomía.

«La religión comprende todos los objetos del mundo; todo lo que existe era objeto de la veneración religiosa». (Ludwig Feuerbach; La esencia del cristianismo, 1841)

La religión en la prehistoria iba relacionada con la adoración de los animales como es lógico, sobre todo en la etapa en que eran cazadores-recolectores, donde ellos eran vistos como seres divinos o intermediarios de los dioses. Lo más representante de esto pueden ser actos como el llamado «culto al oso».

Como es normal, conforme avanzaban las proezas en el desarrollo de ciertas trampas y estrategias de caza, en el Neolítico ya algunos animales empiezan a ser domesticados modificando así su estatus «numinoso» entre los hombres; pasando los animales de seres sagrados, a ya a lo sumo seres intermediarios de los dioses, pero no deidades en sí. En este curso precisamente se cree que se desarrolla el culto a la araña, por ser el animal fetiche de las trampas y la caza meticulosa. He ahí, como con la domesticación de animales surge un cambio de paradigma en la mentalidad colectiva humana y surgen de esa superioridad manifiesta ante los animales los nuevos dioses antropomórficos, es decir con formas humanas.

«En la esencia y conciencia de la religión no hay sino lo que se encuentra en general en la esencia y conciencia que el hombre tiene de sí mismo y del mundo». (Ludwig Feuerbach; La esencia del cristianismo, 1841)

jueves, 22 de noviembre de 2018

Makarenko sobre la autoridad y los niños


«En la conferencia anterior decíamos que la familia soviética difiere mucho de la burguesa. Ante todo, esa diferencia estriba en el carácter de la autoridad paterna. La sociedad confirió a los padres la misión de formar a los futuros ciudadanos de nuestra patria y la responsabilidad que ello comporta sirve de base al concepto que de su autoridad se forman los hijos. 

Sin embargo, sería incómodo recordar constantemente en el seno de la familia dicha atribución social. La educación infantil comienza en la edad en que ninguna demostración lógica ni alegato de derechos son posibles. Por último, el sentido mismo de la autoridad consiste justamente en que no exige demostraciones, en que se acepta como una dignidad indudable del mayor, cuyo valor y gravitación se imponen espontáneamente al espíritu del niño. 

El padre y la madre deben tener esta autoridad, pues sin ella es imposible educar. Sin embargo escuchamos con frecuencia la pregunta: ¿Qué hacer con el niño cuando no obedece? Pues precisamente este «no obedece» es una señal de que los padres carecen de autoridad sobre él. 

¿De dónde proviene la autoridad paterna, cómo se estructura? Los padres cuyos hijos «no obedecen» se inclinan a veces a pensar que la autoridad proviene de la naturaleza, que es una aptitud especial. Si se carece de ella, no hay nada que hacer, sólo resta envidiar al que la posee. Es un error. La autoridad puede formarse en cada familia, cosa que, por otra parte, no constituye una empresa difícil. 

Desgraciadamente hay padres que tratan de cimentarla en bases falsas. Su objetivo se reduce a que los hijos les obedezcan. Desde luego que se trata de un grave error. La autoridad y la obediencia no pueden erigirse como fines en sí mismas, ya que el único fin que se persigue es el de la educación correcta. La obediencia puede considerarse solamente como uno de los caminos hacia ese fin. Los que persiguen la obediencia por la obediencia misma son los padres que no comprenden, o no piensan, en los verdaderos fines de la educación. Fundan su tranquilidad en la obediencia de los hijos. Eso es lo que constituye su verdadero fin. Desde luego que en los hechos resulta siempre que ni la tranquilidad ni la obediencia perduran mucho. Una autoridad estructurada sobre bases falsas sirve solamente por poco tiempo, se extingue pronto; no quedan ni autoridad ni obediencia. A veces se logra la obediencia, pero los restantes fines de la educación quedan en el último plano: se forman, en verdad, hombres obedientes, pero débiles. 

Existen muchas clases de autoridad falsa. Examinaremos aquí más o menos detalladamente una decena. Confiamos en que después de este análisis será más fácil dilucidar las condiciones de la autoridad verdadera. 

