Jruschov y Guevara |
«Durante largo trecho ha existido una teoría populizada
entre los revisionistas prosoviéticos de que pese a todo: pese a una dirección
infectada de revisionistas se mantenía o se profundizaba la construcción del socialismo
en la Unión Soviética. E incluso que no apoyar a esa Unión Soviética era «hacerle
el juego al imperialismo». Esa teoría no tiene ni pies ni cabeza. Como dijo ya
en su día Enver Hoxha, la conquista del poder político por elementos
revisionistas –y eso incluye una moral y visión económica aburguesada del
mundo– no podía tener otro fin que sus manifestaciones en reformas económicas y
por ende con extensión culturales:
«El cambio de
carácter del partido y del Estado, la transformación contrarrevolucionaria en
el terreno de la superestructura política e ideológica no podía dejar de
conducir al cambio de la base económica del socialismo. Las reformas económicas
que han emprendido los jruschovistas, de acuerdo con sus conceptos ideológicos
antimarxistas, han conducido a la transformación radical de las relaciones de
producción. Han introducido en la economía soviética un sistema de organización
y de dirección en el que el objetivo de la producción es el lucro capitalista.
El actual Estado soviético, como un capitalista colectivo, administra los
medios de producción en nombre y en interés de la nueva burguesía soviética. La
propiedad común socialista se ha transformado en un capitalismo de Estado de
nuevo tipo». (Enver Hoxha; Informe en el VIº Congreso del Partido del Trabajo
de Albania: Obras Escogidas, Tomo IV, 1 de noviembre de 1971)
¿Existe acaso algo más certero que estas palabras para
refutar esa teoría insana?
Pero no nos quedemos solo ahí. ¿Que suponía para las
masas trabajadoras apoyar la teoría de que «pese a todo la dirección soviética
revisionista construía el socialismo»? Suponía que el proletariado internacional
creyese que los defectos y fenómenos capitalista de la URSS de los
revisionistas soviéticos, eran consecuencia del modelo político-económico del
socialismo marxista-leninista, por lo que sí se transigía con aceptar a la URSS
capitalista y socialimperialista como país de tipo socialista se estaba
actuando como espantapájaros del verdadero socialismo delante de las masas
trabajadoras que relacionarían y no verían diferencia entre la economía
socialista y los males de la economía capitalista, ni la diferencia entre el internacionalismo
proletario con el chovinismo y el imperialismo burgués. ¿Qué suponía crear
ilusiones de que eran errores menores y que podían ser subsanados? Traía como
consecuencia la confusión de los revolucionarios y las masas soviéticas sobre
el carácter del Estado y el partido gobernante en la práctica económica. Además,
el marcado carácter socialfascista podía arrastrar a trazar una estrategia errónea
e ilusa de un mayor uso de tácticas pacifistas y legalistas como si se
estuviera en una democracia burguesa, con lo que con ese descuido lo acabarían pagando
más fácilmente con la cárcel o la muerte al intentar corregir los «fallos del sistema»:
«La confusión es aún mayor a causa de que los revisionistas
jruschovistas intentan vender por socialismo la restauración del capitalismo en
la Unión Soviética y en otros lugares. Su demagogia confunde a mucha gente
honrada, que al criticar con justa razón numerosos fenómenos negativos en la
vida de la Unión Soviética y de los demás países revisionistas, identifican el
régimen de su país con el socialismo y las consecuencias de la restauración del
capitalismo se las atribuyen al socialismo. Las otras corrientes revisionistas,
que tienen contradicciones con la dirección soviética, critican el «modelo
soviético de socialismo», como burocrático y totalitario y hacen propaganda de
su modelo «democrático y humanitario», que no es sino otra variante del
capitalismo. También los elementos y grupos trotskistas intentan aprovechar la
degeneración burguesa del socialismo, en los países donde están en el poder los
revisionistas, con el fin de difundir sus calumnias contra el socialismo que,
por lo demás, han sido alimentadas por los propios revisionistas con sus
teorías y prácticas antimarxistas. En estas condiciones la defensa de la teoría
y de la práctica del socialismo científico frente a los ataques y deformaciones
de los revisionistas modernos de diverso color y matiz y de las otras
corrientes burguesas y pequeño burguesas, es una de las más importantes tareas
de la lucha ideológica de hoy. (...) Los males de su política interior y
exterior no son males del socialismo, como los presenta la propaganda burguesa
y los que han caído en su trampa y se hacen eco de dicha propaganda. Son males
inherentes al sistema capitalista que ha sido restaurado en la Unión Soviética.
