Wang Dongxing y Mao Zedong en 1955 |
«La agencia Hsinhua ha transmitido un artículo titulado: «Tengamos siempre en la mente las enseñanzas del presidente Mao y perseveremos en la prosecución de la revolución bajo la dictadura del proletariado», que será publicado el 8 de septiembre en el periódico «Renmin Ribao». Este artículo está escrito por el grupo de «estudios teóricos» del Gabinete General del Comité Central del Partido Comunista de China, para conmemorar el primer aniversario de la muerte del presidente Mao Zedong.
Subrayo
que se trata de un artículo del Gabinete General del Comité Central del Partido
Comunista de China (PCCh). Por primera vez oímos hablar de la existencia de tal
Gabinete en el Comité Central del Partido Comunista de China, y además resulta
que se encuentra investido de funciones completamente diferentes de las que
tienen los departamentos generales de los aparatos de los partidos comunistas y
obreros edificados según el modelo leninista y según la teoría
marxista-leninista.
En
primer lugar este artículo pone de relieve que:
«Mao
Zedong es el marxista más grande de nuestra época». (Agencia Hsinhua; Tengamos
siempre en la mente las enseñanzas del presidente Mao y perseveremos en la
prosecución de la revolución bajo la dictadura del proletariado, 1977)
Es
decir, que Mao Zedong sería no sólo más grande que Stalin –los
chinos jamás le han tenido en consideración–, sino también más grande que
Lenin, ¡e incluso más que Marx y Engels!
A
parte de esto, más abajo en el artículo se escribe que:
«El
camarada Hua Kuo-feng, el sucesor designado por el propio Mao, ha dirigido a
todo el partido en el desbaratamiento, de un solo golpe, de la banda
antipartido de los «cuatro», Wang Jung-wen, Chang Chun-chiao, Chiang Ching y
Yao Wen-yuan, salvando así a la revolución y al partido. Enarbolando bien alta
la bandera del presidente Mao, nuestro sabio dirigente, el presidente Hua, ha
llevado adelante la tradición revolucionaria». (Agencia Hsinhua; Tengamos
siempre en la mente las enseñanzas del presidente Mao y perseveremos en la
prosecución de la revolución bajo la dictadura del proletariado, 1977)
Como
veremos más abajo, estas dos citas que están sacadas del comienzo del artículo,
merecen una gran atención. No son casuales ni se trata de simples ditirambos,
sino que están relacionadas con los problemas organizativos y con la dirección
del llamado Partido Comunista de China. Por lo tanto, en base a este
artículo, el único e indiscutible dirigente de este partido, del ejército y del
pueblo, era el presidente Mao Zedong, al que ahora, ha sucedido el presidente
Hua Kuo-feng. Todos los demás están a sus pies, y deben obedecer las ideas y
las órdenes del presidente.
Acerca
de la obra de Mao en este artículo se escribe:
«Su
contribución monumental vivirá hasta el fin del mundo y brillará como el sol.
La gran bandera de las ideas de Mao Zedong es la bandera de la victoria de la
revolución del pueblo chino y de la revolución de los pueblos del mundo».
(Agencia Hsinhua; Tengamos siempre en la mente las enseñanzas del presidente
Mao y perseveremos en la prosecución de la revolución bajo la dictadura del
proletariado, 1977)
Veamos
ahora lo esencial. El Gabinete General del Comité Central del Partido Comunista
de China está compuesto por un determinado personal, cuyo número ignoramos
porque no es revelado; solamente se nos explica que el personal de dicho
Gabinete General comprende mandos y soldados de la unidad del Ejército de
Liberación Popular.
¿Qué es esta unidad? No lo podemos decir con exactitud
porque no se da ninguna explicación, pero, como los mismos chinos han afirmado,
se trata de un destacamento militar destinado a asegurar la protección de Mao
Zedong, con lo cual se sobreentiende que es un gran destacamento dotado de todo
tipo de medios. El personal de este Gabinete General estaba dirigido única y
exclusivamente por el presidente Mao, y por consiguiente:
«Estaba
contento de poder sostener y defender a Mao Zedong, que le impregnó de su
ideas. (...) Nosotros, desearíamos recordar la trayectoria militante que hemos
tenido bajo su dirección, así como sus consejos que nos calentaban los
corazones y que nos estimularán todavía más para marchar victoriosamente hacia
adelante según su línea revolucionaria proletaria». (Agencia Hsinhua; Tengamos
siempre en la mente las enseñanzas del presidente Mao y perseveremos en la
prosecución de la revolución bajo la dictadura del proletariado, 1977)
Leyendo
la continuación del artículo se comprende que su contenido no es algo
corriente, que no es por ejemplo como si un comité del partido o la dirección
de una empresa dijese que «los consejos del presidente Mao nos han conducido
hacia la victoria». No. De los análisis que se hacen en este artículo» resulta
que Mao Zedong dirigía sirviéndose únicamente del personal de este Gabinete
General; que este gabinete era todopoderoso; que estaba por encima del Buró
Político, del Secretariado, del Comité Central y de los vicepresidentes del
Comité Central; resulta, asimismo, que este gabinete se parece, como dos gotas
de agua, al Consejo de Seguridad Nacional que designa el presidente
estadounidense por encima del gobierno y por encima del partido, presidente que
toma medidas, actúa e impone a los secretarios de Estado y a los diversos
organismos su política, discutida y aprobada únicamente por este Consejo de
Seguridad. Por lo tanto, Mao elaboraba su política con el personal del Gabinete
General del Comité Central del Partido.
¿En
qué basamos esta conclusión? Precisamente en lo qué se dice en este artículo de
que, al ser un sector importante del Comité Central del Partido:
«El
Gabinete General tenía por tarea velar por el presidente Mao y el Comité
Central del Partido, así como tratar cuestiones altamente secretas del partido
y otros problemas importantes. Era un asunto de gran importancia práctica para
los intereses fundamentales de todo el partido, de todo el ejército y de todo
el pueblo, que la dirección del Gabinete General permaneciese en manos de los
cuarteles generales proletarios encabezados por el presidente Mao, así como que
se garantizase completamente la seguridad del presidente Mao, del Comité
Central del Partido y de las cuestiones altamente secretas del partido».
(Agencia Hsinhua; Tengamos siempre en la mente las enseñanzas del presidente
Mao y perseveremos en la prosecución de la revolución bajo la dictadura del
proletariado, 1977)
El
artículo esclarece, pues, las competencias de este gabinete. En pocas palabras,
si dicho Gabinete General existía, todo el país, todo el partido, todo el
Estado, estaban dirigidos por él y este gabinete recibía órdenes y directrices
de Mao.
