Sacando a la luz las deficiencias de la lucha del Partido Comunista de China contra el imperialismo estadounidense, el documento identifica tres etapas:
–La correcta lucha contra el imperialismo estadounidense de 1949 a 1963 –incluyendo eso la no separación del regazo de la Unión Soviética de Jruschov–.
–La lucha tanto contra el imperialismo estadounidense como contra el revisionismo de la Unión Soviética de 1963 a 1971.
–Y la última etapa, la lucha contra la Unión Soviética a costa de una alianza con el imperialismo estadounidense, sus aliados, y todo régimen o partido antisoviético. Siendo el inicio de este cambio de política, las conversaciones sino-estadounidenses de 1971, y siendo quizás el punto de inflexión para la consolidación de tal acercamiento, y la piedra de toque para las posteriores reuniones y resoluciones; el «comunicado sino-estadounidense de Shanghái» de 1972.
Nosotros añadiríamos una etapa previa entre 1935 y 1949, que se evidencia en el informe original de Mao Zedong en el VIIº Congreso del Partido Comunista de China de 1945 bajo el nombre: «La lucha por una nueva china»; teoriza con una coexistencia pacífica –aplaudida por Earl Browder y posteriormente utilizada por Nikita Jruschov –entre países socialistas y capitalistas, donde los países vencedores de la alianza antifascista solucionarían todo en armonía, donde «los problemas internacionales deben ser resueltos por conferencias a cargo de los tres o cinco naciones principales». En esa época Mao Zedong afirmará frases dignas del más inocente como que el imperialismo estadounidense e inglés no desean inmiscuirse en los asuntos chinos «ni desean provocar una guerra civil» en China. Así mismo se pedía la inversión de capitales estadounidenses para la próxima industrialización china y se alagaba la «tradición democrática estadounidense». Todo esto ya lo expusimos en otra ocasión por lo que no debemos darle más coba.
Por la parte albanesa, la lucha contra el imperialismo se caracterizó por una estoica posición de lucha a muerte contra el imperialismo estadounidense y particularmente con sus vecinos los cuales muchos de ellos eran lacayos del imperialismo estadounidense. De igual forma, al emerger el revisionismo soviético como una nueva superpotencia imperialista, el Partido del Trabajo de Albania siempre mantuvo un apego por la lucha en dos frentes, contra las dos superpotencias; tanto contra los Estados Unidos como contra la Unión Soviética, Enver Hoxha insistió mucho en rechazar la idea de que era aceptable formar una alianza con una de las dos superpotencias para contrarrestar a la otra. Así mismo se insistió mucho en que el revisionismo chino dejase de propagar la idea de el imperialismo estadounidense había cambiado de piel, que era un imperialismo en decadencia, que deseaba el status quo, que era manso debido a su debilidad, etc.
El documento:
«La posición frente al
imperialismo es crucial en la cuestión de la revolución. La cuestión de la
guerra y de la paz en la época imperialista había sufrido una deformación grave
de mano de Karl Kautsky como ya vimos. Según Kautsky la época imperialista
ofrece la posibilidad de unas armonías imperialistas resueltamente pacíficas
que asegurarían la salvaguardia de la paz y de las explotaciones «pacíficas» y
coordinadas de las colonias entre potencias imperialistas «amigas». Hay que
subrayar el hecho de que las tesis kautskistas han sido repetidas hoy bajo una
forma apenas modificada por los ideólogos del altermundialismo.
Lenin había mostrado la
inconsistencia de esta «ultranecedad» de Kautsky en su obra: «El imperialismo,
la fase superior del capitalismo» de 1916. Lenin se oponía a esta «tesis»
kautskista que encontró un ancho eco cerca de la burguesía, los imperialistas
obviamente pueden realizar alianzas, pero estas alianzas sólo pueden ser provisionales.
El primer ejemplo de la veracidad de la tesis leninista fue demostrado por la
Primera Guerra Mundial que precipitó a millones de hombres a la muerte para
saber cuál potencia monopolista dictaría su ley y le arrancaría las colonias a
su enemigo. Después, la quiebra de la Sociedad de Naciones y el inicio de la
Segunda Guerra Mundial que estalló inicialmente entre naciones imperialistas,
vino a confirmar aún más esta tesis leninista según la cual las guerras son
inevitables en tanto tiempo subsista el régimen capitalista. Después de la
muerte de Stalin, Nikita Jruschov resueltamente tendió la mano al imperialismo
estadounidense declarando que ellos querían «ser amigos» –de los
estadounidenses y demás países capitalistas–. Nikita Jruschov afirmó que se
abría una era de coexistencia pacífica –diciendo que la política de desagregación del frente imperialista
puesta en ejecución por Stalin fue sobrepasada y la era de las revoluciones
cerrada–, rehabilitando así los mismos diseños de Karl Kautsky, el jefe de
internacional amarillista. En Moscú –en la reunión de partidos de 1957–, las
tesis kautskistas fueron combatidas y no lograron imponerse, fue Jruschov quien
las propagó violando la declaración de Moscú de 1957.
El Partido Comunista de China
(PCCh) llevó una lucha correcta contra el imperialismo estadounidense, por lo
menos hasta el principio de los años 70. Allí dónde los revisionistas titoistas
y jruschovistas habían traicionado al campo socialista y se abrazaban con los
imperialistas a la espalda de los pueblos, China, parecía quedar fiel al
marxismo-leninismo. Era allí ciertamente uno de los elementos fundamentales que
ataba la pequeña Albania socialista de Enver Hoxha a la gran China popular de
Mao Zedong. Leamos unas frases de los dirigentes del Partido Comunista de China
sobre los imperialismos tras la toma de poder en 1949 hasta inicios de los 70:
«¡Qué diferentes son la lógica del imperialismo y la del pueblo!
Provocar disturbios, fracasar, provocar disturbios de nuevo, fracasar de nuevo,
y así hasta la ruina: ésta es la lógica de los imperialistas y de todos los
reaccionarios del mundo frente a la causa del pueblo, y ellos no marcharán
nunca en contra de esta lógica. Esta es una ley marxista. Cuando decimos que
«el imperialismo es feroz», queremos decir que su naturaleza nunca cambiará y
que los imperialistas nunca dejarán de lado sus cuchillas de carnicero ni se
convertirán jamás en Budas, y así hasta su ruina.
Luchar, fracasar, luchar de nuevo, fracasar de nuevo, volver a luchar, y así
hasta la victoria: ésta es la lógica del pueblo, que tampoco marchará jamás en
contra de ella. Esta es otra ley marxista. La revolución del pueblo ruso siguió
esta ley, y la ha seguido también la revolución del pueblo chino». (Mao Zedong;
«Desechar las ilusiones y prepararse para la lucha», 14 de agosto de 1949)
[Ahora una frase de mediados
de los años 50: - Anotación de Bitácora (M-L)]
«Levantar una piedra para dejarla caer sobre los propios pies es
un dicho con que los chinos describimos el comportamiento de ciertos estúpidos.
Los reaccionarios de todos los países pertenecen a esta especie de estúpidos.
En fin de cuentas, sus persecuciones contra el pueblo revolucionario no sirven
sino para ampliar e intensificar aún más las revoluciones populares. ¿Acaso las
persecuciones del zar de Rusia y Chiang Kai-shek contra los pueblos
revolucionarios no cumplieron precisamente esta función propulsora en las
grandes revoluciones rusa y china?». (Mao Zedong; Discurso en la reunión del
Soviet Supremo de la URSS para la celebración del 40 aniversario de la Gran
Revolución Socialista de Octubre, 6 de noviembre de 1957)
[Así se hablaba a mediados de
los años 60 dentro del Partido de Comunista de China en plena «Revolución Cultural»
china sobre los Unión Soviética y los Estados Unidos: - Anotación de Bitácora
(M-L)]
«En la tentativa vana de repartirse el mundo, el imperialismo
estadounidense y el revisionismo soviético colaboran riñéndose. En la guerra de
agresión que lleva a Vietnam, el imperialismo estadounidense goza de la
aprobación tácita y del apoyo del revisionismo soviético; en cuanto a la
camarilla de los renegados revisionistas soviéticos, obtuvo el acuerdo tácito y
el apoyo del imperialismo estadounidense cuando ostensiblemente envió tropas a
ocupar Checoslovaquia. Esta transacción sórdida y política se endereza
completamente con los ojos de los pueblos del mundo entero. Sus actos de
agresión sin pintura exacerbaron las contradicciones internas del bloque
imperialista y del bloque revisionista y apresura el despertar de las masas
populares oprimidas en los Estados Unidos, país imperialista, y en Unión
Soviética, país revisionista; al mismo tiempo, provocan un auge nuevo y
extraordinario en la lucha que todos los proletarios y todos pueblos que se
comprometen contra el imperialismo estadounidense y el revisionismo soviético.
Cualesquiera que sean las vicisitudes con que hay que enfrentarse en esta lucha
y cualesquiera que sean la basura que el imperialismo estadounidense y el
revisionismo soviético puedan reunir para amontonar, de toda pieza, una
«santa-alianza» antichina y contrarrevolucionaria, estos últimos sólo estarán
levantado una piedra para dejársela caer sobre sus propios
pies». (Noticias de la Duodécima Sesión Plenaria del Comité Central ampliado el
VIIIº Congreso del Partido Comunista de China, adoptada el 31 de octubre de
1968)
En la lucha contra el imperialismo, por
supuesto el Partido del Trabajo de Albania (PTA) estaba a la vanguardia desde
hacía años. En la Conferencia de los 81 partidos comunistas y obreros celebrada
en Moscú se denunció lo siguiente:
«Miremos los hechos de frente. El imperialismo mundial, dirigido
por el estadounidense como destacamento más agresivo, orienta su economía a la
preparación de la guerra, se arma hasta los dientes. El imperialismo
estadounidense está abasteciendo con todo tipo de armas a la Alemania de Bonn,
al Japón y a todos sus aliados y satélites. Ha organizado y perfecciona los
pactos militares agresivos, ha instalado e instala bases militares en los
cuatro flancos del campo socialista. Está acrecentando el arsenal de armas
nucleares, rehúsa el desarme y la suspensión de las pruebas nucleares y trabaja
febrilmente en nuevos inventos de exterminio en masa. ¿Por qué hace todo esto?
¿Acaso se prepara para un picnic? ¡No! Al contrario, se prepara para la guerra
contra nosotros con el fin de destruir al socialismo y subyugar a los pueblos».
(Enver Hoxha; Discurso
pronunciado en nombre del Comité Central del Partido del Trabajo de Albania en
la Conferencia de los 81 partidos comunistas y obreros celebrada en Moscú,
16 de noviembre de 1960)
[Esta percepción no cambió
dentro del Partido del Trabajo de Albania con la institución oficial de la
«teoría de los tres mundos» en el Partido Comunista de China: - Anotación de
Bitácora (M-L)]
«El mundo sigue enfrentando al imperialismo estadounidense
agresivo y expansionista. Desde el final de la Segunda Guerra Mundial hasta
hoy, el imperialismo estadounidense ha llevado a cabo una política y actividad
criminal en contra del comunismo, la libertad, y la independencia de los
pueblos. El fue el que desencadenó la agresión bárbara en Corea y Vietnam,
cometiendo además los crímenes más atroces que haya conocido la humanidad. Es él
quien intervino en el Congo, que asfixió la Revolución Dominicana, que llevó la
guerra a Laos y Camboya, que prendió fuego a Oriente Próximo y organizó el
putsch fascista en Chile y Argentina. El imperialismo estadounidense, como
imperialismo que es, plantó sus uñas sobre todos los continentes, y refuerza
por todas partes sus posiciones de todas las maneras; ya sea mediante «ayudas»,
esclavizando con créditos al deudor, con acuerdos y tratados de todo género, o
con las instalaciones de bases militares que han sido extendidas en numerosos
países y han realizado brutales y descaradas intervenciones en los asuntos
interiores de esos mismos países e incluso llegando al punto de realizar
abiertamente agresiones armadas. Todos estos son los rasgos del despiadado
imperialismo estadounidense. Los compromisos múltiples y las concesiones sin
principio del jruschovismo no lo han suavizado. Permanece siendo la ciudadela
política y económica del sistema capitalista de explotación, el gran defensor
del colonialismo y del neocolonialismo, el inspirador del racismo y el más
grande gendarme de la reacción internacional. Nuestro partido se reitera
constantemente en el prisma de que el imperialismo estadounidense es agresivo y
que lo seguirá siendo mientras le quede un solo diente. A consecuencia de las
luchas revolucionarias y de liberación, a consecuencia de la degeneración
continua y a consecuencia de las contradicciones interiores inconciliables que
lo roen, el imperialismo mundial ha perdido gran parte de sus posiciones. Nos
basta con citar la descomposición del sistema colonial y el acceso de numerosos
países a la independencia. Y en el futuro va a perder mucho más. Pero al mismo
tiempo, el imperialismo, y en particular el imperialismo estadounidense,
redoblará los esfuerzos para reconquistar las posiciones perdidas y para ocupar
otras nuevas. Esta es la dialéctica del desarrollo y la decadencia del
imperialismo. Por lo tanto hoy como en el pasado, continúa la lucha constante
para denunciar la política del imperialismo, con el imperialismo estadounidense
a la cabeza, para poder aniquilar los planes agresivos de este, esto constituye
una condición indispensable para defender la libertad y el socialismo, así como
también lo es para asegurar la victoria de la revolución y la liberación de los
pueblos». (Enver Hoxha; Informe en el VIIº Congreso del Partido del Trabajo de
Albania, 1 de noviembre de 1976)
[Así mismo se instaba en
cualquier parte del globo a luchar contra el imperialismo estadounidense como contra
el socialimperialismo soviético: - Anotación de Bitácora (M-L)]
«Creemos firmemente que los pueblos árabes se liberarán
completamente del yugo del capital extranjero y de los imperialistas
sanguinarios y que triunfarán en su lucha justa contra los agresores israelíes.
