martes, 24 de abril de 2018

La traición del PCE (m-l) de Raúl Marco a la lucha del MAP-ML contra el orteguismo en Nicaragua


«El Partido Comunista de España (marxista-leninista) compartía la revista «Teoría y práctica» con el Movimiento de Acción Popular Marxista-Leninista (MAP-ML) de Nicaragua. El viejo PCE (m-l) apoyaba con determinación la lucha de los marxista-leninistas nicaragüenses como se ve en los distintos artículos. Para quien no conozca de este partido:

«El Movimiento de Acción Popular Marxista-Leninista (MAP-ML) no se andaba con remilgos a la hora de criticar la política de los falsos revolucionarios –como debía ser–, y eso como era normal tendría su respuesta –que entre sus formas entraba la represión–. Y es que mientras el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) pactaba con la burguesía y sus agrupaciones el futuro Estado burgués nicaragüense; el mismo desarrolló ya desde los primeros días de gobierno una persecución y encarcelamiento de los revolucionarios marxistas-leninistas del MAP-ML. (...) A la brutal represión se le añadió la censura y cierre de su medio de comunicación, el periódico «El Pueblo» –el director de este diario, Melvin Wallace Simpson, se convirtió en el «primer preso político» en el post somocismo, le fueron negadas todas las garantías jurídicas, y se le incomunicó con paradero desconocido–. También se procedió a la ilegalización de organizaciones sindicales ligadas al mismo MAP-ML, es el caso del Frente Obrero. Esta ley marcial aplicada al MAP-ML nunca se aplicó a la burguesía y sus tribunas, ni siquiera en los momentos más álgidos de la guerra contrarrevolucionaria. Esto nos deja ver claramente que el FSLN veía como enemigo a batir a la única organización que hacía un planteamiento de clase proletario y revolucionario en lo referente a las tareas apremiantes y futuras a resolver por la revolución triunfante». (Equipo de Bitácora (M-L); ¿Qué fue de la «Revolución Popular Sandinista»?: Un análisis de la historia del FSLN y sus procesos, 19 de julio del 2015)

El artículo: «Organizar la solidaridad internacionalista con Nicaragua y el MAP-ML» comentaba excelentemente sobre la solidaridad internacional:

«Es evidente que el carácter de nuestra solidaridad no puede ser «neutro». Tal «neutralidad» no existe, ni puede existir mientras existan intereses contrapuestos de las distintas clases sociales que pugnan políticamente en Nicaragua. (…) Apoyamos particularmente al MAP/ML, partido que defiende los intereses de la clase obrera, que asume posiciones consecuentes antiimperialistas y que trata por hacer avanzar la lucha revolucionaria sobre la base de principios marxista-leninistas». (Vanguardia Obrera; Nº 513, 1985)

Hasta 1985, las relaciones entre los marxista-leninistas de uno y otro país eran fluidas, con gran parte de la sección internacional de la prensa del PCE (m-l) publicitando las acciones de los revolucionarios nicaragüenses:

«Nuestro partido llama a cerrar filas en apoyo del proletariado y el pueblo de Nicaragua y del MAP/ML, vanguardia de la lucha en Nicaragua por el socialismo, frente a las presiones del imperialismo y la reacción». (Vanguardia Obrera; Órgano central del Partido Comunista de España (marxista-leninista), marzo de 1985)

Ya en una época tan temprana como 1988 Raúl Marco y el resto de la dirección del PCE (m-l), a tan solo tres años del fallecimiento de Ódena, se atrevieron a traicionar la lucha que los marxista-leninistas nicaragüenses del Movimiento de Acción Popular (Marxista-Leninista) estaban llevando a cabo contra el partido pequeño burgués gobernante, el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), caracterizado por los tres ejes de su política oportunista: pluralismo político, economía mixta y no alineamiento. Un partido que además como se tipificó en la directriz interna de la Dirección Nacional del FSLN del 20 de septiembre de 1979, tenía el objetivo directo de liquidar a los marxista-leninistas.