Autoridad de la represión. Es la más temible, aunque no la más dañina. Los que sufren más con ella son los mismos padres. En los hechos, la autoridad de la represión se traduce en que el padre siempre grita y riñe, por cualquier insignificancia se desata en improperios, acude al palo o a la correa por cualquier motivo, responde a cada pregunta con una grosería y castiga cada culpa del niño. Semejante terror paterno mantiene atemorizada a toda la familia; no sólo a los niños, sino también a la madre. Es perjudicial porque, además de intimidar a los niños, convierte a la madre en un ser nulo, apto únicamente para ser sirvienta. No se requiere abundar en demostraciones de que semejante autoridad es dañina. No educa, sino que se limita a habituar a los niños a mantenerse lejos del terrible padre; engendra la mentira infantil y la cobardía y, al mismo tiempo, produce en el niño la aparición de la crueldad. Niños oprimidos y abúlicos se transforman más tarde en hombres insignificantes y despersonalizados, o en déspotas vengadores de una infancia oprimida durante toda su vida ulterior. Es la autoridad más salvaje y se encuentra solamente entre padres muy incultos; felizmente en los últimos tiempos se está extinguiendo.

miércoles, 21 de noviembre de 2018

Una acertada descripción del carrillismo y su evolución en 1977


«La novedad más importante con respecto al grupo de Carrillo en los últimos meses ha sido su completa legalización. Decimos completa pues hace ya mucho tiempo que el carrillismo gozaba en España de una legalidad más o menos abierta. Es importante, de todas formas, que tratemos de analizar los aspectos nuevos de la situación, para adecuar a ellos nuestra táctica.

Es evidente que con la legalidad el carrillismo podrá utilizar nuevos medios, que en el pasado podía utilizar de una forma más limitada y que la reacción está utilizando ya recursos importantes para apuntalar su situación, y que aparentemente nuestro Partido se ve desfavorecido. Pero esto no deja de ser una apariencia, un aspecto bastante superficial y secundario. Hay otros hechos, que hay que tomar en consideración, y que están relacionados con aspectos mucho más profundos de la situación
actual.

En primer lugar, nosotros podemos afirmar que la situación actual va a acentuar mucho más el carácter burgués del partido carrillista. El partido de Carrillo con su legalización ha pasado a ser un partido integrado totalmente en la política de la oligarquía.

El carrillismo está subordinado a la oligarquía, ya no solamente en el plano de la ideología y de la política general, sino que se subordina directamente al Gobierno y a las instituciones del Estado. La situación actual representa la culminación de la política reaccionaria del postfranquismo y a la vez de la política de «reconciliación nacional». Estos dos aspectos de la política de la oligarquía se encuentran hoy completamente fundidos. Carrillo hoy se ve obligado a eliminar todo rasgo de aparente oposición que de una manera demagógica podía mantener en vida de Franco. Consciente del peligro que ello supone, agita el espantajo de «Alianza Popular» para dar la impresión que se «opone» a algo y para ocultar lo esencial esto es, que apoya la política del gobierno, que apoya a la monarquía, que apoya a las instituciones del Estado actual.

En esta situación. Carrillo tiene que renunciar completamente a los símbolos y tradiciones revolucionarias de nuestro pueblo, tildando de nostálgicos y de «viejos» fuera de la realidad a aquellos que manifiestan apego y cariño por esos símbolos y tradiciones. Un reflejo importante de esto lo hemos tenido con la aceptación carrillista de la bandera fascista. Pero con ello se sitúa en el campo enemigo ante la conciencia de sectores muy amplios de nuestro pueblo.

Otro aspecto que hay que considerar es el siguiente: en la medida en que permanecerá legalizado el partido carrillista acentuará su carácter burocrático. Es posible prever su completa transformación en un aparato electorero de burócratas panzudos, cobardes y reaccionarios, radicalmente opuestos al movimiento de masas. Es posible prever su creciente vinculación a intereses capitalistas específicos y la creación por parte del carrillismo de intereses de tipo capitalista propios, vinculados a su aparato y a sus más encumbrados dirigentes.

