lunes, 28 de julio de 2014

Crítica al artículo: «La Rada ilegaliza al Partido Comunista Ucraniano»; Equipo de Bitácora (M-L), 2014

1) Como efectivamente ya nos cansamos de expresar en otros documentos, el Partido Comunista de Ucrania (PCU), fiel seguidor del revisionismo soviético desarrollado desde la muerte de Stalin, no se ha servido de un planteamiento materialista-dialéctico desde el inicio de las protestas contra Víktor Yanukóvich, tampoco si hablamos del periodo previo a este, ni en años previos, y no podíamos pedirle nada parecido debido precisamente a su naturaleza filosófica revisionista, que le incapacita para desarrollar un análisis, comprensión y línea adeucada. Este hecho ha llevado a que en su dirigencia siquiera depositando posibilidades de lucha y resistencia desde dentro de la RADA –parlamento– pese a que como adelantamos que: 

«El nuevo gobierno de Kiev, a este mismo partido se le arrastra a la ilegalidad, y a sus miembros a linchamientos, pese a que esto se hubiera rumiado desde hace tiempo, parece que el partido revisionista ucraniano no lo pudo ver venir». (Equipo de Bitácora (M-L); Reflexiones sobre el artículo: «No nos maten»: refugiados del este de Ucrania piden a Kiev que deje de asesinarles», 10 de junio de 2014)

Es decir, que visto lo visto durante los meses anteriores, y viendo los métodos tan descarados de los sectores Euromaidán, el PCU siguió confiando en la lucha legal-pacifista, sin considerar siquiera no sólo que limitarse a esta lucha es un claro síntoma de oportunista y reformismo para un partido autodenominado comunista, sino que además la realidad es que las instituciones del Estado burgués ucraniano están claramente influenciados por sectores de marcado carácter, golpista, extrema derecha, chovinista y en muchas ocasiones abiertamente fascistas, que ha llevado a que Ucrania esté inmersa en una desigual guerra civil que además lleva implícito elementos raciales, xenofóbicos y chovinistas como comentamos. Dicho de otro modo, el PCU ha confiado ciegamente en que la burguesía no iría más allá en sus amenazas, y no ha sabido leer los movimientos de la lucha de clases desde las revoluciones de colores. Al no hacerlo tampoco se prepararon para la lucha clandestina, dejando en tanto a la militancia y a la masa desprovista de una organización que vanguardizara y organizara la lucha, y de hecho dejándolos completamente indefensos ante la envestida de los cuerpos castrenses en manos del fascismo. Este deficiente trabajo de este partido revisionista entre las masas en un periodo de grandes tensiones sociales deja si cabe más fácil el ascenso de otros movimientos que si saben aprovechar este momento de crisis gubernamental: 

«Al desarrollarse las condiciones objetivas para un proceso revolucionario, debido en lo fundamental a la crisis económica arrastrada desde el colapso del revisionista socialimperialismo soviético, estas no coincidieron con las condiciones subjetivas, de este modo se desarrolló un campo propicio para la acción de los cada vez menos minoritarios grupos fascistas o simpatizantes». (Equipo de Bitácora (M-L); Reflexiones sobre el artículo: «No nos maten»: refugiados del este de Ucrania piden a Kiev que deje de asesinarles», 10 de junio de 2014)

2) No es la primera vez ni será la última que un país de democracia burguesa, o de abierta dictadura terrorista fascista ilegaliza a partidos, juventudes o sindicatos, sean estos marxista-leninistas, anarquistas, reformistas, revisionistas o incluso derechistas. Pero a nosotros nos debe interesar estudiar estos eventos igualmente. E incluso estudiando estos acontecimientos se nos proporcionan un gran arsenal para demostrar el fraude del revisionismo para al movimiento obrero: en estas organizaciones el necio carácter de confianza e ilusión en la democracia burguesa, en sus leyes y sus instituciones durante los procesos de fascitización en sus Estados, demuestra los pocos conocimientos que tienen sobre marxismo respecto al Estado y lo poco que conocen de las estrategias y tácticas antifascistas marxista-leninistas. La tibia y blandengue resistencia de las organizaciones revisionistas cuando el fascismo avanza hasta lograr poner fuera de ley a sus organizaciones sin que estos den un mínimo de molestia, nos debe de servir de ejemplos; y es que históricamente ahí tenemos casos de cómo en su día partidos reformistas como el Partido Socialdemócrata de Alemania o el Partido Socialista Italiano, y partidos revisionistas como el Partido Comunista de Chile o el Partido Comunista de Indonesia, no supieron realizar unos análisis acordes al momento y sumado al miedo a utilizar todos los métodos posibles para cerrarle el paso al incipiente fascismo, condujeron, como era normal, a la limitación de un trabajo antifascista bajo la labor parlamentaria y sus lacónicos discursos, en vez de a un trabajo de calle para ejercer la praxis antifascista en todas las esferas. Dándose ocasiones donde el fascismo avanzaba con más facilidades si cabe de los revisionistas y socialdemócratas para que el fascismo se asentara o terminara de llegar al gobierno. Tácticas no solo contrarias no solo a los intereses de los comunistas sino del propio pueblo trabajador antifascista. Este es un axioma que por fuerza aprendieron los verdaderos marxista-leninistas:

«Sólo el Partido Comunista de España ha mantenido una posición justa y firme en esta cuestión, propugnando porque el frente popular sea un frente de lucha no sólo en las elecciones y en el parlamento, sino principalmente en la calle». (José Díaz; El alcance del triunfo popular del 16 de febrero, 1936)

