Como habíamos ya señalado en una publicación reciente de Enver Hoxha «Alineamiento antimarxista» de 1971 sobre el apoyo de China a la Comunidad Económica Europea –el precedente de la actual Unión Europea– también llamado Mercado Común Europeo, no tenemos mucho más que añadir a la introducción que ya realizamos al documento, para que el lector entienda el contexto. Sólo recordar como hace el autor aquí, que era una más que probable normal evolución del revisionismo chino al presentar la «teoría de los tres mundos» a inicios de los años 70.
En esta parte del documento, Vincent Gouysse explica las diferencias entre la postura albanesa –de rechazo– a la Comunidad Económica Europea, y la postura china –a favor de la misma Comunidad Económica Europea–:
«Los chinos apoyan la OTAN, el Mercado Común y la «Europa Unida». Nosotros estamos en contra de tales actitudes y consideramos que no son marxista-leninistas. Todos esos tratados y organismos no son más que instrumentos en manos del imperialismo norteamericano y de los demás países imperialistas, y los utilizan para oprimir a los pueblos y lanzarlos a una tercera guerra mundial por la hegemonía. De la misma naturaleza son el Pacto de Varsovia, la «Comunidad Socialista» y el COMECON. Esas dos agrupaciones y comunidades deben ser combatidas con el mayor rigor. En su tiempo, Lenin desenmascaró, denunció y combatió enérgicamente tales organismos de la burguesía capitalista. Los chinos convierten en amigos suyos a cualquier Estado, a cualquier persona, da lo mismo si es trotskista, titista o chiang-kaichista, con tal de que digan «estoy en contra de los soviéticos». Por nuestra parte estamos en contra de dicho principio. Sabemos profundizar las contradicciones existentes entre los enemigos del socialismo y las profundizamos en la medida de lo que podemos, pero ante todo defendemos los principios. Nosotros llamamos a las cosas por su nombre». (Enver Hoxha; La presión económica china ha comenzado ha sentirse fuerte, pero no nos doblegaremos jamás; Reflexiones sobre China, Tomo II, 17 de junio de 1975)
Es por ello, más que justo que se dijera desde la parte albanesa sobre la parte china que:
«Hoy los chinos, cuando se pronuncian por la defensa de la «Europa Unida», actúan del mismo modo que la II Internacional. Instigan la futura guerra nuclear que las dos superpotencias quieren desatar, y a pesar de que esta guerra entre las dos superpotencias sólo puede tener un carácter imperialista, hacen llamamientos «patrióticos» a los pueblos de Europa Occidental y a su proletariado, para que dejen de lado las «pequeñas cosas» que los oponen a la burguesía –y estas «pequeñas cosas» son la opresión, el hambre, las huelgas, los asesinatos, el paro forzoso, la salvaguardia del poder burgués– y se unan con la OTAN, con la «Europa Unida», con el Mercado Común Europeo de la gran burguesía de los consorcios, y combatan a la Unión Soviética, es decir, les llaman a convertirse en carne de cañón al servicio de la burguesía. ¡Ni la propaganda de la II Internacional lo hubiera hecho mejor! (...) Esta línea del Partido Comunista de China es antiproletaria, belicista». (Enver Hoxha; Los revisionistas chinos atacan por la espalda al Partido del Trabajo de Albania; Reflexiones sobre China, Tomo II, 8 de enero de 1977)
El documento:
Firma en Roma de los tratados que fundarían la Comunidad Económica Europea, 25 de marzo de 1957 |
«Indisolublemente atada a la
cuestión de la lucha contra el imperialismo frente a la cual los chinos habían
adoptado una posición no marxista desde principio de los años 70, el Partido
Comunista de China (PCCh) evidentemente no podía sacar conclusiones justas
sobre la cuestión de la llamada construcción europea. El Partido del Trabajo de
Albania (PTA), por su parte, claramente había puesto en evidencia el aspecto
reaccionario y contrarrevolucionario de la construcción del bloque imperialista
europeo. Las observaciones que hizo el Partido del Trabajo del Albania hace una
treintena de años eran justas no sólo entonces sino que son de una actualidad
todavía más ardiente a día de hoy, mientras que la construcción del bloque
