viernes, 9 de octubre de 2015

Sobre el deber de imprimir el carácter de clase también en los gustos ideoestéticos


«El desarrollo espiritual general y la figura moral de nuestro hombre nuevo son inconcebibles sin la formación de sanos gustos ideoestéticos sobre lo bello en el arte, en la naturaleza, en el trabajo y en la vida. La cuestión de los gustos no es un asunto puramente personal sobre el que supuestamente no se podría ni siquiera discutir. A pesar de la presencia del elemento individual en los gustos, éstos tienen siempre carácter social, se forman bajo la influencia directa de las relaciones económicas y sociales, de la ideología y de la cultura, de la psicología social. De ello se deduce su evidente carácter de clase. Por esta razón, nuestros gustos, en su esencia, están absolutamente en oposición con los gustos de la sociedad burguesa y revisionista. Nuestros gustos comunistas están penetrados del ideal revolucionario, de la sencillez proletaria, de sentimientos nobles y elevados, de sanas virtudes morales.

Al luchar contra la penetración de la vulgaridad y la bajeza de los gustos burgueses y revisionistas, no dejamos de combatir simultáneamente los gustos anticuados y anacrónicos legados por las ocupaciones extranjeras y la vieja sociedad feudal-burguesa, y entrelazados con el viejo modo de vida y con las costumbres y las tradiciones patriarcales y retrógradas. Nosotros apoyamos toda evolución natural de los gustos que se adapte a las condiciones del rápido desarrollo socialista de nuestro país y a las nuevas exigencias que plantea este desarrollo, en el espíritu de nuestra ideología marxista-leninista y de nuestras sanas tradiciones nacionales. Estamos contra las actitudes conservadoras de algunos que no comprenden este proceso y ven en él un fenómeno negativo y una influencia extraña.

La formación de los gustos sanos con claro contenido socialista exige además un desarrollo cultural general del hombre nuevo, sobre todo un trabajo sistemático para su educación ideoestética. Uno de los medios para alcanzar este objetivo es la lucha permanente contra la superficialidad y la estrechez de horizontes culturales, por un profundo conocimiento de los destacados valores de la cultura nacional y mundial». (Enver HoxhaProfundicemos la lucha ideológica contra las manifestaciones extrañas al socialismo y contra las actitudes liberales ante ellas, 1973)

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