jueves, 23 de noviembre de 2017

El Partido Comunista de China y el Partido del Trabajo de Albania frente al imperialismo: la cuestión de la construcción europea; Vincent Gouysse, 2004

Como habíamos ya señalado en una publicación reciente de Enver Hoxha «Alineamiento antimarxista» de 1971 sobre el apoyo de China a la Comunidad Económica Europea –el precedente de la actual Unión Europea– también llamado Mercado Común Europeo, no tenemos mucho más que añadir a la introducción que ya realizamos al documento, para que el lector entienda el contexto. Sólo recordar como hace el autor aquí, que era una más que probable normal evolución del revisionismo chino al presentar la «teoría de los tres mundos» a inicios de los años 70.

En esta parte del documento, Vincent Gouysse explica las diferencias entre la postura albanesa –de rechazo– a la Comunidad Económica Europea, y la postura china –a favor de la misma Comunidad Económica Europea–:

«Los chinos apoyan la OTAN, el Mercado Común y la «Europa Unida». Nosotros estamos en contra de tales actitudes y consideramos que no son marxista-leninistas. Todos esos tratados y organismos no son más que instrumentos en manos del imperialismo norteamericano y de los demás países imperialistas, y los  utilizan para oprimir a los pueblos y lanzarlos a una tercera guerra mundial por la hegemonía. De la misma naturaleza son el Pacto de Varsovia, la «Comunidad Socialista» y el COMECON. Esas dos agrupaciones y comunidades deben ser combatidas con el mayor rigor. En su tiempo, Lenin desenmascaró, denunció y combatió enérgicamente tales organismos de la burguesía capitalista. Los chinos convierten en amigos suyos a cualquier Estado, a cualquier persona, da lo mismo si es trotskista, titista o chiang-kaichista, con tal de que digan «estoy en contra de los soviéticos». Por nuestra parte estamos en contra de dicho principio. Sabemos profundizar las contradicciones existentes entre los enemigos del socialismo y las profundizamos en la medida de lo que podemos, pero ante todo defendemos los principios. Nosotros llamamos a las cosas por su nombre». (Enver Hoxha; La presión económica china ha comenzado ha sentirse fuerte, pero no nos doblegaremos jamás; Reflexiones sobre China, Tomo II, 17 de junio de 1975)

Es por ello, más que justo que se dijera desde la parte albanesa sobre la parte china que:

«Hoy los chinos, cuando se pronuncian por la defensa de la «Europa Unida», actúan del mismo modo que la II Internacional. Instigan la futura guerra nuclear que las dos superpotencias quieren desatar, y a pesar de que esta guerra entre las dos superpotencias sólo puede tener un carácter imperialista, hacen llamamientos «patrióticos» a los pueblos de Europa Occidental y a su proletariado, para que dejen de lado las «pequeñas cosas» que los oponen a la burguesía –y estas «pequeñas cosas» son la opresión, el hambre, las huelgas, los asesinatos, el paro forzoso, la salvaguardia del poder burgués– y se unan con la OTAN, con la «Europa Unida», con el Mercado Común Europeo de la gran burguesía de los consorcios, y combatan a la Unión Soviética, es decir, les llaman a convertirse en carne de cañón al servicio de la burguesía. ¡Ni la propaganda de la II Internacional lo hubiera hecho mejor! (...) Esta línea del Partido Comunista de China es antiproletaria, belicista». (Enver Hoxha; Los revisionistas chinos atacan por la espalda al Partido del Trabajo de Albania; Reflexiones sobre China, Tomo II, 8 de enero de 1977)

El documento:

Firma en Roma de los tratados que fundarían la Comunidad Económica Europea, 25 de marzo de 1957

