miércoles, 4 de noviembre de 2015

El Partido Obrero Polaco en la lucha por la Polonia Popular; Bolesław Bierut, 1948


«Era lógico que durante el período en que Hitler se preparaba para un ataque en Europa, era posible que dicho ataque tocara de lleno a Polonia, por lo que por ello el partido comunista tuvo que adelantar la consigna de la defensa de la independencia de Polonia, lo que hizo correctamente. En esos momentos, hubo un cambio fundamental como tal en los problemas referentes a la lucha de clases. Un frente nacional común se debía formar para afrontar la lucha contra los buitres imperialistas que se esforzaban por imponer su voluntad a las naciones más débiles. Desde ese momento la guerra toma un carácter diferente, de liberación nacional, una guerra justa contra el más peligroso enemigo de la vista en situación; los saqueadores imperialistas. Esta fue precisamente la posición adoptada por el Partido Obrero Polaco en el momento de su creación –en 1942–.

Retomando su posición en la vanguardia de la lucha de liberación nacional, el Partido Obrero Polaco ligó la lucha por la liberación del país, con la lucha por la conquista del poder del pueblo trabajador, dirigido siempre por la clase obrera. La formación de la Kraiowa Rada Narodowa –Consejo Nacional– para representar a la gente, era una expresión de esto.

Durante el período de la lucha por el poder político a través de la Kraiowa Rada Narodowa –Consejo Nacional– y sus órganos locales, se logró alcanzar la cooperación exitosa de las fuerzas internas de los trabajadores polacos de la ciudad con el campo con las fuerzas revolucionarias del Estado soviético, la cual –dicha cooperación– se desarrolló como una fuerza armada sobre la que se sustentaría el orden socialista, es decir, el orden del que surgió de la dictadura del proletariado. Es precisamente una de estas características –la cooperación de las fuerzas revolucionarias locales e internacionales– por lo que se pudo desarrollar esta forma específica del poder político que hemos llamado democracia popular en Polonia y otros países. No hay ninguna duda sobre el carácter de clase de estas fuerzas y el carácter de clase del poder político en los países de democracia popular, un poder que se basa en la hegemonía de la clase obrera, que se mueve a la cabeza del amplio frente de las personas trabajadoras, sobre todo hablando de los campesinos pobres y medios.

Al mismo tiempo, cuando se formó el Kralowa Rada Narodowa –Consejo Nacional–, ciertos camaradas de nuestro partido subestimaron la verdadera relación de fuerzas entre las clases, y en especial la importancia de la lucha por el poder político de la cooperación de estas fuerzas con la fuerza armada de la Unión Soviética como fuerza revolucionaria y liberadora, no sólo como un aliado militar, sino como un aliado de la clase en nuestro conflicto clasista a resolver.

La estimación incorrecta de la particular relación de fuerzas de clase resultó en varias vacilaciones, por ejemplo se reflejó en lo que fue el intento de distorsionar la concepción del Kraiowa Rada Narodowa –Consejo Nacional–. Esto se indica en el punto 5 de la resolución Pleno del Comité Central de aquellos días.

La naturaleza de estas vacilaciones se ve mejor desde el artículo del camarada Benkowski: «Nuestra posición», publicado en el órgano central de nuestro partido: «Tribuna Wolnosti», durante el 1 de julio de 1944, artículo publicado por supuesto con el consentimiento del camarada Gomułka.

