martes, 18 de octubre de 2016

¿Por qué los de Reconstrucción Comunista (RC) copian nuestros documentos?; Equipo de Bitácora (M-L), 2016

Foto del IIº Congreso de Reconstrucción Comunista de 2012 publicada en su web

[Nota: Ante unas peticiones de parte algunos exmilitantes, hemos decidido pixelar las caras de la gente que no desea que su rostro se vea relacionado con su ex grupo, así que hemos decidido dejar solamente la de su actual líder que es el único que reivindica este congreso.]


«
Gracias al aviso de nuestros lectores, no tardamos en darnos cuenta de que nuestras obras han venido sufriendo un plagio descarado por parte de la organización Reconstrucción Comunista (RC). Pretendíamos manejar este tema en el plano interno: entre Bitácora (M-L) y Reconstrucción Comunista (RC). Pero dado que no fue posible, hemos decidido escribir y publicar estas líneas al respecto.

Expresar que el «Equipo de Bitácora (M-L)» en su conjunto siente un gran aprecio por la documentación que hemos ido produciendo gracias a una gran cantidad de lecturas, traducciones, análisis, discusiones, críticas, autocríticas y un sinfín de procesos más. Todo un conjunto de esfuerzos que, pretendemos, sirvan como punto de partida para un análisis histórico y presente de los fenómenos desde el materialismo dialéctico; y que, a su vez, sirvan para promover la reorganización de las fuerzas proletarias allá donde se encuentren. Es más, esperamos que el eco de nuestras obras nos ponga en contacto –como ya ha venido ocurriendo con los individuos y organizaciones marxista-leninistas que pretendan organizar al proletariado de cada país con tal salir de esta situación de confusión y desorganización general.

Hoy nos encontramos con que la mayoría de partidos y autodenominados partidos –que las más de las veces no pasan de ser grupúsculos, clubs de amigos y/o nostálgicos de algunas siglas– no se interesan por analizar las causas del flujo descendente del movimiento marxista-leninista internacional. Podemos decir que, en esencia, existen tres posiciones:

1) A unos no les interesa el estudio las figuras y movimientos nacionales e internacionales marxista-leninistas. Es más, generalmente se cubren falsamente de ideas y mitos, reivindicando su legado de manera formal, pero sin ser fieles a sus lecciones. Otras veces cometen los mismos errores que sus referentes por no analizarlos. Incluso llegan a adoptar como referentes a falsos marxistas y a experiencias revisionistas por igual. No hablemos ya de cuestiones del movimiento marxista-leninista de un pasado lejano, dado que tienden a ignorarlas completamente. A veces su indiferencia es tal que terminan por ignorar fenómenos recientes de mayor o menor calado.

2) Existen otros que sí que dedican, aunque sea un breve tiempo de su actividad, a analizar ciertos fenómenos sobre el revisionismo contemporáneo y las causas de su triunfo. Pero debemos hacer un apunte: al no tener interés en cómo se ha llegado a varios de los desastres que han posibilitado la hegemonía del revisionismo en el movimiento obrero, los análisis y las conclusiones sobre los grupos antimarxistas del presente tampoco son del todo correctos, pues son incapaces de detectar el origen de estas desviaciones.

3) Luego hay quienes sí dedican su tiempo a tratar cuestiones, pasadas y presentes, del movimiento marxista-leninista. Pero muchos de estos grupos se contentan con realizar breves análisis de denuncia sobre el revisionismo de éste u otro partido o sobre el oportunismo de tal o cual figura, pero sin explicar a sus militantes y simpatizantes el porqué de tal afirmación, cayendo así en análisis reduccionistas, doctrinarios y esquemáticos. Pretenden, pues, obligar a la militancia a seguir estas afirmaciones sin tener conciencia real del porqué de las mismas. Es esta incapacidad creativa lo que muchas veces lleva a copiar las opiniones de otros, cayendo en las mismas desviaciones de muchas de las corrientes revisionistas que fustigan, como el seguidismo a ciegas o el realizar afirmaciones sin corroborar su veracidad confiando en que antes han sido pronunciadas por alguien «de fiar». Estas metodologías nacen de la absoluta incomprensión de lo que dicen denunciar, así como de los métodos de concienciación propuestos por el marxismo.

