Líster, Ibárruri y Carrillo en China, 1956 |
«El libro de Líster «Basta», junto con otros documentos, dan suficiente material para poder analizar y ver qué es y qué busca, así como a quién sirve Enrique Líster, hasta hoy cómplice del renegado, agente de la oligarquía y antripatriota, Santiago Carrillo. (...) Es simplemente un fiel y sumiso servidor del revisionismo soviético. (...) Saca trapos sucios de Carrillo al público, trapos que han sido ensuciados con su colaboración, y hace algunas críticas superficiales, más de palabra y de forma que de fondo, a la línea política carrillista, de la cual Líster es coautor, ha participado en la elaboración y explicación, y la defendía contra los marxista-leninistas hasta hace unos meses. (…) Para todos los marxista-leninistas que en los años 1963 y 1964 comenzamos a luchar en las filas del partido, contra la corrupción y el revisionismo de la dirección está bien claro que Líster, etc. emplearon con nosotros los mismos métodos fascistas por los que hoy derraman lágrimas de cocodrilo y se desgarran las vestiduras. Entonces ellos como uña y carne de Carrillo utilizaron el corrompido aparato revisionista para aplastar la crítica, e incluso llegaron a las amenazas de asesinato contra los que nos levantamos por la pureza del partido y sus principios». (Partido Comunista de España (marxista-leninista); El falso antirevisionismo de Líster, 1973)
Anotaciones de Bitácora (M-L):
Mismo puede decirse del Partido Comunista de los Pueblos de España (PCPE):
«Nadie podrá negar que Ignacio Gallego, el gran jefe proruso, ha sido hasta hace pocos meses una pieza visible y dirigente del P«C»E. Porque, ¿qué ha hecho Ignacio Gallego contra la política de reconciliación nacional, pieza clave de la maniobra franquista para, la «transición monárquica»? Defenderla en todo momento a capa y espada desde su puesto en el Comité Ejecutivo, junto a Carrillo y compañía. ¿Qué hizo Ignacio Gallego cuando el PCE carrillista renunció a la lucha armada, a la lucha contra la dominación yanqui, a la lucha por la República, cuando la dirección del P«C»E renunció a la lucha de clases como motor de la historia; cuando sustituyó el principio de la lucha de clases por la absurda fórmula reformista de la unidad de las fuerzas del trabajo y de la cultura? ¿Qué hizo Ignacio Gallego cuando en 1963-1964 militantes y comunistas sin partido denunciaban y luchaban contra la política de los dirigentes del Kremlin, de la vía parlamentaria al socialismo y de la lucha por la paz como base del internacionalismo proletario? Ignacio Gallego hizo suya esa política, la defendió atacando a los que se opusieron a ella. ¿Qué hicieron Ignacio Gallego, miembro del P«C»E carrillista, y sus actuales comparsas, el Pere Ardiaca, el cura Salve y otros, cuando en 1964 se proclamó el PCE (marxista-leninista), precisamente sobre la defensa de los principios revolucionarios marxista-leninistas de Marx, Engels, Lenin y Stalin? Participar en los ataques contra nuestro Partido y apoyar la política revisionista del P«C»E. Pero ahora resulta que este individuo, demagogo y fanático proruso, no se acuerda nada de todo esto, no se ha enterado que en este año hace 20 años que en España existe un Partido Comunista marxista-leninista. Ignacio Gallego y sus comparsas de reloj parado y desmemoriados, tampoco se han enterado de que la URSS hace ya muchos años que ha dejado de ser la patria del socialismo y que se ha convertido en una superpotencia reaccionaria e imperialista; que de socialista, la URSS actual sólo tiene la etiqueta y las formas externas establecidas en la época de Lenin y Stalin». (Elena Ódena; Una amalgama revisionista de reloj parado; El nuevo partido proruso, 19 de enero de 1984)
Anotaciones de Bitácora (M-L):
Mismo puede decirse del Partido Comunista de los Pueblos de España (PCPE):
«Nadie podrá negar que Ignacio Gallego, el gran jefe proruso, ha sido hasta hace pocos meses una pieza visible y dirigente del P«C»E. Porque, ¿qué ha hecho Ignacio Gallego contra la política de reconciliación nacional, pieza clave de la maniobra franquista para, la «transición monárquica»? Defenderla en todo momento a capa y espada desde su puesto en el Comité Ejecutivo, junto a Carrillo y compañía. ¿Qué hizo Ignacio Gallego cuando el PCE carrillista renunció a la lucha armada, a la lucha contra la dominación yanqui, a la lucha por la República, cuando la dirección del P«C»E renunció a la lucha de clases como motor de la historia; cuando sustituyó el principio de la lucha de clases por la absurda fórmula reformista de la unidad de las fuerzas del trabajo y de la cultura? ¿Qué hizo Ignacio Gallego cuando en 1963-1964 militantes y comunistas sin partido denunciaban y luchaban contra la política de los dirigentes del Kremlin, de la vía parlamentaria al socialismo y de la lucha por la paz como base del internacionalismo proletario? Ignacio Gallego hizo suya esa política, la defendió atacando a los que se opusieron a ella. ¿Qué hicieron Ignacio Gallego, miembro del P«C»E carrillista, y sus actuales comparsas, el Pere Ardiaca, el cura Salve y otros, cuando en 1964 se proclamó el PCE (marxista-leninista), precisamente sobre la defensa de los principios revolucionarios marxista-leninistas de Marx, Engels, Lenin y Stalin? Participar en los ataques contra nuestro Partido y apoyar la política revisionista del P«C»E. Pero ahora resulta que este individuo, demagogo y fanático proruso, no se acuerda nada de todo esto, no se ha enterado que en este año hace 20 años que en España existe un Partido Comunista marxista-leninista. Ignacio Gallego y sus comparsas de reloj parado y desmemoriados, tampoco se han enterado de que la URSS hace ya muchos años que ha dejado de ser la patria del socialismo y que se ha convertido en una superpotencia reaccionaria e imperialista; que de socialista, la URSS actual sólo tiene la etiqueta y las formas externas establecidas en la época de Lenin y Stalin». (Elena Ódena; Una amalgama revisionista de reloj parado; El nuevo partido proruso, 19 de enero de 1984)
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