lunes, 5 de noviembre de 2018

Los comunistas albaneses sobre el cierre de las iglesias y mezquitas en Albania


«Las instituciones religiosas ya no funcionan en Albania; la prohibición de la actividad religiosa y la propaganda de la ideología religiosa, este opio, que es un producto inevitable del orden de opresión y explotación, está sancionado en la Constitución de 1976 y se aplica en la práctica. La burguesía y los revisionistas difunden la religión en sus países y la utilizan como un medio para mantener a las masas trabajadoras bajo el yugo porque la religión desempeña una función ideológica reaccionaria.

Nuestro Partido emprendió una lucha exitosa contra la ideología religiosa porque movilizó a las masas para este propósito. En la historia pasada de nuestro pueblo, la religión era una herramienta en manos de los ocupantes extranjeros, un medio para dividir a la gente, un instrumento para dejar a la gente en el oscurantismo y la ignorancia. El Partido y sus palancas llevaron a cabo una propaganda atea militante, exponiendo el peligro planteado y el daño causado por la religión sistemáticamente, con paciencia y sabiduría. Con la creación de nuevas relaciones que imposibilitan la explotación y con toda la labor de ideoeducación del Partido y el Estado, se preparan las condiciones para una situación profundamente revolucionaria en la que personas por su libre albedrío llegan a la conclusión natural y lógica: exigen el cierre de las instituciones religiosas y la prohibición de la actividad del clero. Esta acción por la liberación del pueblo del opio religioso no privó a los trabajadores de ninguno de sus derechos, como afirman los ideólogos burgueses y revisionistas, sino que representó un paso importante hacia su emancipación, su liberación del veneno ideológico de la religión, de todas las costumbres y tradiciones atrasadas que entorpecían las energías creativas del pueblo, que pisoteaban la dignidad del hombre trabajador

Pero, a pesar de que se ha tratado la religión, somos realistas y no nos hacemos ilusiones acerca de que las creencias y los prejuicios religiosos se liquidan de una vez por todas desde la conciencia de todas las personas. Sabemos que sus restos aún existen. Podrían revivir y volverse activos, si disminuimos nuestra vigilancia y la lucha de clases contra ellos, porque están alimentados por el mundo antiguo y el cerco burgués-revisionista. Esta es la razón por la cual la educación atea de los trabajadores sigue siendo una tarea siempre real de nuestra educación y actividad cultural». (Tefta Cami; La revolución socialista en el campo cultural e ideológico y su profundización, 1980)

Anotaciones de Bitácora (M-L):

«Miembro del Partido del Trabajo de Albania (PTA): No hemos forzado nada. jamas hicimos decretos contra las iglesias o por eliminar de las iglesias, de la religión. Nosotros explicamos la visión materialista, propusimos la base científica de la formación del mundo, de los fenómenos sociales etcétera etcétera. Y, finalmente la ideología materialista ha triunfado sobre la ideología idealista.  Y las personas ya no necesitan la iglesia, porque comprobaron claramente, la inutilidad de tales. Y la juventud, que está siempre a la vanguardia de la revolución ininterrumpida en Albania ha demandado cerrar las iglesias. Y nosotros las cerramos. Hay muchas personas que vienen de Europa y dicen: «¿Por qué van a cerrar las iglesias?». Y nosotros respondemos: «¿Por qué ustedes las han abierto?». (...) No impedimos que las personas fueran a las iglesias. Las iglesias estaban abiertas pero se vieron que eran inútiles. Durante milenios rezamos a Dios para tener el pan de cada día, etc., pero la gente vio que era la revolución la que aseguraba su bienestar, su futuro, etc. Prefirió dejar la iglesia y tomar el pico para construir el socialismo». (Guy Ackermann, Pierre Demont y Robert Escarpit; El desafío albanés, 1970)

Lejos de lo que han esgrimido diversos historiadores e ideólogos revisionistas –sobre todo thälmmanianos a los cuales se aficionan a especulaciones sobre cualquier tema histórico–, la postura del PTA y de Enver Hoxha sobre la lucha contra la religión, y el consiguiente cierre de instituciones religiosas durante 1966-67 no se trató de un error a lamentar, sino de toda una victoria histórica del pueblo albanés y del marxismo-leninismo. 


Dichos sucesos no estuvieron basados en un simple «decretazo» administrativo que no tenía en cuenta las condiciones materiales y que carecía de un trabajo ideológico previo contra la religión –como lo intentan pintar algunos.

