Juan Carlos Monedero y Pablo Hasél |
«La juventud no debe seguir a los viejos y nuevos aventureros, ni a los oportunistas de buenas palabras, ni dejarse seducir por las modas decadentes, sino que debe formarse ideológicamente, templarse en la lucha y preparar la revolución.
Junto con el fenómeno del 15M y la irrupción del reformismo de Podemos, desde hace unos años con el crecimiento de lugares de Internet como Youtube, han proliferado diferentes adolescentes, y no tan adolescentes, que se hicieron famosos entre el público juvenil por sus consignas musicales aparentemente «comunistas», «revolucionarias», etc. Todo esto ha sido posible porque estos nuevos referentes han recogido con gusto la bandera de los viejos y nuevos partidos revisionistas. Algunos son más radicales que otros, se contraponen los unos a los otros, pero coinciden en gran infinidad de cosas y cumplen el mismo rol desorientador en lo ideológico y en lo organizativo, sobre todo proviniendo de esta capa de artistas, donde los niveles de pose y formalismos con la causa revolucionaria, llega a cotas insospechadas, creyendo la gran mayoría que ser un gran revolucionario es sinónimo de abundante simbología y repetir eslóganes, incluso que la revolución se prepara a base de repetir estas fórmulas estereotipadas en su música, en vez de trabajar por desbrozar los mitos que han aceptado.
Junto con el fenómeno del 15M y la irrupción del reformismo de Podemos, desde hace unos años con el crecimiento de lugares de Internet como Youtube, han proliferado diferentes adolescentes, y no tan adolescentes, que se hicieron famosos entre el público juvenil por sus consignas musicales aparentemente «comunistas», «revolucionarias», etc. Todo esto ha sido posible porque estos nuevos referentes han recogido con gusto la bandera de los viejos y nuevos partidos revisionistas. Algunos son más radicales que otros, se contraponen los unos a los otros, pero coinciden en gran infinidad de cosas y cumplen el mismo rol desorientador en lo ideológico y en lo organizativo, sobre todo proviniendo de esta capa de artistas, donde los niveles de pose y formalismos con la causa revolucionaria, llega a cotas insospechadas, creyendo la gran mayoría que ser un gran revolucionario es sinónimo de abundante simbología y repetir eslóganes, incluso que la revolución se prepara a base de repetir estas fórmulas estereotipadas en su música, en vez de trabajar por desbrozar los mitos que han aceptado.
Entre todo este tinglado, querríamos destacar que tenemos varios casos de diferentes grupos musicales de ideologías entremezcladas, pero todas ellas pseudomarxistas:
a) Los Chikos del Maíz. Un grupo de rap que lo mismo declaran su simpatía en sus canciones a los GRAPO, RAF, ETA, que rinden pleitesía a Izquierda Unida, Podemos, Syriza, Cuba, Venezuela y a casi cualquier cosa. Lo gracioso es que mientras dicen ser comunistas difunden el clásico cliché del rap de un modo de vida gansteril, repleto de constantes referencias que indican un enorgullecimiento por tener mucho dinero y ser presuntamente personajes afamados, vestir ropa cara y consumir drogas cual empresario exitoso ávido de disfrutar su magnanimidad.
b) Los Monstruitos. Que musicalmente son un atentado sonoro, desde luego no destacan por la profesionalización y la técnica a la hora de tocar sus instrumentos, siendo más una mezcla de ruido y gritos primitivos que otra cosa. En sus letras lo mismo reivindican a Guevara, a Kim Il Sung, a Mao Zedong que a Enver Hoxha y usan abundantes letras con insultos y bromas antitrotskistas sin tener noción real de que es el trotskismo, lo que es una muestra de ese falso antitrotskismo tan común, en resumen son inherentes a defender un eclecticismo ciertamente atroz.
c) IRA. Un grupo de música de feministas pequeño burguesas, mezclan rap con reggaetón y música electrónica. Se declaran «feministas y antifascistas». A falta de calidad en sus letras buscan llamar la atención por su radicalidad, por sus groserías y lenguaje explícito, siendo una especie de variante del naturalismo. Portan una estética punk, choni, gansteril, skinhead, llenas de tatuajes y piercings a mansalva, peinados estrambóticos, tacones imposibles y todo tipo de parafernalia. En sus videos salen de botellón y fumando, en paños menores, besándose y haciendo «twerking» –restregándose entre sí–, con una stripper en una barra americana y en general todo un ambiente que presenta una imagen hipersexualizada y promiscua de la mujer, como curiosidad, cuando cantan intentan poner una voz ronca para aparentar dureza –o es consecuencia de las drogas, no sabemos–. Su único disco se llama «Arte y terrorismo», lo que indican que más que comunistas son una variante anarquista del chonismo. Desde luego su rap es una música de la que figuras como Ulrike Meinhof o Simone de Beauvoir estarían orgullosas, pero que produce risa y vergüenza a comunistas y cualquier persona progresista. En pocas palabras: una estética, una forma de hablar y de pensar lumperizado. ¡Y es normal, porque Pablo Hasél y Roberto Vaquero son tendencia entre el mundillo revisionista!
d) También nos encontramos con el caso de Pablo Hasél. El rapero catalán al que ya hemos nombrado durante el documento por sus innumerables quijotadas. Su marca de presentación es haberse convertido en el trovador oficial de la ridícula corte del desaparecido reino del PCE (r)/GRAPO. Pero también sus letras le hacen famoso por defender a otras marcas como el revisionismo cubano –«Un ejemplo para siempre»– o la RAF –«El nieto de Andreas Baader»– algo en lo que todos estos grupos coinciden sin discusión. Lo cierto es que no hay mucho que diferencie a Hasél de los anteriores grupos ideológicamente, salvo porque con Pablo Iglesias pasó de la amistad al odio. ¿De dónde nace esta mezcolanza extraña de apoyar desde el castrismo o al juche hasta las bandas terroristas como ETA o la RAF? Simplemente de un eclecticismo extremo, cultivado a la sombra de la falta de claridad ideológica que produce leer al PCE (r), que lejos de aclarar enturbia la mente respecto a lo que es y no es comunismo. Esto no ha dejado de tener una influencia directa entre el necio Hasél por ejemplo, y éste a su vez ha influenciado a otros raperos, adolescentes y no tan adolescentes, como Valtonyc o Siker [*].
¿Significa que el rap es un género musical para el lumpemproletariado como algunos han dicho en multitud de ocasiones? Ni mucho menos. El rap como tal musicalmente es lo suficientemente dinámico como para no pecar de formalismo, y en la letra de sus autores generalmente hay compromiso social e incluso político. Las evidentes tendencias hacia el uso meramente comercial del género, hacia la glorificación de las actitudes gansteriles, o el llenar sus letras de apología al revisionismo, son solo la consecuencia del mal enfoque que dan algunos elementos a un género musical que puede ser totalmente válido para el proletariado y su causa.
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¿Significa que el rap es un género musical para el lumpemproletariado como algunos han dicho en multitud de ocasiones? Ni mucho menos. El rap como tal musicalmente es lo suficientemente dinámico como para no pecar de formalismo, y en la letra de sus autores generalmente hay compromiso social e incluso político. Las evidentes tendencias hacia el uso meramente comercial del género, hacia la glorificación de las actitudes gansteriles, o el llenar sus letras de apología al revisionismo, son solo la consecuencia del mal enfoque que dan algunos elementos a un género musical que puede ser totalmente válido para el proletariado y su causa.
El rap, como cualquier otro género de música, ha sido hegemonizado y utilizado por el capitalismo –pues la cultura la controla el sistema económico-político existente–. Eso es cierto, pero eso no significa que sea un género de música inservible para el proletariado y las clases trabajadoras, ni que haya existido corrientes que se resistan a esa dominación: recordemos que en el capitalismo existe por un lado la cultura dominante y sus variantes, y por otro la contracultura popular de los intelectuales al servicio del pueblo o que al menos eso pretenden –aunque mucha de esa cultura no se pueda consolidar sin la toma del poder, y su desarrollo se quede a medio camino–.
