domingo, 3 de mayo de 2015

Los procesos de desarrollo capitalista de la economía china; Tomor Cerova, 1980

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«Un lugar importante en el «pensamiento Mao Zedong» está ocupado por las distorsiones revisionistas de una serie de problemas fundamentales del marxismo-leninismo relacionados con la economía. Partiendo de la idea de Mao Zedong de que el desarrollo del capitalismo va supuestamente en interés de la gente, que las contradicciones entre la clase obrera y la gran burguesía en las condiciones chinas son supuestamente contradicciones «entre el seno del pueblo» y alegando que por tanto dichas contradicciones deben de ser resueltas a través de los métodos democráticos, se han promulgado, y continúa la promulgación de numerosos decretos y leyes que no afectan a los intereses de la gran burguesía, los kulaks y los monopolios extranjeros, lo que hace y seguirá haciendo muchas concesiones a estas fuerzas en detrimento de los intereses de las masas trabajadoras». (Tomor Cerova; Los procesos de desarrollo capitalista de la economía china, 1980)


Introducción de «Bitácora (M-L)»

El presente libro de Tomor Cerova es una acertadísima crítica al pensamiento económico del revisionismo chino, tanto del inicial como del desarrollado después por Hua Kuofeng y Deng Xiaoping.

El pensamiento económico del pensamiento Mao Zedong es como en cualquier otro campo bastante caótico y contradictorio, dependiendo de en qué época: Mao Zedong teorizaba una cosa u otra, teorizaba una cosa pero llevaba a la práctica lo contrario, etc. Describamos lo más importante para poner al día al lector no familiarizado con la economía política del revisionismo chino.

1) En sus inicios, años 30 y 40, Mao Zedong teorizaba tesis económicas que firmaría cualquier menchevique aludiendo que debido al poco desarrollo de China, al poco número del proletariado, o a la opresión de la burguesía nacional por el imperialismo, se debía desarrollar durante un largo tiempo la propiedad privada, y que para levantar una industria se debía acudir a los créditos de los imperialistas, concordando con los planes imperialistas que el revisionista, socialchovinista e imperialista Earl Browder proponía para china. Los periodistas y diplomáticos estadounidenses como Edgar Snow o John Service quedan prendados de la heterodoxia de los supuestos comunistas chinos y recomiendan al gobierno estadounidense la alianza deseada por Mao Zedong. Chou En-lai en 1949 mantiene contactos secretos con Edmund Clubb explicando que la teoría económica de Mao Zedong a favor de la propiedad privada durante un largo tiempo hará que china no construya el socialismo durante décadas y que China al no poder ser asistida, supuestamente, por la Unión Soviética para levantar el país, los Estados Unidos debían otorgarle tal ayuda económica, lo que beneficiaba el interés sino-estadounidense y «el de todos». Ya por entonces los revisionistas chinos intentaban popularizar eslóganes como que «el desarrollo del capitalismo y la burguesía nacional es beneficiosos para el pueblo chino» o el de la misma inversión de capital extranjero.

2) A finales de los años 40 se descubre el revisionismo de Browder en el Partido Comunista de los Estados Unidos en 1944, el revisionismo de Tito en el Partido Comunista de  Yugoslavia en 1948, los marxista-leninistas de todo el mundo y los propios estadounidenses ven a Mao Zedong como el nuevo Tito asiático por sus similitudes. Pero la guerra civil china de 1946 a 1949, el ostracismo de Yugoslavia del campo socialista por su revisionismo, o la guerra de Corea en 1950-1953, fueron factores que hicieron a China reservar estos pensamientos, hasta que la tormenta amainara; es decir, hasta la muerte de Iósif Stalin y la subida al poder de Nikita Jruschov, y con ello de un revisionismo que hablara el mismo idioma respecto a la «vía al socialismo», los créditos, la coexistencia pacífica con el imperialismo, etc. 

3) A inicios de los años 50 Stalin define el estado económico de China como un país en «su primera etapa de democracia popular», y concluye que a diferencia del desarrollo de Polonia, el rastro de socialismo allí es como hablar de «una gota en un océano» ya que entre otras cosas los pequeño burgueses y la burguesía nacional campan a sus anchas, tanto su poder económico como el político y por extensión el cultural se encontraban intactos, y que para acabar con tal situación y pasar a la siguiente etapa era necesario entre otros la expropiación de la burguesía nacional y la extensión de una industrialización socialista, como se remarcaba en sus antiguos escritos de la revolución china, algo que nunca se llevaría a cabo. 

