«Como sabemos la planificación económica centralizada constituye uno de los pilares de la economía socialista. Y es obvio que hay una diferencia fundamental entre la economía socialista planificada y la planificación en los países burgueses-revisionistas. Ya en los años 20 Iósif Stalin denunció la pseudoplanificación en los países burgueses:
«Cierto, ellos tienen también algo parecido a planes. Pero los suyos son planes-pronósticos, planes conjetura, que no son obligatorios para nadie y sobre cuya base no puede dirigirse la economía del país». (Iósif Vissariónovich Dzhugashvili, Stalin; Informe en el XVº Congreso del Partido Comunista (bolchevique) de la Unión Soviética, 1927)
Uno del principal blanco de las reformas económicas de los jruschovistas fue abolir la planificación económica centralizada bajo los argumentos de que durante la época de Stalin se aplicaban «métodos obsoletos», «burocráticos», «restrictivos», dándose por tanto mayor iniciativa a las empresas y eludiendo la exigencia de cumplir las cuotas consensuadas y decididas por los organismos económicos:
«Estas deficiencias en la gestión económica deben eliminarse no haciendo que la planificación sea más complicada, más detallada y más centralizada, sino que debe dar desarrollo a la iniciativa económica y a la independencia de las empresas. A las empresas deben darse iniciativa más amplia, ya que no deben estar vinculados por la pequeña tutela y los métodos burocráticos de planificación del centro». (EG Liberman; Contabilidad de costes y de estímulo material de Personal Industrial, publicado en «Voprosi Ekonomiki», N°6, 1955)
Eso se tradujo en que:
«Al entender la independencia económica y la iniciativa de las empresas el número de asignaciones del plan conjunto de empresas por parte de los ministerios y departamentos se ha reducido al mínimo». (AN Yefimov; Los planes a largo plazo y las previsiones científicas, 1972)
Llegando al punto que las empresas solo se le daban cifras generales orientativas cuyo cumplimiento no eran obligatorias:
«Las cifras de control se elaborarán en un valor de forma generalizada, que se dará a los sectores de la economía. De la misma forma estas cifras de control serán entregados a las empresas, las directivas no tan precisas, sino más bien como directrices para la elaboración de sus planes». (EG Liberman; Plan, los lazos directos y rentabilidad, en: «Pravda», 21 de noviembre de 1965)
Y siempre pudiendo decidir que producir bajo su propia voluntad:
«Las empresas deciden qué gama de bienes se debe producir en términos de cantidades físicas y valor total de las ventas y otros indicadores económicos». (BI Braginsky; Planificación y Gestión de la Economía Soviética, 1974)
¿Qué pasaba entonces con el plan general que lanzaba el Comité Estatal de Planificación (Gosplan)? ¿Qué pasaba con las cifras estipuladas por los planes quinquenales? Y dado a que las empresas cambiaban con frecuencia sus planes económicos durante el transcurso de un «período de planificación», los precios fluctuaban, y así sucesivamente, con lo que el «plan económico» tenía poca relación con el resultado económico final:
«El trabajo de elaboración de los planes quinquenales de las empresas de la Unión Soviética elaborados en el Comité Estatal de Planificación (Gosplan) no se completó en los últimos cinco años». (NY Grogichinsky; La reforma económica en acción, 1972)
Los economistas del revisionismo soviético reconocían el anarquismo en su producción, y la falta de planificación en su planificación, valga la redundancia:
«La planificación centralizada en condiciones de amplia independencia de la empresa también se enfrenta a la necesidad de elaborar métodos de gestión de la economía marcada por un creciente indeterminación, probabilidad –estocástica– de sus procesos». (AM Rumyantsev; Gestión de la economía hoy soviéticas, 1972) (Equipo de Bitácora (M-L); Algunas cuestiones económicas sobre la restauración del capitalismo en la Unión Soviética y su carácter socialimperialista, 2016)
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