martes, 10 de junio de 2014

Reflexiones sobre el artículo: «No nos maten»: refugiados del este de Ucrania piden a Kiev que deje de asesinarles»; Equipo de Bitácora (M-L)

El conflicto ucraniano sigue agravándose bajo el empuje de los intereses de los imperialismos en pugna; además del factor fascista empleado para dar el golpe de Estado que es el punto de partida de todos los acontecimientos recientes –pero que en ningún modo es la causa última de todo ese proceso– que sufre la ex república soviética, toquemos varios puntos:

1. Es evidente que los factores catalizadores de los actuales acontecimientos se deben íntegramente a la injerencia del imperialismo europeo y estadounidense interesados en cercar a Rusia y China para así asegurarse la supremacía hegemónica en el actual plano internacional convulso, especialmente desde el caso Siria. No obstante, este procedimiento solo ha sido posible gracias a la nula preparación político-ideológica de las masas, que al carecer de un partido comunista de vanguardia, se han visto arrastradas a un conflicto de nacionalismos determinados por los intereses de dos polos opuestos de la burguesía nacional –ucraniana y rusa– de dicho país, siendo estas dos expoleadas por supuesto por la burguesía internacional que apoya a cada bando –la estadounidense y la rusa, lo que responde a contradicciones no antagónicas.

2. Como ya hemos manifestado, el revisionista Partido Comunista Ucraniano –heredero y defensor de la línea pacífica-parlamentaria de Jruschov, Brézhnev y sucesores– nunca preparó ideológicamente a las masas y a su militancia, ante un posible escenario como éste: 

«La burguesía puede dejarte ser­monear para luego dar un golpe fascista y liquidarte, y todo eso como resultado de no haber preparado ni los cuadros de choque, ni la labor clandestina, ni sitios donde guarecerse y trabajar, ni medios de combate. De­bemos prevenir esta trágica eventualidad». (Enver Hoxha; Discurso pronunciado en nombre del Comité Central del Partido del Trabajo de Albania en la Conferencia de los 81 partidos comunistas y obreros de Moscú, 1960) 

De este dicho nuevo escenario, donde desde el nuevo gobierno de Kiev, a este mismo partido se le arrastra a la ilegalidad, y a sus miembros a linchamientos, pese ha haberse rumiado desde hace tiempo, parece que el partido revisionista ucraniano no lo pudo ver venir:

«Observamos que en Europa los marxistas-leninistas no han llegado todavía a comprender debidamente la necesidad de organizar la actividad del partido en la clandestinidad y la semiclandestinidad. En este sentido influye considerablemente la actividad de los revisionistas». (Enver Hoxha; Comprender y organizar correctamente el trabajo legal y clandestino del partido, cuestión fundamental de la revolución, 1969)

Por lo tanto: al desarrollarse las condiciones objetivas para un proceso revolucionario, debido en lo fundamental a la crisis económica arrastrada desde el colapso del revisionista socialimperialismo soviético, estas no coincidieron con las condiciones subjetivas, de este modo se desarrolló un campo propicio para la acción de los cada vez menos minoritarios grupos fascistas o simpatizantes.


Hay que tener en cuenta, uno de los aspectos que más se están dejando pasar: que todo el movimiento encaminado a contener el avance fascista está determinado por factores de carácter nacionalista que carecen de carácter de clase, precisamente por el poco ligazón entre los comunistas ucranianos tanto con los propios ucranianos del país, como con los rusos del Este de Ucrania. Esta realidad, es una muestra más, de la ineficiencia o inoperancia de los pseudo-comunistas.

3. La ruptura del tejido social ucraniano a quedado evidenciado con el desarrollo de los nacionalismos regionales, y en la intervención armadas de las fuerzas estatales al servicio de una lógica fascista determinada por los grupos de poder que derivan de dos conclusiones al respecto, del papel de los imperialismo en los hechos:

–Como siempre los Estados Unidos –como gran superpotencia del momento– y la Unión Europea actúan bajo el único interés de anexar regiones a su órbita de influencia –en condición de vasallaje– con el fin de limitar estratégicamente a los competidores inmediatos por la hegemonía global, así como para controlar la extracción, acceso y transporte de materias primas. Así es que han resultado apoyando militar y económicamente a grupos de inspiración nazi-fascistas con las consecuencias ya arduamente conocidas, en donde Ucrania, solo es un caso más de la histórica utilización del fascismo para cubrir al gobierno «más moderado», que por supuesto no condena las acciones fascistas. Como ejemplo de esto podríamos citar la Italia de los 70 y la financiación estadounidense de partidos, grupos paramilitares, bandas terroristas, y demás de inspiración fascistas, que servían junto al gobierno de turno no fascista y pro estadounidense, para completar sus mismos fines hegemónicos.

–Rusia ha mostrado que sus intereses son meramente económico-estratégicos como ya mostrara en su posturas en lo referente a Libia, República Centroafricana, Costa de Marfil, Siria, etc.; y no la defensa de los pueblo como ingenuamente creen oportunista-vacilantes-revisionistas; lo que de hecho ha quedado evidenciado en la rápida reincorporación de Crimea –máxima productora de Trigo del mundo– a la Federación Rusa, y en la inhibición de la misma al respecto de las acciones punitivas ejecutadas por el ejército ucraniano contra los territorios separatistas por orden del ejecutivos y que se está saldando con miles de refugiados y asesinados.