«Independientemente de estos objetivos y esfuerzos de las clases dominantes, no toda la cultura creada en cada país ha estado al servicio de aquéllos. Ello ha sido así porque, como en todas las demás esferas de la ideología, en la de la cultura han existido y existen dos tendencias opuestas fundamentales, que representan intereses diametralmente opuestos, los de las clases explotadoras y los de las masas trabajadoras. La primera tendencia es reaccionaria y la segunda es progresista, progresiva. Las clases explotadoras han podido explotar en su interés únicamente aquella parte de la cultura que corresponde a la tendencia reaccionaria, mientras se han esforzado en ignorar, relegar al olvido, menospreciar y hasta destruir a la otra parte de la cultura, precisamente a la progresista, que enlaza con las tradiciones positivas de cada nación». (Zija Xholi; Por una concepción más justa de la cultura nacional, 1985)
Por tanto, el rap como muchos otros géneros puede ser un género musical combativo, siempre que se le impregne un sello de clase, fuera de influencias burguesas y pequeño burguesas. Precisamente su dinamismo en la parte musical y vocal hace que sea un excelente medio para difundir la ideología proletaria –como el rock también a veces demonizado–, mientras otros estilos como el tecno o el reggaeton son más cuestionables, pues difícilmente pueden cumplir ese rol por razones de ausencia de un componente vocal o por tener estructuras musicales totalmente formalistas basadas en bases musicales machaconamente repetitivas, careciendo de dinamismo y por defecto, limitando enteramente el desarrollo técnico de la música, por lo que en el sujeto no se produce un desarrollo cognitivo durante la creación de dicha estructura musical como en otros géneros.
De todos los grupos de la anterior lista, solamente ahondemos en el perfil político de este último por su conexión con el PCE (r).
¿Cómo se definía así mismo Hasél? Como un anarco-comunista:
«Hasél: Creo que el sistema perfecto es el que propone el anarquismo, pero creo que para llegar a eso, hace falta aún mucha evolución humana, y para llegar a esa evolución creo que es necesaria una etapa socialista.
Entrevistador: ¿O sea que pasas también por ideas anarquistas?
Hasél: Yo como digo de corazón soy anarquista pero de cerebro comunista». (Hasél y Valtonyc; Actuación En Gracia (Barcelona) + Entrevista, 2012)
Efectivamente Hasél puede ser un digno vástago de Bakunin, de Kropotkin, de Mao, de Castro, de Ulrike Meinhof, y de otros ideólogos del socialismo pequeño burgués, pero nada más. Ningún marxista-leninista cuerdo se identificaría así mismo con el anarquismo, ideología contrarrevolucionaria y reaccionaria, menos aún decir que es lo mismo en lo económico lo que propone el marxismo y el anarquismo:
«De hecho, el anarquismo pese a lo que digan sus defensores no puede suponer una doctrina que pretende superar el capitalismo porque el mismo anarquismo es una comprensión pequeño burguesa de la relaciones de producción, es una queja de la centralización y el proceso de monopolización del capitalismo que hace que el pequeño burgués –o pequeño propietario– sea absorbido o arruinado o asfixiado por la competencia de los monopolios –de los grandes propietarios–, llegando en caso de perder su propiedad a ver su conversión de pequeño burgués a proletario o semiproletario. Por ello el anarquismo pretende una vuelta a la época premonopolista más descentralizada y sin monopolios, por lo que en realidad defiende la pequeña propiedad privada individual o cooperativa de las unidades de producción. En ese sentido, los «anarquistas individuales» –lo veremos más adelante– defienden la completa libertad de la pequeña unidad productiva lo que por defecto lleva a una economía de corte caótica regida por la ley del valor, el mercantilismo y el máximo beneficio; lo mismo sucede en el caso de los «anarquismos colectivos» con la diferencia que aquí se habla de unidades productivas en forma de cooperativas, incluso con algún régimen de igualdad formal entre sus miembros, pero cuya actividad económica estará determinada por la ley del valor, oferta y demanda, la rentabilidad, y la competencia por cuotas de mercado con otras unidades productivas, dicho de otro modo, es un cooperativismo capitalista como el que se puede ver en cualquier país capitalista actual». (Equipo de Bitácora (M-L); Terminológico, 2016)
Y aparte del PCE (r), ¿con qué partidos simpatiza Hasél?:
«Hasél: el partido legal que más respeto yo es el PCOE, es el que más cerca está de mi línea ideológica». (Hasél y Valtonyc; Actuación En Gracia (Barcelona) + Entrevista, 2012)
Como se puede ver, simpatiza con el PCOE, un partido nacido en 1973 para dar satisfacción al brezhnevismo en España, uno de los partidos que más recientemente se han hecho famosos por sus tesis antistalinistas en su seno. En parte es normal que Hasél simpatice con él porque el PCE (r) tenía y sigue teniendo la misma política que el PCOE: la defensa de la vieja URSS jruschovista, de sus años capitalista-revisionistas y socialimperialistas, con poquísimas variaciones desde aquellos años que ya se postraron como escuderos del revisionismo soviético.
De nuevo Hasél hace gala de un eclecticismo que nos deja perplejos.
¿Cuál es la actitud de Hasél sobre la lucha armada?
«Hasél: Yo respeto cualquier tipo de lucha, y nunca voy a condenar una acción armada que sea ahora mismo por ejemplo (sic), pero creo que primero hay que concienciar, pero si esa concienciación va acompañada de según qué acciones, yo personalmente la respeto». (Hasél y Valtonyc; Actuación En Gracia (Barcelona) + Entrevista, 2012)
Su amigo y compañero de profesión Valtonyc sigue sus pasos:
«Según la sala, el rapero «justifica la violencia con menciones como «y mira, yo no tengo huevos a pillar una metralleta pero al menos no condeno al que se atreve y al que la lucha se aferra». (El Confidencial; La AN condena a tres años y medio al rapero Valtonyc por su canción sobre el Rey emérito, 22 de febrero de 2017)
Por supuesto alguien que apoya los métodos terroristas de la RAF, ETA y GRAPO es bastante normal que diga esto; que un anarco-comunista como Hasél lo sostenga también entra dentro de la lógica. ¿Pero acaso los marxistas apoyan cualquier tipo del uso de la violencia? Más bien esto es un planteamiento cercano al pensamiento nietzschano o al fascista, de que no hay moral que valga, no hay escrúpulos para conseguir el objetivo pretendido. Demos una clase rápida a Hasél y Valtonyc sobre la posición marxista en torno a este tema:
«El camino que los populistas habían elegido para luchar contra el zarismo, el camino de los asesinatos individuales, el camino del terror individual, era falso y perjudicial para la revolución. La política del terror individual respondía a la falsa teoría populista de los «héroes» activos y la «multitud» pasiva, que aguarda las hazañas de los «héroes». Esta falsa teoría preconizaba que sólo unos cuantos individuos destacados hacen la historia y que la masa, el pueblo, la clase, la «multitud», como la llamaban despectivamente los escritores populistas, es incapaz de realizar acciones conscientes y organizadas y no puede hacer más que seguir ciegamente a los «héroes». Por eso, los populistas renunciaron a realizar un trabajo revolucionario de masa entre los campesinos y la clase obrera, y emprendieron el camino del terror individual. Los populistas obligaron a uno de los mejores revolucionarios de aquel tiempo, Stepán Jalturin, a abandonar su labor de organización de una Liga obrera revolucionaria para entregarse por entero al terrorismo.
Los populistas desviaban la atención de los trabajadores de la lucha contra la clase opresora con el asesinato, inútil para la revolución, de unos cuantos representantes individuales de dicha clase. Con esto, frenaban el desarrollo de la iniciativa y las actividades revolucionarias de la clase obrera y de los campesinos.
Impedían a la clase obrera comprender su papel dirigente en la revolución y entorpecían la creación de un partido de la clase obrera independiente.
Aunque la organización clandestina de los populistas fue destruida por el gobierno del zar, las ideas del populismo se mantuvieron todavía durante mucho tiempo entre los intelectuales de tendencias revolucionarias. Los restos del populismo oponían una resistencia tenaz a la difusión del marxismo en Rusia y entorpecían la organización de la clase obrera.
He aquí por qué, en Rusia, el marxismo sólo podía desarrollarse y fortalecerse luchando contra el populismo.
El grupo «Emancipación del Trabajo» desplegó la lucha contra las falsas ideas de los populistas, señalando el daño que esta doctrina y sus métodos de lucha causaban al movimiento obrero.
En sus trabajos dirigidos contra los populistas, Plejánov puso de manifiesto que sus doctrinas no guardaban la menor relación con el socialismo científico, aunque sus portavoces se llamasen también socialistas.