Pero ahora desde el órgano escrito del PCE (m-l), poco a poco se fueron dejando de publicar los documentos del MAP-ML. De repente los Marco, Chivite y Mayoral se atrevieron a tanto como para atacar a los marxista-leninistas nicaragüenses, aunque sin nombrarlos, en base a su teoría de la «polémica silenciosa», utilizando varios de los mismos epítetos que precisamente usaban los sandinistas:

«Es esencial no perder de vista quiénes son los verdaderos responsables de las calamidades del pueblo de Nicaragua y la situación que ellos y su gobierno se han visto obligados a enfrentar. (...) Hoy, para este valeroso pueblo, las alabanzas incondicionales a las vacilaciones y errores del gobierno son tan perniciosas como los ladridos de los superrevolucionarios que olvidan las dificultades que atraviesa Nicaragua». (Vanguardia Obrera; Nº 619, 1988)

Identificar al gobierno sandinista con el pueblo nicaragüense es un error tercermundista que evidencia la deriva del PCE (m-l) de entonces; pero falsear las luchas de los marxistas-leninista a los que hasta hacía poco llamaban «hermanos» es una traición imperdonable. En el mismo sentido, descalificar como «superrevolucionarios, izquierdistas, anarquistas, blanquistas, trotskistas, provocadores» y demás epítetos a los verdaderos y valerosos marxista-leninistas, ha sido una táctica muy común de los revisionistas para desacreditarlos ante las masas:

«¿Dónde está el extremismo y el izquierdismo infantil del MAP-ML en denunciar cara a cara al FSLN que por mucho que dijeran no existía un Estado «por encima de las clases» ni una «democracia para todos»? ¿Dónde está el izquierdismo en preguntar si es para ellos socialismo la economía mixta? ¿Dónde está el izquierdismo en preguntar si ellos se adherían a la teoría imperialista del «no alineamiento» internacional que traiciona la lucha por el socialismo y las luchas de liberación nacional a escala global? ¿Es más, en qué obra Lenin tipificó que una denuncia tal del oportunismo pequeño burgués fuera izquierdismo? ¿Acaso Ortega leyó la obra de Lenin: La enfermedad infantil del «izquierdismo» en el comunismo de 1920, donde se denuncian estos conceptos de los partidos llamados «demócratas pequeño burgueses» afiliados a la II Internacional? ¿Alguien acaso desconoce que para más inri: el FSLN forma parte de la heredera de la II Internacional, la llamada Internacional Socialista?». (Equipo de Bitácora (M-L); ¿Qué fue de la «Revolución Popular Sandinista»?: Un análisis de la historia del FSLN y sus procesos, 19 de julio del 2015)

¿Cómo se iba a combatir esas «dificultades» que atravesaba el país sin combatir esas «vacilaciones y errores» que provenían exclusivamente de la política gubernamental nefasta y pequeñoburguesa del FSLN?:

«Desde el 19 de julio de 1979, la pequeña burguesía sintetizada en el FSLN, ha demostrado incapacidad no sólo para asumir las reformas democráticos-burguesas más consecuentes, sino que incluso tampoco ha tenido la fortaleza política ni material necesarias, para erradicar las instituciones oligárquicas heredadas, como en el caso de los latifundios, los rentistas de viviendas y tierra, etc. (...) La pequeña burguesía, a través del programa de Economía Mixta y Unidad Nacional, no ha podido más que ofrecer un programa de reconstrucción de las relaciones capitalistas y en última instancia, del poder político de la burguesía, a pesar de su discurso populista. (...) Ello explica el congelamiento de salarios, la prohibición e ilegalización de la huelga obrera y de las tomas campesinas de tierras, el aumento de los impuestos indirectos que recaen fundamentalmente en las masas trabajadoras, la inflación incontrolada, la especulación en el mercado de productos básicos, el aumento real de las jornadas de trabajo a través de diversos mecanismos, el ordenamiento salarial que institucionaliza un sistema de congelamiento en el costo de la fuerza de trabajo, etc., así como los subsidios a la gran producción privada, la condonación de deudas a los capitalistas, los incentivos fiscales a las grandes empresas privadas, la política preferencial de divisas hacia la burguesía, la política crediticia a favor de los grandes productores». (Movimiento de Acción Popular Marxista-Leninista; Plan de lucha, agosto de 1984)

Por si a alguien le quedas dudas de la intención de ese artículo de 1988, el actual PCE (m-l) refundado en 2006 realiza una política de seguidismo total hacia el orteguismo como veremos.