Según
este artículo, tanto el grupo de Liu Shao-chi como el de Lin Piao y el grupo de
los «cuatro», se esforzaron por poner bajo su dirección este Gabinete General
del Comité Central del Partido. Del artículo se desprende que Liu Shao-chi
intentó introducir a su gente en este gabinete, es decir, al cuartel general
burgués, y se empeñó en realizar complots antipartido; que el grupo de Liu
Shao-chi se había apoderado del Gabinete General, así pues ahora Mao no podía
disponer del poder que había tenido antes en dicho gabinete; se desprende
además que Liu Shao-chi había acaparado toda la dirección, mientras el
presidente Mao se chupaba el dedo. Entonces se comprende que pusiese en pie a
los hong wei bing.
En
aquella época pensábamos que Mao Zedong se había equivocado al no apoyarse en
el partido y al no solucionar esta cuestión a través del partido, en cambio
ahora el asunto está muy claro: puso en pie a los hong wei bing, porque el
partido se le había escapado de las manos. Todo estaba en manos del Gabinete
General, en el que Liu Shao-chi había clavado sus garras. Por lo tanto, Mao
Zedong debía lanzar a la revolución elementos exteriores al partido. Esto
es lo que explica la movilización de los «guardias rojos» y la orden de «atacar
los cuarteles generales». El llamamiento de «atacar los cuarteles generales» se
explica ahora fácilmente, en primer lugar significaba apoderarse del Gabinete
General, porque este gabinete dirigía todo el país, en tanto que el resto, el
partido y las uniones profesionales, no eran otra cosa que fachadas y no
existían más que en función de este gabinete. La Revolución Cultural tenía,
pues, por objetivo reconquistar la dirección del Gabinete General, que Liu
Shao-chi, Deng Xiao-ping y otros habían arrebatado a Mao. Esto es
confirmado por el propio artículo, que dice:
«El
presidente Mao nos dirigió en la denuncia de los crímenes antipartido cometidos
por ellos [es decir, por la banda de Liu Shao-chi] en el Gabinete General,
destituyéndoles de sus funciones y poniendo una vez más el Gabinete General en
manos de los cuarteles generales proletarios». (Agencia Hsinhua; Tengamos
siempre en la mente las enseñanzas del presidente Mao y perseveremos en la
prosecución de la revolución bajo la dictadura del proletariado, 1977)
Esto
recuerda los tiempos de los señores de la guerra, que en las provincias
dominadas por ellos, actuaban a su antojo, independientemente de que existiese
una cierta administración; en todo el territorio controlado por ellos, tenían a
sus hombres colocados en determinados puestos clave y por medio de ellos
ejercían su dominio.
El
artículo escrito por este gabinete, que era todopoderoso, no se alarga mucho
sobre esta cuestión, pero nos lleva al mes de abril del año 1966 y dice que
«confeccionamos un libro con las citas escogidas del presidente Mao de acuerdo
con las necesidades de la lucha y lo sometimos a la aprobación del presidente
Mao». Por consiguiente, el libro rojo con las citas de Mao Zedong no es
una obra de Lin Piao, sino de este Gabinete General, en tanto que Lin Piao, que
evidentemente era un hombre influyente y el segundo personaje después de Mao,
se limitó a hacer un gran ruido en torno a este libro con las citas.
Dicho
gabinete está investido de extrañas funciones. El artículo dice: El presidente
Mao nos recomendó dirigir al movimiento del personal de este Gabinete General
de tal manera que estuviese conforme a la naturaleza y a las características de
su trabajo y estar atentos en nuestros contactos con la sociedad, a fin de
asegurar el funcionamiento normal de gabinete en el conjunto de sus tareas al
servicio del Comité Central del Partido». ¿Acaso no se trata de una explicación
muy clara, que no tiene necesidad de esclarecimientos suplementarios, en lo que
se refiere a las amplias y sorprendentes competencias del Gabinete General?
Este gabinete dirigió la Gran Revolución Cultural, pero no todo marchó sobre
ruedas, porque, según los hombres del Gabinete General:
«Lin
Piao colaboró con la «banda de los cuatro» y, de manera flagrante, actuó en
oposición con las directrices del presidente Mao. (...) En un intento por usurpar
el poder, una y otra vez despacharon a sus lacayos a este gabinete para
suscitar corrientes perniciosas, provocaron disturbios, organizaron ataques
secretos, divulgaron engaños reaccionarios como ese de que «todos son
sospechosos», golpearon a los cuadros dirigentes revolucionarios, empujaron a
ciertas personas a complotar en complicidad con elementos del exterior, y, en
sus vanas tentativas para apoderarse del Gabinete General, gritaban:
«Chungnanhai debe ser lanzado al caos». (Agencia Hsinhua; Tengamos siempre en
la mente las enseñanzas del presidente Mao y perseveremos en la prosecución de
la revolución bajo la dictadura del proletariado, 1977)
¿Qué
significa todo esto? Significa que ni Lin Piao, ni Chou En-lai, ni los demás
miembros del Buró, ni nadie tenían derecho de inmiscuirse en los asuntos del
Gabinete General. Este, con Mao a la cabeza, era omnipotente a la hora de
actuar, de dirigir toda China, todos los sectores vitales del país. Los
miembros del Buró Político y del Secretariado del Comité Central no tenían
derecho de proponer cuadros aptos para pertenecer a este gabinete. Si alguien
proponía y conseguía hacer nombrar para este gabinete personas incluso más
competentes, era considerado como un complotador y el complot, naturalmente, se
transformaba, según ellos, de cuantitativo en cualitativo, como ha ocurrido en
estos últimos tiempos con el grupo de los «cuatro», que supuestamente querían
hacerse con el poder por medio de la fuerza.
El
presidente Mao habría constatado todo esto; asimismo habría constatado que
Chiang Ching estaba aliada a Lin Piao, que ella complotaba, y, como dice el
artículo, «el presidente Mao, basándose en la situación de esta lucha, dio
instrucciones especiales en relación con el movimiento en el Gabinete General.
El movimiento continuó bajo múltiples formas adaptándose a las distintas
circunstancias y se tomaron medidas eficaces para evitar las intervenciones
exteriores. Esto educó a las masas y permitió que el movimiento hiciese
considerables progresos» .