Plejánov fue el primero que hizo una crítica marxista de las falsas ideas del populismo. Al descargar certeros golpes contra las ideas populistas, Plejánov hacía, al mismo tiempo, una brillante defensa de las ideas marxistas. (...) Los populistas profesaban ideas falsas y nocivas en cuanto a la marcha de la historia humana en general. No conocían ni comprendían las leyes que rigen el desarrollo económico y político de la sociedad. Eran, en este respecto, gente completamente atrasada. Según ellos, la historia no la hacen las clases ni la lucha de clases, sino unas cuantas personalidades ilustres, los «héroes», detrás de los cuales marchan a ciegas las masas, las «multitudes», el pueblo, las clases». (Partido Comunista (bolchevique) de la Unión Soviética; Historia del Partido Comunista (bolchevique) de la Unión Soviética, 1938)
Así que Marx condenaba a los blanquistas, Engels a los bakuninistas, Lenin a los populistas, Stalin a los eseristas, y Hoxha a las bandas terroristas de los 70 como las Brigadas Rojas, Elena Ódena condenaba en España el terrorismo de ETA y los GRAPO. Por tanto, no Hasél, los marxistas no «apoyamos y respetamos cualquier tipo de lucha», eso lo hacen los anarcoides como tú y los revisionistas a los que elevas tus «hosannas», de hecho es muestra de ser ignorante o de ser un oportunista consciente que busca con consignas simplonas ganarse las simpatías de cualquier grupo pese a sus desviaciones. En el mismo sentido, los oportunistas siempre han intentado justificar las desviaciones de sus grupos con la excusa de que al menos toman las armas, pero eso no es ninguna excusa como se ha visto. El otro sofisma que utilizan, es que quienes critican estas desviaciones terroristas son «pedantes teóricos» y hasta «reaccionarios por criticar de esa manera» según sus definiciones, para ellos los bolcheviques como acabamos de ver serían reformistas y teoricistas reaccionarios, prueba de un pensamiento estúpido y ridículo hasta límites insospechados como nos hemos cansado de repetir varias veces.
«Sobre la acusación de que señalar las desviaciones antimarxistas de un movimiento político que se reivindica como marxista es caer en el teoricismo, el doctrinarismo y que no ayuda a nada, es un despropósito. De lo que se deberían preocupar estos elementos es de tener el suficiente nivel ideológico como para saber discernir si las críticas emitidas tienen algo de sentido, ya que de ser ciertas, el movimiento político que está siendo criticado está usando la bandera de una doctrina a la que está ensuciando. De hecho, de lo que adolece el movimiento marxista-leninista de hoy en día es de verdaderos teóricos que analicen los movimientos locales e internacionales, históricos o presentes, pues la inoperancia predomina por doquier, y lo que prima es el seguidismo y el sentimentalismo, que muchas veces conduce a apoyar a grupos y figuras antimarxistas. Además los conocimientos teóricos son necesarios para que en la práctica de la estrategia militar de toma de poder no se caiga en desviaciones como el aventurismo o el terrorismo, o para que una organización armada que llegue al poder no sea usurpada por elementos oportunistas debido al bajo nivel teórico y que usen la victoria militar para implantar un régimen capitalista-revisionista. Hay que empezar a considerar de una vez por todas el marxismo-leninismo como una ciencia, y como dijeron los clásicos, respetarla estudiándola concienzudamente. Así que lo sentimos, pero la formación teórica no es que sea importante sino que es primordial, y criticar las desviaciones antimarxistas no es un pasatiempo, no es un capricho, es necesidad viva, ya que si el agricultor necesita separar el trigo de la paja para un buen resultado, los marxista-leninistas necesitamos separar el marxismo-leninismo del revisionismo para que la revolución llegue a buen cauce». (Equipo de Bitácora (M-L); Una reflexión necesaria sobre las FARC-EP, los acuerdos de paz y la historia de las guerrillas en Colombia, 2016)
Es más, ¿históricamente los reformistas o su ala más a la «izquierda» no han contraído alianzas, tesis y han comprado parte del guión propagandístico de los grupos los terroristas y viceversa? ¿No han hecho esto siempre mutuamente para pescar entre un público ecléctico e inmaduro? ¿No hacían esto para hacer un frente común contra los verdaderos revolucionarios que no plantean ni lo uno ni lo otro? Ejemplos los hay a patadas señores.
No hace mucho, antes de adaptarse al «guión constitucional» y a la poltrona parlamentaria, los actuales líderes trotskistas de tipo reformista de Podemos cuando eran más «contestatarios» y «camaradas» de Hasél, podían ser vistos a menudo siguiendo los argumentos de la izquierda abertzale: justificando o relativizando la actividad terrorista de ETA, así como el de las demás bandas y figuras históricas del terrorismo. Por entonces Hasél y otros ensalzaban sus figuras, pintaban a sus programas y artículos de «medios alternativos» contra el sistema, escribían canciones para ellos y lo promocionaban, porque dichos intelectuales eran considerados «aliados tácticos de la causa». ¿Por qué los líderes de Podemos buscaban acercarse a este tipo de público? Inconscientemente venían de estar inmersos en los mundos eclécticos de la llamada «izquierda universitaria» y sus mitos que incluye ese halo hacia los grupos más radicales, pero por otro lado, conscientemente lo hacían a sabiendas de intentar ganarse a ese público más «enérgico» para que apoyasen y diesen publicidad a los medios televisivos, estudiantiles y periodísticos que ya empezaban a tener, y que luego serían ejes de Podemos. Intentaban aunarlos dentro de sus proyectos políticos, dándoles la sensación de que sus ideas aunque no eran iguales a la línea oficial también tenían cabida, e intentando que una vez dentro también se «calmasen» con el tiempo. Pero tiempo después, Podemos pese a sus peroratas iniciales de que no eran «un partido al uso ni pretendían serlo», que «las cosas se cambian luchando en la calle y no en las instituciones», que «no aceptaban el régimen del 78 y su herencia», resultó, que tras presentarse a elecciones, los diputados empezaron a cobrar de ese mismo régimen del 78 y a sentirse cómodos en el nuevo ambiente de la alta esfera política, empezaron a aceptar lo que antes decían no aceptar o para ellos era discutible, hasta que finalmente, ¡oh sorpresa!, aceptaron sin peros el sistema político tal cual era, declarando que no había alternativa al sistema capitalista y autocalificándose como socialdemócratas. Entonces para ellos la prioridad empezó a ser no perder la lograda «institucionalización» del partido, querían evitar a toda costa acusaciones de dar cabida a tesis, movimientos y figuras radicales como tanto buscaba la derecha más rancia para restarles votos, por tanto se decidió desde el partido que debía terminarse definitivamente la publicidad hacia ese tipo de movimientos y sus representantes ya que podían perjudicar la imagen de un Podemos socialdemócrata y constitucional, por eso, en otro ámbito menor y personal, se consumó el fin a la amistad entre Hasél con Iglesias, Monedero y otros de Podemos. Pero hemos de preguntarnos una cosa. ¿Acaso no eran igual de trotskistas y reformistas estas figuras de Podemos antes de 2014? ¿No eran igual de fariseas sus ideas? Lo eran, otra cosa es que el público simpatizante de grupos como el PCE (r) o ETA como Hasél ignoraban todo esto por propia ignorancia, o lo hicieran adrede por sentimentalismo, amigismo o porque coqueteaban y todavía creían en dichos grupos políticos por falta de formación ideológica.
Nosotros hemos venido advirtiendo desde su origen lo que era Podemos, véase nuestro documento «¿Es Podemos un partido diferente a Izquierda Unida? En absoluto» de 2014, y otras muchas publicaciones, no creemos que sea algo meritorio, sino algo muy básico, lo triste es ver la gran acogida que tuvo en su inicio entre los oportunistas y la que todavía tiene de una u otra forma. Ahora más de uno se lleva las manos a la cabeza con Pablo Iglesias y sus declaraciones, pero no era una cosa muy difícil de adivinar visto lo que ya decía y viendo de donde venía y hacia donde caminaba; era obvio solamente con mirar la biografía del máximo líder de Podemos:
«La biografía política de su líder Pablo Iglesias es muy larga: ex militante de las juventudes del Partido Comunista de España (PCE); asesor de Izquierda Unida (IU); fundador de la Fundación CEPS que asesoró al gobierno venezolano y boliviano; colaborador del periódico «El Público»; admirador de Trotski; firme defensor y seguidor del «socialismo del siglo XXI» tanto de Chávez, Mújica, como Tsipras. Influenciado por los movimientos antiglobalización, del maoísmo-freudismo de Žižek, del estructuralismo de Foucault, del existencialismo de Sartre, del lenguaje ambiguo e inteletualoide de Gramsci –y sobre de las distorsiones posteriores de su obra por los eurocomunistas–, y como no, de las entrañas del infame posmodernismo». (Equipo de Bitácora (M-L); Las luchas de fracciones en Podemos y su pose ante las masas, 23 de marzo de 2017)
Es normal que debido a la confusión y desorganización de los trabajadores, mucha gente sin formación ideológica, tuviese esperanzas en un fenómeno como Podemos por diversas razones. Lo realmente molesto es haber visto a distintos personajes y colectivos autocalificados como comunistas hacer un seguidismo hasta bien tarde de estas figuras, incluso todavía podernos seguir viendo ese tipo de seguidismo en grupúsculos testimoniales que se autodenominan comunistas como el Partido del Trabajo Democrático (PTD).