Es esta última postura la que aquí nos ocupa con RC.

Del mismo modo, queremos dejar claro que la cuestión que aquí vamos a tratar no es un problema que se limite a la usurpación total o parcial de nuestros documentos, sino que el asunto radica en que estos «camaradas» han caído en una profunda desviación teórico-práctica que es contraproducente para el proletariado. No sirve porque una organización que se pretende regir por los principios del marxismo-leninismo, una organización que aspira a ser la vanguardia del proletariado, debe proporcionar sus propios análisis para que, junto al resto de organizaciones auténticamente marxistas-leninistas del panorama internacional, se pueda aportar algo de claridad a las masas en medio de tanta confusión ideológico-política. Añadir que no estamos interesados, y no debe de ser interés de ninguna organización, que otras organizaciones repitan nuestras conclusiones y análisis sin más, sino que estamos interesados en que sean escrutadas en base a la ciencia marxista y a una reflexión que les sea propia. Por eso es que estamos abiertos a recibir críticas fundamentadas con tal de enriquecer nuestros documentos y, si es preciso, corregirlos. Aún cuando estas críticas provengan de círculos de estudio o partidos, eso nos es irrelevante, pues sabemos que el marxismo-leninismo no entiende de diferencias entre los que emiten la crítica, bien sea un prestigio comunista veterano, alguien que todavía se está iniciando, un gran partido o un humilde círculo. Nuestra doctrina solo entiende de una «adhesión» consciente a la realidad. Esto que exigimos no puede ser de otra forma, pues solo de este modo evitaremos crear seguidismos sentimentalistas y dogmáticos que propaguen a fuerza de repetición conclusiones de fundamentos incomprensibles para sus defensores. Y, como sabemos, es sencillo traicionar aquello que no se entiende. 

Buena muestra de esta deriva es RC que, pese a haber hecho acopio de nuestros textos sobre el maoísmo para salir del paso, ha terminado por cometer las mismas desviaciones que dice criticar. Es sencillo ver ver cómo su pretendido antimaoísmo cae en saco roto cuando funde su partido en una «internacional maoísta» como la ICOR, cristaliza amistades con los diversos colectivos maoístas patrios y hace seguidismo a los maoístas nacionales en una amplia gama de temáticas, como las relativas a los naxalitas o los GRAPO.

Ya hemos tenido varias polémicas con otros grupos –inclusive maoístas como ellos– que plagian nuestras traducciones y nuestras obras de elaboración propia para completar sus medios, tan faltos de material teórico. Esto, como ya hemos dicho, nos satisface, pues es un claro indicador del atractivo de nuestras obras –pese a las calumnias de las mismas organizaciones que replican nuestra producción–.

En este post expondremos algunas cuestiones al respecto del plagio del que hemos sido objeto con RC.

Las pruebas concluyentes del plagio

Reconstrucción Comunista (RC), cuyos líderes participan ahora en Universidad Obrera (UO) –que no sabemos a ciencia cierta si se trata de una reconversión o de un dispositivo que opera bajo el paraguas de RC–, ha venido teniendo la tendencia de copiar el tronco central de nuestras citas, análisis, conclusiones y documentos en general en un claro síntoma de esterilidad teórica. De hecho, hemos corroborado –sin necesidad de excesivo esfuerzo– que sus pocas obras extensas son una burda copia de las nuestras. A lo que comenzó con una sutil similitud en los títulos, lo siguió el coger nuestras citas seleccionadas en castellano y las traducciones usadas –copiando incluso las erratas que hemos cometido en algunas traducciones, luego corregidas en posteriores revisiones–, luego, el repetir el núcleo de nuestras conclusiones que seguían a esas citas –conclusiones que son copias enmascaradas–, ¡para llegar al punto de descaro de copiar los ejemplos explicativos para cada cuestión, los cuales son calcados sin sonrojo alguno!