«Indisolublemente atada a la cuestión de la lucha contra el imperialismo frente a la cual los chinos habían adoptado una posición no marxista desde principio de los años 70, el Partido Comunista de China (PCCh) evidentemente no podía sacar conclusiones justas sobre la cuestión de la llamada construcción europea. El Partido del Trabajo de Albania (PTA), por su parte, claramente había puesto en evidencia el aspecto reaccionario y contrarrevolucionario de la construcción del bloque imperialista europeo. Las observaciones que hizo el Partido del Trabajo del Albania hace una treintena de años eran justas no sólo entonces sino que son de una actualidad todavía más ardiente a día de hoy, mientras que la construcción del bloque imperialista europeo en lo sucesivo ha dotado de una moneda única, bajo la perspectiva futura de la construcción de un ejército europeo, y cuando el conjunto de los partidos reformistas tanto «de izquierda» como «de extrema izquierda» todos ellos se han volcado en el cretinismo y persisten a cerca de la reivindicación de la «Europa unida» –bajo el capitalismo–. Podemos estudiar la situación de la clase obrera europea gracias a extractos del informe de Enver Hoxha en el VIIIº Congreso del Partido del Trabajo de Albania de 1981, echémosle un vistazo pues:

«Sobre la clase obrera europea se ejerce una gran presión. Como consecuencia del dominio del reformismo el movimiento obrero en Europa no ha llegado a ser todavía un verdadero movimiento revolucionario. No ha adquirido plena conciencia de que para cambiar su situación hay que derrocar el sistema capitalista, hay que instaurar la sociedad socialista. Pero el proletariado europeo no puede continuar obedeciendo eternamente a los cabecillas sindicalistas y a los partidos socialdemócratas y revisionistas quienes cacarean que mediante el desarrollo de las estructuras burguesas existentes, el camino parlamentario, las reformas, o a través de la «Europa unida» se asegurará un futuro mejor para las masas trabajadoras. La opresión, la violencia, la brutal explotación, la desocupación, las drogas, la degeneración, la inflación, que pesan sobre los países de Europa, no podrán más que forzar las revueltas de las sanas fuerzas de los pueblos europeos contra la dominación del capital. La «Europa unida» no es sino una solución efímera, una política reaccionaria capitalista que, tarde o temprano, se encontrará ante dificultades innumerables y de diversa naturaleza. Por eso, llegará un momento en que la indignación de la clase obrera de Europa llegará al punto en que exigirá sin falta una solución revolucionaria. En estas condiciones es de primera importancia que los comunistas y no comunistas, la gente progresista y todas las masas del pueblo comprendan bien que su verdadero enemigo es el capitalismo, que éste debe y puede ser derrocado por la lucha revolucionaria. De esta forma desaparecerá el pesimismo, aumentará el coraje y la confianza en la victoria. Es la ciencia de Marx y Lenin la que eleva y hace invencible esa confianza entre el proletariado y las masas». (Enver Hoxha; Informe en el VIIIº Congreso del Partido del Trabajo de Albania, 1 de noviembre de 1981)

Si repasamos el informe del congreso anterior del partido, vemos una posición similar:

«El Mercado Común Europeo es una organización reaccionaria similar a la del Consejo de Ayuda Económica Mutua (CAME). Es una gran combinación de los monopolios capitalistas y trust para lograr la explotación feroz del proletariado y de las masas trabajadoras de Europa y los pueblos del mundo. Desde su creación, el fin del Mercado Común Europeo ha sido el de concebir bárbaras formas de pillaje en provecho de los grandes trusts intentando salvar al capitalismo de las crisis y sus conmociones. En el panorama internacional, el Mercado Común Europeo es una gran potencia neocolonialista, que no solo compite con las superpotencias por la explotación de los países en vías de desarrollo, sino que se esfuerza también por mantener y por restablecer los privilegios de las antiguas potencias coloniales en este tipo de países. A pesar de su no pertenencia oficial al Mercado Común Europeo, los Estados Unidos a través de la interdependencia del capital estadounidense y del capital de cada uno de los países miembros indirectamente juega en él un papel muy grande. El imperialismo estadounidense encontró y encuentra siempre en el Mercado Común Europeo un común apoyo poderoso contra el bloque socialimperialista. El Mercado Común Europeo, al mismo tiempo que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), constituyen unas bases y unos dispositivos organizados del imperialismo estadounidense frente a su rivalidad y competencia de la otra potencia imperialista: la Unión Soviética revisionista. El Partido del Trabajo de Albania, el Estado, y el pueblo albanés se declararon contra la OTAN y el Tratado de Varsovia, contra el Mercado Común Europeo y el CAME, porque estas organizaciones son los instrumentos fundamentales de la política de expansión de ambas superpotencias que oprimen, explotan, y empobrecen a los pueblos de Europa, así como también en los países en vías de desarrollo, realizando una labor de zapa tanto para evitar la revolución como para la propia liberación de los pueblos, debido a que son propiamente unos instrumentos de avasallamiento». (Enver Hoxha; Informe en el VIIº Congreso del Partido del Trabajo de Albania, 1 de noviembre de 1976)