En este artículo se determina la posición del partido en la cuestión principal sobre el poder político en la víspera de la liberación de Polonia. Pero no llevaba en sí la correspondiente esencia del poder político para el Kraiowa Rada Narodowa –Consejo Nacional–, sino otra cosa muy distinta. En la víspera de la liberación de Polonia, en un momento decisivo en la lucha por el poder estatal, se observa que el autor de este artículo basa su posición sobre la colaboración con los grupos políticos que eran de hecho el apoyo de la reaccionaria banda derechista del Polskie Stronnictwo Ludowe –Partido Campesino Polaco– encabezado por Stanisław Mikołajczyk, y el Centralni Comitet Ludowa –Comité Central Popular–, que fue una creación subversiva del gobierno burgués exiliado en Londres y cuando su creación no tenía otro objetivo que socavar a la Kariowa Rada Narodowa –Consejo Nacional– que los comunistas habían creado. Esto sólo puede ser calificado como un rechazo oportunista de la consigna de poner la lucha del pueblo trabajador sobre el liderazgo de la clase obrera, como un intento, en este momento decisivo, de abandonar el frente de la lucha organizada y dirigida por nuestro partido que era el pivote y el líder de la Armia Ludowa –Ejército Popular– y del Kraiowa Rada Narodowa –Consejo Nacional–.

En el momentos en que el pueblo trabajador se disponían a introducir nuevas leyes revolucionarias confiando en el poder del Estado creado en los ardores de la lucha, y siempre bajo la dirección de la clase obrera, el autor del artículo se limitaba a persuadir a la reacción de la necesidad de una forma constitucional que asegure la hegemonía de Stanisław Mikołajczyk. ¿Qué oferta oportunista salió lamentablemente de boca de nuestro partido en aquellos momentos? Leamos:

«La presión de estas fuerzas debe estar en la dirección de la eliminación inmediata de las personas contra las posiciones que han incautado ilegalmente la cabeza del Estado –por ejemplo, presidente, comandante en jefe– quienes no cuentan con el apoyo de la gente, que siguen una política contraria a los intereses elementales de Polonia, es decir, en contra de la reorganización del gobierno de acuerdo con las exigencias de la democracia polaca». (Benkowski; Nuestra posición, publicado en Tribuna Wolnosti, durante el 1 de julio de 1944)

Y así, en palabras de este nefasto artículo, lograríamos la reorganización del reaccionario gobierno de Londres, lograríamos una reorganización de los puestos de presidente y comandante en jefe con el fin de asegurar los puestos a Stanisław Mikołajczyk, Jan Kwapińskiy y otros líderes reaccionarios del Polskie Stronnictwo Ludowe –Partido Campesino Polaco–. Tal era el programa oportunista propuesto por el grupo derechista en nuestro partido en el momento de la lucha por el poder del Estado, un programa al cual el camarada Gomułka no se opuso sino que aplaudió.

Debo decir que esta llamada «nuestra posición» no es la posición del partido, sino del grupo de la derecha en el partido como se demostraría. Durante ese período, el partido se dejó la piel formando los cuerpos locales de la Rada Narodowa –Consejo Nacional–, así como los nuevos destacamentos de la Armia Ludowa –Ejército Popular– en todo el país. Consolidó exitosamente tanto a obreros como a campesinos en una alianza no por grandes combinaciones dubitativas sino a través de la lucha de masas y el trabajo organizativo en cuerpos inferiores pero compactos. Nuestro partido preparó con confianza la lucha por el poder estatal. No había ninguna indicación de que nadie en las organizaciones inferiores dudaba del resultado victorioso de esta lucha. ¿Por qué entonces el grupo oportunista en nuestra dirección del partido apoyado por el camarada Gomułka buscaba otros medios? Creo que puedo señalar brevemente dos razones principales para esta falta de fe.

En primer lugar, fue el resultado de la estimación errónea en virtud de las fuerzas de la clase obrera, más precisamente una subestimación de la alianza de los obreros y campesinos, que, bajo la dirección de nuestro partido, creció y se fortaleció en la lucha contra las fuerzas de ocupación.