El último ejemplo de este fenómeno ha sido el documento:

a) Universidad Obrera; Sobre el revisionismo norcoreano: El sometimiento de un pueblo a la esclavitud de la ignorancia y la insolencia de 2017, un documento de 39 páginas basado en un copia y pega de citas y mismas conclusiones que nuestro documento:

Equipo de Bitácora (M-L); El revisionismo norcoreano: de sus raíces maoístas hasta la institucionalización del «pensamiento Juche» de 2015.

Entonces el llamado «camarada Uhaitz Arrizabalaga Moreno» no ha hecho ningún trabajo como decís en vuestra introducción, más bien dicho el trabajo lo tenía ya hecho, y solo ha seleccionado lo que más le ha gustado de nuestro trabajo.

Otros documentos que son resúmenes o copias de documentos ya existentes:

b) Reconstrucción Comunista; Desenmascarando el Socialismo del siglo XXI de 2014 que consta de 10 páginas –unas 41 en total todo el documento–. Esta es una obra que es en gran parte copia de:

Equipo de Bitácora (M-L); El revisionismo del «socialismo del siglo XXI de 2013.

c) Juan Mesana Desmontando a Mao, cuestiones sobre un revisionista de 2014. De nuevo es copia en gran parte de los documentos:

Vincent Gouysse; Comprender las divergencias sino-albanesas de 2007;

Jim Washington; El socialismo no puede ser construido en alianza con la burguesía;

Y otros más como Reflexiones sobre el maoísmo del Círculo Henri Barbusse, etc. aparecidos en Bitácora (M-L) bajo su traducción.

d) Reconstrucción Comunista; ¿Que es realmente Podemos?, 2015. Esta es un batiburrillo de citas y conclusiones de los documentos:

Equipo de Bitácora (M-L); ¿Es Podemos un partido diferente a Izquierda Unida? En absoluto; Sobre el programa de las nacionalizaciones, 2014.

Equipo de Bitácora (M-L); ¿Es Alexis Tsipras el nuevo Enrico Berlinguer?, 2015.

Equipo de Bitácora (M-L); El desgaste paulatino de la credibilidad de Podemos, 2015.

[Nota a posteriori. Los fenómenos de plagio no se han detenido, han seguido sucediendo sin ninguna vergüenza, su nuevo documento sobre Venezuela:

Reconstrucción Comunista; Revista de Acero, nº9, de 30 páginas. Esta una copia de citas y conclusiones de los siguientes documentos. 

Sus análisis sobre el PSUV son sacados del documento:

Equipo de Bitácora (M-L); El revisionismo del «socialismo del siglo XXI de 2013.

Sus análisis sobre el PCV son sacados del documento:

Equipo de Bitácora (M-L); Un recuento a las innumerables desviaciones del Partido Comunista de Venezuela de 2016.

Sus análisis sobre el BR y la UPRA son sacados del documento:

Equipo de Bitácora (M-L); Bandera Roja y MVTC: Un repaso histórico a las posiciones ultraoportunistas de Bandera Roja, y una exégesis sobre la deserción del MVTC y su disolución en Bandera Roja de  2017.]

En todos estos documentos: con solamente una lectura superficial queda evidenciado que es una básica recopilación de citas y conclusiones presentadas en forma de «resumen».