3) Y es por eso mismo que si el revisionista PCU hubiera comprendido que de verdad si quiere ser un factor determinante entre las masas trabajadoras de su país para lograr cualquier fin –desde el más pequeño hasta el más grande– no puede seguir con sus técnicas que revisan el marxismo y vuelven al reformismo clásico:

«La dirección del partido sustituyó a veces la movilización y la acción activa de las masas por combinaciones parlamentarias. Todo esto no tiene nada que ver con la «política bolchevique activa de masas» de que hablaba Dimitrov; esto no convierte al partido «en un factor político en la vida de su país», como lo exige el VIIº Congreso de la Komintern y el interés del pueblo trabajador. Esto puede hacer que el partido, sin quererlo subjetivamente, consiga lo contrario: facilitar la política del adversario. (...) Cuan peligrosa es esta política –que consiste en sustituir la movilización independiente y las acciones de las masas por combinaciones parlamentarias–, se ve todavía más claro si enfocamos la cosa en el aspecto siguiente: los jefes reaccionarios del socialismo gubernamental basan su política de colaboración de clases en el siguiente engaño: los viejos medios de la lucha de clases –la huelga, las manifestaciones, el echarse a la calle, etc–. están anticuados. Hemos inventado medios de lucha de clases mucho más cómodos. ¡Obreros, votadnos en gran número para el parlamento, que tengamos muchos ministros, y estos se encargarán de librar por vosotros la «lucha de clases» desde arriba en los consejos de ministros! Podéis estaros tranquilos y no os dejéis perturbar y arrastrar a «acciones irresponsables», como lo son las manifestaciones y las huelgas; ya nos encargaremos nosotros de arreglarlo desde arriba, sin que vosotros necesitéis esforzaros ni arriesgar nada». Como es sabido, la clase obrera ha tenido y tiene todavía que pagar muy cara esta clase de política. Y no sólo porque con este modo de dirigir la «lucha de clases» el capital y la reacción han conseguido sus fines a costa del pueblo trabajador, sino también porque esta política ha sembrado y siembra la confusión en la conciencia de clase de las masas obreras, quebrantando su capacidad combativa. Naturalmente que la clase obrera debe utilizar todas las posiciones de que dispone en el parlamento, en los municipios, etc. Pero la fuente de donde tienen que tomar su fuerza los representantes de los obreros en estas instituciones y otras semejantes reside en la propia clase obrera, en sus organizaciones, en su capacidad de acción, en su voluntad de luchar de un modo efectivo por las reivindicaciones planteadas. Sin la movilización de las masas desde abajo, los mejores y más honrados representantes de la clase obrera en las instituciones burguesas están condenados a la impotencia. Por eso los comunistas no deben, en interés de la clase obrera, permitir que en su política se proyecte ni la sombra de aquella tendencia funesta a adormecer a las masas con la ilusión de que nada puede resolverse favorablemente para ellas «desde arriba», sin su acción independiente, sin su lucha de clases». (Klement Gottwald; Por la aplicación acertada de la línea del VIIº Congreso de la Komintern, 1936)

Ser marxista-leninista, implica ser consecuente con lo que dice ser, y los líderes revisionistas del PCU no solo han ensuciado el buen nombre del comunismo, sino que han llevado a mucha gente honesta al matadero por sus ilusiones parlamentaristas.

[Nota: Véase como en 2019 el gobierno ucraniano prohibió oficialmente el comunismo. ]

El documento:


La Rada Suprema de Ucrania aprobó, con 232 votos a favor, las enmiendas al reglamento que permitirán al jefe del Legislativo disolver el grupo parlamentario comunista (PCU).

“Remitiré hoy este proyecto de ley al presidente y le pediré promulgarlo sin demora”, manifestó el jefe del Parlamento ucraniano, Alexandre Turchinov.

Una vez promulgada la ley, “anunciaré la disolución del partido comunista de Ucrania”, enfatizó.

Los miembros neo-nazis del gobierno, “Svoboda”, aplaudieron la decisión y cantaron el himno nacional.

El parlamento solicitó con anterioridad, que el Ministerio de Justicia estudiara la posible implicación del PCU en acciones que ponían en riesgo la soberanía y la integridad territorial del país, que según ellos, estaban encaminadas a realizar un golpe de Estado. Por oponerse a la intervención militar contra las regiones independentista y al programa de privatización que pretendían llevar a cabo el ejecutivo, que ocultaba, la privatización de servicios, recursos estratégicos y medidas de austeridad contra los trabajadores y jubilados. En beneficio de los oligarcas y el poder de las multinacionales occidentales.

El Partido Comunista de Ucrania no es el único ataque que sufre, se abstuvo de presentarse a las anteriores elecciones por las pocas garantías democráticas que ofrecían, tras el golpe de Estado. En 2012 el PCU, ganó el 13% de los votos en las elecciones parlamentarias, principalmente en el este y el sur, donde su puntuación en varias áreas de trabajo asciende a 20-25%. Es cierto que, en las circunstancias extremas de terror derechista, donde muchas sedes del partido han sido quemadas y atacadas por los militantes neonazis y sus milicias. El PCU también es el blanco de los ataques de los “izquierdistas” anti-rusia, que también desean la muerte de la organización comunista.