Con la condena oficial del revisionismo chino a lo que ellos llamaban los «errores del stalinismo», el propio Mao Zedong confesó ante los revisionistas yugoslavos, que la razón de la adhesión de China a la denuncia del revisionismo yugoslavo en los años 40, no fue porque realmente pensaran que ellos –los yugoslavos– eran unos antimarxistas, sino porque según Mao Zedong era un acto necesario para quitarse esa sospecha de Stalin de que Mao Zedong era la repetición del caso Tito en China, no por cuestiones de principios por tanto, sino por puro oportunismo, alegando que se alegraba además, de la rehabilitación del revisionismo yugoslavo de la mano de Jruschov. Además saludaría las tesis económicas anarco-sindicalistas de la «autogestión yugoslava» con lo que conlleva aceptar tal tesis económica revisionista-capitalista. 

En esta época los revisionistas chinos intentaron estatizar ciertas propiedades y se dio inicio a la cooperativización de los artesanos y de los campesinos. Los métodos utilizados para esta transformación en la industria era: a) la compra de la producción a las empresas privadas por el Estado; b) lograr el monopolio paulatino del procesamiento y pedido de bienes y comercialización de productos en las empresas privadas por el Estado y c) la creación de empresas conjuntas estatal-privadas. Ninguno de los tres métodos tocaba realmente el poder económico a la burguesía nacional a la cual consideraban «un aliado de la dictadura del proletariado» (sic), esto incluía desde mantener al burgués en su puesto, hasta pagarle rentas por transformar su empresa privada en empresa estatal-privada, es decir empresa mixta. El marxista-leninista Kao Kang definiría esto como «una vuelta a las tesis del bujarinismo» por lo que sería expulsado del partido en 1954. En las cooperativas se utilizarían los métodos yugoslavos de permitir a los kulaks introducirse en las cooperativas y pagarles cada mes mayores salarios por haber aportado más tierras a la hora de unirse a ellas, lo mismo ocurriría en las cooperativas artesanas, donde por supuesto tampoco el Estado controlaba ni que producían, ni a qué precio, ni donde se distribuían. 

Desde 1953 en China se implantaron reformas que permitían la venta de los medios de producción en las cooperativas, mayor autogestión de las empresas, la descentralización económica, la introducción de mayor inversión en el campo y la industria ligera en detrimento de la industria pesada, reformas salariales que incrementaban la diferencia entre rangos, la promoción de la «ley del valor» para regular la economía con el consiguiente cierre de fábricas y despidos por el bien de la rentabilidad, o tomar las directivas del plan económico como meramente orientadoras y no como a directrices a seguir. Era claro que los chinos aplicaban ahora tanto sus viejas desviaciones al tiempo que copiaban las de otros revisionismos. Es en esta época cuando la alianza con la burguesía nacional pasa a ser oficial con la propagación intensiva de tesis como el «multipartidismo en el socialismo» o la «integración pacífica de las clases explotadoras» en el socialismo precisamente; tesis que acuñaban como suyas pero que eran viejas desviaciones socialdemócratas, bujarinistas, de autores premarxistas, etc. 

4) A partir de los 60 empiezan a oficializar sus propias teorías económicas intentando distanciarse de la mera copia de las teorizaciones y reformas de otros revisionismos: aquí vemos tesis como: a) la de que el campo debe ser quién reciba la mayor parte de inversiones, por delante de la industria pesada, elaborando un plan de industrialización en base a ello que nunca se cumplirá, el campo no produciría lo suficiente causando grandes hambrunas; b) se introduce la teoría de que la superestructura es más importante que la estructura, y por tanto la conciencia prima sobre la base material económica y no al revés, con ello y la repetición de que ideológicamente ciertas personas como los economistas no han comprendido las ideas del «Pensamiento Mao Zedong» se tendría una excusa para justificar todos los desastres económicos en la economía china desde 1949.

Para entonces China es ya un país donde predomina la propiedad estatal y cooperativista por delante de la abierta propiedad privada, pero en esta propiedad estatal y cooperativista siguen rigiendo las mismas leyes capitalistas que en cualquier otro país capitalista o capitalista-revisionista, y por extensión los mismos fenómenos capitalistas que en cualquier otra sociedad bajo el capitalismo. Tampoco significa que se cerraran las empresas privadas en sitios estratégicos como Hong Kong ni que la burguesía nacional en el sector estatal, cooperativista o privado dejara de aumentar riquezas.

5) Para los 70, es cuando se lanza el «Manual de economía política de Shanghái» de 1974, que oficializa definitivamente la evolución económica del revisionismo chino, y es una de las pruebas fehacientes de aquella época en que el revisionismo chino nadaba en un fango de teorías económicas bujarinistas, trotskistas, anarquistas, premarxistas, titoistas, jruschovistas, etc. 

Es en estos años después de varios años de conversaciones secretas empieza la reconciliación oficial con el imperialismo estadounidense a inicios de los 70 –habiendo sido precedías por 136 reuniones bilaterales desde 1955–.  Se pone en marcha la oficialización de la teoría de los «tres mundos» que presenta al imperialismo estadounidense como un imperialismo manso y con el que poder entenderse. Empiezan los planes de las «cuatro modernizaciones» anunciadas por Chou En-lai que pretenden llevar a China a establecerse como potencia socialimperialista, socialista de disfraz, imperialista de hecho. 