[Si buscamos en este mismo informe una posición del Partido del Trabajo de Albania sobre la Comunidad Económica Europea y sus órganos, así es como explicaba el proyecto burgués de la llamada «Europa unida» que las burguesías europeas tanto publicitaban: - Anotación de Bitácora (M-L)]

«En la Europa occidental monopolista, burgueses, y revisionistas hablan mucho de la creación de la pretendida «Europa unida». Hasta la fecha han sido puestos en pie un «Consejo de Europa», un «parlamento», y una especie de «gobierno común», con algunas leyes formales, las cuales se fijaron con la tarea de realizar la unificación de los países europeos al nivel estatal. Los planes y proyectos son levantados para dotar a esta Europa de un ejército común equipado hasta los dientes y de una economía capitalista «poderosa» con vistas a competir contra las dos superpotencias. El fin de la creación de «Europa unida» es eliminar la noción de nacionalidad de los países diversos de Europa, integrar y amalgamar su cultura y sus tradiciones, en otros términos suprimir la personalidad de los pueblos y de los Estados de Europa occidental para ponerla bajo la copa de la burguesía reaccionaria cosmopolita de este continente. Sobre esta «Europa unida», Lenin desde 1915 venía denunciando y desenmascarando el contenido reaccionario: «Desde el punto de vista de las condiciones económicas del imperialismo, es decir, de la exportación de capitales y del reparto del mundo por las potencias coloniales «avanzadas» y «civilizadas», los Estados Unidos de Europa, bajo el capitalismo son imposibles o son reaccionarios. (...) Desde luego, son posibles acuerdos temporales entre los capitalistas y entre las potencias. En este sentido son también posibles los Estados Unidos de Europa, como un acuerdo de los capitalistas europeos ¿sobre qué? Sólo sobre el modo de aplastar en común al socialismo en Europa, de defender juntos las colonias robadas contra el Japón y los Estados Unidos, cuyos intereses están muy lesionados por el actual reparto de las colonias, y que durante los últimos cincuenta años se han fortalecido de un modo inconmensurablemente más rápido que la Europa atrasada, monárquica, que ha empezado a pudrirse de vieja. En comparación con los Estados Unidos de América, Europa, en conjunto, representa un estancamiento económico. Sobre la actual base económica, es decir, con el capitalismo, los Estados Unidos de Europa significarían la organización de la reacción para detener el desarrollo más rápido de los Estados Unidos». (Vladimir Ilich Uliánov, Lenin; La consigna de los Estados Unidos de Europa, 1915) El capitalismo mundial, conforme a las previsiones geniales de Marx, Engels, Lenin y Stalin, va irresistiblemente hacia las crisis y la decadencia hasta alcanzar hoy el estadio de un imperialismo podrido. Este, para escapar de la muerte concibió nuevas formas de explotación de las masas, no sólo a escala nacional, sino que también a escala mundial creando la forma más reciente y más perfeccionada de pillaje, el neocolonialismo: anudó lazos financieros y alianzas económicas y militares para mantener bajo su dependencia completa o parcial a numerosos Estados, en lo que llaman el «segundo mundo», «el tercer mundo», los «países no alineados» o los «países en vías de desarrollo». Todos estos nombres, que se refieren a las diversas fuerzas políticas que actúan en el mundo de hoy, camuflan y no destacan el carácter de clase de estas fuerzas, las contradicciones fundamentales de nuestra época, el problema clave que premia hoy a todos a escala nacional e internacional: la lucha implacable a la que se ven abocados el mundo burgués-imperialista, de una parte, y el socialismo, el proletariado mundial y sus aliados naturales, por otra parte». (Enver Hoxha; Informe en el VIIº Congreso del Partido del Trabajo de Albania, 1 de noviembre de 1976)

