Este documento no será una mera crítica al Partido Comunista de España (reconstituido) y a su brazo armado los Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre, sino que será un ataque directo a la médula del propio maoísmo. Elegimos la historia de este grupo ya que es quien mejor ha condensado la demagogia de esta corriente, pero sépase que hubo infinidad de grupos y hoy varios de sus sucesores vuelven a la carga, de ahí la imperiosa necesidad de relanzar este importante documento escrito originalmente en 2017.
Ha de saberse que la historia del PCE (r)/GRAPO y sus líderes es el relato de unos mentirosos compulsivos que ocultan sus documentos y falsifican su propia historia; artífices de sofismas continuos, de una hipocresía de campeonato pensada para justificar sus constantes bandazos ideológicos. La historia del PCE (r)/GRAPO es como la de cualquiera organización oportunista: parten de un guion de poca monta basado en mitos endebles, y en cuanto estos son investigados sale rápido a la luz sus incontables incongruencias. A partir de ahí sus protagonistas intentan relativizar todo esto para poder continuar con su show.
Debido a que este documento alcanza casi las mil páginas, consideramos necesario realizar una introducción clara para que el lector sepa que va a encontrarse en cada bloque:
1) El líder histórico de la organización, el «camarada Arenas», intentó engañar al público diciendo que «nunca han sido maoístas» pero que valoran a Mao como un «gran marxista-leninista». Lo cierto es que desde la fundación del PCE (r) nos han bombardeado con las clásicas diatribas del «Pensamiento Mao Zedong». En este primer capítulo se analizaran algunos mitos de la historia del maoísmo que su dirección asumió sin rechistar: las relaciones entre el Partido Comunista de China (PCCh) y la Internacional Comunista, la estrategia militar maoísta, la política del PCCh en torno a la cuestión nacional, las relaciones sino-soviéticas, etc.
2) En este bloque se analizará cómo el PCE (r), al igual que tantos otros grupos de aquellos años 70, adoptó las recetas de Pekín en cuanto a filosofía, organización, arte, economía, cultura, etc., especialmente los nacidos al calor de la «Revolución Cultural» (1966-76). Al defender a capa y espada todas y cada una de las desviaciones del revisionismo chino –como de hecho continúan haciendo en los puntos fundamentales– ha sido esta y no otra es la razón principal de sus estrepitosos fracasos –aunque estaría al mismo nivel de su falta de honestidad personal–, pero a pesar de que ello, siguen sin querer desprenderse del todo de sus «ídolos de barro» por miedo a quedar «desacreditados», aunque hace largo tiempo que ese barco zarpó.
3) Aquí se comprobará cómo para configurarse el PCE (r) copió todos y cada uno de los dogmas maoístas para su estructura partidista: «lucha de dos líneas», «unidad-crítica-unidad», «línea de masas», y un infinito etcétera. Examinaremos tanto lo que significaban estos conceptos en la teoría como lo que significaron en realidad en la praxis, ya que algunos aún no han aprendido a distinguir entre propaganda y realidad, y para tal ejercicio no solo podemos valernos de la documentación de los protagonistas, sino también de la externa a los propios implicados.
4) En su día los jefes del PCE (r) nos hablaban con vehemencia «de la necesidad de la lucha contra el revisionismo y el imperialismo» pero ellos han sido los mayores agentes de la burguesía en el seno del «movimiento revolucionario», se han comportado como gratuitos abogados de Mao, Deng, Brézhnev o Gorbachov. Ahora hasta han rehabilitado a Thälmann, Beria, Kim Il Sung, Guevara, Perón o Putin. La lista de despropósitos sería interminable.
