miércoles, 23 de mayo de 2018

El marxismo, una filosofía científica del proletariado


«A este error está estrechamente ligada la forma no marxista con que el manual trata la historia de la filosofía como una sustitución progresiva de una escuela por la otra. La aparición del marxismo como filosofía científica del proletariado da fin al período antiguo de la historia de la filosofía, cuando la filosofía era una ocupación de solitarios, patrimonio de escuelas compuestas por un pequeño número de filósofos y de discípulos, sin comunicación con el exterior, desligados de la vida y del pueblo, extraños al pueblo.

El marxismo no es una escuela filosófica de esa especie. Por el contrario, aparece como una superación de la antigua, filosofía, cuando ésta era patrimonio de elementos escogidos, de una aristocracia del espíritu, y como el comienzo de un período completamente nuevo en el que la filosofía se convierte en un arma científica en manos de las masas proletarias en lucha por su emancipación del capitalismo.

La filosofía marxista, a diferencia de los sistemas, anteriores, no aparece como una ciencia que domine a las otras, sino que se presenta como un instrumento de investigación científica, como un método que penetra en todas las ciencias naturales y sociales y se enriquece con las aportaciones de estas ciencias en el curso de su desarrollo. En este sentido la filosofía marxista aparece como la negación más completa y más categórica de todas las filosofías anteriores. Pero negar, como lo subraya Engels, no significa pura y simplemente decir «no». La negación implica la sucesión, significa la asimilación, el trabajo crítico y la unión en una síntesis superior de todos los pensamientos de vanguardia, de todas las conquistas progresivas de la humanidad en el curso de su historia.

De ello se desprende que la historia de la filosofía, dado que existe el método dialéctico marxista, debe comprender la historia de la elaboración de este método, mostrar lo que ha condicionado su aparición. No se encuentra en el libro de Aleksándrov la historia de la lógica y de la dialéctica; el proceso de la evolución de las categorías lógicas como reflejo de la experiencia humana no está demostrado en él; aunque el autor cita en la introducción del libro las palabras de Lenin según las cuales cada categoría de la lógica dialéctica debe considerarse como un nudo en la historia del pensamiento humano, su cita carece de base.

El internacionalismo en el arte no surge de empequeñecer y empobrecer el arte nacional


«El internacionalismo en el arte no surge de empequeñecer y empobrecer el arte nacional; sino que brota allí donde éste florece. Olvidar esta verdad significar perder la línea de directriz, perder la propia fisonomía, convertirse en un cosmopolita sin nacionalidad. (...) Sólo un pueblo que tiene muy desarrollada su propia cultura musical puede apreciar las riquezas musicales de otras naciones. Es imposible ser un internacionalista en la música ni en nada sin ser un verdadero amante de la Patria. Pues que la base del internacionalismo estriba en el respeto a los demás pueblos, no cabe ser un internacionalista sin respetar y amar a su propio pueblo». (Andréi Zhdánov; Sobre la música; Discurso de clausura en una Conferencia de Trabajadores de la Música Soviética, 1948)

jueves, 17 de mayo de 2018

El peligro de las modas y el arte revisionista; Equipo de Bitácora (M-L), 2017

Juan Carlos Monedero y Pablo Hasél

«La juventud no debe seguir a los viejos y nuevos aventureros, ni a los oportunistas de buenas palabras, ni dejarse seducir por las modas decadentes, sino que debe formarse ideológicamente, templarse en la lucha y preparar la revolución.

Junto con el fenómeno del 15M y la irrupción del reformismo de Podemos, desde hace unos años con el crecimiento de lugares de Internet como Youtube, han proliferado diferentes adolescentes, y no tan adolescentes, que se hicieron famosos entre el público juvenil por sus consignas musicales aparentemente «comunistas», «revolucionarias», etc. Todo esto ha sido posible porque estos nuevos referentes han recogido con gusto la bandera de los viejos y nuevos partidos revisionistas. Algunos son más radicales que otros, se contraponen los unos a los otros, pero coinciden en gran infinidad de cosas y cumplen el mismo rol desorientador en lo ideológico y en lo organizativo, sobre todo proviniendo de esta capa de artistas, donde los niveles de pose y formalismos con la causa revolucionaria, llega a cotas insospechadas, creyendo la gran mayoría que ser un gran revolucionario es sinónimo de abundante simbología y repetir eslóganes, incluso que la revolución se prepara a base de repetir estas fórmulas estereotipadas en su música, en vez de trabajar por desbrozar los mitos que han aceptado. 

