Kim Il Sung y János Kádar en los 70, líderes del revisionismo coreano y húngaro respectivamente |
«No hace falta decir, que para los revisionistas coreanos, el nuevo Estado de tipo «democracia progresista», como mantenía una alianza entre explotadoras y explotadores, y se mantenía el poder de las clases explotadoras, mientras según ellos se reeducaban ideológicamente bajo líneas «socialistas», ¡se llegó a la conclusión que el establecimiento de la dictadura del proletariado no era necesario o que se había establecido pero de forma pacífica y siempre sin ir contra la burguesía nacional!:
Es
decir según los revisionistas coreanos y dependiendo del texto dicen que: 1) la
dictadura del proletariado no fue necesaria mientras que en otros textos más
tardíos se viene a decir que; 2) la dictadura del proletariado se instauró finalmente
pero de forma pacífica, porque las clases explotadoras estaban dispuestos a ir
al socialismo.
1)
Si miramos uno de los documentos de 1973 de los revisionistas coreanos
reconocen que la dictadura del proletariado no se estableció en Corea del
Norte:
«El establecimiento del poder de la
dictadura del proletariado por la fuerza fue seguido, como último recurso, en
algunos países. En la mitad norte –de Corea– esto no era necesario». (Baik
Bong; Kim Il Sung: Biografía, Tomo II, 1973)
Esto
es imposible y demuestra que buscan que su Estado sea un Estado de conciliación
y paz entre clases.
Georgi Dimitrov daría caza en su partido a estas
concepciones sobre la particularidad nacional para evadir la dictadura del
proletariado:
«Algunos
camaradas que en la discusión mencionaron el problema de la democracia popular,
pusieron o estaban inclinados a poner el acento ante todo sobre las diferencias
entre el régimen de democracia popular y el régimen soviético, cosa que puede
llevar a conclusiones injustas y nocivas. De acuerdo con el planteamiento
marxista-leninista el régimen soviético y el de democracia popular son dos
formas de un mismo poder: el de la clase obrera en alianza y al frente de los
trabajadores de la cuidad y campo. Se trata de dos formas de la dictadura del
proletariado. La forma específica de la transición del capitalismo al
socialismo en nuestro país no deroga ni puede derogar las leyes naturales,
fundamentales, del período de transición del capitalismo al socialismo, comunes
para todos los países. El paso al socialismo no puede efectuarse sin la
dictadura del proletariado contra los elementos capitalistas y sin la
organización de la economía socialista». (Georgi Dimitrov; Informe al Vº Congreso del Partido Obrero
(comunista) Búlgaro,
1948)
Explicaremos
mejor a continuación el porqué de la imposibilidad de tal ilusa afirmación de
los norcoreanos que recuerda a la de los revisionistas yugoslavos:
«Según Kardelj la violencia no es
obligada para la dictadura del proletariado. Así pues, ¡dictadura del
proletariado sin violencia contra la burguesía! nuestro Edvard Kardelj, el
nacionalista burgués, se desenmascara. Y todo eso lo presentan los
oscurantistas de la camarilla de Tito como el «desarrollo del marxismo en las
condiciones yugoslavas». (Pavel Yudin; Los enemigos del marxismo, 1949)
Lenin
ridiculizó a los que mantuvieron estas posturas:
«En
su definición de la dictadura, Kautsky se ha esforzado por ocultar al
lector la principal característica de ésta noción, a saber, la violencia
revolucionaria». (Vladimir Ilich Uliánov, Lenin; La revolución proletaria y el renegado
Kautsky, 1918)
Al mismo tiempo debemos refutar las afirmaciones
antimarxistas según las cuales la dictadura del proletariado no consistiría en
nada más que en la violencia contra la burguesía. El camarada Stalin indicaba
que:
«Es
evidente que la dictadura del proletariado no se reduce a la mera violencia,
aunque sin la violencia no hay dictadura». (Iósif Vissariónovich Dzhugashvili;
Stalin; Cuestiones del leninismo, 1926)
Lenin describió así el tipo de funciones de la
dictadura del proletariado:
«La
dictadura, del proletariado es «una lucha tenaz, sangrienta y no sangrienta,
violenta y pacífica, militar y económica, pedagógica y administrativa, contra
las fuerzas y las tradiciones de la vieja sociedad». (Vladimir Ilich Uliánov,
Lenin; La enfermedad infantil del «izquierdismo»
en el comunismo,
1921)
2)
Si miramos el historial de los revisionistas coreanos, siempre dijeron que su
democracia progresista omitía la dictadura del proletariado, la dominación de
cualquier partido o clase, pero tiempo después en otras declaraciones, los
revisionistas coreanos declararon mecánicamente que al haber llevado a cabo la
inclusión de la burguesía rural y urbana en las cooperativas y empresas
estatales:
«El Partido y el Gobierno se adhirieron a la línea de transformar
gradualmente el comercio privado y industria en líneas socialistas. (...) Como
