jueves, 21 de mayo de 2015

El carácter de las bandas armadas guevaristas y filoguevaristas de los años 60 y 70 en Europa

Thorwald Proll, Horst Söhnlein, Andreas Baader y Gudrun Ensslin, miembros de la Fracción del Ejército Rojo (RAF)

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[10] Posteriormente, y sobre todo tras el eco de la muerte del  «Che» Guevara en 1967, en Europa se empezaron a formar grupos armados de indudable inspiración guevarista. ¿Cómo se explica esto aparte de por la estela dejada por Guevara en su último intento tan valiente como infructuoso en Bolivia?  Es fácil: 1) el agotamiento del reformismo tras la Segunda Guerra Mundial; 2) la avalancha de nuevas tendencias revisionistas tras el XXº Congreso del PCUS de 1956 que fomentaban el «cretinismo parlamentario» y el respeto a la legalidad burguesa; 3) el descenso de algunas corrientes burguesas y pequeño burgueses como el trotskismo o el anarquismo debido a que la gente trabajadora más combativa se había persuadido de que tampoco solucionaban los problemas sociales inherentes del capitalismo; 4) pero sobre todo este fenómeno del guevarismo responde a la incapacidad de los marxista-leninistas ante esta situación de adueñarse la influencia en las clases explotadas ante el descrédito de tales fuerzas en decadencia, e incluso de la no comprensión de los mismos marxista-leninistas de la esencia del guevarismo de moda o el saludarlo incluso como marxismo-leninismo. 

Algunos ejemplos de organizaciones armadas que se inspirarían en las mismas desviaciones guevaristas de sus homólogos latinoamericanos: Brigadas Rojas italianas, el GRAPO español, la ETA vasca, la RAF alemana, etc. Estas organizaciones, como las propias organizaciones guevaristas de América, se fijarían mucho no sólo en el mito de Guevara, sino también como la propia Cuba en su día, en muchas de las revoluciones pseudosocialistas como la yugoslava, la china, la coreana, la cubana, la angoleña, la nicaragüense, la vietnamita, argelina, y copiarían sus métodos antimarxista-leninistas –nótese que en todos los casos fueron revoluciones democrático-burguesas con marcado carácter nacionalista-burgués que se intentaban teñir de socialista–.

En casi todos los casos de estas agrupaciones guevaristas o filoguevaristas no existía un partido que dirigiera a estas guerrillas, algunos decían que estaban pensando en la creación del partido comunista, o en el mejor de los casos si existían estos partidos pero no mandaban realmente a sus brazos armados, siendo estos autónomos o mandaban estos directamente al partido; pero como decíamos, lo normal en estas organizaciones era que las «guerrillas» dirigieran la política del resto de organizaciones con las que estaban conectadas, incluyendo organizaciones de masas y partidos que eran partidarios de estas organizaciones armadas o simplemente simpatizantes de ellas. Estos grupos eran muy afines a la creencia de que «la historia la hacen los héroes» y todas las desviaciones guevaristas que ya hemos presencia, y así lo expresaban en sus acciones. 

Por supuesto, sobra decir, que sin un partido que dirigiera a estos aventureros y pese a toda la parafernalia lingüística para aparentar tener influencia marxista, no existía una cohesión ideológica en estos grupos; el extremo faccionalismo y las escisión era el pan de cada día, ya que ni siquiera oficialmente se seguía una línea ideológica clara ni se regían por el centralismo democrático para garantizarlo. En el caso ideológico, ETA por ejemplo si observamos su progreso ideológico desde sus inicios, tanto el nacionalismo burgués, el socialdemocratismo, el trotskismo, el maoísmo, el anarquismo y el tercermundismo han estado presentes en toda su teórica y actuar y esto lo corrobora no solo sus estrategias y tácticas, ni siquiera todas las corrientes oficiales expulsadas a lo largo de su historia que evidencian tal existencia interna, sino la deriva actual tanto de ETA como de la izquierda abertzale que en algún momento ha sido afín a ETA. En el caso de las Brigadas Rojas italianas tenemos un caso similar de extremo fraccionalismo a causa de una mezcolanza ideológica no definida, facilitando la infiltración de elementos de todo tipo tanto de antimarxistas como de directos provocadores de la burguesía. Esta debilidad en el ámbito ideológico, hacía muy fácil que los servicios secretos de los países donde operaban se infiltraran en la organización: logrando o bien vender a sus dirigentes a la policía o utilizar a los elementos más volubles para azuzar desde dentro a que se sucedieran los actos aventureros de estas bandas para bien intereses de los gobiernos de turno u otras fuerzas burguesas, recordemos que el terrorismo ha jugado una baza fundamental en los gobiernos de Italia, España, Alemania en los últimos años para desviar la atención pública, criminalizar a los verdaderos marxista-leninistas y fortalecer la unidad de las fuerzas políticas burguesas. 