Entre todo este tinglado, querríamos destacar que tenemos varios casos de diferentes grupos musicales de ideologías entremezcladas, pero todas ellas pseudomarxistas:

a) Los Chikos del Maíz. Un grupo de rap que lo mismo declaran su simpatía en sus canciones a los GRAPO, RAF, ETA, que rinden pleitesía a Izquierda Unida, Podemos, Syriza, Cuba, Venezuela y a casi cualquier cosa. Lo gracioso es que mientras dicen ser comunistas difunden el clásico cliché del rap de un modo de vida gansteril, repleto de constantes referencias que indican un enorgullecimiento por tener mucho dinero y ser presuntamente personajes afamados, vestir ropa cara y consumir drogas cual empresario exitoso ávido de disfrutar su magnanimidad.

b) Los Monstruitos. Que musicalmente son un atentado sonoro, desde luego no destacan por la profesionalización y la técnica a la hora de tocar sus instrumentos, siendo más una mezcla de ruido y gritos primitivos que otra cosa. En sus letras lo mismo reivindican a Guevara, a Kim Il Sung, a Mao Zedong que a Enver Hoxha y usan abundantes letras con insultos y bromas antitrotskistas sin tener noción real de que es el trotskismo, lo que es una muestra de ese falso antitrotskismo tan común, en resumen son inherentes a defender un eclecticismo ciertamente atroz.

c) IRA. Un grupo de música de feministas pequeño burguesas, mezclan rap con reggaetón y música electrónica. Se declaran «feministas y antifascistas». A falta de calidad en sus letras buscan llamar la atención por su radicalidad, por sus groserías y lenguaje explícito, siendo una especie de variante del naturalismo. Portan una estética punk, choni, gansteril, skinhead, llenas de tatuajes y piercings a mansalva, peinados estrambóticos, tacones imposibles y todo tipo de parafernalia. En sus videos salen de botellón y fumando, en paños menores, besándose y haciendo «twerking» –restregándose entre sí–, con una stripper en una barra americana y en general todo un ambiente que presenta una imagen hipersexualizada y promiscua de la mujer, como curiosidad, cuando cantan intentan poner una voz ronca para aparentar dureza –o es consecuencia de las drogas, no sabemos–. Su único disco se llama «Arte y terrorismo», lo que indican que más que comunistas son una variante anarquista del chonismo. Desde luego su rap es una música de la que figuras como Ulrike Meinhof o Simone de Beauvoir estarían orgullosas, pero que produce risa y vergüenza a comunistas y cualquier persona progresista. En pocas palabras: una estética, una forma de hablar y de pensar lumperizado. ¡Y es normal, porque Pablo Hasél y Roberto Vaquero son tendencia entre el mundillo revisionista!

d) También nos encontramos con el caso de Pablo Hasél. El rapero catalán al que ya hemos nombrado durante el documento por sus innumerables quijotadas. Su marca de presentación es haberse convertido en el trovador oficial de la ridícula corte del desaparecido reino del PCE (r)/GRAPO. Pero también sus letras le hacen famoso por defender a otras marcas como el revisionismo cubano –«Un ejemplo para siempre»– o la RAF –«El nieto de Andreas Baader»– algo en lo que todos estos grupos coinciden sin discusión. Lo cierto es que no hay mucho que diferencie a Hasél de los anteriores grupos ideológicamente, salvo porque con Pablo Iglesias pasó de la amistad al odio. ¿De dónde nace esta mezcolanza extraña de apoyar desde el castrismo o al juche hasta las bandas terroristas como ETA o la RAF? Simplemente de un eclecticismo extremo, cultivado a la sombra de la falta de claridad ideológica que produce leer al PCE (r), que lejos de aclarar enturbia la mente respecto a lo que es y no es comunismo. Esto no ha dejado de tener una influencia directa entre el necio Hasél por ejemplo, y éste a su vez ha influenciado a otros raperos, adolescentes y no tan adolescentes, como Valtonyc o Siker [*].