China y el Partido Comunista de China, por otro lado, en consecuencia a la teoría pseudomarxista de los tres mundos apoyó la construcción del bloque imperialista europeo:

«Con el italiano Medici, Chou En-lai tuvo un encuentro en el cual intercambiaron sus puntos de vista. La prensa china, aparte de anunciar esta «cordial» entrevista, no dio la más mínima información; en cambio la prensa, la radio y la televisión italianas, no sólo hicieron un amplio eco a la visita de Medici y a sus conversaciones con Chou En-lai, sino que sobre todo pusieron de relieve la siguiente declaración de este último: China aprueba el Mercado Común Europeo, aprueba y considera justa la creación de una «Europa Unida», que han comenzado a edificar los Estados de Europa Occidental. (...) Tengamos presente que los embajadores chinos en los países de Europa han expresado a nuestros embajadores puntos de vista idénticos sobre el Mercado Común y la «Europa Unida». Por lo tanto, estamos ante una orientación política salida de la dirección central, de Pekín; estamos ante una línea y una directriz emitidas por el Comité Central del Partido Comunista de China y el gobierno chino. Así pues, esta línea es llevada a la práctica sin titubeos. Nosotros no sólo no estamos de acuerdo con dicha línea, con dichas orientaciones, sino que nos oponemos a ellas, ya que son erróneas en lo que se refiere a los principios y porque en la práctica no están en la vía marxista-leninista sino en contra de ella. Se trata de concepciones revisionista-oportunistas que no favorecen la revolución, el despertar y la lucha revolucionaria de los pueblos contra el imperialismo, el capitalismo y la burguesía reaccionaria». (Enver Hoxha; Alunas declaraciones antimarxistas de Chou En-lai; Reflexiones sobre China, Tomo II, 15 de enero de 1973)

[En estas reflexiones sobre la deriva china, se volvía a explicar el origen y objetivos que tuvo este organismo: - Anotación de Bitácora (M-L)]

«Como es sabido, el imperialismo estadounidense salió de la Segunda Guerra Mundial fortalecido y provisto de un potencial militar y económico de carácter agresivo. Asumió el papel de gendarme internacional y trabajó para poner en pie a todas las fuerzas reaccionarias capitalistas de Europa, América Latina, etc. El imperialismo estadounidense tenía que hacer frente al gran campo socialista y a todos los pueblos del mundo, que aspiraban a la liberación y luchaban por conquistarla. En unos cuantos años, los Estados Unidos de América levantaron la Alemania de Bonn, Italia, la economía capitalista francesa y la inglesa, etc., pero pusieron mucho cuidado en guardarse la «ración», es decir, la parte del león en cualquiera de los cambios que se operaban en esos países. Los Estados Unidos de América «aligeraron» a estos países de sus colonias, que hicieron suyas empleando nuevos métodos. Al poner aparentemente en pie a estos Estados, los imperialistas estadounidenses reforzaron su hegemonía en el mundo y ataron a sus «aliados» a su carro gracias a una serie de tratados militares y económicos. Todo esto servía para fortalecer, en primer lugar, la hegemonía norteamericana, para fortalecer a la burguesía reaccionaria de cada país, para reprimir cualquier movimiento y aspiración popular en esos países y en el resto del mundo, y para crear un bloque de hierro contra la Unión Soviética socialista, contra el comunismo». (Enver Hoxha; Alunas declaraciones antimarxistas de Chou En-lai; Reflexiones sobre China, Tomo II, 15 de enero de 1973)

[Pese al sueño de la «Europa Unida» de la burguesía reaccionaria, la situación del capitalismo no cambió: - Anotación de Bitácora (M-L)]