En concreto, uno de los rasgos del trotskismo históricamente, es el uso o el apoyo del terrorismo individual a la vez que se apoyan y se crean alianzas sin criticismo alguno con organizaciones reformistas-revisionistas pacifistas:
«Por un lado los trotskistas ponen por los cielos el uso de la violencia al azar, apoyan e incitan a los anarquistas y los movimientos de «izquierda» que carecen de perspectiva y de un programa revolucionario claro, trayendo una gran confusión y desilusión en el movimiento revolucionario, como las revueltas caóticas de los grupos armados o la guerra de guerrillas no basadas en un amplio movimiento de masas organizado. Así, abogan por el aventurismo político y el golpismo, mientras que también por otro lado recomiendan para el movimiento obrero unas «estrategias» y «tácticas» en la lucha por el socialismo, que son idénticas a la línea reformista de los revisionistas de derecha». (Agim Popa; El movimiento revolucionario actual y el trotskismo, 1972)
Hasél que parece que no estaba dispuesto a defraudarnos, también cumple con tal rasgo trotskista cuando mientras por un lado reivindica a los GRAPO o las RAF, pide el voto por los nacionalistas y reformistas pequeño burgueses de las CUP o apoya fervientemente a un régimen revisionista y neocolonizado como el cubano, que ejerce como cabeza de playa en Latinoamérica para los vendepatrias y corruptos regímenes del «socialismo del siglo XXI». Más allá de que Hasél actué como un trotskista, simplemente es una consecuencia de su oportunismo.
¿Qué países tiene como referencia Hasél, Nega y otros presuntos referentes comunistas del mundo del Rap? Por supuesto a Cuba que como es dicho es estandarte de todos estos elementos:
«Cuba y Venezuela son un faro». (Cubainformación TV; Entrevista a Los Chikos del Maíz, 15 de diciembre de 2014)
Hasél dice acaloradamente:
«¡Viva Cuba soberana y socialista!». (Pablo Hasél; Pablo Hasél; Un ejemplo para siempre, 13 de enero de 2013)
No nos centraremos en Venezuela pues creemos que el falso antiimperialismo ha quedado bastante refutado estos años por sus propias acciones. Véase sino los documentos: «El revisionismo socialismo del siglo XXI» de 2013 o más recientemente «Algunas reflexiones sobre los discursos en la VIIº Cumbre de las Américas» de 2015.
Centrémonos mejor en desgajar el mito de Cuba, tan presente en el mundo hispanohablante y que muchos la presentan como un país mucho más a la izquierda que Venezuela. Incluso Hasél la presenta como «soberana» y «socialista». Buen chiste chico, un fraude que quizás en los años 60 todavía alguien se podía creer pero que actualmente es muy fácil de desmontar, pues lo difícil realmente es defenderlo ante la montaña de evidencias:
«Hoy la defensa del revisionismo cubano deja en ridículo todavía más a sus tristes defensores. Los dominados por el falso mito de la «Cuba socialista» nos intentan argumentar que las reformas en Cuba, entre ellas la implementación del «cuentapropista», la «autogestión» o la masiva entrada de capital extranjero en la economía son reformas «dentro del marco del socialismo» y reformas necesarias. (...) La verdad de todo esto es que la promoción del cuentapropismo –crear la pequeña propiedad privada y pequeño burgueses– es la receta desesperada capitalista dentro del mismo capitalismo de los regímenes revisionistas que andaban moribundos para intentar salir de los quebraderos de cabeza y pérdidas económicas que le creaban la propiedad capitalista monopolista de Estado en varias de sus ramas económicas por la naturaleza liberal y capitalista de actuación en su base, por ello buscaban el estímulo económico de los pequeño burgueses, véase sino las reformas económicas de János Kádár en Hungría en los 70, la única diferencia es que los revisionistas húngaros no lo llamaban «cuentapropismo». Por supuesto, todo defensor del revisionismo cubano es por extensión un pseudomarxistas defensor de la principal figura de la restauración del capitalismo en Hungría, y seguro que lo saludan como «un gran dirigente comunista» y a sus reformas como «ambiciosas reformas socialistas» pero eso nos da bastante igual, los hechos son los hechos, verdad científica solo hay una, y se quedaran solos defendiendo a estas figuras que han reptado a los pies de las clases explotadoras nacionales e internacionales. Se puede decir que queda decididamente al descubierto que la pretendida economía «socialista» de Cuba no sólo no está construyendo socialismo sino que está permitiendo el avance del capitalismo extranjero en suelo cubano. Para ser exactos, la apertura descarada al capital extranjero es una técnica en la que todos los revisionismos han concluido; el otorgamiento de poderes a los inversores dentro del manejo de las empresas nacionales o bajo empresas mixtas, y la protección de los inversores bajo leyes a medidas del Estado revisionista deudor, fue un mismo y similar proceso que sufrió China, Vietnam, Polonia o Yugoslavia, en todos los casos fue aplaudido masivamente por la prensa extrajera como un socialismo beneficioso y «antidogmático», que rompía con los esquemas «stalinistas»; una consigna arduamente recogida por los revisionistas y pseudomarxista de toda laya». (Equipo de Bitácora (M-L); El revisionismo del «socialismo del siglo XXI», 1 de septiembre de 2013)
Estos elementos creen orgullosos, que Cuba no es una neocolonia de los países imperialistas occidentales:
«Ojala no vuelva a ser el prostíbulo de los imperialistas. (…) Esperemos que no le abran las puertas al capitalismo y que no retrocedan». (Pablo Hasél; Pablo Hasél; Un ejemplo para siempre, 13 de enero de 2013)
Hasél y Nega parece ser que no se han enterado que Cuba siempre ha sido el «prostíbulo», metafóricamente y literalmente hablando, tanto por el nivel de explotación al que ha sido sometido como por el nivel de prostitución sobre todo infantil que hemos podido constatar en los propios viajes que hicimos en su momento. Les guste o no Cuba ha sido en diversos periodos el juguete de los imperialistas y socialimperialistas, como sigue siéndolo ahora.
Primero lo fue de los sepultureros de la obra de Stalin, los jruschovistas, los socialimperialistas soviéticos:
«El precio del renovado apoyo soviético fue una cierta descentralización de la toma de decisiones económicas y la introducción de una gama limitada de los mecanismos de mercado. Desde el comienzo de los años 70, los dirigentes cubanos trataron de reformar las estructuras económicas y políticas de Cuba para dar cabida al nuevo modelo. (...) Las reformas que siguieron en la primera mitad de la década de los 70 en Cuba iban en consonancia con la línea de la Unión Soviética, bajo la cooperación de numerosos asesores soviéticos se reestructuraron los organismos y empresas económicas de Cuba. Una Comisión soviético-cubana se creó en diciembre de 1970 para coordinar el uso de la ayuda soviética, y dos años más tarde, Cuba se convirtió en un miembro de pleno del mercado común del bloque soviético, el CAME –Consejo de Ayuda Mutua Económica–. Un nuevo sistema de gestión económica se estableció progresivamente en los años 70, y estaba en pleno funcionamiento a finales de la década. Se introdujeron un cierto grado de responsabilidad financiera, la rentabilidad, así como la introducción de una amplia gama de incentivos materiales. (...) Fidel Castro no fue parco en sus ataques a la excesiva centralización en la planificación económica a los administradores de la empresa se les dio mayor poder de toma de decisiones a nivel de las empresas individuales». (Sebastian Balfour; Castro, 1990)
Desde finales de los 80 Cuba permitió la entrada de capital extranjero para equilibrar su balanza comercial deficitaria, en base a esto ha ido reformando su ley de inversiones en 1995 y más adelante. Actualmente si bien no está neocolonizada por el capital estadounidense –aún–, sí lo está por otros imperialismos, veamos unos datos de hace 10 años:
«A fines del año 2000 habían 392 asociaciones económicas con capital extranjero, ubicadas en su mayor parte en minería, prospección-extracción de petróleo, turismo, industria –ligera, alimentaria y sideromecánica– y construcción. En los últimos años se han incorporado nuevas ramas a la inversión extranjera, entre las que se encuentran la industria energética, del gas, sector financiero, comercialización de tabacos y la gestión del suministro de agua a la ciudad, también se han aprobado importantes negocios para el desarrollo hotelero, la industria del cemento, la aviación civil e industrias para fabricación de pinturas y omnibus. Los capitales provienen de más de 46 países entre los que se resaltan, España, Canadá, Italia, Inglaterra y Francia. Alrededor del 50 % de los proyectos corresponde a Países de la Unión Europea». (Roberto Villas Bôas y Mário Sanchez; Tecnologías limpias en las industrias extractivas minero-metalúrgica y petrolera, 2006)
Como vemos, Cuba es el negocio favorito de la España que Hasél califica de «fascista», la cual ocupa el 42% de las inversiones extranjeras.