Sostendremos con fuerza y determinación la causa justa de los pueblos árabes en
su lucha para repeler la agresión imperialista-sionista y poder liberar sus
territorios ocupados así como para desbaratar los complots del imperialismo
estadounidense y de socialimperialismo soviético. Nuestro pueblo y nuestro país
apoyan la lucha justa que lleva el pueblo palestino para conquistar sus
derechos nacionales y recobrar sus hogares que le han sido quitados por Israel,
instrumento del imperialismo estadounidense. Mantenemos lazos con la
Organización para la Liberación de Palestina (OLP), y la apoyamos. Deseamos que
entre los pueblos árabes se establezca una unidad poderosa de combate, que es
la base segura de su victoria sobre los enemigos sionistas e imperialistas».
(Enver Hoxha; Informe en el VIIº Congreso del Partido del Trabajo de Albania, 1
de noviembre de 1976)
En la lucha contra el
imperialismo, y particularmente el imperialismo estadounidense, hay que distinguir
tres períodos distintos que conciernen a la política de la República Popular de
China bajo Mao Zedong.
[Habría que manifestar que en
el periodo anterior a 1950 los revisionistas chinos se caracterizaron por sus
posturas proestadounidenses. Antes de ser reeditada, en su informe original del
24 de abril de 1945, Mao diría:
«Sin un libre desarrollo de
la economía privada capitalista y la economía cooperativa, sin un desarrollo
nacional, científica y popular cultura de nueva democracia, sin la emancipación
y desarrollo de miles de millones de personas, en breve tiempo, sin ser
cuidadosos con la nueva revolución democrático-burguesa, el tratar de construir
una sociedad socialista sobre las ruinas del orden colonial, semicolonial y
semifeudal sería un sueño utópico. (…) Se necesitan grandes cantidades de
capital para el desarrollo de nuestras industrias. Ellos vendrán principalmente
de la riqueza acumulada por el pueblo chino, y al mismo tiempo de la asistencia
extranjera. Damos la bienvenida a las inversiones extranjeras si tales son
beneficiosos para la economía de China y se realizan de acuerdo con las leyes
de China. Se pueden expandir rápidamente y a gran escala empresas rentables
tanto para el pueblo chino como para los extranjeros, siendo la industria
pesada y la modernización de la agricultura, una realidad cuando lo que hay es
una firme e interna paz internacional, y cuando dichas reformas políticas y
agrarias se realizan a fondo. Sobre esta base, hemos de ser capaces de absorber
grandes cantidades de inversiones extranjeras. Una política regresiva y
económicamente empobrecida para China no será rentable ni para el pueblo chino
ni para los extranjeros. (…) Las tres grandes democracias de Gran Bretaña,
Estados Unidos, y la Unión Soviética se mantienen unidos. Las disputas entre
estas democracias han existido y pueden existir en el futuro, pero la unidad a
largo plazo va a reinar. Esta condición decisiva, ha sido finalmente demostrada
en la Conferencia de Crimea. (...) Estamos en una situación totalmente nueva.
Los problemas internacionales deben ser resueltos por conferencias a cargo de
los tres o cinco naciones principales: los problemas internos de las distintas
naciones tendrán que resolverse sin excepción, de conformidad con los
principios democráticos. (...) Tal es el nuevo aspecto del mundo. Pero el que
no puede ver las posibilidades de ciertas vicisitudes transitorias o incluso
graves en la historia, o no entiende la aún considerable fuerza de los
reaccionarios aislacionistas, quienes odian ver la unidad, el progreso y la
liberación en su propio pueblo y otros pueblos y que no les gusta el nuevo
orden mundial dirigido conjuntamente por Gran Bretaña, Estados Unidos, la Unión
Soviética Unión, Francia y China, incurrirá en un error político. Sin embargo,
la tendencia general de la historia está fijada y no puede ser cambiada. El
mundo tiene un nuevo aspecto». (Mao Zedong; La lucha por una nueva China;
Informe en el VIIº Congreso del Partido Comunista de China, 24 de abril de
1945)
Debido a presiones como la
formación de la Kominform y la lucha contra el nacionalismo, la crítica al Plan
Marshall, las entrevistas y críticas de los soviéticos a los comunistas indios
sobre copiar el camino chino, hacen que los dirigentes chinos rectificasen
oficialmente sus tendencias proestadounidenses. China adquiere una adhesión
formal a la denuncia del browderismo y el titoismo, además oculta sus pasadas
posturas, declaraciones y obras en torno a estos temas. Se produce la
participación en la Guerra de Corea (1950-1053) sólo en el momento que los
estadounidenses se acercan a la frontera de China. - Anotación de Bitácora
(M-L)]
El primer período de
1949-1963 caracterizado por una lucha en alianza con la Unión Soviética contra
el imperialismo estadounidense; el segundo período de 1965-1970 de una lucha
sobre dos frentes: a la vez contra el imperialismo estadounidense y contra el
revisionismo jruschovista; y el tercer período 1971-1976 de aproximación al
imperialismo estadounidense, en nombre de la lucha contra el socialimperialismo
soviético.
Es durante el período
1965-1970 que China resueltamente escoge la lucha sobre ambos frentes,
aparentemente optando por la línea leninista según la cual no se puede combatir
el imperialismo sin combatir el revisionismo. El revisionismo que había que
combatir era más peligroso en esta situación pues estaba en el poder a la
cabeza de un país poderoso y había entrado en colusión con imperialismo
estadounidense.
Este período correcto
corresponde al de la Revolución
Cultural china donde Lin Piao cumplía las funciones de vicepresidente –desde
1966 a 1969–. Para comprender este período, es necesario volver un poco hacia
atrás.
Así que pasemos a continuación a un
pequeño resumen histórico que le permitirá al lector evaluar la política
económica y social en China desde 1953, lo que ayudará a entender los cambios
que se produjeron después.
En 1953 fue lanzado el Primer
Plan Quinquenal –que duró de 1953 a 1957– basado en el modelo soviético.
Sin embargo, Mao Zedong en su discurso: «Sobre diez grandes relaciones»
de abril de 1956 sacó provecho de la vía abierta por Nikita Jruschov en la
Unión Soviética para rechazar el modelo de industrialización soviética. Desató
entonces la campaña de las «cien flores» en 1957 que les permitían a los
intelectuales criticar el sistema –campaña a la cual debió rápidamente poner
fin debido a que las críticas se alzaban por todas partes–, y luego lanzó la
consigna del «gran salto adelante» en 1958. Este «gran salto adelante»
consistía en campañas de colectivización, siendo la base de colectivización la
comuna. En este arduo problema, Mao Zedong se mostró muy subjetivo y creyó
poder pasar directamente a la comuna sin pasar por el artel, todo esto además,
sin una industrialización que pudiera empujar a la agricultura. A partir de
esto vemos obviamente que Mao Zedong no tuvo en cuenta aquí la rica experiencia
soviética bajo Stalin en los años 30. Stalin ante todo proporcionó una base
industrial en el país mediante el aumento de la industria a mediados de los
años 20, luego surgió el Primer Plan Quinquenal de 1928 a 1932. Una vez
adquirida la base industrial se pudo permitir abastecer las máquinas necesarias
para las campañas de colectivización teniendo como base una técnica avanzada.
En 1934, la gran mayoría de los campesinos pobres y medios se habían reunido en
los koljoses teniendo como base la colectivización por artel, es decir los
principales medios de producción –estadio intermediario necesario antes de
contemplar la comuna, que necesitaba un nivel muy alto de desarrollo de las
fuerzas productivas– disponiendo la Unión Soviética desde entonces y gracias a
estas políticas la agricultura más avanzada del mundo. También debe tenerse en
cuenta que los revisionistas soviéticos tuvieron dificultades para desmantelar
los koljoses construidos bajo Stalin. En China, en cambio, la colectivización
no se hizo teniendo como base una técnica verdaderamente nueva, y las comunas
eran frágiles, porque estaban basadas en una técnica atrasada; no fueron
institucionalizadas por otra parte, lo que les permitió a los
ultrarevisionistas desmantelarlas muy rápidamente después de la muerte de Mao
Zedong. Para estudiar esto, recomendamos la obra de Han Dongping: «El gran
salto adelante, la revolución cultural y la reforma rural después de Mao Zedong:
las lecciones del desarrollo rural en la China contemporánea», del 2003.
El llamado «gran salto
adelante» resultó un tremendo fracaso lo que le dio el pretexto a la burguesía
occidental para lanzarse a una de sus acostumbradas campañas de difamación.
Este fracaso también afecto a
Mao Zedong que cayó en desgracia dentro de su partido, que si bien quedó a la
cabeza del Partido Comunista de China, debía dejar la dirección del Estado, lo
que le permitió a Liu Shao Chi y Deng Xiaoping tomar las riendas del país –las
desviaciones de derecha entonces, habían sido alimentadas por el fracaso de los
planes izquierdistas de Mao Zedong en estas cuestiones–. Liu Shao Chi y Deng
Xiaoping comprometieron «reformas» que ponían el énfasis en el desarrollo de la
industria ligera y ampliamente autorizaban el desarrollo del mercado privado,
reformas que efectivamente les hacían a los representantes de «la burguesía
infiltrada en el partido» y plenamente justificó la denominación posterior de
que eran los Jruschov's chinos como se decía durante la época de la «Revolución
Cultural» china.
A principios de 1966,
mientras que la situación internacional, particularmente la Unión Soviética se
degradaba y tomaba un giro cada vez más hostil, Mao Zedong comprendió el hecho
de que la burguesía en China estaba amarrando todo el poder y restaurando el
capitalismo, con la ayuda de la «Banda de los Cuatro», y particularmente de Lin
Piao, lanzó la «Revolución Cultural» bajo el lema «fuego en el cuartel general»
de la burguesía para poder así recuperar el poder de las manos de los
derechistas. La «Banda de los Cuatro» y Lin Piao pertenecía a la fracción de
«izquierda» del partido y ayudaron a Mao Zedong a que recupera la dirección del
Estado:
«A pesar de las contradicciones que habían surgido entre nosotros,
tuvimos en cuenta las situaciones difíciles que China estaba sufriendo y
sinceramente deseábamos ayudar al Partido Comunista de China para superarlas,
el Partido del Trabajo de Albania siguió apoyando decididamente a China, sobre
todo en cuestiones políticas y cuestiones ideológicas sobre las que teníamos
puntos de vista comunes. Nuestro partido apoyó la revolución cultural a
petición personal de Mao Zedong, quien declaró a nuestro partido que China se
enfrentaba a un peligro colosal, y que «No se sabía quién iba a ganar en China,
si las fuerzas socialistas o los revisionistas». (Partido del Trabajo de
Albania; Extractos de las actas de la conversación con la delegación del
partido y el gobierno albanés, mayo de 1966) El Partido del Trabajo de Albania
ayudó a China en un momento muy crítico, cuando estaba pasando por grandes
trastornos y estaba siendo salvajemente atacado por el frente unido
imperialista-revisionista. Apoyó la línea general de la revolución cultural
para la liquidación de los elementos capitalistas y revisionistas que habían
usurpado puestos clave en el partido y el poder del Estado a pesar de que no
estaban de acuerdo sobre muchas cuestiones de principio y los métodos que han
guiado a esta revolución y que fueron utilizados en ella. Mediante el apoyo a
la revolución cultural nuestro partido alimentó la esperanza de que se
encontraría el camino de la verdadera lucha revolucionaria, dirigida por la
clase obrera y su vanguardia, el partido comunista. El período de la gran revolución
cultural fue un período muy difícil para el socialismo en China, se creó una
situación complicada y caótica. Esta situación era el resultado lógico de la
lucha entre facciones sin principios que tuvo lugar dentro de las filas del
Partido Comunista de China durante la época de la lucha por la realización de
la revolución democrático-burguesa, y que hizo que después de 1949, la vía que
China había tomado para el desarrollo ulterior de la revolución fuera remota.