Según
el artículo, las contradicciones se profundizaron, porque Chiang Ching, después
del incidente del 13 de septiembre de 1971, en el que desapareció Lin Piao,
impulsada supuestamente por sus móviles contrarrevolucionarios, «calumnió
vilmente a la unidad», con el objetivo de desbaratar el Gabinete General
del Comité Central y esta unidad militar.
Esto
nos lleva a sacar la conclusión de que no se hacía ningún caso de los otros
miembros del Comité Central, del Buró Político y del Secretariado y que, por
consiguiente, éstos deseaban que cambiase dicha situación. Suponemos que se
esforzaron por establecer nuevas normas de organización y dirección, y por
liquidar una situación que impedía marchar hacia adelante, porque Mao era el
único en ser escuchado y actuaba por medio de los cuadros del Gabinete General
y de este destacamento militar.
Según
el artículo, los «cuatro», al igual que Liu Shao-chi:
«Para
alcanzar su diabólico objetivo, trabajaron sin descanso para hacerse con la
dirección del Gabinete General del Comité Central». (Agencia Hsinhua; Tengamos
siempre en la mente las enseñanzas del presidente Mao y perseveremos en la
prosecución de la revolución bajo la dictadura del proletariado, 1977)
De
esto se desprende que tanto Liu Shao-chi como Mao, que tanto Lin Piao como el
llamado grupo de los cuatro, o el de Hua Kuo-feng, se han esforzado, a través
de sus golpes de Estado, cada uno por su lado, por tomar en sus manos este
Gabinete General, y que se organizaban cada vez que hacían un putsch.
En
el artículo se escribe:
«En
muchos casos, la «banda de los cuatro» quería difundir por todo el país, a
espaldas del presidente Mao, los documentos, los discursos y las intervenciones
grabadas que habían hecho ellos», violando así las instrucciones del presidente
Mao de que «todos los documentos y telegramas enviados en nombre del Comité
Central del Partido deben ser sometidos previamente a mi examen, pues, de lo
contrario no tienen ningún valor». (Agencia Hsinhua; Tengamos siempre en la
mente las enseñanzas del presidente Mao y perseveremos en la prosecución de la
revolución bajo la dictadura del proletariado, 1977)
El
articulo subraya que:
«Informamos
al presidente Mao de dichas tentativas. El presidente Mao censuró a la «banda
de los cuatro» por sus viles planes y desenmascaró sus diabólicos objetivos».
(Agencia Hsinhua; Tengamos siempre en la mente las enseñanzas del presidente
Mao y perseveremos en la prosecución de la revolución bajo la dictadura del
proletariado, 1977)
Por
lo tanto, resulta claro que Mao Zedong, como un dictador, no permitía que
ninguno de sus colaboradores, miembros del Buró Político y del Secretariado o
del Comité Permanente del Buró Político, diese directrices al Comité Central,
al partido, a las unidades militares, a la administración, etc. Cualquier
actividad que llevasen a cabo sin el conocimiento de Mao era considerada como
diabólica.
Como
es natural, ante tal situación, la «banda de los cuatro» intentó modificar este
estado de cosas, y los autores del artículo califican dicha actividad de
complot tendente a tomar en sus manos el Gabinete General y a comprometer a los
comisarios políticos de la unidad. Pero su intentona fracasó.
El
artículo escrito por el personal de este gabinete dice que «Mao nos estimulaba
y nos defendía constantemente. El presidente Mao estimulaba siempre a su
personal para que se levantase en contra de Chiang Ching». Una vez llegado al
poder, Hua Kuo-feng se hizo cargo también del Gabinete General. Está claro,
continúa el artículo refiriéndose a los «cuatro», que ahora «sus esfuerzos
tendían a romper los lazos entre el presidente Hua y el Comité Central, de una
parte, y la base, de la otra, y a arrogarse la competencia de dar órdenes en
todo el país. Robaban los documentos secretos del partido, intencionadamente
evitaban nuestra guardia y en todas partes llevaban a cabo una actividad
clandestina».
Es
evidente el gran poder que tenían este gabinete y esta unidad especial. El
presidente Hua decidió, pues, emprender una acción rápida contra los «cuatro»,
y así la unidad, ahora bajo la dirección del presidente Hua, y bajo el
mando directo de él y del vicepresidente Ye, aplicó con determinación la
supuesta orden del Comité Central y detuvo a la «banda de los cuatro». Este
gran poder, estoy citando el artículo, «permitió que nuestro gabinete y nuestro
destacamento continuasen avanzando en medio de una dura lucha de clases por el
camino de proseguir la revolución bajo la dictadura del proletariado y asegurar
el funcionamiento normal de todos los aspectos de nuestro trabajo, como por
ejemplo asegurar la guardia personal y otros servicios al presidente Mao», y
ahora al presidente Hua Kuo-feng, a esas dos raras «perlas».
El
artículo proporciona algunos ejemplos acerca de cómo Mao dirigía los trabajos.
Para comprobar como marchaba la cooperación agrícola y el acopio del trigo por
parte del Estado, Mao ordenó que en cada prefectura se designase una persona
que trabajaría ligada a la unidad de su guardia personal. Consideraba la
investigación llevada a cabo por estas personas de su guardia personal en las
zonas rurales como algo de una gran importancia para controlar la situación.
Por eso, según el artículo. Mao reunió al personal del Gabinete General del Comité
Central y al efectivo de la unidad, y les explicó:
«Los
beneficios que proporcionarían las investigaciones, qué investigar y cómo
hacerlo». (Agencia Hsinhua; Tengamos siempre en la mente las enseñanzas del
presidente Mao y perseveremos en la prosecución de la revolución bajo la
dictadura del proletariado, 1977)
Asimismo
explicó detalladamente a sus guardias:
«Las
ventajas de realizar las investigaciones en sus pueblos natales». (Agencia
Hsinhua; Tengamos siempre en la mente las enseñanzas del presidente Mao y
perseveremos en la prosecución de la revolución bajo la dictadura del
proletariado, 1977)
Cuando
regresaron para informarle sobre el resultado de su trabajo, siempre según el
artículo, Mao dijo:
«Sólo
han sido precisas tres horas para ponerme al corriente de la situación de 60
millones de personas que viven en dos provincias. En verdad se trata de un
método excelente. Ustedes han servido de eslabón entre mí y las masas
campesinas». (Agencia Hsinhua; Tengamos siempre en la mente las enseñanzas del
presidente Mao y perseveremos en la prosecución de la revolución bajo la
dictadura del proletariado, 1977)
El
artículo continúa:
«Agitando
tres dedos de una mano, el presidente Mao dijo: «Ustedes se han entrevistado
con los campesinos, y yo me he entrevistado con ustedes. De esta forma, yo me
he entrevistado indirectamente con los campesinos a pesar de la distancia.