La negación a reconocer el error del evidente plagio

Hemos intentado zanjar la cuestión de forma privada –mediante dos cartas–, dando así un voto de confianza para resolver la cuestión sin necesidad de hacerla pública, esperando con buena fe que las muestras de plagio pudieran ser una coincidencia pasajera en algunos casos y/o que pudieran ser una forma de homenaje a nuestras obras, pero exigiendo que se notificará debidamente que sus obras son un trabajo de repaso y comentario a las nuestras o que, como mínimo, se notificara en la introducción de sus obras que existía una «inspiración» en nuestros trabajos –y que de ahí surgía el excesivo parecido–. Pero no ha servido de nada. De su parte solo recibimos excusas, justificaciones y evasivas arrogantes. Han preferido anteponer su orgullo y negar lo que, a todas luces, es algo evidente:

«No se trata como intentáis plantear –para lavaros las manos– de que hayáis cogido solo las traducciones de nuestras citas –que es lícito si citáis de quién es la traducción–, sino que las conclusiones e incluso los ejemplos que escribís y van seguidos a esas citas son las mismas conclusiones y ejemplos –aunque cambiéis algún término–. No merece la pena pararse a debatir esto, como he dicho la gente no es tonta y lo ve, es archievidente. ¿Sino cómo es que la gente nos ha venido a denunciar esto? ¿O decidme, en vuestro documento de Corea en qué se diferencia al nuestro? ¿Qué cuestión toca diferente a la que hayamos planteado nosotros? ¿A qué conclusión diferente se llega? Mirad, si os queréis hacer los «suecos» negando algo tan evidente que os va a dejar en ridículo delante de todos, me parece decisión vuestra –errada porque quedáis retratados, pero decisión vuestra, al fin y al cabo–, pero nosotros estamos obligados a denunciar esta práctica vergonzosa que estáis llevando a cabo, porque nuestras obras y el respeto a ellas nos lo tomamos en serio». (Equipo de Bitácora (M-L); II Carta a RC, 16 de octubre de 2016)

La respuesta de RC ha consistido, pues, en silencio y las evasivas.

Esto carece de relevancia, pues la farsa ha sido finalmente destapada. Itxasne, una exmilitante de la organización, ha confirmado el plagio que, según ella, fue una directriz directa de Roberto Vaquero –alias Juan Mesana–, el líder de Reconstrucción Comunista [Véase aquí el mensaje publicado]. 


Fin del cuento, señores. Tuvisteis la oportunidad de salir indemnes y vuestro honor y credibilidad han terminado en el fango.

Recordemos dos axiomas del marxismo-leninismo sobre los errores y la autocrítica:

a) El marxista-leninista, o su partido, pueden incurrir en errores. Pero lo que es intolerable es intentar ocultarlos y no realizar un hondo análisis de la fuente del error:

«Alguien quizás puede decir que se han cometido errores. Pero ¿dónde está el partido, grande o pequeño, viejo o nuevo, que no ha tenido deficiencias y ha cometido errores en su trabajo? Lo importante aquí es ocultarlos, sino reconocerlos, analizarlos y corregirlos sobre la base del marxismo-leninismo. Esta es la dialéctica marxista». (Albania Today; En la lucha y la revolución los marxista-leninistas deben ser fuertes e indomables; Extractos de una conversación del camarada Enver Hoxha con el camarada Pedro Pomar 18 de agosto de 1967, 1977)

b) Que la actitud ante los errores –y su reconocimiento u ocultamiento– es la prueba viviente de si un individuo o partido es un verdadero marxista-leninista:

«Una actitud incorrecta frente a la crítica se expresa en que, en lugar de admitir y corregir los errores, se toma subjetivamente; como una afrenta en el prestigio; como un insulto a la ambición y reputación de uno u otro funcionario o dirigente de una organización, etc. Esta actitud de ninguna manera fortalece a las organizaciones del Partido. Tampoco promueve una educación apropiada de los cuadros. Por el contrario, es en extremo peligrosa para la vida y el desarrollo del Partido». (Kominform; Autocrítica, el arma afilada y perspicaz de los partidos comunistas y de los trabajadores; ¡Por una paz duradera, por una Democracia Popular!, no. 12, 15 de junio de 1948)

El origen de este fenómeno y de esta actitud

¿De dónde puede provenir una actitud miserable, como es la de robar la producción intelectual y no reconocerlo ni siquiera cuando algunos de los propios implicados en la trama lo confiesan? No es muy difícil de saber. Estudiemos, primero, las características de Reconstrucción Comunista (RC) como organización.