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¿Significa que el rap es un género musical para el lumpemproletariado como algunos han dicho en multitud de ocasiones? Ni mucho menos. El rap como tal musicalmente es lo suficientemente dinámico como para no pecar de formalismo, y en la letra de sus autores generalmente hay compromiso social e incluso político. Las evidentes tendencias hacia el uso meramente comercial del género, hacia la glorificación de las actitudes gansteriles, o el llenar sus letras de apología al revisionismo, son solo la consecuencia del mal enfoque que dan algunos elementos a un género musical que puede ser totalmente válido para el proletariado y su causa.

El rap, como cualquier otro género de música, ha sido hegemonizado y utilizado por el capitalismo –pues la cultura la controla el sistema económico-político existente–. Eso es cierto, pero eso no significa que sea un género de música inservible para el proletariado y las clases trabajadoras, ni que haya existido corrientes que se resistan a esa dominación: recordemos que en el capitalismo existe por un lado la cultura dominante y sus variantes, y por otro la contracultura popular de los intelectuales al servicio del pueblo o que al menos eso pretenden –aunque mucha de esa cultura no se pueda consolidar sin la toma del poder, y su desarrollo se quede a medio camino–.

martes, 15 de mayo de 2018

La posición leninista sobre la cultura


«VLADIMIR Illich Lenin fue el fundador y dirigente del primer Estado soviético del mundo. Bajo la dirección de Lenin, el pueblo soviético comenzó a construir la nueva sociedad socialista, la nueva cultura socialista. Lenin concedía importancia extraordinaria a la cultura en la edificación de la sociedad socialista y dio ejemplo de excepcional solicitud por el desarrollo de la ciencia, del arte y de la literatura. Lenin enseñaba que no se podría construir el comunismo sin haber dominado todos los conocimientos modernos, sin haber asimilado todas las conquistas de la humanidad en la esfera cultural. Mucho antes de la Revolución de Octubre de 1917, Lenin expresó claramente en varios trabajos suyos la actitud del pensamiento social más avanzado hacia el arte, y desarrolló una doctrina armónica y consecuente sobre el papel de la literatura en la vida social y sobre el papel del escritor, del pintor y del artista en la lucha de clases.

El negacionismo del cambio climático y la influencia del hombre en él; Equipo de Bitácora (M-L), 2017


«Hemos presenciado como los teóricosa del Partido Comunista de España (reconstituido) fallan a la hora de distinguir o reconocer que es y que no es terrorismo, fascismo, oportunismo y demás conceptos. En el mismo sentido, en lo referente al «cambio climático» no nos decepcionan y saltan a la palestra ideólogos del resto de esta formación con las clásicas teorías negacionistas del cambio climático que no tienen nada que envidiar a las de los mayores ideólogos del denominado neoliberalismo moderno.

En su «medio no oficial» donde publican toda su bazofia expresan:

«Cambios climáticos ha habido toda la puta vida. A ver si lo que va a haber es lo contrario y nos están engañando: enfriamiento global. Algo que cierta agricultura agradece como el espárrago, al igual que el tomate precisa de calor en verano, al menos en las huertas naturales. Hace algunos años, no muchos, nevó en el desierto del Sahara argelino. ¿Increíble? No, por cierto. Pero sí noticiable, porque es más excepcional que habitual y, sin embargo, no se dijo apenas nada cuando, curiosamente, vendría -la noticia- de perlas a los defensores del terrorífico «cambio climático». También nevó en 2005 en Melilla. Y en los valles de Kenia y no solamente en las montañas nevadas del Kilimanjaro. ¿Diremos que es la mano del hombre la que daña y destroza la Naturaleza? Para mí tengo que es la rapiña del capitalismo, fundamentalmente, básicamente, quien lo hace que, encima, nos quiere acojonar con inventos como el «cambio climático» mientras la crisis galopa y corta el viento». (Movimiento Político de Resistencia; ¡Jodé, qué caló!, 4 de julio de 2015)

Este artículo ridículo ha sido escrito por Olarieta o al menos ha sido escrito por otro bajo sus mismas ideas. Véase las mismas tesis pseudocientíficas que Olarieta expone en su artículo: «El enfriamiento global» de 2009, para comprobar que el pensamiento y la forma de escribir es calcada. Sinceramente, sabíamos que Olarieta suele salir con estupideces pero no imaginábamos que esas estupideces fueran colosales.