resultado de esta la política por el Partido, los empresarios y comerciantes en
nuestro país comenzó a transformarse en trabajadores socialistas. (...) En
nuestro país, las relaciones de producción socialistas ya han tenido éxito en
todos los campos de la economía nacional». (Kim Il Sung; Informe a la
celebración del décimo aniversario de la fundación de la República Popular Democrática
de Corea, 8 de septiembre de 1958)
La
dictadura del proletariado finalmente se había establecido pacíficamente:
«Hoy el poder de nuestro pueblo es un poder estatal que pertenece
a la categoría de la dictadura del proletariado». (Kim Il Sung; Para la
implementación exitosa del Primer Plan Quinquenal: Discurso final en una
conferencia del Partido del Trabajo de Corea, 6 de marzo de 1958)
Proclamar
esto viendo el desarrollo en Corea carece del más mínimo sentido:
«En ningún momento desde 1945 tiene la etapa nacional-democrática
de la revolución coreana se convirtió en su etapa posterior, socialista bajo la
dictadura del proletariado. «Las relaciones de producción socialista» en Corea
del Norte fueron proclamados oficialmente en 1958. Pero de hecho no había
habido una revolución socialista, es decir, no se había derrocado a la clase
capitalista nacional, se habían «reeducado», persuadiéndolos de abrazar
socialismo y de ser «voluntariamente» absorbidos por el «Estado socialista».
A finales de los años 50, con el fin de resolver la cuestión crucial de
la dictadura de la clase obrera, que de hecho es esencial para reforzar el
verdadero socialismo, el líder de Corea del Norte, Kim Il Sung, simplemente
equiparó el sistema democrático de diversas clases que ejercen el poder del
estado en la RPDC con la dictadura del proletariado misma. (...) Sobre la base
de las fuentes oficiales del período 1957-1958, por lo tanto, hay una amplia
evidencia que demuestra que el «socialismo» logrado en Corea del Norte, se
estableció sin la revolución socialista –es decir, sin expropiar y derribar la
clase capitalista nacional–, sin el establecimiento de la dictadura del
proletariado –rechazando así el concepto marxista-leninista de que la dictadura
de la clase obrera es esencial para construir y mantener el socialismo una vez
que las clases explotadoras han sido derrocadas–. (...) La dirección obrera
nunca ha sido establecida. Y en ausencia de una verdadera dictadura del
proletariado, el revisionismo pudo impregnar todos los aspectos de la vida
social y política». (Norberto Steinmayr; ¡Larga vida a la reunificación e
independencia coreana! ¡Abajo el revisionismo coreano!, 1999)
¿Por
qué según los seguidores del marxismo-leninismo, es tan importante la dictadura
del proletariado en el marxismo? Porque entre otras cosas rompe el apartado de
la maquinaria estatal:
«La teoría de la dictadura del proletariado
es la parte fundamental y central de la ciencia del marxismo-leninismo. Marx y
Engels crearon la teoría de la dictadura del proletariado, establecieron
teóricamente la necesidad de romper la máquina del Estado burgués y demostraron
que, como resultado de la revolución proletaria, el contenido propio de la
época de transición del capitalismo al comunismo sólo puede ser la dictadura
del proletariado». (Hilary Minc; Las
democracias populares en Europa del Este, 1949)
¿Qué
función cumple la dictadura del proletariado en la revolución proletaria y en
relación a la búsqueda del comunismo? Entre otras la supresión de la
resistencia de todas las clases explotadoras antes durante y después de la
construcción del socialismo:
«La dictadura del proletariado es el
instrumento de la revolución proletaria, un organismo suyo, su punto de apoyo
más importante, llamado a la vida, primero, para aplastar la resistencia de los
explotadores derribados y consolidar las conquistas logradas y, segundo, para
llevar a término la revolución proletaria, para llevarla hasta el triunfo
completo del socialismo. Vencer a la burguesía y derrocar su poder es cosa que
la revolución podría hacer también sin la dictadura del proletariado. Pero
aplastar la resistencia de la burguesía, sostener la victoria y seguir
avanzando hasta el triunfo definitivo del socialismo, la revolución ya no puede
si no crea, al llegar a una determinada fase de su desarrollo, un organismo
especial, la dictadura del proletariado, que sea su principal apoyo». (Iósif
Vissariónovich Dzhugashvili, Stalin; Los
fundamentos del leninismo, 1924)
La
dictadura del proletariado, como vemos en esta definición, es «el punto más
importante de la revolución proletaria», que «permite aplastar la resistencia
de los explotadores derribados y consolidar las conquistas logradas» durante la
revolución, y después se ve la dictadura del proletariado también como
necesaria para extender mayores logros derivados de la construcción económica
del socialismo.
