miércoles, 15 de septiembre de 2021

La «música urbana», ¿reflejo de una decadencia social?; Equipo de Bitácora (M-L), 2021

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«Hoy la conclusión rápida en torno al famoso «trap», es que, tal y como se ha venido desarrollando y en la manera en que se presenta, es un movimiento con una filosofía nihilista para gente no demasiado exigente en lo musical, algo que nace como fruto del panorama social y los gustos musicales más generalizados. Pero quedarnos ahí supone sólo una síntesis de lo que hemos de abordar con rigor para entender un movimiento musical que arrastra siempre una pequeña particularidad y que, querámoslo o no, está marcando una época; en razón de esto hemos considerado pertinente indagar en lo que es la «música urbana» y en concreto en el presente «movimiento del trap» español. ¿Y por qué abalanzarnos sobre un aspecto cultural como este que pudiera parecer que será fugaz? El motivo es sencillo: de forma análoga a lo que sucedió otras veces –en la década de los 80 con fenómenos como la «Movida Madrileña» o en los años 90 con «La Ruta del Bakalao»–, existe un reparo muy grande a emitir un juicio contundente hacia este tipo de modismos y todo lo que arrastran tras de sí –que como veremos no es poco–, las cuales acaban teniendo un profundo poso en cada generación. Por su parte, la mayoría de los militantes e ideólogos de la «izquierda», se presente esta como «transversal» o «políticamente incorrecta», tampoco han considerado de interés abordar algo que toca de lleno a nuestra sociedad, especialmente a la juventud. La razón que se oculta tras este silencio quizás esté en que gran parte de estos sujetos lo consume –y se avergüenza de ello– pero, por encima de todo, y más importante, porque reproducen sus peores cánones. Seamos comprensivos: si esta supuesta «izquierda ilustrada» o «moralmente superior» no es capaz de proporcionarnos unas conclusiones certeras y originales sobre los aspectos político-económicos de la sociedad, bien sean estos de índole histórico o sobre nuestro día a día, ¿cómo vamos a exigirles que produzcan algo de valor sobre aspectos musicales? Para ellos esto es ya «terra incognita». (Equipo de Bitácora (M-L); La «música urbana», ¿reflejo de la decadencia social?, 2021)

Preámbulo

En la sociedad capitalista de la segunda década del siglo XXI se ha popularizado el término «música urbana», una acepción muy elástica que en realidad viene a englobar a casi cualquier estilo musical que haya nacido o se haya extendido en un ambiente urbano, como lo pudo ser en su momento la música disco, el rock o el rap; o como ha ocurrido más recientemente –en nuestro siglo– con el reggaetón o el trap. No nos gusta excesivamente esta denominación porque pareciera que el urbanita no pudiera hacer folk o que el pueblerino no puede hacer jazz. En todo caso, cabe mencionar algo más importante: cualquiera que sepa algo sobre historia de la música sabrá que desde que el hombre es hombre no existe ningún género musical «puro», dado que, sobre todo en su estado primigenio, estos contraen una deuda de por vida con infinidad de sonidos precedentes que han hecho suyos o han sido remodelados y adaptados. Ha de saberse, pues, que, en la modernidad, es decir, en cada momento presente, las sucesivas etiquetas que se van creando para denominar a los incontables géneros y subgéneros son el culmen de un proceso cuanto menos curioso. Si tomamos la etiqueta del «Rock and' Roll» a mediados del siglo XX, nos encontraríamos con que, en este caso: a) responde, por un lado, a una evolución objetiva en los antiguos estilos musicales –el blues, el jazz o el country–; b) pero, por el otro, la denominación es también una especie de «artificio comercial», la reacción de una opinión pública «especializada» de la industria musical que demandaba una nueva moda, un nuevo producto que poder anunciar y vender. Entonces, esto mismo debe de tenerse en cuenta para cada variante musical que asome la cabeza y vayamos a analizar. Hoy, por ejemplo, el término «trap» se ha vuelto viral como en su día el de «existencialista» o «hippie», y al igual que entonces, o puede ayudarnos a sintetizar muy bien el fenómeno que tenemos delante, o puede ser un calificativo gratuito que no explique nada.

Aclarado esto, toca resumir en esta introducción lo que serán las dos grandes secciones de investigación en este documento. Esto facilitará enormemente al lector el conocer de forma detallada de qué se hablará en cada sección.