imperialista europeo en lo sucesivo ha dotado de una moneda única, bajo la
perspectiva futura de la construcción de un ejército europeo, y cuando el conjunto
de los partidos reformistas tanto «de izquierda» como «de extrema izquierda»
todos ellos se han volcado en el cretinismo y persisten a cerca de la
reivindicación de la «Europa unida» –bajo el capitalismo–. Podemos estudiar la
situación de la clase obrera europea gracias a extractos del informe de Enver
Hoxha en el VIIIº Congreso del Partido del Trabajo de Albania de 1981,
echémosle un vistazo pues:
«Sobre la clase obrera europea se ejerce una gran presión. Como
consecuencia del dominio del reformismo el movimiento obrero en Europa no ha
llegado a ser todavía un verdadero movimiento revolucionario. No ha adquirido
plena conciencia de que para cambiar su situación hay que derrocar el sistema
capitalista, hay que instaurar la sociedad socialista. Pero el proletariado
europeo no puede continuar obedeciendo eternamente a los cabecillas
sindicalistas y a los partidos socialdemócratas y revisionistas quienes
cacarean que mediante el desarrollo de las estructuras burguesas existentes, el
camino parlamentario, las reformas, o a través de la «Europa unida» se
asegurará un futuro mejor para las masas trabajadoras. La opresión, la
violencia, la brutal explotación, la desocupación, las drogas, la degeneración,
la inflación, que pesan sobre los países de Europa, no podrán más que forzar
las revueltas de las sanas fuerzas de los pueblos europeos contra la dominación
del capital. La «Europa unida» no es sino una solución efímera, una política
reaccionaria capitalista que, tarde o temprano, se encontrará ante dificultades
innumerables y de diversa naturaleza. Por eso, llegará un momento en que la
indignación de la clase obrera de Europa llegará al punto en que exigirá sin
falta una solución revolucionaria. En estas condiciones es de primera
importancia que los comunistas y no comunistas, la gente progresista y todas
las masas del pueblo comprendan bien que su verdadero enemigo es el
capitalismo, que éste debe y puede ser derrocado por la lucha revolucionaria.
De esta forma desaparecerá el pesimismo, aumentará el coraje y la confianza en
la victoria. Es la ciencia de Marx y Lenin la que eleva y hace invencible esa
confianza entre el proletariado y las masas». (Enver Hoxha; Informe en el VIIIº
Congreso del Partido del Trabajo de Albania, 1 de noviembre de 1981)
Si repasamos el informe del
congreso anterior del partido, vemos una posición similar:
«El Mercado Común Europeo es una organización reaccionaria similar
a la del Consejo de Ayuda Económica Mutua (CAME). Es una gran combinación de
los monopolios capitalistas y trust para lograr la explotación feroz del
proletariado y de las masas trabajadoras de Europa y los pueblos del mundo.
Desde su creación, el fin del Mercado Común Europeo ha sido el de concebir bárbaras
formas de pillaje en provecho de los grandes trusts intentando salvar al
capitalismo de las crisis y sus conmociones. En el panorama internacional, el
Mercado Común Europeo es una gran potencia neocolonialista, que no solo compite
con las superpotencias por la explotación de los países en vías de desarrollo,
sino que se esfuerza también por mantener y por restablecer los privilegios de
las antiguas potencias coloniales en este tipo de países. A pesar de su no
pertenencia oficial al Mercado Común Europeo, los Estados Unidos a través de la
interdependencia del capital estadounidense y del capital de cada uno de los
países miembros indirectamente juega en él un papel muy grande. El imperialismo
estadounidense encontró y encuentra siempre en el Mercado Común Europeo un
común apoyo poderoso contra el bloque socialimperialista. El Mercado Común
Europeo, al mismo tiempo que la Organización del Tratado del Atlántico Norte
(OTAN), constituyen unas bases y unos dispositivos organizados del imperialismo
estadounidense frente a su rivalidad y competencia de la otra potencia imperialista:
la Unión Soviética revisionista. El Partido del Trabajo de Albania, el Estado,