Todas estas manifestaciones del carrillismo están relacionadas con aspectos muy profundos de la situación actual: se trata de tendencias que se desarrollarán en el futuro, productos necesarios del desarrollo de la lucha de clases en nuestro país en las condiciones actuales.

Aquí es importante apuntar que, paralelamente, al desarrollarse estas tendencias en el seno del carrillismo, unas tendencias de signo radicalmente opuesto van abriéndose paso dentro del movimiento de masas. El movimiento de masas en nuestro país va extendiéndose y radicalizándose con ritmos agigantados. Dentro de una situación clarísima de crisis económica y política sin precedentes en la historia reciente de España, millones de personas despiertan a la conciencia política, piden cambios radicales, pretenden intervenir directamente en la lucha por sus derechos e intereses. En todos los sectores del pueblo español asistimos a una tendencia a organizarse, a manifestarse, a un gran impulso de la lucha popular.

Nosotros podemos afirmar que las condiciones actuales, los aspectos más de fondo de la situación actual, están empujando al revisionismo y a las masas en dos direcciones radicalmente opuestas, están abriendo más y más el foso entre el revisionismo y las masas. Esta no es más que una manifestación del proceso de agudización de todas sus contradicciones que está viviendo la sociedad española.

Un correcto análisis, y la práctica, nos dicen que el revisionismo carrillista se hace cada vez más reaccionario al desarrollarse la lucha de clases, de la misma forma que se hace más reaccionaria la burguesía de la que forma parte. Por ello opinamos que no se trata hoy, en absoluto, de dar «buenos consejos» a Carrillo y los suyos para que modifiquen su línea de acción y cometan menos «errores» de lo que se trata es de tomar conciencia del hecho de que Carrilo, al formar parte de la reacción, elaborará, a medida que se desarrollen los acontecimientos políticos, de una manera ineluctable, una política cada vez más reaccionaria, cada vez más opuesta a los intereses del pueblo, y se hará intérprete de exigencias e intereses cada vez más extraños al sentir y a las necesidades de las masas». (Documentos del IIº Congreso del PCE (m-l), 1977)

martes, 20 de noviembre de 2018

El terrorismo de Bakunin y su amenaza a los «doctrinarios» que no sean «hombres de acción» y le sigan en su empresa

Marx vs Bakunin

«En la segunda hoja, «Los principios de la revolución», se encuentra desarrollada la orden dada en los Estatutos secretos de hacer que «no quede piedra sobre piedra». Hay que destruirlo todo para producir «el amorfismo perfecto», pues si se conserva «una sola forma vieja» se convertirá en «el embrión» del que renacerán todas las demás formas sociales viejas. La hoja acusa a los revolucionarios políticos, que no toman en serio este amorfismo, de engañar al pueblo. Les acusa de haber levantado:

«Nuevas horcas y nuevos caldasos, en los que han ejecutado a los hermanos revolucionarios escapados de la matanza. (...) Los pueblos no han visto hasta ahora una verdadera revolución. (...) Para la verdadera revolución no hace falta individuos que marchen al frente de la multitud y que la manden, sino hombres ocultos invisiblemente en ella, que liguen invisiblemente una muchedumbre con otra y den así invisiblemente una sola y misma dirección, un solo y mismo espíritu y carácter al movimiento. La organización secreta preparatoria no tiene más que este sentido y sólo para eso es necesaria».

Ahí tenemos pues, denunciada al público y a la policía rusa la existencia de los «hermanos internacionales», tan cuidadosamente ocultada en Occidente. Más adelante, la hoja predica el asesinato sistemático y declara que para los hombres de la obra revolucionaria práctica, todos los razonamientos acercan del porvenir son:

«Criminales ya que impiden la destrucción pura y traban la marcha de la revolución. Sólo tenemos confianza en quienes manifiestan con hechos su fidelidad a la revolución, sin temer las torturas ni los encarcelamientos, y negamos todas las palabras que no van seguidas inmediatamente por la acción. No necesitamos más de la propaganda sin objetivo, de la propaganda que no determina con precisión la hora y el lugar en que deben realizarse el objetivo de la revolución. Antes al contrario, nos estorba y emplearemos todas nuestras fuerzas para contrarrestarla. (...) Obligaremos a callar por la fuerza a todos los charlatanes que no comprendan eso».