Ustedes son campesinos armados y dotados de conciencia de clase». (Agencia
Hsinhua; Tengamos siempre en la mente las enseñanzas del presidente Mao y
perseveremos en la prosecución de la revolución bajo la dictadura del
proletariado, 1977)
¿Los
auténticos marxista-leninistas pueden concebir que un trabajo de este tipo sea
dejado a cargo de la guardia personal o de ciertos funcionarios burócratas de
un departamento administrativo, los cuales tienen que controlar cómo viven y
cómo trabajan 60 u 890 millones de campesinos? Y Mao, que consideraba a estos
guardias como hombres dotados de conciencia de clase, no pensaba en absoluto
que para una cuestión de tanta importancia, es decir para los destinos de la
cooperación agrícola en China ¡era necesario movilizar al partido y encargarle
que ejerciera este control! Ahora comprendemos las palabras que Mao pronunció
ante nuestros camaradas en 1966: «¿Cómo es posible apoyarse en los secretarios
del partido, si se venden por un kilo de carne de cerdo?» Mao Zedong dijo
textualmente estas palabras delante de los camaradas de nuestra delegación,
Mehmet y Hysni, y ello demuestra su desprecio por el partido, o su opinión de
que éste no existía. En efecto, únicamente se apoyaba en su guardia personal y
en los elementos escogidos para trabajar en ese gabinete, elementos que no eran
más que lameplatos, cuyo único objetivo era satisfacer a Mao Zedong.
El
artículo contiene además otras estupideces. Ahora bien, estas estupideces son
elevadas a teoría, ¡y se pretende hacer creer que Mao Zedong había dicho
grandes perlas! He aquí algunas de ellas:
«Si
cada uno de ustedes [es decir de los guardias] escribe
una carta cada dos meses, o cuatro o cinco cartas al cabo del año, preguntando
a los campesinos si tienen o no suficiente comida y para informarse sobre la
marcha de la producción y las cooperativas, y si después me enseñan las
respuestas, entonces yo estaré bien informado». (...) Utilizando
distintos canales y métodos, nuestro gran líder, el presidente Mao, hacía
incesantes esfuerzos para aprender las últimas evoluciones habidas en la
sociedad, para investigar y recoger la experiencia, para conocer los puntos de
vista y las aspiraciones de las masas, que le servirían de base para formular
su política, a fin de poder dirigir victoriosamente el movimiento de las masas
por el camino justo». (Agencia Hsinhua; Tengamos siempre en la mente las
enseñanzas del presidente Mao y perseveremos en la prosecución de la revolución
bajo la dictadura del proletariado, 1977)
Mao
Zedong, con todo su «genio», debería haber tenido vergüenza de basarse en estos
burócratas y en los elementos de esta especie de destacamento para concebir en
su «genial» cabeza la política del partido y la línea general que debía guiar
el movimiento de masas hacia adelante! ¡Esto es el colmo de la absurdidad!
Calificarlo de antimarxista es demasiado poco.
El
artículo confirma que Mao Zedong no se apoyaba en absoluto en el partido,
a pesar de que dice lo contrario, les dictaba todo a los miembros de su
personal, les daba órdenes y directrices. El artículo remarca que Mao les
decía:
«Vuelvan
más tarde y cuéntenme lo que hayan visto», y hace la pregunta: «¿No es ésta una
buena idea?». (Agencia Hsinhua; Tengamos siempre en la mente las enseñanzas del
presidente Mao y perseveremos en la prosecución de la revolución bajo la
dictadura del proletariado, 1977)
Yo
respondería que se trataba de una idea insensata del presidente Mao, que sin
tener él mismo la más mínima consideración ni por el partido ni por el poder
popular, fue capaz de acusar a Liu Shao-chi de agrupar en torno suyo a algunos
hombres de confianza por medio de contactos secretos.
¿Y
qué ha hecho «el gran timonel» Mao con su personal? Lo mismo que Liu Shao-chi.
Mao Zedong decía a estos elementos: «Investiguen la actividad de los
complotadores», y les recomendaba: «No maten a nadie y hagan pocas detenciones,
detengan solamente a los asesinos, a los saboteadores y a los envenenadores».
«Por envenenadores entiendo, decía Mao Zedong, más bien a las personas que
envenenan los alimentos, que las que divulgan el veneno político». Por lo
tanto, en lo que concierne al veneno político, en lo que concierne a los
reaccionarios, MMao Zedong recomendaba como la cosa más natural del mundo
que no se les condenase, que no se les ejecutase, al contrario, ¡que se les
reeducase!
El
mencionado artículo, es muy largo, tiene 41 páginas y en ellas hay un gran
número de historias y cuentos acerca de cómo este gabinete todopoderoso, bajo
la dirección de Mao, ha llevado a cabo una dura lucha por defender la línea
supuestamente revolucionaria de Mao Zedong y ha «salvado» al Partido
Comunista de China y a la propia China de la catástrofe. Este gabinete no es
como los departamentos que tienen los comités centrales de los partidos
comunistas, sobre todo de los partidos que están en el poder. Estos
departamentos no tienen ni pueden tener las competencias que tiene el «famoso»
gabinete del Partido Comunista de China, que se apoya a la vez en un
destacamento de la Seguridad del Estado.
La
organización leninista del partido comunista, que es aplicada por nuestro
Partido, define claramente las funciones de cada instancia. Las oficinas
administrativas, que tienen como única tarea transmitir las directrices del
Comité Central, del Buró Político y del Secretariado, de ninguna de las maneras
pueden usurpar, aunque sea en lo más mínimo, las competencias de los órganos
superiores del Partido. Sólo las reuniones plenarías de estos órganos y después
cada uno de sus miembros, que a su vez tienen definidas sus atribuciones por el
órgano competente, pueden y deben dar órdenes y directrices, que no son
personales y subjetivas, sino que se basan en las directrices del congreso, en
las orientaciones del Comité Central y en el análisis de los problemas que
plantean el Buró Político y el Secretariado.
En
otras palabras, todo este método de trabajo de los chinos, tanto por su
contenido como por su forma, es antimarxista y no sé apoya en absoluto en el
partido; he aquí porque jamás hemos logrado comprender cómo funcionaba el
partido en China. No nos ponían al corriente, se negaban a enviar una delegación
del Partido, para que intercambiásemos experiencias. Pero, ¿qué experiencias
nos podían transmitir? Sabían que su partido no funcionaba como el nuestro, que
su partido no estaba investido de las mismas competencias que el nuestro.