Las grandes ideas de la gran Revolución Socialista de Octubre y la ideología
marxista-leninista no se realizaron correctamente mediante el ejemplo de la
columna y la brújula del Partido Comunista de China en las condiciones
concretas de su país». (Carta del Comité Central del Partido del Trabajo de
Albania al Comité Central del Partido Comunista de China, 29 de julio de 1978)
[En la carta también se
explicaba las consecuencias que tuvo para China que su partido comunista jamás
llegara a aplicar marxismo-leninismo ni antes de la conquista del poder en 1949
ni tampoco después, y se instaba a todos los verdaderos marxista-leninistas a
estudiar las consecuencias reales de la política que había guiado al PCCh,
inclusive durante la llamada «Revolución Cultural» en China: - Anotación de
Bitácora (M-L)]
«Esto explica el hecho de que el núcleo marxista-leninista del
partido se deslizara a un eclecticismo peligroso, lo que dio lugar a un caos de
lucha desenfrenado por el poder entre facciones y personas que sostenían
diferentes puntos de vista no marxistas-leninistas, algo que dificultó
seriamente la colocación de las bases del socialismo en China. Este caos
político ideológico y organizativo en el Partido Comunista de China y el Estado
chino activaron a los elementos capitalistas y revisionistas para colocarse en
puestos clave en el partido, en el poder del Estado, y en el ejército. En estas
condiciones, la Revolución Cultural, inspirada y dirigida por Mao Zedong
personalmente, estalló. El Partido del Trabajo de Albania apoyó la estrategia
general de la Revolución Cultural. Pero queremos hacer hincapié en que nuestro
partido apoya la estrategia de la revolución pero no sus tácticas, defendió con
determinación la causa del socialismo en China, defendió al hermano pueblo
chino, al Partido Comunista de China y a su revolución, pero no defendió en
absoluto la lucha de los grupos fraccionalistas antimarxistas que se
enfrentaron y discutían entre sí, recurriendo incluso a las armas, abierta o
encubiertamente a fin de volver a tomar el poder del Estado. La Revolución
Cultural, a menudo tuvo el espíritu y las acciones de una lucha sin principios
que no fue dirigida por un verdadero partido de la clase obrera que debería
luchar por el establecimiento de la dictadura del proletariado. Así, en estos
enfrentamientos entre grupos fraccionalistas terminó con una China en la que se
estableció un poder del Estado dominado por los elementos burgueses y
revisionistas. Los dirigentes chinos presentes querían y quieren que el Partido
del Trabajo de Albania denuncie la Revolución Cultural de acuerdo con la
voluntad y los motivos de los líderes chinos. El Partido del Trabajo de Albania
nunca aceptará tal dictado. Junto con todos los revolucionarios del mundo se
espera que el Partido Comunista de China realice un verdadero análisis de la
Revolución Cultural para tener el valor de decir la verdad sobre las ideas que
han guiado y dirigido a los grupos y las fracciones en esta revolución y contra
aquellas otras que se han dirigido, y asumir por fin y de modo serio estas
cuestiones que son fundamentales. Hasta la fecha, la dirección del Partido
Comunista de China no ha hecho tal cosa, porque tiene miedo de los propios
hechos, acontecimientos y de una interpretación verdaderamente
marxista-leninista». (Carta del Comité Central del Partido del Trabajo de
Albania al Comité Central del Partido Comunista de China, 29 de julio de 1978)
Lin Piao, mariscal desde 1955,
participó activamente en la «Revolución Cultural» china y fue quién de hecho
reemplazó a Liu Shao Chi en 1969 en el puesto de vicepresidente del Estado.
Pero Lin Piao no se quedaría mucho tiempo en este puesto. En efecto, si Mao
Zedong había necesitado la ayuda de la fracción de «izquierda» para apartar a
los derechistas durante la «Revolución Cultural», los acontecimientos del
verano de 1968 en Checoslovaquia –consecutivos a las intrigas de la camarilla
titoista de Dubček, partidario del «socialismo con rostro humano»–, y más
particularmente todavía los enfrentamientos de 1969 a lo largo de la frontera
sino-soviética en Manchuria, van a hacer a Pekín reorientar su estrategia de
alianzas hacia una normalización de las relaciones con los Estados Unidos con
el fin de hacer contrapeso a «socialimperialismo soviético». Es aquí donde se
encuentra el fundamento de la «teoría de los tres mundos».
Pero para esto, el
vicepresidente Lin Piao, muy atado a los principios de la lucha sobre dos
frentes –tanto el imperialismo estadounidense como el revisionismo soviético–,
era un obstáculo. Su muerte anunciada en septiembre de 1971 vino a ajustar
todo. Según la versión china oficial, el avión de este «agente de los
soviéticos» se habría estrellado por falta de carburante mientras intentaba
huir hacia la Unión Soviética.
La «teoría de los tres
mundos» entonces fue aceptada dentro del Partido Comunista de China; tanto por
los derechistas –Hua Kuo-feng, Deng Xiaoping, Ye Jianying– como por la «Banda
de los Cuatro» con Chiang Ching a la cabeza. El Partido del Trabajo de Albania
hablaba así del inicio de su práctica:
«En el verano de 1971, Albania, considerado el más cercano aliado
de China, conoció de las agencias de noticias extranjeras el informe repartido
por todo el mundo de que Henry Kissinger había hecho una visita secreta a
Pekín. Las negociaciones marcaron un cambio radical en la política china, se
estaba de acuerdo con Kissinger. Como en otros casos, esta vez también, aunque
la cuestión era acerca de un giro político importante, un cambio en la línea
estratégica, el Partido Comunista y el gobierno de la República Popular de
China no consideraron necesario llevar a cabo conversaciones preliminares con
el Partido del Trabajo de Albania y el gobierno de Albania para ver cuál era su
opinión al respecto. El liderazgo chino pegado a la práctica de hechos
consumados, piensa que los demás deben obedecer sin decir palabra. Estaba claro
para nuestro partido que la visita de Richard Nixon a Pekín no fue una mejora
de las negociaciones que se estaban realizando hasta entonces en Varsovia entre
los embajadores chinos y estadounidenses, que se hacían supuestamente para
promover la «diplomacia popular» y para allanar el camino hacia el contacto con
el pueblo estadounidense, como los líderes chinos reivindicaban. La visita de
Nixon a Pekín fue para sentar las bases de una nueva política por parte de
China». (Carta del Comité Central del Partido del Trabajo de Albania al Comité
Central del Partido Comunista de China, 29 de julio de 1978)
[El Partido del Trabajo de Albania
no dudó sentenciar a donde condujo a China la primera visita de Richard Nixon:
- Anotación de Bitácora (M-L)]
«Con la visita de Richard Nixon, China se unió a la danza de las
alianzas y las rivalidades imperialistas por el reparto del mundo, donde China
también tendría su propia parte. Esta visita abrió el camino para su
acercamiento y colaboración con el imperialismo estadounidense y sus aliados.
Al mismo tiempo, la inauguración de la alianza con los Estados Unidos también
marcó la deserción por parte de las autoridades chinas de los países
socialistas, del movimiento marxista-leninista, la revolución, y la lucha de
liberación nacional de los pueblos. Esta alianza y la reunión en Pekín, entre
los líderes chinos y el presidente estadounidense Nixon, estaban teniendo lugar
en un momento en que los Estados Unidos estaba librando su guerra de rapiña
imperialista en el heroico Vietnam, cuando se estaba usando todo los medios de
guerra de nuestros días a excepción de la bomba atómica para matar a los hermanos
del pueblo vietnamita, queriendo reducir a Vietnam a cenizas. Esta alianza
monstruosa y los contactos entre China y los Estados Unidos son actos
condenables de consecuencias desastrosas para los pueblos. Por lo tanto, en
vista de este peligroso giro en la política exterior de China, el 6 de agosto
de 1971, el Comité Central del Partido del Trabajo de Albania envió una larga
carta al Comité Central del Partido Comunista de China acentuando sin doble
sentido que estaba contra este giro de China que era perjudicial para los
intereses chinos, para la revolución, y para el socialismo». (Carta del Comité
Central del Partido del Trabajo de Albania al Comité Central del Partido
Comunista de China, 29 de julio de 1978)
Y a continuación se citaba
estratos de tal carta del 6 de agosto de 1971:
«Consideramos como no correcta, no deseable, su decisión de
recibir a Nixon en Pekín, decisión que no aprobamos ni apoyamos. Nuestra
opinión es asimismo que la anunciada visita de Nixon a China no será entendida
ni aprobada por los pueblos, por los revolucionarios y los comunistas de los
diversos países. (...) El solo hecho de recibir en China a Nixon, conocido como
anticomunista feroz, como agresor y asesino de los pueblos, como representante
de la más negra reacción estadounidense, representa muchas desventajas y traerá
consigo bastantes consecuencias negativas al movimiento revolucionario y a
nuestra causa. La visita de Nixon a China y las conversaciones con él, no
pueden sino crear en la gente sencilla, en los pueblos, en los revolucionarios,
ilusiones dañinas respecto al imperialismo estadounidense, a su estrategia y su
política. (...) Las conversaciones con Nixon dan armas a los revisionistas para
devaluar toda la lucha y la gran polémica que ha llevado a cabo el Partido
Comunista de China por el desenmascaramiento de los renegados soviéticos como
aliados y colaboradores del imperialismo estadounidense, les dan armas para
poner el signo de igualdad entre la actitud de China frente al imperialismo
estadounidense y la línea traidora y de colaboración que siguen hacia el los
revisionistas soviéticos. Esto crea a los revisionistas jruschovistas la
posibilidad de agitar aún más su bandera de falso antiimperialismo,
intensificar la demagogia y los fraudes para atraerse a las fuerzas
antiimperialistas. (...) La visita del presidente americano a China no puede
sino suscitar interrogantes, incluso malentendidos entre la gente sencilla, en
la que pueden surgir dudas acerca de si China está cambiando de actitud frente
al imperialismo estadounidense y está entrando en el juego de las
superpotencias. (...) Nuestras opiniones y juicios sobre este problema, de gran
importancia para el presente y el futuro de la lucha contra el imperialismo
estadounidense, los basamos en la gran teoría y en la gran estrategia
marxista-leninistas. Esta estrategia que hace invencibles a los partidos
marxista-leninistas consiste en la lucha de principios, resuelta y sin
compromisos en dos frentes, tanto contra el imperialismo con el estadounidense
al frente, como contra el revisionismo moderno con el soviético a la cabeza, en
la lucha contra todos los reaccionarios, en el apoyo a la revolución y a la
lucha de liberación nacional de los pueblos, por el triunfo del socialismo y
del comunismo. Esta estrategia nuestra prevé estrechas alianzas con los
pueblos que luchan, con los revolucionarios de todo el mundo en un frente común
contra el imperialismo y el socialimperialismo y jamás alianzas con el
socialimperialismo soviético pretendidamente contra el imperialismo
estadounidense, jamás alianzas con el imperialismo estadounidense
pretendidamente contra el socialimperialismo soviético. La piedra de toque que
nos separa a nosotros, los marxista-leninistas, de los diversos antimarxistas
es la lucha de clases encarnizada, sin compromisos, diente por diente y hasta
el fin, en los dos frentes al mismo tiempo, contra el imperialismo
estadounidense y el socialimperialismo soviético». (Carta del Comité Central
del Partido del Trabajo de Albania al Comité Central del Partido Comunista de
China, 6 de agosto de 1971)
Tras citar esto, la carta de
1978 continuaba hablando sobre cómo se tomó la dirigencia china esta carta de
1971 del Partido del Trabajo de Albania:
«La carta expresó la esperanza que los comentarios hechos del
Partido de Trabajo de Albania hacía un partido hermano se recogían: «en un
espíritu de camaradería y entendimiento correcto». El mando chino adoptó su
actitud habitual también hacia esta carta. Esto significa que no se dignó a dar
una respuesta. Por ello al hacerlo, la megalomanía de gran Estado no solo nos
traicionó sino que también demostró el miedo a responder los argumentos
marxista-leninistas de nuestro partido. Es un hecho que dos meses después de
nuestra carta durante el VIº Congreso del Partido del Trabajo de Albania de
1971 nuestro partido mantuvo la misma posición. Esa fue una buena ocasión para
intercambiar puntos de vista con la delegación china invitada al congreso para
aclarar las respectivas posiciones. Pero en este caso también, los dirigentes
chinos consistieron en su camino de rechazar las consultas y la solución de los
desacuerdos a través de charlas, adoptaron una postura en contravención de
todas las prácticas y las relaciones entre los partidos hermanos
internacionalistas. Se inventaron excusas absurdas para su fracaso en cuanto a
enviar una delegación al congreso de nuestro partido. En la práctica, el
Partido Comunista de China ha reducido desde entonces los contactos con nuestro
partido, convirtiendo las relaciones entre los dos partidos en una relación
puramente formal. El cambio de estrategia de China ha surgido como resultado de
una lucha interna dentro de su partido comunista donde existían profundas
contradicciones, las «cien flores» florecieron y las «cien escuelas» se
propagaron hasta formar: projruschovistas, proestadounidenses, oportunistas y
revolucionarios en el liderazgo. Esto explica los sucesivos cambios en la línea
política del Partido Comunista de China, su oportunismo vacilante, y las
actitudes contradictorias hacia el imperialismo estadounidense, el revisionismo
contemporáneo, y la reacción internacional. El eje de la política china ha
cambiado tres veces en diez años de 1962 a 1972. En primer lugar, el Partido
Comunista de China acató la fórmula estratégica de un «frente unido con el
revisionismo soviético contra el imperialismo estadounidense y sus aliados».
