Alexis Tsipras de SYRIZA (en la izq) junto a Pablo Iglesias de Podemos (a su derech) |
«En esta cuestión vital, todos los revisionistas han denigrado el axioma marxista-leninista de que el partido gana su hegemonía y dirige el proceso revolucionario en cualquier etapa. En el caso del eurocomunismo ya existen las teorizaciones de Palmiro Togliatti que especulaba sobre el partido marxista-leninista y sus «limitaciones» –esto incluía el tema de la ideológica y organización del partido, o la hegemonía del partido en la revolución–, estas nuevas tesis conformaría lo que llamarían el «nuevo tipo de partido». Luego sus seguidores y continuadores como Enrico Berlinguer elevaron aún más el oportunismo del Partido Comunista Italiano; siguiendo sus enseñanzas declararon que: no hay necesidad de una clarividencia ideológica entre sus miembros como demuestran sus estatutos:
«El Partido Comunista Italiano organiza a los obreros, los trabajadores, los intelectuales, los ciudadanos que luchan, en el marco de la constitución republicana, por el reforzamiento y desarrollo del régimen democrático antifascista, por la renovación socialista de la sociedad, por la independencia de los pueblos, por la distensión y la paz, por la cooperación de todas las naciones. En el Partido Comunista Italiano pueden ingresar los ciudadanos que han cumplido la edad de 18 años y que independientemente de la raza, de las convicciones filosóficas y del credo religioso, acepten su programa político y se entreguen a la acción para realizarlo militando en una organización del partido». (Partido Comunista Italiano; La política y organización de los comunistas italianos; Tesis y estatutos aprobados en el XVº Congreso del PCI, 1979)
Esto expresa el eclecticismo ideológico en la concepción filosófica del mundo, lo que simplemente significaba que no se era necesario ser marxista-leninista para ingresar al Partido Comunista Italiano, ni tomaban importancia alguna al hecho de que el obrero arrastrara o no una visión religiosa del mundo. Y por supuesto es interesante ver como declaraban que todo el cóctel de ideologías de los miembros del partido que dejaban entrar y coexistir debían contribuir a la defensa del «marco de la constitución republicana» burguesa y la «renovación socialista» de la sociedad a través de las reformas». Esto fue estigmatizado de forma correcta por Enver Hoxha como la vuelta a los partidos de la II Internacional, partidos regidos por un eclecticismo ideológico que les postraban como insuficientes para el desarrollo histórico de la época del imperialismo y de las revoluciones proletarias:
«Esta teoría de vanguardia, revolucionaria y guía segura para conquistar la victoria, es el marxismo. Los revisionistas no sólo han abandonado el requisito fundamental, la aceptación del marxismo para ser un partido comunista, sino que permiten en sus partidos la coexistencia –y esto lo han sancionado también en sus estatutos– de todas las concepciones filosóficas, burguesas, oportunistas, reaccionarias o fascistas. Lo que caracteriza a los partidos comunistas, lo que los distingue, es el marxismo-leninismo, su única ideología, por la que se rigen y a la que se atienen con fidelidad en toda su actividad. Fuera del marxismo-leninismo no puede haber partido comunista. Los auténticos partidos comunistas son partidos de la revolución y la edificación del socialismo, mientras que los llamados partidos comunistas italiano, francés, español y otros de la misma especie son partidos de las reformas burguesas. Los primeros son partidos que tienen la misión de destruir el régimen burgués y construir el socialismo, los segundos son partidos de la defensa del régimen capitalista y de la conservación del viejo mundo». (Enver Hoxha; Eurocomunismo es anticomunismo, 1980)