Ahora
se ve claramente quién dominaba y quién dirigía el partido chino. En nuestro
Partido, por el contrario, la dirección ha sido y es colectiva; sus distintas
instancias, desde el congreso hasta las organizaciones de base, tienen sus
derechos, sus deberes y sus atribuciones bien definidos.
En
China, pues, resulta que se ha llevado a cabo una lucha por el poder personal.
El poder de Mao se había convertido en inatacable, Mao se había transformado en
una divinidad y se comprende muy bien por qué el culto que se le rendía había
sido exaltado hasta ese punto. Mao Zedong era el único que dirigía junto
con un grupo de personas, y estas personas eran las que le satisfacían y
traducían sus ideas en hechos. Los que no aplicaban sus ideas, eran calificados
por Mao de «complotadores», de «revisionistas», les ponía todos los epítetos
que le daba la gana y los eliminaba. Esto no quiere decir que entre los que han
sido eliminados, no hubiese revisionistas y complotadores, pero el método de
trabajo y dirección empleado, evidentemente un método antipartido,
antileninista, conduce a dudar de la autenticidad de todas las acciones
ejecutadas por una persona rodeada de un personal agrupado en un Gabinete
General y en un destacamento de la Seguridad del Estado. A esto se le llama
dirección antimarxista, dirección personal.
Al
parecer, esta organización se había convertido en un obstáculo para Liu
Shao-chi y Deng Xiao-ping, independientemente de quiénes fuesen. Ellos y su
banda revisionista no podían soportar tal situación y de ahí que viniesen
esforzándose desde hacía tiempo por crear el terreno para consolidar sus
posiciones, preparar gente, y tomar el poder en sus manos; en cuanto a Mao
Zedong, si bien no lo liquidaron, consiguieron arrinconarlo durante un cierto
tiempo.
El
hecho es que Mao Zedong se apoyó en el ejército y en Lin Piao, gracias al cual
logró restablecer su autoridad en este Gabinete General y en el destacamento de
la Seguridad del Estado. Pero después, seguramente cuando constató que Lin Piao
y la llamada banda de los cuatro intentaban modificar esta forma de dirección y
organización, lo cual como es natural implicaría cambios en las concepciones
políticas e ideológicas, y cuando constató que tendían a elegir hombres de
confianza con puntos de vista democráticos y revolucionarios más amplios para
integrarlos en este gabinete y en este destacamento, entonces Mao Zedong, con
sus concepciones de hombre todopoderoso que le caracterizaban, de concierto con
los hombres que tenía en este gabinete, supuestamente descubrió el complot de
Lin Piao. Según el artículo, el complot de Lin Piao no consistía únicamente en
colocar una mina, sino que Lin Piao había organizado la marina, la aviación,
etc., etc., en una palabra, todas las fuerzas armadas, para tomar el poder.
Pero, ¿cómo se las habría arreglado para arrebatarlo, toda vez que Mao y su
gente estaban a la cabeza del ejército, de este gabinete y de este famoso
destacamento?
Los
maoístas y los hombres de Hua, que detuvieron a los «cuatro», plantean la
cuestión de que también el complot de éstos estaba dirigido contra Mao
Zedong para liquidarlo físicamente y pretenden que todas sus combinaciones
habrían sido montadas en diversas reuniones, a través de diversos discursos y
por medio de diversas citas, y muchas otras cosas similares, todas ellas
increíbles. Hay un hecho claro: los cuatro, que fueron liquidados por Hua
Kuo-feng, deseaban que soplase otro viento en la dirección del Partido
Comunista de China. Nos es difícil decir con exactitud cuál era su capacidad y
su grado de organización, la justeza de sus principios y sus acciones. Dadas
las posiciones oportunistas, revisionistas del Partido Comunista de China, bajo
la dirección de Mao Zedong, es difícil que estas cuatro personas y sus
camaradas tuviesen concepciones claras, verdaderamente revolucionarias,
leninistas, sobre los problemas ideológicos, organizativos y administrativos.
El hecho es que Mao Zedong liquidó el poder personal de Liu Shao-chi, Deng
Xiao-ping y Peng Cheng con la ayuda de los hong wei bing y con la ayuda de
los dirigentes de la Revolución Cultural, entre los cuales se encontraban Chen
Po-ta, Kang Sheng, Lin Piao, Chiang Ching, Wang Yung-wen, Yao Wen-yuan y Chou
En-lai. Por lo tanto fueron éstos quienes restituyeron el poder a Mao. Este,
que era una persona vacilante, y autoritaria al mismo tiempo, unas veces se
apoyaba en una fracción y otras veces en otra. Sus posiciones políticas eran
inseguras, igualmente sus bases en el partido, en el ejército y en el poder
eran inseguras. Como es natural, en el curso de la Revolución Cultural la
fracción de Liu Shao-chi fue desbaratada, pero muchos de sus hombres
permanecieron en el poder. Uno de ellos era Chou En-lai.
Hemos
visto que en el curso de la Revolución Cultural, Chou En-lai fue objeto de
críticas, pero fue salvado por Mao. Chou En-lai se mostró como un oportunista
respecto a Mao y Lin Piao, y además hacía reverencia y elogiaba a Chiang Ching,
con el fin de ganar tiempo para reagrupar fuerzas y consolidar sus posiciones
con el objetivo de poder liquidar en el momento oportuno a todos sus
adversarios.
El
hecho es que las posiciones de Chou En-lai, sostenidas por Mao Zedong, se
reforzaron después de la liquidación de Lin Piao, el cual, no sabemos por qué
objetivos, debía oponerse a la orientación de la política interna y externa de
China. Una vez liquidado Lin, la estrategia china se orientó hacia el
revisionismo, hacia las relaciones con los Estados Unidos y con el titismo,
hacia el acuerdo con todos los países capitalistas. Los «cuatro» tampoco
estaban de acuerdo con esta línea, pero Chou logró la victoria, hasta tal punto
que rehabilitó a Deng Xiao-ping, «el Jruschov número dos de China», lo colocó
en el poder y lo convirtió en su primer adjunto en el poder ejecutivo, en el
primer adjunto de Mao en el partido y en jefe del Alto Estado Mayor del ejército.
Chou
En-lai rehabilitó a Deng Xiao-ping porque se sabía condenado por su
enfermedad. Mao impuso esta rehabilitación a los «cuatro», y Chou, junto con
Deng Xiao-ping, que era vice-presidente del partido, y hoy lo sigue siendo,
reafirmó sus posiciones en el seno del Gabinete General del Comité Central y en
la unidad.