Con este lenguaje de tasca nos pretenden vender que no existe el llamado «cambio climático» bajo varios sofismas:

a) El primer argumento que se utiliza es que ha habido «cambios climáticos ha habido toda la puta vida», con lo que parece ser que se ignora entre cambios climáticos producidos debido a causas internas o externas al planeta y el actual cambio climático que se produce debido por encima de todo a la actividad humana y a su abuso de los recursos de la naturaleza. Los cambios climáticos más conocidos son: el que sufrieron en la época de «Pangea» I y II; en la etapa de la desaparición de los dinosaurios –hace 65 millones de años–; en el óptimo climático medieval –que duró desde el siglo X hasta el siglo XIV–, o en la pequeña edad de hielo –que abarcó desde comienzos del siglo XIV hasta mediados del XIX–, pero lo esencial es que ninguno de los cambios climáticos de estas épocas sucedió a causas exactamente iguales a las del cambio climático que hoy vivimos. En los dos primeros casos queda descartado toda analogía y responsabilidad del hombre por la inexistencia del homo sapiens, y en los otros dos casos pese a la existencia del hombre, la incipiente industria y otras actividades económicas no tenían unos niveles en que pudiesen influir en el medio ambiente hasta los puntos que hablamos. En cambio el actual cambio climático sí se debe a causas directamente relacionadas con las actividades humanas. Desde el año 1990 –y viene sucediendo desde los años 50– la temperatura media del clima terrestre no ha dejado de aumentar. Unos cambios tan repentinos y rápidos que nada tiene que ver en comparación con otros cambios históricos.

¿Por qué ocurre? Tras la revolución industrial se implementó un modelo que potenciaba aún más el derroche de recursos dentro de la lógica del crecimiento económico constante y máximo beneficio propio del capitalismo, esto abarcó la explotación intensiva de los seres vivos –flora y fauna– acompañada de un uso creciente y exponencial de «combustibles fósiles»; todo ello sostenido por la moral proporcionada por la reforma cristiano-protestante, recordemos que la moral capitalista se impulsa por el protestantismo cuyo primer paso fue quitar la carga de pecado que tenía el ejercicio de la «usura», basando su idea en que «el hombre es el centro de la creación, por tanto tiene a libre disposición los recursos, si tienes éxito en los negocios es porque has sido elegido por Dios, y que en caso de agotamiento dios proveerá soluciones acorde». Las nuevas tecnologías requerían de un gran aporte de energía: se cambió la leña por el carbón y el petróleo. Los combustibles fósiles se empezaron a gastar más rápido de lo que se generan –no son renovables–. Algunos de los impactos más importantes fueron los monocultivos con empleo de plaguicidas y fertilizantes, que aumentan la deforestación, la contaminación y la erosión, o el hacinamiento de la población en las grandes ciudades, que dificulta el aporte de recursos y el tratamiento de los residuos, y aumenta las enfermedades, de hecho los marxistas del siglo XIX ya analizaron en su época muchos de estos problemas y plantearon soluciones lejos de utopías como las actuales. Lejos de ser casualidad, bajo el capitalismo este panorama era y es totalmente normal, pues el capitalismo solo busca la rentabilidad a cualquier coste, inclusive obtener superganancias en detrimento del ecosistema natural, no se detiene ante nada, ni siquiera ante una posible perspectiva de un planeta inhabitable en próximas décadas o decenios.

sábado, 12 de mayo de 2018

Los escritores burgueses y sobre lo que escriben


«¿Qué puede escribir el escritor burgués, con qué puede soñar, qué entusiasmo puede arrebatar sus pensamientos, y de dónde podrá extraer ese entusiasmo, si es cierto que el obrero, en los países capitalistas, no tiene ninguna seguridad del mañana, si no sabe si tendrá trabajo al día siguiente, si el campesino no sabe si mañana labrará su pedazo de tierra o si será arrojado de él por la crisis capitalista, si el trabajador intelectual se ve hoy sin trabajo y no sabe si lo tendrá mañana? 