En la coyuntura de SYRIZA, analizando a dicho partido y la coherencia ideológica de sus miembros, se debe afirmar que se trata de un partido típicamente socialdemócrata, es el típico partido revisionista burgués que viene a remplazar a los grandes y viejos partidos socialdemócratas desacreditados, aunque con la particularidad de que para lograr tal fin se han autoenglobado en el revisionista «socialismo del siglo XXI», y al igual que éste, gran parte de sus miembros se reclaman «marxistas» y hasta «leninistas». Uno de los más despreciables teóricos burgueses de SYRIZA, John Milios, nos diría:
«Soy marxista, la mayoría de miembros de SYRIZA lo son». (The Guardian; El economista jefe de Syriza traza una evolución radical griega dentro de la eurozona, 23 de diciembre de 2014)
Cuando Hugo Chávez, Pablo Iglesias, Evo Morales, Daniel Ortega, Panagiotis Lafazanis, o el propio John Milios se reclaman «marxistas», lo hacen para parecer «revolucionario y de izquierdas» de cara a las masas populares, porque por saber, no saben ni donde tienen la mano izquierda. John Milios, para que nos entiendan nuestros camaradas latinoamericanos, es lo que podría ser un Carlos Fonseca Terán a la griega; dicho de otra forma, un hombre que se dice marxista pero que en la economía apuesta por la economía mixta, en la política por el multipartidismo, y en la cultura por el florecimiento y competición de «cien escuelas de pensamiento»; vamos, que para tales «marxistas» la lucha de clases se reduce a un mero reconocimiento de que existe, aunque dadas sus desafortunadas teorizaciones revisionistas está claro que en esta pugna juegan a favor de la burguesía. En definitiva se trata de lacayos activos del capitalismo aunque se reclamen marxistas en sus discursos. Así que en el caso de este tipo de personas sería correcto la definición de llamarlos revisionistas, aunque es un revisionismo tan estirado a la derecha, que parecen efectivamente reformismo socialdemócrata y nadie podría reprochar a quién los acredita de tal forma, pero al autodenominarse marxistas y revisar el marxismo en sus teorías y praxis, deben ser llamados revisionistas, y combatidos como tales.
Pese a las declaraciones de John Milios de que en SYRIZA «casi todos son marxistas», otros personajes de la organización se encargan de asegurar que en SYRIZA existen varias posturas ideológicas:
«Sofia Sakorafa: Es muy saludable que en un partido haya diferentes opiniones. La antítesis es el Partido Comunista, donde sólo hay una línea dogmática y nadie puede discutirla. En Syriza hay muchas opiniones. Se discute y cuando se decide una línea todos la respetan». (La Vanguardia Internacional; 15 de febrero de 2012)
Por supuesto para la chavista y ex miembro del PASOK, Sofia Sakorafa, el concepto de partido que propaga entre las masas es el mismo concepto de partido que propaga la burguesía para asustar a las clases populares: el de una organización dictatorial sin derecho a la discusión y réplica, y considera que el hecho de que un partido tenga una ideología oficial lo convierte por defecto en algo autoritario. Los partidos comunistas marxista-leninistas se organizan bajo el centralismo democrático; y claro está que eso no niega sino que ve como necesaria la discusión para todos los problemas sin que eso signifique que se abren las puertas a las ideologías burguesas como hace SYRIZA.