Esto demuestra una vez más que la línea exterior y la interna tienen una conexión dialéctica innegable. Si el oportunismo penetra en una, tarde o temprano se reflejará en la otra. Si una dirección es amarrada por oportunistas, más pronto que tarde se reflejará en ambas líneas en algo acorde al pensamiento colectivo revisionista de sus personajes.

El tiempo le dio la razón a los marxista-leninistas nicaragüenses y al resto de revolucionarios del exterior críticos con la deriva del gobierno del FSLN, en cambio dejó en cueros a los demagogos como Daniel Ortega o Raúl Marco. Pero a éste último le dio igual. En un artículo titulado «Manifiesto mundial a favor de la Nicaragua Sandinista», la dirección del PCE (m-l) ha seguido traicionando su pasado y apoyando su nuevo rumbo revisionista al apoyar al FSLN. Tras su vuelta al poder vía electoral se soltaron epítetos del todo vergonzantes:

«El gobierno antiimperialista de Daniel Ortega. (...) La política del presidente Daniel Ortega de lucha contra la pobreza, por la justicia social y la soberanía nacional». (Octubre; Órgano de expresión del PCE (m-l); Nº24, Manifiesto mundial a favor de la Nicaragua Sandinista, 2009)

¿Antiimperialista alguien como Ortega que dirige el país según le dicta el FMI? ¿Alcanzando niveles de corrupción, nepotismo y pobreza tremebundos? Es un gobierno que se basa en:

«La idea de que «la inversión extranjera genera trabajo y desarrollo para el país». (...) El pensamiento de que «el país se puede y debe apoyarse en organismos capitalistas internacionales como el FMI para regular su economía»: desde la vuelta del FSLN al gobierno de Nicaragua el Fondo Monetario Internacional (FMI) no ha reducido su influencia en la economía nicaragüense alentada durante los gobiernos neoliberales, de hecho esta sigue girando en torno a las exigencias de esa institución. (...) Según Wealth-X, en 2013 el patrimonio del conjunto de la clase burguesa nicaragüense ha crecido en un 20%, al tiempo que el número de supermillonarios ha pasado de 180 a 190 –un 4% más desde el 2012– tomando en consideración que los que reciben este apelativo tienen de patrimonio activo 26 millones de dólares o más; no incluye el patrimonio pasivo como obras de arte, vivienda, etc. Pero agreguemos otros datos, según FIDEG el 42,7% de la población se encuentra inmerso en la pobreza y el 7,6 % bajo el flagelo de la extrema pobreza –que viven con menos de un dólar al día–. Esto arroja una verdad incontrovertible, y es que el conjunto de la fuerza productiva del país y el resultado de ese trabajo, el plus valor, sigue siendo usurpado por la clase dominante en detrimento de las mayorías, o lo que es lo mismo, hay un marco político-económico que permite esa parasitaria usurpación». (Equipo de Bitácora (M-L); ¿Qué fue de la «Revolución Popular Sandinista»?: Un análisis de la historia del FSLN y sus procesos, 19 de julio del 2015)

Leer estos epítetos de Raúl Marco sobre el gobierno de Daniel Ortega en momentos en que Nicaragua y sus trabajadores han sufrido una de las mayores crisis políticas y sociales, con unos niveles de brutalidad y represión contra el pueblo solo comparable a las peores etapas del somocismo, es ruin en un modo incalificable.

