«Sobre este nefasto partido hay que decir varias cosas.
Primero: su falsa posición antiimperialista que en verdad niega y oculta sobretodo el papel de imperialismos como el ruso o chino en Venezuela. Segundo: la necia teoría de la «profundización del proceso» chavista sin exponer ni romper con el chavismo mismo. En realidad el primer concepto está unido al segundo y están interconectados, esto lo vemos mejor si observamos que:
1) No se puede mantener una política antiimperialista si se niegan los vínculos dependientes del imperialismo estadounidense con el gobierno venezolano de Nicolás Maduro y a la vez se santifica las relaciones con otros rivales imperialistas del imperialismo estadounidense como algo positivo. Cuando se habla de «unidad popular antiimperialista» en torno a un gobierno que está en las antípodas de garantizar tal cosa y lo demuestra con la entrada masiva de capital extranjero. Es decir, no se puede uno autocalificar de antiimperialista cuando se brinda por la unión con el imperialismo y sus tentáculos que no son otros que sus monopolios.
2) No se puede reivindicar un partido como «revolucionario», como «antiimperialista», como garante de los intereses anticapitalistas de toda las clases trabajadoras, ni mucho menos como destacamento armado y vanguardia del proletariado: cuando se celebra la unión de las clases explotadas nacionales con las clases explotadoras internacionales, y la unión de las clases explotadoras nacionales con las internacionales, como viene haciendo el Partido Comunista de Venezuela.
3) No se puede profundizar ninguna revolución de ningún tipo –antimonopolística, antifeudal, antifascista, anticolonial o socialista– si no se comprende los desarrollos históricos de nuestra época, eso incluye conocer y dominar la teoría leninista del imperialismo como fase superior del capitalismo, y cuando hablamos de comprensión significa albergar una comprensión total de sus puntos cardinales –y no una visión de imperialismo de la época medieval o esclavista como hacen muchos de los actuales revisionistas modernos–. Reducir el imperialismo a su forma de dominación colonial con presencia militar de ocupación y con sus agresiones militares e ignorar la forma de dominación neocolonial –forma de dominación fundamental del imperialismo tras la Segunda Guerra Mundial– como es la exportación de capitales, es ser un ignorante y un pseudomarxista. Saber en qué época estamos es el nudo gordiano para determinar la estrategia y táctica de cualquier partido que se diga comunista marxista-leninista.
4) No puede realizarse una pretendida profundización del proceso «revolucionario» porque este movimiento jamás ha tenido el cariz revolucionario que pintan los revisionistas venezolanos: el movimiento del chavismo jamás salido de los marcos del sistema capitalista y burgués con todo lo que eso incluye en su caso particular: continuación del sistema parlamentarista burgués, promoción y defensa de la propiedad privada nacional y extranjera, no solución de la dependencia de los imperialismos extranjeros, y reforzamiento de la cultura revisionista, es decir burguesa.
Por último añadir que el Partido Comunista de Venezuela pese a sus peroratas no puede liderar ningún proceso en su país –de carácter antifeudal, antineocolonial, antiimperialista, ni mucho menos socialista– debido en lo fundamental a que:
5) El Partido Comunista de Venezuela que lleva desde 1998 hablando de «profundizar» el proceso «bolivariano-chavista» para abrir la «vía», «crear las condiciones» o la «perspectiva» para el socialismo. Plantear que un trabajo político de reforma del actual sistema abriría la perspectiva del socialismo desde las entrañas de un régimen demócrata-burgués venezolano es lo más burdo que se podría escuchar de un supuesto partido comunista, es togliattismo en estado puro, sobre todo cuando varios de sus dirigentes lo han afirmado diciendo que se debe respetar la legalidad burguesa de la constitución de 1999 –como también hace el chavismo al hablar de construir su «socialismo del siglo XXI»–. Pero bueno podríamos creer tales pamplinas de «crear la perspectiva socialista» si de verdad actuaran como comunistas y estuvieran trabajando para «crear una próxima perspectiva socialista» –esto es, preparar a las masas en un espíritu revolucionario de toma de poder, establecimiento de la dictadura del proletariado para iniciar la construcción económica del socialismo–, pero señores es imposible crear la «vía», «crear las condiciones» o la «perspectiva» al socialismo cuando el factor subjetivo del partido camina hacia evita criticar TODAS las teorizaciones y prácticas fundamentales del «socialismo del siglo XXI»; con lo que lejos de pasar a crear tal profundización revolucionaria, se sujeta entre las masas trabajadoras el misticismo acerca del actual gobierno revisionista y su carácter, se crean ilusiones parlamentaristas sobre la toma de poder, ilusiones sobre la Constitución y su carácter burgués, distorsiones sobre la propiedad capitalista haciéndola pasar como socialista, etc. Eso nos lleva al siguiente punto.