«Los países capitalistas de Europa, a pesar de su reconstrucción económica, se encuentran en una gran crisis y sus pueblos están oprimidos por las oligarquías locales. En todos los lados se producen huelgas, manifestaciones, enfrentamientos armados e incluso guerras, como ocurre en Irlanda del Norte. ¿Qué demuestra esto? La putrefacción del capitalismo y el ascenso de las fuerzas revolucionarias. Pero, aparte de la opresión y la explotación de las oligarquías locales, en estos Estados impera la bota salvaje del imperialismo estadounidense. En esta situación estos Estados también quieren quitarse de encima la bota de los norteamericanos. Pero, ¿cómo? La retirada de De Gaulle de la OTAN, la creación de una fuerza atómica independiente de disuasión por parte de Francia, la creación del Mercado Común Europeo, la idea lanzada de crear los -«Estados Unidos de Europa» y la lucha continua que se lleva a cabo en este sentido, no tienen como único objetivo escaparse del «diktat» norteamericano. Esto no es más que un aspecto. Existe otro aspecto, y es que la burguesía piensa que la unión de los grandes monopolios de estos países dará lugar a una potencia económica, política y militar compacta, que estará en mejor situación de reprimir los levantamientos y las revoluciones populares, que desde ya han causado problemas insuperables y que más tarde, debido a las crisis crónicas, serán todavía más insolucionables». (Enver Hoxha; Alunas declaraciones antimarxistas de Chou En-lai; Reflexiones sobre China, Tomo II, 15 de enero de 1973)

[Repasamos cuales fueron las declaraciones de esos días de los políticos chinos: - Anotación de Bitácora (M-L)]

«La prensa y la radio italianas hablan con entusiasmo de la actitud de los chinos, los cuales, por boca de Chou En-lai, llaman a Europa a «encontrar su unidad en todos los dominios». Según las afirmaciones de Chou En-lai –siempre en base a la prensa italiana– «el proceso de la integración europea constituye un elemento esencial para lograr una verdadera disminución de la tensión». Chou En-lai, según esta prensa, recalcó «la necesidad de que este proceso no se limite al sector económico, sino que se extienda también al terreno de la política y al de la defensa». No se puede ser más explícito. Y puesto que no ha sido desmentido, esto ha sido dicho por Chou En-lai. Estos juicios de Chou En-lai son antileninistas y reaccionarios, están en oposición con las conocidas tesis de Lenin sobre el problema de los «Estados Unidos de Europa». Estos puntos de vista de Chou En-lai se alinean así junto con los de la reacción europea. Chou En-lai está por la integración europea en interés del gran capital cosmopolita, es decir, está por su dominación política, económica y militar sobre los pueblos de Europa, está por que la ley de hierro del capital impere sobre los pueblos de Europa. Con sus tesis, Chou En-lai –que se nos presenta como el teórico de la utilización de las contradicciones– ignora por completo las grandes e irreconciliables contradicciones que existen entre el proletariado y los pueblos de Europa, por un lado, y los regímenes burgueses reaccionarios de sus países y las oligarquías capitalistas, por el otro; olvida, asimismo, las contradicciones existentes entre las mismas oligarquías. Por lo tanto, Chou En-lai llama a extinguir la lucha de clases, llama a realizar la integración europea, llama a no profundizar las contradicciones del capitalismo europeo en favor del proletariado. Con justa razón, pues, la prensa reaccionaria exalta a Chou En-lai y tiene buenos motivos para hacerlo. El proletariado italiano está en huelga casi todos los días. La burguesía italiana intenta escapar a estas tenazas. Italia se ha transformado en una base de los Estados Unidos dirigida contra el proletariado, pero inútilmente. La reacción italiana utiliza las porras de la policía, pero no puede frenar el impulso del movimiento huelguístico. La burguesía lucha por la integración europea, por la creación de los «Estados Unidos de Europa», y se sobreentiende que es lo que la burguesía espera de ello y que males caerán sobre los obreros y los pueblos de Europa. Y en esto, la burguesía es ayudada por Chou En-lai, que recomienda a los pueblos y al proletariado de Europa que sigan confiadamente a sus dirigentes, en lugar de decirles «levantaros contra los enemigos de clase, cavar su tumba y enterrarlos en ella, en vez de que sean ellos los que os sepulten». Pero ¿qué es lo que empuja a Chou En-lai a pronunciarse tan descaradamente en oposición con el marxismo-leninismo? El parte de otra idea y piensa: «Alentemos este bloque reaccionario europeo, porque se presenta en contra del bloque estadounidense, pero sobre todo enfrentado al bloque soviético. Así profundizamos las contradicciones entre los bloques imperialistas en favor del socialismo». Pero hay que preguntarse: ¿a favor de qué socialismo se profundizarían estas contradicciones, cuando se llama a los obreros y a los pueblos a estarse quietos, a integrarse como corderos en el redil del pastor capitalista?». (Enver Hoxha; Alunas declaraciones antimarxistas de Chou En-lai; Reflexiones sobre China, Tomo II, 15 de enero de 1973)