De nuevo se ve la catadura oportunista de Raúl Marco, que dice combatir las expresiones del posmodernismo, el «ciudadanismo» y el «socialismo del siglo XXI» en España como Podemos, en cambio apoya a sus aliados y referentes. ¡¡¡Es más, la mistificación que hace el PCE (m-l) de la Nicaragua de los ochenta no se diferencia nada de la propaganda a favor del FSLN que hacen los socialdemócratas-trotskizantes de Izquierda Anticapitalista (IA) ahora integrados en Podemos!!! Véase la obra de IA: «Revolución Sandinista». Y todo eso en un momento en que el pueblo nicaragüense sufre unas medidas neoliberales y represión brutal del ortegismo como ya hemos dicho.

En realidad, el apoyo del actual PCE (m-l) a Cuba, Venezuela o Nicaragua, no es sino una consecuencia de lo que ya denunciaban los marxista-leninistas de los ochenta: tercermundismo, uno que seguía y sigue estando muy presente en los análisis internacionales de los pseudomarxistas:

«El repudio a la teoría y la práctica «tercermundista» tiene vigencia en la actualidad y debe ayudar a comprender cabalmente que la lucha contra el imperialismo no se reduce solo al combate contra las superpotencias, sino que apunta también contra la naturaleza agresiva y rapaz de los otros países imperialistas. En la actualidad situación internacional podemos comprobar que muchos estados que se liberaron del yugo colonial fortalecen y amplían sus vínculos de todo tipo con el imperialismo, a través de los más variados mecanismos. La burguesía en el poder en dichos países, precisamente por ser aliada del imperialismo es enemiga del proletariado y del movimiento revolucionario. Por eso, la lucha contra el imperialismo está indisolublemente ligada al combate contra las clases dominantes en el interior del país. Es sabido que la burguesía proimperialista utiliza diversos organismos internacionales y fórmulas políticas como el «Movimiento de los Países No Alineados», los «Países del Tercer Mundo», «la unidad nacional», el «nuevo orden económico», el diálogo Norte-Sur», etc., por medio de los cuales propagaba la falsa teoría burguesía de la armonía entre explotadores y explotados, entre opresores y oprimidos, así como la que la burguesía tercermundista coincide con los intereses del proletariado y los pueblos. En este aspecto se identifican los revisionistas y los socialdemócratas en su tarea de obstaculizar la acción revolucionaria.

El llamamiento indiscriminado a los diversos países y dentro de ellos a los pueblos, a unirse con sus opresores en el «más amplio frente único» contra la política de agresión y guerra, y en defensa de la paz mundial, es falso y contrarrevolucionario.

El proletariado y sus partidos apoyamos los movimientos de liberación nacional, las luchas democráticas y antiimperialistas. Está claro que sólo cuando esas luchas cuentan con una clara dirección proletaria, adquieren un verdadero contenido revolucionario y conducen al socialismo». (Documento de Quito firmado en la reunión multilateral de partidos marxista-leninistas, 1985)

¿Qué son en realidad los países del «socialismo del siglo XXI» en lo económico?:

«Ciertos ideólogos encuadrados dentro del «socialismo del siglo XXI», y en el caso del nicaragüense, utilizan tesis de varios revisionismos –como el chino, yugoslavo o el eurocomunista– para engañar a las masas populares en cuanto a la economía. Citemos las concepciones más comunes 1) Los que defienden que el capitalismo de Estado es igual a socialismo: entendamos que la mera nacionalización de empresas, o de un tanto por ciento de las mismas, no significa crear el sector socialista. En esas empresas estatales continúan rigiendo las relaciones de producción capitalistas, y en el caso de las mixtas –parte sector estatal y parte sector burgués o privado– es peor aún, en ellas sigue existiendo una apropiación por parte del empresario aunque un tanto por ciento de la empresa ahora sea estatal debido a que ha sido recuperada para el Estado; en estos casos el Estado siguen reportando grandes rentas extras al ex propietario o propietarios privados por tal operación; o lo que es lo mismo, hay continuidad en la apropiación parasitaria del plus valor. 2) También se recurre a tesis del revisionismo yugoslavo, quién a su vez copió en su día las tesis del anarco-sindicalismo para convencer a las masas que la propiedad estatal es una forma «indirecta de la propiedad colectiva», ergo dicen que la forma directa sería la autogestión empresarial, la cual reniega abiertamente de cualquier plan centralizado a escala nacional y no hace distinción entre las clases trabajadoras, negando una vez más el papel protagónico a la clase obrera. 3) Se recupera la teoría del anarquismo, luego copiada por el revisionismo estadounidense y el revisionismo chino –añádase su variante vietnamita–, y actualmente en auge entre el revisionismo cubano: de que existe un capitalismo bueno, o sea el capitalismo no monopolista, de pequeñas y medianas empresas, a partir de ahí los ideólogos y defensores del «socialismo del siglo XXI» se pierden en la búsqueda de un capitalismo «productivo». 4) De igual modo, los seguidores del «socialismo del siglo XXI» copian otro modelo del revisionismo yugoslavo, chino o cubano en lo concerniente al capital extranjero. Por ejemplo en la creación de empresas mixtas con capital de los países imperialistas, estos aluden que al tener el 51% de la empresa, no se incurre en una explotación de los obreros de la empresa, estupidez donde las haya, porque gran parte del esfuerzo del obrero no es puesto a disposición del presunto Estado socialista y este se reporta directamente al imperialismo como beneficio, sin contar con el hecho de que el imperialismo está obteniendo superganancias desde el mismo momento en que invierte su capital exportado en un país con unos costos de producción mucho más baratos en comparación a los existentes en el propio país. 5) La idea general del liberalismo y del neoliberalismo, que debido a la «globalización», países del tipo como Nicaragua, solo pueden aspirar a «luchar respetando el juego» del sistema capitalista y que solo pueden regular su economía en base a los contratos, pactos y concesiones a los organismos internacionales, que de otro modo estarían condenados a la ruina económica». (Equipo de Bitácora (M-L); ¿Qué fue de la «Revolución Popular Sandinista»?: Un análisis de la historia del FSLN y sus procesos, 19 de julio del 2015)

¿Es acaso la unidad de los países «socialismo del siglo XXI» y otros gobiernos latinoamericanos una unión antiimperialista regional?:

«[Se] habla de «repartición de las riquezas» y «nuevo orden económico» sin darle un carácter de clase, sin un carácter marxista-leninista, meramente abstracto como si se pudiera hacer bajo regímenes capitalistas liberales, neoliberales, o los de «democracia protagónica» del «socialismo del siglo XXI» –todos ellos expresiones de una democracia burguesa y sus mecanismos–. Estos revisionistas hablan como si por ejemplo el monopolio de la industria o los avances tecnológicos se cedieran entre países capitalistas los cuales precisamente compiten y especulan con tal industria y con tales patentes tecnológicas, demuestran con ello que no entiende el carácter de la sociedad en que vivimos, el imperialismo, fase superior del capitalismo, y que los países capitalistas evolucionan en base a la voracidad de sus sistemas que no da lugar a repartimiento de riquezas sino al monopolio, búsqueda de mercados, mera supervivencia a base del pisoteo de la competencia». (Equipo de Bitácora (M-L); Algunas reflexiones sobre los discursos en la VII Cumbre de las Américas, 24 de abril de 2015)

El actual PCE (m-l) de hoy, no es ni la sombra de ayer». (Equipo de Bitácora (M-L); Ensayo sobre el auge y caída del Partido Comunista de España (marxista-leninista), 2019)

2 comentarios:

  1. Muy bueno el artículo, de la revista teoría y práctica ¿tendrán el archivo digital para compartir? Saludos

    ResponderEliminar
  2. Para finales de año trataremos de liberar todos los capítulos referentes a nuestra obra sobre el PCE (m-l), lo que incluirá valoraciones internacionales de actores como el MAP-ML...

    ResponderEliminar

«¡Pedimos que se evite el insulto y el subjetivismo!»