La Mancha Obrera

miércoles, 23 de julio de 2014

Los vínculos del Partido Comunista de China con los recientes gobiernos españoles [Recopilación de documentos]; Equipo de Bitácora (M-L), 2014

Últimamente no paramos de ver las acusaciones que el Partido Popular lanza en contra de otros candidatos a las próximas elecciones generales de noviembre del 2015 en torno a quién tiene más contacto con regímenes de dudosa honestidad. Entre todo se cita a China por ejemplo por sus precarias condiciones laborales, y por la falta de los derechos mínimos que en otros países burgueses se respetan algo más con sus democracias burguesas. 

Por ello nos vemos en la obligación de demostrar, lo que quizás es desconocido por unos, ocultado a propósito por otros, es decir que por mucho que vocifere ahora el Partido Popular sobre los contactos con regímenes cuestionables: lo cierto es que el socialimperialismo chino ha tenido regulares contactos con España sobre todo desde la última década: tanto con el Partido Socialista Obrero Español en el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero –recordemos la compra del 10% la deuda pública española– como con el Partido Popular en el gobierno de Mariano Rajoy –que tiene previsto un viaje a China desde 2013–. Pero hagamos memoria: ¿quién posibilitó esta ampliación en materia de cooperación económica, política, cultural etc.? Sin duda Francisco Franco y Mao Zedong, quienes el 9 de agosto de 1973 reconocían mutuamente al otro Estado, en teoría antagónicos e irreconciliables según sus respectivas propagandas:


«El gobierno de la República Popular China y el gobierno de Estado español han firmado en París el 9 de marzo del 1973 un comunicado sobre el establecimiento de relaciones diplomáticas entre los dos países». (Pekín Informa;  nº 11, 16 de marzo de 1973)


Los revisionistas chinos no contentos, con establecer dichas relaciones diplomáticas, aclamaron la lucha cultural desarrollada por el «pueblo español» –¿se referían quizás a la quema de literatura de los artistas patriotas y marxistas por parte del franco-falangismo?– Sin hacer mención que la cultura de ese régimen  con el que establecían relaciones era fascista-burguesa y que el «pueblo» al que hacen mención aquí los revisionistas chinos era el mismo con el que Franco enmascaraba la dominación de la burguesía sobre las masas trabajadoras:


«En presencia del pueblo español, la editorial Renmin Ribao afirma que ellos son un pueblo valiente y trabajador y que sus contribuciones al desarrollo de la cultura mundial han dejado una profunda impresión en el pueblo chino y en otro países del mundo». (Pekín Informa;  nº 11, 16 de marzo de 1973)


Además se hacía mención, que las nuevas relaciones, eran un hito histórico, y que los lazos entre los dos gobiernos se ampliarían en un futuro:


«Con el inicio de una nueva página en la historia de las relaciones sino-españolas y siguiendo el establecimiento de las relaciones diplomáticas la editorial expresó con confianza que los lazos amistosos entre los dos pueblos seguramente mejorarían y se desarrollarían continuamente». (Pekín Informa;  nº 11, 16 de marzo de 1973)


En el caso del fascismo español, suponía una pérdida de credibilidad para su discurso anticomunista ya que sus dirigentes fascistas, consideraban a todo lo que se autodenominara comunista ligado al judaísmo y a la masonería. El régimen de Franco no hacía por tanto distinción entre la Unión Soviética de Stalin y la revisionista-imperialista de Jruschov, ni tampoco entre el Partido Comunista de España de José Díaz y el eurocomunismo de Santiago Carrillo, por tanto, no reconocían tanto al Estado soviético como al Estado chino, y a ambos los consideraba como socialista. Era tal la repulsa, que el régimen franquista ordenó a la selección de fútbol española no disputar un partido frente a la Unión Soviética en la Eurocopa de 1960 –de hecho el reconocimiento del gobierno soviético se llevaría a cabo bajo el régimen democrático-burgués español de 1977–. Pero con la nueva orientación política de la administración Nixon de alianza entre Estados Unidos y China, daba al régimen franquista una justificación para el reconocimiento del gran país asiático, ya que además desde los contactos chinos con Nixon y Kissinger los dirigentes chinos se presentaban como un nuevo amigo de la política estadounidense y sus aliados. Además nadie salvo los falangistas de línea dura negaba dentro del régimen franquista la necesidad de ampliar los contactos económicos y políticos con más países proestadounidenses, fueran de la envoltura que fueran.


En el caso chino, el reconocimiento del Estado fascista tiraba por la borda toda la propaganda previa del Partido Comunista de China que condenaba al fascismo español en ejercicio, de no olvidar la época del frente popular antifascista, la propia guerra civil española, la lucha de liberación nacional contra los imperialismos alemán e italiano, o del glorioso papel del Partido Comunista de España (PCE):


«Nosotros, el Partido Comunista Chino, el Ejército Rojo Chino y los soviets chinos, consideramos que la guerra liderada por el gobierno republicano español es la guerra más santa del mundo. Esta guerra se libra no solo por la vida de la nación española, sino también por las naciones oprimidas del mundo porque el gobierno español está luchando contra el fascismo alemán e italiano que, con sus secuaces españoles, están destruyendo la cultura y la civilización, y el la justicia humana del mundo». (Mao Zedong; El Pueblo de China Expresa Solidaridad con España, 19 de junio de 1937)

¿La lucha de los revolucionarios y progresistas en el interior de España y en el exilio contra el fascismo ya no era santa para los revisionistas chinos? ¿Quizás a China el régimen le parecía más flexible porque ahora el soporte de Franco no era Hitler o Mussolini sino Nixon? ¿Quizás la cultura más liberal y europeizante que Franco adoptó al final de su vida sedujo a Mao sobre el progresismo del fascismo español y su cultura?

