«Para nuestros partidos no hay partido dirigente y partido dirigido, partido padre y partido hijo, partido dependiente, y partido independiente, partido grande y partido pequeño, etc. El único guía de nuestros partidos es el marxismo-leninismo: y es de su justa comprensión y aplicación que depende la fuerza de nuestra unidad. En este marco, no se puede desconocer, los méritos de tal o cual partido en la lucha por la causa común, desconocer sus deficiencias y sus errores eventuales ni dejar de corregirlos, no se puede tomar a mal el intercambio de opiniones entre nuestros partidos, los consejos mutuos, la discusión de los problemas y la búsqueda de una vía de acción común y más fructífera. Esto es indispensable y conforme a nuestros principios. Sin esto no hay unidad, no hay acciones comunes y nos encontraríamos desarmados ante nuestros feroces enemigos. (...)
Cada partido marxista-leninista es independiente en: sus opiniones y en sus decisiones, cada uno de nuestros partidos no puede ser independiente del marxismo-leninismo y sus decisiones necesariamente deben estar conforme a nuestra teoría revolucionaria. Ningún partido debe inmiscuirse en los asuntos internos de otro partido, este es un principio justo, pero esto no impide ni debe impedir la coordinación de acciones entre los partidos sobre la base del marxismo-leninismo.
Nuestra lucha se reforzará aún más y nuestros resultados serán mayores, si organizamos mejor nuestra preparación y si redoblamos nuestros ataques contra los imperialistas y los revisionistas.
Las situaciones que atravesamos no admiten indolencia, titubeos ni vacilaciones, exigen audacia y madurez. Las situaciones actuales no toleran tácticas torpes, blandengues, el oportunismo y la fraseología. Estas tácticas deben tener por objeto realizar acciones rápidas, militantes, que contribuyan cada día y a cada hora a la aplicación de nuestra estrategia revolucionaria». (Enver Hoxha; El revisionismo moderno: peligro y enemigo principal del movimiento comunista y obrero internacional; Extractos de la conversación sostenida con una delegación del PC de Nueva Zelanda, 6 de octubre de 1965)
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