«Los hombres de estudios e historiadores soviéticos y, en su estela, los historiadores de otros países donde los revisionistas están en el poder, parecen fundar sus escritos sobre las obras de Lenin, y no vacilan a veces en citar pasajes fuera de contexto, pero un atento análisis del modo en que manipulan los escritos de Lenin, las citas que extraen, destaca su tendencia a la mistificación, su voluntad de usar las citas de Lenin en el espíritu de la política y línea oportunista del partido revisionista soviético. Si a menudo citan a Lenin, es solo por la forma, para convencer al lector de que ellos supuestamente se basan en sus escritos. Estos autores mutilan las citas a su modo y las separan de su verdadero contexto, con el fin de desnaturalizar así las ideas de Lenin en su conjunto y manipularas para fines determinados para que el lector no saque las conclusiones lógicas que impone de hecho la lectura de los escritos de Lenin.
Uno de los dirigentes de la actual camarilla brezhneviana, Borís Ponomariov, miembro suplente del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética, nos ofrece un ejemplo típico y significativo de la falsificación desvergonzada de Lenin cuando afirma:
«La Komintern no sólo reagrupó a las mejores fuerzas internacionalistas del movimiento obrero, sino que desde los primeros días de su existencia, a iniciativa de Lenin, trabajó para coordinar la acción de las corrientes comunistas y socialdemócratas del movimiento obrero». (Borís Ponomariov; Apropósito del 60º aniversario de la fundación de la Komintern; Publicado en la revista «Comunista», Nº5, 1979)
Conocemos públicamente la actitud intransigente y consciente de principios de Lenin con respecto a la socialdemocracia –centenas de citas podrían extraerse y exponerse de sus obras para demostrar tal afirmación–, y su tesis según la cual sin trazarse una línea de demarcación entre los verdaderos comunistas y los socialdemócratas, entre el comunismo y el socialdemocratismo como corrientes políticas e ideológicas, no se puede tratar de hablar de creación un movimiento comunista consecuente, ni de la creación de partidos comunistas de los diversos países ni de la Komintern como centro dirigente del movimiento comunista internacional.
Cuando después de la Primera Guerra Mundial, los oportunistas socialchovinistas reanimaron la II Internacional en la Conferencia de Berna de febrero de 1919, Lenin se expresó en estos términos:
«La Internacional de «Berna» es de hecho, por su verdadero papel histórico y político, independientemente de la buena voluntad y de los deseos inocentes de unos u otros de sus miembros, una organización de agentes del imperialismo internacional que actúan en el seno del movimiento obrero y hacen penetrar en él la influencia burguesa, la mentira burguesa y la depravación burguesa». (Vladimir Ilich Uliánov, Lenin; Las tareas de la Komintern; Publicado en la revista «Komintern», Nº4, agosto de 1919)
En cuanto al Iº Congreso de la Komintern de 1919, que la veía nacer, definía así su actitud hacia la socialdemocracia europea en tanto que corriente y partidos políticos:
«A pesar de la labor más dura llevada a cabo hasta aquí por los comunistas contra los partidos de la socialdemocracia europea, la inmensa mayoría de los obreros todavía no se han dado cuenta del peligro que representan estos traidores para el proletariado internacional. Abrirles los ojos a los obreros para que se den cuenta de la labor de Judas de estos socialchovinistas y aniquilar a través de una potente acción armada a estos partidos contrarrevolucionarios, es una de las tareas más importantes de la revolución mundial». (Komunistitcheskii Internationall v dokumentah (1919-1932), 1933)
Esta es la verdad, y a pesar de los esfuerzos de los revisionistas soviéticos de manipularla, no se puede ocultar o hacerla olvidar, porque sabemos bien la actitud firme de lucha de principios dirigida por Lenin contra los socialdemócratas y el socialdemocratismo.
Este género de especulaciones utilizadas a gran escala por la actual historiografía revisionista soviética constituye una de las manifestaciones más típicas de la demagogia revisionista y al mismo tiempo uno de los medios más refinados de los que se sirve para aprovechar el nombre y la autoridad de Lenin». (Shyqri Ballvora; La importancia histórica de la Komintern en la denuncia y exposición de los revisionistas y su papel y lugar en la historia, 1984)
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