martes, 17 de noviembre de 2015

De la total apertura de las filas al abierto partido de masas; Equipo de Bitácora (M-L), 2015


«Lógicamente solo el partido de la clase obrera puede conducir al socialismo, y este además debe de estar compuesto por lo mejor de la clase obrera y en menor medida de otras clases trabajadoras, al tiempo que debe de depurarse continuamente de los elementos retardatarios que puedan surgir en sus filas con el fin de evitar las desviaciones ideológicas, la vacilación, el oportunismo, y las fracciones; en efecto se ha de tratar de un núcleo de militantes bien formados ideológicamente pues estos serán la vanguardia de todo el movimiento obrero, y de la revolución proletaria:

«Para continua y firmemente reforzar nuestro partido, debemos hacer lo siguiente: 1) Purgar nuestras organizaciones de partido de todos los elementos hostiles, arribistas y en general que accidentalmente se haya infiltrado en nuestras filas. 2) Hacer una estricta selección entre los nuevos miembros y candidatos que desean entrar en el partido y regular su composición social por la adhesión estricta a las reglas e ir sistemáticamente aumentando la composición de obreros. 3) Desarrollar la democracia interna en el partido venciendo los viejos vestigios de liderazgo. Hablar y decidir problemas de partido en conjunto con los líderes de partido y organizaciones. Confiar a cada miembro de partido una tarea concreta y observar su cumplimiento. Animar la crítica sana y la autocrítica en el partido, aumentar la actividad general de sus miembros, apretar la disciplina de partido y la unidad en sus organizaciones. 4) Organizar la educación sistemática marxista-leninista colectiva e individual de cada miembro de partido y de los candidatos de base a integrarlo. Un miembro que no quiere aprender, educarse y avanzar no es y no puede ser un verdadero miembro de nuestro partido». (Georgi Dimitrov; Informe en el Vº Congreso del Partido Obrero (Comunista) Búlgaro, 15 de diciembre de 1948)

El Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) siempre hizo todo lo contrario a lo que requería una organización guiada por el socialismo científico donde se permitió el multiclasismo en la organización. Y a la luz de esas contradicciones internas en el FSLN, las clases explotadoras se fueron haciendo con todo el control de la organización ya constituida como partido tras el triunfo, y así apoyándose sobre todo en el mantenimiento de un régimen de organización de tipología militar en el partido garantizó que todo siguiera el curso planeado, donde además se reforzó al partido sobre la construcción de un «líder» infalible propio del caudillismo. Como se sabe, la construcción de un líder, y el secuestro del poder por parte de la dirigencia burguesa rompe con las normas organizativas de una organización marxista-leninista: el centralismo democrático; es por ello y al saberse vulnerables ante una masas que cada vez se interesaba más por el socialismo científico, optaron también por eliminar completamente la formación político-ideológica del partido en 1988.

Los medios nicaragüenses relataban así el pasado y presente principio del «pluriclasismo» del FSLN:

«El problema no es si el FSLN debe o no ser pluriclasista –ya lo es y siempre lo ha sido– sino de a qué clase responder en lo fundamental. Es natural que, a partir del desplome en Europa del Este, del fracaso electoral, por el cúmulo de desgastes personales y colectivos, para no mencionar el mismo pluriclasismo interno, no todos los sandinistas creen en la lucha de clases o han dejado de pensar en términos de explotados y explotadores, para concentrarse en la búsqueda de mayorías electorales y consensos con las fuerzas del gobierno y los denominados grupos de «centro» nacionales». (Revista Envío; Un maremoto social, Número 131, octubre 1992)

Si es cierto que el FSLN siempre ha sido una organización multiclasista o pluriclasista como quiera decirse, pero no es cierto que haya habido una línea de creencia en la lucha de clases o al menos de aplicación desde el punto de vista de la clase obrera, porque de ser así no se hubiera permitido el propio eclecticismo ideológico, las fracciones, el propio pluriclasismo del partido o la definición del Estado como supra-clasista.

Esta amalgama de principios burgueses a la hora de poner a funcionar una organización con tal eclecticismo ideológico, la permisión de fracciones siempre que respeten al caudillo, el pluriclasismo, etc. hizo que se llevara a reflejar en la aparición de nuevas tendencias ideológicas que presuntamente criticaba tanto al FSLN como al neoliberalismo:

«El componente ideológico del neoliberalismo ha penetrado ya las filas del sandinismo, lo que era de esperar por el carácter pluriclasista de la composición del FSLN y por lo atractivo que resulta la constante invitación norteamericana y neoliberal a tomar posiciones de «centro» en la nueva etapa nacional y mundial, en la que deben quedar atrás las ideologías y las contiendas violentas». (Revista Envío; Claves para iniciar un debate necesario, Número 124, de marzo 1992)

Con la pérdida del poder las filas se resientes, al tiempo que afloran los sentimientos revolucionarios proletarios de los obrero lanzados al desempleo por el Estado ya en manos del neoliberalismo del gobierno de los 90; en ese momento el FSLN en la oposición actúa conteniendo esos sentimientos, al tiempo que a su interior se mantiene una lucha intestina entre las facciones que ven incrementados sus antagonismos por la pérdida del poder, es decir, ya sin poder, y con la dictadura derrotada, no hay ningún factor que posibilite su unidad táctico-estratégica entre sus fracciones. Es en esas circunstancias que la dirigencia opta por crear un partido de masas en toda regla, y no es que no lo fuera como ya hemos explicado, sino que se relajan las pocas condiciones que había para aceptar a nuevos aspirantes. En época reciente, aproximadamente desde el 2007, la afiliación empezó a darse sin ningún requisito a todo aquel que la solicitara, incluso se popularizó entre la masa una frase: «la militancia ahora te la regalan por la compra de una cajita de chiclets».

Cabe preguntarse ¿por qué se liquidó al partido de «militantes» para dar lugar al partido de masas? Dos son las razones inmediatas:

1) El FSLN como organización multiclasista construyó una democracia burguesa electoralista, en tanto no requería de la existencia de militantes más o menos con convicciones, sino que requería de una militancia que gestionara procesos electorales y sobre todo que pudiera persuadir a electores de cara a cada proceso electoral.

2) Al haber construido una estructura de mando vertical, en donde las decisiones se toman por la dirigencia sin consultar a la militancia y a la masa, y que además apostaba a la construcción de un liderazgo fuerte –que en realidad se trataba de un «caudillo»–, tampoco eran necesarios militantes «pensantes» y críticos. Requería en efecto de una amplia base militantes, aunque sin formación ideológica, que actuara como mero elector y sin ninguna capacidad de cuestionamiento o incidencia en la estructura del partido, que a su vez le permitiera disputar el poder y mantenerlo en caso de alcanzarlo.» (Equipo de Bitácora (M-L); ¿Qué fue de la «Revolución Popular Sandinista»?: Un análisis de la historia del FSLN y sus procesos, 19 de julio del 2015)

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