1) Lo primero que hay que saber es que Reconstrucción Comunista (RC) es una organización creada en 2009 de nula influencia en el panorama nacional. ¿Por qué carecen de influencia en el panorama nacional? Desde 2015 se autodenomina «partido», pero el cese de sus células, o el tipo de actividad de trabajo en muchas de las que se mantienen, son reflejo de que la organización no pasa de ser un grupúsculo, un club de amigos o militantes aislados sin trabajo práctico real. Esto se debe a los métodos que han heredado de las organizaciones revisionistas de las cuales provienen y de las cuales no se han desligado. Su obstinación porque se les reconozca como partido influyente e, incluso, de vanguardia evidencia que viven en una realidad paralela.

2) Otro rasgo que caracteriza a esta peculiar organización es no publicar los documentos de su partido: ni las tesis de sus plenos y congresos, ni nada relevante sobre su línea. Prueba de ello es que a día de hoy no tenemos los documentos del IIIº «Congreso» de RC de abril de 2015, ni de los anteriores, claro indicador de que estos actos son reuniones donde prima el formalismo. Ellos justifican que su nula transparencia se debe «¡a cuestiones de seguridad!». Un argumento estúpido –y contradictorio–, pues son harto conocidos por publicar fotografías de su «Comité Central» en su página oficial, o de sus actos «políticos», banderas y caras descubiertas incluidas, a las respectivas redes sociales personales de cada integrante. Huelga decir que tanto sus cabecillas como sus militantes pueden ser identificados con suma facilidad. Por lo tanto, podemos decir que la privacidad de sus militantes es nula, y sus excusas, nefastas. Además, ¿qué «riesgo a la seguridad» supone para una organización publicar su visión filosófica o su análisis de la economía internacional actual –o cualquier otra cuestión que un partido debe tratar–? Ninguno. Todo esto son excusas para justificar su inoperancia en cuestiones de peso.

Hay que tener en cuenta que, como hemos dicho, muchas organizaciones realizan esta práctica de ocultamiento de los materiales pasados y presentes de la organización por miedo a que se critique su falta de posicionamiento, o simplemente por temor al ridículo de mostrar su falta de conocimientos cuando se trata de posicionarse en temas de relevancia. Este caso no es una excepción.

3) De igual modo, lanzar mensajes breves de solidaridad con causas lícitas, realizar pintadas «reivindicativas» y publicar su revista «De acero» de forma esporádica –¡siete números en más de tres años de existencia!– con breves artículos fundamentados en severas obviedades –cuando no incurren en errores teóricos– no está mal, pero es insuficiente para dar a conocer la línea de un partido y, por supuesto, no constituye una práctica de «trabajo de masas» para lo que se presupone un partido tal y como lo entendían los bolcheviques. 

Los integrantes de Reconstrucción Comunista creen fervientemente que con tener lo que ellos denominan «escuelas de formación» para militantes y simpatizantes están realizando una «elevación del nivel ideológico» e, incluso, un «trabajo de masas» –como si los partiduchos con militantes sin apenas formación ideológica y nula influencia entre los trabajadores no hicieran esto mismo entre sus colegas de secta–. No entienden, o no quieren entender, que el bajo nivel teórico se debe, precisamente, a las características de su organización –la no popularización de su línea– y los rasgos que caracterizan a sus líderes –que carecen de conocimientos teóricos y de espíritu crítico–. Aquellos que imparten estas clases formativas lo hacen desde un punto de vista formal y doctrinario, cuando no cometiendo verdaderos atentados contra los principios marxista-leninistas siempre que se aventuran a afirmar algo que quede fuera de sus limitados conocimientos. De esto se deriva la creación de una mentalidad de sumisión a la ideología ecléctica para la militancia, y oportunista y fuera de todo análisis crítico para la dirigencia. Es por ello que los enunciados que sus cargos enumeran –e incumplen en la práctica– no pueden ser detectados por una militancia educada en este ambiente. Por esta misma razón se aceptan concepciones y tesis revisionistas, acuñadas por los líderes como principios marxista-leninistas, sin saber que se está apoyando una distorsión de la doctrina.