y el pueblo albanés se declararon contra la OTAN y el Tratado de Varsovia,
contra el Mercado Común Europeo y el CAME, porque estas organizaciones son los
instrumentos fundamentales de la política de expansión de ambas superpotencias
que oprimen, explotan, y empobrecen a los pueblos de Europa, así como también
en los países en vías de desarrollo, realizando una labor de zapa tanto para
evitar la revolución como para la propia liberación de los pueblos, debido a
que son propiamente unos instrumentos de avasallamiento». (Enver Hoxha; Informe
en el VIIº Congreso del Partido del Trabajo de Albania, 1 de noviembre de 1976)
[Si buscamos en este mismo
informe una posición del Partido del Trabajo de Albania sobre la Comunidad
Económica Europea y sus órganos, así es como explicaba el proyecto burgués de
la llamada «Europa unida» que las burguesías europeas tanto publicitaban: -
Anotación de Bitácora (M-L)]
«En la Europa occidental monopolista, burgueses, y revisionistas
hablan mucho de la creación de la pretendida «Europa unida». Hasta la fecha han
sido puestos en pie un «Consejo de Europa», un «parlamento», y una especie de
«gobierno común», con algunas leyes formales, las cuales se fijaron con la
tarea de realizar la unificación de los países europeos al nivel estatal. Los
planes y proyectos son levantados para dotar a esta Europa de un ejército común
equipado hasta los dientes y de una economía capitalista «poderosa» con vistas
a competir contra las dos superpotencias. El fin de la creación de «Europa
unida» es eliminar la noción de nacionalidad de los países diversos de Europa,
integrar y amalgamar su cultura y sus tradiciones, en otros términos suprimir
la personalidad de los pueblos y de los Estados de Europa occidental para
ponerla bajo la copa de la burguesía reaccionaria cosmopolita de este
continente. Sobre esta «Europa unida», Lenin desde 1915 venía denunciando y
desenmascarando el contenido reaccionario: «Desde el punto de vista de las
condiciones económicas del imperialismo, es decir, de la exportación de
capitales y del reparto del mundo por las potencias coloniales «avanzadas» y
«civilizadas», los Estados Unidos de Europa, bajo el capitalismo son imposibles
o son reaccionarios. (...) Desde luego, son posibles acuerdos temporales entre
los capitalistas y entre las potencias. En este sentido son también posibles
los Estados Unidos de Europa, como un acuerdo de los capitalistas europeos
¿sobre qué? Sólo sobre el modo de aplastar en común al socialismo en Europa, de
defender juntos las colonias robadas contra el Japón y los Estados Unidos,
cuyos intereses están muy lesionados por el actual reparto de las colonias, y
que durante los últimos cincuenta años se han fortalecido de un modo
inconmensurablemente más rápido que la Europa atrasada, monárquica, que ha
empezado a pudrirse de vieja. En comparación con los Estados Unidos de América,
Europa, en conjunto, representa un estancamiento económico. Sobre la actual
base económica, es decir, con el capitalismo, los Estados Unidos de Europa
significarían la organización de la reacción para detener el desarrollo más
rápido de los Estados Unidos». (Vladimir Ilich Uliánov, Lenin; La consigna de
los Estados Unidos de Europa, 1915) El capitalismo mundial, conforme a las
previsiones geniales de Marx, Engels, Lenin y Stalin, va irresistiblemente
hacia las crisis y la decadencia hasta alcanzar hoy el estadio de un
imperialismo podrido. Este, para escapar de la muerte concibió nuevas formas de
explotación de las masas, no sólo a escala nacional, sino que también a escala
mundial creando la forma más reciente y más perfeccionada de pillaje, el
neocolonialismo: anudó lazos financieros y alianzas económicas y militares para
mantener bajo su dependencia completa o parcial a numerosos Estados, en lo que
llaman el «segundo mundo», «el tercer mundo», los «países no alineados» o los
«países en vías de desarrollo». Todos estos nombres, que se refieren a las
diversas fuerzas políticas que actúan en el mundo de hoy, camuflan y no
destacan el carácter de clase de estas fuerzas, las contradicciones
