domingo, 5 de agosto de 2018

Las causas reales de la permanente crisis político-económica venezolana; Equipo de Bitácora (M-L), 2018


«A los chavistas del exterior les da igual las causas reales de la crisis permanente que vive Venezuela, según ellos el chavismo todavía retiene el apoyo popular lo que significa que para ellos todo «va viento en popa»:

«Venezuela no es más que el ejemplo más cercano, de cómo se convierte en incapaz y totalitario a un gobierno, que mediante un bello experimento de democracia y tolerancia, construye una alternativa económica y política frente al designio neoliberal. A la manipulación de parte de la población sumida en la impaciencia, se une la barbarie de una extrema derecha criminal. Que se ampara en su poder mediático. Que ignora la existencia de un aplastante movimiento de masas populares que no cesan de apoyar a su gobierno legítimo». (Timoleón Jiménez; Respaldamos a Nicolás Maduro y la Revolución Bolivariana, 20 Abril 2017)

Siguen insistiendo desde sus universos paralelos que la situación de Venezuela ha sido creada desde el exterior y que si se lo proponen en serio el gobierno de Maduro puede transitar al socialismo:

«Apelamos a la responsabilidad del Gobierno de Venezuela, y de su Jefe de Estado, Nicolás Maduro, que tienen, fundamentalmente con el pueblo trabajador venezolano, y sin más demora rectifique y adopten medidas para desarrollar el socialismo en Venezuela, y avancen hacia un Estado socialista que sea implacable con los fascistas, con los golpistas, con la burguesía y no otorgue concesión alguna a la oligarquía y sus esbirros». (Partido Comunista Obrero Español; Venezuela: Contra la agresión imperialista el socialismo es el único camino, 4 de agosto de 2017)

Como dice el refranero español, «cuando un tonto coge un camino el camino se acaba pero el tonto sigue».

A los cabecillas de estas agrupaciones revisionistas citadas, algunos de ellos engañados por la propaganda chavista y otros autoconvencidos por actos de fe, nunca llegaran a entender los problemas que vive el país caribeño.

Por mucho que el chavismo haya hablado desde su llegada de superar el «modelo rentista del petróleo» en varios de sus voceros, esto ha sido un bluf:

«El Motor de Hidrocarburos debe ser un eje fundamental del proceso de transición del rentismo petrolero agotado, hacia la construcción de un nuevo modelo de la economía productiva, así lo indicó este lunes el asesor del Instituto de Tecnología Venezolana para el Petróleo de la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa), Lucidio García. (...) Consideró que la transición de un modelo económico que depende principalmente de la actividad petrolera, a uno basado en la productividad es «un proceso necesario y difícil, más no imposible», en un momento crucial para el país que atraviesa coyunturas económicas como la caída del precio del barril de crudo en casi 80%, así como la guerra no convencional de la derecha, expresada en el contrabando e inflación inducida. El rentismo petrolero, heredado de la IV República, generó una economía monoexportadora, lo que «permitió el desarrollo de una situación en la cual unos pocos se hicieron millonarios y la gran masa del pueblo trabajador entró en una situación de desespero», refirió. En su participación en el programa, recordó que con la llegada al gobierno del comandante Hugo Chávez –quien ideó e impulsó la Revolución Bolivariana, proceso que garantiza la justa redistribución de la riqueza–, se ha ido «tratando de salir de ese modelo dependiente de la renta petrolera». «Hugo Chávez catapultó una nueva propuesta para el país: un modelo económico diferente, no un modelo rentista», sino un esquema dinámico en el que la mayoría de la población participe en la producción; propuesta ratificada por el actual presidente de la República, Nicolás Maduro». (Agencia Venezolana de Noticias; Revolución Bolivariana está enfocada en superar modelo rentista de la IV República, 25 de enero de 2016)

Pero como se puede ver por los propios datos de los chavistas, el petróleo sigue siendo la piedra angular de la economía en tanto que «modelo rentista petrolero»:

«El presidente de la República, Nicolás Maduro, informó que el precio del petróleo venezolano se ubicó este martes en 24 dólares por barril, lo que representa el nivel más bajo registrado en los últimos 12 años. La disminución en el precio de los hidrocarburos, tiene un efecto importante en la economía nacional, ya que las exportaciones petroleras constituyen la principal fuente de ingresos de divisas con que cuenta el Estado para impulsar el desarrollo social y económico del país. En proporción, de cada 100 dólares que entran a la nación, 96 provienen de la renta petrolera. En condiciones favorables, cuando suben los precios del petróleo ingresan más dólares y aumentan las reservas internacionales, mientras que al caer los precios de la cesta petrolera, la cantidad de divisas que entra al país es menor, lo que disminuye los recursos con los que cuenta el Estado para continuar impulsando el desarrollo socio económico nacional. (...) La baja en la cotización del crudo tiene un impacto directo sobre las inversiones que debe emprender Petróleos de Venezuela (Pdvsa), cuyos costos de producción por cada barril de crudo oscila entre los 8 y los 19 dólares, dependiendo de la zona en donde se extraiga el petróleo y de acuerdo a su densidad medida en grados API (American Petroleum Institute), que determina que tan liviano o pesado es. Asimismo, tiene un efecto negativo sobre los proyectos estratégicos que debe emprender la empresa estatal para impulsar el crecimiento de la producción de crudo en el país. De hecho, las mayores inversiones dentro de la Industria se realizan en las áreas medulares de exploración y producción, refinación y gas, para lo cual se destina un monto de 30 mil 978 millones de dólares». (Agencia Venezolana de Noticias; ¿Cómo afectan los bajos precios del petróleo la economía nacional?, 14 de enero de 2016)

