«Hablando sobre propaganda, no sabemos porque Radio Pekín todavía no ha dicho nada sobre las guerrillas de nuestra región. (...) También Radio Habana calla. (...) Fidel nunca nos ha dado ni dará cucharas para el té. Continua en posiciones revisionistas, en las cuales se atasca cada vez más. El noticiero cubano sobre su «transcendental» visita a los llamados países socialistas causa enojo. Castro no se cansa de hacer rasgados elogios a consagrados oportunistas como Zhivkov en Bulgaria, Kádár, en Hungria o Gierek en Polonia. En la capital húngara se superó en cuanto a palabrería inconsecuente, derramó un gran estilo de verborrea. (...) Entre los revisionistas la falta de coherencia, y también de vergüenza, es general. Es lamentable que una revolución tan importante como la revolución cubana haya sido truncada y traicionada. La próxima visita de Fidel a Moscú –donde los dirigentes socialimperialistas soviéticos recibieron la bienvenida del archicriminal Nixon y concertaron con él innumerables acuerdos–, dejará, una vez más, bien claro, que el revolucionario castrista no pasa de palabras, de discursos grandilocuentes y vacíos. El autotitulado jefe de la revolución continental, en cada país visitado, arranca su máscara, se revela como un demagogo vulgar y desmoraliza a escala siempre mayor. Y esto es bueno para el movimiento revolucionario de América Latina. (...) La fecha hoy señala el vigésimo aniversario del asalto al Cuartel Moncada. En Santiago de Cuba estarán delegados de los revisionistas de diferentes países. En este caso, el renegado Luiz Carlos Prestes, representante de los oportunistas brasileños. Los cubanos confraternizan con toda esa escoria. ¡Cómo es de diferente el Fidel de 1973 del de 1953! Se entregó completamente a los socialimperialistas soviéticos. En realidad, enrolló la bandera de la revolución. Pero, no por eso el movimiento revolucionario deja de avanzar en América Latina. (...) En Radio Habana, durante varios días, viene retransmitiendo partes del discurso de Fidel, pronunciado el pasado 26 de julio. El trecho más repetido es aquel en que dicho dirigente cubano hace una defensa de los revisionistas soviéticos, que son presentados como defensores liberación de los pueblos. Una «patochada». Para culminar la adhesión total de Castro al revisionismo, la misma estación radiofónica irradió entrevista de Prestes, de media hora. El líder de los revisionistas brasileños, con mucho cuidado, vendió su pez podrido, se presentó como opositor de la dictadura militar, calificándola de fascista. Para engañar a los incautos, hizo otras denuncias. Pero no fue más allá de la reivindicación de la libertad y de la «apertura de la democracia». Oportunista y farsante. Dijo que su partido no cayó en aventuras y que está dirigiendo la resistencia y la oposición a la dictadura. Desde Moscú, donde se encuentran Prestes y la mitad del Comité Central de su desmoralizado partido. Fidel da, así, completa cobertura a los revisionistas de Brasil. Todo esto permite tener una idea del contenido real del bombardeo de revolucionarismo verborraico que hizo el Primer Ministro de Cuba. Castro y Prestes comen en la misma mesa, y beben en la misma fuente: el socialimperialismo soviético. (...) Las fuerzas guerrilleras en su trabajo de enlace con las masas, alcanzaron éxitos relativamente buenos. No nos quedamos aislados –a diferencia de Guevara en Bolivia–, ni el enemigo logró dar a los campesinos y demás habitantes de la región una imagen falsa a nuestro respecto. Cayo en el vacío su intento de presentarnos como criminales y marginales. Las fuerzas guerrilleras ya entraron en contacto directo con cerca de 150 familias. Está a nuestro lado la simpatía de la gran mayoría de la población local. (...) En lo que respecta a la táctica militar a seguir, debemos ser bien flexibles. La vida confirmó la justificación de nuestra concepción de lucha armada y comprobó que fuimos capaces de establecer una justa relación entre el factor topográfico del terreno y la importancia de las masas. Las selvas nos protegieron de las embestidas del enemigo y las masas campesinas nos ayudaran a sobrevivir y a crecer. Si hubiéramos comenzado la lucha en una región sin selva, con terreno desfavorable, ya habríamos sido liquidados, incluso contando con la simpatía de las masas. Ahora, para nosotros queda patente la diferencia radical entre nuestra teoría de guerra popular y la concepción «foquista». (...) Radio Tirana volvió ayer a abordar nuestra lucha. Difundió una nota sobre la acción de las Fuerzas Armadas en el norte del país. Se destacó merecidamente el asunto y se trató de manera política. (...) Se confirma nuestra previsión de que la Radio Tirana, con el correr del tiempo, mejorará su noticiero sobre la lucha guerrillera en las selvas del Araguaia». (Mauricio Grabois; Diario de la Guerrilla, 1973)
Anotaciones de Bitácora (M-L):
Para conocer la trascendencia del pensamiento de Mauricio Grabois y del antiguo Partido Comunista de Brasil (PCdoB), véase: «La claudicación del Partido Comunista de Brasil (PCdoB) y la flagrante traición del oportunista João Amazonas» de 2016.
Para conocer la trascendencia del pensamiento de Mauricio Grabois y del antiguo Partido Comunista de Brasil (PCdoB), véase: «La claudicación del Partido Comunista de Brasil (PCdoB) y la flagrante traición del oportunista João Amazonas» de 2016.
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