fundamentales de nuestra época, el problema clave que premia hoy a todos a
escala nacional e internacional: la lucha implacable a la que se ven abocados
el mundo burgués-imperialista, de una parte, y el socialismo, el proletariado
mundial y sus aliados naturales, por otra parte». (Enver Hoxha; Informe en el
VIIº Congreso del Partido del Trabajo de Albania, 1 de noviembre de 1976)
China y el Partido Comunista
de China, por otro lado, en consecuencia a la teoría pseudomarxista de los tres
mundos apoyó la construcción del bloque imperialista europeo:
«Con el italiano Medici, Chou En-lai tuvo un encuentro en el cual
intercambiaron sus puntos de vista. La prensa china, aparte de anunciar esta
«cordial» entrevista, no dio la más mínima información; en cambio la prensa, la
radio y la televisión italianas, no sólo hicieron un amplio eco a la visita de
Medici y a sus conversaciones con Chou En-lai, sino que sobre todo pusieron de
relieve la siguiente declaración de este último: China aprueba el Mercado Común
Europeo, aprueba y considera justa la creación de una «Europa Unida», que han
comenzado a edificar los Estados de Europa Occidental. (...) Tengamos presente
que los embajadores chinos en los países de Europa han expresado a nuestros
embajadores puntos de vista idénticos sobre el Mercado Común y la «Europa
Unida». Por lo tanto, estamos ante una orientación política salida de la
dirección central, de Pekín; estamos ante una línea y una directriz emitidas
por el Comité Central del Partido Comunista de China y el gobierno chino. Así
pues, esta línea es llevada a la práctica sin titubeos. Nosotros no sólo no
estamos de acuerdo con dicha línea, con dichas orientaciones, sino que nos oponemos
a ellas, ya que son erróneas en lo que se refiere a los principios y porque en
la práctica no están en la vía marxista-leninista sino en contra de ella. Se
trata de concepciones revisionista-oportunistas que no favorecen la revolución,
el despertar y la lucha revolucionaria de los pueblos contra el imperialismo,
el capitalismo y la burguesía reaccionaria». (Enver Hoxha; Alunas declaraciones
antimarxistas de Chou En-lai; Reflexiones
sobre China, Tomo II, 15 de enero de
1973)
[En estas reflexiones sobre
la deriva china, se volvía a explicar el origen y objetivos que tuvo este
organismo: - Anotación de Bitácora (M-L)]
«Como es sabido, el imperialismo estadounidense salió de la
Segunda Guerra Mundial fortalecido y provisto de un potencial militar y
económico de carácter agresivo. Asumió el papel de gendarme internacional y
trabajó para poner en pie a todas las fuerzas reaccionarias capitalistas de
Europa, América Latina, etc. El imperialismo estadounidense tenía que hacer
frente al gran campo socialista y a todos los pueblos del mundo, que aspiraban
a la liberación y luchaban por conquistarla. En unos cuantos años, los Estados
Unidos de América levantaron la Alemania de Bonn, Italia, la economía
capitalista francesa y la inglesa, etc., pero pusieron mucho cuidado en
guardarse la «ración», es decir, la parte del león en cualquiera de los cambios
que se operaban en esos países. Los Estados Unidos de América «aligeraron» a
estos países de sus colonias, que hicieron suyas empleando nuevos métodos. Al
poner aparentemente en pie a estos Estados, los imperialistas estadounidenses
reforzaron su hegemonía en el mundo y ataron a sus «aliados» a su carro gracias
a una serie de tratados militares y económicos. Todo esto servía para
fortalecer, en primer lugar, la hegemonía norteamericana, para fortalecer a la
burguesía reaccionaria de cada país, para reprimir cualquier movimiento y aspiración
popular en esos países y en el resto del mundo, y para crear un bloque de
hierro contra la Unión Soviética socialista, contra el comunismo». (Enver
Hoxha; Alunas declaraciones antimarxistas de Chou En-lai; Reflexiones
sobre China, Tomo II, 15 de enero de
1973)
[Pese al sueño de la «Europa
Unida» de la burguesía reaccionaria, la situación del capitalismo no cambió: -
Anotación de Bitácora (M-L)]
«Los países capitalistas de Europa, a pesar de su reconstrucción