Las mismas amenazas han sido dirigidas a los refugiados rusos que no se han inclinado ante el papado de Bakunin y que él ha calificado de doctrinarios.

«Rompemos todo vínculo con los emigrados políticos que no quieran volver a su país para incorporarse a nuestras filas, y mientras nuestras filas sigan siendo secretas, rompemos con todos los ayudar a que aparezcan públicamente en el escenario de la vida rusa. Hacemos una excepción con los emigrados que se han manifestado como obreros de la revolución europea. No haremos más peticiones ni lamentos. (...) Quienes tengan oídos y ojos oirán y verán a los hombres de acción, y si no se suman a sus filas, no seremos los culpables de que se pierdan; de la misma manera, no seremos los culpables de que los que se ocultan entre bastidores sean aniquilados fríamente, implacablemente junto con los bastidores que se ocultan».

Bakunin es aquí perfectamente claro. Mientras que ordena a los refugiados, bajo pena de muerte, regresar a Rusia en calidad de agentes de su sociedad secreta –siguiendo el ejemplo de los espías rusos, que les ofrecieron pasaportes y dinero para ir allí a conspirar–, él se concede a sí mismo una bula papal para seguir tranquilamente en Suiza como «obrero de la revolución europea» y para trabajar en la redacción de manifiestos que comprometen a los desdichados estudiantes que la policía tiene encerrados en sus cárceles.

«No admitiendo ninguna otra actividad que no sea la destrucción reconocemos que las formas en que debe expresarse esta actividad pueden ser extremadamente variadas: veneno, puñal, nudo corredizo, etc. La revolución santifica todo, sin distinción. ¡Así, pues, el campo está abierto. (...) Que todas las mentes sanas y jóvenes emprendan inmediatamente la santa obra de la destrucción del mal, de la depuración y la ilustración  de la tierra rusa por el fuego y por la espada, uniéndose fraternalmente a quienes hacen lo mismo en toda Europa».

Agreguemos que, en esta proclamación sublime, el bandolero inevitable figura en la persona melodramática de Carlos Moor –de Los Bandidos de Schiller– y que el número 2 de la Justicia del Pueblo, al citar un pasaje de esta hoja, la denomina textualmente «una proclama de Bakunin».

Nadie se atreverá a poner en duda que estos panfletos rusos, los Estatutos Secretos y los escritos publicados en francés por Bakunin desde 1869 provienen de la misma fuente»(Karl Marx y Friedrich Engels; La Alianza Internacional de la Democracia Socialista y la Asociación Internacional de los Trabajadores; Memoria y documentos publicados por acuerdo del Congreso de la Haya de la Internacional, 1873)

Los defectos clásicos de una organización de tipo maoísta

Sartre repartiendo el periódico maoísta «La causa del pueblo»

«Esta actitud resulta del oscurantismo de nuestro pequeño burgués, de su negativa de toda teoría en general: procurando enmascarar su pasión por la ignorancia por la pasión de la organización, hace de ésta la primera condición de la unidad ideológica, la fuente de toda teoría. Ve en la organización no la fuerza que permite a la teoría revolucionaria materializarse y adquirir su potencial efectivo, sino el instrumento que llena el vacío teórico, consuela la ausencia de estrategia y hace olvidar la ligereza de algunas de las tácticas. Es la organización-muleta, que les permite a nuestros lisiados sin piernas avanzar. Es por eso que, a los ojos de nuestros maoístas, la organización tiene algo misterioso y es valorado como algo milagroso. Así como el crisol donde el alquimista transforma el vil plomo en oro brillante, cambiando por sus mismas virtudes, a nuestro ignorante pequeño burgués en un dirigente revolucionario. Diez no marxistas aislados, juntos forman una organización marxista, tal es el invariable precepto de base del movimiento maoísta. (...) 