¿Qué puede escribir él escritor burgués, qué entusiasmo puede animarle, si es lo cierto que el mundo, de un día al otro, puede ser nuevamente precipitado al abismo de una nueva guerra imperialista? 

La situación actual de la literatura burguesa es tal, que no puede ya crear grandes obras. La decadencia y la corrupción de la literatura burguesa, que dimanan de la decadencia y la corrupción del régimen capitalista, se presentan como el rasgo característico, como la particularidad característica del estado de la cultura burguesa y de la literatura burguesa en el tiempo presente. Han pasado para siempre los tiempos en que la literatura burguesa, al reflejar las victorias de la sociedad burguesa sobre el feudalismo, podía crear las grandes obras que señalan el período del impulso inicial y la primera expansión del capitalismo. Actualmente, lo que se observa es la degeneración general de sus temas y de sus talentos, de sus autores y de sus personajes. 

Obseso por un terror mortal a la revolución proletaria, el fascismo se abalanza contra la cultura, hace retroceder a la humanidad a los períodos más bárbaros y más siniestros de la historia, quema en hogueras y aniquila salvajemente las producciones de los espíritus más elevados. El desencadenamiento del misticismo y del clericalismo y la apetencia de pornografía son características de la decadencia y la corrupción de la cultura burguesa. Las celebridades de la literatura burguesa, de esa literatura burguesa que ha vendido, su pluma al capital, son hoy los ladrones, los soplones, los prostituidos, los bribones. Todo esto es característico de aquella parte de la literatura burguesa que se esfuerza por ocultar la corrupción de la sociedad burguesa, que se empeña en vano en demostrar que no ha pasado nada, que todo marcha del mejor modo en el reino de Dinamarca, y que nada se está pudriendo en la sociedad capitalista. Los representantes de la literatura burguesa que perciben con mayor acuidad la realidad de ese estado de cosas, se dejan llevar del pesimismo de la incertidumbre del mañana, de la atracción de las tinieblas; preconizan el pesimismo como teoría y práctica artísticas. Y solamente un reducido número de escritores, más honrados y perspicaces, tratan de buscar una salida por otros caminos, en otras direcciones, y de ligar su suerte a la del proletariado y de su lucha revolucionaria. 

El proletariado de los países capitalistas está formando ya el ejército de sus escritores, de sus artistas, de esos escritores revolucionarios a curvos representantes nos sentimos muy felices de saludar hoy en el Primer Congreso de Escritores Soviéticos. La falange de escritores revolucionarios en los países capitalistas no es todavía muy amplia, pero se extiende y se extenderá de día en día, a medida que se acentúa la lucha de clases y que crecen las fuerzas de la revolución proletaria mundial.

Creemos firmemente que la decena de camaradas extranjeros que están aquí presentes constituyen el núcleo y el germen del poderoso ejército de escritores proletarios que la revolución proletaria mundial habrá de crear más allá de nuestras fronteras». (Andreí Zhdánov; Sobre la literatura Discurso pronunciado en el Primer Congreso de Escritores Soviéticos, 17 de agosto de 1934)

martes, 8 de mayo de 2018

Una descripción de las teorías y las políticas internacionales del socialimperialismo soviético a la luz de los marxista-leninistas españoles de los 70



«La pretendida ayuda de los socialimperialistas soviéticos a los países de América Latina, Asia, África y otras partes del mundo, tiene fundamentalmente por objeto colocar a los países de todos los continentes bajo su influencia y dominio, y se disputan las zonas intermedias de influencia con el imperialismo estadounidense, al igual que cualquier otra potencia imperialista.

En todos los terrenos, los cabecillas y la clase burocrática que ha usurpado el poder en la Unión Soviética, imitan por todos los medios a los yanquis y a todos los reaccionarios del mundo. Eso es así en sus relaciones internacionales, en arte, literatura, en el modo de vida, en el enfoque del desarrollo de las ciencias modernas, al servicio de la propaganda espectacular y no al servicio de los intereses del pueblo y del conjunto de la humanidad. En el terreno de la economía, hace ya tiempo que las empresas soviéticas y la agricultura aplican métodos de trabajo, retribución, organización y gestión netamente capitalistas. De igual nodo, su política exterior, su actividad comercial, internacional se basa también en métodos y principios de carácter imperialista, de explotación y rapiña aprovechándose de la situación de desigualdad y debilidad de los pueblos que aceptan su «ayuda y colaboración».

