miércoles, 28 de octubre de 2015

Discrepancias en cuanto a la Komintern; Stalin, 1929


Ya he dicho que Bujarin no ve ni comprende las nuevas tareas que se imponen a la Komintern –expulsar a los elementos de derecha de los partidos comunistas, poner freno a las tendencias conciliadoras y depurar de tradiciones socialdemócratas los partidos comunistas–, tareas que dictan las condiciones del nuevo auge revolucionario que está madurando. Así lo confirman plenamente nuestras discrepancias sobre cuestiones referentes a la Komintern.

¿Cómo empezaron las discrepancias en este terreno?

Empezó la cosa con las tesis sobre la situación internacional que Bujarin presentó al VIº Congreso de 1928 [2]. De ordinario, las tesis eran examinadas previamente en el seno de la delegación del Partido Comunista (bolchevique) de la Unión Soviética. Pero, en este caso, dicha condición no fue observada. Las tesis, con la firma de Bujarin, fueron enviadas a la delegación del Partido Comunista (bolchevique) de la Unión Soviética al mismo tiempo que a las delegaciones extranjeras del VIº Congreso de la Komintern de 1928. Pero estas tesis resultaron insatisfactorias en numerosos puntos, y la delegación del Partido Comunista (bolchevique) de la Unión Soviética hubo de presentar unas 20 enmiendas.

Esta circunstancia colocó en una situación algo violenta a Bujarin. Pero ¿quién tenía la culpa? ¿Para qué necesitaba Bujarin enviar las tesis a las delegaciones extranjeras antes de ser examinadas por la delegación del Partido Comunista (bolchevique) de la Unión Soviética? ¿Podía esta última abstenerse de presentar enmiendas, si las tesis no eran satisfactorias? Resultado: de la delegación del Partido Comunista (bolchevique) de la Unión Soviética salieron unas tesis sobre la situación internacional que eran nuevas en el fondo y que las delegaciones extranjeras empezaron a contraponer a las viejas tesis suscritas por Bujarin. Es evidente que esta violenta situación no se habría producido si Bujarin no se hubiese precipitado en enviar sus tesis a las delegaciones extranjeras.

Yo desearía señalar cuatro enmiendas fundamentales, presentadas a las tesis de Bujarin por la delegación del Partido Comunista (bolchevique) de la Unión Soviética. Desearía señalar estas enmiendas fundamentales para que se vea con mayor claridad el carácter de las divergencias relativas a problemas de la Komintern.

Primera cuestión: el carácter de la estabilización del capitalismo. Según las tesis de Bujarin resultaba que en los momentos actuales no hay nada nuevo que quebrante la estabilización capitalista; por el contrario, el capitalismo se rehace y se mantiene, en lo fundamental, con más o menos solidez. Es evidente que la delegación del Partido Comunista (bolchevique) de la Unión Soviética no podía aceptar esta apreciación del llamado tercer período, es decir, del período que estamos atravesando. No podía aceptarla, porque el haber mantenido esta apreciación del tercer período habría podido dar pábulo a nuestros críticos para decir que adoptábamos el punto de vista del llamado «saneamiento» del capitalismo, es decir, el punto de vista de Hilferding, que los comunistas no podemos aceptar. En vista de ello, la delegación del Partido Comunista (bolchevique) de la Unión Soviética presentó una enmienda, haciendo resaltar que la estabilización capitalista no es ni puede ser sólida, sino que la quebranta y la seguirá quebrantando la marcha de los acontecimientos, debido a la agravación de la crisis del capitalismo mundial.

Esto tiene, camaradas, importancia decisiva para las secciones de la Komintern. De que la estabilización capitalista se quebrante o se afiance depende toda la orientación de los partidos comunistas en su labor política diaria. De que atravesemos un período de descenso del movimiento revolucionario, un período de simple acumulación de fuerzas, o de que vivamos un período de maduración de las condiciones para un nuevo auge revolucionario, un período de preparación de la clase obrera para las luchas de clases venideras, depende la orientación táctica de los partidos comunistas. La enmienda de la delegación del Partido Comunista (bolchevique) de la Unión Soviética, aceptada luego por el Congreso, era buena, precisamente, porque ofrecía una orientación clara hacia la segunda perspectiva, hacia la perspectiva de maduración de las condiciones para un nuevo auge revolucionario.