En segundo lugar, fue el resultado de la falta de comprensión de la esencia de los objetivos de la liberación social de la Unión Soviética, que surgen de los mismos principios ideológicos del Partido Comunista (bolchevique) de la Unión Soviética, de no llegar a entender o no querer entender el rol de ese mismo partido en el frente internacional en lo concerniente a la lucha de todos los pueblos y de todas las fuerzas democráticas contra el imperialismo. Consideramos que la gran labor de conservación de los principios ideológicos del marxismo-leninismo en los que el Partido Comunista (bolchevique) de la Unión Soviética siempre se ha guiado, y que hoy también preservan como un tesoro, determina claramente su papel de liderazgo en el frente internacional contra el imperialismo, y esto –el no captar su esencia– viene a ser una de las principales fuentes para las vacilaciones ideológicas del camarada Gomułka. Por lo tanto, nuestra crítica abierta de todo el partido hacia el camarada Gomułka es con el fin de ayudarle a él y a todos aquellos que como él, no alcanzan a comprender cuestiones que hacen que no logren superar sus vacilaciones constantes.

En este análisis crítico, no se puede dejar de señalar otros puntos de vista erróneos ya mencionados en la pasada resolución Pleno del Comité Central, vistas que llevaron gradualmente al camarada Gomułka hacia un derechismo desenfrenado, y a ser el principal miembro en liderar la desviación nacionalista de nuestro del partido.

¿Qué había detrás de las vacilaciones del camarada Gomułka, detrás de su oposición a la resolución de la Kominform que describe la plataforma ideológica de los partidos marxistas como la transformación socialista de la agricultura y la liberación de los campesinos pobres y medianos de la explotación de los kulaks y los elementos capitalistas? Su posición refleja la indudable tendencia oportunista de evitar la lucha de clases contra los elementos capitalistas del campo, una lucha sin la cual el avance victorioso hacia el socialismo es imposible.

La misma tendencia oportunista es manifiestamente evidente en las recientes declaraciones del camarada Gomułka sobre la cuestión de la fusión del Partido Obrero Polaco y el Partido Socialista Polaco, y los métodos por los cuales los dos partidos obreros polacos pueden unirse en uno. Sus declaraciones revelan la concepción errónea de que los dos partidos pueden unirse sin primero eliminar a los elementos ideológicos derechistas existentes consolidados entre un sector de los viejos cuadros del Partido Socialista Polaco, quienes en un pasado no muy lejano estuvieron conectados todos ellos en el viejo Partido Socialista Polaco; Libertad, Igualdad e Independencia [1], se revela como decimos, la creencia de que podemos unirnos con dicho partido sin una fuerte lucha contra la influencia de la ideología extraña.

Uno no puede dejar de ver en esto una recaída en las concepciones oportunistas socialdemócratas que no han sido completamente erradicadas, que precisamente intentamos separar a la hora de unirnos con el Partido Socialista Polaco, unas concepciones liberales contra las cuales nuestro partido debe seguir librando una lucha irreconciliable». (Bolesław Bierut; Para lograr la completa eliminación de las desviaciones derechistas y nacionalistas, 1948)

Anotaciones de «Bitácora (M-L)»

[1] Cuando Bolesław Bierut habla de la influencia en el Partido Socialista Polaco de los viejos cuadros en el Partido Socialista Polaco; Libertad, Igualdad e Independencia, se refiere al nombre que tuvo el Partido Socialista de Polonia desde 1939 a 1944. A partir de entonces, el partido sufrió una ruptura en su seno; por un lado Edward Osóbka-Morawski líder del ala derecha partidario de formar una alianza con el Partido Campesino Polaco de Stanisław Mikołajczyk contra el Partido Obrero Polaco de Bolesław Bierut, por el otro el ala izquierda del partido liderado por Józef Cyrankiewicz, partidario de una alianza con los comunistas. El partido se escindió, y cada parte arengó por sus respectivos objetivos. Para diciembre de 1948 lo que fue el ala izquierda del Partido Socialista Polaco y el Partido Obrero Polaco se fusionaron dando lugar al Partido Obrero Unificado Polaco. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

«¡Pedimos que se evite el insulto y el subjetivismo!»