«Por lo general, todos, socialdemócratas y revisionistas, se manifiestan por la liberación nacional de los pueblos. Hoy de lo que suelen olvidarse es de su liberación social. No les importa demasiado un movimiento de liberación nacional siempre que las burguesías y sectores pequeño burgueses de los países afectados dirijan los procesos en colaboración con uno u otro imperialismo según las circunstancias y lugar y los mantengan en la órbita del capitalismo en general y de uno u otro imperialismo. En efecto, muchos movimientos de liberación nacional que han movilizado en su justa lucha a pueblos enteros, tras la toma de poder o han pasado a depender de otro imperialismo o han continuado bajo la órbita de sus antiguos colonizadores. En ambos casos, en beneficio de las nuevas burguesías nacionales dirigentes de los procesos de liberación nacional, que no social. (...) Separar la lucha por la liberación nacional de la lucha por la revolución social y por la dictadura del proletariado es tanto como abandonar dicha lucha en manos de las burguesías de cada país, aliadas, en definitiva, en connivencia, con uno u otro imperialismo. (...) El apoyo de los comunistas ha de ir orientado a impulsar la liberación nacional hacia la liberación social y a tomar su dirección, eso significa fomentar la lucha de clases en el seno de los movimientos de liberación nacional y lucha porque el proletariado y su partido, siempre que lo haya, gane terreno en ellos o impulsar a su cabeza a los sectores más oprimidos y explotados de la población. (…) Se trata, precisamente de eso, de que en nuestra época del proletariado de las naciones oprimidas ha de tener también su política independiente de clase que ha de ir más allá del simple objetivo de «liberación nacional», que no debe pararse ahí y que debe llevar la lucha de clases hacia adelante y no practicar la unidad nacional en todos los terrenos con su propia burguesía. Cuánto más ha de ser así, si la burguesía propia se muestra, bajo la disculpa de combatir al imperialismo extranjero, como reaccionaria, oscurantista y sanguinaria». (M. Serrada; Los comunistas ante los movimientos de liberación nacional; Publicado en «Vanguardia Obrera», Nº 500, 1985)
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