Mao dijo una vez:

«Su lucha es similar a la nuestra en el Lejano Oriente porque, aparte de otras similitudes ya mencionadas, hay traidores y trotskistas escondidos en nuestras filas, tal como se esconden en los suyos. Solo mediante las medidas más decididas contra tales traidores podremos consolidar nuestro frente». (Mao Zedong; El Pueblo de China Expresa Solidaridad con España, 19 de junio de 1937)

Como la historia demostró, Mao al igual que Carrillo, utilizaba a menudo la retórica antitrotskista y en especial usaban el término trotskista para calumniar a sus rivales, pero en realidad los únicos trotskistas que traicionaron las luchas de los antifascistas españoles aliándose con las fuerzas imperialistas fueron ellos.

En estos eventos, y esto aún más si cabe, hacía quedar más dañada la credibilidad de la política exterior china. 

Esta danza de abierta cooperación con el imperialismo estadounidense  era un sueño frustrado del propio Mao Zedong de 1945, pero por las circunstancias globales de los años siguientes como la lucha contra el revisionismo yugoslavo o la guerra de Corea hicieron dudar a la dirección china si dar este paso abiertamente. Con Stalin fallecido y la Kominform disuelta, se dio el pistoletazo de salida con las entrevistas entre Richard Nixon y Henry Kissinger con Chou En-lai y Mao Zedong a inicios de los 70 y ratificado con la firma del «Comunicado de Shanghái» de 1972. Sobre el principio de esta trama Enver Hoxha comentaría años después:

«El arribo de Nixon a China fortaleció aún más nuestras sospechas de que el Partido Comunista de China estaba cayendo en el fango del oportunismo, el fango de la colaboración con el imperialismo estadounidense». (Enver Hoxha; El eco de nuestro artículo; La teoría y la práctica de la revolución; Reflexiones sobre China, Tomo II, 3 de agosto de 1977)


Todo esto entraba dentro de la llamada teoría de los «tres mundos». En ese sentido es muy importante entender que significó la contrarrevolucionaria teoría de los «tres mundos» en el desarrollo del siglo XX si se quiere comprender la alianza estratégica entre China y los Estados Unidos, el apoyo de China a la Comunidad Económica Europea –actual Unión Europea–, la OTAN, los partidos y Estados revisionistas, los regímenes pro estadounidenses de África, Asía y América, etc. desde la época de Mao Zedong. Hay que recordar que el fin de esta teoría —no tenía otro– era el de satisfacer la estrategia de convertir a China en una superpotencia, en este caso apoyando al bloque imperialista abanderado por los Estados Unidos contra el bloque imperialista abanderado por la Unión Soviética revisionista –bajo la excusa de «aprovechar las contradicciones interimperialistas»–, no por otra razón se coincidía con otros revisionismos antisoviéticos –como el yugoslavo, español o rumano– en las alianzas con los países y organismos capitalistas:


«Ahora, con esta línea, se está procediendo en la dirección del ablandamiento y acuerdo con el imperialismo estadounidense y los demás países capitalistas. (...) Sobre la cuestión de los partidos revisionistas, también, el Partido Comunista de China está cambiando su estrategia y tácticas con el fin de reunir a los partidos revisionistas que tienen contradicciones con los soviéticos, justo de la forma que intentaran ganarse al «tercer mundo». La línea china, está de acuerdo y armoniza con Ceaușescu y Carrillo, esto confirma una vez más, nuestros puntos de vista y previsiones. China está en un rumbo cada vez más y más rápido hacía el curso de convertirse en una gran potencia revisionista». (Enver Hoxha; Los chinos están luchando para capturar la hegemonía dentro del campo revisionista de los soviéticos; Reflexiones sobre China, Tomo II, 25 de febrero de 1972)


Por tanto la traición manifiesta del Partido Comunista de China y de Mao Zedong, no sólo sería el reconocimiento de facto del régimen franquista en 1973, sino que venía precedido, de un restablecimiento de las relaciones entre el Partido Comunista de China y el Partido Comunista de España abanderado por Santiago Carrillo y el eurocomunismo en 1971. Véase el nº49 del 3 de diciembre de 1971 en «Pekín Informa». Enver Hoxha comentó sobre esta nueva traición a los intereses proletarios:


«Ahora es claro que el Partido Comunista de China comenzó los contactos, las conversaciones y, por qué no, los acuerdos con ellos. (...) Después de que esta reunión viene la vuelta de reuniones con otros partidos de revisionista, el italiano, el francés, británico, holandés, etc. Esto es un proceso entero en el desarrollo. De este modo el Partido Comunista de China sigue abiertamente el camino oportunista. (...) China lo que persigue según su matriz de pensamiento es reforzar las relaciones estatales mediante los contactos con los partidos de revisionista en los países donde los gobiernos que están en el poder tienen contradicciones con la Unión Soviética y el partido de revisionista de la Unión Soviética». (Enver Hoxha; Carrillo en China; Reflexiones sobre China, Tomo I, 19 de noviembre, 1971)


Pero el hecho del restablecimiento de las relaciones entre el Estado maoísta y el Estado franquista, no podía, sino suponer un obstáculo entre las relaciones del revisionismo chino y el revisionismo español. Este reconocimiento pues, del régimen fascista de Franco, sorprendió incluso a los revisionistas eurocomunistas, pues no habían sido informados de tales movimientos que suponían una afrenta para todo español antifascista:


«Hemos conocido por la prensa española que la República Popular China ha llegado a un acuerdo con el Gobierno de Franco, después de negociaciones secretas celebradas en París, para establecer relaciones diplomáticas a nivel de embajadores. Esa noticia ha sido para nosotros una sorpresa: los camaradas chinos no nos han informado ni de las negociaciones que habían emprendido, ni de su conclusión. Expresamos con toda claridad y energía la desaprobación y el disgusto del Partido Comunista de España ante ese paso dado por la República Popular China, que causa daño a la lucha del pueblo español contra la opresión fascista; que es contrario al internacionalismo proletario; que sólo puede rebajar el prestigio de la República Popular China a los ojos de los trabajadores y revolucionarios españoles; y asimismo de amplias fuerzas antiimperialistas del mundo. El órgano del Partido Comunista Chino, «Diario del Pueblo», presenta el establecimiento de relaciones diplomáticas con el régimen franquista como si se tratase de otro país capitalista cualquiera; como si fuese una simple aplicación de la coexistencia pacífica; como si tales relaciones diplomáticas, en las actuales condiciones, pudiesen contribuir al desarrollo de relaciones amistosas entre el pueblo español y el pueblo chino. (...) Por razones históricas y políticas, el establecimiento de relaciones estatales con el franquismo es un acto político grave». (Partido Comunista de España; Declaración del pleno del Comité Ejecutivo del Partido Comunista de España ante el establecimiento de relaciones diplomáticas entre la República Popular de China y el gobierno de Franco, 1 de abril de 1973)


Es ridículo, ver al revisionismo eurocomunista de entonces dar lecciones a otro, quién sea.


¿Cómo olvidar también la famosa petición de Mao Zedong a los estadounidenses que España y Portugal entraran en la Comunidad Económica Europea cuanto antes? En una conversación, Mao Zedong insto a Gerard Ford a agilizar la entrada de España en el círculo de alianzas económicas burguesas europeas:


«Presidente Ford: «Estamos muy preocupados por la situación en España también, señor presidente. Al rey lo apoyamos. Esperamos que sea capaz de manejar los elementos que pudieran socavar su régimen. Y vamos a trabajar con él para tratar de tener el control necesario de la situación durante este período de transición». Presidente Mao: «Sería bueno que el Mercado Común Europeo los aceptara. ¿Por qué no acepta la Comunidad Económica Europea a España y Portugal?». Presidente Ford: «Señor presidente, nosotros hemos exhortado a la alianza de la OTAN para que fuera más amigable incluso durante la dictadura de Franco. Y esperamos que con el nuevo rey España sea más aceptable para la alianza de la OTAN. Además creemos que la CEE debe ser sensible a los movimientos del gobierno español hacia la unidad con la Europa occidental en su conjunto. Vamos a trabajar en ambos sentidos tanto como nos sea posible». (Conversación entre Mao Zedong y Henry Kissinger, 2 de diciembre, 1975)


Pese a las protestas de los eurocomunistas por reconocer a Franco, el revisionismo chino siguió invitando al revisionismo español y estrechando lazos con él, y por supuesto siguió guardando silencio frente a los regímenes pro estadounidenses y frente a las muertes de los revolucionarios antifascistas y comunistas que combatían a Franco:


«China está lista para llegar a acuerdo y lograr reconciliación sobre muchas cuestiones con los países revisionistas y los partidos de revisionistas que ayer mismos apoyaban a la Unión Soviética y que hoy la critican. Lo que digo no es una suposición sino la realidad confirmada con hechos. Los chinos dieron la bienvenida al español Carrillo en Pekín, se reunieron con él y se separaron como amigos. ¿Por qué no? ¿Acaso han formulado un comunicado para demostrar lo contrario? Los chinos reanudaron las relaciones diplomáticas con la España de Franco mientras que no hacen mención del Partido Comunista de España (marxista-leninista) ni a sus miembros que son asesinados por los falangistas. ¿Por qué? Porque los comunistas marxistas-leninistas de España a diferencia del francés Jurquet –este amante de las ideas de Mao Zedong– no dicen a sus seguidores que apoyen el ejército de la burguesía española como hace Jurquet con la de su país. China habla bien de cualquier país revisionista solo si este habla bien del imperialismo estadounidense. En Polonia, que entra a la esfera del capital estadounidense, sobre la Bulgaria de Zhivkov, y no digamos en Rumanía y Yugoslavia, en todos casos China disimula estas acciones». (Enver Hoxha; El zigzag de la línea china; Reflexiones sobre China, Tomo II, 1 de enero, 1976)


Los actuales contactos del Partido Comunista de China, con toda la reacción gubernamental y con todo revisionismo español, no es sino otra herencia más del Pensamiento Mao Zedong. Como curiosidad, veamos  que el propio Mao Zedong afirmaba ser simpatizante de los líderes derechistas europeos:


«Presidente Mao: Me gustan los derechistas. La gente dice que ustedes son derechistas, que el Partido Republicano se encuentra a la derecha, que el Primer Ministro Heath también se encuentra a la derecha. Presidente Nixon: Y el general De Gaulle. Presidente Mao: De Gaulle es un tema aparte. También dicen que el Partido Demócrata Cristiano de Alemania Occidental se encuentra a la derecha. Soy relativamente feliz cuando estas personas de la derecha llegan al poder». (Conversación entre Mao Zedong y Richard Nixon, 21 de febrero, 1972)


¿Quién se atreve a no pronosticar que en una próxima visita que se está preparando desde hace un año no veremos a Mariano Rajoy rindiendo honor al retrato del «adorador de derechistas» Mao Zedong en la Plaza de Tian'anmen? Apuesten, pero no con mucho énfasis con el revisionismo chino, nunca se sabe las idas y venidas de su política oportunista.


