miércoles, 21 de diciembre de 2016

La no populización de la línea del partido, la no publicación de los documentos históricos; características comunes de las organizaciones revisionistas


«Segundo. Otro de los rasgos que caracterizan a esta peculiar organización es la de no publicar los documentos de su partido: ni las tesis de sus plenos, congresos, ni nada importante sobre su línea, prueba de ello es que a día de hoy no tenemos los documentos del último IIIº «Congreso» de abril de 2015, ni de los anteriores, lo que indica que estos actos son reuniones donde prima el formalismo. Ellos argumentan que la no publicación de sus documentos es debido ¡«a cuestiones de seguridad»!, algo bastante estúpido ya que mientras afirman esto son conocidos por colgar fotos de su «Comité Central» en su página oficial, e incluso por actos como subir las fotos de actos «políticos» a las respectivas cuentas oficiales de cada integrante, con los que pueden ser identificados fácilmente sus cabecillas, por lo tanto la privacidad de sus «militantes» es nula, y sus excusas bastante malas. Además, ¿qué «riesgo a la seguridad» supone para una organización publicar su programa económico o su análisis de la economía internacional actual –o cualquier otra cuestión que un partido debe tocar–? Ninguno, por lo que todo esto son excusas para justificar su inoperancia en cuestiones de peso.

Hay que tener en cuenta que como hemos dicho, muchas organizaciones realizan esta práctica de ocultamiento de los materiales pasados y presentes de la organización por el miedo a que se critique su falta de posicionamiento o por temor al ridículo por falta de formación a la hora de opinar en diversos temas importantes. 

Tercero. De igual modo, actos como colgar breves mensajes de solidaridad con causas lícitas, realizar pintadas y subir su revista «De acero» de forma esporádica –siete números en más de tres años de existencia (!)– con breves articulillos diciendo severas obviedades –cuando no incurriendo en errores teóricos– no está mal, pero no es suficiente para dar a conocer la línea de un partido, y por supuesto no supone una práctica de trabajo de masas. Ellos creen fervientemente que con tener lo que llaman «escuelas de formación» para militantes y simpatizantes están realizando una elevación del nivel ideológico e incluso un «trabajo de masas» –como si los partiduchos con militantes sin apenas formación ideológica y nula influencia entre los trabajadores no hicieran esto mismo entre sus amiguetes de secta–, pero no entienden o no quieren entender que... precisamente debido a las características de su organización –la no popularización de su línea– y sus líderes –que carecen de conocimientos teóricos y de espíritu crítico– quienes imparten estas clases lo hacen desde un punto de vista formal y doctrinarista, cuando no cometiendo verdaderos atentados contra los principios marxista-leninistas cuando se aventuran a decir algo que se sale de sus limitados conocimientos, y en lo único que redunda en crear una mentalidad a la militancia de sumisión a la ideología ecléctica y oportunista de la dirigencia fuera de todo análisis crítico: de ahí que los propios enunciados que la dirigencia enumera y en la práctica incumple apenas puedan ser detectados por una militancia bajo este ambiente o que se acepte concepciones y tesis revisionistas acuñadas por los líderes como principios marxista-leninistas sin saber que se está apoyando una distorsión del marxismo-leninismo.  

Afortunadamente este tipo de «formación» crea contradicciones de todo tipo que pueden ser fácilmente vislumbradas si se está ojo avizor: 1) Hay una dirigencia como la de RC que afirma: «nuestro partido lucha contra el maoísmo» y luego organiza actos con otras organizaciones maoístas –como Odio de Clase– en favor de otros maoístas del extranjero –naxalitas–, segundo, ver cómo sus teóricos pueden charlar en contra «de los peligros del maoísmo nacional» –como el PCE (r)–, pero a la vez pueden ser vistos como tejen alianzas con otras ramas maoístas nacionales o directamente como RC milita en la ICOR –una internacional de partidos maoístas–; 2) Una dirigencia que puede engañar temporalmente en sus círculos cerrados a su militancia y simpatizantes, pero cuando ésta por fin investiga por sí misma y contrasta las supuestas tesis y actitudes marxista-leninistas que la dirigencia les ha inoculado, con la teoría de los clásicos del marxismo-leninismo y la realidad histórica y presente, acaban fácilmente por desencantarse y despertar del largo letargo. Esto supone el hecho que los partidos revisionistas debido a su inconsistencia en unos principios claros caven su propia tumba. Por ello Enver Hoxha dijo que el revisionismo es disolvente. Esto como decimos sucede ya que sus jefes bien adoptando la táctica de influir a través su fraseología pseudomarxista –vacía de contenido en la práctica– o su intento de hacer pasar como marxista-leninistas sus tesis y actitudes revisionistas particulares, crean –quieran o no– contradicciones indisolubles tanto frente a los revolucionarios y marxista-leninistas con un mínimo de conocimientos y honestidad que les observan desde la distancia y lo denuncian, como con los militantes y simpatizantes –con un mínimo de espíritu crítico– del partido que se den cuenta de estas incoherencias, reaccionan y no se dejen engañar y ser manipulados por más tiempo. 

