Llegando al tema de las relaciones monetario-mercantiles, tercer capítulo del libro de Rafael Martinez titulado: «Sobre el Manual de Economía Política de Shangái», veremos como patina estrepitosamene el revisionismo maoísta a la hora de intentar cuadrar su «socialismo de mercado» con lo que debería ser el socialismo resultante de la puesta en práctica del marxismo-leninismo. Como el autor explica veremos ciertas aproximaciones a los postulados premarxistas, jruschovianos, bujarinistas, o titoistas como; vender los tractores a las colectividades, perpetuar y elevar la ley del valor para regular el mercado y las relaciones entre empresa y Estado, querer aparentar centralización y planificación a nivel nacional con un plan en una economía descentralizada y atada a la ley del valor, propagar la idea de que el subdesarrollo de las fuerzas de producción en las condiciones históricas concretas de un país agrícola atrasado, como una razón objetiva de la existencia de estas relaciones monetario-mercantiles en el sector estatal de la economía, etc. Pero, no sin que en el intento de colar dichos despropósitos nieguen la incorporación «nuevos» absurdos teóricos a la pila de teorías revisionistas; como que la propiedad colectiva es una propiedad directamente social.
El documento:
El documento:
Zhu De, Zhou Enlai, Chen Yun, Liu Shaoqi, Mao Zedong, Deng Xiaoping |
El papel de las relaciones monetario-mercantiles
En la presente sección se evalúa el papel de las relaciones monetario-mercantiles en el sistema propugnado por los autores del manual de Shanghái. Es conveniente tener en cuenta que los postulados presentados por los autores con respecto a las relaciones monetario-mercantiles difieren poco en la esencia de las defendidas por los economistas revisionistas en el período que abarca después de la muerte de Stalin. Observamos una serie de diferencias formales con respecto a la línea del partido definida por sus homólogos de la Unión Soviética, pero éstas, a pesar de lo que muchos podrían reclamar, no alteran la esencia verdadera del «socialismo de mercado» de sus postulados. Este es el caso también para otros aspectos de la economía política de la sociedad de transición presentados en el manual.
Es pertinente señalar que en el tratamiento de las relaciones monetario-mercantiles, dicho manejo de los autores del asunto, acaba siendo un subproducto más de de sus postulados fundamentales, estando claramente ligado a fuertes elementos premarxistas tan característicos del manual de Shanghái. Su «socialismo de mercado» es el resultado de consideraciones más básicas y añade poco a la historia en cuestión si se mira desde la perspectiva histórica de la formación del pensamiento marxista y la lucha contra las desviaciones de derecha. Vamos a empezar la discusión con una de las conclusiones más importantes extraídas en el famoso manual:
«El desdoblamiento de cooperación socialista requiere una extensión del estilo de trabajo comunista, una firme adhesión a los principios socialistas, una observancia voluntaria de las políticas fiscales y la aplicación decidida de las distintas políticas económicas proletarias. Por lo tanto, en las relaciones de cooperación entre las empresas estatales y las empresas colectivas, en todo, entre las empresas del Estado, entre las empresas colectivas, entre sectores y entre regiones, debe observarse el principio del intercambio equivalente y precios justos». (ibíd., p. 297)
Dicha sentencia hace hincapié en algo que no representa nada más que la conocida «ley del valor», o también llamada «ley del intercambio equivalente». La declaración es explícita: la ley del valor regula el intercambio de trabajo entre los objetos de producción en la sociedad de transición, ya sea entre empresas estatales y propiedad colectiva, o entre las empresas de propiedad estatal [13]. Esta expresión de defensa del «socialismo de mercado» no es una expresión aislada en el manual, sino que sigue su matriz más pura y elemental, y dicho «socialismo de mercado» no es nuevo, el cual ya fue defendido por Dühring y todas las desviaciones revisionistas de derecha después de él. Esta declaración es fundamentalmente premarxista y constituye uno de los pilares más importantes de la interpretación pequeñoburguesa de la economía política de la sociedad de transición.