Después
de la muerte de Mao, el poder fue tomado por Hua Kuo-feng, que, como es sabido,
llegó al poder de forma antimarxista y fue la persona que Mao designó como su
sucesor. Este hombre contaba con el apoyo de Ye Chien-ying, contaba con el
apoyo del jefe de la guardia personal de Mao. A su vez vicepresidente del
Comité Central del Partido y director del Gabinete General, es decir, del
personal principal de Mao, y así, de «un sólo golpe», desbarató a los «cuatro»,
que, después de las muertes de Chou En-lai y Mao, habrían pensado que había
llegado la hora de tomar el poder en sus manos. Ahora bien, el grupo de Hua
Kuo-feng, Deng Xiao-ping y Ye Chieng- ying estaba mejor preparado y los liquidó.
Juzgando
la cuestión a la luz que nos proporciona este artículo, se comprende que el
grupo de Hua Kuo-feng y Deng Xiao-ping, que ha accedido al poder y lleva a cabo
toda esta propaganda ensordecedora como si los «cuatro» hubiesen hecho estragos
y hubiesen dañado todos los sectores y actividades vitales de China, de hecho
dirige toda su crítica contra Mao Zedong y su dirección personal exclusiva,
independientemente de que también la dirección de Hua Kuo-feng es una dirección
personal y no tiene nada que ver con una dirección de partido. Toda referencia
al partido, al Comité Central o al congreso no es más que una fachada, o
responde a una línea fijada por un pequeño grupo, que es apoyado por una junta
y que hace aprobar estos puntos de vista y esta política por ciertos órganos
supuestamente partidarios o estatales elegidos y nombrados. Cuando Hua Kuo-
feng y compañía dicen que «nos guiaremos por la bandera de Mao Zedong», hay que
comprender que se trata de una dirección personal; por lo tanto Hua Kuo-feng y
Deng Xiao-ping a la hora de dirigir el Partido y la República Popular
China deben ser considerados tan todopoderosos como Mao.
Actualmente
Hua Kuo-feng es el presidente del partido y primer ministro, pero el «famoso»
Gabinete General del Comité Central y la unidad de seguridad número, no están
completamente en sus manos, a diferencia de lo que ocurría con Mao
Zedong. Es necesario recordar que en determinados momentos tampoco han
estado en manos de Mao Zedong, y que han ido pasando de unas manos a otras. Ahora
en este gabinete y en este destacamento, hay hombres de Hua Kuo-feng, de Deng
Xiao-ping y de Ye Chien-ying, es decir, que en este gabinete y en este
destacamento existen distintas fracciones que luchan y que lucharán por obtener
la supremacía. Esta lucha será continua y no se sabe quién triunfará. Ello
depende no sólo de la capacidad del uno o del otro, de Hua Kuo-feng, de Deng
Xiao-ping o de cualquier otro elemento, para reagrupar sobre todo a las
fuerzas de la Seguridad y del ejército, sino que además depende de las
coyunturas internas, de la división, del «equilibrio» de las fuerzas, de los
simpatizantes del uno y del otro. Así, Deng Xiao-ping puede ser útil a
Occidente, pero las fuerzas «moderadas» internas pueden tener necesidad de un
Hua Kuo-feng, como el que fue «designado por Mao», y que puede jugar mejor el
papel de «centrista». Por lo que se refiere a los hombres que aseguran la
administración económica del Estado, son indiscutiblemente Deng Xiao-ping, Li
Sien-nien, Fang-yi y otros, que dirigirán la transformación del «socialismo
chino» en capitalismo.
Está
claro que la dirección se llevará a cabo en estrecha colaboración económica y
política con el imperialismo estadounidense, con la burguesía capitalista de
los distintos países de Europa y Asia , y, por qué no, también con el
socialimperialismo soviético. Llegará el momento en que Deng Xiao-ping
consolidará sus posiciones y, o bien dejará a Hua Kuo-feng como una simple
figura, como presidente del supuesto Partido Comunista de China, o bien intentará
atribuirle algún intento de complot y ponerle a la sombra. Este será el destino
de la República Popular China, y dicho destino ha sido fijado por Mao
Zedong con sus ideas antimarxistas, antileninistas y anarquistas, con sus
ideas de dirigente que ejercía un poder personal; que predicaba la sencillez,
pero que no era sencillo; que predicaba la línea de masas, pero que no la
practicaba; que predicaba el marxismo-Leninismo, pero que no lo aplicaba; que
predicaba la lucha contra las tendencias de gran Estado y de gran pueblo, pero
cuyos puntos de vista y acciones daban a entender que China, con él a la
cabeza, debía dominar el mundo. La teoría de los «tres mundos» lleva
precisamente al chovinismo de gran Estado.
¡«La
gran política, amplia y universal» de Mao, como es llamada en el artículo del
«brillante» grupo teórico del Gabinete General, era «un sol y un monumento de
vida»! En realidad, esto demuestra la megalomanía de Mao, sus ideas
antimarxistas, la organización personal del pretendido Partido Comunista de
China y del supuesto Estado socialista chino.
Actualmente,
con la llegada de Hua Kuo-feng al poder, toda esta estructura del partido y del
Estado, será mantenida, porque tanto Deng Siao-ping como Hua Kuo-feng
pertenecen a la escuela de Mao Zedong, a pesar de que han estado en contra de
él. Se han hecho con el famoso Gabinete General del Comité Central, es decir,
que tienen en sus manos el ejército y la policía secreta, y ahora dictarán la
ley, dirigirán como se ha dirigido antes, pero desenmascarando hábilmente a Mao
Zedong. De hecho, el artículo escrito por este gabinete revela que toda la
podredumbre que ha existido y que subsistirá en la cabeza dirigente, ha sido
obra de Mao Zedong. Deng Siao-ping desea poner esto de relieve y por otro lado quiere
crear otras formas de dirección personal junto con Hua Kuo-feng, o bien
eliminarle, a fin de que este nuevo imperio chino pueda adecuarse mejor a las
modernas formas de dirección de un país capitalista.
Los
chinos han recibido a Tito, por lo tanto están de acuerdo con él en lo
político, en lo ideológico y en lo organizativo, y se aprovecharán de su
experiencia. Pero podemos estar seguros de que los chinos, con su típica
presunción y con su megalomanía de gran Estado de 800 millones de seres, crearán
nuevas formas de organización de su Estado capitalista, que tendrá un poco
del revisionismo titoista, otro poco del revisionismo soviético,
y mucho del imperialismo de los Estados Unidos.