5) Antiguamente mantenían que «a iniciativa del PCE (r) y bajo su dirección fueron creadas numerosas organizaciones» entre las que «cabe destacar a los GRAPO». En cambio, ahora juran que «el PCE (r) no fue creador de los GRAPO» y atacan a quién no crea tal cambio de parecer. Clamaban «no somos blanquistas, anarquistas, ni terroristas», cuando su línea de acción ha sido el terrorismo individual sin conexión con las masas, pero son tan idealistas que como creen que su lucha era justa eso exime a sus acciones de su carácter objetivo; ¡no era terrorismo sino «resistencia armada»! Aquellos que cayeron presos por promocionar y practicar el aventurerismo son, según ellos, «presos políticos por el único delito de ser comunistas». Ya que uno de los mayores puntos de demagogia de ha concentrado en estos puntos, se hará un repaso histórico entre las nociones y actividades militares del PCE (r)/GRAPO para desenmascarar sin piedad su discurso.
6) La dirección del PCE (r) que alardeaba de las «previsiones científicas» de sus análisis y todavía hoy nos sigue vendiendo que España «sigue siendo un Estado fascista», sin más justificación que su cabezonería. Su grupo lanzó la absurda tesis que dice que «cuando el capitalismo alcanza el grado monopolista su forma de dominación es el fascismo», y que, por tanto, no puede volver jamás a formas de dominación demócrata-burguesas. Para para inri, llaman «fascista» a cualquier que no siga sus esquemas irreales. Y por si no hubieran hecho suficientemente el ridículo, resulta que ante cualquier conato de crisis se profetiza cada dos por tres «el inminente fin del sistema tal y como lo conocemos». En esta sección constataremos además que las peregrinas ideas que el PCE (r) ha difundido siempre, con las nefastas connotaciones que esto ha tenido para su propia estrategia política: no participación en las elecciones, sindicatos, desprecio del uso de la legalidad existente y demás.
7) Nos juraban que como «vanguardia» indiscutible iban crear y aplicar «un programa revolucionario». ¿Y bien? Pese a que ni ellos ni sus aliados tenían ni tienen poder para plantear nada sobre cómo será o dejará de ser el proceso, aún siguen defendiendo un esquema mecánico donde, al igual que otras formaciones de la «izquierda radical», se lamentan de que la «revolución socialista» no está madura en España, por lo que concluyen que será necesaria una etapa intermedia, una «república popular» con un gobierno de coalición y mil peros más que anticipan de antemano. En relación a lo anterior, analizaremos las estrategias y tácticas centrales del PCE (r): su programa pequeño burgués, su concepción de las huelgas, su concepto de «presos políticos», etc. Temas en los cuales pese a ser su principal dedicación tampoco lo han sabido enfocar debidamente.
8) En cuanto a problemática nacional en España, mantienen una proclama de que la independencia de la nación oprimida es per se beneficiosa para la «causa revolucionaria», sin mucho más análisis de fondo. Algo que, mezclado con su influencia marginal en el panorama político, han sido suficientes razones de peso como para ir adaptándose al discurso del nacionalismo vasco y catalán, yendo a remolque de la «izquierda abertzale» y la «esquerra independentista», sin duda una fórmula desesperada que ha tenido como único fin intentar ganar algo de influencia en dichas zonas.
9) En esta penúltima parte registraremos como Olarieta y otros mantienen desde las tribunas del PCE (r) una peligrosa postura sobre el cambio climático, muy similar a la de los representantes del imperialismo, especialmente a la llamada «derecha alternativa». Hablamos de la misma esencia analítica de tipo conspiranoica y especulativa que hoy han reproducido en torno a la cuestión del COVID-19. Será menester, pues, ver qué relación tiene la cuestión ecológica con el análisis y método marxista, combatiendo tanto a los llamados «ecosocialistas» como a los negacionistas del cambio climático.
10) En esta última sección, y no por ello la menos importante, observaremos cómo algunas de estas ideas han calado en algunos artistas: siendo el «haselismo»: postureo, gansterismo, comentarios machistas, metáforas sobre el consumo de drogas, embellecimiento de la república burguesa, admiración por los líderes del nacionalismo catalán, fascinación generalizada por los jefes del tercermundismo, etc. El capitalismo español ha usado al haselismo y sus estúpidas declaraciones como un espantapájaro contra el marxismo. También realizaremos echaremos una mirada histórica al rock vasco ochentero del entorno etarra para observar hasta qué punto el haselismo es comparable en cuanto a influencia y destreza de lo que debería ser un «arte combativo».