Más tarde, el Partido Comunista de China se adelantó con el lema de un «frente
único muy amplio del proletariado y los pueblos revolucionarios de todos los
países contra el imperialismo estadounidense, el revisionismo soviético y la
reacción de los distintos países». Después de la visita de Nixon a China, la
estrategia china vuelve a hablar de un «frente amplio unido», pero esta vez
incluye a «todos aquellos que se puedan unir» y se quieran incorporar a él,
incluso a los Estados Unidos para ir contra el socialimperialismo soviético».
(Carta del Comité Central del Partido del Trabajo de Albania al Comité Central
del Partido Comunista de China, 29 de julio de 1978)
[Los medios de comunicación
internacional ya atestiguaron el distanciamiento de Albania de las tesis e
intenciones chinas:
«Muy en línea con su acostumbrada práctica de informar
selectivamente, Albania hasta ahora ha omitido reaccionar oficialmente ante el
sensacional anuncio de la planeada visita del presidente Nixon a China
Comunista. Aunque los medios albaneses, como norma, no entran en especulaciones
sobre el desarrollo mundial, la total ausencia de comentarios sobre la última
movida china bien puede ser vista como expresión del recelo de Tirana ante el
rápido ritmo de la normalización de las relaciones sino-estadounidenses. (...)
La primera indicación de lo que podría interpretarse como expresión del recelo
albanés acerca de los últimos acontecimientos en las relaciones
sino-estadounidenses, apareció en un editorial de Zëri i Popullit sobre el 17º
aniversario del acuerdo de Ginebra sobre Indochina. Fuera de su lenguaje
anti-norteamericano y anti-Nixon, que es habitual en la propaganda albanesa, el
artículo es notable por una variedad de razones. Su mensaje principal es que
«la naturaleza del imperialismo es inmutable», que el imperialismo
norteamericano es «agresivo» y «seguirá siendo agresivo». En cuanto a la
política de Nixon sobre Indochina, ZIP sostiene que el presidente
norteamericano ha «utilizado métodos más astutos y sofisticados que sus
predecesores», combinando la «conocida doble táctica de la fuerza bruta, la
presión y el chantaje con la maniobra política, la demagogia y el engaño». Esta
interesante formulación puede ser una pista de que algunos pueden haber caído
en la última táctica. (...) El editorial de ZIP puede ser la primera indicación
de la incomodidad albanesa, expresada en términos muy cautos, acerca de las
perspectivas de los acomodos sino-estadounidenses». (RFE, Tirana Uneasy Over
Sino-US Developments, 21 de julio de 1971) - Anotación de Bitácora (M-L)
Enver Hoxha registró toda una
serie de impresiones a inicios de los 70 sobre este viraje de la política
exterior china en cuanto al imperialismo estadounidense:
«Mientras la guerra proseguía, mientras los estadounidenses
bombardeaban Vietnam y toda Indochina y asesinaban su población, China
realizaba conversaciones secretas y arreglaba con los estadounidenses el viaje
de Nixon a Pekín, conversaciones en las que, como se vio, también discutieron
acerca de Vietnam. Estas vergonzosas transacciones antimarxistas, no camaraderiles,
se hacían sin el conocimiento de los vietnamitas, y con mucha más razón sin el
nuestro. Esto era escandaloso. Era una felonía de los chinos hacia los
vietnamitas, hacia su guerra, hacia nosotros, sus aliados, y hacia todos los
demás pueblos progresistas. Esto es indignante. Las conclusiones de las
conversaciones de Chou En-lai con Kissinger nos cayeron a los albaneses, los
vietnamitas y los coreanos, como una bomba, y esto por no hablar de los demás.
El Khan de Pakistán merecía estar al corriente antes que nosotros de «los
secretos de los dioses». ¡Qué desvergüenza por parte de los chinos!». (Enver
Hoxha; China, Vietnam, Corea y el viaje de Nixon a Pekín; Reflexiones
sobre China, Tomo I, 28 de julio de
1971)
¡China mostró aquí de nuevo
claramente sus diseños de gran Estado, diseños que no pueden tener su sitio
entre los marxistas-leninistas! Después de la visita de Richard Nixon, un gran
número de marxistas-leninistas occidentales superados por la situación confusa
frente al nuevo panorama chino –en el cual el sentimentalismo desempeñó un
papel muy negativo como en el momento de la traición de Jruschov–, hizo que se realizara propaganda en muchos
países a favor de las tesis de los revisionistas chinos. En Francia, fue
Jacques Jurquet quien se encargó de eso, llevando acusaciones de las más
infames contra el Partido del Trabajo de Albania en el momento en el que la
polémica se volvió abierta (6).
Ludo Martens, por su parte,
trató de justificar en 1991 el acercamiento sino-estadounidense:
«En julio de 1971, Enver Hoxha desencadena: «recibir al presidente
Nixon y tener una entrevista con él, no es justo y no será aceptado por los
pueblos, ni por los revolucionarios, ni por los auténticos comunistas». «Por
este acto político, los chinos desorientan el movimiento revolucionario mundial
y apagan el ardor revolucionario». Con tales posiciones, Enver Hoxha roza con
el trotskismo. Los comunistas siempre se pronunciaron por la coexistencia
pacífica con los Estados capitalistas. Y en los primeros años de la existencia
de Unión Soviética, Lenin negoció con los Nixon de la época. Después de la
revolución de octubre, Lenin aceptó negociar la paz con Alemania del emperador
Guillaume, en Brest-Litovsk. Sabemos que Trotski se opuso a estas
negociaciones. A comienzos de 1922, Lloyd George, el primer ministro de Gran
Bretaña, la mayor potencia imperialista de la época, convocó una conferencia
internacional para el enderezamiento de Europa, a la que fue invitada la Unión
Soviética. Lenin pidió inmediatamente que la Unión Soviética enviara allí a sus
representantes para defender el sistema socialista y dividir a sus enemigos.
Tras la conferencia de Génova, en abril de 1922, la Unión Soviética firmó el
tratado de Rapallo con la Alemania arruinada, asegurando así al Estado
soviético mejores condiciones políticas y económicas para la construcción
socialista. En 1935, Stalin firmó un acuerdo con Laval, el reaccionario francés,
contra el expansionismo del fascismo alemán. También en aquella ocasión, los
trotskistas chillaron acusándole de traición. En 1939, Stalin recibió a Von
Ribbentrop para firmar el Pacto germano-soviético que le dio al Estado
soviético un año y medio de respiro antes de la guerra. La reacción mundial y
el trotskismo se ensañaron contra este acuerdo». (Ludo Martens; De Tian'anmen a
Timișoara; luchas y debates dentro del PTB 1989-1991, 1991)
Pero Enver Hoxha, que fue muy
audaz, se adelantó a estas acusaciones futuras, pues ya había previsto este
género de «argumentos»:
«Mao Zedong debe abandonar cuanto antes esta vía. Este camino no
puede ser justificado, como hacen los propagandistas chinos, diciendo que
«también Lenin llevaba a cabo conversaciones con los mencheviques», que
«también Lenin entabló negociaciones con los alemanes en Brest». Mañana, estos
propagandistas dirán seguramente que «también Stalin firmó el tratado de no
agresión con Hitler». Estos «argumentos» han sido utilizados de continuo por la
burguesía, pero se ha estrellado contra ellos, porque ni Lenin, ni Stalin jamás
incurrían en errores de principio, jamás violaban los principios. Sus acciones
han sido claras y su justeza ha sido plenamente esclarecida por el tiempo y la
teoría infalible, que es el marxismo- leninismo». (Enver Hoxha; China, Vietnam,
Corea y el viaje de Nixon a Pekín; Reflexiones
sobre China, Tomo I, 28 de julio de
1971)
Ludo Martens también subraya
el hecho de que Enver Hoxha «criticando las desviaciones oportunistas del
Partido Comunista de China se acaba perdiendo en una palabrería izquierdista
muy peligrosa». Recordamos en primer lugar que el propio Lenin no se anduvo con
rodeos contra los revisionistas. Pero, de nuevo vamos a dejar hablar a los
acusados. También el propio Enver Hoxha se adelantó de nuevo a estas
acusaciones sobre el lenguaje utilizado, así lo argumentaba:
«Sucesivamente he ido escribiendo en mis notas acerca de numerosas
cuestiones, tratando algunas de ellas de forma severa. Juzgándolas desde la
óptica marxista-leninista, a la luz de la experiencia teórica y práctica, y de
la organización leninista de nuestro partido, he señalado que muchos aspectos
políticos, ideológicos y organizativos del Partido Comunista de China, de Mao
Zedong, del Comité Central del Partido Comunista de China, de la revolución
china y de los diversos golpes contra los desviacionistas, no me parecen muy
claros, e incluso muchas veces he utilizado términos duros para definirlos. Si
lo he hecho así, es porque mi conciencia de comunista, la experiencia del
partido y el estudio de las obras de los clásicos del marxismo-leninismo, no me
permitían suavizar los términos ante muchas situaciones confusas y equívocas.
Es más, frecuentemente, al ver y leer todo lo que se hacía a costa del
marxismo-leninismo, en perjuicio de la causa del proletariado, es posible que
en varias ocasiones haya expresado mi indignación, en este diario, quizás, con
más vehemencia de la debida». (Enver Hoxha; Maniobras revisionistas, estructura
antimarxista; Reflexiones
sobre China, Tomo II, 8 de septiembre de
1977)
Así mismo comentaba:
«Me he esforzado por ser objetivo y justo en mis análisis,
independientemente de los términos muy crudos que haya podido utilizar en
algunas ocasiones. Pero pienso que es necesario llamar a las cosas por su
nombre». (Enver Hoxha; Los chinos no hacen propaganda de la justa línea de
nuestro partido; Reflexiones
sobre China, Tomo II, 22 de enero de
1976)
Algunos marxistas-leninistas
invocaron como «argumento» que probaba la no traición de China el hecho de que
habiendo ayudado a Vietnam no se podía haberlo traicionarlo. El semanario
prochino «Frente Rojo» de febrero de 1972 titulaba así: «Nixon en Pekín; Nixon
de rodillas»:
«Nixon está en Pekín, desde hace años el imperialismo
estadounidense redobló esfuerzos para matar a la China roja en vano. Acosado
por los pueblos de Indochina, minando a los mismos Estados Unidos por las
luchas contra la guerra de Vietnam y sus consecuencias, hundido en la crisis
mundial monetaria y económica, el imperialismo estadounidense conoce el gusto
de la derrota. Es en estas condiciones en que Nixon mendiga el permiso de venir
a Pekín; pero no han renunciado a aniquilar la China roja, pero sin duda
esperan encontrar en Pekín una solución momentánea a sus dificultades en Asia
del Sur y a la vez un prestigio electoral para las elecciones próximas. Si
quiere venir, que venga, tal es la actitud del gobierno chino, pero no se hace
ninguna ilusión sobre los resultados del viaje. Pero ver a Nixon de rodillas
delante de su viejo enemigo, la China roja, ya es una gran victoria». (...) En
cuanto al diputado «comunista» Odru, repite lo que dice el Partido «Comunista»
Francés (P«C»F), para él toda la política China se dicta por el antisovietismo:
Mao Zedong se aliaría con Nixon contra la Unión Soviética porque Odru quiere
hacer olvidar al millón de soldados soviéticos en la frontera China «¿cómo los
200 millones de pobres soviéticos, declara a InterFrance, se atreverían a
atacar a los 800 millones de chinos? (...) En realidad ni la burguesía ni los
revisionistas ayudarán a comprender la política exterior de China socialista.