Afortunadamente, este tipo de «formación» crea contradicciones de todo tipo que pueden ser fácilmente detectadas cuando se presta atención y, si se avanza –sobre todo de forma autodidacta dada la coyuntura actual– en la formación ideológica.

Entonces, la dirigencia de RC afirma: «Nuestro partido lucha contra el maoísmo», pero luego organiza actos con otras organizaciones maoístas –como Odio de Clase– en favor de otros maoístas del extranjero –naxalitas–, o siguiendo el guion fantasioso del PCE (r) sobre los GRAPO. A su vez, teje alianzas con otras ramas maoístas nacionales e internacionales, formando parte –hasta el pasado 12 de octubre de 2019– de la ICOR –una internacional de partidos maoístas–. 

Tenemos, pues, una dirigencia capaz de engañar temporalmente a su militancia en un entorno hermético, pero incapaz de evitar los éxodos periódicos que se producen cuando ésta investiga por sí misma y contrasta las supuestas tesis y actitudes «marxistas» que la dirigencia le ha inoculado con la teoría de los clásicos del marxismo-leninismo, así como con la realidad histórica y presente. Esta inconsistencia en sus principios, propia de los partidos revisionistas, acaba por cavar su propia tumba. Esta es la razón por la que Enver Hoxha proclamaba que «el revisionismo es disolvente». 

Es bien sabido que un partido marxista-leninista no puede pretender que las masas trabajadoras acudan sin más a la sede del partido a afiliarse, o que empiecen a interesarse y simpatizar con la línea del partido de forma espontánea –menos con todo el halo de presión ideológica anticomunista que ejerce la burguesía–. El partido marxista-leninista necesita propagar a viva voz el programa de la organización comunista, debe popularizarlo no solo entre la clase obrera, sino entre el resto de masas trabajadoras. Debe asegurarse de que sus tesis lleguen a oídos no solo de aquellos duchos o afines al marxismo-leninismo, sino hasta aquellos del último trabajador idiotizado y paralizado por la ideología burguesa. De hecho, en plena era de las nuevas tecnologías, con todos los avances que permiten difundir la teoría marxista-leninista con una facilidad nunca antes vista, no poner a disposición de las masas la línea del partido, así como un material formativo básico, es un claro síntoma de la clara despreocupación existente en lo tocante a conectar y educar a las masas. Es decir, es negligir en la primera responsabilidad de la vanguardia proletaria. Existe la concepción propia de partido tradicional del revisionismo que creen, como ahora RC, que dar charlas a la militancia, vender libros en mercadillos, o hacer fiestas en pro de una causa, es realizar «trabajo de masas». Lo primero es aceptable para un colectivo de carácter ideológico especializado en la lucha ideológica, lo segundo para partidos que creen que la militancia comunista es hacer amigos, ligar, o ir de fiesta en fiesta. Pero un partido que se autodenomina comunista no puede transigir con esto, pues sus funciones son mayores que hablar para los ya convencidos.

Como comprobamos, este hecho –el plagio de obras– denota una clara debilidad en la formación teórica, una falta de creatividad, falta de ética y escrúpulos, además de sed de reconocimiento personal. Pero, además, la negativa a reconocer sus errores solo significa la carencia de moral comunista. Una arrogancia que refleja la falta de madurez para reconocer error de uno o varios líderes de la agrupación y que, ahora que es de dominio público, se convierte en un error que mancha a toda su organización. Podemos concluir que su acto de plagio y posterior negativa a reconocerlo constituyen el reflejo de una moral y forma de vida burguesa, en la que tras aprovecharse del esfuerzo de otra persona con esperanza de que tal acto no sea detectado para, finalmente, ser detectado, se adoptan posiciones histéricas, arrogantes y hasta violentas.