¿Cómo podríamos resumir qué es el centralismo democrático en un partido comunista para el lector novel? De tal forma:
«El principio esencial sobre el que se edifica un partido revolucionario, un partido marxista-leninista, es el del centralismo democrático. Centralismo democrático significa: 1. Todos los órganos dirigentes del partido se eligen democráticamente de abajo arriba y no son nombrados o cooptados. 2. Los órganos dirigentes tienen la obligación de rendir cuentas periódicamente de su actividad ante los miembros que los han elegido y de crear todas las posibilidades para que no se obstaculice la participación de estos miembros en los debates y en la adopción de las decisiones. 3. El centralismo exige necesariamente una disciplina férrea, pero consciente, de manera que la minoría se someta a la mayoría. La disciplina férrea implica necesariamente la discusión, la confrontación de opiniones. 4. Las decisiones de los órganos superiores del partido son obligatorias para los órganos inferiores». (Enver Hoxha; Informe presentado ante la Conferencia de activistas del partido de Tirana sobre los análisis y las conclusiones del XIº Pleno del Comité Central del Partido Comunista de Albania, 1948)
Eso incluye que como vemos, a diferencia de los partidos revisionistas, los miembros no sean cooptados, o dicho de otra forma para que todo el público lo entienda, los cargos no son elegidos a dedo por la cúpula sino elegidos democráticamente por los órganos; significa que todos los órganos por sus actividades deben rendir cuentas a sus respectivos órganos, el llamado control desde arriba y desde abajo; también significa que en los debates la minoría debe de subordinarse a la mayoría después de los debates; no se permite desde luego como en los partidos reformistas o revisionistas la institución de líneas y fracciones, porque el partido es un partido de línea ideológica monolítica con miembros que con unidad de acción y pensamiento consciente han discutido como tratar los problemas y establecer dicha línea para el momento; tampoco se admite a quién con venir al partido se diga comunista o simpatizante como hacen los partidos burgueses sino que se testa a tal candidato para ver si es apto o no examinando su condición social y sus capacidades.
Por supuesto un partido que no tiene claridad en lo ideológico da pie a la introducción de manifestaciones e institucionalización de ideologías burguesas y pequeño burguesas en su seno, eso incluye desde desviaciones anarquistas, reformistas, revisionistas, sindicalistas, y todas las imaginables, y a que cada grupo presente su plataforma ideológica y organizativa, traduciéndose en el surgimiento de fracciones y líneas. Todo ello es consecuencia de que en dicho partido no se deje claro de qué ideología rige el partido y eso redunda en que entre sus miembros nunca estén de acuerdo ni siquiera en cuáles son los objetivos de militar en tal partido, pues cada uno tendrá los suyos según su ideología particular; ni cuáles son los objetivos mínimos y máximos cuando el partido tenga el poder en sus manos; pues cada uno tendrá su visión de sociedad a construir.
SYRIZA siendo partido revisionista con estructura de organización amorfa y multiclasista, sin ideología definida, tiene su núcleo central teórico-práctico en la socialdemocracia del siglo pasado, y retoma esa misma bandera ideológica en la mayoría de planteamientos al presentarse públicamente en lo ideológico donde se deja ver su socialdemocratismo aunque ellos no les llamen de ese modo, por ello, por esa no definición de su política como vieja política socialdemócrata sus jefes de partido no descartan arrejuntar en su seno el lenguaje y praxis del trotskismo, el anarquismo o el fascismo, si ello le significa acercase a las masas y ganar a sus competidores de otros partidos, haciéndose cada vez más difícil seguir la estela ideológica de este partido ecléctico de mil ideologías, el cual se declara así mismo como un nuevo y moderno partido de «multitendencia», que vaya a saber uno que significa. Lo único y seguro es que en dicho partido existe una amplia mezcla de ideologías antimarxistas y contrarrevolucionarias. Inicialmente SYRIZA se fundó en 2004 con este tipo de reclamos eclécticos que aún mantiene:
«SYRIZA se ha establecido como un unificado, democrático y mutltitendencia, partido de masas de la izquierda contemporánea. (...) El partido de izquierdas unificado, de masas, democrático y multitendencia le estamos fundando con los objetivos desde la perspectiva del socialismo del siglo XXI los reclamos y demandas de las clases trabajadoras y grupos sociales oprimidos». (SYRIZA; Resolución política del Iº Congreso de SYRIZA, 2013)
Si analizamos en frió, los revisionistas griegos por una vez están siendo coherentes con sus afirmaciones: ¿de qué elementos se compone el partido SYRIZA? Es una organización pretendidamente bajo el espectro de la «izquierda», que surge de la unión de elementos procedentes de varias organizaciones, y que en los últimos años ha recalado militantes en especial del PASOK, el partido socialdemócrata por antonomasia que ha dominado el panorama político en Grecia en los últimos años, que como la socialdemocracia contemporánea europea lejos de identificar su práctica con el viejo socialdemocratismo de mediados del siglo pasado, se ha asentado en las políticas neo-liberales siendo, en este caso, el responsables del hundimiento económico y social de Grecia. Pero la historia de SYRIZA en realidad viene de lejos y es mucho más trabada, como ahora veremos más adelante. También SYRIZA se ha nutrido de todo tipo de fauna autocalificada también de «izquierda» como han sido los grupúsculos altermundistas, verdes, anarquistas, maoístas, trotskistas y viejos eurocomunistas que han dado origen al partido en sus inicios. Lo cual significa que se es muy fácil formar parte de SYRIZA, ya que no hace falta exigencia alguna, basta con decirse simpatizante como pasa en las organizaciones anarquistas, socialdemócratas, conservadoras o de otros revisionismos.