Tomando el ejemplo de la política soviética, quieren obligar a imaginar que la
política exterior de un país socialista es dictada por sus intereses de gran
potencia. Es sin embargo una muy diferente la política de China como bastión
del socialismo. El objetivo de China es el mismo que el de todos los pueblos
que luchan contra el imperialismo y socialimperialismo: China es simplemente un
elemento de este frente vasto y mundial. En este frente cada uno ocupa su
sitio. Las primeras líneas, los que directamente luchan con las armas en la
mano como los pueblos de Indochina contra el imperialismo estadounidense.
Otras, como la Albania socialista, deben rechazar todas las maniobras y
finalidades agresivas del socialimperialismo. Tenemos nuestro sitio en este
frente: matar nuestro propio imperialismo sacando provecho de grietas creadas
en el campo imperialista. En este frente la China roja del socialismo tiene un
papel importante. (...) Simplemente, su potencia, su experiencia política, su
peso diplomático le da un papel importante. Primero en ayudar de todos los
modos posibles a los que están en primeras líneas. Los obreros chinos fabrican
armas que serán entregadas gratuitamente a los combatientes de Indochina, de
Palestina, de Dhofar, de Paquistán –contra la India y el socialimperialismo–.
Los obreros chinos ponen su producción y su experiencia al servicio de las
naciones en zona de tempestades que procuran preservar su independencia contra
el imperialismo: ayuda médica en Argelia, el ferrocarril Tanzania-Zambia, –el
material es surtido gratuitamente, así como un préstamo de 2,3 mil millones de
NF, sin intereses, reembolsable en 30 años–. (...) Pues lejos de ver sus
asuntos arreglarse como quieren hacer creer los revisionistas, la postura de
Nixon es probable que acabe de una manera mucho peor a su salida de Pekín».
(Frente Rojo; nº14, febrero de 1972)
Pudimos ver que a los
imperialistas estadounidense lejos de acabar «en una mala postura» fue China la
que se arrodilló aceptando la llegada de Nixon sin que fuera reconocida y
poniendo a un lado la cuestión de Taiwán, o sino el hecho de que Estados Unidos
retiró sus tropas de Vietnam sólo en enero de 1973, después de que hubieran sufrido
grandes pérdidas consecutivas tras la ofensiva norvietnamita de marzo de 1972
cuando los norvietnamitas fueron equipados con carros soviéticos, y después de
que hubieran bombardeado Hanói masivamente el día de navidad. Las tropas de
Nixon se quedaron pálidas frente a la resistencia encarnizada del Ejército
Popular de Liberación y entre enero de 1973 y marzo de 1975, a pesar de su
«retirada», ampliamente continuaron ayudando a la reacción
meridional-vietnamita abasteciéndole de cantidad de armamentos. La guerra de
Vietnam se acabó sólo después de la victoria del Ejército Popular Vietnamita en
Saigón en abril de 1975, no gracias a las «negociaciones» empezadas por los
chinos, sino por la sangre vietnamita vertida en su justa lucha después de
haber atropellado al gobierno fantoche del sur. Es de un gran cinismo negar la
realidad innegable sobre el hecho de que China ayudaba a Vietnam, pero en una
medida mucho menos importante, ya que la Unión Soviética revisionista había
contribuido para los vietnamitas en 9 de cada 10 de los abastecimientos de las
armas, lo que no les impedía tampoco por otra parte tratar de resolver la
guerra de Vietnam amablemente con los imperialistas estadounidenses a la
espalda del pueblo vietnamita. Las relaciones entre la Unión Soviética y China
eran tensas debido a que los chinos temían ver a los soviéticos acercarse más
todavía a los vietnamitas, temían que estos lograran influir en los vietnamitas
con actitud centrista frente al revisionismo soviético.
Es instructivo aquí leer la
opinión del líder chino Ye Jianying (7):
«¿La causa justa de los vietnamitas acabará por lograr la
victoria, pero quién nos dice que esta victoria no será puesta en el servicio
de Hanói y de las intenciones de constituir una federación indochina colocada
bajo su tutela del cínico apoyo de la Unión Soviética?». (Ye Jianying a Ji
Pengfei; Textos escogidos por Ye Jianying, el 24 de abril de 1967)
Los análisis de Enver Hoxha
fueron plenamente confirmados por la historia.
[«La cuestión de la visita de Nixon a Pekín era un acontecimiento de
notoriedad pública y todos debían, en aquella época, tomar posición al
respecto, como hizo nuestro partido. El viaje de Nixon a China vino a confirmar
aún más nuestra impresión que el Partido Comunista de China se deslizaba hacia
la charca del oportunismo, hacia la charca de la colaboración con el
imperialismo estadounidense». (Enver Hoxha; El eco de nuestro artículo; «La
teoría y la práctica de la revolución»; Reflexiones
sobre China, Tomo II, 3 de agosto de
1977) -
Anotación de Bitácora (M-L)]
La visita de Nixon inauguró
la aproximación sino-estadounidense, tanto en el fin de hacerles contrapeso a
los soviéticos, como con el fin de obtener créditos (8).
Los archivos estadounidenses
vienen a confirmar esta tesis, he aquí un extracto de los archivos
estadounidenses que transcribe un encuentro entre Mao Zedong y Henry Kissinger
que data de febrero de 1973, en el momento de la quinta visita de Henry
Kissinger a China:
«Presidente Mao: «Si los rusos van a atacar China, puedo decirle
hoy que nuestro modo de conducir una guerra será la guerra de guerrillas. Les
dejaremos ir a cualquier parte donde ellos quieran. Ellos quieren venir a los
afluentes del río Amarillo. Eso sería bueno, muy bueno (Risas). Y si van más
allá de los afluentes del río Yangtsé, que no estaría mal tampoco».
Dr. Kissinger: «¿Pero si ellos usan bombas y no envían ejércitos?
(Risas)».
Presidente Mao: «¿Y qué deberíamos hacer nosotros? Quizás usted
puede organizar un comité para estudiar el problema. Dejemos que ellos golpeen
primero, perderán muchos recursos. Ellos dicen que son socialistas. También
somos socialistas y eso será atacar a los socialistas».
Dr. Kissinger: «Si atacan a China, sin duda se opondrán ellos
mismos a sus propias razones».
Presidente Mao: «Pero tu gente no se despierta, y en Europa se
podría pensar que sería bueno que el agua fluyera hacia los malvados chinos».
Dr. Kissinger: «Lo que Europa piensa no soy capaz de juzgar. Ellos
no pueden hacer nada de todos modos. Son básicamente irrelevantes. Lo que
pienso es que si la Unión Soviética ataca China, esto dislocará la seguridad de
todos los demás países y conducirá a nuestro propio aislamiento».
Presidente Mao: «¿Cómo sucederá eso? ¿Cómo sería eso? (Risas)
Porque ya que estáis empantanados en Vietnam con tantas dificultades, ¿crees
que se sentirían bien si estuvieran empantanados en China?».
Dr. Kissinger: «¿La Unión Soviética?»
Señorita Tang: «Sí, la Unión Soviética».
Presidente Mao: «Usted puede dejarles atascados en China, durante
medio año, o uno, o dos, o tres, o cuatro años. Y luego usted puede empujar su
dedo en la parte soviética posterior. Y su lema entonces será para la paz, es
que usted debe rebajar el socialimperialismo por la paz. Y quizás usted puede
comenzar a ayudarles haciendo negocio, diciéndoles que ustedes necesitáis
nuestra ayuda contra China».
Dr. Kissinger: «Señor Presidente, es realmente importante que
nosotros entendamos el uno al otro motivos. Nunca a sabiendas cooperaremos en
un ataque contra China».
Presidente Mao: No, eso no es así. Su objetivo al hacer esto sería
rebajar a la Unión Soviética».
Dr. Kissinger: «Eso es una cosa muy peligrosa».
Presidente Mao: «El objetivo de la Unión Soviética es ocupar
Europa y Asia, los dos continentes».
Dr. Kissinger: «Queremos desalentar un ataque soviético, no
derrotarlo. Queremos evitarlo». (Conversación entre Mao Zedong y Henry
Kissinger, 17-18 de febrero de 1973)
En esta entrevista Mao Zedong
quiere asegurarse el apoyo de Henry Kissinger si la Unión Soviética buscaba un
ataque sobre China. Mao Zedong no deja de advertir a Henry Kissinger sobre el
hecho que la Unión Soviética tiene por objetivo ocupar toda Europa y Asia.
Hay que padecer una gran
ceguera política para no ver aquí los fundamentos de la «teoría de los tres
mundos».
Después de esta visita de
Richard Nixon, otras numerosas delegaciones estadounidenses de deportistas, de
banqueros, etc. fueron a China.
[¿Se acordarán o conocerán los
maoístas del recibimiento de Rockefeller en China?:
«¡Se dice que Kissinger irá a Pekín en otoño, que Chou En-lai
viajará a los Estados Unidos de América y que Nixon volverá a China en el año
1974. Mientras tanto desde Pekín, Hsinhua informa que Rockefeller, el famoso
banquero estadounidense, se encuentra en China, que ha tenido conversaciones y
que se han organizado banquetes en su honor; a la vez, Chiang Ching se ocupa de
los nadadores y demás deportistas estadounidenses, por medio de los cuales ha
enviado un saludo a Nixon y su mujer. ¡¡¿Qué camino han tomado?!!». (Enver
Hoxha; El banquero Rockefeller es recibido en China con banquetes; Reflexiones
sobre China, Tomo II, 26 de
junio de 1973) - Anotación de Bitácora (M-L)]
Y desde 1973, Chou En-lai y
Mao Zedong bajaron de tono la polémica contra el imperialismo y el
revisionismo, lo que les llevó de nuevo a abrazarse con Tito, Ceaușescu, y a
conceder su apoyo a Pinochet, Franco, Mobutu, y demás reaccionarios
proestadounidenses:
«Durante la primera quincena de enero han visitado oficial-mente
China, entre otras, una delegación del gobierno italiano, presidida por el
ministro de Asuntos Exteriores, Medici, y una delegación congoleña –del Zaire–,
encabezada por el presidente de esta república africana, general Mobutu. Estas
dos delegaciones han sido recibidas por Chou En-lai, el cual, como es natural,
ha conversado con ellas sobre cuestiones políticas y otra serie de problemas,
ha hecho declaraciones y ha formulado algunas de sus concepciones políticas e
ideológicas, que a mi entender tienen una importancia especial dado su carácter
«específico». Esto es lo que me empuja a escribir estas notas. Con el italiano
Medici, Chou En-lai tuvo un encuentro en el cual intercambiaron sus puntos de
vista. La prensa china, aparte de anunciar esta «cordial» entrevista, no dio la
más mínima información; en cambio la prensa, la radio y la televisión
italianas, no sólo hicieron un amplio eco a la visita de Medici y a sus
conversaciones con Chou En-lai, sino que sobre todo pusieron de relieve la
siguiente declaración de este último: China aprueba el Mercado Común Europeo,
aprueba y considera justa la creación de una «Europa Unida», que han comenzado
a edificar los Estados de Europa Occidental. En el banquete oficial que Chou
En-lai ofreció en honor de Mobutu, sin ningún tipo de ambages afirmó, entre
otras cosas, que «China, a pesar de las diferencias que existen entre su forma
de régimen y el del Zaire, pertenece, naturalmente al igual que el Zaire, al tercer
mundo». Ello es posible, pero puesto que la propia China no ha hecho ningún
desmentido oficial, hay que considerar que estas declaraciones han sido
hechas». (Enver Hoxha; Alunas declaraciones antimarxistas de Chou En-lai; Reflexiones
sobre China, Tomo II, 15 de enero de
1973)
[Enver Hoxha opinaba así de
los encuentros de los revisionistas chinos con estos elementos reaccionarios y
las declaraciones que esgrimían: - Anotación de Bitácora (M-L)]
«La declaración de Chou en el banquete ofrecido en honor de Mobutu
es abiertamente antimarxista. Colocó a China en el «tercer mundo». Esto
significa negar el socialismo, ocultar a los ojos del mundo la verdadera
personalidad de China y el carácter de su régimen económico-social. Este es un
punto de vista oportunista y antimarxista. Es sabido que fueron Tito y sus
compañeros, Sukamo, Nehru y Nasser, los que lanzaron la idea sobre el «tercer
mundo» de los países supuestamente no alineados, pero se trataba de burgueses
capitalistas; ellos mismos, sus Estados y sus partidos estaban y están ligados
a los imperialistas y a los socialimperialistas. Es cierto que los países
socialistas deben crear lazos con muchos de estos Estados burgueses que los
chinos incluyen en el llamado tercer mundo, ayudarles en su lucha contra el
imperialismo, porque tienen profundas contradicciones con el, pero no hay que
diluir la personalidad de la política de nuestro régimen socialista, disimular
el hecho de que somos países socialistas, de que nuestros partidos son partidos
marxista-leninistas, etc». (Enver Hoxha; Alunas declaraciones antimarxistas de
Chou En-lai; Reflexiones
sobre China, Tomo II, 15 de enero de
1973)
[En cuanto a que significaba
enrolar a un país dentro del llamado del tercer mundo, sentenciaba: - Anotación
de Bitácora (M-L)]
«Declarar que estás en el «tercer mundo», significa: o hacer
demagogia esforzándote por engañar a los otros, o en realidad no ser un país
socialista, de la misma forma que no lo es la Yugoslavia titoista, y ser en
cambio un país completamente burgués capitalista. Con tal declaración se le
dice al mundo: «Dejemos que los revisionistas enarbolen la bandera de los
«países socialistas», del «campo socialista», de la «comunidad socialista»,
nosotros estamos en el «tercer mundo». No, esta tesis es antimarxista. Los
albaneses no estamos de acuerdo. Albania socialista es y será socialista aunque
se quede sola. Continuaremos siendo un país socialista, aunque nos quedemos
como una pequeña isla en medio del mapa mundial, lucharemos con fe según
nuestra ideología marxista-leninista, con fe en la revolución, en el
proletariado mundial y en los pueblos, hasta que triunfe el socialismo y el
comunismo en todo el mundo. Los marxista-leninistas debemos saber distinguir
cuando se hacen en un país transformaciones políticas esenciales verdaderamente
democráticas y cuando se hacen transformaciones que no tienen este carácter.
