viernes, 22 de mayo de 2020

El obrero no es más auténtico por su incultura ni puede estar nunca orgulloso de ello; el socialismo requiere de formación


«Hombres deseosos de edificar y dirigir la edificación del socialismo nos sobran, tanto en el dominio de la agricultura como en el de la industria. Pero hombres que no sepan edificar y dirigir tenemos vergonzosamente pocos. En cambio, en este terreno, la ignorancia es infinita. Es más, hay entre nosotros gente dispuesta a ensalzar nuestra incultura. Si eres analfabeto o escribes con faltas y te jactas de tu atraso, eres un obrero «auténtico», y se te deben honores y respeto. Si has vencido tu incultura, si has estudiado, si has dominado la ciencia, eres un extraño, te has «apartado» de las masas, has dejado de ser obrero. Creo que no adelantaremos ni un paso mientras no extirpemos esa barbarie y ese salvajismo, ese criterio bárbaro respecto a la ciencia y la gente culta. La clase obrera no puede ser verdadera dueña y señora del país si no logra salir de la incultura, si no consigue crear sus propios intelectuales, si no domina la ciencia y no sabe gobernar la economía basándose en la ciencia. (...) La valentía y la audacia son hoy tan necesarias como antes, pero con valentía y audacia a secas no se puede ir muy lejos. (...) Para edificar, hay que saber, hay que dominar la ciencia. Y para saber, hay que estudiar. Hay que estudiar tenazmente, con paciencia. Hay que aprender de todos, de los enemigos y de los amigos. (...) Nosotros no podemos limitarnos ahora a formar cuadros comunistas en general, cuadros bolcheviques en general, que sepan charlar de todo un poco. El diletantismo y la omnisapiencia son ahora cadenas para nosotros. Ahora necesitamos grupos enteros, centenares, millares de nuevos cuadros bolcheviques que puedan ser verdaderos entendidos en las más diversas ramas del saber». (Iósif Vissariónovich Dzhugashvili, Stalin; Discurso en el VIIIº Congreso de la UJCL de la URSS, 1928)

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