económica, se encuentran en una gran crisis y sus pueblos están oprimidos por
las oligarquías locales. En todos los lados se producen huelgas,
manifestaciones, enfrentamientos armados e incluso guerras, como ocurre en
Irlanda del Norte. ¿Qué demuestra esto? La putrefacción del capitalismo y el
ascenso de las fuerzas revolucionarias. Pero, aparte de la opresión y la
explotación de las oligarquías locales, en estos Estados impera la bota salvaje
del imperialismo estadounidense. En esta situación estos Estados también
quieren quitarse de encima la bota de los norteamericanos. Pero, ¿cómo? La retirada
de De Gaulle de la OTAN, la creación de una fuerza atómica independiente de
disuasión por parte de Francia, la creación del Mercado Común Europeo, la idea
lanzada de crear los -«Estados Unidos de Europa» y la lucha continua que se
lleva a cabo en este sentido, no tienen como único objetivo escaparse del «diktat»
norteamericano. Esto no es más que un aspecto. Existe otro aspecto, y es que la
burguesía piensa que la unión de los grandes monopolios de estos países dará
lugar a una potencia económica, política y militar compacta, que estará en
mejor situación de reprimir los levantamientos y las revoluciones populares,
que desde ya han causado problemas insuperables y que más tarde, debido a las
crisis crónicas, serán todavía más insolucionables». (Enver Hoxha; Alunas
declaraciones antimarxistas de Chou En-lai; Reflexiones
sobre China, Tomo II, 15 de enero de
1973)
[Repasamos cuales fueron las
declaraciones de esos días de los políticos chinos: - Anotación de Bitácora
(M-L)]
«La prensa y la radio italianas hablan con entusiasmo de la
actitud de los chinos, los cuales, por boca de Chou En-lai, llaman a Europa a
«encontrar su unidad en todos los dominios». Según las afirmaciones de Chou
En-lai –siempre en base a la prensa italiana– «el proceso de la integración
europea constituye un elemento esencial para lograr una verdadera disminución
de la tensión». Chou En-lai, según esta prensa, recalcó «la necesidad de que
este proceso no se limite al sector económico, sino que se extienda también al
terreno de la política y al de la defensa». No se puede ser más explícito. Y
puesto que no ha sido desmentido, esto ha sido dicho por Chou En-lai. Estos
juicios de Chou En-lai son antileninistas y reaccionarios, están en oposición
con las conocidas tesis de Lenin sobre el problema de los «Estados Unidos de
Europa». Estos puntos de vista de Chou En-lai se alinean así junto con los de
la reacción europea. Chou En-lai está por la integración europea en interés del
gran capital cosmopolita, es decir, está por su dominación política, económica
y militar sobre los pueblos de Europa, está por que la ley de hierro del
capital impere sobre los pueblos de Europa. Con sus tesis, Chou En-lai –que se
nos presenta como el teórico de la utilización de las contradicciones– ignora
por completo las grandes e irreconciliables contradicciones que existen entre
el proletariado y los pueblos de Europa, por un lado, y los regímenes burgueses
reaccionarios de sus países y las oligarquías capitalistas, por el otro; olvida,
asimismo, las contradicciones existentes entre las mismas oligarquías. Por lo
tanto, Chou En-lai llama a extinguir la lucha de clases, llama a realizar la
integración europea, llama a no profundizar las contradicciones del capitalismo
europeo en favor del proletariado. Con justa razón, pues, la prensa
reaccionaria exalta a Chou En-lai y tiene buenos motivos para hacerlo. El
proletariado italiano está en huelga casi todos los días. La burguesía italiana
intenta escapar a estas tenazas. Italia se ha transformado en una base de los
Estados Unidos dirigida contra el proletariado, pero inútilmente. La reacción
italiana utiliza las porras de la policía, pero no puede frenar el impulso del
movimiento huelguístico. La burguesía lucha por la integración europea, por la
creación de los «Estados Unidos de Europa», y se sobreentiende que es lo que la
burguesía espera de ello y que males caerán sobre los obreros y los pueblos de
Europa. Y en esto, la burguesía es ayudada por Chou En-lai, que recomienda a