Debemos apoyar las primeras y no las segundas, e incluso combatir los cambios
políticos reaccionarios. Las transformaciones políticas de carácter democrático
y progresista ayudan a la revolución socialista. Por lo tanto nosotros, países
socialistas, no podemos ni debemos aislarnos y abstenernos de ayudar a los
países y a los Estados del llamado tercer mundo, cuando éstos llevan a cabo
transformaciones y reformas políticas democráticas, cuando están en conflicto y
en lucha con los imperialistas, los socialimperialistas y otros enemigos de los
pueblos. Pero a nosotros, países socialistas, no nos está permitido
confundirnos con ellos. Los países socialistas como Albania y China debemos
estar constantemente en pie para luchar contra el mundo capitalista y
socialimperialista. Nuestra tarea consiste en arrastrar al camino justo a las
clases oprimidas de los otros países, por medio de nuestro ejemplo y de nuestra
lucha militante, conjugando nuestros esfuerzos para que se lancen a la
revolución contra los regímenes opresores y esclavizadores capitalistas. Cada
vez estamos más convencidos de que
China no actúa así. Entre muchos otros, esto aparece claro en los dos casos que
he evocado aquí. El general Mobutu y su camarilla son vivos reaccionarios, son
los asesinos de Lumumba y de otras personas progresistas de su país. China recibió al representante de esta antidemocrática camarilla
africana en medio de grandes honores y, para darle placer, Chou En-lai declaró
que «China forma parte del tercer mundo». En pocas palabras, China le dice al
pueblo congoleño que «yo soy amiga de Mobutu, yo sostengo a Mobutu, porque es
un demócrata, un progresista», etc., y le importa muy poco si Mobutu oprime al
pueblo y al proletariado, le importa muy poco que en Pekín declarase en pleno
banquete delante de Chou: «Nosotros, los congoleños, somos como somos,
seguiremos siendo así y no queremos otras ideologías», etc., etc. ¡Bonita
perspectiva tiene el socialismo en el Congo, en caso de que apoyemos al señor
Mobutu!». (Enver Hoxha; Alunas declaraciones antimarxistas de Chou En-lai; Reflexiones
sobre China, Tomo II, 15 de enero de
1973)
[Otro ejemplo de las
políticas chinas que los albaneses no podían tolerar respecto al imperialismo
estadounidense: - Anotación de Bitácora (M-L)]
«¡Se dice que Kissinger irá a Pekín en otoño, que Chou En-lai
viajará a los Estados Unidos de América y que Nixon volverá a China en el año
1974. Mientras tanto desde Pekín, Hsinhua informa que Rockefeller, el famoso
banquero estadounidense, se encuentra en China, que ha tenido conversaciones y
que se han organizado banquetes en su honor; a la vez, Chiang Ching se ocupa de
los nadadores y demás deportistas estadounidenses, por medio de los cuales ha enviado
un saludo a Nixon y su mujer. ¡¡¿Qué camino han tomado?!!». (Enver Hoxha; El
banquero Rockefeller es recibido en China con banquetes; Reflexiones
sobre China, Tomo II, 27 de junio de
1973)
[Más de lo mismo, esta vez
reanudando los contactos con los gobiernos o partidos políticos
proestadounidenses: - Anotación de Bitácora (M-L)]
«China está dispuesta a sentarse a la mesa de las conversaciones e
incluso a pactar en muchas cuestiones con los países revisionistas, así como
con los partidos revisionistas que hasta ayer apoyaban a la Unión Soviética y
que hoy la critican. Esto que estoy diciendo no es una suposición, sino una
realidad. Los chinos han recibido en Pekín al español Carrillo, se han
entrevistado con él y se han despedido como amigos. ¿Y por qué no? ¿Por qué no
se ha publicado un comunicado que pruebe lo contrario? Los chinos han
establecido relaciones diplomáticas con la España de Franco y, en cambio, hacen
caso omiso del Partido Comunista de España (marxista-leninista), cuyos miembros
son asesinados por los falangistas. ¿Por qué? Porque los comunistas
marxista-leninistas de España no piensan de la misma manera que el francés
Jurquet, que es seguidor de las ideas de Mao Zedong y llama a sus seguidores a
sostener el ejército de la burguesía francesa. China habla bien de cualquier
país revisionista, basta que éste se aproxime al imperialismo estadounidense.
Por lo que concierne a Polonia, que está entrando en la esfera del capitalismo
estadounidense, e incluso a la Bulgaria de Todor Zhivkov, sin hablar de Rumanía
y Yugoslavia, las actitudes de China son vacilantes. Rumanía es la amiga más
cara de los chinos». (Enver Hoxha; En China no se pronuncia una sola palabra
sobre los héroes españoles; Reflexiones
sobre China, Tomo II, 30 de septiembre
de 1975)
Así es como nació la «teoría
de los tres mundos», pretendiendo hacer contrapeso a los soviéticos, esto fue
claramente puesto en práctica por Mao Zedong desde el principio de los años 70,
pero fue puesta en práctica mucho antes de ser teorizada. Luego fue propagada
más ampliamente por Deng Xiaoping; el «Jruschov chino n°2» como se le denominó
durante la «Revolución Cultural», que reaparecía sobre la escena política china
después de una autocrítica milagrosa en abril de 1973. Inexplicablemente
aparecería del ostracismo como vice primer ministro.
[Es preciso apuntar sobre la
teoría de los tres mundos su origen: en los años 40 los revisionistas chinos ya
habían dividido el mundo en tres en varias de sus publicaciones, dividiendo el
mundo en los Estados Unidos, la Unión Soviética y una extensa zona de países
–como en la entrevista de Mao Zedong con Anna Louise Strong de 1946–. Revisemos
pues los puntos decisivos que muestran ese tercermundismo y demuestran que Mao
es el autor de dicha teoría:
1) Los revisionistas chinos
sostenían la teoría menchevique de las fuerzas productivas:
«Reconocer que el modo capitalista de producción es el método más
progresista en la China actual, y que la burguesía, sobre todo la pequeña
burguesía, representa los elementos sociales y la fuerza política
comparativamente más progresistas en la China actual. (...) Así, la política
del partido no es el debilitamiento del capitalismo y la burguesía, o el
debilitamiento del campesino rico y sus fuerzas productivas, sino el
fortalecimiento de la producción capitalista». (Partido Comunista de China;
Decisión del Comité Central sobre las políticas de las tierras en las bases de
apoyo antijaponesas, 28 de enero de 1942)
2) Los dirigentes chinos
también albergaban grandes esperanzas en contraer una alianza
político-económica con Estados Unidos teniendo gran confianza en sus créditos y
su tecnología para industrializarse y modernizarse:
«Los radicales desean una alianza con la Unión Soviética (...)
mientras los liberales califican la política internacional soviética de
«demente». Chou cree que la URSS se está arriesgando a una guerra que no se
puede luchar con éxito y que unas buenas relaciones de trabajo China-Estados
Unidos hubiesen tenido un efecto suavizante en la actitud del partido hacia los
países occidentales. (...) Chou En-lai siente que los Estados Unidos deben
ayudar a China porque: 1) China aún no es comunista y si las políticas de Mao
Zedong se implementan correctamente, quizás no lo sea por un largo tiempo; 2)
la china democrática puede servir en la esfera internacional como mediador
entre las potencias occidentales y la URSS; 3) el caos en China bajo cualquier
régimen sería una amenaza para la paz de Asía y el mundo». (Edmund Clubb; El Cónsul
General en Pekín (Clubb) a la Secretaria de Estado, emitido el 1 de junio de
1949, recibido el 2 de junio de 1949)
3) China con Chou En-lai como
representante funda el Movimiento de los Países No Alineados en la Conferencia
de Bandung de 1955:
«En abril de 1955 se reunieron en Bandung, Indonesia, la
Conferencia de solidaridad afroasiática que reagrupaba en un inicio a los jefes
de Gobierno de 29 países asiáticos y africanos: Nehru, Chou En-lai, Nasser,
Sukarno y Tito, cogiéndose de la mano, pusieron las bases del «no
alineamiento». China, India, Pakistán, Indonesia y Argelia formaban parte de
los pilares fuertes de esta conferencia que prefiguraba las ideas
tercermundistas que los revisionistas chinos abiertamente desarrollarían en los
años 70, ya cuando se ilustraron las ambiciones de los pseudocomunistas chinos
que procuraban desempeñar un papel de primer plano en el seno de los «no
alineados» que representaban una buena parte del «segundo mundo». La Albania
socialista se negó evidentemente a participar en esta conferencia. Jamás cesó
de denunciar el no alineamiento y las teorías tercermundistas
revisionistas-burguesas y otras teorías reaccionarias al servicio del sistema
imperialista. (...) El no alineamiento fijaba oficialmente el objetivo de la
búsqueda de una «tercera vía» que consistía en un tipo de «régimen
intermedio», sería distinto del «capitalismo puro y duro» y de los países
socialistas. Era una vía tomada prestada de la «nueva democracia» de China».
(Vincent Gouysse; Imperialismo y antiimperialismo, 2007)
4) Más tarde Mao Zedong
anunciaría la teoría de las zonas intermedias:
«Todas las naciones de Asia, África y América Latina se están
rebelando contra el imperialismo; también Europa, Canadá y otros países se
están rebelando contra el imperialismo. Incluso los imperialistas se están
rebelando contra los imperialistas. ¿No es eso lo que está haciendo De Gaulle?
En la actualidad, existen dos zonas intermedias en el mundo. Asia, África y
América Latina constituyen la primera zona intermedia. Europa, América del
Norte y Oceanía constituyen la segunda. El capital monopolista japonés
pertenece a la segunda zona intermedia, pero también está descontento con
Estados Unidos, y algunos de sus representantes se están rebelando abiertamente
contra Estados Unidos. Y aunque ahora el capital monopolista japonés depende de
Estados Unidos, llegará el momento en que se sacudirá del yugo estadounidense.