Tampoco hay que olvidar a las organizaciones inspiradas en el revisionismo chino como Sendero Luminoso, que crearon guerrillas y retomaron aunque a veces lo negaran, las mismas desviaciones de las guerrillas guevaristas latinoamericanas: como puede ser el poco énfasis e incluso abandono de su política en las ciudades con la excusa del número del campesinado o la extensión de métodos de terror individual sin conexión con las masas trabajadoras como secuestros, bombas en embajadas, asesinatos selectivos o coches-bomba, nada que no hicieran también otras organizaciones como las Brigadas Rojas, las RAF, los GRAPO o la ETA.

Pero en el caso de los grupos armados creado en Europa, copiaban el accionar de ciertas «guerrillas urbanas» guevaristas latinoamericanas como los Tupamaros. Como sabemos los grupos guevaristas estaban claramente caracterizados por sus tendencias a subestimar la lucha o bien en el campo o bien en la ciudad, y dotaban todo su actuar en uno y otro lado, considerando al contrario como innecesario o imposible en el que actuar. Este último pensamiento, estaba relacionado con la teoría de quedarse mejor solo en el campo o solo en la ciudad porque consideraban uno u otro medio como mejor para desarrollar sus actividades y así evitar que el «enemigo no desate el terror contra el pueblo». En general los grupos europeos como las RAF, ETA, Brigadas Rojas, viraban hacia la desviación de actuar solamente en el ámbito urbano, es decir, el de las ciudades, no prestando ninguna o casi ninguna atención al campo, sacando la vena guevarista de la unilateralismo del accionar de la guerrilla solo en un lado, pero recuperando entonces la vena anarquista de grandes atentados en las grandes ciudades y el no actuar en el campo:

«Las enseñanzas que se derivan de la experiencia de la estrecha vinculación de la lucha armada del pueblo en la ciudad y en el campo, sin menospreciar a ninguno de ellos, son de gran valor en la actualidad. Esta experiencia rechaza tanto las prédicas maoístas sobre el «cerco de la ciudad por el campo» que suponen dejar a un lado el papel de la clase obrera y las masas trabajadoras de la ciudad, como las prácticas de los diversos grupos de extrema izquierda y anarquistas que reducen la lucha armada a algunas esporádicas y menudo aventureras acciones aisladas en las ciudades». (Simon Ballabani; Las enseñanzas del partido y del camarada Enver Hoxha sobre la liberación del país y la defensa de la patria socialista, 1983)

Por todas las características que hemos venido observando en estas anotaciones, los partidos marxista-leninistas denunciaron el carácter incoherente y opuesto al marxismo-leninismo de estos grupos armados guevaristas o inspirados en el guevarismo. Las RAF eran otro ejemplo de grupo armado formada a partir del mito de Guevara, de hecho tal agrupación alemana se formó inspirada en los Tupamaros –guerrilla guevarista uruguaya–. Las RAF reunía las desviaciones básicas del guevarismo, razón por la cual era rechazada por los marxista-leninistas alemanes:

«Desde el principio, el partido –contrariamente a lo que a propósito mentirosamente ha difundido la prensa de Alemania Occidental– se ha distanciado de las RAF, por sus llamadas teorías: del uso del terrorismo expresado en intentos de asesinatos políticos sin conexión forma ajena con la lucha revolucionaria de las masas; de su blanquismo, que espera que la abolición para la humanidad de la esclavitud asalariada con la lucha de clase del proletariado es a través de la conspiración de una pequeña minoría de intelectuales; de su teoría del «impulso externo», la pequeña rueda de intelectuales revolucionarios que impulsa a la rueda grande, la clase obrera, para que funcione el engranaje; que establece que la clase obrera y los demás trabajadores, ya que son incapaces de elevarse a la lucha revolucionaria deben ser estimulados a través de acciones espectaculares; de su negación de la necesidad del partido marxista-leninista de vanguardia del proletariado y otras teorías oportunistas más. (…) El límite entre un revolucionario pequeño burgués y un contrarrevolucionario pequeño burgués obviamente se alcanza, donde sus acciones, sus ataques, su terror, se vuelve contra el pueblo. (...) La historia de las RAF es un ejemplo clásico de la desesperanza de terrorismo pequeño burgués, como su principio revolucionario acaba en acciones contrarrevolucionarias». (Ernst Aust; Educar a las masas para la revolución; Discurso del camarada Ernst Aust en la reunión del Buró Político, 5 de diciembre de 1977)

Enver Hoxha expresaría sobre el carácter de todos estos grupos:

«En los países capitalistas, además de las fuerzas revolucionarias que están dirigidas por el partido marxista-leninista, hay otras fuerzas que luchan y se enfrentan con la policía, la gendarmería, etc. Muchas acciones y enfrentamientos de estas otras fuerzas tienen un carácter terrorista, aventurero, anarquista, se presentan con toda clase de colores y etiquetas y están guiadas por diversas ideologías». (Enver Hoxha; El imperialismo y revolución, 1978)

Hay que recordar que históricamente, ha habido clases sociales que han cogido las armas contra otras clases sociales, y no significa que las que las empuñaran fueran la clase progresista de la época. Las revoluciones de la burguesía nacional en el siglo XIX y XX lo demuestran, la lucha armada no es sinónimo de que está dirigida por una clase explotada, y mucho menos por la clase obrera. Estos grupos como hemos explicado, nacían de la propia situación del sistema capitalista, sus contradicciones, de sus variantes ideológicas, del auge y caída de ciertas doctrinas burguesas y pequeño burguesas, y responden también, a una lógica de renovación del propio sistema para sostenerlo:

«Es el sistema capitalista que crea estas bandas, el que provoca la degeneración de sus miembros y les anima a operar bajo, etiquetas pseudoproletarias, pseudocomunistas y pseudorevolucionarias. Originalmente, muchos miembros de estas pandillas eran gente honesta, desempleados y sin hogar que han sufrido grandes dificultades, pero esta vida miserable y el capitalismo mismo los llevan a cometer actos de terrorismo, robo y asesinato. En algunos casos, estas pandillas son una vergüenza para el poder de la burguesía, pero sobre todo que sirven a la burguesía y es por lo que éstas aumentan continuamente y los deja libres para seguir actuando. Este es el ejército del fascismo con que el proletariado se ha enfrentado y siempre ha chocado cada vez que se levanta en la lucha revolucionaria. Estas bandas son las ayudas auxiliares del ejército, la policía y todos los órganos de coerción de la burguesía». (Enver Hoxha; Sólo bajo un genuino partido marxista-leninista se pueden conseguir los objetivos, 1979)

El marxista-leninista albanés explicaba porque estos grupos armados eran útiles para el Estado burgués, ya que bien por iniciativa de los métodos terroristas y aventureros de la ideología de los propios pseudomarxistas de estas agrupaciones, o bien por instigación de los agentes de los servicios secretos burgueses infiltrados en estas organizaciones, se buscaba que estas cometieran actos que llevaran al descrédito de las fuerzas realmente revolucionarias y comunistas que luchaban contra la burguesía. De hecho no deja de ser cierto que estos grupos por uno u otro estímulo, cometían verdaderas atrocidades terroristas contra las masas trabajadoras:

«Estas acciones a menudo son organizadas a instigación de los servicios secretos de los países capitalistas, son financiadas por ellos, y tienen por objeto, entre otras cosas, desacreditar a los partidos marxista-leninistas, atribuyéndoles tales acciones. Los elementos fascistas o los agentes secretos de la burguesía que organizan y dirigen frecuentemente estas acciones, se esfuerzan por sacar partida del descontento, la indignación y el coraje del proletariado, de los estudiantes, de la juventud etc., a fin de lanzar a los grupos y los diversos movimientos que forman estas masas a acciones que además de no tener nada en común con los movimientos revolucionarios reales, ponen en peligro los propios movimientos revolucionarios, creando la impresión de que el proletariado está en degradación, de que se ha transformado en lumpemproletariado». (Enver Hoxha; El imperialismo y revolución, 1978)

Había que resaltar entonces y hoy también, que pese al nombre que llevasen poco tenían en común con lo que decían representar:

«Todas estas corrientes y grupos se enmascaran con nombres atrayentes, como «proletarios», «comunistas», «brigadas rojas» y otros apelativos, que siembran una gran confusión. Las acciones de estos grupos no tienen nada que ver con el marxismo-leninismo, con el comunismo». (Enver Hoxha; Eurocomunismo es anticomunismo, 1980)

Por ello se insistía en que la labor con las masas y con los miembros que han pasado por estas organizaciones era, que:

«Los partidos marxista-leninistas, dedicando la debida atención a esta cuestión, deben, de una parte, hacer que las masas se convenzan por su propia experiencia de que las acciones revolucionarias tienen un carácter totalmente diferente de los actos terroristas y anarquistas y, de otra parte, deben luchar para separar y reconducir de las filas de los grupos terroristas y anarquistas a los elementos revolucionarios que han caído en su trampa, alejarlos también de la influencia que puedan haber recibido de los fascistas y los agentes secretos de la burguesía infiltrados en dichos grupos». (Enver Hoxha; El imperialismo y revolución, 1978) (Anotaciones de Bitácora (M-L) al documento de Enver Hoxha: «El puño de los comunistas marxista-leninistas también debe golpear enérgicamente al aventurerismo de izquierda, como engendro del revisionismo moderno» de 1968, 20 de febrero de 2015)

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