Cualquiera sabe que un partido marxista-leninista no puede pretender que las masas trabajadoras vengan sin más a la sede de tu partido a afiliarse, o que empiecen a interesarse y simpatizar con la línea del partido, menos con todo el halo de presión ideológica anticomunista que ejerce la burguesía. El partido marxista-leninista necesita propagar a viva voz el programa de la organización comunista, necesita populizarlo no solo entre la clase obrera, sino entre el resto de masas trabajadoras, debe asegurarse de que sus tesis lleguen a oídos no solamente de los marxista-leninistas o simpatizantes del marxismo-leninismo, sino hasta el último trabajador idiotizado y paralizado por la ideología burguesa, de hecho debemos reconocer que en plena era de las nuevas tecnologías, con los avances que se han logrado que permiten la difusión de la teoría marxista-leninista, no poner a disposición de las masas la línea de tu partido y un material básico de formación marxista-leninista equivale a demostrar una mayor preocupación en otras cuestiones que en conectar y educar a las masas, es decir, es dejar de lado la primera responsabilidad de una vanguardia proletaria.

Cuarto, como comprobamos, este hecho –el plagio de obras– denota una clara debilidad en la formación teórica, una falta de creatividad, falta de ética y escrúpulos, además de sed de reconocimiento personal. Pero además la negativa a reconocer sus errores, solo significa una falta de moral comunista. Una arrogancia que refleja la falta de madurez para reconocer error de uno o varios líderes de la agrupación, y que ahora que se ha hecho público se convierte en error que afecta a toda su organización, es decir, este estúpido orgullo lleva a que un error claramente evidente a ojos de todos perjudique a todo el colectivo. Por ello se puede concluir que su acto de plagio y después su negativa a reconocer tal acto, es un reflejo de una moral y forma de vida burguesa: donde se comete un error debido a su concepción de vida de aprovecharse del esfuerzo de los demás con esperanza de que tal acto no sea detectado, y ante la denuncia del delito, se adopta unas posiciones histéricas, arrogantes y hasta violentas. 

Con el plagio, se pretende responder a las exigencias de la militancia y simpatizantes –que entre otras cosas acudían a nosotros en busca de obras que tocasen los temas que su organización no tocaba–, por ello estas prácticas de plagio han sido puestas en marcha para poder decir a militantes y simpatizantes «ya expusimos nuestra posición sobre ese tema», así como para poder elevar el culto a sus líderes como eminentes teóricos –aunque en realidad sus obras más «importantes» y extensas, sean plagios–.

(...)

Quizás –sólo quizás– sus jefes, y la militancia, deberían plantearse que su organización malgaste menos tiempo en llenar de graffitis y pegatinas las ciudades con eslóganes infantiles y subirlo a las redes sociales, en engalanar todos sus actos de pomposa simbología comunista –que al fin y al cabo no demuestra nada–, en llevar lo último de lo último de la moda «red skinhead» –cultura que nada tiene que ver con la proletaria, siendo una mezcla ecléctica de formas de vida e ideologías pequeño burguesas– para lucir todos a juego en sus desfiles, etc. y... puede que en cambio debieran implantar más disciplina y exigir el invertir más energías en formarse ideológicamente individualmente –que es el principal medio de formación, en expandir más libros de los clásicos del marxismo-leninismo y de los referentes nacionales –y no de figuras y organizaciones ajenas al marxismo–, en organizar más planes de estudio colectivo más más eficaces –sin formalismos y con cuadros verdaderamente formados que no desorienten a los militantes–, en verificar si los cuadros han asimilado lo estudiado de forma autodidacta o lo impartido en los planes de estudio colectivo y si lo saben aplicar –si tiene alguna utilidad práctica, en popularizar su línea a las masas –y no entre sus conocidos. De esto modo podrían tener sus propios teóricos y sus PROPIAS obras, no tener que caer en estas desviaciones típicas de aparatos y sujetos oportunistas». (Equipo de Bitácora (M-L); ¿Por qué los de Reconstrucción Comunista (RC) nos copian las obras?, 18 de octubre de 2016)

Anotación de Bitácora (M-L):

Otro ejemplo de partido político revisionista de escasa influencia conocido por la no publicación de sus documentos históricos es el PCE (m-l), al cual denunciamos por no querer publicar las obras de los dirigentes a los cuales decían reivindicar:

«Que no se preocupen más los jerifantes oportunistas del refundado y actual Partido Comunista de España (marxista-leninista) [PCE (m-l)], que ya tenemos en nuestras manos parte de las obras de Elena Ódena, para poder difundirlas. Comunicamos esto, ya que no han tenido la decencia de proporcionarnos, y de ni tan siquiera mostrarnos una sola obra escrita de Elena Ódena –pese a nuestro intento de ponernos en contacto con sus medios oficiales, militantes y simpatizantes para facilitarnos tales obras–, por lo que ya nos hemos encargado nosotros por otros medios de conseguir una edición física del Tomo I de sus Escritos Políticos. Que ya que tampoco han tenido las ganas ni la preocupación de promover las obras teóricas de esta revolucionaria y marxista-leninista, desde Bitácora (M-L) nos encargaremos de tal menester en cuanto saquemos a la luz. (...) A diferencia del actual PCE (m-l), Elena Ódena promovía la publicación y popularización de los documentos del partido; el actual PCE (m-l) tiene la casual «manía» de esconder la mayoría de informes de sus plenos o de sus congresos así como sus resoluciones, existiendo solo contados documentos desde su fundación en 2006, aplicando la máxima cobarde de muchos partidos revisionistas de: «cuanto menos se publique menos podrán criticarnos...». (Equipo de Bitácora (M-L); Sobre la adquisición de las obras de Elena Ódena, 13 de enero de 2015)

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