La
China de Deng Xiao-ping desea convertirse en una superpotencia
imperialista. Se integra, penetra en el regazo de todos los Estados
imperialista-capitalistas, adopta formas y orientaciones ¡políticas,
ideológicas y organizativas, que le permiten convertirse en una gran potencia
soeialimperialista.
Hua
Kuo-feng o Deng Xiao-ping y su administración, donde el partido, el poder y el
ejército se confunden, continuarán durante un largo tiempo enmascarándose con
los términos marxistas e intentarán hacer pasar su país como un país
socialista. Están interesados en ello para engañar al pueblo chino y a la
opinión mundial, y cuando hablo de la opinión mundial, se debe entender, no los
Estados capitalistas y las direcciones capitalistas, sino principalmente el proletariado
mundial. La China de Hua Kuo-feng utiliza tales astucias y mentiras junto con
los partidos Pseudomarxista-leninistas, reducidos a una situación lamentable,
como por ejemplo el partido australiano con Edward Hill a su cabeza, que se ha
transformado en una agencia de contraespionaje del gobierno australiano. Ayer
leí una información de la Hsinhua en la que se decía que «Vanguard», el
periódico del partido dirigido por Hill, había escrito un artículo para
desenmascarar la presencia de la KGB soviética en Australia; pero lo mejor
sería que pensase en combatir no sólo a la KGB soviética, sino también a la
«KGB» china y a la «KGB» australiana.
Así
pues, también en el futuro, el actual régimen chino se disfrazará de marxista,
y así será hasta que no estalle la revolución. Nosotros lucharemos por romper
este disfraz.
Los
intereses supremos de la revolución, del proletariado mundial, del socialismo,
de Albania, han requerido, requieren y requerirán que la gran China sea un país
socialista. Pero por desgracia numerosos hechos testimonian y nos demuestran
que no es así. Los hechos nos revelan, y el futuro confirmará esta amarga
realidad, esto es, que China se mete rápidamente en el camino opuesto al
socialismo; se transforma en un Estado capitalista, poderoso, en un Estado
democrático burgués, que luchará por tomar nuevas formas y nuevos rasgos
burgueses a fin de enriquecer a la burguesía, engañar al proletariado y a los
pueblos, e impedir que la revolución triunfe». (Enver Hoxha; ¿Qué es el
Gabinete General en China?; Reflexiones sobre China, tomo II, 7 de septiembre
de 1977)
Anotaciones de Bitácora (M-L):
Hay una errata en el texto en cuanto a cargos en el Gabinete General: éste no estuvo dirigido por Ye Chien-ying como dice Hoxha, estuvo dirigido en sus inicios por Yang Shankun durante 1948-1965 y por Wang Dongxing de 1965-1978 y Yao Yilin entre 1978-1982. Siendo dicha institución el centro prominente de las intrigas internas del partido durante estas etapas y las siguientes. Esto era debido a que cada fracción deseaba controlarlo por el alto grado de control que había adquirido sobre el resto de órganos pardidistas. En las diferentes purgas tuvo siempre jugó un papel crucial a la hora de aplastar a los adversarios de la línea oficial de cada momento.
Este tipo de revelaciones, sumadas a los documentos públicos no podían dejar indiferentes a nadie:
«Algunos camaradas de partidos de América Latina dicen que Mao Zedong hizo mal al nombrar a Lin Piao como su sucesor y tipificarlo en los estatutos del partido. Es decir, saben que esto fue un error teórico y organizativo, que no cumple la democracia proletaria de un partido comunista. (...) Precisamente esto debe hacer profundizar a algunos partidos marxista-leninistas de América Latina y no sólo contentarse con decir que fue un error. (...) Otra cuestión: los dirigentes de estos partidos condenan la existencia de las «dos líneas» en el Partido Comunista de China. Pero antes de que se condene la existencia de estas dos líneas en el partido entonces deberían, analizar a fondo esta cuestión y rastrear las raíces de lo que significa dejar dos líneas en el partido. Pero la cuestión aquí no es sólo las llamadas «dos líneas». Aquí hay muchos interrogantes, las «muchas flores», y «muchas escuelas» que Mao Zedong predicó que tenían que florecer. Es el tema del pluralismo de partidos y la igualdad de derechos de los partidos burgueses respecto al partido comunista en el poder, después de la liberación China, etc». (Enver Hoxha; Sobre cómo sopesan los partidos comunistas de América Latina los errores y culpabilidad de Mao Zedong, 29 de septiembre de 1978)
Los marxista-leninistas de todo el mundo tuvieron que ir reflexionando a la fuerza sobre la cada vez más abundante documentación sobre este tipo de prácticas en la China de la época maoísta:
«En la práctica no ha existido un partido así, un partido bolchevique de nuevo tipo no ha existido en China. ¿Podemos considerar a un partido cuyo líder, contrariamente a los principios del centralismo democrático, nombra a su sucesor como si fuera un emperador, donde el Gabinete Central [1] es un aparato militar de ejercicio de poder personal, como partido bolchevique? ¿Acaso un partido que se basa principalmente en la pequeña burguesía y considera al proletariado como apéndice numéricamente insignificante frente a cientos de millones de la pequeña burguesía; un partido que retozaba ora bajo una línea de la pequeña burguesía, ora una línea de la burguesía nacional; un partido que permitía fracciones, la llamada por ellos lucha de dos líneas –que es presentada como ley de desarrollo comunista– donde a veces ganaba una línea y luego otra, puede merecerse tal calificativo? (…) Se debe tener en cuenta que en el Partido Comunista de China en el cual no existía el centralismo democrático real, el modo en que combatían las llamadas dos líneas siempre eran las luchas entre las personas clave en el partido y el gobierno chinos por el poder en China. La línea perdedora siempre estaba llena de todo tipo de acusaciones muy poco creíbles e incluso absurdas. En realidad estas luchas nunca tuvieron –incluso en la época de la «Revolución Cultural»– un carácter de principios. (...) Existen diferencias significativas entre las políticas de Mao Zedong y sus actuales partidarios. No hay duda de que había, si se quiere, en China una constante lucha entre dos líneas, pero desde luego no era una pelea entre una línea proletaria y una línea burguesa, sino la lucha entre dos líneas burguesas, capitalistas. (…) Sobre todo a la pequeña burguesía parece agradarle la negación del papel dirigente de la clase obrera y su partido; esto es algo que en China no sólo se produjo durante la llamada «Revolución Cultural», sino que es un componente vital del Pensamiento Mao Zedong». (Ernst Aust; Informe en el IVº Congreso del Partido Comunista Alemán/Marxista-Leninista; Recopilación de citas de Ernst Aust sobre la cuestión alemana y sobre el revisionismo alemán, diciembre de 1978)