lunes, 19 de noviembre de 2018

El futuro del arte y la literatura en la sociedad socialista según Bebel


«Cuando la sociedad nueva haya educado a los jóvenes hasta la mayoría de edad, cada cual se encargará luego de seguir su propia formación. Cada uno hará lo que su inclinación y sus disposiciones le dicten. Unos se dedicaran a una rama de las cada vez más brillantes ciencias naturales: antropología, zoología, botánica, mineralogía, geología, física, química, prehistoria, etc.; otros a las ciencias del espíritu, a la linguística, al arte, etc. Unos se harán, por pasión, músicos, otros pintores, escultores, actores. En el futuro no habrá ni gremios de artistas, ni de sabios ni de obreros manuales. Millares de talentos magníficos, hasta entonces reprimidos, se desarrollarán y darán a conocer su sabiduría y sus facultades cuando se presente la oportunidad. Ya no habrá ningunos músicos, actores, artistas ni sabios de profesión, sino por entusiasmo, por talento y por genio. Y lo que ellos rindan excederá a lo que actualmente se produce en estos campos, lo mismo que los productos técnicos, industriales y agrícolas de la sociedad futura superarán a los de ahora. Surgirá para las ciencias y las artes una era como jamás ha conocido el mundo, y sus creaciones estarán en concordancia con ella.

Nada menos que Richard Wagner imaginó ya en 1850, en su obra Kunst und Revolution [Arte y revolución], el renacimiento que experimentaría el arte una vez que existiesen condiciones dignas del hombre. Es una obra curiosa porque apareció inmediatamente después de una revolución fracasada en la que Wagner había participado. Wagner predice lo que traerá el futuro; se dirige directamente a la clase obrera, que tendrá que ayudar a los artistas a fundar el verdadero arte. Entre otras cosas, decía lo siguiente: «Cuando para los hombres libres del porvenir, el ganar el sustento ya no sea el de la vida, sino cuando, por el contrario, con el advenimiento de una nueva fe, o, mejor aún, ciencia, la obtención del sustento esté asegurada mediante una actividad natural correspondiente, en suma, cuando la industria no sea ya nuestra dueña sino nuestra sierva, entonces el objeto de la vida será la alegría de vivir, y aspirar a que, mediante la educación, nuestros hijos sean capaces y hábiles para gozar realmente de esta dicha. La educación, basada en el ejercicio de la fuerza y el cuidado de la belleza corporal, será puramente artística por afecto tranquilo al hijo y por amor a la prosperidad de su belleza, y cada persona será de algún modo un verdadero artista. La diversidad de las inclinaciones naturales hará que las más variadas direcciones alcancen una riqueza insospechada». He aquí un pensamiento socialista que coincide absolutamente con nuestra exposición.

En el futuro, la vida social será cada vez más pública. Esta tendencia la vemos del modo más claro en la posición de la mujer, enteramente cambiada en comparación con épocas anteriores. La vida doméstica se limitará a lo estrictamente preciso, mientras que la necesidad de sociabilidad tendrá el mas vasto campo ante sí. Grandes locales de reunión para conferencias y debates y para discutir todos los asuntos públicos, sobre los que en el futuro decidirá soberanamente la colectividad, comedores, salas de juegos y de lectura, bibliotecas, salas de conciertos y teatros, museos, gimnasios y campos de deportes, parques, paseos, baños públicos, establecimientos de educación e instrucción de toda especie, laboratorios, etc., todo ello equipado de la mejor manera posible, ofrecerán al arte y a la ciencia, y a toda clase de esparcimiento las mejores oportunidades para producir lo máximo. También responderán a las máximas exigencias los establecimientos para el cuidado de los enfermos y ancianos.