(...) Obviamente, esto, de ninguna manera, significa que estoy a favor de la
repetición de una agresión del imperialismo japonés. Sin embargo, no creo que
el capital monopolista japonés permita que Estados Unidos lo tenga agarrado por
el cuello para siempre. ¿No sería mejor para Japón ser completamente
independiente, establecer relaciones y entrar en cooperación con las fuerzas
que luchan por la independencia nacional en Asia?». (Mao Zedong; Entrevista con
los socialistas japoneses, 8 de agosto de 1964)
5) Las teorías revisionistas
del maoísmo en la economía que condujeron a sendos fracasos tanto durante el
Gran Salto Adelante –con los datos negativos en agricultura y producciones de
mala calidad y inservibles en la industria– y los mismos en la Revolución
Cultural –con datos negativos en la industria pesada en el Tercer Plan
Quinquenal– impidieron industrializarse correctamente a China, estas teorías
revisionistas y estos datos económicos quedarían reflejados en el Manual de Economía
de Shanghái de 1974. Sumando eso a otros hechos político-económicos como los
conflictos con los revisionistas soviéticos por reivindicaciones territoriales
y choques fronterizos –derivando en su ruptura de relaciones económicas y la
ayuda tecnológica–, Mao Zedong decidió virar de nuevo hacia los Estados Unidos
para lograr la modernización e industrialización incompleta de China, para ello
empezó las conversaciones secretas de Varsovia con los estadounidenses en 1969,
recibió a Kissinger en 1971, y finalmente Nixon en 1972 con el cual firmó el
Comunicado de Shanghái en 1972 en el cual los revisionistas chinos firmaron la
siguiente declaración ultrajante:
«La paz en Asia y la paz en el mundo requieren de esfuerzos de
ambos para reducir inmediatamente las tensiones y eliminar las causas básicas
de los conflictos. Los Estados Unidos trabajaran para lograr una paz justa y
segura: justa, porque cumple con las aspiraciones de los pueblos y naciones
para la libertad y el progreso; segura, ya que elimina el peligro de una
agresión extranjera. Los Estados Unidos apoyan la libertad individual y el
progreso social para todos los pueblos del mundo, libre de la presión o
intervención exterior. (...) Los Estados Unidos pusieron de relieve que los
pueblos de Indochina se les debería permitir determinar su destino sin
intervención externa, y su principal objetivo constante ha sido una solución
negociada, la propuesta de ocho puntos presentada por la República de Vietnam y
los Estados Unidos el 27 de enero 1972 representa una base para la consecución
de ese objetivo, en la ausencia de una solución negociada de los Estados Unidos
prevé la retirada final de todas las fuerzas estadounidenses de la región en
consonancia con el objetivo de la libre determinación de todos los países de
Indochina. (...) Los Estados Unidos apoya el derecho de los pueblos de Asia del
Sur para dar forma a su propio futuro en paz, libre de la amenaza militar, y
sin que su propia área se convierta en objeto de la rivalidad entre grandes
potencias». (Comunicado conjunto de la República Popular de China y los Estados
Unidos, Shanghái, 27 de febrero de 1972)
Después, en privado, Mao
Zedong empezaría a revelar a sus aliados la teoría de los tres mundos a la que
había acabado de dar forma para sus nuevos intereses:
«Mao Zedong: «¿Quien pertenece al primer mundo?»
Kaunda: «Creo que debe ser el mundo de los explotadores e
imperialistas».
Mao Zedong: «¿Y el segundo mundo?»
Kaunda: «Los que se hicieron revisionistas».
Mao Zedong: «A mi juicio, los Estados Unidos y la Unión Soviética
constituyen el primer mundo; fuerzas intermedias como Japón, Europa, Australia
y Canadá, integran el segundo mundo; y nosotros formamos parte del tercer
mundo».
Kaunda: «Estoy de acuerdo con su análisis, señor Presidente».
(...)
Mao Zedong: «Toda Asia, excepto Japón, pertenece al tercer mundo;
África entera pertenece también a éste, e igualmente América Latina». (Mao
Zedong; Extractos de la entrevista de Mao Zedong con el presidente de Zambia,
Kenneth Kaunda, realizada en Beijing, el 22 de febrero de 1974)
Es más, designaría
personalmente a Deng Xiaoping para presentarla al mundo:
«La elección de Deng Xiaoping es mi idea, lo mejor es que tú no te
opongas». (Mao Zedong; Carta a Jiang Qing, 27 de marzo de 1974)
Y Deng procedería a lanzar
dicho discurso en la ONU:
«A juzgar por los cambios en las relaciones internacionales, el
mundo de hoy en realidad se compone de tres partes, o mundos, que son a la vez
interconectadas y en contradicción entre sí. Los Estados Unidos y la Unión
Soviética constituyen el primer mundo. Los países en desarrollo de Asia,
África, América Latina y otras regiones constituyen el Tercer Mundo. Los países
desarrollados entre los dos componen el Segundo Mundo». (Discurso de Deng
Xiaoping en la ONU, 10 de abril de 1974)
Para dar forma a la teoría,
estimularía en sus medios de comunicación oficiales la visión de que el tercer
mundo era la fuerza motriz de la época:
«Los pueblos de numerosos países del tercer mundo se han
convertido en la mayor fuerza motriz que propulsa el avance de la historia
humana y en una fuerza revolucionaria contra el imperialismo». (Pekín Informa;
Vol.18, Nº18, 2 de mayo de 1975)
Y que del primer mundo, una
de las superpotencias imperialistas –la Unión Soviética– era más agresiva que
la otra –Estados Unidos–, intentando justificar la proposición de la alianza de
Estados Unidos con el segundo y tercer mundo contra la Unión Soviética:
«No es fortuito que el socialimperialismo soviético sea el enemigo
más peligroso para el tercer mundo». (Pekín Informa; Vol.19, No. 44, 29 de
octubre de 1976)
Para ello se determinó en
cada oportunidad que los países del segundo mundo y el tercero se uniesen:
«En su discurso Li Chiang, ministro de comercio exterior, dijo que
el señor Soames es el primer representante oficial de la Comunidad Económica
Europea que ha visitado China y que su visita promueve un nuevo progreso en las
relaciones entre China y la Comunidad Económica Europea. Señaló: «Desde el
establecimiento de la Comunidad Económica Europea, ha habido una creciente
tendencia hacia la unidad entre los países de Europa Occidental. No obstante
ante la presión e intervención externas, han hecho continuos esfuerzos para
salvaguardar su soberanía e independencia. Esto constituye un factor positivo
en el desarrollo de la situación internacional. Agrego: Quisiéramos ver el
desarrollo de mejores relaciones entre la Comunidad Económica Europea y los
países del tercer mundo. Nos asiste la convicción de que, siempre que se unan
los países que están sometidos a la agresión, interferencia y control de las
superpotencias, frustrarán los complots de esas superpotencias que buscan hegemonía
mundial». (Pekín Informa; Vol.18, No. 20, 16 de mayo de 1975)
Como lo demuestran las
propias reuniones de Mao Zedong con los estadounidenses:
«Presidente Ford: «Estamos muy preocupados por la situación en
España también, señor presidente. Al rey lo apoyamos. Esperamos que sea capaz
de manejar los elementos que pudieran socavar su régimen. Y vamos a trabajar
con él para tratar de tener el control necesario de la situación durante este
período de transición».
Presidente Mao: «Sería bueno que el Mercado Común Europeo los
aceptara. ¿Por qué no acepta la Comunidad Económica Europea a España y
Portugal?».
Presidente Ford: «Señor presidente, nosotros hemos exhortado a la
alianza de la OTAN para que fuera más amigable incluso durante la dictadura de
Franco. Y esperamos que con el nuevo rey España sea más aceptable para la
alianza de la OTAN. Además creemos que la Comunidad Económica Europea debe ser
sensible a los movimientos del gobierno español hacia la unidad con la Europa
occidental en su conjunto. Vamos a trabajar en ambos sentidos tanto como nos
sea posible». (Conversación entre Mao Zedong y Henry Kissinger; 2 de diciembre
de 1975)
Por último mediante la aceptación
de la política y las teorías de otros revisionismos de la época, China buscaba
que el mundo revisionista promocionara la teoría tercermundista de China. Véase
esa conjugación de intereses en sus relaciones y comunicados con los
revisionistas yugoslavos, rumanos, coreanos, etc.:
«El Presidente Mao Zedong dio la mano al Presidente Džemal Bijedić.
(...) La corriente visita del Presidente Džemal Bijedić servirá de ayuda para
reforzar la amistad y unidad entre China y Yugoslavia, así como sus pueblos.
Las amistosas relaciones y la cooperación entre los dos países será
desarrollada aún más. (...) Después de la liberación, Yugoslavia y su pueblo
hicieron un esfuerzo significativo en construir su economía y su defensa
nacional. La industria y la agricultura se ha desarrollado regularmente y ha
hecho que este país sea autosuficiente en cuanto a grano. En cuanto a las
relaciones exteriores, los yugoslavos persiguen una política de no
alineamiento, reforzando la unidad y cooperación con los países del tercer
mundo y dando energías y apoyo en la lucha de diversos pueblos en sus
movimientos de liberación nacional: esto firmemente ha sostenido todos los
países grande o pequeños sean iguales internacionalmente en sus relaciones
exteriores, que deben estar basadas en los principios de igualdad,
independencia, respeto, y soberanía territorial íntegra: y en oposición al
imperialismo y sus ansias de poderes hegemónicos. Esta política exterior de los
yugoslavos juega un rol positivo en la causa de la unidad contra el
hegemonismo, en la causa mantenida por los pueblos del mundo». (Pekín Informa;
Vol.18, No. 41, 10 de octubre de 1975)
La «teoría de los tres
mundos» también sería utilizada a la muerte de Mao Zedong. Pero por si alguien
dudaba si los ultrarevisionistas de Hua Kuo-feng y Deng Xiaoping no utilizarían
los «aportes» y «desarrollos» –y en especial, los análisis internacionales– que
Mao Zedong les dejaría como guía para orientarse internacionalmente,
aportaremos más pruebas que confirman como se valieron del «Pensamiento Mao
Zedong» para realizar sus planes revisionistas a escala internacional sin
ningún remordimiento:
«El presidente Mao Zedong planteó la teoría de la diferenciación
de los tres mundos en un momento en que las dos superpotencias, la Unión
Soviética y los Estados Unidos, se enfrascaban en una lucha feroz por la
hegemonía mundial y se preparaban activamente para una nueva guerra. Esta
teoría proporciona al proletariado internacional, a los países socialistas y a
las naciones oprimidas una poderosa arma ideológica para forjar la unidad y
construir el más amplio frente unido contra las dos potencias hegemónicas y sus
políticas de guerra y para impulsar la revolución mundial. (…) La teoría del
presidente Mao Zedong sobre los tres mundos, síntesis científica de la realidad
objetiva de la actual lucha de clases a escala mundial, es continuación, defensa
y desarrollo de las tesis fundamentales del marxismo-leninismo». (Renmin Ribao;
La teoría del presidente Mao Zedong sobre los tres mundos constituye una gran
contribución al marxismo-leninismo, 1 de noviembre de 1977) - Anotación de Bitácora
(M-L)]
En el momento del VIIº
Congreso del Partido del Trabajo de Albania de 1976, combatiendo la tesis
errónea de los «tres mundos» –sin atacar China señaladamente ya que la polémica
abierta todavía no se había presentado pese a los problemas ya registrados
entre las dos naciones–, se afirmaba que:
«Nuestro
partido defiende la tesis de que, tanto cuando las superpotencias
se acercan, como cuando disputan entre sí, son los demás
quienes pagan los platos rotos. La colaboración y la
rivalidad entre las superpotencias son dos aspectos de una
realidad contradictoria, son la principal expresión de una misma
estrategia imperialista dirigida a arrebatar la libertad a los
pueblos y dominar el mundo». (Enver Hoxha; Informe en el VIIº
Congreso del Partido del Trabajo de Albania, 1 de noviembre de 1976)
Caracterizando precisamente
las «justificaciones» de la teoría de los tres tipos de mundo, Enver Hoxha
observaba que:
«La cuestión principal para los chinos es convencer de boca en
boca a la gente de que los Estados Unidos de América son económica y
militarmente débiles, que su deuda interna y externa se ha acrecentado
considerablemente, que su situación es tal que otros países capitalistas
invierten en los Estados Unidos de América y que su fuerza ya no es la de
antes. Se trata de un análisis falso, infundado, cuyo objetivo es demostrar
algo indemostrable. Pretenden demostrar que los Estados Unidos ya no son
agresivos; que, según los chinos, sólo intentan conservar lo que han
conquistado; que quieren mantener el statu quo, y que por consiguiente «el
enemigo principal para el mundo es el revisionismo soviético, que busca la expansión».
Esta es una de las tesis de los chinos, y una de las más fundamentales. Nos
acusan de que no hacemos, supuestamente» un análisis marxista-leninista de la
situación internacional y de las contradicciones existentes entre las dos
superpotencias; y que por eso, no seguimos el camino de los chinos de llamar a
la «Europa Unida», al Mercado Común Europeo y al proletariado mundial a unirse
contra los soviéticos. Han sacado la «conclusión» de que ¡favorecemos al
socialimperialismo soviético! Se trata no sólo de una tesis revisionista
disfrazada de antirevisionismo, sino además de una tesis hostil y calumniosa
hacia nosotros. El imperialismo estadounidense es agresor, belicoso y
belicista, y frente a los hechos ninguna otra tesis se mantiene en pie. Las
bases que han instalado, los créditos que conceden, el enorme incremento de sus
armamentos, las camarillas proestadounidenses que han establecido en todos los
lugares, testimonian que los imperialistas estadounidenses no quieren solamente
el statu quo, sino que también buscan la expansión, pues de lo contrario serían
inexplicables las profundas contradicciones que, según los propios chinos, les
oponen a la Unión Soviética. «La Unión Soviética desea la guerra», dicen los
chinos, «mientras que los Estados Unidos, no», y dejan entender que esto es lo
que demuestra la cita de Mao: «Los Estados Unidos se han convertido en una
rata, a la que todo el mundo persigue en la calle gritando: mátenla, mátenla».