Este documento publicado por los propios dirigentes chinos, demuestra una vez más, que el maoísmo estableció en el partido una línea militarista, burocrática y putchista desde edades muy tempranas, y confirma, la sucesiva línea de peleas intestinas y métodos de partido militares del revisionismo en general:
«Para liquidar a sus adversarios ideológicos, Mao Zedong siempre ha movilizado al ejército. Levantó al ejército con Lin Piao a la cabeza para actuar contra el grupo de Liu Shao-chi y Deng Xiao-ping. Más tarde, junto con Chou En-lai, organizó y lanzó al ejército contra Lin Piao. También después de la muerte de Mao, el ejército, inspirado en el «pensamiento Mao Zedong», ha desempeñado el mismo papel. Al igual que todos los que han llegado al poder en China, Hua Kuo-feng se apoyó en el ejército y actuó por medio de él. Éste, nada más morir Mao, levantó al ejército, y organizó, junto con los militares Ye Chien-ying, Wang Tung-sing y otros, el putsch, deteniendo a sus adversarios. En China el poder sigue estando en manos del ejército, mientras que el partido va a su zaga. Esto es una característica general de los países dominados por el revisionismo». (Enver Hoxha; El imperialismo y la revolución, 1978)
Anotaciones de Bitácora (M-L):
Hay una errata en el texto en cuanto a cargos en el Gabinete General: éste no estuvo dirigido por Ye Chien-ying como dice Hoxha, estuvo dirigido en sus inicios por Yang Shankun durante 1948-1965 y por Wang Dongxing de 1965-1978 y Yao Yilin entre 1978-1982. Siendo dicha institución el centro prominente de las intrigas internas del partido durante estas etapas y las siguientes. Esto era debido a que cada fracción deseaba controlarlo por el alto grado de control que había adquirido sobre el resto de órganos pardidistas. En las diferentes purgas tuvo siempre jugó un papel crucial a la hora de aplastar a los adversarios de la línea oficial de cada momento.
Este tipo de revelaciones, sumadas a los documentos públicos no podían dejar indiferentes a nadie:
Los marxista-leninistas de todo el mundo tuvieron que ir reflexionando a la fuerza sobre la cada vez más abundante documentación sobre este tipo de prácticas en la China de la época maoísta:
«En la práctica no ha existido un partido así, un partido bolchevique de nuevo tipo no ha existido en China. ¿Podemos considerar a un partido cuyo líder, contrariamente a los principios del centralismo democrático, nombra a su sucesor como si fuera un emperador, donde el Gabinete Central [1] es un aparato militar de ejercicio de poder personal, como partido bolchevique? ¿Acaso un partido que se basa principalmente en la pequeña burguesía y considera al proletariado como apéndice numéricamente insignificante frente a cientos de millones de la pequeña burguesía; un partido que retozaba ora bajo una línea de la pequeña burguesía, ora una línea de la burguesía nacional; un partido que permitía fracciones, la llamada por ellos lucha de dos líneas –que es presentada como ley de desarrollo comunista– donde a veces ganaba una línea y luego otra, puede merecerse tal calificativo? (…) Se debe tener en cuenta que en el Partido Comunista de China en el cual no existía el centralismo democrático real, el modo en que combatían las llamadas dos líneas siempre eran las luchas entre las personas clave en el partido y el gobierno chinos por el poder en China. La línea perdedora siempre estaba llena de todo tipo de acusaciones muy poco creíbles e incluso absurdas. En realidad estas luchas nunca tuvieron –incluso en la época de la «Revolución Cultural»– un carácter de principios. (...) Existen diferencias significativas entre las políticas de Mao Zedong y sus actuales partidarios. No hay duda de que había, si se quiere, en China una constante lucha entre dos líneas, pero desde luego no era una pelea entre una línea proletaria y una línea burguesa, sino la lucha entre dos líneas burguesas, capitalistas. (…) Sobre todo a la pequeña burguesía parece agradarle la negación del papel dirigente de la clase obrera y su partido; esto es algo que en China no sólo se produjo durante la llamada «Revolución Cultural», sino que es un componente vital del Pensamiento Mao Zedong». (Ernst Aust; Informe en el IVº Congreso del Partido Comunista Alemán/Marxista-Leninista; Recopilación de citas de Ernst Aust sobre la cuestión alemana y sobre el revisionismo alemán, diciembre de 1978)
Este documento publicado por los propios dirigentes chinos, demuestra una vez más, que el maoísmo estableció en el partido una línea militarista, burocrática y putchista desde edades muy tempranas, y confirma, la sucesiva línea de peleas intestinas y métodos de partido militares del revisionismo en general:
«Para liquidar a sus adversarios ideológicos, Mao Zedong siempre ha movilizado al ejército. Levantó al ejército con Lin Piao a la cabeza para actuar contra el grupo de Liu Shao-chi y Deng Xiao-ping. Más tarde, junto con Chou En-lai, organizó y lanzó al ejército contra Lin Piao. También después de la muerte de Mao, el ejército, inspirado en el «pensamiento Mao Zedong», ha desempeñado el mismo papel. Al igual que todos los que han llegado al poder en China, Hua Kuo-feng se apoyó en el ejército y actuó por medio de él. Éste, nada más morir Mao, levantó al ejército, y organizó, junto con los militares Ye Chien-ying, Wang Tung-sing y otros, el putsch, deteniendo a sus adversarios. En China el poder sigue estando en manos del ejército, mientras que el partido va a su zaga. Esto es una característica general de los países dominados por el revisionismo». (Enver Hoxha; El imperialismo y la revolución, 1978)
¿Tienen un artículo desmontando esto? https://culturaproletaria.wordpress.com/2016/12/22/enver-hoxha-refutado/
ResponderEliminarSi concretases un poco que parte exactamente... porque tienen toda una documentación referido al maoísmo. En concreto este post es un resumen perfecto para desmontar ese tipo de defensas de Mao:
ResponderEliminarComparativas entre el marxismo-leninismo y el revisionismo chino sobre cuestiones fundamentales; Equipo de Bitácora (M-L), 2016
http://bitacoramarxistaleninista.blogspot.com.es/2016/08/comparativas-entre-el-marxismo.html