¡Qué mezquina nos parecerá nuestra época, antes tan alabada! Esta adulación por el favor y el sol de los de arriba, estos sentimientos serviles, de perro, esta lucha celosa de unos contra otros por el puesto preferido, llevada a cabo con los medios más odiosos y más bajos; y al mismo tiempo, opresión de las verdaderas convicciones, ocultación de las buenas cualidades, que podrían disgustar a los poderosos, castración del carácter, doblez de ideas y sentimientos –estas cualidades, que podrían calificarse en pocas palabras de cobardía e hipocresía, resultan cada día más repugnantes. Lo que enaltece y ennoblece al hombre, la dignidad personal, la independencia e incorruptibilidad de las convicciones, suelen ser en las condiciones actuales errores y debilidades. A menudo, estas cualidades arruinan a su portador, si es que no puede reprimirlas. Muchos no sienten su propio envilecimiento porque están acostumbrados a él. El perro encuentra muy natural tener un amo que le dé a probar el látigo cuando está de mal humor.

domingo, 18 de noviembre de 2018

Recordando algunos puntos sobre la unidad marxista-leninista


«Las conclusiones del V Pleno del Comité Central han reiterado su fidelidad al marxismo-leninismo y al internacionalismo proletario como parte de él, y el compromiso de redoblar sus esfuerzos para defender y aplicar con resolución este principio. La defensa de la teoría marxista no consiste sólo en difundirla y en esforzarse por aplicarla; también es indispensable luchar intransigentemente contra las posiciones y prácticas anticomunistas, oportunistas y contrarrevolucionarias. 

El V Pleno ha llamado la atención sobre las enormes exigencias que implican para los partidos marxista-leninista el desarrollo del movimiento revolucionario y los compromisos con las tareas comunes del Movimiento Comunista Internacional (MCI). Nuestro Partido ha tenido presente esta realidad y por eso ha reiterado su apoyo a la construcción del socialismo en Albania, su solidaridad con los partidos y organizaciones marxista-leninistas y con los movimientos revolucionarios que pugnan por el socialismo y al mismo tiempo ha insistido en la obligación de influir efectivamente en las luchas de liberación de los pueblos.

Del mismo modo el V Pleno del Comité Central, se preocupó por buscar una elevación en el nivel teórico y político de los análisis sobré los problemas que afectan al MCI.

La construcción y desarrollo del socialismo en un sólo país es un elemento importante de nuestras preocupaciones. El apoyo a Albania Socialista es un asunto de particular relieve y exige a todo el MCI un esfuerzo teórico y práctico para lograr su avance exitoso para bien de los comunistas del mundo.

Ha resaltado su compromiso con las tareas que se desarrollan en favor del fortalecimiento de la unidad fundamentada en los principios. La vinculación a la revista «Teoría y Práctica», las tareas de preparación y realización de reuniones multilaterales, la contribución al éxito de los Campamentos Internacionales de la Juventud, son tareas que asumimos en la plenitud de su significado político, con la trascendencia que tienen en favor de la unidad entre los partidos marxista-leninistas.

Estamos convencidos de que la unidad del MCI sólo podrá avanzar en lucha permanente contra las ideologías burguesa y revisionista, que no sólo ejercen una influencia extraña o externa, sino que están presentes en el seno del MCI y constituyen un peligro permanente dentro y fuera de los partidos marxista-leninistas.

La agudización de la lucha de clases a nivel mundial se refleja necesariamente en el MCI y se manifiesta tanto en los análisis de las situaciones complejas de esta lucha como en las respuestas que se requieren para enfrentar y combatir con éxito a los enemigos de la lucha revolucionaria del proletariado y de los pueblos, contra las fuerzas que se oponen violentamente al desarrollo de la sociedad.

No es correcto, desde nuestro punto de vista, pretender la búsqueda de la unidad conciliando con las tergiversaciones a la teoría marxista, con las violaciones a los principios o las políticas erróneas. Estas, cualquiera que sea su origen, deben ser desenmascaradas y repudiadas sin vacilación. Por supuesto, asumir una posición pasiva, indiferente o «neutral» es profundamente erróneo y nocivo para los partidos que adoptan tal actitud.

Consideramos que no es una conducta comunista guardar silencio ante los errores políticos, pues la experiencia nos enseña que tales errores no causan daño y tarde o temprano salen a la luz pública, ya sea en los documentos o en la práctica. En tales condiciones, ninguna consideración puede justificar la pasividad que, en tal caso, sena complicidad con los errores. No es aceptable recurrir a la «independencia» de cada partido o al respeto mutuo, porque no puede haber independencia para mantenerse en posturas incorrectas y además, nadie puede reclamar que se le respeten sus errores.