Durante el último congreso del partido revisionista cubano, se ha recalcado la importancia que ha tenido la nueva Ley de inversión extranjera directa de 2014 para facilitar la entrada de capital de los imperialismos. Recordemos esta ley y algunos de los nuevos epítetos que contiene:
«La nueva ley reduce del 30% al 15% los impuestos sobre las ganancias de los inversores extranjeros y ofrece mayor protección legal. Para la mayoría de ellos se establecerá también una moratoria tributaria para un período ocho años». (Actualidad Russia Today; La nueva Ley de Inversión Extranjera en Cuba romperá con el bloqueo fuera de EE.UU, 29 de marzo de 2014)
Los mismos revisionistas cubanos dicen que hay que:
«Concebir la inversión extranjera directa como parte esencial de la estrategia de desarrollo del país y en particular, de los sectores definidos como estratégicos». (Partido Comunista de Cuba; Conceptuación del modelo económico y social cubano de desarrollo socialista, 2016)
Es más, los propios castristas reconocen que si EEUU no invierte en la isla es porque ellos mismos no quieren:
«Pensamos que el sector de negocios de los Estados Unidos debe tener la posibilidad de acceder al mercado cubano, de igual modo que lo hacen los empresarios del resto del mundo. No es Cuba quien los discrimina, sino las propias leyes estadounidenses. (...) Como parte de la visita del presidente Obama se encuentra en Cuba una importante representación de líderes empresariales estadounidenses. Esperamos que sea una ocasión propicia para que establezcan vínculos con las empresas cubanas, aumenten su conocimiento sobre las oportunidades que ofrece el mercado cubano y puedan sumarse en su país a la campaña por la total eliminación del bloqueo. (Cubadebate; No es Cuba quien discrimina a los empresarios de EEUU, sino las leyes estadounidenses, 20 de marzo de 2016)
¿De qué antiimperialismo hablamos aquí cuando hasta el cuento de su lucha antiimperialista contra EEUU ha llegado a su fin? Las multinacionales de los países imperialistas hace años que campan a sus anchas en Cuba, los imperialistas saben con este tipo de informes que la isla necesita del capital de estas empresas para que su ineficiente economía se mantenga a flote, y se aprovechan de ello, presionando a la dirigencia cubana para que introduzca leyes de inversión cada vez más flexibles.
¿En qué mundo vive este Hasél? Está claro que en el de la profunda ignorancia y la propaganda procubana. Pablo, infórmate un poco antes de hacer el ridículo sobre el «antiimperialismo» de Cuba, y de hacer la labor gratuita al imperialismo con promover este tipo de «antiimperialismo» titoista.
Pablo Hasél además cumple con el arquetipo de aquel idiota que califica de trotskista a cualquiera cuando él lejos de apoyar un antitrotskismo coherente, apoya el trotskismo en su pura expresión. Dice orgulloso:
«Ya avisaba Fidel Castro de que el trotskismo es un vulgar instrumento del imperialismo y lo han demostrado incontables veces como Izquierda Anticapitalista, que van de la mano con Iglesias en la candidatura». (Pablo Hasél; Se destapa la candidatura de Podemos, 2014)
Fidel Castro efectivamente dijo esto en los años 60 por cumplir con el canon del marxista-leninista. Pero lejos de cumplirlo es bien conocido por sus lazos con los mayores trotskistas de Latinoamérica, es más Cuba es el paraíso para el trotskismo mundial.
Hasél hace un uso constante del término trotskista como insulto pero no sabe realmente las características generales del mismo, ni que la capital del trotskismo mundial es Cuba: tristemente célebre por promover y hasta financiar la literatura trotskista extranjera: Ignacio Ramonet, Santiago Alba Rico, Marta, Harnecker, Galeano, Alan Wood, Ernest Mandel, etc., siendo por tanto su postura la de un falso antitrotskismo y que de hecho es lo contrario dado su apología del revisionismo cubano.
¿Cómo es posible que entre los ministros cubanos haya estado el trotskista Abiel Prieto? ¿Ningún procubano ha leído los textos de la archifamosa cubana Celia Hart que es considerada una eminencia marxista en Cuba? ¿Nos pueden explicar los defensores del revisionismo cubano, como es posible que la antitrotskista dirigencia castrista se dedique a publicar en Cuba bajo la editorial Ciencias Sociales libros trotskistas como el recientemente publicado: «Rusia: del socialismo real al capitalismo real» de Ariel Dacal y Francisco Brown Infante –¡con prólogo de Alan Wood faltaría menos!–, estos son los «continuadores del socialismo», los defensores del «legado de «Lenin» y «los defensores de Stalin contra el trotskismo» –que a sus seguidores tanto se les llena la boca de presuntamente combatir–? En realidad no tenemos porqué respetar a quienes hacen propaganda e interpretación del primer Estado socialista de la historia desde la pluma trotskista.
¿Tampoco ha leído esta gente las tesis del trotskista cubano Pedro Campos Santos y su visión económica que coincide con el actual modelo cubano? Lo peor es que muchos no se habrán dado cuenta que esto no es nuevo, ya que en Cuba la promoción de autores trotskistas viene desde hace décadas. ¿Será casualidad que el Party and the Workers' World Party (PWW) haya sido uno de los principales animadores del castrismo desde hace décadas? ¿Será casualidad que en España Izquierda Anticapitalista (IA) ahora integrada como fracción en Podemos sea un gran seguidor del FSLN en Nicaragua, y de Guevara?
Hasél también se queja de que Podemos lejos de elevar el nivel de conciencia lo retrasa, que concilia con el Papa y en general con la reacción del clero católico:
«Para dar pasos hay que elevar el nivel de conciencia de la clase obrera, y Podemos no solo no la eleva sino que la retrasada», cuando sale Pablo Iglesias diciendo que él está en la misma barricada que el Papa, que el Vaticano y sus negocios sucios». (Resistencia Films; Entrevista a Pablo Hasél, 19 marzo de 2015)
¡Efectivamente! Podemos desvía la concienciación de la clase obrera por sus desviaciones antimarxistas, y en eso también se incluye su apoyo al idealismo religioso que es realmente vergonzante. Pero aunque le duela a Hasél es exactamente el mismo rol desorganizador que el PCE (r) cumple propagando ideas terroristas y adaptando y apoyando las teorías del revisionismo y el imperialismo a nivel internacional. Ahora, ¿por qué este hipócrita procubano no denuncia la misma labor de zapa que realizan los castristas respecto a la religión? ¿No invitó Cuba al Papa más anticomunista como fue Juan Pablo II a la isla con el dispendio que supone eso para la población –como se vio en Brasil y España recientemente–?:
«El presidente de Cuba, Raúl Castro, que se encuentra en el Vaticano, ha anunciado que el Papa Francisco le cae tan bien que podría volver al catolicismo, informa «La Nación». «Si el Papa sigue hablando así, tarde o temprano empezaré a rezar otra vez y volveré a la Iglesia católica, y no es broma», ha afirmado el líder cubano». (Actualidad RT; Raúl Castro en el Vaticano: «Si el papa sigue hablando así, volveré a la Iglesia católica», 10 de mayo de 2015)
Esa ha sido la tónica del revisionismo cubano respecto a la religión:
«También este artículo presente de Castro viene precedido de la reciente y ridícula invitación al Patriarca Kirill, máximo representante de la Iglesia Ortodoxa rusa, a visitar Cuba. ¿Qué beneficios puede reportar la visita de uno de los mayores transmisores de prejuicios e idealismo religioso de Rusia? El mismo tipo de «beneficios ideológicos» que ha traído para la «cultura proletaria» cubana el advenimiento en su día del reconocido anticomunista Papa Juan Pablo II. Hablando en serio: en términos reales no van a aportar ningún beneficio a la sociedad cubana, de hecho tal evento sólo es la continuación de las «peregrinaciones» de estos «pajarracos» a tierras revisionistas, que por otro lado viene a reforzar las arraigadas creencias idealistas-religiosas que dominan Cuba: la santería, el catolicismo, y ahora el cristianismo ortodoxo al que se dice que se le va a construir iglesias. Continuarán pues los ritos, concepciones y creencias arcaicas que lejos de erradicarse en Cuba se promueven, retrasando cualquier indicio de progreso social en materia cultural. Por supuesto los revisionistas cubanos a imitación de sus ídolos titoistas como Milovan Đilas o Edvard Kardelj, reclaman que la religión no supone un problema en la conciencia de las personas para construir el socialismo, y al igual que sus amigos «juches» Kim Il Sung o Kim Jong Il se atreven a aceptar la religión como parte de sus sociedades presuntamente socialistas –capitalista y burguesa a todas luces–, e incluso como hicieran los revisionistas argelinos –de Frank Bella–, libios –como Gadaffi– o nicaragüenses –como Daniel Ortega– se atreven mezclar abiertamente la religión nacional en su doctrina política para mantener dominadas a las masas trabajadoras». (Equipo de Bitácora (M-L); Crítica a la última broma de Fidel Castro en el 70 aniversario de la victoria soviética sobre el fascismo, 9 de mayo de 2015)
El pobre Hasél no se entera o no quiere enterarse del bluf de sus ídolos revisionistas. Tampoco le podemos pedir más.
