Leonid Brézhnev y Hafez al-Asad, quién en 1970 daría el golpe de Estado que le llevaría al poder en Siria |
«Los socialimperialistas soviéticos, al igual que los imperialistas estadounidenses y otros imperialistas son organizadores de diversos golpes de Estado. Estas formas de acción son parte integrante de la expansión política y militar dirigida contra los países excoloniales. Los socialimperialistas soviéticos se esfuerzan por sacar beneficio de las situaciones políticas inestables en estos países, por aprovechar el insuficiente grado de organización política de las fuerzas de clase y la rivalidad entre los diferentes grupos y fracciones políticas para sus fines de dominación. Se ganan a sus componentes, fracciones y organizaciones políticas burguesas y pequeño burguesas, y después de haberlos puesto al servicio de sus planes expansionistas, pasan a presentarlos como fuerzas «patrióticas», «antiimperialistas», «revolucionarias», y arengan a que organicen golpes de Estado para derrocar a los gobiernos y a los regímenes dirigidos por Occidente, con el fin de que accediendo al poder, pongan a estos países en la órbita de la dominación soviética.
[«Para ensanchar su expansión y su hegemonismo, el socialimperialismo soviético ha elaborado todo un plan estratégico, que comprende una serie de actividades económicas, políticas, ideológicas y militares. Al mismo tiempo los revisionistas soviéticos se dedican a minar las revoluciones y las luchas de liberación de los pueblos recurriendo a los mismos medios y métodos que utilizan los imperialistas estadounidenses. Normalmente los socialimperialistas actúan por medio de los partidos revisionistas, que son instrumentos suyos, sin embargo, según el caso y las circunstancias, también intentan corromper y sobornar a camarillas que dominan en los países no desarrollados, ofrecen «ayudas» económicas avasalladoras para después penetrar en estos países, instigan conflictos armados entre las distintas camarillas, apoyando a una u otra, traman complots y putschs para colocar en el poder regímenes a pro soviéticos, recurren a la intervención militar directa, como hicieron junto con los cubanos en Angola, Etiopia y otros lugares. Los socialimperialistas soviéticos llevan a cabo su intervención y sus actos hegemonistas y neocolonialistas bajo la máscara de la ayuda y el respaldo a las fuerzas revolucionarias, a la revolución, a la construcción socialista. En verdad lo que hacen es ayudar a la contrarrevolución». (Enver Hoxha; El imperialismo y la revolución, 1978) – Anotación de Bitácora (M-L)]
Además, partiendo siempre de la base de la «teoría de la «vía no capitalista de desarrollo», los golpes de Estado están considerado por los revisionistas soviéticos como «actos progresistas», como «una forma de revolución armada que sirve al objetivo de la lucha contra los regímenes reaccionarios», que abren la «vía al desarrollo no capitalista». (Voruzhnaya borba narodov Afriki za svobodu i nezivisimost, p. 319, Moscou, 1974)
Esto es algo que está en oposición a la verdadera revolución nacional y social». (Llambro Filo; La «vía no capitalista de desarrollo» y la «orientación socialista», «teorías», que sabotean la revolución y abren las vías a la expansión neocolonialista, 1985)
Anotación de Bitácora (M-L):
Un ejemplo de la demagógica en que los líderes prosoviéticos tipificaban los golpes de Estado como un acto progresista pese a la desconexión con las masas es la constitución siria de 1973 que decía lo siguiente: «El 16 de noviembre de 1970 fue un movimiento correctivo que respondía a las demandas y aspiraciones de nuestro pueblo». Es decir se limitaba a presentar dicho golpe de Estado como la salvación del pueblo gracias a unos heróicos conspiradores militares, algo totalmente antimarxista pues se contribuye a seguir la teoría anarquista de que la historia la hacen los héroes mientras las masas se dedican a seguirles.
Anotación de Bitácora (M-L):
Un ejemplo de la demagógica en que los líderes prosoviéticos tipificaban los golpes de Estado como un acto progresista pese a la desconexión con las masas es la constitución siria de 1973 que decía lo siguiente: «El 16 de noviembre de 1970 fue un movimiento correctivo que respondía a las demandas y aspiraciones de nuestro pueblo». Es decir se limitaba a presentar dicho golpe de Estado como la salvación del pueblo gracias a unos heróicos conspiradores militares, algo totalmente antimarxista pues se contribuye a seguir la teoría anarquista de que la historia la hacen los héroes mientras las masas se dedican a seguirles.
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