Salga de la escena española el Partido Popular o no. Lo cierto es que las relaciones con el imperialismo chino con España no terminaran pronto debido a los lazos económicos entre ambas burguesías, esto hará postrarse en político y cultural al imperialismo chino para mantener su favor económico, lo mismo decimos de los contactos con los países del «pseudosocialismo el siglo XXI». Por eso jamás veremos denunciar al revisionismo como lo que es, un Estado capitalista-imperialista enemigo de los pueblos. 


Veamos unos cuantos documentos que demuestran las recientes relaciones entre China y España.


El documento:

Juan Carlos I recibe al presidente chino  Hu Jintao en 2005

Declaración Conjunta entre la República Popular China y el Reino de España

1. A invitación de Su Majestad el Rey de España Don Juan Carlos I, el Presidente de la República Popular China Hu Jintao, realizó del 13 al 15 de noviembre de 2005 una visita de Estado a España. Durante la misma, el Presidente Hu Jintao mantuvo encuentros con Su Majestad el Rey de España, Don Juan Carlos I y se entrevistó con el Presidente del Gobierno de España y con los Presidentes del Congreso de los Diputados y del Senado de España. Ambas Partes realizaron un profundo y sincero intercambio de puntos de vista sobre las relaciones bilaterales y los temas de la agenda internacional de interés común, llegando a un amplio consenso. El Presidente Hu Jintao y Su Majestad el Rey Don Juan Carlos I inauguraron el I Encuentro Comercial e Industrial entre España y China.

2. Las Partes pasaron revista a la historia de las tradicionales relaciones de amistad entre China y España y en especial a los positivos resultados obtenidos durante la visita del Presidente del Gobierno de España a la R.P. China los pasados 21 a 23 de julio. Las Partes coinciden en que a lo largo de los 32 años transcurridos desde el establecimiento de relaciones diplomáticas éstas han experimentado un gran desarrollo con prometedoras expectativas de cara al futuro de la cooperación mutua en los distintos ámbitos. 

En la actualidad, las relaciones internacionales se encuentran sometidas a profundos cambios y a nuevos retos. España y China deben reforzar sus relaciones de mutua confianza, incrementar su conocimiento y estrechar su cooperación en mayor beneficio de ambos pueblos y contribuir a la paz y al desarrollo internacional. Por ello, ambas Partes resuelven establecer de común acuerdo una Relación de Asociación Estratégica Integral.

3. China y España consideran que la Comunidad Internacional debe dar respuesta a las amenazas y a los retos en el marco de las Naciones Unidas y buscar soluciones políticas a las disputas internacionales a través de negociaciones y consultas. El fortalecimiento de las relaciones entre los dos países deberá contribuir al desarrollo de un multilateralismo capaz de favorecer la paz, la seguridad y la estabilidad internacionales, garantizando un orden internacional más justo y de hacer frente a los problemas globales, entre otros, la lucha contra el terrorismo a través de la cooperación bilateral y en el marco de las Naciones Unidas.

Ambas Partes seguirán impulsando una colaboración y coordinación más estrecha en su actuación en el ámbito de Naciones Unidas, una mayor eficacia en las Operaciones de Mantenimiento de la Paz y unos progresos efectivos en el control de armamentos y en el campo de la No Proliferación de las armas de destrucción masiva. 

Las Partes actuarán de manera conjunta para la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio en la lucha contra la pobreza, el hambre, la enfermedad, toda forma de discriminación, el analfabetismo y para alcanzar un desarrollo sostenible, que evite la degradación del medio ambiente y asegure la protección de los recursos naturales.

domingo, 13 de julio de 2014

El carácter, el papel y las perspectivas de la democracia popular; Georgi Dimitrov, 1948

Este capítulo en el informe de Georgi Dimitrov en el Vº Congreso del Partido Obrero (Comunista) Búlgaro de 1948 está considerado históricamente, y así nos parece, como el más importante de su informe. ¿La razón? Demarcaba las líneas rojas entre las concepciones oportunistas y las concepciones marxista-leninistas sobre el carácter de los nuevos Estados de Europa de Este tras la Segunda Guerra Mundial.