Es más, ¿conoce acaso este revisionista el tren de vida que llevan los dirigentes cubanos? La élite, la vieja y la nueva burguesía concentrada en el Partido «Comunista» de Cuba vive ajena a las dificultades del pueblo cubano:
«Hace cerca de un año, Tony Castro ganó notoriedad a causa de un viaje en yate a través del Mar Egeo. Se alojó en varios de los complejos hoteleros más exclusivos de las islas griegas y el litoral turco, acompañado por un séquito que habitualmente ocupaba media docena de suites de cada instalación. En casi todas, el coste por noche supera los 1.000 euros. (...) Las mansiones construidas por la burguesía antes de 1959 son hoy las residencias de los «winners» del socialismo cubano. Su mundo se extiende por casi 15 kilómetros cuadrados, divididos en cuatro urbanizaciones fundamentales: la ya mencionada Miramar –donde se ubica el grueso de las embajadas– y las tres que acogen a lo más selecto de la nomenklatura y sus colaboradores inmediatos, Atabey, Siboney y Cubanacán. (...) Durante años, la élite del oeste de La Habana nutrió sus filas con dirigentes del Gobierno y el Partido Comunista y algunos integrantes de la vieja burguesía republicana –sobre todo profesionales– que encontraron acomodo dentro de las instituciones del nuevo poder. Tras las reformas económicas de los años noventa y las del último lustro, el grupo ha crecido con las incorporaciones de nuevos ricos, aupados por sus negocios privados y los vínculos con compañías mixtas. Su vida difiere de la del común en todos los aspectos, empezando por el lugar de residencia, continuando por las escuelas y los hospitales a los que acuden, y terminando por los espacios en que van de vacaciones o se divierten. Es una farándula que «se codea con artistas y gente de la televisión: es difícil ver allí algún político, pero sus hijos quizá no falten». (El Confidencial; La vida de los otros: así es la existencia del 1% más rico del socialismo cubano, 19 de mayo de 2016)
Estos ataques a los derechos y nivel de vida de los trabajadores cubanos, y que la élite gobernante y su comparsa salga airosa, ocurre como consecuencia de:
«Las masas trabajadoras de la ciudad y el campo hayan sido despojadas del derecho a tomar parte real en la organización y gestión de la producción, el hecho de que un pequeño sector de la población, como los burócratas, tecnócratas, el nivel superior de la casta militar y la parte superior de la intelectualidad creativa, se apropie de diversas formas de la mayor parte de los ingresos de la sociedad, llevándolos a una vida parasitaria, todas estas cosas en conjunto muestran que (...) hay clases con intereses económicos fundamentales opuestos, proletarios y burgueses. La capa de burócratas y apparatchiki que usurpó la dirección del partido y del Estado (...) tomó la posesión real de los medios de producción, ahora se ha convertido en una nueva clase burguesa. Por su parte, la clase obrera (...) se ha transformado en una simple clase productora, una clase oprimida y explotada, que vive de la venta de la mercancía fuerza de trabajo». (Omer Hashorva; El actual orden socio-económico de la Unión Soviética, un orden capitalista, 1980)
¡Vaya, que casualidad! Algo totalmente igual a lo que pasaba y pasa en los países capitalistas-revisionistas:
«El alto grado del sector monopolista de Estado no causa el fin de la competencia entre los nuevos capitalistas. Dentro de la nueva burguesía monopolista tiene lugar una lucha constante por acceder a posiciones de poder y por tanto a mayor parte de las ganancias y a mayor control sobre los medios de producción. De ahí que entre las líneas de las diferentes empresas se ve el incremento de una competencia cada vez más feroz. El ingreso entre los nuevos capitalistas de la RDA es de hasta 10:1 respecto a los salarios de los trabajadores. Ellos tienen sus vías para acceder al dinero y los productos occidentales, sus propios hostales de primera clase y sus casas de reposo. Ellos además viven en villas de lujo, tienen sus chalets en áreas preferentes de áreas protegidas, operan bajo sus propios clubes, que no permiten el paso a la gente trabajadora, pueden ir a Occidente, sus hijos están en una educación preferente, etc». (Partido Comunista de Alemania/Marxista-Leninista; Programa, 1978)
En Cataluña y el resto de España los intelectuales comunistas según los medios de propaganda burgueses –léase pseudocomunistas como Hasél y Nega– se llevan las manos a la cabeza con las recientes vacaciones de lujo de Josep Pujol Ferrusola en Ibiza, denuncian el cinismo de su padre y su madre cuando comentaban en los medios que su familia está «una mano delante y otra detrás» –es decir con dificultades económicas–. Pero ojo, que estos son los mismos que cuando ven a «Tony» Castro de tour por las islas griegas o las casas de su familia en las mansiones de la vieja élite de Batista, no ven nepotismo ni corrupción en los Castro. Luego estos cabezas de chorlito se pasan día y noche hablando de dogmatismo: ¿¡pero puede haber más dogmatismo y ceguera que la de encumbrar como héroes a estos parásitos despreciables!?
Tanto los Hasél que adora a las bandas terroristas históricas, como los Pablo Iglesias que adoran a la socialdemocracia europea y latinoamericana, ambos son defensores del régimen cubano, eso nos indica, que pese a la verborrea, estos dos perfiles son iguales en sus referentes. Ambos hablan de ser consecuentes en la lucha contra la herencia del franquismo, afirmar que hay que ser internacionalistas con los pueblos oprimidos, que hay que llamar a las cosas por su nombre. Hasél incluso llego a escribir un breve comunicado plasmando estos presuntos principios donde llego decir que «A los amigos de la burguesía que los llore la burguesía». Bien. Entonces nos gustaría que nos explicase lo siguiente:
«Tres días de luto oficial en Cuba. Se han sumado ayer a la decisión de decretar luto oficial por la muerte de Franco los siguientes Estados: Jordania, Túnez y Cuba, cuyo gobierno ha decretado tres días de luto oficial». (ABC; Edición de Andalucía, 22 de noviembre de 1975)
Habría que preguntar a Hasél, Cañamero, Iglesías, Monedero, Nega y a todos de una bancada u otra de la «izquierda», que tanto nos hablan del «intachable ejemplo que es el internacionalismo de Cuba con los pueblos», que opinan de que el gobierno cubano decretase en 1975 tres días de luto nacional tras la muerte del fascista Franco, como recogía orgulloso el periódico reaccionario ABC. ¿Una anécdota sin más, verdad? ¿Cómo las loas entre Castro-Videla y el apoyo mutuo, cierto?
«En abril de 1977, Buenos Aires autorizó «un intercambio de votos» para la reelección de Argentina en el Consejo Económico y Social de Naciones Unidas; paralelamente, Fidel Castro había pedido a la dictadura argentina apoyo para la elección de Cuba al Consejo Ejecutivo de la OMS, como publica hoy el portal Infobae. No solo el gobierno castrista calló ante los crímenes de la dictadura argentina sino que el gobierno de la URSS también fue socio económico y político durante el período 1976-1983. En esos tiempos, el Partido Comunista Argentino fue cómplice silencioso de la tragedia». (Clarín; Documentos oficiales muestran la complicidad de Fidel Castro con la dictadura de Videla, 20 de noviembre de 2014)
A Hasél le gusta mucho pronunciar la frase, «El que no conoce la verdad es un ignorante, el que la conoce y la oculta es un criminal», pues debería aplicársela con toda la información que le estamos dando sobre sus mitos revisionistas.
Por si a alguien le queda duda sobre de donde viene Cuba y hacia donde camina, puede revisar nuestro análisis sobre el último congreso de los revisionistas cubanos: «Reflexiones sobre el VIIº Congreso del Partido «Comunista» de Cuba y su línea económica» de 2016.
Pero al fin y al cabo, ¿quién es Hasél? ¿Quién es este personaje al que se le da tanta publicidad por cada idiotez que suelta como si representase a alguien?