En otros momentos, vimos visiones voluntaristas de sus dirigentes, ¡jurando que  la caída de precios del barril de petróleo no afectaría a Venezuela!:

«Un Gobierno revolucionario con poder económico como el que yo presido, tenemos planes, tengo planes para pasar cualquier situación así tiren los precios del petróleo donde los tiren, tenemos planes para sustituir y garantizar las divisas que necesita el país para el funcionamiento de la economía». (Nicolás Maduro; Discurso, 16 de octubre de 2014)

Lo cierto es que a 2017 podemos afirmar que tras casi dos décadas de chavismo, Venezuela sigue anquilosado en el mismo modelo basado casi en exclusiva en el petróleo y sus fluctuaciones de mercado, y que lejos de evitar las crisis económicas, ellas han sido una constante desde hace ya varios años. Esto se refleja en los datos económicos, que son irrefutables:

«Las principales exportaciones de de Venezuela son Petróleo Crudo ($24,9 Miles de millones), Refinado de Petróleo ($5,57 Miles de millones), Oro ($916 Millones), Alcoholes acíclicos ($451 Millones) y Coque de Petróleo ($336 Millones), de acuerdo a la clasificación del Sistema Harmonizado (HS). Sus principales importaciones son Refinado de Petróleo ($2,3 Miles de millones), Medicamentos envasados ($1,38 Miles de millones), Leche concentrada ($900 Millones), Coches ($674 Millones) y Congelados Carne de Bovino ($673 Millones)». (The Observatory of Economic Complexity; Venezuela, 2017)

Es más, ¿a quién vende ese petróleo el gobierno chavista? ¿De qué países importa lo que necesita? ¿Quién encabeza la lista de exportaciones e importaciones en el saldo comercial de Venezuela? ¡Nada más y nada menos que Estados Unidos!:

«Los principales destinos de las exportaciones de de Venezuela son los Estados Unidos ($14,6 Miles de millones), China ($6,07 Miles de millones), la India ($5,82 Miles de millones), Singapur ($1,61 Miles de millones) y Suiza ($887 Millones). Los principales orígenes de sus importaciones son los Estados Unidos ($8,07 Miles de millones), China ($5,31 Miles de millones), Brasil ($2,99 Miles de millones), Argentina ($1,37 Miles de millones) y México ($1,22 Miles de millones)». (The Observatory of Economic Complexity; Venezuela, 2017)

Eso demuestra no solo que Venezuela es un país dependiente, neocolonizado por los diversos imperialismos, sino también que en realidad nunca ha dejado de estar dominado por el imperialismo estadounidense. He aquí borrado de un plumazo la demagogia sobre la política «antiimperialista» que el chavismo publicita en su propaganda.

El endeudamiento ha sido la máxima de este gobierno, que como todo gobierno rentista, aprovecha los momentos de bonanza en este caso petrolera, para endeudarse a intereses bajos, pero que en momentos de crisis, los «intereses bajos» se vuelven una losa insoportable:

«Adicionalmente a los ingresos por exportaciones petroleras, durante el período 1999-2014 Venezuela recibió miles de millones de dólares en ingresos adicionales por la vía del endeudamiento externo. Según Álvarez, el gobierno aprovechó el ciclo de precios altos del petróleo para financiarse a bajo coste. Entre 1999 y 2011, se emitieron US$54.327 millones en bonos de la República y bonos de la petrolera estatal Pdvsa. Parte de ese monto ya se ha pagado.  En 2012, el gobierno aumentó el gasto público para apuntalar la campaña de Chávez por la reelección. Según estimaciones de Ecoanalítica, como consecuencia de estas emisiones, Venezuela enfrenta compromisos hasta 2027 por US$92.750 millones para pago de intereses y capital. Adicionalmente, Venezuela contrajo deudas con países como Rusia y China. Según cifras del Banco Interamericano de Desarrollo, desde 2007 Pekín ha hecho varios préstamos a Caracas que suman US$65.000 millones. Parte de ese dinero ya se ha pagado con el envío de cargamentos de petróleo». (BBC; Cómo Venezuela pasó de la bonanza petrolera a la emergencia económica, 25 de febrero de 2016)

En la actual situación desesperada en la que se ve el gobierno de Maduro los tiburones financieros aprovechan tal ocasión para hacer negocio en Venezuela y de paso echarle un cable al buen «antiimperialista» de Maduro comprando su deuda en un momento tan delicado en que de no hacerlo se puede declarar insolvente al país:

«Goldman Sachs sorprende al mercado con la compra de 2.800 millones de dólares de bonos de la empresa estatal Petróleos de Venezuela, según informa «The Wall Street Journal». El banco ignora así a los opositores que piden que las instituciones financieras no realicen transacciones con el Gobierno de Nicolás Maduro y lanza un salvavidas al mismo, que desde hace ocho semanas lidia con una serie de protestas que ya han dejado 60 muertos. (...) Sin embargo, la estrategia de Goldman no es tanto por apoyar a Maduro, sino que, según fuentes cercanas a la operación citadas por «The Wall Street Journa», «Goldman está apostando a que un cambio en el Gobierno puede más que duplicar el valor de la deuda, que se negocia con fuertes descuentos de rentabilidad del alrededor del 30% por los miedos crónicos de quiebra». De hecho, Goldman no negoció la operación directamente con el ejecutivo de Maduro, sino que compró esos bonos a un bróker anónimo. Por su parte, un alto cargo del Gobierno ha confirmado las informaciones pero se ha negado a hacer más comentarios al respecto. Según publica el rotativo estadounidense, el banco de inversión pagó 31 centavos de dólar por bonos que la empresa estatal de petróleo del país emitió en 2014 y que tienen su vencimiento en 2022. El precio tiene un descuento del 31% frente a los activos venezolanos que maduran ese mismo año. Y es que los bonos venezolanos se están negociando activamente en los mercados dados sus fuertes rentabilidades y el compromiso firme de Maduro de cumplir con sus obligaciones de deuda a pesar de las dificultades que tiene para financiar la importación de alimentos». (El Confidencial; Goldman apuesta a la caída de Maduro: compra bonos de Petróleos de Venezuela, 25 de mayo de 2017)

Pero Venezuela también ha recurrido a otros imperialismos para repartir el peso de su deuda, entre ellos uno de sus mejores aliados durante la última década: el imperialismo ruso:

«Maduro, al intervenir esta mañana en un foro internacional de energía, y antes de la reunión que mantendrá hoy con Putin. «Cualquier reestructuración o refinanciamiento seguramente será objeto de acuerdos entre los dos gobiernos», añadió el presidente venezolano, que se encuentra en Moscú como parte de una gira por varios países. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, confirmó a los periodistas que la cuestión de la deuda venezolana será tratada en el encuentro presidencial en el Kremlin. «La reestructuración de la deuda, sin duda, es uno de los temas de las negociaciones. Si lo plantean nuestros socios, hablaremos de ello». (…) Recientemente, el ministro de Finanzas ruso, Antón Siluánov, admitió que Rusia está negociando la reestructuración de la deuda de Venezuela tanto en conversaciones bilaterales como en el marco del Club de París. Rusia concedió un crédito a Venezuela de 4.000 millones de dólares en diciembre de 2011. Hasta 2015 Venezuela pagaba el crédito sin retrasos, que empezaron a llegar en marzo de 2016. En septiembre del pasado año, el Gobierno ruso aprobó el protocolo que permitía reestructurar la deuda venezolana de 2.800 millones de dólares, y que no se empezará a devolver hasta 2019. En agosto de este año, el gigante petrolero estatal ruso Rosneft transfirió a Venezuela 6.000 millones de dólares en concepto de adelantos por suministros de petróleo venezolano a esa compañía de aquí hasta 2019». (El Diario.es; Maduro abordará con Putin la restructuración de deuda y cooperación militar, 4 de octubre de 2017)

Esta situación viene sucediendo desde que Venezuela no es capaz de pagar su deuda, y de nuevo al imperialismo ruso se le ofrece nuevas concesiones de explotación con la intención de renegociar la deuda. Eulogio del Pino, ministro del Petróleo confesó recientemente:

«Negociamos con Gazprom y Rosneft la posibilidad de desarrollar dos yacimientos y su posterior exportación». (Sputnik; Caracas debate con Moscú el desarrollo de yacimientos en la plataforma continental venezolana, 4 de octubre de 2017)

Queda demostrado que el nivel de influencia de las multinacionales rusas en Venezuela cada vez es mayor como recogen los medios de distintas ideologías. Existen zonas como la faja del Orinoco donde las empresas están exentas de ciertas legislaciones, y donde en muchas de las empresas mixtas el capital privado extranjero ha superado al del gobierno venezolano, algo que los chavistas ven como necesario ya que han aceptado el mito liberal de que las empresas privadas son más eficientes per se, lo que logró el aplauso de los empresarios privados y los periódicos de la ultraderecha:

«Las palabras del ministro de Petróleo, Eulogio Del Pino, en la 38va Asamblea de la Cámara Petrolera de Venezuela marcaron un viraje de 180 grados en la relación de la empresa estatal y el sector privado de ese país que opera en el área de los hidrocarburos: hubo un rectificación al reconocer que fue un error las estatizaciones que se hicieron en 2009 a empresas de servicios de la costa oriental del lago de Maracaibo, reconocimiento que se ganó aplausos entre representantes de ese gremio. (...) «Debemos ir a nuevo modelo con mayoría del sector privado y eso pasa por un reconocimiento de errores: creo que lo que se hizo en el lago de Maracaibo tuvo muchos errores, debemos reconocerlo y hemos ido a un esquema en el cual a todos aquellos empresarios, que aún quieran continuar, vamos a devolverle sus actividades», dijo Del Pino. «En la Faja del Orinoco, tenemos firmados acuerdos con 20 empresas mixtas con una modalidad que rige esta nueva estrategia que estamos llevando adelante porque son compañías en la cual la parte privada tiene 80% y PDVSA 20%. ¿Qué significa ese 20%? Primero, permite una lista prioritaria de pagos; y segundo, le da seguridad desde el punto de vista de impuestos y permisología. Nuestra participación accionaria es para dar confianza», enfatizó». (Petroguía; Eulogio del Pino; Fue un error lo que se hizo con empresas del lago de Maracaibo, 27 de julio de 2016)