Casualmente, los revisionistas reavivaron el mito anticomunista en 1991, que ahora repiten los revisionistas de todo color, de que el PTA se «precipitó» con sus campañas en favor del ateísmo y de transformaciones de los centros religiosos en centros culturales o que incluso «vulneró los derechos de los ciudadanos albaneses», incluso crearon la falsa idea que estas desviaciones fueron fruto de las relaciones de entonces con la China de Mao:

«Es una realidad que los derechos del individuo, especialmente aquellos de la vida espiritual, han sido gravemente violados. La abolición legal de las creencias religiosas llevó a la posición oficial del Partido en conflicto con el deseo de creer por parte de las amplias masas populares. (...) Debe destacarse que tales errores y deformaciones ocurrieron especialmente durante el período de finales de los años sesenta, que también se denominó período de revolucionización. Además de las influencias extranjeras, particularmente de la revolución cultural china, durante este período también aparecieron algunas inclinaciones subjetivistas para encontrar soluciones nuevas y originales a muchos problemas de la sociedad. (...) Parece que el anti-revisionismo que elegimos como estrategia a menudo condujo a posiciones de izquierda». (Xhelil Gjoni; Discurso en el Xº Congreso del partido del Trabajo de Albania; Publicado en Zëri i Popullit, 11 de junio de 1991)

Xhelil Gjoni fue una figura que fue ascendida por Ramiz Alia al Politburó en la crisis de julio de 1990, poco después adelantó al propio Alia en oportunismo por la derecha, y en el Xº Congreso del PTA de 1991 llegó a criticar a Enver Hoxha con varios argumentos liberales y a plantear el cambio de nombre del partido.

Esto es una mentira flagrante que se desmonta con la documentación de la época. 

1) Precisamente las campañas para el cierre de instituciones religiosas correspondían a las condiciones materiales resultantes de las transformaciones económicas y del arduo trabajo ideológico realizado durante décadas:

«La lucha por desarraigar estas supervivencias del pasado heredadas durante siglos enteros es, sobre todo, una lucha ideológica, que tiene por objeto liberar espiritualmente a los hombres. Si los hombres son vehículos de tales supervivencias, es sólo una desgracia, y no algo de lo que puede culpárseles. Por eso, hacia ellos debe adoptarse una actitud muy prudente, amistosa y camaraderil. En la lucha contra los prejuicios religiosos, las supersticiones y las costumbres retrógradas, un importante lugar debe ocupar la propaganda científica atea, la cual debe educar pacientemente a los hombres en la concepción científica del mundo, sin ofenderles y sin afectarles directamente. La erradicación de estas supervivencias es un trabajo difícil y delicado. No pueden ser suprimidas a fuerza de decretos ni con mitines. Es un trabajo que requiere paciencia, inteligencia y tacto. Para lograr este cometido, hay que activar aún más todas las formas de propaganda del Partido, nuestras instituciones culturales, las escuelas, los maestros y todos los demás intelectuales, la prensa y la radio, la literatura y él arte, que deben considerar como una de las principales tareas la lucha por la educación de los trabajadores en la moral y la nueva concepción comunista del mundo. Debe darse una gran importancia a la explicación correcta y científica de los fenómenos de la naturaleza, a la popularización de los logros de la ciencia y de la técnica, a la crítica de los dogmas religiosos, demostrando al campesinado la inutilidad de éstos y el perjuicio que ocasionan. Las escuelas, las organizaciones de la juventud y las instituciones culturales deben prestar especial atención en este sentido a la educación de la juventud». (Enver Hoxha; Sobre la situación económica, social y cultural en el campo y las medidas para mejorarlo; Informe en el Xº Pleno del CC del PTA, 6 de junio de 1963)

Dando como resultado que las masas, en concreto la juventud, animasen la campaña de transformación de iglesias y mezquitas en centros de carácter cultural:

«La Lucha Antifascista de Liberación Nacional y la construcción socialista del país han sido en sí mismas una gran escuela para la educación atea de los trabajadores. Han enseñado a las gentes que la libertad y la independencia, el progreso y la prosperidad no son resultado de las imploraciones a «dios» ni regaladas por él, sino que se conquistan con la lucha y los esfuerzos de los hombres mismos, son obra de las masas populares. (...) Ahora se habían creado las condiciones para pasar a una fase superior en la lucha contra la religión, los prejuicios religiosos y las costumbres retrógradas. Tras el V Congreso y el discurso del camarada Enver Hoxha del 6 de febrero de 1967, esta lucha prosiguió en un amplio frente y adquirió el carácter de un gran movimiento de profundo contenido ideológico. (...) En las ciudades y aldeas, la juventud y el resto de las masas populares se pusieron en pie para exigir que fueran cerradas las iglesias y mezquitas, los monasterios, los templos de la secta bektachí y otros santuarios, todos los «lugares santos»; que los clérigos renunciaran a su vida parasitaria y se convirtieran en trabajadores, para vivir como todos, de su trabajo y sus esfuerzos. En reuniones y en asambleas populares, organizadas por el Frente Democrático y la Unión de la Juventud, en las que tenían lugar ardientes debates, el pueblo condenaba el papel antinacional y antipopular de la religión y del clero reaccionario, de las costumbres religiosas, tomaba decisiones para suprimir los centros religiosos y transformarlos en centros culturales, etc., para renunciar a las prácticas religiosas y a las costumbres retrógradas, para limpiar las casas de iconos, libros y otros símbolos religiosos. Estas iniciativas del pueblo contaron con el poderoso apoyo de las organizaciones del Partido y de los órganos del poder popular». (Historia del Partido del Trabajo de Albania, 1982)