Pablo Hasél, cuyo nombre es Pablo Rivadulla Duró, es hijo de Ignacio Rivadulla, expresidente de la Unió Esportiva Lleida y empresario de tres sociedades. Hasél es el típico ejemplo de un chico con problemas sociales, el clásico caso de un niño aburguesado e inadaptado que ve en el comunismo una salida a sus frustraciones personales, pero que al no haber sabido canalizar esas ideas de forma correcta ha acabado siendo caricatura de lo que quiere ser, un intelectualismo burgués radicalizado, pero igualmente un motivo de vergüenza para el comunismo. Esto se puede ver en varios rasgos que le caracterizan. De ahí que en su prisa por sentirse parte de algo haya caído preso del seguidismo hacia un gurú cualquiera como Arenas y el mito revisionista del PCE (r) –y eso que es un mito cada vez más desinflado–. Que como un adolescente que no ha cogido un libro de marxismo en su vida se siente impresionado por la espectacularidad de las acciones de las antiguas bandas terroristas y pida su repetición –sin reflexionar qué tipo de lucha armada es y a qué fines corresponden–. De manera que en su evidente necesidad de vociferar que es parte de algo vislumbremos una estética repleta de tatuajes y vestimentas con lemas comunistas y armas de fuego –por su ansia de sentirse dentro de una identidad colectiva y a temor de no parecer suficientemente revolucionario–. Por eso que observemos en sus canciones unas letras donde insulta reiteradamente y amenaza de muerte a sus enemigos, usando un lenguaje radical y exaltado sin mucho contenido. Que como los antiguos modernistas, decadentistas, románticos y existencialistas aburridos haga constantes referencias a las drogas unas veces de forma metafórica y otras con lamentos para explicar que quiere escapar del tedio y frustración, de un mundo que dice no poder soportar –de ahí que tenga repetidas frases suicidas–. Con él y sus rimas asistimos a toda una maraña de loas y homenajes constantes a personajes revisionistas de todo pelaje, reivindicando a casi cualquier cosa que suene radical sin plantearse si realmente hizo méritos para denominarse comunista o revolucionario –creyendo el pobre que así honra la doctrina marxista–. Por supuesto que debido a su bajo nivel ideológico y su nulo esfuerzo por formarse de como resultado que en las polémicas políticas que se cruza recurra siempre a esquemas ridículos del PCE (r) aprendidos de memoria fácilmente refutables –siendo un autómata de estos fósiles del revisionismo a los que le baila el agua–. También que haya aprendido de ellos las tácticas del diversionismo, que se basan fundamentalmente en demagogia, desviaciones del tema, insultos y difamaciones –algo comprensible ya que a falta de argumentación es lo que queda–. Posturas todas ellas que evidencian que tiene que hacerse notar a falta de argumentos. Asistimos con este chico ya bien mayorcito, a un clásico caso de persona con alto grado de postureo, un comunismo de pegatina y un comportamiento lumpen bastante evidente.
Pablo Hasél que se ha convertido en el foco de los medios de comunicación. Que se dediquen páginas de periódicos hasta el cruce de entre Hasél y algún famoso estúpido de turno; de que se haga de un grano una montaña de arena con cada declaración que podría firmar cualquier persona en internet, la razón de todo ello es que se ha convertido progresivamente en el tonto útil de la bancada de «derecha» e «izquierda». Los primeros tratan de criminalizar el comunismo dando voz a cada idiotez que publica en sus redes sociales aunque sea la más mínima banalidad subrayando que él se autotitula como «comunista»; y los segundos lo exponen como un mono de feria para evidenciar el «infantilismo y verborrea barata de todo comunista». Pero en realidad Hasél no es nadie relevante, no es un organizador, no es un teórico, ni siquiera destaca en sus dotes artísticas, es alguien que refleja defectos muy típicos, Hasél es un producto calcado como tantos otros, resultante en lo ambiental de años de hegemonía del revisionismo en el movimiento obrero y presión de la sociedad capitalista sobre sus hombros, que a estos rasgos generales deben sumarse en lo personal una juventud caótica y a rasgos de una efusiva radicalidad verbal, lo que hace el cóctel perfecto. Esa es la razón principal de que sus defectos sean aprovechados por los medios de comunicación para entretener al público con sus salidas de tono y denigrar a los revolucionarios: no por casualidad, los monárquicos, fascistas y derechistas lo usan denunciando que «exalta el terrorismo» como «cualquier otro comunista» según ellos, casualmente se olvidan que entre toda la palabrería y estupidez que pueda contener Hasél también critica a la monarquía como institución y sus desmanes, como hace tanta otra gente comunista y no comunista, pero se quedan con lo que les interesa; por otro lado, los nacionalistas de «izquierda», socialdemócratas, maoístas y demás lo usan para denunciar la falta de libertades, pero de forma oportunista también «se olvidan» de condenar las ideas filoterroristas que abraza o sus referentes oportunistas, y esto es normal pues en ocasiones estos grupos comparten referentes y mitología de «izquierda» con el implicado.
Este tipo de elementos, por todo ello, son como decimos subproductos de la propia sociedad capitalista muy fácil de identificar:
«En la sociedad capitalista, basada en la explotación del hombre por el hombre, la burguesía monopolista, con el fin de consolidar su poder en toda la vida del país, para aumentar sus ganancias y riquezas fabulosas, está vitalmente preocupada por desviar a la juventud de los principales problemas de la vida, para liquidar su espíritu revolucionario y sumergirla en la escoria de la degeneración moral y política, para difundir la criminalidad y el vandalismo, el miedo, el alcoholismo, la prostitución y la drogadicción a gran escala. Sólo de esta manera puede volver a la juventud inofensiva para su poder, porque la burguesía sabe que la juventud es la parte más viva, activa y explosiva de la población, y por consiguiente también la más peligrosa para la burguesía. Por lo tanto, esta última no en vano dedica una atención especial a su esfuerzo por desorientar las mentes de la juventud, adormecer su conciencia, apartarla de los principales y perturbadores problemas de la sociedad capitalista. (...) Un mal cada vez más creciente en la sociedad capitalista es también la propagación en masa de la drogadicción. Los jóvenes, tomando varias drogas, buscan vivir en un mundo de hermosos sueños, para divorciarse de esa realidad sombría, oscura, pobre y miserable que les rodea. La toma de varias drogas por los jóvenes les vuelve entonces impotentes, poco dispuestos y oscurece sus pensamientos. Tales personas, por supuesto, no pueden objetar al sistema capitalista opresor y explotador; se convierten en instrumentos obedientes, inofensivos para la burguesía». (Albania Today; La degeneración y disolución de las masas de la juventud, una consecuencia directa del sistema capitalista, Nº 1 (20), 1975)
Es realmente preocupante, que elementos que se autodenominan comunistas hagan constantes referencias a sus experiencias con las drogas, unas veces con sorna, otras alardeando, y otras hasta promoviéndolas, con este tipo de actos del todo estupidos, manchan el buen nombre del comunismo de cara a los trabajadores, sobre todo de aquellos que han sufrido las horribles consecuencias de ellas en primera persona o a través de seres queridos. Solo los señoritos «rebeldes» como Hasél, los idiotas inconscientes como Cuervo o los ególatras convertidos en estrellas de la música como Nega, pueden hacer comentarios de este tipo sin pensar en las consecuencias de su mensaje.
Muchas veces niegan que cumplan este rol: algunos como buenos liberales hablan que sus referencias solo son «metáforas artísticas», otras veces desvían la atención y dicen como buenos pequeño burgueses que no le demos el sermón moralizante, pero sus letras no dejan lugar a dudas sobre el rol que cumplen. Veamos breves ejemplos:
Los Chikos del Maíz, confesos votantes de Izquierda Unida (IU) y simpatizantes de Podemos, confiesan en una de sus canciones:
«El debate de Sevilla o Madrid, me la sopla, mi debate es esta noche de speed o de farlopa, loca». (Chikos del Maíz; Abierto hasta el amanecer, 2011)
Hasél nos tiene acostumbrados a constantes referencias a sus adicciones, uno de sus discos lo llegó a títulos «Besos cortados de coca». En una de sus canciones, Hasél nos cuenta una de sus vivencias como aspirante a lumpen:
«Se drogaba, (Voz externa) ¿Se drogaba? ¡Joder que si se drogaba! (Risas) Te explico. (…) Su desamor me ha hecho un suicida y me canso. Mientras ella toma más pastillas que Charles Manson. (…) Pensé mis relaciones no resultaron, esta sí, ella acabo insultándome ciega de LSD. Te dije ¿Qué, qué? ¡No puede ser te quería!, y ella ofreciéndome LSD y bolsas de maría, maldita hija de puta, el alcoholismo dicta, esta alma convicta, sí, me enamore de una drogadicta. (…) Mientras me hundo soñando con rayas en su espalda». (Pablo Hasél; Me enamoré de una yonki, 2009)
En un poema Aitor Cuervo, uno de los mayores propagandistas del PCE (r), y también rodeado de escándalos con féminas, reconoce su alcoholismo y adicción a las drogas duras estimulantes:
«Era un miércoles de ceniza, de tertulia entre whisky y coca. (…) Medio ebrio te pedí una canción, cualquiera del mejor de los juglares, larga y sincera conversación. (…) Montemos borrachos el viejo tranvía». (Aitor Cuervo; Camarera del Tapioca, 2012)
Solo unos completos cabezas de chorlito que se han lumperizado hasta estos extremos hablarían de esta forma en el tema de las drogas.