Sobre la deuda y su rol, concordamos con lo que Vincent Gouysse afirma:

«¿Los demócratas burgueses ven la deuda exterior como una «trampa» que no supieron evitar los países emancipados del colonialismo, pero, ¿acaso esta «trampa» no fue más bien una consecuencia natural e inevitable de la «cooperación económica» y la incorporación a la «división internacional del trabajo»? ¡Así lo es indiscutiblemente! Los marxista-leninistas albaneses subrayaban que el neocolonialismo no podía ser separado del endeudamiento exterior que había aumentado en proporciones gigantescas en el curso de los años de las décadas de los 70 y 80, citando como ejemplo la deuda de América Latina que ascendió de 33 a 360 mil millones de dólares durante el periodo de 1973-1984. Subrayaban que este endeudamiento desequilibraba todo su sistema económico e invadía su independencia política». (Vincent Gouysse; Imperialismo y antiimperialismo, 2007)

Lo que viene a decir que la deuda es el resultado lógico de una especialización, de ese unilateralismo en la economía, de esa falta de autonomía, y también representa el carácter parasitario de la burguesía venezolana en el poder. Hace tiempo que también mostramos que para Chávez y Maduro, las empresas privadas no son enemigas de su gobierno, sino que son recibidas con los brazos abiertos. Para estos demagogos el librar a tú país de las multinacionales y cuidar que los recursos del país sean aprovechados por la nación sería ser un «dogmático stalinista»:

«Y bueno lo hemos venido demostrando, la inversión ha venido incrementándose y yo aprovecho para hacer un llamado al sector privado al que tú te referías, bueno que hagamos un esfuerzo, nosotros estamos dispuesto a hacerlo incluso para ayudarle a que la inversión privada en Venezuela se continúe incrementando, se incremente. Ayer lo decía creo que Rafael Ramírez, tú también lo has dicho muchas veces y esto no es algo reciente, no es algo de los años de la revolución, no, desde los años ochenta, la inversión privada en Venezuela se vino abajo, se vino abajo. Y eso es una de las razones de la quiebra del país, porque ni invertían los privados y el Estado estaba quebrado, ¿quién invertía aquí? Nadie. Quebró el país pues. Ahora en una economía dinámica esta, inversionistas privados, empresarios verdaderos vengan a trabajar. Yo vuelvo a insistirles, no se dejen meter aquí en la cabeza el cuento ese del coco, que vamos a expropiarles, no, no, no, lo que queremos es trabajar juntos». (Hugo Chávez; Intervención íntegra del Comandante Chávez en el Consejo de Ministros, 8 de noviembre del 2012)

Pero aquí no acaba la cosa. Esta teorización del «socialismo» con propiedad privada nacional y extranjera, es santificada como una genialidad de creación del modelo económico para el siglo XXI:

«Es más, digo más, si empresas internacionales quieren venir a Venezuela, oído, y asociarse a capital privado nacional, asociarse a capital público nacional, o ellos solitos, solitos cumpliendo las leyes, quieren hacer su inversión ellos solitos, vengan a Venezuela. Venezuela es el país de las oportunidades de la unión de América, vengan para acá todos los inversionistas que quieran venir. (...) Venezuela es el país clave, clave y un poquito más abajo hacia el Atlántico, la gran Brasil, la gran Suramérica, vengan a invertir en transporte marítimo, acuático, en transporte aéreo, vengan a invertir, siéntense con nosotros aquí en esta mesa y nosotros le garantizamos todas, todas las condiciones para que su inversión sea productiva. (...) El comandante Chávez construyó un pensamiento alternativo al neoliberalismo y al capitalismo. Un pensamiento económico de nuevo tipo, para dirigir la transición hacia el socialismo, de eso nos dejó un legado bastante preciso, muy alejado del viejo dogmatismo de los manuales stalinistas, muy alejado de los viejos dogmatismos». (Nicolás Maduro; Reunión del presidente Nicolás Maduro con el gabinete económico, 17 de agosto del 2013)

Pues veamos que decía uno de los famosos «stalinistas» sobre este tema:

«Los Estados revisionistas se han convertido ya en Estados capitalistas, dominados por la férrea dictadura del capital, la cual no permite protestas e impone sus decisiones a la clase obrera y a su pueblo. En esos países la mano de obra es barata. La import-export de mercancías en general es reducida, no sobrepasa el 15% ó el 20% del producto nacional. En estas condiciones crean con los países capitalistas grandes sociedades, trusts, en cooperación abierta o encubierta, con el 49-50% de las acciones. Así los trusts capitalistas han ocupado, por así decirlo, los grandes mercados de estos países autodenominados comunistas. Las inversiones de estas grandes multinacionales capitalistas han echado profundas raíces en la Unión Soviética. Los Rockefeller, Shell y otros han cooperado con el gran trust del petróleo de la Unión Soviética en Siberia y continúan haciéndolo. Estos países han puesto la tecnología y la modernización de sus plantas y fábricas a merced de estos grandes consorcios capitalistas porque no están en situación de pagar con divisas». (Enver Hoxha; Las multinacionales, una soga al cuello de los pueblos, 27 de septiembre de 1977)

¿Una descripción apegada a la propia realidad de la República Bolivariana de Venezuela verdad? Quizás el problema de algunos, es que no se han molestado en leer a autores realmente marxista-leninista para encontrar las respuestas a los problemas de Venezuela, deberían dejar el Libro Rojo del PSUV y empezar a leer verdaderos análisis marxistas para comprender la economía capitalista. En el mismo sentido: suponemos que este es el socialismo con el que el PCOE sueña implantar en España, como buenos antistalinistas y procastristas, ven un proceso socialista donde un marxista no avista más que al típico gobierno nacionalista-burgués con ropajes tercermundistas.

Uno de los temas estrella de todo populismo, sea de «izquierdas» o «derechas», ha sido siempre el asistencialismo, más si como en el caso del chavismo viene influenciado de la teología de la liberación. ¿Pero cómo definir el populismo?:

«Es un término no reconocido por la Real Academia Española [RAE]  seguramente se hará en próximos años debido a su extendido uso–. Tienen una definición difusa y confusa; en ocasiones positiva en otras y más comúnmente negativas. Si nos plegamos a sus raíces etimológicas tendríamos que comprenderlo como relativo a pueblo; pero resulta evidente que los términos evolucionan en su contenido y significado y se alejan de sus raíces; por ejemplo: «dictador y dictadura» en su uso romano no revestían contenidos negativos como ocurre hoy.

Dicho esto, y a efectos de este espacio, populismo es aquella «estrategia» en el marco del ejercicio del poder –como gobernante o como opositor– bajo la dictadura de la burguesía ya sea en su forma democrático burguesa o en su forma fascista que es indisoluble a la demagogia, el pragmatismo y el oportunismo. Su función principal es enmascarar el verdadero sentido de las políticas que tienen por objeto el fortalecimiento de la clase en el poder pero justificadas en un «pretendido bien superior»; por ejemplo y el más común: «el bien general del pueblo»; dicho de otro modo, su objetivo es la alienación de las masas.

Vale decir que el populismo no es una característica exclusiva de la izquierda burguesa –revisionista, reformista, etc.–, sino de todo el espectro político burgués, su cara visible es el asistencialismo-caritativo; por ejemplo: el ultraderechista Álvaro Uribe desarrolló en Colombia programas de asistencia escolar, merienda escolar, programas de vivienda, etc., al tiempo que profundizaba el vaciamiento de contenido de los derechos económico-políticos a través de la extinción de los derechos laborales, etc. El mismo procedimiento emplean los gobernantes de izquierda burguesa en Latinoamérica que engañan a los pueblos diciendo que ese asistencialismo es un embrión del socialismo cuando se trata del capitalismo de siempre. Lo esencial a comprender es que esta estrategia, allá donde se ejerce, tiene como finalidad aminorar las «condiciones objetivas» que conduzcan a procesos revolucionarios proletarios; al tiempo que con la propaganda reducen las «condiciones subjetivas». Es decir, es un mecanismo destinado a prolongar artificialmente al capitalismo en crisis, no obstante a veces se desarrolla con objetivos meramente cosméticos, el ejemplo más oportuno son los «programas sociales» de las entidades empresariales monopólicas. El fascismo también ha utilizado de forma constante el populismo, sobre todo desde la oposición política –a veces sirviendo como trampolín al poder–. Lo ha hecho apoyándose en casos de corruptelas del gobierno burgués de turno –jurando que ellos acabarían con esa corrupción–, de humillaciones nacionales de la Patria por otras potencias –jurando restablecer ante el pueblo el «honor nacional»–, pretendiendo sentir repulsa por los «abusos de las clases altas» –clamando su fin– y queriéndose proclamar siempre como una «tercer vía» entre los «abusos de las clases altas» hacia el pueblo y el radicalismo y ateísmo del marxismo que quiere destruir a las clases altas como tal –hablamos de «clases altas» y no de clase explotadoras, siguiendo el hilo de que los fascistas no reconocen los análisis marxistas sobre la plusvalía y no ven explotación en el sistema capitalista–, elementos que desembocan en engañar a las masas trabajadoras, distraerlas y desviarlas de la revolución». (Equipo de Bitácora (M-L); Terminológico, 2015)