6) A mediados de los años 70 Hua Kuo-feng inicialmente y Deng Xiaoping después, recogen el legado teórico de Mao Zedong de los años 40, y una vez restablecidas las relaciones con los imperialistas empiezan a cerrar grandes acuerdos económicos para entre otras cosas llevar a cabo la fallida industrialización y consolidar a China como una superpotencia socialimperialista hasta que pueda tener suficiente autonomía para «echar a andar sola» sin la asistencia de ningún imperialismo. También Hua Kuo-feng y Deng Xiaoping rescatando las tesis de Mao Zedong creen que los problemas de China hasta ahora son en parte porque no se ha desarrollado suficientemente el capitalismo como Mao Zedong pronosticaba, y se ha –por así decirlo– «forzado la máquina», por lo que inician unas reformas que mantendrán intacto la estructura económica de la propiedad capitalismo de Estado pero promoverán a la vez la abierta propiedad privada sobre todo en la agricultura para hacer frentes a los problemas chinos y supuestamente poner una mejor base para el socialismo, sumado a la inversión extranjera.

En China sucedió como en muchos países en donde sus gobiernos decían emprender «la vía específica al socialismo», y como en este tipo de países por mucho que afirmara la propaganda tal proceso, lo cierto es que seguían dominados de diferentes formas por las clases explotadoras que anidaba en su sociedades y seguían existiendo las relaciones de producción capitalistas. En el caso de China existía: 1) tanto la antigua burguesía integrada del sector privado a un nuevo sector capitalista de Estado o en el cooperativista en donde mantenía su poder económico a través de diversas formas; 2) la nueva burguesía nacida ya dentro de la propiedad capitalista de Estado como en las cooperativas; 3) como la vieja burguesía que pudo continuar en los sectores privados. Y eso se reflejo en una acumulación de las riquezas de las distintas clases explotadoras urbanas y rurales desde 1949. De hecho como veremos en el presente documento en diferentes periodos la burguesía china ha acumulado ganancias bajo las diferentes propiedades según los bandazos de la dirección de los revisionistas chinos, que unas veces querían hacer mayor énfasis en las cooperativas, otras en las comunas populares –que no pasaban de ser cooperativas sin mecanización–, otras en las empresas estatales, otras en las empresas privadas, otras en las empresas estatales-privadas, pero el caso es que toda ellas operaban bajo la acción de la ley del valor como refleja el «Manual de economía de Shanghái»  de 1974.

En este proceso de no construcción de la verdadera propiedad estatal socialista tanto en el campo como en la ciudad hay que sumarle el hecho de que en cuanto a gestión y distribución de la producción y a la propia planificación se han basado exclusivamente en teorías económicas extrañas a la economía socialista como la ley del valor por encima de todo, o el campo por delante de la industria pesada, en tanto se puede concluir que nunca ha existido restauración del capitalismo ya que nunca ha habido socialismo. E incluso el Primer Plan Quinquenal asistido por los marxista-leninistas soviéticos y el único plan quinquenal con éxito en China durante la vida de Mao Zedong, era un plan quinquenal donde todavía no se había completado la construcción económica en el campo y la ciudad, por lo tanto no se habían eliminado las clases explotadoras, por consiguiente no podía hablarse de una planificación en el socialismo.


***

Un inciso final: está claro que para entender el porqué la revolución china de 1949 se estancó en una mera revolución democrático-burguesa y jamás pasó al socialismo este análisis no es completo, pues para ellos tendríamos que analizar en su conjunto no solo la economía sino también los conceptos: de partido comunista, de cómo realizar la revolución ideológica y cultural de la sociedad, de las etapas y las alianzas de la revolución socialista, de dictadura del proletariado, y de mil percepciones que tenían los revisionistas chinos encabezados por Mao Zedong; pero entiéndase, como ya hemos expresado, que este solo es un repaso en el marco económico.

Si alguien quiere más información sobre todos estos datos económicos recomendamos sumergirse en la lectura de:

[1] Equipo de Bitácora (M-L); Desmontando mitos: Mao Zedong ese liberal pro estadounidense e ídolo de Earl Browder, 2014

[2] Rafael Martínez; Sobre el Manual de economía política de Shanghái, 2006

[3] Jim Washington; El socialismo no puede ser construido en alianza con la burguesía, 1980

[4] Vincent Gouysse; El socialismo de características china: ¿socialismo o nacionalismo burgués?, 2007

Las anotaciones finales como siempre, reafirmaran todo esto que hemos dicho y que también demostrara el propio Tomor Cerova durante el texto. 

Notas

[1] Lectura Online AQUÍ ó Descarga en PDF AQUÍ.

[2] Todos los documentos editados por el «Equipo de Bitácora (M-L)» en el apartado BIBLIOTECA.

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