El V Pleno resaltó la validez de la lucha intransigente contra el oportunismo, basado en la realidad de que él es una punta de lanza en el seno del movimiento obrero y el principal peligro para nuestros partidos.

El V Pleno prestó particular atención al examen de los problemas que en su opinión obstaculizan la dinámica de la unidad entre los partidos y organizaciones marxista-leninistas. Resalta en este ámbito el hecho de que en la actualidad no sólo la burguesía, sino sus agentes y colaboradores, propagan la supuesta «crisis del marxismo», cuando en verdad lo que está en crisis no es el marxismo sino las teorías y divagaciones que se le oponen o lo tergiversan.

Otros no llegan a ese extremo pero dejan notar el pesimismo y la desconfianza en la validez del marxismo y con tales conductas alimentan el oportunismo y la búsqueda de «nuevas» teorías para responder al desenvolvimiento de la realidad política, con salidas diferentes a la revolución y al socialismo.

En ese cuadro, es conocido el efecto perjudicial de las posiciones que niegan o disminuyen el papel de vanguardia de la clase obrera y de su partido político, con lo cual se oscurece la perspectiva del socialismo y se reduce el objetivo de la lucha revolucionaria al nivel de las transformaciones democrático-burguesas. En ese orden de pensamiento, se pretende someter el destino de los pueblos a los intereses de la burguesía o de la pequeña burguesía. Lógicamente, en el fondo se reniega de la posibilidad de convertir en realidad la victoria del proletariado y la posibilidad de construir el socialismo». (Partido Comunista de Colombia Marxista-Leninista; Sobre las conclusiones del V Pleno del C.C.; Por nuevos niveles de unidad entre los partidos marxista-leninistas; Publicado en «Teoría y práctica», Nº 7, 1987)

Posts relacionados:

Para conocer la historia del origen, desarrollo y degeneración del 
Partido Comunista de Colombia Marxista-Leninista véase nuestro capítulo: «El contexto de creación y degeneración del PC de C-ML/EPL» de 2016.

Para ver la responsabilidad de los nuevos partidos marxista-leninistas de los 70 en la degeneración del socialismo albanés. Véase la obra: «Las relaciones entre el PCE (m-l) y el PTA y la caída del socialismo albanés» de 2020.

miércoles, 14 de noviembre de 2018

El formalismo, el cosmopolitismo y sus raíces filosóficas


«El séptimo decenio del siglo XIX, iluminado por la Comuna de París, es el decenio en el que se agotaron las fuerzas creadoras del capitalismo. La burguesía vislumbró ya a su enterrador. Vislumbró el peligro que le amenazaba por parte de la clase obrera. Desde ese instante, la burguesía se vio obligada a abandonar sus posiciones de conocimiento por las de autoconservación, por posiciones de un estéril frenar los fenómenos del progreso. Los filósofos y pensadores del capitalismo comenzaron a perder su interés en la investigación de las relaciones humanas. Se inició el período de distanciamiento del hombre y de la realidad. Venció la posición de negación de las posibilidades cognoscentes de la inteligencia del hombre. 