Esta forma de apreciar las cosas demuestra asimismo la moderación de los
chinos, y en cierto modo es un llamamiento indirecto a no golpear a un país
como los Estados Unidos, que ahora se ha visto reducido al estado de rata.
¿Acaso es marxista esta estrategia de Mao? La estrategia de Zedong, «fundada en
un análisis marxista-leninista», ha determinado definitivamente que «la
rivalidad entre las dos superpotencias está centrada en Europa». ¡Asombroso!
¡¿Por qué no lo está en algún punto del mundo más débil, donde la Unión
Soviética busca la expansión, como en Asia, África, Australia o América
Latina?! La tradición de los colonizadores ha consistido en marchar hacia los
puntos débiles. Los imperialistas desencadenan las guerras de rapiña para
conseguir la hegemonía, para asegurar nuevos mercados, para realizar una nueva
repartición del mundo. ¿Acaso la rivalidad existente entre los Estados Unidos y
la Unión Soviética revisionista no es la principal? Entonces, según los chinos,
estas dos superpotencias, una de las cuales desea el statu y la otra la
expansión, terminarán por desencadenar la guerra en Europa, como lo hizo en su
tiempo Hitler, sediento de expansión. Pero para lograrlo Hitler debía someter a
Francia, Inglaterra y la Unión Soviética. Por esta razón inició la guerra en
Europa y no en otros lugares. Stalin se alió a Inglaterra y a los Estados
Unidos después de que Alemania hubiese atacado a la Unión Soviética y no antes.
Pero los chinos toman como argumento la táctica que Stalin se vio obligado a
utilizar en esas condiciones, para decir: ¿por qué no podríamos apoyarnos también
nosotros en los Estados Unidos en esta próxima guerra? Todos estos hechos
evocados no corroboran la tesis de los chinos sobre las alianzas que
preconizan; confirman la tesis opuesta. Cuando la Alemania de Guillermo II
atacó a Francia e Inglaterra, la II Internacional llamó a la «defensa de la
patria» burguesa tanto por parte de los socialistas alemanes como de los
franceses, a pesar del carácter imperialista de la guerra que libraban las dos
partes. Es sabido como Lenin condenó esta actitud y lo que dijo contra las
guerras imperialistas y acerca de su transformación en guerras civiles». (Enver
Hoxha; los revisionistas chinos atacan por la espalda al Partido del Trabajo de
Albania; Reflexiones
sobre China, Tomo II, 8 de enero
de 1977) (Vincent Gouysse; Comprender las divergencias sino-albanesas, 2004)
Anotaciones de Vincent Gouysse:
(6) Jacques Jurquet, defensor de las líneas revisionistas chinas, incluyendo después la de los ultrarevisionistas chinos Deng Xiaoping y Hua Kuo-feng, llegó a acusar al Partido del Trabajo de Albania (PTA) de haber falsificado la historia mediante: «cortes, chismes y magia», véase el diario: «Prolétariat» N°20, de 1979.
Anotaciones de Vincent Gouysse:
(6) Jacques Jurquet, defensor de las líneas revisionistas chinas, incluyendo después la de los ultrarevisionistas chinos Deng Xiaoping y Hua Kuo-feng, llegó a acusar al Partido del Trabajo de Albania (PTA) de haber falsificado la historia mediante: «cortes, chismes y magia», véase el diario: «Prolétariat» N°20, de 1979.
Para Jurquet el PTA se había «acercado estrechamente a las tesis revisionistas» en el momento de su IIIº Congreso en mayo de 1956. Sobre el curso de su argumento frente a los abrumadores documentos del PTA contra el revisionismo maoísta, y las marcadas denuncias de Mao Zedong, contra su lucha frente al revisionismo, Jurquet tiende sólo a tratar de desacreditar el conjunto de la obra de Enver Hoxha sin analizar mucho más, veamos:
«Ciertamente, tales prácticas ideológicas hacen perder mucha credibilidad en el PTA hoy. ¿Cómo creer cualquier cuestión si se recurre a la falsificación y se apoya en la mentira para justificar sus «tesis»? Estas groseras manipulaciones, estas pretensiones de gran tamaño causan el descrédito sobre la veracidad sobre todos estos escritos actuales o declaraciones». («Prolétariat»; Nº20, 1979)
Para barrer de un golpe los escritos de Enver Hoxha y del PTA, Jacques Jurquet, va a buscar muy lejos en el pasado para tratar de encontrar algún error para poder explotarlo. Jurquet se comporta aquí ni más ni menos que como Trotski, que también acusaba constantemente a Stalin de haber falsificado la historia del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS). Pero hoy día se sabe quién era el falsificador. Estas acusaciones son un tanto más abyectas, ya que son incomprobables, ya que para esto deberíamos comparar los documentos originales que revelarían estas falsificaciones. A falta de poder verificar esto, podemos apreciar la probabilidad de que si en realidad hubiera existido esta adhesión del PTA a las tesis revisionistas esto hubiera significado sin duda que el PTA se hubiera adherido a las tesis jruschovistas, y por último y no menos importante para demostrar la mentira del revisionista francés: habría significado también la rehabilitación de Tito y de ese modo los agentes titoistas condenados habrían podido emergen dentro del propio PTA. Otro documento importante en este sentido, es el discurso de Enver Hoxha en la Conferencia de los 81 partidos comunistas y obreros celebrada en Moscú de 1960. ¡Al datar la edición de 1972, no sabríamos si reprochar al PTA por haber podido también falsificar este texto para doblar los argumentos de Jacques Jurquet! Este documento da una explicación plausible a la pretendida falsificación que Jacques Jurquet planteada sobre el informe presentado por Enver Hoxha en mayo de 1956 para el IIIº congreso del PTA:
«Nuestro partido y nuestro pueblo, en una férrea unidad y permaneciendo muy vigilantes, descubrieron y desenmascararon a los espías de Tito en nuestro Comité Central, que trabajaban en combinación con la legación de Yugoslavia en Tirana. Tito hizo saber a esos traidores que se habían precipitado y que debían haber esperado sus instrucciones. A su vez estos espías y traidores escribieron también al camarada Jruschov para que interviniera contra el Comité Central del Partido del Trabajo de Albania. Esto está probado con documentos. Tito se proponía coordinar la contrarrevolución en Albania con la húngara. Después del XXº Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética de 1956, debía realizarse nuestro IIIº Congreso del Partido del Trabajo de Albania. Los agentes yugoslavos juzgaron propicia la ocasión para derrocar a la dirección albanesa «obstinada y stalinista» y organizaron el complot que se descubrió y se aplastó en la Conferencia del Partido de la ciudad de Tirana, en abril de 1956. Los participantes en el complot recibieron el severo castigo que merecían. Otros peligrosos agentes de Tito en Albania, Dali Ndreu y Liri Gega, recibieron de aquél la orden de huir a Yugoslavia ya que «estaban en peligro y las acciones contra nuestro partido debían organizarse en territorio yugoslavo». El partido tenía pleno conocimiento de su actividad y de la orden secreta de Tito. Estaba vigilante y detuvo a los traidores en la frontera cuando intentaban huir. Estos fueron juzgados y fusilados. Los agentes yugoslavos que preparaban la contrarrevolución en Albania fueron descubiertos y aniquilados por completo. Es asombroso como el camarada Jruschov llegó a enfrentársenos como defensor de estos traidores y agentes yugoslavos: nos acusó de que habíamos fusilado a la agente yugoslava, la traidora Liri Gega, «cuando estaba embarazada, lo que no tenía precedentes ni en la época del zar, y que había producido una mala impresión en la opinión pública mundial». Esas eran calumnias de los yugoslavos en quienes el camarada Jruschov tenía más confianza que en nosotros. Naturalmente, refutamos las insinuaciones del camarada Jruschov». (Enver Hoxha; Discurso pronunciado en nombre del Comité Central del Partido del Trabajo de Albania en la Conferencia de los 81 partidos comunistas y obreros celebrada en Moscú, 16 de noviembre de 1960)
Así la acusación trotskista de Jacques Jurquet, se cae por su propio peso. Hablando sobre las «Reflexiones sobre China», y habiendo confirmado la historia a posteriori los análisis de Enver Hoxha, Jacques Jurquet, afirma sin complejo alguno:
«Jamás habría concedido el menor interés en esta prosa falaz y alimentada de chismes y de interpretaciones siempre tendenciosas, si no me hubiera encontrado allí atacado personalmente, de modo estúpido, injurioso y difamatorio». (Jacques Jurquet; A contracorriente, 2001)
Ludo Martens, a pesar de sus reproches formulados al «izquierdismo del lenguaje» empleado por Enver Hoxha, reconocía al menos, que las «Reflexiones sobre China» le merecería el hecho de haberse formulado «observaciones pertinentes sobre la lucha de clases al nivel internacional» y «de haber descubierto bien el peligro de una reconciliación de la dirección china con ciertas corrientes revisionistas». En lo concerniente a individuos del tipo Jacques Jurquet, estas observaciones de Enver Hoxha son particularmente aceptables para ellos:
«Todos estos renegados han asumido la tarea de escindir de nuevo la revolución y el movimiento marxista-leninista, que ha sido puesto en pie y se refuerza. Los Kazimierz Mijal, los Jacques Jurquet, los Edward Hill y compañía son los Edward Gierek, los Todor Zhivkov, los Władysław Gomułka, los Lance Sharkey y los Georges Marchais de una nueva variante revisionista, que deben ser puestos bajo los tiros de la artillería pesada, para desenmascararlos, derrotarlos y liquidarlos. El Partido del Trabajo de Albania debe dar y dará pruebas de una gran paciencia para esclarecer a los que no ven claramente las cosas, porque no debemos subestimar la importancia del mito y del culto de Mao Zedong como «gran marxista-leninista» en el mundo. Pero abogados como Kazimierz Mijal no forman parte de los que no tienen las cosas claras, se trata de renegados lúcidos y peligrosos, así pues, ¡fuego sobre ellos para exterminarlos como ratas! (...) Grandes renegados como Tito, Jruschov y Mao Zedong, y después también pequeños como Mijal, Edward Hill y Jacques Jurquet, surgirán inevitablemente en cada viraje del movimiento revolucionario marxista-leninista, pero todos estos renegados, cualquiera que sea su catadura, serán desenmascarados, desacreditados, y terminarán, como han terminado sus antecesores, en el basurero de la historia». (Enver Hoxha; El «abogado» charlatán de la podrida línea china; Reflexiones sobre China, Tomo II, 14 de febrero de 1977)
(7) Ye Jianying entró en el Comité Central del Partido Comunista de China en 1945. Fue vicecomandante del Ejército Rojo chino durante la guerra de liberación y fue nombrado mariscal en 1955 luego comisario político y presidente de la academia científica. Miembro del Comité Central constantemente reelegido condujo misiones entonces diversas en Europa, en Corea y en particular en la República Democrática de Vietnam durante los bombardeos estadounidenses. La guerra de Vietnam le dio un papel estratégico grande y su influencia fue en aumento. Después de la caída de Lin Piao en 1971, se le aseguró las funciones de Ministro de Defensa –de 1975 a 1978– y estuvo considerado como el sucesor del mariscal desaparecido. En agosto de 1977, el XIº Congreso del Partido Comunista de China está dominado por un triunvirato compuesto del presidente del partido Hua Kuo-feng y vicepresidentes Deng Xiaoping y Ye Jianying. En el momento de la Vº Asamblea Nacional Popular –de febrero y marzo de 1978–, Hua Kuo-feng es reelegido primer ministro y Deng Xiaoping el Vice primer ministro. Ye Jianying es nombrado presidente del Comité Permanente de la Asamblea, el puesto equivalente al del jefe del Estado en la nueva Constitución de 1978 y la que abandonara sólo en 1983 a causa de tener una edad muy alta: 85 años.
(8) Mao Zedong había rechazado el modelo de industrialización socialista efectuado bajo Stalin –Véase: Mao Zedong, «Sobre diez grandes relaciones» 1956–, no quedaba más remedio para China que desarrollarse pidiendo prestado la vía del desarrollo capitalista, atrayendo los capitales extranjeros. Lenin afirmaba que: «el socialismo, era el poder de los soviets más la electrificación del país». Negándose a llevar su industrialización por sus propios medios, China no se daba la posibilidad de modernizar su agricultura, esclavizaba su economía al imperialismo y se cortaba el paso al socialismo.
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