[Se sentenciaba pues, que: - Anotación de Bitácora (M-L)]

«Chou En-lai no trabaja para lanzar a los pueblos a la revolución, para debilitar los distintos eslabones de la cadena capitalista, no ayuda a romper los eslabones más débiles de esta cadena salvaje para los pueblos, sino que propone la creación a favor de China, aunque sin decirlo abiertamente, de diversos bloques para equilibrar las fuerzas siguiendo un camino que no es marxista-leninista, que no es revolucionario. Todos debemos luchar a favor de una China socialista, pero debemos hacerlo sólo por una China socialista, y en la vía marxista-leninista». (Enver Hoxha; Alunas declaraciones antimarxistas de Chou En-lai; Reflexiones sobre China, Tomo II, 15 de enero de 1973)

[¿Cuál fue en resumidas cuentas el objetivo principal de la creación de este proyecto? - Anotación de Bitácora (M-L)]

«Con la creación de los «Estados Unidos de Europa», que también es sostenida por Chou En-lai, actualmente los capitalistas de Europa Occidental no persiguen otro fin que repartirse tranquilamente el sudor y la sangre del proletariado europeo, de los pueblos europeos. Los capitalistas quieren dar a la repartición del sudor y de la sangre de estos pueblos un color «pacífico», «embelleciéndola» con eslóganes tales como el de la «revolución técnico-científica», la «sociedad de consumo» y otras consignas prefabricadas. Pero esta repartición, como dice Lenin, no puede hacerse sobre otras bases que las de la fuerza. Y he aquí por qué este bloque de Estados es una fuente de guerras de agresión imperialistas para repartirse el botín del pillaje». (Enver Hoxha; Alunas declaraciones antimarxistas de Chou En-lai; Reflexiones sobre China, Tomo II, 15 de enero de 1973)

¿En qué posición les dejaba delante de las masas a los revisionistas chinos su apoyo a la Comunidad Económica Europea y sus organismos?

«Hoy los chinos, cuando se pronuncian por la defensa de la «Europa Unida», actúan del mismo modo que la II Internacional. Instigan la futura guerra nuclear que las dos superpotencias quieren desatar, y a pesar de que esta guerra entre las dos superpotencias sólo puede tener un carácter imperialista, hacen llamamientos «patrióticos» a los pueblos de Europa Occidental y a su proletariado, para que dejen de lado las «pequeñas cosas» que los oponen a la burguesía (y estas «pequeñas cosas» son la opresión, el hambre, las huelgas, los asesinatos, el paro forzoso, la salvaguardia del poder burgués) y se unan con la OTAN, con la «Europa Unida», con el Mercado». (Enver Hoxha; Los revisionistas chinos atacan por la espalda al Partido del Trabajo de Albania; Reflexiones sobre China, Tomo II, 8 de enero de 1977)

[Para inicios de los 70, este tipo de cosas ya habían hecho que las relaciones entre China y Albania eran nulas, apenas manteniéndose relaciones diplomáticas y pocos formalismos más. Incluso los círculos reaccionarios registraron para la posteridad las grandes divergencias sino-albanesas en temas como el acercamiento sino-estadounidense, la Comunidad Económica Europea (CCE), el trato con los nuevos partidos marxista-leninistas, y otros temas candentes:

«Durante 1972, las posiciones de los dos cercanos aliados sobre su actitud hacia los Estados Unidos tendieron a distanciarles aún más. Paralelo a los divergentes puntos de vista sobre esta cuestión política fundamental, Pekín y Tirana empezaron a reaccionar de forma diferente ante algunos acontecimientos y políticas importantes en el escenario internacional: la crisis de Malta, la consolidación del Mercado Común, la Ostpolitik de Alemania Occidental y la reelección de Brandt, y el movimiento «marxista-leninista», para mencionar unos cuantos. Mientras los albaneses han demostrado un inflexible apego a la teoría revolucionaria, los chinos –en línea con su giro en las prioridades de política exterior– han demostrado una predilección por la Realpolitik: un cambio de la raison d’ideologue a la raison d’état. Muchos discursos e informes publicados recientemente por Tirana y Pekín atestiguan el hecho de que no existe completa unanimidad de puntos de vista sobre diversos desarrollos políticos internacionales de importancia». (Radio Europea Libre; El camino albanés, 21 de diciembre de 1972) - Anotación de Bitácora (M-L)]

Lo que se puede concluir desde ahora, es el hecho de que el Partido del Trabajo de Albania llevó una vez más una línea impecable, mientras que el Partido Comunista de China vuelve a errar gravemente. El borreguismo de muchos partidos hacía la «teoría de los tres mundos» por parte de los marxistas-leninistas occidentales creó un retroceso para las propias revoluciones de sus países, les impidió movilizar las masas explotadas contra el enemigo interior cuando precisamente éste fue puesto en dificultades por el paro petrolero de 1973; el cual recordemos marcó el comienzo de un período de recesión duradera, deslocalizaciones y amplia ofensiva internacional del capital contra los derechos sociales de los trabajadores. De igual forma esto se pudo ver especialmente desde la caída del revisionismo, periodo en el cual la burguesía ha tratado de presentarlo como la caída del socialismo. Pero la contestación de las masas trabajadoras resuena de nuevo porque al igual que ayer el capitalismo no pudo suprimir la contradicción principal entre el capital y el trabajo, entre el burgués y el proletariado. La «teoría de los tres mundos» justamente ignoró esta contradicción irreductible y objetivamente hizo el juego a la burguesía.

En la situación actual:

«Las contradicciones en el seno de las alianzas políticas, militares y económicas dirigidas por el imperialismo estadounidense también se han exacerbado. Los conflictos y la competencia entre los monopolios de Europa occidental y de Japón, de una parte, y los monopolios de los Estados Unidos de la otra parte, entraron en una fase nueva donde cada una de las partes procura asegurarse para su cuenta las posiciones ventajosas donde puedan encontrar privilegios. Sus divergencias todavía se hicieron más profundas a consecuencia de la crisis de la energía y de las materias primas, del estrechamiento de la esfera de exportación de los capitales y de las dificultades aumentadas en la misión de asegurarse beneficios a través de la política neocolonialista. El análisis y las previsiones de Stalin fueron plenamente ya confirmadas en 1952:

«En apariencia, todo marcha «felizmente»: los Estados Unidos tienen a ración a la Europa Occidental, al Japón y a otros países capitalistas; Alemania occidental, Inglaterra, Francia, Italia y el Japón, que han caído en las garras de Estados Unidos, cumplen, sumisos, las órdenes de ese país. Pero sería un error suponer que ese «bienestar» puede subsistir «por los siglos de los siglos», que esos países soportarán siempre el dominio y el yugo de Estados Unidos y que no intentarán arrancarse de la esclavitud a que los tienen sometidos los estadounidenses y emprender un camino de desarrollo independiente». (Iósif Vissariónovich Dzhugashvili, Stalin; Problemas económicos del socialismo en la Unión Soviética, 1952)