Estos individuos son una maquinaria más del sistema cultural burgués, que aboga por ahogar a la juventud en un letargo de narcóticos, es más ellos pese a tantos versos de injurias que dedican a «la infame burguesía», en realidad le hacen el servicio gratis:
«La adicción a las drogas, al igual que muchos otros males incurables de la sociedad capitalista, tiene sus raíces en el mismo sistema de opresión y explotación. Está extendida en todos los países burgueses y revisionistas, especialmente entre los jóvenes. Al incitar a los jóvenes a una vida sin rumbo y derroche, la burguesía los conduce al crimen y a las drogas y envenena su conciencia para desviarlos a toda costa de sus demandas políticas y de la revolución. (...) La burguesía está estimulando a los narcotraficantes y el uso de las drogas, especialmente ahora cuando todo el mundo capitalista y revisionista se revuelve en una profunda crisis, para debilitar y entorpecer las mentes de los pueblos, mantenerlos alejados de los graves problemas de la época, de la lucha de clases, así como para aumentar sus ganancias». (Albania Today; Nº4 (35); Intoxicación espiritual y física con drogas, 1977)
El rap de estos elementos como Hasél, los Chikos del Maíz y otros ha dado como resultado que se haya creado una camada de adolescentes que quieren emularlos, siguiendo sus mismos defectos y desviaciones, creyendo, pobres ingenuos ellos, que repetir estos esquemas es «comprometerse con la causa», ser verdaderamente revolucionario y comunista. Pero solamente se comprometen con la causa del revisionismo para su desgracia.
La juventud es la capa social más susceptible de caer presa de la demagogia de estos individuos que propagaban el terrorismo, el apoyo a los regímenes revisionistas, el gansterismo y las drogas como forma de vida, como tal, la juventud es la mejor capa de la sociedad para ser seducida fácilmente por la propaganda pseudoradical de los discursos de algunos pseudomarxistas.
Como cualquier aceptación del revisionismo a la edad que sea, siempre ocurre generalmente debido a la falta de un factor subjetivo sólido –un partido marxista-leninista– que defienda las posiciones revolucionarias, ligado a las propias características intrínsecas del individuo, quién recibe el intento de engaño de la propaganda revisionista-burguesa sin demasiadas barreras de defensa –por sus vagos conocimientos–. Así esta gente se ve atrapada doblemente: por un lado su inmadurez política y su evidente incapacidad analítica –que hace que sustituyan el análisis autónomo y verificador de las cuestiones por el seguidismo o el sentimentalismo–, por otro, la cuestión de que no tienen críticas marxista-leninistas referentes que golpeen a estos fariseos y les proporcione facilidades para liberarse de estos mitos revisionistas. Existen además muchos casos en que este último factor –el de dar de forma «machacada» la solución en un tema– es decisivo para que la gente que no tiene espíritu de investigación se posicione, y si finalmente lo hacen y toman parte por una postura correcta no es un indicativo definitivo de que hayan madurado ideológicamente. Es más a este tipo de elementos que se acostumbran a que les den la solución en vez de buscarla, no adquirirán jamás capacidad para elaborar sus propias evaluaciones, no podrán resolver ni las tareas básicas más cotidianas, por lo cual solo puede aspirar a lo sumo a ser unos simpatizantes, ciertamente vacilantes, pero jamás unos marxista-leninistas como tales, pues bajo esta fisonomía siempre serán gente que solamente se ponen del lado correcto si les ponen la solución delante de sus ojos.
Que ocurra este fenómeno entre la juventud en plena era digital es realmente despreciable, pues parece que no se valora el hecho de que disponen de un material de estudio infinitamente mayor del que disponían las generaciones de antaño. Quién no estudia es porque no quiere, quién no desea salirse del mito revisionista es porque no investiga. Por supuesto la orientación de los más veteranos e ilustrados del marxismo-leninismo así como el estudio colectivo con otros camaradas puede ser un factor que acelere el proceso, pero como hemos señalado ya, el espíritu de investigación y estudio debe ser un requisito fundamental del joven marxista-leninista.
¿Significa esto que la juventud es una capa inútil hasta que estos elementos alcanzan su madurez como persona? La historia reciente ha demostrado todo lo contrario, que los jóvenes que se forjan en la teoría marxista-leninista, pueden tener el triple de conocimientos que aquellos revisionistas que han militado dentro de los partido revisionistas tradicionales durante décadas; estos líderes juveniles pueden liquidar dialécticamente en un debate a estos revisionistas añejos, tienen una capacidad de agitación y organizativa de masas que supera con creces a los veteranos y expertos revisionistas, aquellos que se orientan por el pragmatismo y que sufren de alergia al estudio teórico de la doctrina que dicen defender. Por tanto la respuesta es clara». (Equipo de Bitácora (M-L); Estudio histórico sobre los bandazos oportunistas del PCE(r) y las prácticas terroristas de los GRAPO, 30 de junio de 2017)
Anotación de Bitácora (M-L):
[*] El jóven músico Siker realizó una profunda autocrítica sobre sus viejas inclinaciones y posiciones políticas, desmarcándose por tanto del sendero de estos elementos.
[*] El jóven músico Siker realizó una profunda autocrítica sobre sus viejas inclinaciones y posiciones políticas, desmarcándose por tanto del sendero de estos elementos.
"El jóven músico Siker realizó una profunda autocrítica sobre sus viejas inclinaciones y posiciones políticas, desmarcándose por tanto del sendero de estos elementos."
ResponderEliminardonde leerla?
Si descargas el PDF del documento general se puede acceder a ella en los anexos finales del documento.
EliminarHe de reconocer que en su extenso documento relizado el año pasado esta ultima parte fue la que más dudas me trajo, sobre todo en la partr de la crítica. Dejando a un lado el criterio que se utilizó para "elegir" estos grupos, pirnso que la crítica hacia ellos es mejorable, ya que ,en algunos momentos, pecan de un cierto subjetivismo. No veo del todo apropiados los comentarios acerca de la instrumental de las canciones y/o demás gustos que entran en el terreno del puro subjetivismo (especialmente en los monstruitos e IRA). Creo que se debería haber centrado en una crítica de clase, sib salir de los marcos de la objetividad, es decir, centrándose en la letra y demás conductas, sin entrar en el "cómo suenan".
ResponderEliminarEl resto del apartado no tiene ningún problema, muy bien elaborado.
Simplemente quería comentsrles lo que en su momento me " chirrío " un poco al leer los primeros parrafos.
Saludos
Buenos días. Creo que la crítica instrumental realizada por los camaradas es bastante objetiva, y sinceramente pienso que no hay que tener miedo a decir en los temas culturales las cosas como son, pues estaríamos premiando a mediocres como genios como tantas veces ocurre. No creo que los propios monstruitos refuten la acusación de que carecen de técnica instrumental o de canto, si a eso le sumamos su eclecticismo ideológico, hace de ellos una parodia musical, un grupo de amigos que se junta para pasárselo bien haciendo un poco el ganso, que a mi no me importaría de no ser porque utilizan nuestra simbología y se identifican con su doctrina.
EliminarToda la crítica incluyendo este capítulo está nucleada por un componente de clase proletario y su moral, sino no nos quejaríamos de la apología a las drogas, al hooliganismo, al gansterismo, y suma y sigue. Todo eso tiene relación.
"Que ocurra este fenómeno entre la juventud en plena era digital es realmente despreciable, pues parece que no se valora el hecho de que disponen de un material de estudio infinitamente mayor del que disponían las generaciones de antaño."
ResponderEliminarEs demoledor.
Estos grupos son un imposible dentro del marxismo-leninismo, juegan a serlo, yo no me imagino esto en la URSS, y menos en la época de Stalin, no porque estuviera el, sino por la conciencia y la educación revolucionaria que existía, y a nivél musical lo mismo dentro de la juventud, estuve en la URSS en 1986 y pude ver bastante de como vivia y disfrutaba la juventud, y el nivél era altísimo, estos de aquí son una pantomima y unos oportunistas que apuesto que Marx y Lenin es muy aburrido para ellos, hay que tener en cuenta que viven bajo el terror del capitalismo y eso les lleva por el camino de los podemitas.
ResponderEliminarA mi que no me saquen del bolchevismo, de Marx, Lenin, Stalin y de Henver Hoxha, lo demás son caricaturas que no sirven.