Mao Zedong y Deng Xiaoping, referentes y financieros del PCE (r) en los 70 |
«Apuntemos dos cuestiones.
Primera cuestión: Pekín destacaba a inicios de los 70 por su paulatino autodesenmascaramiento político, un descrédito ante los revolucionarios:
«Las divergencias con el partido chino abarcaban toda una serie de planteamientos ideológicos, políticos y organizativos. Desde la práctica de mantener relaciones con más de un partido en cada país a la unidad de acción con los dirigentes revisionistas; desde el aliarse con una superpotencia para atacar a la otra a pisotear el internacionalismo proletario y adoptar posiciones nacionalistas y chovinistas; desde oponerse a las reuniones multilaterales y a dar pasos concretos para reforzar la unidad de los partidos marxista-leninistas, al vergonzoso apoyo al Mercado Común; desde establecer relaciones con las dictaduras fascistas de Franco y Pinochet a arrojar por la borda los principios leninistas en materia de organización, etc». (Partido Comunista de España (marxista-leninista); La lucha del PCE (m-l) contra el «pensamiento Mao Zedong», la teoría de los tres mundos y el revisionismo chino; IV Capítulo de la obra: «Esbozo de la historia del PCE (m-l)», 1985)
Esto acabó materializándose en España en el distanciamiento y finalmente la pérdida del apoyo del PCE (m-l), que en aquel entonces, con el permiso del PCE, el más influyente de los grupos que se reclamaban comunistas –en concreto entre la juventud–, como reconocían los propios servicios de información franquistas en sus informes.
Así pues, los dirigentes chinos necesitaban ante esa situación buscar más organizaciones que propagasen su política exterior tercermundista, y en general todas las tesis del llamado «Pensamiento Mao Zedong». Vieron desde el principio en organizaciones más manipulables como la ORT, PTE un medio por el cual lograr este fin. Véase el capítulo: «La forma y contenido de las críticas hacia los adversarios políticos».
Pero también se fijaron en la propia OMLE, a la cual como ya vimos reagrupó a los elementos más vacilantes, corruptibles y oportunistas que cumpliesen tal misión:
«La OMLE se proclamó marxista-leninista, compartiendo las tesis chinas. (...) Al igual que las demás organizaciones de tendencia pro-china, la OMLE pronto estableció contacto con la embajada de París. En ella recogía propaganda, libros, folletos, explicativos de la Revolución Cultural». (Pío Moa; De un tiempo y de un país. La izquierda violenta (1968-1978): La oposición durante el franquismo, 2002)
Segunda cuestión: estas relaciones no fueron casuales, esta fue en su época y sigue siendo hoy, la línea fundamental de China en cuanto al apoyo a los partidos extranjeros:
«Los revisionistas chinos han echado por la borda el marxismo-leninismo y han adoptado una nueva forma de revisionismo revestida de una acentuada ideología socialdemócrata capitalista y mezclada con viejas filosofías chinas reaccionarias, étatiste, feudales. Se esfuerzan por propagar esta política, esta ideología, que no tiene cabida en ninguna parte, que sólo echa raíces en algunos jóvenes «marxista-leninistas» desorientados, que crearon grupos llamados marxista-leninistas al calor de la Revolución Cultural China y a la sombra de la «gran autoridad» de Mao Zedong. Estos elementos, que han formado algunos pequeños partidos bastardos, no pueden salir de este caparazón ni romper el lazo espiritual con el que están atados a los chinos, de ahí que hagan causa común con ellos, y difunden en periódicos o revistas financiadas por los chinos falsas teorías supuestamente marxista-leninistas, tesis insípidas, infundadas y en esencia revisionistas». (Enver Hoxha; Sombrío panorama chino; Reflexiones sobre China, Tomo II, 8 de diciembre de 1976)
Queda bastante claro, que en España, como en casi todo el mundo, todo partido nacido tardíamente después de la polémica contra el jruschovismo sucedida a inicios de los 60, no era un partido nacido contra el revisionismo, pese a lo que decían sus autores, sino que solían ser partidos nacidos para satisfacer la estrategia de China o producto de luchas internas entre revisionistas eurocomunistas y prosoviéticos, luchas de egos y otras razones, pero eran elementos que precisamente durante el período de 1956-1966 habían estado generalmente ausentes en la lucha antijruschovista. Así todos aquellos partidos nacidos especialmente durante 1966-1979, bien por influjo de la Revolución Cultural o por la ruptura sino-albanesa de 1978, no tenían otro propósito que el de escindir a los verdaderos marxista-leninistas o sus embriones:
«La dirección de Relaciones Exteriores del Comité Central del PC de China en Pekín, que supuestamente se encarga de las relaciones con el extranjero y con el movimiento comunista internacional, se ha convertido de hecho en un centro donde se fabrican los planes para escindir a los auténticos partidos marxista-leninistas y para crear nuevos partidos o grupos que sigan la nueva línea revisionista china. Se sobreentiende que estos últimos no son partidos comunistas marxista-leninistas, sino partidos revisionistas, prochinos. (…) Grupos o partidos de este género se crean cada día en diversos países del mundo. En Italia, por lo que sabemos, hay tres partidos prochinos, en Francia dos, en Bélgica uno, en Luxemburgo uno, en Grecia no podemos decir con exactitud si se han creado dos o tres partidos de este tipo, en los Estados Unidos fue creado uno, en Portugal uno, pero es posible que haya dos, en España asimismo se han creado tales grupos maoístas. En América Latina ocurre lo mismo. En los países donde ya hay auténticos partidos marxista-leninistas, China fabrica esos pretendidos partidos comunistas marxista-leninistas para propagar las tesis revisionistas, antimarxistas y proimperialistas de la China de Mao Zedong, contra el marxismo-leninismo, contra nuestro Partido y todos los demás partidos auténticamente marxista-leninistas». (Enver Hoxha; El partido «padre» y sus «hijos» bastardos; Reflexiones sobre China, Tomo II, 1 de agosto de 1977)
Como se puede observar: se cita el caso de partidos como el Partido del Trabajo de Bélgica (PTB) de Ludo Martens, partidos que mantuvieron una postura prochina totalmente lacayuna no solo en vida y mandato de Mao Zedong, sino también mantuvieron las misma actitud con Deng Xiaoping, y que luego trataron de presentarse como históricos partidos antirevisionistas.
Hoy, los restos del Partido Comunista de España (reconstituido) y los pocos simpatizantes que logran arrastran tras de sí, se pelean entre sí por determinar si el PCE (r) fue un partido maoísta o si lo sigue siendo. Lejos de aclararse, cada uno proclama una cosa, algunos proclaman su maoísmo con el pecho inflado, mientras que otros lo proclaman de forma solapada diciendo que Mao para ellos es importante pero que son marxista-leninistas no maoístas, finalmente hay otro grupo que proclaman que Mao tiene fallos antimarxistas muy graves pero que el PCE (r) ya ha rectificado su posición y que ha superado esa herencia.
Cualquiera de las tres corrientes recurre a subterfugios de todo tipo incluyendo ocultar la historia del PCE (r), que como tal, demuestra su pasado y presente maoísmo a ultranza. Muchos de sus seguidores siempre se quejan de que, cuando se utiliza su documentación recogida en este medio u otro medio o se utiliza a este u otro elemento para reforzar y documentar nuestra crítica, dicen que estos personajes y medios no representan al partido ni a sus posiciones actuales, o que esos medios han distorsionado lo que esa figura quiso decir. ¿Pero es que acaso nos podemos fiar de lo que dicen ellos cuando contradicen a su propia historia y cuando ocultan a conciencia sus documentos para que nadie pueda verificar sus historietas?
En una entrevista de 2007 el principal líder del PCE (r) dijo sin sonrojarse:
«Nunca hemos sido maoístas». (Entrevista al Secretario General del PCE(r), Manuel Pérez Martínez «Camarada Arenas», 2007)
¿Es esto cierto? ¿Se puede afirmar tal cosa?
Veámoslo pero esta vez sin fuentes terceras, con la propia documentación de la organización en sus inicios para ver bajo que lineamientos de fundó el PCE (r)». (Equipo de Bitácora (M-L); Estudio histórico sobre los bandazos políticos oportunistas del PCE (r) y las prácticas terroristas de los GRAPO, 2017)
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