los pueblos y al proletariado de Europa que sigan confiadamente a sus
dirigentes, en lugar de decirles «levantaros contra los enemigos de clase,
cavar su tumba y enterrarlos en ella, en vez de que sean ellos los que os
sepulten». Pero ¿qué es lo que empuja a Chou En-lai a pronunciarse tan
descaradamente en oposición con el marxismo-leninismo? El parte de otra idea y
piensa: «Alentemos este bloque reaccionario europeo, porque se presenta en
contra del bloque estadounidense, pero sobre todo enfrentado al bloque
soviético. Así profundizamos las contradicciones entre los bloques
imperialistas en favor del socialismo». Pero hay que preguntarse: ¿a favor de
qué socialismo se profundizarían estas contradicciones, cuando se llama a los
obreros y a los pueblos a estarse quietos, a integrarse como corderos en el
redil del pastor capitalista?». (Enver Hoxha; Alunas declaraciones
antimarxistas de Chou En-lai; Reflexiones
sobre China, Tomo II, 15 de enero de
1973)
[Se sentenciaba pues, que: -
Anotación de Bitácora (M-L)]
«Chou En-lai no trabaja para lanzar a los pueblos a la revolución,
para debilitar los distintos eslabones de la cadena capitalista, no ayuda a
romper los eslabones más débiles de esta cadena salvaje para los pueblos, sino
que propone la creación a favor de China, aunque sin decirlo abiertamente, de
diversos bloques para equilibrar las fuerzas siguiendo un camino que no es
marxista-leninista, que no es revolucionario. Todos debemos luchar a favor de
una China socialista, pero debemos hacerlo sólo por una China socialista, y en
la vía marxista-leninista». (Enver Hoxha; Alunas declaraciones antimarxistas de
Chou En-lai; Reflexiones
sobre China, Tomo II, 15 de enero de
1973)
[¿Cuál fue en resumidas
cuentas el objetivo principal de la creación de este proyecto? - Anotación de
Bitácora (M-L)]
«Con la creación de los «Estados Unidos de Europa», que también es
sostenida por Chou En-lai, actualmente los capitalistas de Europa Occidental no
persiguen otro fin que repartirse tranquilamente el sudor y la sangre del
proletariado europeo, de los pueblos europeos. Los capitalistas quieren dar a
la repartición del sudor y de la sangre de estos pueblos un color «pacífico»,
«embelleciéndola» con eslóganes tales como el de la «revolución
técnico-científica», la «sociedad de consumo» y otras consignas prefabricadas.
Pero esta repartición, como dice Lenin, no puede hacerse sobre otras bases que
las de la fuerza. Y he aquí por qué este bloque de Estados es una fuente de
guerras de agresión imperialistas para repartirse el botín del pillaje». (Enver
Hoxha; Alunas declaraciones antimarxistas de Chou En-lai; Reflexiones
sobre China, Tomo II, 15 de enero de
1973)
¿En qué posición les dejaba
delante de las masas a los revisionistas chinos su apoyo a la Comunidad
Económica Europea y sus organismos?
«Hoy los chinos, cuando se pronuncian por la defensa de la «Europa
Unida», actúan del mismo modo que la II Internacional. Instigan la futura
guerra nuclear que las dos superpotencias quieren desatar, y a pesar de que
esta guerra entre las dos superpotencias sólo puede tener un carácter
imperialista, hacen llamamientos «patrióticos» a los pueblos de Europa
Occidental y a su proletariado, para que dejen de lado las «pequeñas cosas» que
los oponen a la burguesía (y estas «pequeñas cosas» son la opresión, el hambre,
las huelgas, los asesinatos, el paro forzoso, la salvaguardia del poder
burgués) y se unan con la OTAN, con la «Europa Unida», con el Mercado». (Enver
Hoxha; Los revisionistas chinos atacan por la espalda al Partido del Trabajo de
Albania; Reflexiones
sobre China, Tomo II, 8 de enero de
1977)
[Para inicios de los 70, este tipo de
cosas ya habían hecho que las relaciones entre China y Albania eran nulas,
apenas manteniéndose relaciones diplomáticas y pocos formalismos más. Incluso
los círculos reaccionarios registraron para la posteridad las grandes
divergencias sino-albanesas en temas como el acercamiento sino-estadounidense,
la Comunidad Económica Europea (CCE), el trato con los nuevos partidos