Estos males no pueden ser eliminados con reparaciones parciales. Toda ilusión
en este sentido sería muy peligrosa. Sólo serán eliminados cuando sean
derrocados los revisionistas y se restablezca la dictadura del proletariado».
(Enver Hoxha; El marxismo-leninismo, doctrina siempre joven y científica, 1 de
noviembre de 1971)
Dejemos las palabras del marxista-leninista francés
Vincent Gouysse criticando a los prosoviéticos y las consecuencias de su apoyo
a estas teorías insanas sobre la URSS revisionista-capitalista en los
trabajadores del mundo:
«¡Que aquellos que
han sostenido durante décadas a los países burgueses-revisionistas y que aún
continúan haciéndolo so pretexto de la «defensa del socialismo» consideren el
problema desde este ángulo! Para Lenin, la lucha intransigente contra el
revisionismo era la condición para la existencia del partido comunista
revolucionario. Bien, ¿es que acaso esta lucha es menos necesaria cuando el
partido comunista es gobernante? ¿Cuando estos revisionistas usurpan el poder,
defendemos mejor el socialismo, a través de la unidad con ellos o
denunciándolos y desenmascarándolos? ¡Solamente los pequeño burgueses y los
lacayos de la burguesía pueden afirmar que debemos darle cualquier tipo de
apoyo, o incluso un apoyo «crítico»! ¡El hundimiento del poder de las camarillas
burguesas-revisionistas demostró por otra parte la peligrosidad de tales
apoyos, el rol objetivo de engaño y desmoralización en los trabajadores!».
(Vincent Gouysse; El socialimperialismo soviético: génesis y
colapso, 2007) (Equipo de Bitácora (M-L); Algunas cuestiones económicas sobre la restauración del capitalismo en la Unión Soviética y su carácter socialimperialista, 2016)
Anotación de Bitácora (M-L):
Esto impulsado en su momento por el trotskismo, influyendo posteriormente a otras corrientes revisionistas:
«-La teoría de que puede existir un Estado políticamente proletario bajo una economía socialista con la dirección de dirigentes revisionistas en el partido dirigente –teoría que influiría notablemente en los análisis idealistas de otros revisionismos–. Lo que convierte al trotskista en un creador de teorías ilusorias sobre el carácter de un verdadero Estado proletario y socialista; niega el análisis de clase del Estado y el carácter de las relaciones de producción existentes. Dando en muchos casos el trotskista un «apoyo crítico» a regímenes revisionistas, siendo por tanto defensor de una más de las variantes de dominación de las clases trabajadoras por la burguesía –revisionista–». (Equipo de Bitácora (M-L); Sobre el falso antitrotskismo, 3 de enero de 2017)
«-La teoría de que puede existir un Estado políticamente proletario bajo una economía socialista con la dirección de dirigentes revisionistas en el partido dirigente –teoría que influiría notablemente en los análisis idealistas de otros revisionismos–. Lo que convierte al trotskista en un creador de teorías ilusorias sobre el carácter de un verdadero Estado proletario y socialista; niega el análisis de clase del Estado y el carácter de las relaciones de producción existentes. Dando en muchos casos el trotskista un «apoyo crítico» a regímenes revisionistas, siendo por tanto defensor de una más de las variantes de dominación de las clases trabajadoras por la burguesía –revisionista–». (Equipo de Bitácora (M-L); Sobre el falso antitrotskismo, 3 de enero de 2017)
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