En el bloque A: «La música apolítica», escrito originalmente en 2021, analizaremos la «música urbana» a priori menos politizada: 

1) ¿Nos podemos fiar del análisis musical de los «filósofos librepensadores», «revistas especializadas», «radios y programas alternativos» que posan como jueces «neutrales» del arte?; 

2) ¿Es cierto que el perfil de los traperos le viene como anillo al dedo a la industria musical? ¿Se puede hacer una diferencia entre «músico artista» y «músico producto»? ¿Basta con tener habilidades innatas para ser un buen artista?; 

3) ¿Cuál es el origen social de los traperos, qué comportamientos y aspiraciones sociales tienen? ¿Es una cultura estrictamente lumpen o ha traspasado sus límites alcanzando una influencia notable entre todos los poros de la sociedad?; 

4) ¿Qué se esconde detrás del hecho de que la crítica musical y filosófica blanqueen la esencia objetiva del trap moderno? ¿Por qué estos intelectuales lejos de iluminar parecen confundir al público con sus paupérrimos análisis y recomendaciones?; 

5) ¿Debe considerarse al trap como el «nuevo» punk o su más inmediato heredero, como aseguran muchos?; 

6) ¿Supone esta «música urbana» una innovación espiritual o estética respecto a otros movimientos musicales del siglo pasado? ¿O son todos estos halagos producto de la propaganda?; 

7) ¿Son el nihilismo y el individualismo los principales rasgos del trapero en cuanto a actitud y pensamiento? ¿Siguen los traperos los pasos de los viejos existencialistas y similares?; 

8) ¿Se puede hablar realmente de «conciencia política» entre la mayoría de representantes de la «música urbana»? ¿Existen tantas diferencias entre el «trap apolítico» y los «raperos políticos»? 

9) ¿Por qué razón el trap es utilizado por los políticos tradicionales de «izquierda» o «derecha»? ¿Por qué al poder le beneficia promover varios perfiles diferentes de música, tanto polémicos y escandalosos como otros aceptables para casi todos los públicos?;

10) ¿Es serio hablar del trap como un «movimiento emancipador para la mujer»? ¿Tienen las «traperas feministas» algo de interesante o son aún más decepcionantes que las feministas a secas?

11) ¿Se puede considerar al trap como una especie de «realismo sucio», y hasta qué punto es consecuente con la realidad? Alguien que quiere cambiar las cosas, ¿puede contentarse con describir lo que le rodea con apatía?; 

12) ¿Qué transcendencia tendrá el trap dentro de la historia de la música? Actualmente, ¿es el trap un género limitado en lo musical o más bien lo son sus artistas?

13) ¿Puede el artista hacer trap y escapar a los vicios que le vieron nacer? ¿Existen «géneros degenerados» e imposibles de «rescatar» para la causa revolucionaria o dependen del enfoque consciente que le otorgue el artista?

En el segundo bloque B: «La música politizada», escrito originalmente en 2017, analizaremos en detalle el fenómeno del «haselismo» como paradigma moderno de la «música combativa», sin olvidarnos de otras tendencias similares, tanto pasadas como coetáneas: 

1) ¿Cuáles son las «bandas de música politizadas» que tenemos hoy? ¿Por qué se caracterizan en su conjunto?; 

2) ¿Cuál ha sido el mensaje político de estos «músicos politizados»? ¿Hasta qué punto representan un «avance» o un «obstáculo» para la elevación ideológica?; 

3) ¿Es compatible que el «artista del pueblo», sea un decadente en lo lírico y en lo estérico?; 

4); ¿A qué responde que la «izquierda musical» idealice el modo de vida lumpen, como hacen quienes se jactan de su apoliticismo y amoralidad?; 

5) ¿Por qué muchos de estos «artistas combativos» acaban siendo los «tontos útiles» del poder?; 

6) ¿En qué se parecen y diferencian los «raperos haselianos» de los grupos del «rock radical vasco» de los años 80?; 

7) ¿Por qué este tipo de expresiones musicales influyen especialmente entre los jóvenes más «radicalizados»? ¿Es un problema de «edad» y «generaciones» o va más allá?

Aunque este es un primer esbozo sobre la «música urbana», es más que suficiente para hacernos una idea del cuadro que tenemos delante, en todo caso, no descartamos, faltaría más, que conforme se vaya abordando al lector le vayan surgiendo incógnitas o quiera saber más sobre temas relacionados, por todo ello, téngase en cuenta que algunas de estas cuestiones han sido o serán desarrolladas en otro documento mucho más extenso, el cual estará dedicado en exclusivamente a la historia del arte. En todo caso, cualquier objeción o desarrollo que quede pendiente esperamos que sea comunicado por nuestros queridos lectores, puesto que para nuestra plataforma es fundamental el desarrollo del debate, la confrontación y acercamiento a la verdad, tanto con amigos como enemigos.

Notas:

[1] Lectura y descarga del PDF [AQUÍ] en Scrib o [AQUÍ] en Mega.

[2] Para consultar todos los documentos en PDF editados por el Equipo de Bitácora (M-L) pinche [AQUÍ].

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