marxista-leninistas, y otros temas candentes:
«Durante
1972, las posiciones de los dos cercanos aliados sobre su actitud hacia los
Estados Unidos tendieron a distanciarles aún más. Paralelo a los divergentes
puntos de vista sobre esta cuestión política fundamental, Pekín y Tirana
empezaron a reaccionar de forma diferente ante algunos acontecimientos y
políticas importantes en el escenario internacional: la crisis de Malta, la
consolidación del Mercado Común, la Ostpolitik de Alemania Occidental y la
reelección de Brandt, y el movimiento «marxista-leninista», para mencionar unos
cuantos. Mientras los albaneses han demostrado un inflexible apego a la teoría
revolucionaria, los chinos –en línea con su giro en las prioridades de política
exterior– han demostrado una predilección por la Realpolitik: un cambio de la
raison d’ideologue a la raison d’état. Muchos discursos e informes publicados
recientemente por Tirana y Pekín atestiguan el hecho de que no existe completa
unanimidad de puntos de vista sobre diversos desarrollos políticos
internacionales de importancia». (Radio Europea Libre; El camino albanés, 21 de
diciembre de 1972) -
Anotación de Bitácora (M-L)]
Lo que se puede concluir
desde ahora, es el hecho de que el Partido del Trabajo de Albania llevó una vez
más una línea impecable, mientras que el Partido Comunista de China vuelve a
errar gravemente. El borreguismo de muchos partidos hacía la «teoría de los
tres mundos» por parte de los marxistas-leninistas occidentales creó un
retroceso para las propias revoluciones de sus países, les impidió movilizar
las masas explotadas contra el enemigo interior cuando precisamente éste fue
puesto en dificultades por el paro petrolero de 1973; el cual recordemos marcó
el comienzo de un período de recesión duradera, deslocalizaciones y amplia
ofensiva internacional del capital contra los derechos sociales de los trabajadores. De igual
forma esto se pudo ver especialmente desde la caída del revisionismo, periodo
en el cual la burguesía ha tratado de presentarlo como la caída del socialismo.
Pero la contestación de las masas trabajadoras resuena de nuevo porque al igual
que ayer el capitalismo no pudo suprimir la contradicción principal entre el
capital y el trabajo, entre el burgués y el proletariado. La «teoría de los
tres mundos» justamente ignoró esta contradicción irreductible y objetivamente
hizo el juego a la burguesía.
En la situación actual:
«Las contradicciones en el seno de las alianzas políticas,
militares y económicas dirigidas por el imperialismo estadounidense también se
han exacerbado. Los conflictos y la competencia entre los monopolios de Europa
occidental y de Japón, de una parte, y los monopolios de los Estados Unidos de
la otra parte, entraron en una fase nueva donde cada una de las partes procura
asegurarse para su cuenta las posiciones ventajosas donde puedan encontrar
privilegios. Sus divergencias todavía se hicieron más profundas a consecuencia
de la crisis de la energía y de las materias primas, del estrechamiento de la
esfera de exportación de los capitales y de las dificultades aumentadas en la
misión de asegurarse beneficios a través de la política neocolonialista. El
análisis y las previsiones de Stalin fueron plenamente ya confirmadas en 1952:
«En apariencia, todo marcha «felizmente»: los Estados Unidos
tienen a ración a la Europa Occidental, al Japón y a otros países capitalistas;
Alemania occidental, Inglaterra, Francia, Italia y el Japón, que han caído en
las garras de Estados Unidos, cumplen, sumisos, las órdenes de ese país. Pero
sería un error suponer que ese «bienestar» puede subsistir «por los siglos de
los siglos», que esos países soportarán siempre el dominio y el yugo de Estados
Unidos y que no intentarán arrancarse de la esclavitud a que los tienen
sometidos los estadounidenses y emprender un camino de desarrollo
independiente». (Iósif Vissariónovich Dzhugashvili, Stalin; Problemas
económicos del socialismo en la Unión Soviética, 1952)
En el marco de las alianzas de Occidente, los desacuerdos más
grandes son los que oponen a los Estados Unidos y el Mercado Común Europeo, y