Segunda cuestión: la lucha contra la socialdemocracia. En las tesis de Bujarin se decía que la lucha contra la socialdemocracia es una de las tareas fundamentales de las secciones de la Komintern, lo cual es exacto, naturalmente. Pero eso no basta. Para combatir con éxito a la socialdemocracia es necesario hacer hincapié en la lucha contra la llamada ala «izquierda» de la socialdemocracia, contra esa ala «izquierda» que, jugando con frases «izquierdistas» y engañando así hábilmente a los obreros, actúa de freno para que las masas obreras no abandonen la socialdemocracia. Es evidente que, sin derrotar a los socialdemócratas de «izquierda», es imposible vencer a la socialdemocracia en general. Pues bien, las tesis de Bujarin daban de lado en absoluto el problema de la socialdemocracia de «izquierda»; eso, claro está, constituía una gran deficiencia, en vista de lo cual la delegación del Partido Comunista (bolchevique) de la Unión Soviética hubo de presentar a las tesis de Bujarin la correspondiente enmienda, aceptada luego por el Congreso.

Tercera cuestión: el espíritu conciliador dentro de las secciones de la Komintern. En las tesis de Bujarin se hablaba de la necesidad de combatir la desviación de derecha, pero no se decía una palabra de luchar contra las tendencias de conciliación con ella. Eso, naturalmente, era una gran deficiencia. El caso es que, cuando se declara la guerra a la desviación de derecha, sus adeptos se disfrazan generalmente de conciliadores y colocan al partido en una situación difícil. Para salir al paso a esta maniobra de los desviacionistas de derecha, es necesario plantear la lucha resuelta contra el espíritu conciliador. Por eso, la delegación del Partido Comunista (bolchevique) de la Unión Soviética consideró necesario presentar a las tesis de Bujarin la correspondiente enmienda, aceptada luego por el Congreso.

Cuarta cuestión: la disciplina de partido. En las tesis de Bujarin no se hablaba para nada de la necesidad de mantener una disciplina férrea dentro de los partidos comunistas. Eso era también un defecto bastante apreciable. ¿Por qué? Porque en el período de reforzamiento de la lucha contra la desviación de derecha, en el período en que se aplica la consigna de depurar de elementos oportunistas a los partidos comunistas, los desviacionistas de derecha se organizan generalmente en fracciones y establecen su propia disciplina fraccional, quebrantando e infringiendo la disciplina de partido. Para mantener el partido a salvo de estos manejos fraccionales de los desviacionistas de derecha, es necesario exigir una disciplina férrea dentro del partido, a la cual los miembros del partido se deben someter incondicionalmente. De otro modo, no hay ni que pensar en una lucha seria contra la desviación derechista. Por eso, la delegación del Partido Comunista (bolchevique) de la Unión Soviética presentó a las tesis de Bujarin la correspondiente enmienda, aceptada luego por el VIº Congreso de la Komintern de 1928.

¿Podíamos nosotros dejar de presentar estas enmiendas a las tesis de Bujarin? Es evidente que no. Los antiguos decían refiriéndose a Platón: «Somos amigos de Platón, pero somos aun más amigos de la verdad». Lo mismo podemos decir nosotros de Bujarin: somos amigos de Bujarin, pero somos aun más amigos de la verdad, del partido, de la Komintern. Por eso, la delegación del Partido Comunista (bolchevique) de la Unión Soviética se vio obligada a presentar estas enmiendas a las tesis de Bujarin.

Tal fue, por decirlo así, la primera etapa de nuestras discrepancias en las cuestiones referentes a la Komintern.