Estos Estados no especulan si pueden ser Estados intermedios entre democracia burguesa y democracia proletaria, entre dictadura de la burguesía y dictadura del proletariado; se declaran como una dictadura del proletariado y reconoce la lucha de clases hasta el comunismo. No juega al «tránsito pacífico» de las clases explotadoras; se vale de la dictadura del proletariado para atacar  romper la resistencia de las clases explotadoras y para defenderse de las posibles tentativas de restauración de su poder político, económico y cultural. No se habla de que la clase dirigente es el campesinado ni otros extractos sociales; sólo la clase obrera tiene reservado por su posición ese rol.  Estos Estados no son comandados por una eterna coalición de varios partidos, ni mucho menos es el frente el líder del proceso; los partidos burgueses y pequeño burgueses van desapareciendo según la eliminación de sus clases, el partido comunista de la clase obrera es la única vanguardia del proceso, y el frente sólo tiene una función auxiliar con las masas sinpartido. Este Estado no es ni puede ser un mediador entre las clases explotadas y explotadoras; sólo puede ser un Estado dónde la clase obrera se sirve de él para ir eliminando a las clases explotadoras, e ir borrando la diferencia de clase entre las clases trabajadoras hasta el comunismo y el fin de las clases sociales. El Estado de democracia popular no es un Estado dónde la propiedad privada compita con la propiedad estatal socialista; sino que paulatinamente se iba eliminando todo rastro de ese tipo de propiedad económica de la antigua sociedad capitalista, como es la propiedad privada. El Estado no debe de construir el socialismo sólo en la ciudad; es requisito fundamental construir el socialista tanto en la cuidad como en el campo. El gobierno de la democracia popular no puede igualar sus relaciones exteriores entre los diferentes países vencedores de la Segunda Guerra Mundial ni entre todos los países que le rodeaban; reconoce el liderazgo de la Unión Soviética y se apoyaba en ella y el resto del campo socialista, así como otorga su apoyo a todos los países en vías de emancipación del imperialismo. El país no intenta elevar sus fuerzas productivas apoyándose en la industria ligera o la agricultura; sigue el axioma marxista de que el eje económico del país socialista para elevar las fuerzas productivas es la industria pesada. En la economía no basta con lograr el monopolio de la propiedad estatal; es indispensable elaborar proyectos de planificación económica. El nacionalismo no puede ser un ingrediente del partido comunista ni de su Estado; sólo el patriotismo proletario y el internacionalismo proletario podían primar en tal partido y Estado y garantizar un camino correcto.


El informe de Georgi Dimitrov en el Vº Congreso del Partido Obrero (Comunista) Búlgaro de 1948, junto al informe de Bolesław Bierut  en el Iº Congreso del Partido Obrero Unificado Polaco también de ese mismo año, configuraron unas de las obras más reconocibles dentro del marxismo-leninismo de los años 40 y 50, y en especial, están consideradas como una de las obras dónde no sólo se para el pie a las especulaciones sobre la democracia popular, sino que quiérase o no, es un golpe en la mandíbula a todo el entramado teórico oportunista de otros revisionismos como el yugoslavo, chino, o coreano. Actualmente, sirve para ver lo puntos de vista verdaderamente comunistas sobre el Estado socialista y sus características, y compararlos con los conceptos socialdemócratas de un Estado socialista, según los actuales revisionistas, los del «
socialistas del siglo XXI».


El documento:

«Demostración del Vº Congreso del Partido Obrero (Comunista) Búlgaro de 1948» - B. Lankov

«Para avanzar con seguridad por el camino del socialismo es indispensable esclarecer enteramente la cuestión del carácter, del papel y de las perspectivas de la democracia popular. Debemos, pues, precisar algunas de nuestras viejas concepciones y corregir otras a la luz de nuestra experiencia y de los hechos más recientes, concernientes a este problema nuevo y complejo.

Brevemente, ¿en qué consiste el fondo del problema?

1. Se sabe que la democracia popular y el Estado democrático-popular, resultaron posibles después de la derrota de la Alemania nazi, tras la victoria histórica conseguida por la Unión Soviética en la Segunda Guerra Mundial y la lucha de las masas populares bajo la dirección de la clase obrera, por la libertad y la independencia nacionales que permitieron a una serie de países del Este y del Sureste de Europa desprenderse del sistema imperialista.

El carácter del Estado democrático-popular está determinado por estos cuatro rasgos fundamentales:

a. La democracia popular representa el poder de los trabajadores, de la inmensa mayoría del pueblo, bajo la dirección de la clase obrera. Este hecho significa, en primer lugar, que el poder de los capitalistas y de los grandes terratenientes es abolido y que el de los trabajadores de la ciudad y del campo queda establecido bajo la dirección de la clase obrera; la clase obrera, la clase más progresiva de la sociedad contemporánea juega en el Estado y en la vida social un papel de dirección. En segundo lugar, el Estado sirve de instrumento en la lucha de los trabajadores contra los elementos explotadores, contra todas las tentativas y todos los esfuerzos orientados a restablecer el régimen capitalista y la dominación de la burguesía.

b. La democracia popular aparece como un Estado del periodo transitorio, llamado a asegurar el desarrollo del país por la vía del socialismo. Esto significa que, aunque el poder de los capitalistas y de los grandes terratenientes sea abolido y los bienes de esas clases se hayan convertido en propiedad del pueblo, las raíces económicas del capitalismo no están todavía extirpadas, los elementos capitalistas subsisten y se desarrollan, esforzándose por restablecer la esclavitud capitalista. Por ello la marcha adelante hacia el socialismo, no es posible más que por medio de una lucha de clases intransigente contra los elementos capitalistas, hasta su liquidación completa.

c. El Estado de democracia popular se edifica en colaboración y amistad con la Unión Soviética, con el país del socialismo. Así como la liberación de nuestro país de las cadenas del imperialismo y la creación de la democracia popular han sido posibles gracias al apoyo y a la misión liberadora de la Unión Soviética en la lucha contra la Alemania fascista y sus aliados, el desarrollo de nuestra democracia popular supone la conservación y el reforzamiento de las relaciones estrechas, de colaboración sincera, de asistencia mutua y de amistad entre nuestro país y el gran Estado soviético. Toda tendencia a debilitar la colaboración con la Unión Soviética está dirigida contra las mismos fundamentos de la democracia popular en nuestro país.

d. La democracia popular forma parte del campo democrático y antiimperialista. Únicamente formando parte del campo democrático unido, a cuya cabeza se halla el potente Estado soviético, cada país de democracia popular puede garantizar su independencia, su soberanía y su seguridad contra la agresión de las fuerzas imperialistas.

lunes, 7 de julio de 2014

Las tesis de Marx sobre la clase obrera sobre su explotación en la sociedad capitalista, mantienen toda su plenitud




«En los países capitalistas, donde la clase obrera es despojada de los medios de producción y para vivir se ve obligada a vender su fuerza de trabajo y someterse a la explotación capitalista que no cesa de intensificarse. En estos países el proletariado, además de ser oprimido ferozmente y explotado hasta la médula, sufre la represión del ejército y de la policía burguesa. En los Estados capitalistas el proletariado, no obstante de vestir ropas de nailon, producidas por la sociedad de consumo, de hecho sigue siendo proletariado. (...)