estos desacuerdos, bajo la presión y las maniobras del bloque soviético tienden
a aumentarse. En este espíritu de competencia, los Estados Unidos para poner
obstáculo a la afirmación y a la consolidación del Mercado Común Europeo se
esfuerzan por manipular a cada uno de sus miembros por separado y por oponerlos
unos a otros. En particular, procuran trabar la aproximación franco-alemana
debilitando a Francia y sustentando a la Alemania occidental y a Gran Bretaña,
trabajando en esclavizar a otros miembros más débiles. Conviene decir que los
países de Europa occidental también a pesar de los cuerpos comunes creados por
ellos nunca han dejado de desplegar a cada turno un gran esfuerzo para asegurar
más concesiones y las mejores oportunidades posibles en el mundo». (Enver
Hoxha; Informe en el VIIº Congreso del Partido del Trabajo de Albania, 1 de
noviembre de 1976)
Hoy, según las previsiones de
Stalin, la Europa imperialista «unida» justamente está tratando de escapar de
la tutela estadounidense. Se dotó de una moneda fuerte para voltear la
hegemonía del dólar sobre los mercados financieros. Hoy, el conjunto de las
potencias imperialistas se arman febrilmente en nombre de la «lucha contra el
terrorismo», pero este pretendido «frente unido» imperialista de lucha contra
el terrorismo conoce disensiones. Los intereses divergentes de los bloques
imperialistas se dibujan cada día más, y aunque la cohesión del bloque
imperialista europeo es todavía débil, pudimos ver últimamente por ejemplo
sobre la cuestión de Irak al bloque oponerse a los intereses imperialistas estadounidenses:
el hecho de que el régimen de Saddam Hussein contaba con utilizar en lo
sucesivo el Euro para pagar los intercambios de petróleo, daba un mal ejemplo a
otros países exportadores de petróleo a ojos del imperialismo estadounidense. ¿Qué
es lo que hoy puede asegurarnos que la ONU no acabará como la Sociedad de
Naciones? Nada ciertamente, excepto el optimismo vulgar del pacifismo burgués.
Japón, Alemania e Italia, cuidadosos de ocupar un sitio más importante en el
seno del concierto de las naciones solicitan hoy ocupar una sede permanente en
el consejo de seguridad de la ONU mientras que en el seno de los medios
dirigentes de estadounidense, con el fin de preservar el liderazgo
estadounidense sobre la escena internacional, se comienza a pensar que la ONU
cumplió su tiempo. Los Estados Unidos tratan de penetrar en los mercados
preferentes conservados por los antiguos colonizadores europeos en África,
atizando los conflictos étnicos para desestabilizar estos países y poder
ponerlos bajo su influencia. La Alemania y la Francia imperialista se
repartieron Yugoslavia, Alemania masivamente invirtió en los antiguos países
del este. ¿Cómo no pensar que los imperialistas, la recesión económica y la
crisis, no ayudara a que se vuelva a medios no pacíficos para una nueva
división del mundo? En nombre de hipócritas motivos humanitarios o de la lucha
contra el terrorismo, los precedentes de injerencia imperialista ya se
efectuaron en Estados soberanos como en Yugoslavia, en Afganistán y últimamente
en Irak. En 2003, los presupuestos de la defensa de los Estados Unidos, de
Inglaterra, de Alemania, de Francia y de Italia eran respectivamente 399,1;
38,4; 24,9; 29,5; 19,4 mil millones de dólares, a comparar con los 65; 47;
42,6; 14,1 mil millones de dólares de Rusia, de China, de Japón y de Corea del
Sur, o a los 13 mil millones de dólares para el conjunto del «eje del mal»,
entre los que están los 2,1 mil millones de Corea del Norte. No debemos admirar
los «dividendos de la paz» prometidos por los lacayos del imperialismo después
de la caída del revisionismo soviético. En este contexto se abre la perspectiva
de décadas de conflictos imperialistas neocoloniales e interimperialistas a
escala internacional, y entonces debemos poner en práctica esta enseñanza de
Lenin: transformar la guerra imperialista de rapiña en revolución socialista». (Vincent Gouysse; Comprender las divergencias sino-albanesas, 2004)
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