sábado, 12 de mayo de 2018

Los escritores burgueses y sobre lo que escriben


«¿Qué puede escribir el escritor burgués, con qué puede soñar, qué entusiasmo puede arrebatar sus pensamientos, y de dónde podrá extraer ese entusiasmo, si es cierto que el obrero, en los países capitalistas, no tiene ninguna seguridad del mañana, si no sabe si tendrá trabajo al día siguiente, si el campesino no sabe si mañana labrará su pedazo de tierra o si será arrojado de él por la crisis capitalista, si el trabajador intelectual se ve hoy sin trabajo y no sabe si lo tendrá mañana? 

¿Qué puede escribir él escritor burgués, qué entusiasmo puede animarle, si es lo cierto que el mundo, de un día al otro, puede ser nuevamente precipitado al abismo de una nueva guerra imperialista? 

La situación actual de la literatura burguesa es tal, que no puede ya crear grandes obras. La decadencia y la corrupción de la literatura burguesa, que dimanan de la decadencia y la corrupción del régimen capitalista, se presentan como el rasgo característico, como la particularidad característica del estado de la cultura burguesa y de la literatura burguesa en el tiempo presente. Han pasado para siempre los tiempos en que la literatura burguesa, al reflejar las victorias de la sociedad burguesa sobre el feudalismo, podía crear las grandes obras que señalan el período del impulso inicial y la primera expansión del capitalismo. Actualmente, lo que se observa es la degeneración general de sus temas y de sus talentos, de sus autores y de sus personajes. 

Obseso por un terror mortal a la revolución proletaria, el fascismo se abalanza contra la cultura, hace retroceder a la humanidad a los períodos más bárbaros y más siniestros de la historia, quema en hogueras y aniquila salvajemente las producciones de los espíritus más elevados. El desencadenamiento del misticismo y del clericalismo y la apetencia de pornografía son características de la decadencia y la corrupción de la cultura burguesa. Las celebridades de la literatura burguesa, de esa literatura burguesa que ha vendido, su pluma al capital, son hoy los ladrones, los soplones, los prostituidos, los bribones. Todo esto es característico de aquella parte de la literatura burguesa que se esfuerza por ocultar la corrupción de la sociedad burguesa, que se empeña en vano en demostrar que no ha pasado nada, que todo marcha del mejor modo en el reino de Dinamarca, y que nada se está pudriendo en la sociedad capitalista. Los representantes de la literatura burguesa que perciben con mayor acuidad la realidad de ese estado de cosas, se dejan llevar del pesimismo de la incertidumbre del mañana, de la atracción de las tinieblas; preconizan el pesimismo como teoría y práctica artísticas. Y solamente un reducido número de escritores, más honrados y perspicaces, tratan de buscar una salida por otros caminos, en otras direcciones, y de ligar su suerte a la del proletariado y de su lucha revolucionaria. 

El proletariado de los países capitalistas está formando ya el ejército de sus escritores, de sus artistas, de esos escritores revolucionarios a curvos representantes nos sentimos muy felices de saludar hoy en el Primer Congreso de Escritores Soviéticos. La falange de escritores revolucionarios en los países capitalistas no es todavía muy amplia, pero se extiende y se extenderá de día en día, a medida que se acentúa la lucha de clases y que crecen las fuerzas de la revolución proletaria mundial.

Creemos firmemente que la decena de camaradas extranjeros que están aquí presentes constituyen el núcleo y el germen del poderoso ejército de escritores proletarios que la revolución proletaria mundial habrá de crear más allá de nuestras fronteras». (Andreí Zhdánov; Sobre la literatura Discurso pronunciado en el Primer Congreso de Escritores Soviéticos, 17 de agosto de 1934)

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