La segunda etapa de nuestras discrepancias está relacionada con lo que se conoce con el nombre de caso Wittorf y Thälmann. Wittorf, entonces secretario de la organización de Hamburgo, fue acusado de malversación de fondos del partido y expulsado por esta causa. Los conciliadores del Comité Central del Partido Comunista de Alemania, aprovechándose de las estrechas relaciones existentes entre Wittorf y el camarada Thälmann, aunque éste nada tenía que ver con el delito de Wittorf, convirtieron el asunto Wittorf en asunto Thälmann y emprendieron el asalto a la dirección del Partido Comunista Alemán. Leeríais en la prensa, claro está, que los conciliadores Ewert y Gerhart consiguieron ganarse por algún tiempo la mayoría del Comité Central del Partido Comunista de Alemania contra el camarada Thälmann. ¿Y qué pasó? Que apartaron a Thälmann de la dirección y le acusaron de concusión, procediendo a publicar la resolución «correspondiente» sin que el Comité Ejecutivo de la Komintern la hubiese conocido ni sancionado.

De este modo, en vez de cumplir la indicación del VIº Congreso de la Komintern de 1928 acerca de la lucha contra el espíritu conciliador, en vez de luchar contra la desviación derechista y el espíritu conciliador, lo que, en realidad, se hacía era infringir de la manera más burda esa indicación y luchar contra la dirección revolucionaria del Partido Comunista Alemán, contra el camarada Thälmann, para encubrir la desviación derechista y afianzar las tendencias conciliadoras en las filas de los comunistas alemanes.

Pues bien, en vez de dar marcha atrás y corregir la situación, en vez de poner en vigor la indicación del VIº Congreso de la Komintern de 1928, que había sido infringida, llamando al orden a los conciliadores, Bujarin propuso en su conocida carta que se sancionase el golpe de los conciliadores, que se les entregara el Partido Comunista de Alemania y que el camarada Thälmann fuera nuevamente difamado en la prensa, publicándose otra declaración de su culpabilidad. ¡Y un hombre así se llama «dirigente» de la Komintern! ¡Vaya un «dirigente»!

El Comité Central examinó la propuesta de Bujarin y la rechazó. A Bujarin esto no le hizo gracia, claro es. Pero ¿quién tenía la culpa? Los acuerdos del VIº Congreso de la Komintern de 1928 no se tomaron para vulnerarlos, sino para cumplirlos. Y si el VIº Congreso de la Komintern de 1928 resolvió declarar la guerra a la desviación de derecha y a las tendencias de conciliación con ella, manteniendo en la dirección del Partido Comunista de Alemania su núcleo fundamental, con el camarada Thälmann a la cabeza, y a los conciliadores Ewert y Gerhart se les ocurrió echar por tierra este acuerdo, el deber de Bujarin era llamar al orden a los conciliadores y no dejar en sus manos la dirección del Partido Comunista de Alemania. La culpa la tenía Bujarin, que se «olvidó» de los acuerdos del VIº Congreso de la Komintern de 1928.

La tercera etapa de nuestras discrepancias está relacionada con la lucha contra los derechistas dentro del Partido Comunista de Alemania, con el aplastamiento de la fracción Brandler y Thalheimer y la expulsión del Partido Comunista Alemán de los líderes de esta fracción. La «actitud» de Bujarin y sus amigos ante este problema cardinal consistía en permanecer constantemente al margen cuando se trataba de darle solución. Se decidía, en el fondo, la suerte del Partido Comunista de Alemania. Pero Bujarin y sus amigos, que lo sabían, pasaban el tiempo frenando el asunto y brillaban sistemáticamente por su ausencia en las reuniones de los organismos correspondientes. ¿Para qué? Tal vez para presentarse «limpios» tanto ante la Komintern como ante la derecha del Partido Comunista Alemán. Para poder decir más tardes «No hemos sido nosotros, los bujarinistas, sino ellos, la mayoría del Comité Central, los que han impuesto la expulsión de Brandler y Thalheimer del Partido Comunista». ¡Y a esto se llama luchar contra el peligro de derecha!