En
Corea del Norte como hemos visto durante todo el documento la dictadura no
apuntaba contra la burguesía nacional de la cuidad y el campo como los
revisionistas coreanos reconocen, este es un esquema bujarinista una vez más:
«Por lo que dice Bujarin, se llega a la conclusión de que los
capitalistas se van integrando en esta misma dictadura del proletariado. ¿Cómo
no lo comprende, Rozit? ¿Contra quién se debe luchar? ¿Contra quién se debe
dirigir esta forma de la lucha de clases, la más aguda de todas, si los
capitalistas de la ciudad y del campo van integrándose en el sistema de la
dictadura del proletariado? La dictadura del proletariado es necesaria para
mantener una lucha implacable contra los elementos capitalistas, para aplastar a
la burguesía y extirpar las raíces del capitalismo. Pero si los capitalistas de
la ciudad y del campo, si el kulak y el concesionario se van integrando en el
socialismo, ¿qué falta hace la dictadura del proletariado?; y si hace falta,
¿para aplastar a qué clase? (...) Una de dos: o entre la clase capitalista y la
clase obrera, que llegó al poder y ha implantado su dictadura, media un
antagonismo irreducible de intereses, o no media este antagonismo de intereses,
en cuyo caso no quedará más camino que proclamar la armonía de los intereses de
clase. Una de dos: o la teoría marxista de la lucha de clases, o la teoría de
la integración de los capitalistas en el socialismo; o el antagonismo
irreducible de los intereses de clase, o la teoría de la armonía de los
intereses de clase. Todavía puede uno comprender a «socialistas» del tipo de
Brentano o de Sidney Webb, que predican la integración del socialismo en el
capitalismo y del capitalismo en el socialismo, pues estos «socialistas» son,
en el fondo, antisocialistas, son unos liberales burgueses. A quien no se puede
comprender es a un hombre que, deseando ser marxista, predique la teoría de la
integración de la clase capitalista en el socialismo». (Iósif Vissariónovich
Dzhugashvili, Stalin; Sobre la desviación derechista en el
Partido Comunista (bolchevique) de la Unión Soviética, 1929)
Es
normal por tanto, que en Corea del Norte, que no tenían intención de «aplastar
la resistencia de los explotadores», sino de aliarse con los explotadores
nacionales, promocionar su actividad económica y reeducarlos pacíficamente, no
era necesario introducir tal «organismo» en su revolución «de forma violenta»
como ellos dicen, por lo tanto los revisionistas coreanos han confesado negar,
aunque indirectamente, la dictadura del proletariado.
Lo
que viene a demostrar su oportunismo rampante:
«Circunscribir el marxismo a la doctrina
de la lucha de clases es limitar el marxismo, bastardearlo, reducirlo a algo
que la burguesía puede aceptar. Marxista sólo es el que hace extensivo el
reconocimiento de la lucha de clases al reconocimiento de la dictadura del
proletariado. En esto es en lo que estriba la más profunda diferencia entre un
marxista y un pequeño –o un gran– burgués adocenado. En esta piedra de toque es
en la que hay que contrastar la comprensión y el reconocimiento real del
marxismo. Y no tiene nada de sorprendente que cuando la historia de Europa ha
colocado prácticamente a la clase obrera ante esta cuestión, no sólo todos los
oportunistas y reformistas, sino también todos los «kautskianos» –gentes que
vacilan entre el reformismo y el marxismo– hayan resultado ser miserables
filisteos y demócratas pequeño burgueses, que niegan la dictadura del
proletariado». (Vladimir Ilich Uliánov, Lenin; El
Estado y la revolución, 1917) (Equipo de Bitácora (M-L); El revisionismo coreano: desde sus raíces maoístas hasta la institucionalización del «Pensamiento Juche», 2015)
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