En el mismo sentido de la carencia de una ideología claramente definida, SYRIZA igual que su homólogo Podemos en España, es altamente flexible respecto a la militancia, en su discurso no hay profundidad ideológica ni ideología clara, repiten hasta la saciedad lo de: «no somos de etiquetas ni sopa de letras», que no son «ni de izquierdas ni de derechas», que «se ha visto en la práctica que quién se identificaba como izquierda» actuaba como el más derechista». Aclaremos a los lectores estos intentos de mistificación respecto a la ideología: primero, cuando alguien no se define ideológicamente es porque no sabe lo que es o teme mostrar lo que realmente es; segundo, cuando se utiliza la ideología de la famosa «tercera vía», «ni izquierda ni derecha», «ni capitalismo ni comunismo», «ningún extremo es bueno», se está recurriendo quiérase o no, conscientemente o no, al discurso y eslogan del fascismo: por ejemplo al fascismo de Falange española de los años 30; tercero, cuando alguien renuncia a erigir una bandera en defensa de nobles principios de tu doctrina por el bastardeo de esos principios por terceros, significa que no se tiene el más mínimo apego verdadero a los principios de tal doctrina, y que el apoyo a esos principios es coyuntural no real. Este origen sin definición ideológica, este compendio de «izquierda multitendencia» de los integrantes, ha llevado a que SYRIZA adopte discursos: socialdemócratas, liberales, e incluso abiertamente chovinistas. Aunque como es de esperar en miembros tan cobardes y eclécticos, las referencias al marxismo incluso habiendo miembros que se autoproclaman «marxistas» en los desarrollos de estos partidos son casi nulas, esto no es raro ya que la mayoría de miembros –tanto los que se declaran «marxistas» como los que no– son conocedores que para lograr sus objetivos, nadar en el eclecticismo y no definirse o no definir la ideología del partido ni a sus referentes les es más fácil y beneficioso: cuanto menos referencia ideología se de de la presunta ideología del partido, menos cuenta tienes que dar a la militancia.