Finalmente, la cuarta etapa de nuestras discrepancias. Está relacionada con la reclamación que Bujarin formuló en vísperas del Pleno de noviembre del Comité Central [3], de retirar de Alemania a Neumann y de que se llamase al orden al camarada Thälmann, quien en un discurso había criticado, al parecer, el informe de Bujarin en el VIº Congreso de la Komintern de 1928. No podíamos aceptar, naturalmente, la reclamación de Bujarin, al no tener en nuestro poder documento alguno que la justificase. Bujarin se comprometió a presentar documentos contra Neumann y Thälmann, pero no presentó ninguno. En vez de documentos, lo que hizo fue enviar a los miembros de la delegación del Partido Comunista (bolchevique) de la Unión Soviética el conocido discurso de Humbert-Droz ante el Secretariado Político del Comité Ejecutivo de la Komintern, el mismo discurso que el Presídium del Comité Ejecutivo de la Komintern calificó más tarde de oportunista. Al enviar este discurso a los miembros de la delegación del Partido Comunista (bolchevique) de la Unión Soviética y recomendarlo como material contra Thälmann, Bujarin pretendía demostrar que le asistía la razón cuando pedía que se retirase de Alemania a Neumann y se llamase al orden al camarada Thälmann. Pero lo que en realidad demostró de esa manera fue su solidaridad con Humbert-Droz, cuya posición había calificado de oportunista el Comité Ejecutivo de la Komintern.

He ahí, camaradas, los principales puntos de nuestras discrepancias, en cuanto a la Komintern.

Bujarin piensa que, al luchar contra la desviación derechista y las tendencias de conciliación con ella dentro de las secciones de la Komintern, al depurar de elementos y tradiciones socialdemócratas el partido Comunista Alemán y el Partido Comunista Checoslovaco, al expulsar de los Partidos Comunistas a los Brandler y a los Thalheimer, lo que hacemos es «descomponer» y «hundir» la Komintern. Nosotros pensamos lo contrario: al practicar esta política y al insistir en la lucha contra la desviación de derecha y las tendencias de conciliación con ella, lo que hacemos es fortalecer la Komintern, depurarla de oportunistas, bolchevizar sus secciones y ayudar a los partidos comunistas a preparar a la clase obrera para los combates revolucionarios que se avecinan, pues el partido se fortalece cuando se limpia de la podredumbre.

Como veis, no son simples cuestiones de matiz en el seno del Comité Central del Partido Comunista (bolchevique) de la Unión Soviética, sino discrepancias bastante hondas, que afectan a cuestiones cardinales de la política de la Komintern.

Anotaciones de la edición

[2] El VIº Congreso de la Komintern se celebró en Moscú del 17 de julio al 1 de septiembre de 1928. El Congreso discutió el informe sobre la actividad del Comité Ejecutivo de la Komintern, los informes del Comité Ejecutivo de la Internacional Juvenil Comunista y de la Comisión Internacional de Control, las medidas de lucha contra el peligro de guerras imperialistas, el programa de la Komintern, el problema del movimiento revolucionario en las colonias y semicolonias, la situación económica en la Unión Soviética y la situación en el Partido Comunista (bolchevique) de la Unión Soviética y aprobó los Estatutos de la Komintern. El Congreso señaló en sus acuerdos el aumento de las contradicciones internas del capitalismo, las cuales llevaban inevitablemente al quebranto de la estabilización capitalista y a una gran agudización de la crisis general del capitalismo. El Congreso determinó las tareas de la Komintern dimanantes de las nuevas condiciones de la lucha de la clase obrera, movilizó a los Partidos Comunistas para el reforzamiento de la lucha contrala desviación de derecha, como peligro principal, y contra las tendencias de conciliación con ella. El Congreso señaló los éxitos de la edificación socialista en la Unión Soviética, así como su importancia para el fortalecimiento de las posiciones revolucionarias del proletariado internacional, y llamó a los trabajadores de todo el mundo a defender la Unión Soviética. Stalin tomó parte en la dirección de las labores del Congreso, fue elegido miembro de su presidencia y para la Comisión del programa y la Comisión política encargada de redactar las tesis sobre la situación internacional y las tareas de la Komintern.

[3] Se trata del Pleno del Comité Central del Partido Comunista (bolchevique) de la Unión Soviética, en el que participaron los miembros de la Comisión Central de Control y de la Comisión Revisora Central, celebrado del 16 al 24 de noviembre de 1928. (Iósif Vissariónovich Dzhugashvili‬, ‎Stalin‬; Sobre la desviación derechista en el Partido Comunista (bolchevique) de la Unión Soviética, 1929)

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