jueves, 7 de mayo de 2015

En torno a las cuestiones de la política agraria de la Unión Soviética; Stalin, 1929

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«Hay que poner al descubierto el error de quienes conciben la NEP como un repliegue y solamente como un repliegue. La realidad es que, ya al implantar la nueva política económica, Lenin decía de ella que no se reducía a un repliegue, sino que, al mismo tiempo, era la preparación para una nueva ofensiva decisiva contra los elementos capitalistas de la ciudad y del campo.

Hay que poner al descubierto el error de quienes piensan que la NEP sólo sirve para mantener los vínculos entre la ciudad y el campo. Los vínculos que nosotros necesitamos entre la ciudad y el campo no pueden ser de cualquier clase, sino vínculos que aseguren el triunfo del socialismo. Si mantenemos la NEP, es porque sirve a la causa del socialismo. Y cuando deje de cumplir esta misión, la mandaremos «al diablo». Lenin dijo que la NEP se había implantado en serio y para mucho tiempo. Pero jamás dijo que se implantase para siempre». (Iósif Vissariónovich Dzhugashvili, Stalin; En torno a las cuestiones de la política agraria de la Unión Soviética, 1929) 


Continuando con la temática referente a la lucha contra la desviación bujarinista, esta vez os dejamos un discurso que sirvió para la destrucción de las teorías económicas burguesas que aún se podían contemplar en el Partido en lo referente al área de la agricultura, con la explicación y la eliminación de dichas teorías antimarxistas, se ayudó a evitar que trastabillara la práctica que se había iniciado entonces: la colectivización del campo y la destrucción del kulak como clase.

El tema agrario es una constante en la que se apoyan todos los revisionismos para deformar la teoría y práctica marxista-leninista; cuyas tesis fueron impuestas tras la muerte de Stalin hasta nuestros días. Precisamente es bajo esas deformaciones teóricas que se dio en países revisionistas la venta de maquinaria agrícola a las colectividades, la inclusión de kulaks –con su poder intacto– en las colectividades, o la directa abolición de ellas mediante la excusa de la no rentabilidad.

En la pugna soviética contra la desviación derechista aparecen teorías como la «teoría del equilibrio»: que defiende la idea de que los sectores capitalistas y socialistas se juntan en una unión simbiótica en el Estado socialista; dicha teoría se acompañaba a veces de la teoría de la «espontaneidad»: que defendía de modo idealista que de dichos sectores diferentes, el socialista de la industria y el capitalista del campo, éste último convergiría hasta convertirse en socialista en un futuro al igual que en el capitalismo sucedía dicha «igualación» de sectores con el paso del tiempo debido a que la industria capitalista tiraba del campo y su pequeña economía mercantil. Compréndase que toda estas ideas derivan en parte de la idea precedente de que la pequeña hacienda privada tiene una «estabilidad» absoluta a causa del sentimiento que arraiga el campesino hacia su parcela de tierra, suponiendo entonces que tanto el koljós y como el sovjós podían romper dicha «estabilidad» en la producción global. Como se podrá observar, las tesis derechistas de los años 30 en el Partido Comunista (bolchevique) de la Unión Soviética son tesis que guardan una inmensa similitud a las que causaron furor cuando triunfaba el «antistalinismo».

Además, en este documento, Iósif Stalin hace un examen de las proporciones que abarcaba en la producción el terrateniente y el kulak frente a los campesinos medios y pobres, y dichas estadísticas son una comparativa de los datos de antes de la Revolución de Octubre, con los datos de 1927, y se explica las causas de los descensos o aumentos de las cuotas que aportaba cada clase; sin duda, esto dará al lector una guía que le permitirá comprender el proceso de la lucha de clases en la Unión Soviética, así como el conocimiento al respecto del peso en la producción de cada clase social en cada época, dando una lección escrita sobre la reducción de las diferencias entre el campo y la cuidad y la eliminación de las clases explotadoras en el campo. Así mismo, se explica el carácter del koljoz, y se describen las reglas a seguir para que no se conviertan en «pseudokoljoz».

Se incluye un repaso al cambio de la sociedad soviética en el campo desde 1917 y la respuesta del Partido a tal adaptación en sus estrategias y tácticas.

Notas

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