El relativismo filosófico –la concepción de la relatividad de todo lo existente– ajeno a la percepción de los fenómenos en sus procesos de movimiento y considerado como piedra angular de toda la concepción del mundo, se convierte en filosofía oficial de la burguesía agonizante. Desde los empiriocriticistas Mach y Avenarius, que aceptaban como premisa del conocimiento, no el mundo existente objetivamente, sino nuestra impresión subjetiva como la única verdad cognoscible, a través de Bergson y Husserl con su teoría de la fenomenología, que considera el juicio subjetivo como único y definitivo sistema de investigación de un mundo en el fondo incognoscible, hasta los existencialistas, que proclaman la existencia solitaria del hombre, cuya impresión subjetiva e intuición son el principio y el fin de una existencia encerrada en sí misma, todo esto surge de la misma posición filosófica en cuya raíz se hallan la duda, el miedo, el desistir del conocimiento de la verdad objetiva y el intento desesperado de huir, ante la era del socialismo que avanza, hacia una esfera de mistificación irracional con un mundo propio de vivencias subjetivas. Es evidentemente necesario distinguir el fenómeno, no siempre consciente, del perderse filosóficamente de los artistas y su huida del mundo capitalista hacia la noche nihilista de la duda, de la activa y cínica política de los representantes del imperialismo y del fascismo, que con sus mendaces teorías presentadas con nombre cada vez distinto, procuran crear en los pueblos la trágica convicción de la catastrófica irrevocabilidad del destino del hombre, la fatalidad de la guerra, la explotación y la impotencia de la inteligencia humana, a fin de aplicar a las sociedades humanas, sobre ese fondo de duda y desesperación, el método de la fuerza y del terror fascista, como única salvación y solución. No es casual que los refinados estetas del fin de la noche. Celine, Gide, Malraux, Sartre y Orwell, terminen cantando loas al fascismo y a la guerra y a menudo a la vulgar colaboración. No es casual que el marqués de Sade, quien vivió y cometió sus crímenes en el siglo XVIII, y murió finalmente en un hospital para dementes en 1818, y quien proclamó abierta y cínicamente el derecho del hombre a atormentar al prójimo, como la única actitud que libera «al hombre integral», se haya convertido en héroe y oráculo del mundo agonizante. 

De este modo, el superhombre hitlerista halló a su continuador en el hombre integral del imperialismo norteamericano, que procura dignamente superar a su prototipo alemán. La literatura transfirió, ante todo, su interés a las decadentes especulaciones psicoanalíticas, desvinculadas del mundo objetivo. Liberó estados patológicos, el malsano errar en derredor de uno mismo, la concepción catastrófica del mundo, el odio hacia el hombre, el derecho cósmico al crimen, la degeneración y la unificación cosmopolita de los ciudadanos del mundo, perdidos en su propia duda e impotencia. Naturalmente que este proceso adquiere en distintos decenios un grado de intensidad diferente y diversas formas de soluciones formales. La descomposición del régimen intensifica cada vez más la descomposición de las concepciones estéticas de la burguesía, hasta que aparece la consigna: terminar con la dependencia esclavizadora de la naturaleza y del mundo real. La imagen la frase musical como combinación abstracta; los intentos de desintegrar el idioma artístico en elementos inconexos; el énfasis del absurdo; el snobismo de la ignorancia; la ofensiva de la banalidad cosmopolita; el ignorar al lector, el desvincular el arte del pueblo; el rendir pleitesía a la superstición y a la estupidez intuitiva, como emblema del futuro. El abstraccionismo en la pintura, la música dodecafónica, el balbuceo dadaista; he aquí los rasgos característicos del arte burgués en el período del imperialismo. 

El fascismo no se conforma sin embargo con el arte formalista, aunque sólo sea, porque éste no puede llegar a las masas. En los instantes de abiertos preparativos bélicos, el imperialismo unce el arte al carro de sus reaccionarios fines políticos, obligando a los artistas a proclamar el culto a la intuición del hombre integral y finalmente del sistema norteamericano de dominio del mundo. En política, ello significa la apoteosis de la guerra y del terror fascista, y en el arte –con frecuencia cada vez mayor– un naturalismo, biológico en su primitivismo, que propaga abiertamente el sadismo, el odio y las consignas políticas del campo de la guerra, y que al igual que el formalismo, es una deformación evidente del mundo existente objetivamente. ¿Cuál es por ejemplo, la teoría sostenida por el escritor norteamericano Orwell, uno de los técnicos del naturalismo patológico? Es necesario liberar al hombre de la mentira de la civilización liberal, liberar la intuición, el instinto creador. El hombre se libera con mayor intensidad en el sueño. En el sueño renace el hombre puro.. El mundo real es un sueño, un engaño; es necesario convertir el sueño en la medida de la realidad. Se ignora lo que existe en verdad; si la vida de ultratumba de la que somos el sueño, o la vida real y su sueño.