«Por lo común, contra la educación mixta se argumenta que existen
diferencias fisiológicas y psicológicas entre los varones y las niñas, y que estas
diferencias demandan distintos sistemas y programas educativos en uno y otro
caso, como ocurría entre nosotros cuando el gimnasio femenino se distinguía
del masculino tanto por sus programas como por el sistema de educación. No
es difícil percibir que estas exigencias eran, la mayoría de las veces, de
carácter social y provenían de fuentes por completo distintas. Ante todo, en
esto desempeñaban un papel los diversos destinos para los que se preparaban
en la escuela burguesa a las niñas y los varones. El ideal de la educación estaba calcado de la vida que en el futuro debían llevar una mujer y un hombre.
En otras palabras, esto se debía a la correspondencia entre la escuela y el
medio social que, como hemos visto, es la regla principal de la pedagogía.
Actualmente, en medio de la reorganización revolucionaria del sistema social,
como es lógico, cambian también las relaciones en la escuela. Y en la medida
en que una ética igualitaria de la vida sexual se convierte en norma
fundamental tanto para el hombre cuanto para la mujer, se va borrando toda
necesidad de una educación especial para la mujer.
Por último, las diferencias puramente psicológicas entre un niño y una
niña, así como las diferentes capacidades para algunas materias, por ejemplo,
la cacareada ineptitud de las niñas para la matemática o para una actividad
dinámica, tampoco son dotes primariamente condicionadas, sino derivadas del
papel histórico de la mujer, en el que la diferenciación de las funciones sociales
la condenaba al estrecho círculo de las cuatro K., Kinder, Küche, Kleider,
Kirche en alemán, o sea: Hijos, Cocina, Vestidos e Iglesia.
Sin embargo, no cabe duda alguna de que existen diferencias
esenciales en la conducta de varones y niñas, resultantes de sus diferencias
sexuales y que se manifiestan en la más temprana edad. Todas esas
diferencias están relacionadas en gran parte, más menos, con los instintos
pero también aquí es sumamente difícil decir hasta qué punto desempeña un
poderoso papel el ejemplo contaminante del medio social y la imitación de los
niños. Por ejemplo, cuando juegan a las muñecas y en otras manifestaciones
del instinto paternal o maternal, encontramos indudablemente una copia más o
menos exacta de las relaciones que el niño ve en su hogar. No obstante, es
indudable la diferencia psicológica esencial entre el varón y la niña, pero ocurre que esta diferencia es de tal índole que no puede ser tenida en cuenta en los
manuales y programas educativos.
La tarea de la escuela no reside en absoluto en medir a todos con el
mismo rasero; por el contrario, uno de los objetivos de la estructuración del
medio social escolar consiste en lograr la organización más compleja, diversa y
flexible que sea posible de sus elementos. Lo único que hace falta es que estos
elementos no representen algo incompatible y concuerden en un solo sistema.
Con un sistema que posea riqueza y flexibilidad las diferencias sexuales
podrán ser tenidas fácilmente en cuenta durante la influencia educativa. Y por
cuanto la premisa psicológica básica de nuestros sistemas educativos es
establecer en la escuela los vínculos que posteriormente serán necesarios en
la vida, debemos impregnar de antemano a la escuela con una red de esas
relaciones no sexuales que luego nos serán imprescindibles en la vida. Y esto
presupone la más amplia comunicación de ambos sexos en la escuela como
base del sistema educativo.
Todavía queda una última cuestión acerca de la defensa de la educación
separada para varones y niñas sólo para el período de la edad de transición, que vivencian con particular dramatismo y en períodos distintos los
varones y las niñas. Se advierte fácilmente que esta propuesta padece de
todas las deficiencias de un compromiso a medias y pone de manifiesto aun
más su falacia. En los hechos, si admitimos el saludable papel sexual de la
educación mixta, debemos reconocer también que nunca la necesidad de la misma se siente tan aguda y poderosamente como en los años
críticos de la maduración sexual. Y a la inversa, si convenimos que la
educación separada subraya las diferencias sexuales, irrita y agudiza el instinto sexual, convendremos en que jamás el daño de esta irritación puede ser tan
fuerte y perceptible como en ese período. Por consiguiente, la particularidad de
estos años, en el sentido de ser el período más crítico de la vida sexual, no
sólo no debilita, sino que acentúa la necesidad psicológica de la educación
mixta». (Lev Vygotski; Psicología pedagógica, 1926)
Buenas, muy cierto lo que se dice en el artículo.
ResponderEliminarPor cierto, últimamente en Twitter se está hablando del comunismo de guerra y la NEP, hay por ambos bandos quien defiende ciegamente su idea aunque se quede sin argumentos, y quisiera saber si me pudiesen pasar algún enlace o documento que profundice ese tema o bien desmentir en un futuro artículo de lleno esto de que "Lenin tuvo que recurrir al capitalismo porque el comunismo solo trae miseria"
PD: soy el del gran salto adelante del otro día, me leí los documentos y aprendí mucho más el tema, ¡muchas gracias por aportarlos!
Creo que la mejor forma es que estudies los documentos claves del partido bolchevique sobre eso, tanto las de Lenin 1921-1923 como las de Stalin cuando la NEP empieza a declinar (1928-1929).
ResponderEliminarEse es un argumento que difundió también Guevara:
«Al dogmatismo intransigente de la época de Stalin ha sucedido un pragmatismo inconsistente. Y, lo que es trágico, esto no se refiere sólo a un campo determinado de la ciencia; sucede en todos los aspectos de la vida de los pueblos socialistas, creando perturbaciones ya enormemente dañinas pero cuyos resultados son incalculables. En el curso de nuestra práctica y de nuestra investigación teórica llegamos a descubrir un gran culpable con nombre y apellido: Vladimir Ilich Lenin». (Ernesto Che Guevara; Apuntes críticos a la economía política, 1964)
Con esto se puede concluir varias cosas:
a) Guevara, no comprende la necesidad de la NEP. Niega la propia historia que demostró que de ella los elementos socialistas pudieran prevalecer y vencer a los elementos capitalistas.
«Hay que poner al descubierto el error de quienes conciben la NEP como un repliegue y solamente como un repliegue. La realidad es que, ya al implantar la nueva política económica, Lenin decía de ella que no se reducía a un repliegue, sino que, al mismo tiempo, era la preparación para una nueva ofensiva decisiva contra los elementos capitalistas de la ciudad y del campo. Hay que poner al descubierto el error de quienes piensan que la NEP sólo sirve para mantener los vínculos entre la ciudad y el campo. Los vínculos que nosotros necesitamos entre la ciudad y el campo no pueden ser de cualquier clase, sino vínculos que aseguren el triunfo del socialismo. Si mantenemos la NEP, es porque sirve a la causa del socialismo. Y cuando deje de cumplir esta misión, la mandaremos «al diablo». Lenin dijo que la NEP se había implantado en serio y para mucho tiempo. Pero jamás dijo que se implantase para siempre». (Iósif Vissariónovich Dzhugashvili, Stalin; En torno a las cuestiones de la política agraria de la Unión Soviética, 1929)
http://bitacoramarxistaleninista.blogspot.com/2017/03/por-que-no-puede-considerarse-al-che.html