La historia de eclecticismo ideológico en la formación de SYRIZA y sus organizaciones pasadas es el preámbulo de la actual actitud de la organización en esta materia. El propio Alexis Tsipras es ejemplo de tal caótica ideología: Tsipras militaría en las juventudes comunistas del Partido Comunista Griego –conocido por sus siglas en griego como KKE–. En cuanto a tal partido históricamente fue de los primeros partidos europeos en ser conquistado por el revisionismo, y también de los pocos partidos donde se produjo una lucha antijruschovista firme encabezada por su Secretario General Nikos Zachariadis. Debido a que la mayoría de miembros del Buró Político estaban en el exilio en la URSS por el triunfo en 1949 del monarco-fascismo griego en la guerra civil, Nikita Jruschov creyó factible oficializar el «nuevo curso» en el partido pero los marxista-leninistas griegos se opusieron, no fue sino por medio de métodos gansteriles con los que el jruschovismo lograría secuestrar al partido, pero viéndose incapaz de utilizar a sus militantes para formalizar el cambio, instigó a la formación de un nuevo partido comunista en 1955 y una nueva dirigencia. Dicho partido revisionista con el paso del tiempo tenía su sección pro soviética y su sección pro eurocomunista y derivó en la división en 1968 entre el KKE y el KKE interior, igualmente dichas agrupaciones pese a estar ya separadas en los 80, ambas apoyaban la «Perestroika» de Mijaíl Gorbachov en la Unión Soviética; los primeros porque su apoyo hacia la dirección de Moscú no era negociable y los segundos porque dichas reformas coincidían con su modelo de sociedad socialista, queremos que el lector comprenda en que tiempos y qué tipo de partido se formó Alexis Tsipras en su juventud; ya es que un símbolo de SYRIZA y su pasado en la militancia de partidos eclécticos y conformación de otras formaciones eclécticas en lo ideológico:
«La vida también demostró, que los partidos pseudocomunistas de Europa Occidental, Latinoamérica y Asia, que abrazaron el revisionismo, no tienen nada de comunistas. No se guían más por la teoría científica del marxismo-leninismo, sino sobre las teorías antimarxistas, de contenido y formas bastardas, aunque algunos de ellos, para camuflarse, se esfuerzan por acogerse más o menos en la fraseología marxista. Todo su programa, si se puede llamar a esto un programa, se reduce a algunas reivindicaciones puramente reformistas, que, lejos de amenazar el orden burgués, pretenden salvarlo de las profundas conmociones que lo amenazan y hacer este programa más aplicable en las nuevas situaciones que se crean». (Enver Hoxha; Informe en el VIIº Congreso del Partido del Trabajo de Albania, 1 de noviembre de 1976)
El KKE y el KKE interior –llamado desde 1987 Izquierda Griega–, más otros partidos, formaron una coalición en los 80 llamada Synaspismós –Coalición de los Movimientos de Izquierda y Ecológicos– liderada por el jefe del KKE Charilaos Florakis, dicha organización se aliaría en coalición de gobierno al partido derechista Nueva Democracia en julio de 1989, después en noviembre de 1989 formaría gobierno con el binomio SASOK-Nueva Democracia en lo que llamaron «gobierno de unidad nacional» hasta que en las elecciones de abril de 1990 Nueva Democracia no necesaria la ayuda de ningún partido para gobernar. Para 1991 el KKE saldría de tal coalición aunque eso no le hizo desprenderse de su revisionismo de corte pro soviético el cual mantiene intacto a día de hoy; de hecho, siguen considerando a la Unión Soviética revisionista-capitalista y socialimperialista como país socialista e internacionalista, también ha conservado sus «reivindicaciones puramente reformistas» y la «fraseología marxista». En otra ocasión nos extenderemos con las deficiencias de este partido.
Synaspismós se oficializaría de coalición de partidos a partido unificado en 1992. De Synaspismós nacería SYRIZA en 2004, esto significa que SYRIZA resulta de la unión de Synaspismós con otras varias organizaciones más: 1) la Izquierda Innovadora Comunista Ecologista –escisión eurocomunista del KKE en 1991–; 2) el Movimiento Democrático Social –escisión del socialdemócrata PASOK–; 3) la Izquierda de los Trabajadores Internacionalista –trotskista–; 4) Organización Comunista de Grecia –de corte maoísta–; 5) los Ecosocialistas de Grecia; entre otros grupos. Esto nos indica que en el nacimiento en su día de Synaspismós, y luego de lo que sería SYRIZA, no sólo han intervenido y tenido su papel los revisionistas jruschovistas-brezhnevistas del KKE dado su papel central en la conformación del engendro ecléctico de Synaspismós, sino que los ecologistas, trotskistas, maoístas y una variopinta «fauna antimarxista» han tenido su papel correspondiente en la conformación del partido multitendencia que era «Synaspismós» y que hoy ha resultado en lo que todos conocemos como SYRIZA». (Equipo de Bitácora (M-L); ¿Es Alexis Tsipras el nuevo Enrico Berlinguer?, 2015)
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