¿Definición general que encaja perfectamente con el chavismo no les parece? En el caso venezolano, este es uno de los últimos bastiones en los que el chavismo moribundo se apoya para subsistir. En la época actual de Maduro, se utiliza la demagogia del asistencialismo hasta el punto que, ¡directamente se sepa quién apoya y quién no apoya al chavismo, para que a saber de una u otra postura otorgar o no la ayuda social!:

«Maduro tuvo tiempo también para hablar del «carnet de la patria», el sistema de identificación que el Gobierno utiliza para la distribución de ayudas sociales, en el que se han inscrito hasta ahora unos 15 millones de venezolanos y que el oficialismo ha utilizado en las elecciones de hoy para controlar quién acudía a votar». (Agencia EFE; Maduro advierte de medidas contra Parlamento, Fiscalía y medios privados, 31 de julio de 2017)

No olvidemos que esto supone un medio configurado para controlar a la población en las votaciones. ¿No es acaso este otro rasgo que recuerda peligrosamente a los movimientos fascistoides?

En los últimos meses también se ha hablado mucho de impulsar leyes sancionadoras por los comentarios en redes sociales:

«La plenipotenciaria Asamblea Nacional Constituyente (ANC) de Venezuela, integrada únicamente por representantes leales al Gobierno de Nicolás Maduro, regulará el uso de las redes sociales en el país para sancionar a quienes cometan «delitos de odio». «Va a estar incorporado en esta ley lo que tiene ver (con) la regulación de la emisión de mensajes de odio e intolerancia (y) fuertes sanciones cuando se esté en presencia de un delito de odio y de intolerancia», dijo hoy la excanciller Delcy Rodríguez, presidenta de la Constituyente». (EFE; Regularán el uso de redes sociales en Venezuela para sancionar «delitos de odio», 23 de agosto de 2017)

¿Qué dirán desde España los chavistas que han clamado tanto contra los recortes de libertades de la Ley Mordaza y la ambigüedad de sus artículos que permiten una ejecución subjetiva de la ley sobre ellos? En Venezuela esta ley chavista es una ley que a priori entraría dentro de la lógica de cualquier democracia burguesa para controlar a los trabajadores en la era digital, pero que dado los hechos que se vienen desarrollando, se ve claro que se hará extensible no solo a ellos, sino a cualquier tipo de oposición por parte de los grupos de la burguesía que pugnen contra el chavismo. Es un proyecto que pretende blindar la libertad de expresión solamente para los seguidores del chavismo, no para sus detractores. Ya existen muchos países de América como Nicaragua, Cuba y otros países donde el hecho de entrar a ciertas páginas marxista-leninistas de Internet y difundir información crítica con el régimen está prohibido, donde los revolucionarios que hacen esto pierden sus trabajos sobre todo si son funcionarios del Estado, cuando no costando a veces la cárcel si se atreven a incumplir estas leyes. No hablemos ya de la censura existente en China, donde hemos sabido de varios casos similares, alcanzando unos niveles represivos insospechados. Es curioso que muchos de estos gobiernos latinoamericanos que se autodenominan revolucionarios tengan una política de censura y persecución del comunismo similar a la de los gobiernos más derechistas y anticomunistas de Europa como podrían ser los de Polonia, Ucrania o Lituania. 

Recordemos el anticomunismo y la represión no tiene porqué ser poco pronunciado en las democracias burguesas, a veces en situaciones de verdadero aprieto, sus niveles de reaccionarismo y autoritarismo rivalizan con el de los países abiertamente fascistas, esto también se entiende por el hecho de que muchas democracias burguesas están en un periodo de fascistización debido a la crisis, lo que no supone siempre la instauración de un régimen fascista, pero al menos si un recorte de las libertades burguesas y una preparación para cualquier eventualidad si fuese necesario.

Los marxistas no somos liberales pusilánimes, sabemos que mientras existan las clases la libertad estará superditada a los intereses de la clase que domine el Estado, por tanto no hacemos una abstracta apología liberal de defensa de la libertad de expresión como un «derecho inalienable de todas las clases sociales en cualquier régimen y cualquier época». Los comunistas mientras efectivamente luchamos para defender los derechos y libertades de los trabajadores en la democracia burguesa, conquistados a base de sudor y sangre, conocemos de sobra que este sistema no puede proporcionar la libertad de impresa, la libertad de asociación política, la libertad de expresión o cualquier otro sin que sea un derecho falso, desigual, del mismo modo que sabemos que cuando sea necesario las leyes que defienden sobre el papel dichos derechos serán suprimidos en aras «del bien de la nación» –es decir de la burguesía y su bolsillo–. Los pseudocomunistas que igualmente defienden que el proletariado una vez tomado el poder debe darle expresión a la burguesía en la política, economía o cultura, serán maoístas, chavistas, o unos socialdemócratas clásicos, pero no marxistas, pues esto sería no darle el necesario enfoque histórico al definir la libertad y su propósito en una sociedad clasista.  