En el marco de las alianzas de Occidente, los desacuerdos más grandes son los que oponen a los Estados Unidos y el Mercado Común Europeo, y estos desacuerdos, bajo la presión y las maniobras del bloque soviético tienden a aumentarse. En este espíritu de competencia, los Estados Unidos para poner obstáculo a la afirmación y a la consolidación del Mercado Común Europeo se esfuerzan por manipular a cada uno de sus miembros por separado y por oponerlos unos a otros. En particular, procuran trabar la aproximación franco-alemana debilitando a Francia y sustentando a la Alemania occidental y a Gran Bretaña, trabajando en esclavizar a otros miembros más débiles. Conviene decir que los países de Europa occidental también a pesar de los cuerpos comunes creados por ellos nunca han dejado de desplegar a cada turno un gran esfuerzo para asegurar más concesiones y las mejores oportunidades posibles en el mundo». (Enver Hoxha; Informe en el VIIº Congreso del Partido del Trabajo de Albania, 1 de noviembre de 1976)

Hoy, según las previsiones de Stalin, la Europa imperialista «unida» justamente está tratando de escapar de la tutela estadounidense. Se dotó de una moneda fuerte para voltear  la hegemonía del dólar sobre los mercados financieros. Hoy, el conjunto de las potencias imperialistas se arman febrilmente en nombre de la «lucha contra el terrorismo», pero este pretendido «frente unido» imperialista de lucha contra el terrorismo conoce disensiones. Los intereses divergentes de los bloques imperialistas se dibujan cada día más, y aunque la cohesión del bloque imperialista europeo es todavía débil, pudimos ver últimamente por ejemplo sobre la cuestión de Irak al bloque oponerse a los intereses imperialistas estadounidenses: el hecho de que el régimen de Saddam Hussein contaba con utilizar en lo sucesivo el Euro para pagar los intercambios de petróleo, daba un mal ejemplo a otros países exportadores de petróleo a ojos del imperialismo estadounidense. ¿Qué es lo que hoy puede asegurarnos que la ONU no acabará como la Sociedad de Naciones? Nada ciertamente, excepto el optimismo vulgar del pacifismo burgués. Japón, Alemania e Italia, cuidadosos de ocupar un sitio más importante en el seno del concierto de las naciones solicitan hoy ocupar una sede permanente en el consejo de seguridad de la ONU mientras que en el seno de los medios dirigentes de estadounidense, con el fin de preservar el liderazgo estadounidense sobre la escena internacional, se comienza a pensar que la ONU cumplió su tiempo. Los Estados Unidos tratan de penetrar en los mercados preferentes conservados por los antiguos colonizadores europeos en África, atizando los conflictos étnicos para desestabilizar estos países y poder ponerlos bajo su influencia. La Alemania y la Francia imperialista se repartieron Yugoslavia, Alemania masivamente invirtió en los antiguos países del este. ¿Cómo no pensar que los imperialistas, la recesión económica y la crisis, no ayudara a que se vuelva a medios no pacíficos para una nueva división del mundo? En nombre de hipócritas motivos humanitarios o de la lucha contra el terrorismo, los precedentes de injerencia imperialista ya se efectuaron en Estados soberanos como en Yugoslavia, en Afganistán y últimamente en Irak. En 2003, los presupuestos de la defensa de los Estados Unidos, de Inglaterra, de Alemania, de Francia y de Italia eran respectivamente 399,1; 38,4; 24,9; 29,5; 19,4 mil millones de dólares, a comparar con los 65; 47; 42,6; 14,1 mil millones de dólares de Rusia, de China, de Japón y de Corea del Sur, o a los 13 mil millones de dólares para el conjunto del «eje del mal», entre los que están los 2,1 mil millones de Corea del Norte. No debemos admirar los «dividendos de la paz» prometidos por los lacayos del imperialismo después de la caída del revisionismo soviético. En este contexto se abre la perspectiva de décadas de conflictos imperialistas neocoloniales e interimperialistas a escala internacional, y entonces debemos poner en práctica esta enseñanza de Lenin: transformar la guerra imperialista de rapiña en revolución socialista». (Vincent GouysseComprender las divergencias sino-albanesas, 2004)

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