Con el plagio, se pretende responder a las exigencias de la militancia y simpatizantes –que entre otras cosas acudían a nosotros en busca de obras que tratasen los temas que su organización no abordaba–. Estas prácticas de plagio han sido puestas en marcha para poder proclamar –sin sonrojo alguno– ante militantes y simpatizantes: «ya expusimos nuestra posición sobre ese tema»; así como para poder elevar el culto a sus líderes como eminentes teóricos, aunque, en realidad, sus obras más «importantes» y extensas, sean plagios–.

¿A dónde conduce el profundizar esa línea errónea?

Las prácticas de RC que niegan popularizar su línea oficial, el miedo a exponer en público la línea oficial en esta u otra cuestión, y el plagio para responder a las necesidades teóricas mínimas, es decir, el mantener la línea de «puertas para adentro», así como el pretender ganar influencia y captar militantes con este mísero trabajo; todo esto conduce al aislacionismo con las masas y a la formación de una agrupación sectaria que refuerza el enquistado centralismo burocrático y el culto mesiánico al líder y su comparsa. Si sumamos esto al patético intento de sustituir las cuantiosas pérdidas con nuevos incautos, encontraremos que los líderes de RC no se han desligado de las prácticas de los partidos de los que procede, como el Partido Comunista de España (PCE) o el Partido Comunista de los Pueblos de España (PCPE). Eso siempre es causa de la desarticulación paulatina de sus células, de la degeneración del «partido» en un club de lo que quiera que sea. Esto con suerte, pues puede conducir a la liquidación de la organización debido a la falta de influencia y fondos.

Quizá –sólo quizá– los jefes y la militancia deberían plantearse que su organización malgaste menos tiempo en llenar de grafitis y pegatinas las ciudades con eslóganes infantiles para realizar publicaciones en redes sociales, en engalanar todos sus actos de pomposa simbología comunista –que, al fin y al cabo, no demuestra nada–, en llevar lo último de lo último de la moda «red skinhead» –cultura que nada tiene que ver con la proletaria, siendo una mezcla ecléctica de formas de vida e ideologías pequeño burguesas– para lucir todos a juego en sus desfiles, etc. y puede que, en su lugar, debieran implantar más disciplina e invertir más energías en la formación ideológica individual –principal método de formación–, en propagar las obras de los clásicos del marxismo-leninismo y de los referentes nacionales –y no de figuras y organizaciones ajenas al marxismo–, en organizar más planes de estudio colectivo eficaces –sin formalismos y con cuadros verdaderamente formados que no desorienten a los militantes–, en verificar si los cuadros han asimilado lo estudiado de forma autodidacta o lo impartido en los planes de estudio colectivo, y si lo saben aplicar –en caso que tenga utilidad práctica–, y en popularizar su línea entre las masas –y no entre sus conocidos–. De esto modo podrían tener sus propios teóricos y sus propias obras sin caer en desviaciones típicas de aparatos y sujetos oportunistas.

En próximas publicaciones analizaremos la evolución de las ilusiones y desviaciones maoístas en esta organización que pretende ser marxista-leninista, pero que ha caído –y cae– en contradicciones evidentes, como el haber formado parte de la Coordinación Internacional de Partidos y Organizaciones Revolucionarias (ICOR), una internacional de partidos famosa por albergar, publicar declaraciones conjuntas y establecer unas normas ideológicas y de organización maoístas». (Equipo de Bitácora (M-L); ¿Por qué los de Reconstrucción Comunista (RC) nos copian las obras?, 18 de octubre de 2016)

Anotación de Bitácora (M-L):

Todos los análisis y documentación pertinente desmontando a RC incluyendo el actual texto quedó recopilado en nuestra obra: «Antología sobre Reconstrucción Comunista y su podredumbre oportunista»de 2017.

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