Por tanto:

«Nuestro estado es ateo por la voluntad de su gente». ( Enver Hoxha, Discurso previo a las elecciones para la Décima Legislatura de la Asamblea Popular para el PSR de Albania, 10 de noviembre de 1982)

2) Los marxista-leninistas albaneses jamás declararon con arrogancia el fin de toda reminiscencia religiosa entre la población:

«El Comité Central dio instrucciones a las organizaciones del Partido para que se combatiera cualquier forma estrecha de comprender el problema de la lucha contra la religión, cualquier manifestación de autosatisfacción que surgiera como consecuencia de los brillantes resultados alcanzados en breve espacio de tiempo en la liquidación de los centros religiosos. La supresión de las iglesias y mezquitas no había acabado con la religión como concepción del mundo. La religión tiene raíces muy profundas. Está amasada con las costumbres retrógradas, ligada con mil hilos a esas costumbres que vienen de lo más remoto de los siglos, que subsisten y actúan durante muy largo tiempo. Por esta razón era necesario descubrir la fuente, la base filosófica idealista y reaccionaria de las costumbres retrógradas, de las prácticas y de los dogmas religiosos, luchar para destruir esta base». (Historia del Partido del Trabajo de Albania, 1982)

3) Los marxista-leninistas albaneses tipificaban el ateísmo como la línea del Partido y el Estado pero no «obligaban a no creer a los ciudadanos» como dicen los anticomunistas. Separando la cuestión personal de la institucional:

«Creer o no creer es un derecho personal, una cuestión de conciencia y no una cuestión institucional». ( Enver Hoxha, Discurso previo a las elecciones para la Décima Legislatura de la Asamblea Popular para el PSR de Albania, 10 de noviembre de 1982)

Obviamente el Partido y el Estado si desean lograr un cambio de mentalidad, deben fomentar, vanguardizar dicha línea de cambio con la propaganda antireligiosa. Exactamente igual que los Partidos y Estados capitalistas-burgueses promocionan y financian la religión para obtener ese mismo propósito de mantener su ideología entre las mentes de las personas.

4) Lejos de basarse en los esquemas de la Revolución Cultura de la China Maoísta, el PTA fue muy crítico con dichos métodos, considerándolos inútiles para combatir la religión:


«En lo que concierne a las creencias religiosas, ¡¡¿se extirparán éstas con sólo cerrar algunas iglesias católicas, como hacen los estudiantes, o substituyendo los iconos con los bustos y los retratos de Mao?!! Es seguro que no. Las creencias religiosas en China deben ser consideradas como un gran problema que no puede ser resuelto con estas medidas». (Enver Hoxha; Se aprobó un documento de dieciséis puntos sobre la Revolución Cultural; Reflexiones sobre China, Tomo I, 26 de agosto de 1966)


***


Precisamente si después de una revolución y supuesto hondo cambio económico, social y político, la mayoría de la población no ha sufrido así mismo una transformación ideológica respecto a su postura sobre la religión y adopta una postura crítica, es que hay un problema, y seguramente lo que ocurra es que no haya habido una revolución con todas las letras.

No por casualidad los regímenes de Cuba, China o Corea del Norte tras años de pseudorevolución muestran orgullosos datos nacionales en los cuales la mayoría de sus ciudadanos se identifican con diversas creencias religiosas, incluso estos datos va in crescendo. Además en todos estos casos el Estado capitalista-revisionista es financiero abierto de las diversas instituciones religiosas. Básicamente esto ocurre porque estas instituciones refuerzan y legitiman los lazos de explotación económica capitalistas ante sus feligreses.

En resumen, lo que a los revisionistas les duele, es que en la Albania de Enver Hoxha llevase una campaña de difusión del materialismo dialéctico e histórico que barriese el idealismo religioso. Como sabemos, la religión suele ir de la mano, de forma abierta o cubierta del revisionismo moderno. Véase el post de Albania Today: 
«Alianza espiritual y colaboración práctica entre el vaticano y las camarillas revisionistas» de 1975.

1 comentario:

  1. Pero, ¿no dijeron Lenin y Stalin que era necesario mantener abiertas las iglesias para permitir que la población pudiera seguir rezando durante el socialismo? (aunque con la prohibición de la propaganda religiosa claro)

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