Hoy los revisionistas modernos, como Georges Marchais, Enrico Berlinguer, Santiago Carrillo y compañía, rechazan estas concepciones científicas de Marx. Actualmente, dicen ellos, ha dejado de existir el proceso de la pauperización relativa y absoluta del proletariado, debido al desarrollo de la revolución técnico-científica y a las conquistas que los obreros han logrado a través de las reformas. Quieren decir a los proletarios que con las limosnas que les da el capitalismo pueden cubrir todas sus exigencias y necesidades, y por lo tanto no tienen por qué lanzarse a la revolución.

Otros teóricos revisionistas, al verse ante los indiscutibles hechos de la vida, declaran que si bien es cierto que Marx se ha referido a la explotación de la clase obrera, esto es válido tanto para los países capitalistas, como para los países socialistas. Como consecuencia, la clase obrera no tiene por qué alzarse contra la explotación capitalista, ya que de ésta jamás podría liberarse. Esta es una tergiversación de la realidad y una calumnia. La posición de la clase obrera en el capitalismo y en el socialismo es diametralmente opuesta.

En los países capitalistas y revisionistas, el obrero no es libre ni en el trabajo ni en la vida. Es esclavo de la máquina, del capitalista, del tecnócrata, que exprimen su fuerza de trabajo creando la plusvalía para el capital. Solamente en el verdadero régimen socialista donde en el poder está la clase obrera, las enseñanzas de Marx, debidamente aplicadas, permiten al proletariado tomar conciencia y hacerse plenamente dueño de los medios de producción y conquistar, a través de su dictadura, todas las libertades y todos los derechos democráticos, políticos y económicos». (Enver Hoxha; Eurocomunismo es anticomunismo, 1980)

miércoles, 2 de julio de 2014

Acerca del imperialismo, su carácter agresivo y belicista,


«El imperialismo mundial, dirigido por el estadounidense como destacamento más agresivo, orienta su economía a la preparación de la guerra, se arma hasta los dientes. El imperialismo estadounidense está abasteciendo con todo tipo de armas a la Alemania de Bonn, al Japón y a todos sus aliados y satélites. Ha organizado y perfecciona los pactos militares agresivos, ha instalado e instala bases militares en los cuatro flancos del campo socialista. Está acrecentando el arsenal de armas nucleares, rehúsa el desarme y la suspensión de las pruebas nucleares y trabaja febrilmente en nuevos inventos de exterminio en masa. ¿Por qué hace todo esto? ¿Acaso se prepara para una boda? ¡No! Al contrario, prepara la guerra contra nosotros, con el fin de destruir al socialismo y al comunismo y subyugar a los pueblos.

A juicio del Partido del Trabajo de Albania, hablar y pensar de otra manera sería ilusionarse y embaucar a los demás. No podríamos llamarnos comunistas en caso de temer a las adversidades de la vida. Nosotros, los comunistas, odiamos la guerra, los comunistas combatiremos hasta el fin para acabar con los diabólicos planes de guerra que urde el imperialismo estadounidense, pero si el imperialismo nos declara la guerra, le propinaremos el golpe definitivo haciendo que sea barrido de la haz de la tierra.(...)

¿Qué conclusiones debemos sacar de esto? El Partido del Trabajo de Albania estima que el imperialismo, el estadounidense en primer lugar, no ha cambiado ni de pellejo, ni de pelaje, ni de naturaleza. Es y seguirá siendo agresivo aunque sólo le quede un colmillo. Por su naturaleza agresiva es capaz de lanzar al mundo a otra guerra. Por eso, como subrayábamos en la Comisión de Redacción, insistimos en la necesidad de explicar a los pueblos que solamente el triunfo del socialismo en todo el mundo o en la mayoría de los países del globo, será garantía absoluta de que no habrá conflagración mundial. Los estadounidenses no ocultan su juego, no aceptan el desarme, es más, incrementan su armamento y hacen preparativos bélicos, por eso debemos estar vigilantes.

No debemos hacer ninguna concesión de principios al enemigo, ni abrigar ilusiones acerca del imperialismo, porque creyendo salir de lodazales, entramos en cenagales. Además de armarse y preparar la guerra contra nosotros, el enemigo está desarrollando una desenfrenada propaganda para emponzoñar los espíritus, para aturdir a la gente. Emplea millones de dólares para comprar agentes y espías y organizar en nuestros países actos de espionaje, de subversión y atentados. Miles de millones de dólares ha dado y está dando el imperialismo estadounidense a su fiel agente: la banda traidora de Tito. Hace todo esto con el fin de abrir una brecha en nuestro frente interno, dividimos, debilitar y desorganizar nuestras retaguardias». (Enver HoxhaDiscurso pronunciado en nombre del Comité Central del Partido del Trabajo de Albania en la Conferencia de los 81 partidos comunistas y obreros celebrada en Moscú, 1960)