Volviendo al tema, ciertamente el chavismo ha perdido tantos apoyos y se siente tan asustado que cada vez tiende más a utilizar los «golpes de porra» y el chantaje para acallar las protestas. Uno de los últimos casos fue el de Ely Escalante, un revolucionario que ante la falta de un verdadero partido comunista actualmente se desenvuelve como miembro de la Organización Bolivariana Estudiantil (OBE), una organización que viene a ser la rama estudiantil del PSUV aunque tiene cierta autonomía. El compañero participa de esta organización para realizar un trabajo de masas e intentar apartar a los estudiantes de la influencia del chavismo. En una de las últimas protestas contra el gobierno Ely fue detenido por la Guardia Nacional Bolivariana sin ni siquiera estar participando de ellas, simplemente pasaba por ahí en el momento equivocado, tras ser detenido acabó sufriendo torturas físicas y psicológicas, en un proceso judicial durante el cual se sopesó la idea de condenarle por 18 años de cárcel. Más allá de las diferencias ideológicas que podamos tener siempre con los grupos o individuos, este es un claro caso demostrativo de cómo se las gasta el chavismo en cuanto a los opositores, sean del color y pelaje que sean, barriendo indiscriminadamente cualquier atisbo de oposición.

Los países capitalistas de corte revisionista, o sea, aquellos que se cubrieron bajo la apariencia de que allí tras la toma del poder se construyó una sociedad «socialista», en realidad como en otras cuestiones fundamentales revisaron el marxismo-leninismo y no siguieron las pautas ineludibles para construir una sociedad socialista quedándose estancados en el capitalismo, en dichos países, como países capitalistas, no eluden las leyes de desarrollo y dinámica del capitalismo. Por tal razón en la actualidad existen –en algunos con mayor medida que otros– graves trastornos debido al gasto excesivo en el ejército, desempleo, inflación, diferenciación social, desconcierto por el pago de la deuda, descontento por la falta de abastecimientos de los productos básicos, decepción y enfado por la política interior y exterior antirrevolucionaria del gobierno, apatía por la falta de perspectivas de mejora del nivel de vida, y un largo etc., esto se reflejan a su vez en hechos como huelgas económicas, absentismo laboral, choques de las masas trabajadoras con los cuerpos y fuerzas del Estado, luchas por el poder en la dirigencia, cambios repentinos de política económica, subida y caída de altos cargos del gobierno. Allí, como países que guardan las relaciones de producción capitalistas de todo tipo, se es testigos de fenómenos y contradicciones entre el gobierno y las masas trabajadoras, contradicciones que se ven agudizadas en momentos de gran delicadeza y crisis para las dirigencias de estos gobiernos:

«Los precios suben de día en día, mientras que la inflación en determinados países ha alcanzado porcentajes muy elevados. El alza de los precios y, sobre todo, la inflación, se han convertido en un medio muy apropiado en poder de los monopolios y el Estado capitalista y revisionista para descargar el peso de la crisis sobre las espaldas de la clase obrera y de los demás trabajadores. Con el pretexto de tomar medidas antiinflacionistas, los Estados capitalistas y burgués-revisionistas elevan los impuestos sobre los ingresos de las masas trabajadoras, congelan sus salarios y, al mismo tiempo, reducen los impuestos sobre las ganancias de los monopolios, devalúan la moneda, etc. Todas estas medidas están dirigidas contra la clase obrera y todos los trabajadores, intensifican la explotación y atentan contra su nivel de vida. A causa de la prolongación de la crisis económica ha empeorado y se ha agravado considerablemente la existencia de la clase obrera y de las masas campesinas. Se ha incrementado el paro, el cual se ha convertido en un mal crónico, en una gran plaga de la sociedad burguesa y revisionista. (…) La penuria y la inseguridad en que viven las amplias masas trabajadoras, así como la política interior y exterior reaccionaria, antipopular, que siguen los regímenes capitalistas y burgués-revisionistas, vienen aumentando continuamente el descontento de las amplias capas populares. Esta grave situación ha suscitado en estas capas una incontenible indignación que se exterioriza por medio de huelgas, protestas, manifestaciones, choques con los órganos represivos del régimen burgués y revisionista, y en muchos casos a través de verdaderas rebeliones. Las masas populares sienten una creciente hostilidad hacia los regímenes que las subyugan. Los gobiernos de los países imperialistas, capitalistas y revisionistas, hacen todo tipo de promesas y propuestas fraudulentas, esforzándose, también en esta situación de crisis, por acaparar el máximo beneficio, por atenuar el descontento y la indignación de las masas y desviarlas de la revolución. Mientras tanto, los pobres se empobrecen cada vez más, los ricos se enriquecen mucho más, el abismo entre las capas sociales pobres y las ricas, entre los países capitalistas desarrollados y los países poco desarrollados se ahonda sin cesar. (…) La burguesía y las camarillas dominantes se ven obligadas a cambiar más a menudo los caballos de los carros gubernamentales, con el fin de engañar a los trabajadores y hacerles creer que los nuevos serán mejores que los viejos, que los responsables de la crisis y de que ésta prosiga son los anteriores, mientras que los substitutos mejorarán la situación, y otras cosas por el estilo.  (...)  Al mismo tiempo la burguesía, en los países capitalistas y revisionistas, refuerza sus salvajes armas de represión, el ejército, la policía, los servicios secretos, los órganos judiciales; refuerza el control de su dictadura sobre cualquier movimiento e intento de lucha del proletariado. (...) En todos ellos se han intensificado la opresión y la explotación, todos padecen los males del capitalismo, en las filas de los dirigentes y de las altas capas sociales han estallado rencillas y pugnas por apoderarse del poder y obtener privilegios, en todas partes bulle el descontento y la indignación de las masas populares. Así pues, también en estos países existen grandes posibilidades para la revolución. También en ellos la ley de la revolución actúa igual que en cualquier otro país burgués. (...) Pero todos estos medios políticos y militares no son sino paliativos, incapaces de curar al sistema capitalista-revisionista de la grave enfermedad que padece». (Enver Hoxha; El imperialismo y la revolución, 1978)