Podemos concluir entonces que los imperialismo son los marioneteros de un conflicto que se agrava por momentos; en un país en donde además se sufre la ausencia absoluta de un verdadero partido de vanguardia proletaria que asuma las tareas que les corresponden. El único camino para la clase obrera y todas masas trabajadoras ucranianas y de otras nacionalidades de Ucrania para que la sangre de sus hermanos de clase cese de brotar a borbotones en interés de sus enemigos de clase, es que la clase obrera tome en sus manos el papel que precisamente les corresponde como clase social más avanzada y lidere al resto de clases trabajadoras; como Georgi Dimitrov dijo; la clase obrera –como en otros campos– no puede dejar en manos de otras clases los problemas de la política exterior y la defensa del país:

«Tiene extraordinaria importancia las directivas del gran Lenin, en el sentido de que la clase obrera debe, antes que nada, tener fe en sus propias fuerzas, acabar con el maldito prejuicio de que los pueblos no pueden rescindir de la dirección de la burguesía, no pueden subsistir si ésta no decide su destino. La clase obrera debe compenetrarse profundamente de la idea que tiene que encabezar con decisión el movimiento popular contra el fascismo. La traición contra Checoslovaquia  y la confabulación  de Munich demuestran una vez más, y de modo muy convincente, que la clase obrera no puede dejar los problemas de la política exterior y la defensa del país al arbitrio de las camarillas imperialistas y los magnates financieros, a la dirección no controlada de los gobiernos burgueses. La vida reclama imperiosamente que la propia clase obrera se ocupe de la solución de esos problemas». (Georgi Dimitrov; El frente único del proletario internacional y de los pueblos contra el fascismo, 1938)

El documento:


Los refugiados que huyeron de la ofensiva de Kiev en el este de Ucrania filmaron un video en el que muestran un cartel con el 'hashtag' #DontKillUs ('No nos maten'), instando al Gobierno ucraniano a detener los ataques militares en la zona.

Las mujeres y los niños refugiados que han sido alojados en un campamento infantil de verano en el sur de la provincia de Rostov (Rusia) filmaron un video de cinco minutos pidiendo al recién elegido presidente de Ucrania, Piotr Poroshenko, detener la matanza en las provincias orientales ucranianas y retirar las tropas de la región. El 'hashtag' #DontKillUs encontró un gran apoyo entre los usuarios de Twitter.

A través de sus mensajes los civiles piden a Poroshenko que les permita vivir en paz y deje de matar a sus familiares.

"Mi esposo y mis padres se han quedado en Lugansk. Fue duro y aterrador salir de la ciudad. Constantemente se oían disparos, y toda mi familia tuvo que tumbarse en el suelo para mantenerse a salvo. Es imposible explicar el miedo que pasamos. Les estoy muy agradecida a las personas que nos han recibido aquí, nos han dado de todo lo que necesitamos", afirmó la refugiada Viktoria, de Lugansk.

"Le estoy muy, muy agradecida a Rusia. Le doy las gracias por el hecho de que mis hijos y yo estamos aquí. Estoy muy preocupada por las personas que se han quedado en Lugansk, y es muy preocupante ver las noticias y observar lo que está pasando ahí. Se lo ruego, detenga los asesinatos. Deje de matar a civiles, mucha sangre se ha derramado ya", concluyó la mujer.

A través del video, Maxim, un niño, saluda a su padre y a sus abuelos, que aún se encuentran en Lugansk. "Quiero decirle 'hola' a mi papá, que ahora está luchando por nuestro país, y a mis abuelas y abuelos. Nuestro perro, mi papá, mis abuelas y abuelos todavía están en Lugansk. Quiero pedirles que se cuiden. Por favor, no maten a la gente, por favor".

La refugiada Olga instó a las autoridades de Kiev a no tachar de terroristas a personas que en realidad solo quieren la paz. "Vine aquí desde Slaviansk, pero mi marido, mi hermano y otros familiares todavía están allí. Somos personas normales y corrientes, y no lo que nos han estado llamando durante estos meses. Primero se refirieron a nosotros como 'mercenarios', luego nos llamaron 'separatistas' y posteriormente 'terroristas'. Somos gente normal, y nuestros familiares están todavía en Slaviansk. Le pedimos que no mate a nuestros familiares", dijo la mujer dirigiéndose a Poroshenko.

Otra refugiada, Svetlana Garkavenko, confesó que estaba cansada de vivir en una zona de guerra y agregó que la agresión de Kiev provoca el sufrimiento de los niños. "Señor Poroshenko, soy una habitante de Slaviansk. Estamos cansados de vivir en una zona de guerra, donde nuestras casas están siendo constantemente bombardeadas. Hay niños que sufren, tienen miedo y tienen que pasar las noches en los sótanos. Deje la ciudad de Slaviansk en paz, retire las tropas. Queremos volver a nuestras casas, nos gusta nuestra ciudad. Estamos cansados de tener que pasar por todo esto".

Cabe mencionar que en los últimos tres días, alrededor de 20.000 mujeres y niños del sureste de Ucrania han cruzado la frontera hacia Rusia y están en la provincia de Rostov, según las autoridades locales. Además, la misma fuente informó de que en las últimas 24 horas al menos 7.335 ciudadanos ucranianos han entrado en esta provincia rusa.

RT Actualidad

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