Al igual que los imperialistas estadounidenses y otros, las socialimperialistas soviéticos se dedican al tráfico de armas, es decir a la venta mercenaria de armamentos, a la concesión de préstanos con elevados intereses y condiciones humillantes, lo que nada tiene que ver con la ayuda a los pueblos que luchan por su libertad e independencia. Pero a quien vende armas y ayuda facilitan los socialimperialistas soviéticos es a los gobiernos ultrarreaccionarios, como son el de Indonesia, Grecia, Irán, Brasil, sin olvidar España. No podemos dejar de señalar que mediante un acuerdo «marítimo»  –cuyas cláusulas dispositivas no son conocidas, la Unión Soviética ha instalado en nuestro país, en los Islas Canarias, importantes bases navales pesqueras oficialmente, donde operan varias flotillas do unas trescientas unidades.

Todo esto demuestra de manera irrefutable que los socialimperialistas soviéticos siguen empleando toda una teminología de carácter marxista y hasta leninista para mejor en cubrir su traición al marxismo-leninismo y a la causa de la revolución proletaria» y seguir engañando a las nasas soviéticas y a los pueblos del mundo entero.

Los socialimperialistas soviéticos han puesto en pie toda una serie de «teorías», acerca de la «seguridad colectiva» y de la «soberanía limitada», que en realidad equivalen a las tesis de cosmopolitismo y supranacionalidad que también enarbolan los inperialistas yanquis para justificar el saqueo y la explotación de los países más débiles por parte de los más fuertes y desarrollados.

Así pues con motivo de la agresión militar de la Unión Soviética contra Checoslovquia, los cabecillas revisionistas del Kremlin han pretendido hacer creer a los pueblos del mundo y al pueblo y al ejército soviéticos que esa agresión era necesaria para salvaguardar el socialismo en Checoslovaquia y proteger al conjunto de los Países del Este. Pero ¿qué lección de salvaguardia del socialismo puede dar los dirigentes revisionistas soviéticos, cuando hace ya tiempo que ellos mismos han destruido las bases económicas, políticas e ideológicas de la Dictadura del Proletariado en la misma Unión Soviética?

Tras las engaños y formulas de «soberanía nacional limitada», la «ayuda en los países del tercer mundo», etc. se esconden los intereses de carácter imperialista de los nuevos zares del Kremlin. Al haberse transformado en capitalistas las mismas bases económicas del Estado soviético, se han transformado también el contenido de su política exterior y de sus relaciones internacionales. Estas tienen en los momentos actuales el carácter netamente colonialista como lo afiman sus relaciones impositivas y desiguales con los países del Este de Europa bajo dirección revisionista y también las condiciones draconianas y el modo de «ayuda» y «colaboración» que presta a los países subdesarrollados y de economía débil.

Ademas la llanada «política de soberanía limitada», los socialimperialistas soviéticos, pretenden, al igual que sus compinches y contrincantes yanquis, aplicar en los países bajo su influencia, el principio de la división internacional del trabajo, esto es, que los países ya desarrollados desde el punto de vista industrial, científico y técnico continúen desarrollando su potencial industrial y tecnológico, y que aquellos que aún no han desarrollado su industria y técnica modernas, continúen dedicándose a la extracción de materias primas, a la apicultura, a la industria fabril productos da la industria ligera y artesanal como calzados, muebles, cueros, envasado de hortalizas y frutas, etc., ya que según ellos, no es necesario que todos los países cuenten con una industria pesada propia y con una ciencia y técnicas avanzadas propias. Basta, según los nuevos zares del Kremlin y también los imperialistas yanquis, que algunas naciones poderosas cuantas menos mejor, dispongan de una industria superpotente y supermoderna y que por consiguiente esas naciones poderosas y desarrolladas deben también de poder disponer las riquezas naturales del resto del mundo para poder acelerar su propio desarrollo industrial y tecnológico». (Partido Comunista de España (marxista-leninistas); Cuadernos marxista-leninistas, suplemento a «Revolución Española»; El leninismo y nuestra lucha actual, 1970)