¿Curiosa la cita de Enver Hoxha? Para ser de 1978 es aplicable a la situación que sufre Venezuela aunque le duela a los chavistas.

¿Cuáles son los análisis y las conclusiones que deben extraer los revolucionarios de dentro y fuera de Venezuela sobre el imperialismo y los gobiernos como el chavista? ¿Hay que hacerse ilusiones sobre uno u otro bloque imperialista? ¿Sobre una u otra capa de la burguesía nacional?:

«[Las grandes potencias imperialistas] Con su política de expansión y hegemonía, su frenética carrera armamentista para equiparse con las armas más poderosas, se han convertido en un peligro permanente, una amenaza cotidiana a la libertad y seguridad de muchos pueblos, grandes o pequeños, lejanos o cercanos, de todos los continentes. Mientras exista, ningún imperialismo puede renunciar a su tendencia agresiva. La agresión es la naturaleza misma del imperialismo. Con la presión que ejercen sobre los pueblos, con las tramas que cada día traman contra su libertad e independencia, con la nueva guerra mundial que están preparando activamente. (...) En estas circunstancias, los pueblos no tienen otra alternativa que lanzarse a la lucha de liberación, el proletariado no tiene otra alternativa que levantarse en revolución violenta y establecer su poder estatal. El triunfo sobre la burguesía de su propio país es también la principal condición para que el proletariado pueda hacer frente a la amenaza [exterior]. La burguesía de los diversos países está ligada de una manera u otra con tal o cual superpotencia. Esto hace absolutamente imprescindible que el proletariado el cual tiende hacia la revolución, mientras lucha contra su propia burguesía, no debe olvidar el peligro que la amenaza de las superpotencias, y que al luchar contra la amenaza de las superpotencias, no debe olvidarse de su propia burguesía que la oprime y la explota. La lucha contra su propia burguesía y la lucha contra la amenaza de las superpotencias no constituyen dos problemas distintos, sino dos aspectos del mismo problema, el cual solo podrá ser resulto de una vez por todas mediante la revolución del proletariado y la conquista de su poder estatal». (Zija Xholi; La revolución socialista,  el único camino del progreso social, 1977)

No hay más debate. Todos los que defienden esta deriva bajo el miedo de estar haciendo el juego al imperialismo o a la derecha no tienen excusas:

«Los revisionistas siempre utilizan la misma excusa para defender a sus admirados regímenes: «nosotros apoyamos a X para no hacerle el juego al imperialismo»; pero: ¿Y no se hace acaso el juego al revisionismo, a la burguesía de dicho país capitalista-revisionista? ¿No está dicho régimen ligado a ese mismo imperialismo o a otros? ¿No depende de sus créditos e inversiones? ¿No se traiciona al proletariado de esos países cuando se apoya a una dirección revisionista? ¿No se entorpece su emancipación de la explotación a la que son sometidos?». (Equipo de Bitácora (M-L); Estudio histórico sobre los bandazos oportunistas del PCE(r) y las prácticas terroristas de los GRAPO, 2017)

Por tanto queda claro que:

«¿Cuándo se van a dar cuenta que no se ayuda al avance de la revolución estando apoyando bajo la excusa del «mal menor» a los revisionistas de otro país, sino que el deber es impulsar a los marxista-leninistas que precisamente sufren la hegemonía de los revisionistas en el movimiento obrero en sus tierras? ¿No ha demostrado ya demasiadas veces la historia que el revisionismo no es garantía de cumplir ni quiera con las tareas de la revolución burguesa, que trafica con ellas y las deja a medio camino, que incluso adopta un carácter socialfascista cuando llega al poder cuando el pueblo demanda una profundización del proceso? ¿No está claro que en nuestra época un partido revisionista sólo puede aportar a la solución de las funciones antiimperialistas, antifeudales o antifascistas de la revolución cuando es guiado por el partido comunista local que evita sus titubeos? ¿No es claro que aún así puede abandonar y traicionar al partido marxista-leninista antes incluso de que empiece la construcción socialista? No vendamos que el revisionismo es revolucionario y que por ello nuestra unión y colaboración en sus crímenes es permisible». (Equipo de Bitácora (M-L); El maoísmo solapado de Reconstrucción Comunista (RC) es una negación de las luchas y lecciones de los marxista-leninistas, 2016) (Equipo de Bitácora (M-L); Las perlas antileninistas del economista burgués Manuel Shuterland; Una exposición de la vigencia de las tesis leninista sobre el imperialismo, 2018)

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