sábado, 26 de enero de 2019

Sobre los que anuncian que la lucha entre capitalismo y comunismo se ha detenido o ha finalizado


«Algunos creen que una vez acabada la Guerra Fría la metodología del tipo Gladio pasó a mejor vida. Pero no nos engañemos, el teórico «fin de la guerra entre el capitalismo y comunismo» es una teoría imperialista o una teoría derrotista, dependiendo quién sea el autor que la empuñe, pero por encima de todo es falsa. Aunque no existan países dirigidos por partidos comunistas que construyan el socialismo, esta lucha entre capitalismo y comunismo existe en nuestro mundo actual, se ve en la lucha del capitalismo por suprimir a los pocos partidos comunistas existentes o los de estado embrionario que intentan constituirse, se nota claramente en los actos de censurar la única ideología proletaria –el marxismo-leninismo– o en los intentos de deformarla hasta hacerla inútil e inofensiva. La lucha de la que hablamos es una lucha producida por las contradicciones inherentes del capitalismo, en especial de la contradicción capital-trabajo –burguesía-proletariado–, por tanto no se puede parar, pues dicha pugna es completamente inexorable debido a la lucha de clases que se desarrolla en medio de una sociedad dividida en clases, su forma de producción determina que se creen estas contradicciones que no pueden desaparecer; esto es así más allá de los deseos de algunos por ocultar esta realidad, igualmente aunque algunos pierdan el tiempo teorizando el fin del proletariado con el «precariado» y hablando de las bondades de la «sociedad de consumo», lo cierto es que como ha demostrado la última crisis global el capitalismo no tiene solución, reaparecen viejos problemas o se recrudecen otros, el proletariado como tal sigue existiendo, y es con su ideología la única clase social que puede poner fin al capitalismo. 

Las fricciones que se crean diariamente dentro del mundo capitalista crean una conciencia entre los trabajadores, la enérgica repulsa hacia los males de la sociedad –aunque no sepan muy bien como procesar todo esto ni cómo actuar–, es algo que puede ser aprovechado por los comunistas para dotarles de conciencia de clase o puede ser aprovechada por la burguesía para mitigar estas inclinaciones a través de diversas formas de alineación. Entonces, incluso en las manifestaciones de la lucha de clases que no pongan directamente en tela el poder de la burguesía, aunque sean movimientos con métodos arcaicos de lucha, mal organizados, eclécticos ideológicamente y en definitiva, no netamente comunistas, la burguesía en más de una ocasión debido a su fragilidad y a su miedo se verá obligada a reprimir a los trabajadores cuando no pueda engañarlos incluyendo dentro de las democracias burguesas; cuando no tenga medios para dar unas concesiones que calmen los ánimos, tomara una actitud represiva que como hemos visto a lo largo de siglos con varios ejemplos, se agudizará más en cuanto las formas de actuación de las masas se vuelvan cada vez más sofisticadas, tomando conciencia de sus actuaciones y de sus objetivos finales, adquiriendo su movimiento un carácter realmente ofensivo y peligroso para el estatus político-económico dominante. 

Por ello la burguesía cuando se ve con un pie en la tumba, recurre a todo como sabemos. Insistimos: los métodos de la CIA y de todos los gobiernos burgueses, sus cuerpos de espionaje y en general todos sus cuerpos represivos no han cambiado. Si nos centramos en las conexiones estadounidenses, solo hay que ver los escándalos sobre secuestros, desapariciones, experimentos, torturas, espionaje y demás casos que cada día salen a la luz sobre viejos eventos en Chile, Argentina, Irak, Guantánamo, Vietnam, Nicaragua, Salvador, Irán, Congo, Indonesia, Somalia, Libia y así un sucesivo etc., la lista sería realmente interminable.

Cuando la documentación de los servicios secretos es desclasificada al público tras variadas décadas o cuando ante la vejez y ya ante nada que perder, más de un agente confiesa los trapos sucios de la organización, por supuesto los medios de (in)comunicación masivos no dedican ni la mitad del tiempo a mostrar estas revelaciones del que dedican a otros temas estúpidos y banales, pero esto es normal, ¿acaso no es ella, la clase burguesa, quién también controla el poder comunicacional-propagandístico de la sociedad? Entonces a obviedades materiales debemos llegar a conclusiones obvias de porqué todo esto no es realmente conocido entre la población. Pero estos datos deben ser propagados y popularizados entre los trabajadores, para que se quiten de encima cualquier ilusión sobre cómo se las gasta la burguesía ante sus enemigos.

Les guste o no a los apologistas del capitalismo y de la flamante democracia burguesa, poco a poco se siguen confirmando estos crímenes de Estado, y esto no va a parar nunca, ni se podrá contrarrestar por mucho que se esfuercen por dejarse millones en crear y difundir libros, películas y canciones de aspecto propagandístico bajo mitos anticomunistas para intentar justificar sus pecados, o para convencer a las masas que en el peor de los casos «todos son iguales». (Equipo de Bitácora (M-L); Estudio histórico sobre los bandazos oportunistas del PCE(r) y las prácticas terroristas de los GRAPO, 30 de junio de 2017)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

«¡Pedimos que se evite el insulto y el subjetivismo!»