6) Desde el PCV jamás se ha roto ideológicamente con el actual gobierno del «revisionismo del siglo XXI», de hecho sus tesis han sido y son meramente seguidistas:
«Con el liderazgo indiscutible del Comandante Presidente Hugo Chávez Frías, para avanzar victoriosamente rumbo al socialismo». (Partido Comunista de Venezuela; Tesis de discusión sobre el partido de la revolución, 2013)
Poco después bajo el eslogan: «¡Profundizar la revolución con Maduro!», legando en su liderazgo la suerte del proceso como pretendido presentante de la clase obrera:
«Que el Presidente Encargado NICOLÁS MADURO MOROS proviene del seno de la clase trabajadora, y ha militado desde su juventud en organizaciones políticas y sociales de avanzada, y en particular en las filas del movimiento obrero-sindical comprometido con la organización y defensa de los derechos de la clase trabajadora, sujeto histórico principal de las transformaciones profundas de la sociedad en la vía hacia la construcción del socialismo. (...) Comunicar al Presidente Encargado NICOLÁS MADURO MOROS, que el PCV considera que la lucha contra la corrupción, el burocratismo y la ineficiencia en el aparato administrativo estatal, es una tarea de primer orden para la defensa y profundización revolucionaria del proceso de cambios en Venezuela.». (Partido Comunista de Venezuela; Resolución de la XII Conferencia Nacional del PCV sobre candidatura presidencial, 10 de marzo de 2013)
A eso se le suman los ruegos para que el PSUV se libere de sus dubitaciones en vez de luchar por atraerse a sus revolucionarios honestos cansados de sus vacilaciones y conciliaciones. Aunque por supuesto el PCV mantiene un lenguaje más a la izquierda que el PSUV –¡solo faltaría!–, no es menos cierto que aún así las tesis del PSUV y del PCV son calcadas en muchos puntos –no nos pararemos a especificar esta vez–. La prueba simple está en que para conformar el aspecto ecléctico y contradictorio de sus teorías revisionistas acuden tanto uno como el otro a famosos ideólogos de la burguesía: es el caso de Manuel Sutherland –quién niega el leninismo y en especial la tesis del imperialismo– que forma tanto a las juventudes de un partido como de otro, o el revisionista español –carrillista, titoista, maoísta y jruschovista– José Antonio Egido, que también ha sido acogido por las dos bancadas para sus teorizaciones. Recordemos que el propio Pedro Eusse celebró la propuesta chavista de crear una V Internacional, donde Eusse añadió que debía «unir el mayor número de partidos, progresistas, de izquierda y revolucionarios», o lo que es lo mismo suspiraba de alivio que en tal organización se pudiera unir a ella cualquiera bajo tan amplias etiquetas.
7) Su influencia en el panorama venezolano tras más de una década de «revolución bolivariana» ha sido ínfimo, y lejos de crecer ha mermado, descomponiéndose como partido debido a que las masas ven que no aporta nada diferente del partido chavista y no deja de ser su palmero incluso en sus políticas más antipopulares por miedo a que el PSUV de un codazo y sin su apoyo le mande al ostracismo político del panorama político venezolano. Esto hace que seguramente el futuro del PCV haga que acabe siendo absorbido por el Partido Socialista Unificado de Venezuela o que en el caso de un hipotético caída del gobierno de Maduro continué su posición de organización sucursal del PSUV con nula influencia en la sociedad y nula personalidad. Este cambio cualitativo no puede ocurrir cuando el PCV solo se limita a criticar a la oposición más derechista y contentarse con comprar los argumentos del PSUV para no «profundizar la revolución» –incluso apoyando los actos más descaradamente en contra del proletariado venezolano, pero siguen apoyando pese a ello al gobierno en TODO «por el bien de la profundización del proceso»–. Esta es la causa que desde el 1998 este partido siga estancado y las masas populares no se fijen en su trabajo; ¿por qué iba a crecer en influencia en Venezuela? ¿en base a qué? ¿que propone diferente del PSUV? ¿que hace para lograrlo? Nada reseñable. Como decimos, se ha llegado a apoyar incluso las medidas más reaccionarias del gobierno por no molestar al PSUV; dicho partido –el PCV– carece de la personalidad que un partido comunista debe tener, y las masas populares no van a aceptar su programa y van a enfilar su partido sin más.
8) El propio Partido Comunista de Venezuela jamás ha hecho autocrítica de los orígenes de su fundación y su evolución, siendo conocidos sus postulados browderistas y sus marcados rasgos jruschovistas-brezhnevistas conforme avanzaban los años. De hecho actualmente sigue venerando como dioses a las figuras revisionistas que llevaron a tal atolladero al partido como son por ejemplo Gustavo Machado. Esto en su política de relaciones nacionales, en la política de relaciones internacionales dicho partido reivindica a cualquier revisionismo pasado: como el revisionismo yugoslavo pero también los actuales como el revisionismo chino, cubano o coreano. Vemos como se interrelaciona un frente –el internacional– con el otro –el nacional–: como mientras se arenga las teorías y prácticas de otros revisionismos se está reafirmando su oportunismo, el cual complementa con el hecho de que en el interior ya práctica teorías revisionistas sean propias o adaptadas del exterior. Con ello se confirma más si cabe, que este partido en el caso de una hipotética situación de toma de poder –pedimos al lector que haga esfuerzos imaginativos– estaría claro que con dichos desarrollos ideológicos está incapacitado para construir el socialismo, construiría más bien un pseudosocialismo parecido al del actual gobierno o al de los revisionismo extranjeros que saluda y defiende con fervor». (Equipo de Bitácora (M-L); Un recuento a las innumerables desviaciones del Partido Comunista de Venezuela, 2016)
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